Eran las 10:00 am el sol comenzaba a brillar en su punto más alto y con tan solo sere esas horas del día, en la casa de los Monkey las personas seguían con el ritmo a lo alto iban y venían con grandes cosas en las manos, ni ellos sabían porque tanto movimiento ya que solo seguían las ordenes de los empleados más antiguos, pero los empleados solo querían una cosa y eso era descansar.
Había algo que no cuadraba en la gran casa y era que ante todo el ruido los integrantes de la familia no habían bajado de sus habitaciones en especial un rubio con una cicatriz en uno de sus ojos. En una segunda planta en un cuarto un tanto peculiar se hallaba un cuerpo enrollado en unas mantas blancas en posición fetal, la razón de esta situación, su pareja era un completo imbécil un ser insensible que no dejaba que su hermano menor se enamorara libremente de la persona que el pequeño amaba. Desde que paso el incidente del cumpleaños del menor la hermosa pareja que movió cielo, mar y tierra para poder estar junto ahorita estaban separados y dormían en diferentes habitaciones.
Sabo lloraba por la manera infantil y sobre protectora que Ace tenía con Luffy, siempre le molesto esa actitud del pecoso hasta hubo un tiempo en el que se cuestionaba por qué se casó con él o de que carajos le vio a esa persona que era muy celosa, muy bien dicen que el amor es ciego y el más que nadie lo estaba experimentando en carne propia.
Daba leves golpes al colchón de su cama descargando todo el enojo que traía, no es como si hubieran pasado varios días, pero si era necesario que pasaran los que fueran hasta que al pecoso se le enfriara la cabeza, lo único que el rubio extrañaba de su flameante esposo eran esos brazos que lo envolvían con ternura y cariño en esas noches noches firas y desoladas ya que ahora no era lo mismo, prácticamente estaba castigando a Ace por ser infantil y metiche.
Lo que estaba afectando al rubio era la ausencia del pecoso, ya que, aunque no se abrazaran e hicieran el amor extrañaba el simple hecho de tenerlo a su lado, sabía que tanto el como el otro sufrían, pero era necesaria esa lección para el azabache.
– Ace… te extraño en estas noches – se abrazaba – Pero tu igual tienes la culpa de ser un grandísimo idiota al meterte en la vida de Lu… él también tiene derecho a enamorarse, no seas imbécil
Se puede amar mucho a una persona, pero cuando esta hace algo que en realidad molesta podemos castigar a esa persona, aunque siempre vendrá la fase de abstenerse y Sabo era uno de los que estaba haciendo esto, la ausencia de las caricias de Ace le estaban matando por dentro, no solo por el hecho de que lo hacían todas las noches procurando que nadie los escuchara, sino que era como una costumbre que ellos tenían. Quería tener las caricias del pecoso en él, sus manos recorriendo cada centímetro de su piel dejando esas marcas que significaban que él es del pecoso.
- Mmmm… Ace – Dirigió una de sus manos a su entrepierna sobando con ella su miembro por sobre la ropa – Ah… ah… – Con su otra mano desabotono un poco su camisa para poder tener acceso a sus pezones y masajearlos, su otra mano estaba tratando de entrar en su pantalón – Ah… Uh… Ace… te… –
Su mano subía y baja suave y tortuosamente por su miembro mientras que por otro lado la mano que estaba en su pezón ahora se encontraba en su boca chupando dos de sus suaves dedos – Hnnn… ha… mas… Mmm…– sintió que sus dedos estaban listos y los llevo a donde se encontraba su entrada comenzando a auto penetrarse – ¡Ah!... ugh…– Estaba tan concentrado que…
Un pecoso acababa de llegar a su casa observo en la mesa un maletín un tanto diferente a los demás que se veían en esa casa más fue a investigar de quien era ese objeto y con tan solo ver la iniciales de este fue suficiente para saber de quién rayos se trataba, subió corriendo las escaleras para irrumpir en la habitación de su hermano menor
– Ese imbécil ni crea que le robara la inocencia a Lu antes de que se case con él, o si porque yo lo castro en estos momentos – Iba tan sumergido en sus pensamientos que cuando paso por la habitación de su amado escucho unos sonidos inusuales que provenían de dicho cuarto.
