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Línea por zion no bara

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Notas del fanfic:

Es una trama dedicada a Ochoacruz22, quien me sugirió que usara a la pareja de nuevo, espero que te guste y perdona por la tardanza.

Deseo que también les guste a quienes lean.

Notas del capitulo:

Es una trama de dos capítulos con esta pareja que hacía tiempo que no usaba.

 

 

Capítulo I

 

La nueva colección debía salir bien, sin contratiempos ni cualquier tipo de problema pero el trabajo duro siempre es recompensado y en su caso más pues toda una empresa no es algo que simplemente falle, no si todos los que participan hacen su parte. Por esa razón las personas involucradas no dejaban de moverse y hacer su trabajo, cada parte era importante y el hombre de cabellos negros que dirigía a la compañía se sentía satisfecho de cómo marchaban las cosas. Aunque estaría completamente tranquilo hasta que se terminara con la nueva presentación.

Shura de Capricornio era un hombre maduro, frisaba con los treinta años pero seguía siendo un caballero muy atractivo, alto, de cabellos y ojos verdes, atlético y soltero, no se le podían poner muchos defectos y mucho menos si se trataba de conversar pues era abierto y franco, la mayoría de las veces. Aparte de eso estaba al frente de su propia compañía de cosméticos y aromas, no eran de las más importantes pero sí que habían despuntado en los años anteriores y con bastante fuerza. Justamente por eso un nuevo lanzamiento requería de tanto trabajo y dedicación.

Si las cosas salían bien en su nueva presentación podrían llegar a un nuevo nivel, incluso hacerse internacionales.

Dedicado y trabajador, sin duda lo veían como un hombre que lograría lo que deseara. Y solo algo podía ser más importante que toda su empresa y eso que era el motivo por el cual trabajaba tanto: su hijo.

Algedi* era sin duda la persona más importante de su vida, viudo desde hacía unos años su pequeño había llenado su existencia al perder a su joven esposo que los abandonó cuando el pequeño contaba solo con tres años, no fue sencillo seguir adelante pero lo habían conseguido.

Sin embargo en todo ese proceso no estaba solo, una persona lo había ayudado y apoyado de diferentes maneras aunque no muchos lo reconocían pues se trataba de alguien discreto, muy discreto.

—     ¿Dónde están los contratos?—pregunta Shura sintiendo que podía cortarle la cabeza a alguien.

—     Ya fueron enviados, relájate.

—     No sé qué haría sin ti Mu.

—     Espero que nunca tengas que descubrirlo Shura.

—     Entonces todo marcha bien ¿Verdad?

—     Sí, no te preocupes, las cosas saldrán bien Shura.

—     Eso espero, sabes que es importante lo que nos estamos jugando.

—     Lo sé—decía el joven sonriéndole con amabilidad.

—     Bien, entonces solo nos queda esperar por la nueva presentación.

—     Será un éxito.

El joven ante él era su asistente pero la realidad era que se trataba de alguien que le había brindado todo el esfuerzo y apoyo que nadie más le dio durante los años anteriores, y no solo en su trabajo, sino también en su hogar y con su hijo.

Ambos se habían conocido de una  manera bastante particular.

 

**********

 

Cuando Shura estaba consiguiendo el financiamiento para su empresa apenas habían pasado unos meses de la pérdida de su esposo, su vida estaba muy cercana a un desastre. Pero sabía que si quería fundar una compañía necesitaba hacer tratos.  Como fuera una noche debía asistir a una cena con posibles inversionistas y el niñero no llegaba, veía el reloj nerviosamente a punto de maldecir cuando llamaron a su puerta. Abrió con velocidad y se encontró con un jovencito ante él de cabellos lavanda y enormes ojos verdes.

—     Buenas noches—dijo el chico—Me llamo…

—     Sí, no importa—dijo él con velocidad dispuesto a marcharse—Mi hijo no ha cenado, debe bañarse y que se duerma.

—     ¿Qué?

—     Llegaré después de la medianoche.

—     Pero…

—     Hasta luego.

