Incomodidad. Eso fue lo que sintió Ayden cuando abrió la puerta y vio, ahí en frente, a Carter. Ninguno de los dos se movió durante unos segundos que parecieron eternos.
-¿Me vas a dejar entrar, Miller?-Preguntó por fin Carter, con una claro expresión de fastidio.
-Ah, claro pasa-Rápidamente reaccionó y se apartó para que entrara.
Una vez dentro observo como Carter recorría la estancia con la mirada, no lo culpaba ya que su casa quedaba en un lugar inesperado, para ser más exactos detrás de una gran mansión. La casa de los empleados.
El siempre había vivido allí, por lo cual nunco lo vio como algo extraño o fuera de lo normal, su madre siempre había sido empleada de la mansión y muy buena amiga de la Señora que también tenía un hijo un año mayor que Ayden, Derek que era prácticamente como su hermano.
-Vamos, mi habitación queda en el segundo piso-Le informa a Carter mientras se volteaba y dirijia las escaleras.
Carter se sentía inquieto y nervioso ¿Por qué? Ni él sabía, quizás era porque de todos los lugares que imagino que pudiese vivir el Nerd Miller, nunca pensó en ese. En la casa de servicio detrás de una gran mansiòn en uno de los barrios más exclusivos de la ciudad. Dios.
Sus ojos no podìan dejar de ver toda la casa. Era grande con una buena cantidad de habitaciones también era sencilla, acogedora. Le sorprendió no encontrarse con nadie, supuso que todos estaban trabajando.
-Es aquí- Le dijo Ayden mientras abría la puerta de una habitación un poco alejada según la opinión de Carter.
Otra sorpresa, su habitación era normal, sencilla, a excepción de unos dibujos hechos en las paredes, eran muy buenos.
-Bueno Miller ¿Por dónde empezamos?- Carter se acomodo en la cama sin que Ayden siquiera se lo ofreciera.
-Tu eres el que sabe en donde vas mal- Dijo Ayden para después sentarse en la silla del escritorio.-Yo te enseñaré lo que tienes que aprender pero tienes que decirme lo que no entiendes.
Se encogió de hombros.
-Si te digo Todo ¿Estaría siendo muy específico?- Expresó Carter con una expresión de indiferencia en su rostro.
Ayden suspiro. Realmente este chico era algo serio.
-Señor bendicelo pero no lo multipliques-Susurro Ayden para sí mismo.
-¿Qué fue lo que dijiste?-Carter le dirigió una mirada mordaz como si realmente hubiese escuchado lo que dijo.
-Algo-Bromeó- Debemos apurarnos, supongo que te quedaras aquí como hasta las 6:30.
-Si, no hay mejor forma de pasar un viernes en la tarde-El sarcasmo era totalmente notable en la voz de Carter.
-Le recuerdo “Gran Carter Blair” que todo esto se debe a usted y solamente a usted.
-Bueno, empezemos ya que estoy a cinco minutos de salir por la puerta.-Dijo Carter con desespero. Ayden sabía que no lo haría pero no dijo nada.
Mientras Ayden buscaba sus libros por la habitación él paseaba su vista por ella. Sus ojos se posaron otra vez en los dibujos de las paredes.
-Hey pulga- Trato de llamar su atención.
-¿Qué?- Le Contesto Ayden sin apartar la mirada de el libro que acababa de coger del librero y estaba hojeando en busca de información.
-¿Tú hiciste esos dibujos?- Volvió a mirar la pared.
-Realmente los hicimos Eli y yo-Ayden todavía no lo mirada.
-Uhm, el marica-Murmuró Carter sin pensar. En seguida la mirada de Ayden dejo el libro y fue dirigida a él. A pesar de que no podía ver bien sus ojos supo que estaba enfadado.
-No lo vuelvas a llamar así-Prácticamente le gruño a Carter, el cual se sorprendió por su reacción, no lo había dicho con mala intención solo se le salio.
-De acuerdo-Dijo Carter porque en verdad no sabía qué más decir.
Ayden no le contesto. Estaba que echaba humo por las orejas. Pero ¿Quien se creía para llamar a Eli así? No tenía derecho. Había visto el dolor y el sufrimiento de su amigo, las burlas, los maltratos y los abusos pero Eli era fuerte y no se dejó aplastar ya que el siempre tuvo su hombro para apoyarse y levantarse.
La incomodidad volvió. La ira se disipó un poco y le permitió seguir, aclarándose la garganta con notable desentusiasmo.
-Ya tengo los libros, coge esa silla y acércate al escritorio-Dijo Ayden a la vez que le señalaba una silla repleta de libros que se encontraba al final del cuarto.
Carter se acercó ella y puso los libros en la cama, alcanzo a ver unos títulos: Sueño de una noche de verano, La divina de comedia, El retrato de Dorian Gray. Interesante.
-Está bien, por dónde empezamos-Se acomodó al lado de Ayden.