Camino sigiloso por el lugar hasta toparse con la puerta comenzando a espiar y escuchar con su pequeña oreja los sonidos, cuando los pudo identificar se llevó una gran sorpresa al reconocerlos, esos ruidos eran nada más y nada menos que gemidos que provenían de ese lugar, Ace se sonrojo al escuchar esa melodía que salía de ese cuarto disfrutaba de los sonidos, pero luego se preguntó de ¿quien rayos era la persona que estaba haciendo su trabajo en esos momentos? Pues furioso se armó de valor y golpeo la puerta con el pie haciendo que esta se abriera de golpe.
– ¡Sabo! ¡¿Quién rayos está contigo y exijo una explica… ci ón…
El mencionado paro de hacer lo que estaba llevando acabo para fijar su mirada a la puerta donde se encontraba parado su esposo y actual pareja en estos momentos.
– A-Ace! – se sonrojo – yo
– Vaya – se recargo del marco de la puerta – Te estabas divirtiendo sin mi – cruzo sus brazos
– Ammm… yo… – entrelazo sus dedos
– No necesitas explicar nada más querido Sabo – lo mira – Yo vi todo lo que estabas haciendo en este momento – fue avanzando a la cama cerrando la puerta con seguro – Al menos ya sé que me has estado extrañando todo este tiempo Sabo, mientras yo duermo en otro lado lejos de ti… tú te diviertes solo –
– Aléjate pervertido! – Le tiraba almohadas
– Vamos Sabo, tanto tu como yo sabemos muy bien que ambos desceamos que esto suceda, sabes que no hemos dormido juntos – se acercaba mas – y nuestros cuerpos nos pieden a gritos el uno para el otro –
– Ni un paso mas animal – cubrió su cuerpo con una sabana dejando elevado su trasero
Ace seguía a vanzando y como si de un felino se tratara jalo la manta que cubría el cuerpo desnudo de su pareja, termino de acercarse, comenzó a devorar los labios del contrario mientras los gemidos por parte del rubio se estaban haciendo presentes, sus manos comenzaban a recorrer la piel blanca y pura del rubio como si de una pieza de porcelana se tratara, su rodilla se encontraba en la entre pierna del contrario rosando su virilidad.
– A.. ce… no hagas eso… ah… sigo enojado … ahm… contigo…–
Besaba al rubio – Pues tu cuerpo dice lo contrario – Tomo con una mano el miembro de Sabo comenzándolo a masturbar de manera lenta y marcada.
– Hya… No… ughmmm… – su cuerpo se estremecía debajo del cuerpo de Ace dando pequeños espasmos – Me voy a… ¡ah! – arqueo un poco su espalda derramando su esencia en la mano del pecoso, su rostro se encontraba profundamente sonrojado, su respiración era lenta y pausada por la actividad reciente.
Ace llevo su mano a su boca comenzando a lamer el líquido que se hallaba en ella – Mmm… – acerco sus labios a los contrarios para darle un tierno, lento y marcado beso – Sa… bo… ¿ya no estás enojado conmigo? – le besa el cuello dejando pequeñas marcas.
– Solo si me prometes que dejaras de meterte en la vida privada de Lu – suspiro – Sabes perfectamente que el también merece ser feliz alado de la persona que ama – Tomo el rostro de Ace entre sus manos eh hizo que lo mirara a los ojos – Prométemelo Ace –
El pecoso muy a su pesar, bajo la cabeza y asintió a la petición que le estaba pidiendo su pareja, ya que para él era inevitable resistirse a la mirada tierna y sonrojada que este le estaba ofreciendo – Bien… dejare de ser un entrometido en la vida amorosa de Luffy, pero Trafalgar no lo merece – Beso la punta de la nariz de Sabo – Ese tonto ojeroso hizo sufrir mucho a Luffy y no se lo perdonare por nada del mundo –
– Y volvemos a lo mismo – Golpeo su propia frente – Caramba Ace deja que Luffy decida con quien quiere estar y es muy su problema si sigue enamorado de Law, aunque Luffy la tiene difícil… ya que está comprometido con Bellamy, el pequeño tendrá que decidir entre dos grandes hombres… – suspiro ya que su pequeño hermano era un poco tonto para tomar decisiones.
– Lo sé… Pero los seguiré manteniendo vigilados a ambos, la inocencia y virginidad de Lu debe seguir intacta – abrazo a Sabo hundiendo su rostro en el pecho del mencionado – Te amo… y perdóname por todo lo que eh ocasionado –
– Gracias por entender – lo beso una última vez para luego acurrucarlo en su pecho y solo perderse en sus pensamientos – Lo bueno que Bellamy y Law no han hecho de las suyas sino Ace los castra a ambos – suspiro para si mismo y ese pensamiento suyo se lo llevaría a la tumba.