Como llevaba prisa solamente se marchó mientras que un desconcertado joven miró hacia el interior y se encontró con un pequeño de cabellos negros que había hecho todo un desastre de cereal en la mesa, al mirarse de frente solo pudo sonreír sin terminar de entender lo que acababa de ocurrir. No sería todo por esa noche.

Cuando Shura estaba de regreso a su entonces departamento sentía que no había resultados definitivos a su encuentro, no se sentía seguro de haberlos convencido para que invirtieran con él. Había apagado su teléfono celular durante la cena y casi para llegar a su edificio lo volvió a encender, con lo cual vio que tenía varios mensajes, los leyó y se encontró con algo que lo hizo quedarse helado. Todos los mensajes eran de la agencia de niñeros para pedirle que confirmara la fecha y la hora en que necesitaba que el niñero que iba a contratar estuviera en su departamento.

¿De qué hablaban? El niñero había llegado, pero al seguir leyendo se dio cuenta que les había dado mal la fecha, no les indicó ese día sino el siguiente. Entonces ¿Quién estaba en su casa con su hijo? Subió como rayo las escaleras pues no esperó por el ascensor y entró a su departamento para encontrarse al mismo chico al que había dejado viendo televisión en silencio. El joven volteó y lo saludó.

—     Buenas noches.

—     ¿Quién eres?—fue la primera pregunta del de Capricornio.

—     Me llamo Mu de Aries—le explicó el joven con suavidad—Soy nuevo en el edificio, soy su vecino de hecho.

—     ¿Y mi hijo?

—     Cenó, lo bañé y está dormido.

El de cabellos negros no esperó sino que fue a la recámara y encontró al pequeño plácidamente dormido, con lo cual solo se retiró sin hacer ruido. Regresó a la sala y el muchacho seguía ahí.

—     Gracias—dijo el de Capricornio—Creo que hubo una confusión.

—     Eso supuse. Solo vine para preguntar si estaba bien la presión del agua en este departamento porque yo no tenía pero no quise que Algedi se quedara solo.

—     Lamento todo esto, iba aprisa y no me detuve a preguntar nada.

—     Debo decirle que no llegó nadie, tal vez el niñero tuvo problemas.

—     Si, debió confundirse o algo.

Aclarado lo sucedido parecía factible tranquilizarse, al menos el de ojos verdes lo hizo y vio que había té caliente en la cocina.

—     Me preparé un poco—le decía el joven—Espero que no importe.

—     No, no, está bien, lo menos que puedo hacer  es invitarte otra taza después de haber cuidado a mi hijo todas estas horas.

Así que se presentó con el de cabellos lavanda y mientras tomaban una taza de té charlaron, era sencillo hablar con ese chico, lo escuchaba atentamente.

—     Así que a pesar de todo fue una cena inconclusa—terminaba él.

—     No creo que debas rendirte Shura—comentaba el joven con confianza—Puedes salvar este negocio, solo plantéalo de otra manera.

—     ¿Cómo?

—     Como si fuera un asunto hecho.

Shura lo escuchó atentamente, no estaba nada mal lo que le decía, así que cuando se despidieron siguió dándole vueltas al asunto y al día siguiente no dudó en aplicar lo que hablaron, con lo cual no tardó en tener respuestas pues los inversionistas se sintieron más confiados al ver su seguridad. Al final del día estaban haciendo contratos de palabra pero se trataba de un negocio hecho.

—     Estoy en casa—decía el de Capricornio entrando a su departamento.

Su pequeño se alegró de verlo mientras Mu terminaba de alistarlo para dormirse. Como ya había sido su niñero una vez el de cabellos oscuros le pidió que volviera a cuidar a su hijo.

—     Todo salió de maravilla—decía el de ojos oscuros.

—     Que bueno—comentaba el joven sonriendo.

Se quedaron charlando un poco más pues un animado Shura deseaba contarle a alguien los resultados de su entrevista.

—     Solo debo esperar que las cosas marchen bien—decía él.

—     Ya verás que si—decía el joven Aries alistándose para irse—Tengo que descansar, mañana necesito ir a un par de entrevistas.