-Bueno, en este período hemos dado exactamente tres temas en lengua-Dijo Ayden mirando a Carter para ver si le prestaba atención- Por lo cual usaremos estas tres semanas con cada uno de los temas. Hay que programar el horario y cuantas veces nos veremos en la semana. Tenemos siete días de los cuales nos reuniremos cuatro y esos seran: Lunes, Miercoles, Viernes, y Sábado ¿Tienes alguna objeción?-Le pregunto mas no lo dejo responder- ¿No? ¡Que bien!
¡Rayos! Adiós a su felicidad. y justo que había planeado una “cita” con Carol el sábado entrante. Ya se le ocurriría algo.
-Esta semana comenzaremos con el tema más extenso- Prosiguió Ayden- El Romanticismo, es un tema bastante complejo por lo cual necesitamos empezar lo más pronto posible.
Estuvieron más de dos horas estudiando, al parecer Carter se concentraba mejor cuanto tenía a alguien a su lado y que le hablara directamente a él. También veia que le gustaban los retos, varias veces lo engañó diciéndole cosas como: “No puedes aprenderte eso” o “ A que no te atreves” sorpresivamente funciono.
De un momento a otro tocaron la puerta, Ayden se acercó para abrirla y detrás de ella se encontró con una mujer de baja estatura, delgada pero lo que más le sorprendió fue lo frágil y delicada que parecía la mujer. Era hermosa.
-Mamá, ¿Qué pasa? ¿Los cachorros se volvieron a escapar?- Está bien, eso lo sorprendió aún más. No se parecían en casi nada desde su perspectiva, tal vez en contextura y tamaño pero en lo demás no lo veía, si al menos se quitara esas gafas y se peinará (si es que ya lo estaba) podría encontrarle más parecido.
-No para nada, solo queria pasar a dejarles uno bocadillos-Dijo la madre de Ayden- Y también de paso aver como estaban.
Ayden miró con perspicacia a su madre, la conocía muy bien. En otras palabras quería conocer a Carter.
Suspiro y le sonrió a su madre. Dios, como adoraba a su madre.
-Bueno mamá él es Carter Blair-Se lo presentó- Carter ella es mi madre Mary Miller.
Carter educadamente se levantó de la silla y de una manera cortés le estrechó la mano a la mujer.
-Es un gusto conocerla, señora Miller.
-¡Por Dios joven no sea tan cortés! preferiría que me llame por mi nombre no por mi apellido.
-Está bien, Señora Mary-Dijo Carter que a pesar de no decirle se le se le notaba un poco aturdido.
¡Oh Madre Santa! Ayden la estaba pasando bien viendo como su madre ponía nervioso a Carter. Nunca pensó ver algo como eso.
-Ma, vamos a seguir estudiando, Carter se tiene que ir pronto-Se apiado un poco de Carter.
-Oh claro yo los dejo-Ayden recibió la bandeja que le dio su madre con comida y bebidas. Su madre salió de la habitación cerrando la puerta tras de sí.
Ninguno de los dos hablo sólo se sentaron y comieron para seguir estudiando. En un momento Carter levantó la vista de la libreta y vio un portarretratos que no había visto antes. En el vio a la mama de Ayden más joven, lo cual no era mucho decir ya que la mujer no aparentaba más de cuarenta, la vio con un pequeño niño de cabello color arena y ojos entre azul-verdoso,era muy lindo el niño para que negarlo.
-Miller- Llamó a Ayden.
-¿Tienes alguna duda?-Dijo Ayden acercándose a él cuando se dio cuenta que tenía el portarretratos en sus manos.
-¿Quien es este niño?- Le pregunto aún viendo fijamente la foto- ¿Tienes un hermano?
-No, ese soy yo-Lo pronunció en un tono que daba a entender lo obvio que era.
-¿Cómo?-Parecía que los ojos de Carter no cabían es cara-Imposible, este niño es lindisimo y tú eres...tú
-Realmente eres… un idiota-Dijo mientras volteaba los ojos. El sabía eso pero que se viera así no significaba que no se preocupara por su aspecto por el contrario lo hacía para que no lo miraran por el.
-Pff porfavor, vamos ver ¿Que te sucedió? ¿Te paso un aplanadora por encima?-Como dijo idiota con I mayúscula.
-No pero estoy seguro que a ti si-Le entrego unas notas y apuntes.- Estudiatelas el lunes te hare un pequeño examen de prueba a ver en donde aflojas.
Carter captó la indirecta, le estaba diciendo que era tiempo de que se fuera. estaba bien eso ya que tenía planes para más tarde.
Fueron juntos hacia la entrada, Ayden dejó a Carter en la puerta sabiendo que él ya conocía el camino de vuelta. Ninguno de los dos se agradaba ni siquiera lo suficiente como para decirse un Adios.
Y ninguno de los dos esperaba que eso cambiara.