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En otro lado de la residencia un risueño y tierno azabache comenzó a removerse en su cama, sentía que le faltaba espacio ya que siempre tenía la mala costumbre de dormir solo y es de las personas que se mueven mucho a la hora de dormir, abrió de apoco sus ojos observando a su alrededor dio una vuelta en la cama para encontrarse con el rostro sereno de su prometido que se encontraba a lado él y los brazos de este lo tenían muy bien abrazado, dejo salir una risita, se acomodó aún más cerca del mayor.
– Buenos días bello durmiente – toco la nariz del contrario.
Se despertó al sentir un bultito moverse entre sus brazos junto con una voz angelical que le quito todo el sueño que llevaba – Mmm buenos días mi niño hermoso ¿Qué tal amaneciste? – beso la frente de Luffy.
– Shishishi amanecí de maravilla al verte aquí a mi lado, aunque… ¿No recuerdo si te quedaste a dormir? – miro con función al rubio
– Ammm veras hoy quería o, mejor dicho, quiero llevarte a desayunar al West blue, pero no sé si tú quieras ir –
Le brillaron sus ojitos haciendo que se levantara de la cama – Bromeas ¿cierto? ¡Amo la comida de ese lugar!, si fuera posible me caso con ese restaurante mejor que contigo shishishi –
– ¿¡Ah!? – golpe en el corazón – eso si dolió – bajo la cabeza y miro de reojo a Luffy – Lastima que un restaurante no puede besarte como yo lo hago – se levantó tomando con su pulgar entre su índice y su pulgar apretando las mejillas de Luffy haciendo que sus labios formaran un piquito, se acercó un poco y le dio un tierno beso.
– Mmm… me duele Bellamy –
– O si perdón – soltó a Luffy quien hizo un puchero y tallo sus mejillas que estaban rojas por el apretón, Bellamy solo contenía su risa.
– Oye! No te rías – hizo un puchero aún más marcado.
– Lo siento, es que te vez tan tierno más de lo que ya eres –
Si sus cachetitos ya estaban rojos con lo que le dijo el moreno se pusieron aún más pintos, oculto su rostro debajo de una almohada que se encontraba a su alcance – Bellamy es un tonto –
– Ya Luffy lo siento, no era mi intención – paso su mano por la cintura del menor apegandolo a su cuerpo – ven sal de tu escondite – el menor negó – bien entonces te sacare a las malas de ahí – se posiciono arriba del menor y comenzó a hacer cosquillas en todo su cuerpo.
– No… jajaja… Ya déjalo Bellamy – se retorcía debajo del cuerpo del mayor, hasta que pararon las cosquillas
– ¿Me perdonas? – El pequeño asintió y se abrazó del cuello del mayor.
Paso un tiempo hasta que Luffy decidió pararse e ir a bañarse para poder salir con el rubio, estaba tan emocionado que nada más el simple hecho de salir con el moreno le llenaba de alegría.
– Te espero abajo Luffy –
– Si! –
Bellamy bajo y al poco rato el monito salió del baño, se vistió, un poco formal, pero cómodo para su gusto, se colocó su sombrero que siempre lo traía colgado en su espalda y salió de su habitación, bajo las escaleras hasta que visualizo a Bellamy recostado en el coche, corrió para tirarse a los brazos de este, quien lo recibió a gusto entre ellos.
– Shishishi ya llegué Bellamy – sonrió al estar con su prometido
– Eso veo Luffy que estás aquí así que es momento de irnos a desayunar – abrió el coche y se percató que el menor estaba mirando a todos lados como buscando a algo o alguien – ¿paso algo Luffy? –
– Mmm – Miraba a todos lados tratando de buscar al chofer que los llevaría al restaurante del abuelo de Sanji – ¿Dónde está el chofer Bellamy? – Ladeo su cabecita inocente y dudoso.