—     ¿Entrevistas de qué?

—     De trabajo, acabo de llegar y necesito establecerme.

—     ¿Qué clase de trabajo buscas?

Siguieron hablando un poco y como los intereses del joven de cabellos lavanda parecían muy cercanos a los de él no fue mucho lo que se necesitó para que hubiera una idea sobre la mesa.

—     ¿Por qué no trabajas para mí?—ofreció Shura.

—     ¿Para ti?

—     Si, serías mi asistente, necesitaré de mucha ayuda en estos días y creo que puedes con el trabajo.

El joven lo pensaba un poco, después de todo era un trabajo y no estaría mal involucrarse con una empresa naciente que parecía tener tan buenas oportunidades para el futuro.

—     Muy bien—dijo Mu sonriendo.

—     Entonces empezaremos cuanto antes.

Y así había sido entre los dos, fundaron una sociedad de trabajo que era muy benéfica para la empresa.

 

**********

 

Con los años las cosas marcharon muy bien, Shura encabezaba todos los proyectos y Mu lo apoyaba, nadie podía señalar fallos o malos entendidos entre los dos desde que se unieran y de hecho se llevaban muy bien a pesar de que sus personalidades podían pasar por opuestas a veces. Si bien como jefe el de Capricornio podía ser severo o impertinente ese chico de cabellos negros sabía manejarse perfectamente ante él, lo sobrellevaba sin inconvenientes. Aunque también era cierto que el joven seguía apoyándolo en una cuestión muy especial: cuidaba de su hijo.

El pequeño Algedi desarrolló una relación de verdadero afecto con el muchacho de los cabellos lavanda y como el joven le tenía cariño al pequeño no le disgustaba cuidarlo ya fuera porque su padre tenía un compromiso laboral o de otro tipo.  Justamente por los del otro tipo era por los que salía más. Era verdad que el de Capricornio amó muchísimo a su esposo, que le costó recuperarse de su pérdida, pero también fue cierto que con el paso de los años volvió a verse con hombres. En ese terreno todos eran del mismo tipo, modelos. Debido a su rubro era bastante fácil conocerlos pero jamás llegaban a nada serio con él. Su hogar, primero el departamento y después la casa que se compró y a la cual se mudó, era un templo en el que se recordaba a su esposo y padre de su hijo.

Nunca hablaban mucho de eso pues a Mu no le parecía correcto hacerlo y a él porque tratándose de compañeros hablaba con alguien más.

De todas maneras estaban discutiendo una mañana sobre nuevas opciones para la empresa y eso incluía a otra persona.

—     Así que una nueva campaña parece lo mejor en estos momentos—comentaba Mu—Debido a la última exposición la empresa ha llamado la atención y un nuevo producto nos beneficiaría si se maneja de manera adecuada.

—     Un perfume no se escucha mal—comentaba Shura sin dejar de leer unos contratos.

—     Aun así parece mejor estar enterados de los pormenores antes de una posible asociación.

—     ¿Qué sabes de nuestro prospecto?

—     Se llama Afrodita de Piscis—le explicaba el muchacho de cabellos lavanda—Fue modelo, logró portadas más o menos importantes y entró a los negocios hace un par de años, aunque debo aclararte que no le ha ido muy bien.

—     Tal vez juntos podamos entendernos y hacer algo que valga la pena.

—     Quiere hacer una fragancia con su nombre.

—     De acuerdo ¿Tenemos citas para este día Mu?

—     Si y es de las gratas—mencionaba el joven sonriendo.

Apenas unos instantes y un asistente anunciaba que su cita había llegado, con lo cual apareció por la puerta un hombre castaño de mirada parda.

—     Aioros.

—     ¿Cómo has estado Shura?

De inmediato se estrecharon las manos, lo cual no era complicado que pasara cuando se trataba de amigos de hacía años y a los cuales les daba gusto verse siempre que les era posible.

—     Estoy bien Shura ¿listo para nuestro almuerzo?

—     Claro. Mu, sabes dónde estaré.

—     ¿Hasta cuándo trabajarás para este esclavista?—le preguntaba en broma el castaño al muchacho de ojos verdes—Si no te cuidas Shura te quitaré a tu asistente.

—     No te atreverías.

El joven por su parte solamente sonreía, sabía que entre esos dos hombres siempre se habían tratado de esa manera. Además tendría trabajo mientras ambos almorzaban pues necesitaba supervisar una sesión de fotografía.

Así que mientras Mu estaba a cargo, Shura se sentía completamente tranquilo para pasar un tiempo con un viejo amigo. Llegaron al restaurante previamente elegido, tomaron su mesa y ordenaron con velocidad para después dedicarse a charlar. Algunos temas ya eran conocidos, otros fueron nuevos y al final había uno que resultaba recurrente desde hacía unas semanas.

—     Entonces ¿Todo va bien Aioros?

—     Los negocios marchan Shura.

El castaño tenía una empresa que se dedicaba a la ropa y accesorios, sobre todo de adolescentes.

—     Espero que en lo personal te vaya igual de bien Aioros.

—     Sabes que sí, Saga es maravilloso.

Saga era su pareja desde hacía unos años, eran felices juntos, mientras que era sabido que el de cabellos negros no salía con nadie de manera formal, desde su viudez era así.

—     ¿Qué hay de ti Shura? ¿No has pensado en establecerte?

—     La empresa y mi hijo llenan mi vida, no necesito de nada más.

Le parecía que era la verdad, al menos esperaba que su amigo de cabellos oscuros, con el tiempo, encontrara a la persona que complementara su vida.

 

**********

 

Y mientras ellos dos se enfrascaban en su charla Mu encontraba que su labor de ese día no estaba tan mal como la pensaba, no era la primera vez que se encargaba de eso. Sabía trabajar con los modelos, la manera de tratarlos, hablar con los fotógrafos, era de verdad bueno en su labor. Además conocía al resto del equipo que trabajaba ese día, en cuanto estuvieron las primeras pruebas se dedicó a observarlas con cuidado, discutió algunos puntos hasta que seleccionó las mejores.

—     Shura debe verlas.

De inmediato las fotografías estaban en un sobre para que el de cabellos negros viera las pruebas y diera su visto bueno a la imagen que seleccionaría, se trataba de algo para un catálogo así que se necesitaba de los mejores resultados.

—     Buen trabajo, a todos—les decía el muchacho de ojos verdes—Pueden irse a descansar.

De inmediato se estaba levantando todo el material y cada quien continuaba solo con lo que le faltara hacer. Mu se quedó un poco más finalizando algunos detalles pero a pesar de todo ese tipo de cosas siempre llevan tiempo. Así que para cuando se dio cuenta ya era tarde, necesitaba darse prisa pues tenía un compromiso, se alistó lo más pronto que pudo para tener tiempo de ir de vuelta a la oficina aunque no fue necesario ya que su cita estaba ahí esperando por el joven.

El de cabellos lavanda iba a salir apenas cuando se percató que algunos de los modelos, que ya se habían cambiado y estaban por irse, fijaban su mirada y comentaban de manera más o menos discreta en una persona que apoyada en su vehículo parecía aguardar por algo o alguien. Y como no hacía ruido al caminar se enteró de algunos comentarios.

—     ¿En serio preguntó por él?

—     Si, lo escuché, dijo que esperaba a Mu de Aries.

—     ¿Saldrá con él?

—     Que desperdicio, es un chico guapo.

—     Tienes razón, él no es tan…

Pero justo en ese momento el de ojos verdes caminó entre ellos como si no los hubiera escuchado  y se dirigió directamente al joven que lo esperaba. Se trataba de un muchacho alto y esbelto, parecía bailarín, de largos cabellos verdes y bonitos ojos rosas

—     No sabía que vendrías Shion.

—     Llamé a la oficina y me dijeron que estarías aquí ¿Nos vamos?

—     Claro.

Ambos abordaron el vehículo del joven de cabellos verdes y de inmediato estaban en camino para pasar la tarde juntos. No era inusual algo como eso, después de todo eran hermanos.