– Oh el chofer – se alivió por lo que él menor preguntaba o lo que buscaba no era tan grave como él pensaba – Tranquilo cariño hoy conduciré yo así que puedes estar en el asiento de adelante no pasara nada porque estaré a tu lado – beso la frente del menor – vamos –
– Genial! – salto de felicidad después de sentir el beso en su frente, rodeo el coche así abriendo la puerta del copiloto, cerro la puerta y se puso su cinturón de seguridad – vamooooos – levanto su brazo con entusiasmo
Bellamy solo pudo sonreír ante las acciones del menor, definitivamente eso fue lo que hizo que se enamorara de él, prendió el coche emprendiendo su camino al restaurante el Baratie. Pasaban los minutos y ambos estaban en completo silencio, aunque Luffy se veía todo animado por ir solo a desayunar a ese restaurante donde toda clase de personas asistía, claro, había un sinfín de lugares para ir a comer, más todo el mundo amaba la comida de ese lugar en específico. Al llegar a su destino el monito bajo entusiasmado al lugar, casi arrancaba el cinturón de seguridad de tanta emoción que tenía, sin esperar a su pareja entro rápidamente al sitio buscando un lugar cerca de la ventada donde ambos podrían sentarse ya sea de frente o de lado, cual quiera podría servir solo quería compartir ese momento con su prometido.
Encontró un lugar rápidamente tomando asiento en este, se dedico a esperar a Bellamy moviendo sus piecitos entusiasmado – shishishi comida, comida – repetía una y otra vez
Llego alguien sentándose enfrente del menor – Que bueno que llegaras, aunque pudiste haber respondido para saber si vendrías –
Escucho la voz que le hablaba, cerro sus ojos y volteo a saludar a esa persona, pensando que era su pareja – Bellamy que bue… – al abrir sus ojitos callo de repente asustándose de ver a la persona que estaba enfrente de él – To-Torao ¿¡Qu-que haces aquí!? –
– Pues que más voy a hacer aquí sino es que vengo a hablar contigo, mira – saco su teléfono mostrando la pantalla – te envié un mensaje –
Observo la pantalla del teléfono de Law viendo el mensaje y lo que contenía – Lo siento Torao, pero ese mensaje no lo recibí – de igual manera saco su teléfono intentando buscar el mensaje – yo solo estoy aquí porque Bellamy y yo vamos a desayunar como los prometidos que somos shishishi – sonrió radiante
El ojeroso sintió como un balde de agua fría cayó sobre él cayendo en cuenta de que el mensaje que se supone le envió al menor lo pudo haber leído otra persona que no fuera él y entre esas personas que dio lectura a ese mensaje seria Bellamy y que este no se lo mostrara a la persona que se encontraba enfrente de él, furioso golpeo la mesa asustando a Luffy quien estaba todo contento contando lo que le había ocurrido en la mañana con el rubio y de buena manera se lo estaba contando al ojeroso ya que le tenía mucha confianza, mas a Law le valía mil sorbetes de importancia lo que Luffy y la hiena estuvieran haciendo. Pensó muy bien lo que haría y sabía que eso le costaría la confianza de algunas personas y entre ellas estaba la del pequeño monito, aparte la golpiza que se llevaría por parte de los hermanos del menor junto con la de él prometido del menor y probablemente alguien lo perseguiría hasta los rincones más oscuros de la ciudad
Se levantó con brusquedad tomando al menor del brazo asi llevándoselo a arrastras muy aparte de las quejas de Luffy, este no paro de avanzar, con brusquedad metió al moreno a su coche cerrando las puertas sin que el menor pudiera abrir por dentro. Entro a su coche y arranco.
– Déjame ir Torao, Bellamy está esperando por mi – abrió la puerta una vez que este paro enfrente de un semáforo, pero Law fue más rápido así tomando lo del brazo, lo jalo y le sostuvo la parte de atrás del cuello dándole vuelta al rostro de Luffy para después besar al menor, quien al ver la acción y separarse al monito se tapó su boca con sus manos aun teniendo en su rostro una expresión de sorpresa
– Tengo que hablar contigo y con esa hiena alrededor de ti no podría – arranco una vez que el semáforo cambio de color y siguió manejando, tomo la pierna de Luffy y la acaricio – descuida, nosotros también tendremos un tiempo los dos juntos… como los amigos que somos – sonrió y acelero la marcha
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Pasaron los minutos, Luffy abrió sus ojos y observo que se encontraba en un lugar que el mismo ni conocía o ni sabía si existía, se asustó más cuando no vio a Law a los alrededores de la habitación, se levantó de la cama buscando la puerta para poder salir, al encontrarla intento abrirla mas no podía hacer, palideció al escuchar una voz y no podía saber de quien se trataba
– No puedes salir mugiwara-ya, esa puerta solo sirve con lector de huella dactilar y lastimosamente solo tiene la mía – se encontraba sentado en un rincón oscuro de la habitación con sus piernas cruzadas y recargando se mentón en su mano – Esta bien, si puedes abrir pero no quiero que lo hagas, no ahora que por fin estamos solos y podemos hablar – prendió la lámpara que se encontraba aun lado de él.