—     ¿Cómo está papá Shion? No lo he encontrado cuando llamo a casa.

—     Ya sabes como es con él, no le gusta quedarse encerrado y como se retiró, aprovecha para ver a todos sus amigos.

—     Me alegra que esté bien.

—     Te envía saludos, espera que vayas a casa.

—     Intentaré apartar un fin de semana, es que hemos tenido mucho trabajo Shion.

—     ¿Y cómo va todo?—preguntaba con curiosidad el de ojos rosas.

—     Muy bien—decía el joven sonriendo.

Los dos hermanos siempre se habían querido mucho, fueron muy unidos desde niños y aunque tenían actividades diferentes procuraban reunirse. No dejaban de contarse como iban las cosas en sus vidas aunque el joven de mirada verde se abstuvo de decirle nada de los modelos, los cuales a pesar de respetarlo siempre habían pensado que el joven no era, bueno, tan guapo, por eso ver a un chico aguardando por él les había llamado tanto la atención.

—     Necesito ir a la oficina Shion.

—     Creí que tendrías la tarde libre Mu.

—     Si pero prefiero dejar esto para Shura de una vez, así no se perderá tiempo.

—     De acuerdo—soltó no muy convencido.

De inmediato estaban en camino a buena velocidad y casi al mismo tiempo se escuchó el timbre del teléfono del joven de ojos verdes, lo sacó de su bolsillo y pareció reconocer el número pues sonrió.

—     ¿Qué sucede Algedi?—preguntaba con suavidad—Solo es tarea—aguardó unos instantes—De acuerdo, dime de que se trata.

Shion lo escuchaba todo en silencio, estaba completamente al tanto de esa historia entre su hermano y el hijo de su jefe, que lo cuidaba y aunque sus labores habían cambiado lo de ser niñero de ese niño parecía seguir igual.

—     Pasaré después Algedi, la revisaré y veré que esté bien ¿De acuerdo? Adiós—y la llamada terminó cuando le mandó un beso.

Los hermanos no dijeron nada por unos segundos pero el de mirada rosa sentía que necesitaba expresarse.

—     ¿Todavía eres niñero de ese niño Mu?

—     Lo cuido a veces, es un buen niño y me agrada.

El otro joven ya no dijo nada, le gustó al principio saber que su hermano trabajaba y demás pero las cosas como estaban no le parecían de todo adecuadas, a veces pensaba que daba demasiado cuando no todo era su trabajo; sin embargo el muchacho de cabellos lavanda se veía contento y solo por eso no decía nada.

Había varios planes en puerta y necesitaban cumplirse y para eso alguien más debía entrar en sus vidas.

 

**********

 

Como estaba en su agenda la reunión de esa mañana no era asombroso que todo estuviera listo, Mu siempre estaba al tanto de todo y no dejaba las cosas al azar. Shura por su parte ya sabía todos los datos que le había proporcionado su joven asistente de la persona con la que se verían. Si en verdad era una buena propuesta para negocios bien valdría la pena negociar. Y para eso necesitaban encontrarse de frente los interesados y discutir las cosas de manera abierta.

—     Afrodita de Piscis está aquí—anunció atentamente un asistente.

En ese momento entraba al salón de conferencias un atractivo y muy guapo hombre de ojos y cabellos celestes, espléndida figura, lo cual no era extraño cuando sabían que había sido modelo y que incursionó en los negocios, aunque también sabían que eso no fue con mucho éxito. En la opinión de Mu saber caminar en una pasarela no era lo mismo que tener una buena idea y saber venderla.

—     Bienvenido Afrodita de Piscis—se apresuró a  recibirlo Shura.

—     Gracias, por favor, dime Afrodita solamente—respondió sonriendo.

Aunque esa amabilidad era para el de cabellos negros únicamente.

Conforme avanzaba la reunión se podrían decir muchas cosas, para empezar que tener la idea de crear un perfume como una marca propia no estaba mal y le había funcionado a mucha gente pero no por eso ese muchacho de cabellos celestes estaba al tanto de todo lo que se necesitaba saber para crear un aroma. Era muy sencillo decir que le gustaban las notas florales exóticas pero no especificar cuál sería cada aroma, un perfume podía incluir más de veinte notas diferentes, incluso más, así que solo pensar que estaría bien tener un perfume era sencillo pero no era productivo el no tener una idea completa.

Las siguientes dos horas se escuchaba la charla pero no se veía muy definido nada, solo una cosa si parecía estar segura en toda esa conversación. El asunto era que Afrodita era modelo y uno muy guapo, eso nadie lo negaba, y al de Capricornio solo se veía con modelos y le gustaban los muchachos guapos. La conclusión lógica no tardó en mostrarse ante ese razonamiento.

—     Creo que se trata de una idea que podemos discutir—decía de manera diplomática el de ojos verdes.

—     Estoy seguro que podemos entendernos Shura—respondía sonriendo el de cabellos celestes.

Cuando se despidieron fue con un apretón de manos muy firme y también firme el deseo de volver a verse. Aunque a solas era el momento de discutir de manera más objetiva lo que había sido esa reunión.

—     ¿Qué te parece Mu? ¿No crees que es una buena idea?

—     La verdad es que esta idea en particular requeriría de mucho trabajo Shura y sinceramente no es la mejor idea que han propuesto en esta mesa.

—     Pero no estaría mal discutirla.

El sentido de esas palabras era bastante claro: el de cabellos negros no quería dejar de ver al de cabellos celestes. Mu lo conocía bastante bien y por eso no le extrañó cuando el otro le pidió el teléfono del modelo y lo llamó para invitarlo a cenar esa misma semana.

Así que durante los días siguientes ambos estuvieron viéndose con cierta frecuencia, y cada vez que Mu los veía juntos se decía que él nunca sería el tipo de hombre que atrajera la atención del de Capricornio.

Mientras los otros dos salían el joven cuidaba del pequeño Algedi, ambos se entendían muy bien y el de los cabellos lavanda parecía saberlo todo del niño. Cuando el de cabellos negros dejó su apartamento para mudarse a una casa bien puesta de una zona central en la ciudad ellos siguieron viéndose y la verdad era que el pequeño quería mucho a ese chico de mirada verde.

—     ¿A qué hora llegará papá?

—     No debe tardar Gedi—que era como lo llamaba de cariño—Podrás decirle todo cuando llegue.

Justo en ese momento el de ojos verdes entraba y su hijo corría hacia él para recibirlo.

—     ¿Todo bien?—preguntaba Shura cargando a su hijo.

—     Si papá, Mu me ayudó con mi tarea.

—     Muy bien.

—     Un amigo me invitó a su cumpleaños ¿puedo ir papá? Es este sábado.

—     ¿Este sábado? Tengo un compromiso hijo, lo siento, no creo poder llevarte.

—     Pero quiero ir—decía pidiéndolo el pequeño.

—     Yo puedo llevarlo—se ofreció Mu—Será por la mañana.

—     Eres el mejor—decía el mayor de los Capricornio.

No eran una familia aunque se comportaban como una.

Sin embargo esa armonía estaba por verse amenazada y eso solamente por la presencia de alguien: Afrodita de Piscis. Y con el joven en el camino la relación laboral y personal entre Mu y Shura estaba por sufrir un revés muy serio.

 

**********

 

Era verdad que a Shura le gustaba mucho Afrodita, el de cabellos celestes lo sabía, y creyó que eso sería bueno para su propuesta pero pasaba el tiempo y no veía que adelantara, tuvo una respuesta del porqué.

—     Mu siente algunas dudas para avanzar—le contó como si nada el de cabellos oscuros.

—     ¿Acaso tu asistente es quien decide Shura?

—     Me ha apoyado mucho desde hace años, su opinión es valiosa para mí.

Por el momento el de ojos celestes guardó silencio, aunque entendía con claridad que el de Capricornio no aceptaba involucrarse en su idea por la intervención de Mu, así que solamente necesitaba encontrar la manera de hacerlo a un lado.