– De qué quieres hablar… todo lo que dijiste ese día en el centro – la serie de crueles palabras que Law le dijo volvieron como una ráfaga de malos recuerdos a su cabeza – no hay nada que decir Law… –
Y ahí estaba ese nombre que calaba hasta los huesos del ojeroso lo que lo hizo suspirar – deja de decirme de esa manera… –
– No veo el problema en llamarte por tu nombre Law –
– Sabes perfectamente que tú siempre me dices Torao y así se quedara, ahora quiero que tomes asiento y que hablemos –
– ¿Cómo sé que no me harás daño? –
Suspiro – Sino confías en Law… al menos confía en tu amigo de la infancia –
Luffy dejo de hacer preguntas para luego tomar asiento a la orilla de la cama viendo fijamente a Law – Habla Law y déjame decirte que estos momentos estoy asustado por tu culpa –
– Está bien y lo siento por haberte sacado con brusquedad del restaurante, me molesta solo el hecho de que estés todo el tiempo con ese tipo, pero no es de eso de lo que quiero hablar, sino de lo que paso ese día en el centro – respiro profundo – tu muy bien sabes que para mí no eres una persona mediocre –
– Pues a mí me pareció todo lo contrario y si es de eso de lo que hablaras prefiero no escucharte y marcharme de aquí lo más pronto posible – se dispuso a salir de la habitación cuando se levantó, pero una mano lo jalo y unos fuertes brazos lo estaban abrazando por atrás – déjame ir Law –
– Sabes que duele que me digas así – acariciaba la cabeza del más bajo
– Te mereces eso y mucho más – dio la vuelta para rodear a Law con sus pequeños brazos – No vuelvas s decirme que soy un mediocre Torao –
– No lo hare y sé que me merezco muchas cosas más por haberte hecho mucho daño, mas no quiero que me odies mugiwara-ya, no soportaría eso de tu parte… – enterró su rostro en el cuello de Luffy – aparte también me pongo celoso de tu prometido –
– Uh? – se separó de Law para observarlo y luego reír – un momento… ¿Estas celoso Torao? – miro al ojeroso con una tierna sonrisa – no puedo creer que estés celoso shishishi –
– Ya olvida lo que dije, lo siento por decirte que eres mediocre no era mi intención… solo lo dije por el calor del momento y no estaba en mis cinco sentidos, también lo siento por lo del beso sé que estas comprometido y no debí hacerlo – Aunque ya te perdí – suspiro así alejándose del menor – lamento todo esto no volverá a pasar, solo quiero volver a ser tu amigo…
– Lo seremos Torao shishishi, pero… lo hare si medas de comer y me llevas a mi casa ya que Ace y Bellamy han de estar preocupados –
– Si… – lo tomo de la mano y salieron de la habitación, abrió el coche dejando que Luffy entrara con calma para después cerrar la puerta del copiloto, rodeo el vehículo así llegando al asiento del piloto – Muy bien próxima parada tu casa y una deliciosa cena esperandote – sonrió
– Eso espero Torao Shishishi –
Y así ambos amigos salieron de ese lugar ya con sus dudas resueltas, los perdones presentes y un gran ojeroso quien estaba más que contento por recuperar una amistad que el mismo había perdido por su mala cabeza y alejado de su vida, durante el camino siguieron platicando de diferentes circunstancias como, el clima o como era la ciudad donde ambos se encontraban, pero por sobre todas las cosas retomaron los viejos recuerdos antes de que se separaran, obvio evitando la parte donde Law rechazo al menor y ese tipo de cosas. El camino se hizo corto entre platicas y anécdotas, por lo cual llegaron rápido a su destino, eso hizo que el menor se sintiera un poco triste ya que extrañaba mucho el tener este tipo de pláticas con Law.