Los días siguientes que volvieron a verse, el de ojos celestes se lanzó contra la persona que lo obstaculizaba. Al principio no eran palabras de ataque, trabajaba duro, pero se tomaba muchas atribuciones, Shura era el jefe, era su empresa, Mu era solamente su asistente. Pero el de Capricornio confiaba demasiado en ese chico de cabellos lavanda y no pensaba que las cosas fueran de esa manera. Siendo así el de Piscis decidió tomar otro curso de acción en su ataque.

Mu estaba en la oficina supervisando algunos contratos, todo marchaba bien, pues incluso esa misma mañana se le había ocurrido una nueva idea para una línea de cosméticos, incluirían sombras para párpados, rubor, labial y todo en cinco categorías que podían combinarse, se llamaría Naturaleza. No era una idea nueva, de hecho el joven de ojos verdes llevaba un tiempo con ese asunto aunque no lo había comentado con nadie pues deseaba que todo estuviera listo solo para ser presentado.

Justamente porque a veces se le ocurrían las ideas de pronto procuraba cargar siempre una libreta para anotar sus ideas, a veces llegaban de forma repentina y era más sencillo guardarlas así.

Pero quedó de lado todo cuando se encontró con Afrodita, el cual parecía esperar al de Capricornio en su oficina.

—     Buenos días—saludó amablemente Mu—Shura no debe tardar en llegar.

—     Parece que siempre sabes lo que hace Shura.

—     Soy su asistente, debo saberlo.

—     Me han dicho que incluso cuidas a su hijo.

—     Me agrada hacerlo.

—     Supongo—y lo miró directamente—Eres un poco de todo, asistente, secretario, niñero, ama de llaves.

Sin embargo había algo en su mirada y en su tono de voz que no le gustó al muchacho de cabellos lavanda, pero prefería no hacer una escena, así que eligió la salida más educada a esa situación.

—     Shura llegará en cualquier momento—dijo Mu sin perder la calma—Me retiro.

Con eso dejó lo que llevaba en las manos en el escritorio y se dispuso a salir sin mirar atrás.

Desafortunadamente al hacerlo no se dio cuenta que dejaba también su libreta, el de ojos celestes la vio y se sintió intrigado, así que sin ningún sentido de la discreción la tomó y empezó a hojearla.

—     ¿Qué es esto?—se decía a sí mismo—Parece una buena idea.

Tan buena que se llevó la libreta consigo.

Esa misma tarde se daba una escena frecuente en la casa Capricornio, estaban Shura, Algedi y Mu, charlaban de su día y el pequeño era quien justamente tenía algo importante que comunicarles, para él lo era.

—     En la escuela va a haber un festival—decía el niño—Es para que vayan los estudiantes con sus padres.

—     Se oye bien—decía el de cabellos negros.

—     ¿Puede ir Mu?

—     Es para los padres solamente Algedi.

—     En la escuela muchos creen que es mi papá.

El joven de cabellos lavanda solo sonreía al escucharlo pero el de Capricornio se puso serio de pronto.

Fueron a la cocina y lavaron los platos, solo estaban los adultos y como el de ojos verdes seguía en su silencio el de Aries se animó a preguntarle.

—     ¿Qué es lo que sucede Shura?

—     No es nada.

—     ¿Es por lo que dijo Gedi?

—     Ya estuve casado Mu, no le daré un padrastro a mi hijo.

—     ¿Y si apareciera alguien en tu vida?—le preguntó de forma especial.

—     No lo creo—fue su respuesta de manera terminante.

Fue el turno del otro para quedarse silencioso y serio.

—     ¿Te sientes bien Mu?

—     Si…solo…es mejor que me vaya.

Su respuesta fue tan apresurada como su partida.

 

**********

 

El fin de semana Mu estuvo apurado pero no por su trabajo, buscaba su libreta pues no recordaba donde estaba.

—     ¿Dónde puede estar?

Lo que no sabía era que se encontraba en manos de alguien más, de Afrodita, quien estaba ocupado jugando sus cartas.