– Llegamos mugiwara-ya – apago el motor del coche – creo que este es un has luego mugiwara-ya… – sonrió dolido observando al pequeño
– Torao… no quiero que te vayas, también tienes que comer – puso su carita de sufrimiento
– Me encantaría, pero Ace-ya me matara si me encuentra aquí – revolvió los cabellos del menor – ven vamos a que te deje a la puerta de tu casa –
– Si… – se dejó tocar por el ojeroso
Law bajo del coche para abrir la puerta del copiloto y ayudar a Luffy a bajar, soltó la mano de este y ambos caminaron a paso lento hasta la puerta de la casa del menor, después de tanta bulla, risas, juegos que tenían en el coche simplemente este momento se tornó un poco triste y pesado ya que volvieron a la realidad y del mal que había hecho el ojeroso al llevarse al menor sin su consentimiento. Llegaron a la puerta y el mayor se alejó de Luffy.
– Nos vemos después mugiwara-ya – dedico una sonrisa
– Torao… –
Con esas miradas Law avanzo en dirección a su coche, mas esto no se quedaría así ya que madamas sintió como era arrastrado devuelta en dirección a la casa del menor – bueno… ya sé que me merezco que me arrastren como perro, pero al menos déjenme pararme y no estires mi playera Ace-ya… – suspiro pesado
– ¿Creíste que no nos daríamos cuenta que tú fuiste el que se llevó a nuestro angelito? – interrogo Ace – pues fíjate que no señor tempano de hielo – arrastras lo volvió a dejar en la puerta de la entrada – ahora dime… ¿Por qué te llevaste a Lu? –
Se paró y sacudió su ropa y se volvió a acomodar sus prendas de vestir – me lo lleve porque tenía que hablar con el… ¿contento? – bufo
– Debería golpearte Trafalgar, pero… – extendió su mano en dirección al ojeroso – gracias por traer sano y salvo a Luffy –
– Eh? – casi se va de espaldas al ver la amabilidad del pecoso con el que, hasta parpadeo como cinco veces, se dio de golpes y por poco se tiraba al suelo
– Vamos Trafalgar, que no ves que duele tener el brazo extendido –
– O si… – hizo lo mismo que Ace así estrechando ambas manos y firmando un tratado de paz por el momento
– Bien ya hice esto – rasco su cabeza y dirigió su vista a Luffy – ahora vamos a comer porque este pequeño tiene mucha hambre – apretujo al pequeño entre sus brazos – y ¡tú! – dirigió su mirada a Law – te quedas a cenar con nosotros y no quiero escuchar quejas –
– No yo estoy… – una mirada de si no te quedas te hare sufrir se vio reflejado en los ojos de Ace a lo que el ojeroso accedió a quedarse a cenar con esa peculiar familia – lo bueno fue que no me mataron y de eso estoy contento –
Satisfecho y con un poco de confianza entro a la casa Monkey, dentro de ese hogar el ambiente se tornaba entretenido entre risas y asaltos, sobre todo cuando Luffy intentaba robarles la comida a sus hermanos lo cual logro en pocas veces ya que Sabo ese tenía muy bien custodiada sus alimentos a Law sí que le robaron más de un trozo de carne, pero poco le importaba ya que si se trataba de su pequeño monito dejaría que le robara todo lo que él quisiera. El tiempo paso y todos estaban más que entrenados, pero Law como todo el caballero y doctor responsable que es tuvo que irse ya entrada la noche, y más cuando Luffy ya estaba dormido fue el momento justo para que este se regresara a su departamento, se despidió de los hermanos del menor y avanzo a la salida, al momento de ya salir se topó con un rubio que lo estaba esperando afuera de la casa con los brazos cruzados.
– No vuelvas a llevarte a Luffy o yo mismo me encargare de buscarte y que no vuelvas a verlo – amenazo
– Ya te lo había dicho hiena-ya… – enfrento al rubio – no eres nadie para decidir sobre la vida de mugiwara-ya, solo eres su prometido mas no su esposo –
– Y por lo mismo que soy su prometido debo protegerlo de ti Trafalgar –
– Eso ya lo veremos Bellamy-ya, a lo último mugiwara-ya tiene la última palabra –
Ambos rivales se miraban con desafío y de ellos dos solo uno podría volver a conquistar el corazón del monito, el único detalle es que se olvidaban de la decisión del mas importante entre su pelea y ese era el pequeño monito.
– Hiena-ya nos vemos después – sentencio Law
– Lo mismo digo Trafalgar – entro a la casa
Así los dos se retiraron a sus respectivos hogares dejando unas pocas palabras en el aire.