Cartas que por cierto se traducían en ese momento en estar a mitad de una sesión de besos con el de Capricornio en su departamento, y fue el momento que eligió exactamente para hablar de un proyecto.

—     ¿Sabes? He tenido una idea para una línea de cosméticos.

—     ¿Cosméticos?—preguntaba el de ojos verdes sin apartarse demasiado.

—     Si…

No tardó mucho en contarle, el de cabellos negros lo escuchaba y la verdad era que le pareció una muy buena idea.

—     Se escucha bien Afrodita, creo que lo hablaré con Mu.

—     Ya le comenté algo—se apresuró a decir la de cabellos celestes—Me dijo que no era una buena idea así que preferí ir a lo más alto.

—     ¿A Mu no le gustó la idea de unos cosméticos?—decía algo extrañado—Lo hablaremos el lunes en la oficina.

—     De hecho ya me he comunicado con dos firmas más Shura—le decía el de ojos celestes acariciándolo por el pecho—Están bastante interesados ¿Por qué no te reúnes con ellos?

—     Una cita así debe prepararse y…

—     Es para este lunes.

—     ¿Ya tienes la cita Afrodita?

—     No veo porque esperar.

—     Puedo decirle a Mu que…

—     Creía que podías hacer algo sin tu asistente ¿O no?

El de cabellos negros no tuvo tiempo para pensar demasiado pues de inmediato estaba siendo besado de nuevo para que no se le ocurriera algo como meditar todo ese asunto.

Al término del fin de semana, el mismo lunes, Mu se encontró con la novedad de que Shura no apareció, eso era extraño, lo llamaba y no contestaba, así que el resto del día tuvo que encargarse de la empresa solo pero podía hacerlo, estaba perfectamente versado en todos los asuntos de la compañía. Pero a pesar de todo no dejaba de preguntarse por lo que estaría haciendo.

La cuestión era que estaba en compañía de Afrodita, el cual estaba llevando la charla entre posibles inversionistas sobre la supuesta idea que tenía para una línea de cosméticos. La idea era bastante buena, bien planeada y pensada, se notaba que estaba levantando bastante interés. Después de eso se retiraron y el de cabellos negros lo llevó hasta su departamento y al despedirse, pues en algún momento tendrían que hacerlo, el de ojos verdes se mostraba complacido con los resultados.

—     Tu idea es fantástica Afrodita, no me asombra que no quisieran dejarte ir de la reunión.

—     Todos han sido tan amables conmigo—decía el joven besándolo pero tras una pausa agregó—Casi todos.

—     ¿Quién no es amable contigo?

—     Nadie, no debí mencionarlo.

Pero al final permitió que el de Capricornio le sacara un nombre y fue el de Mu el que salió a relucir. En un primer momento el de cabellos negros no supo que pensar, el chico de cabello lavanda a su opinión era excelente y jamás lo vio ser grosero con nadie pero el de Piscis sabía exponer su jugada; hablaba mal del joven como si no quisiera hacerlo. Y como el de cabellos negros estaba bastante entretenido con su belleza le prestó atención.

Mu era un gran colaborador pero no tenía ningún derecho a ser maleducado con el de ojos celestes.

Después de ese veredicto el de cabellos celestes sonrió cuando el de ojos verdes no lo miraba.

 

**********

 

Al día siguiente Shura finalmente se apareció en la oficina y Mu se sintió aliviado aunque eso no evitaba que se sintiera curioso sobre lo sucedido, pues no había sabido del de Capricornio en varias horas, lo cual resultaba altamente inusual.

—     Que bueno que apareces Shura—le decía el de cabellos lavanda sonriendo—La sesión de fotografías se terminó sin problemas y te dejé las imágenes elegidas para que las estudies, además ya está el reporte de ventas, tenemos que…

Le dio un informe rápido y completo de lo ocurrido el día anterior, las noticias y las decisiones tomadas. Mu era el tipo de asistente que jamás se presentaba con problemas si no era con soluciones, a cada noticia se daban propuestas viables y todas contaban con los pormenores para ser tomadas en cuenta. De hecho el joven sabía perfectamente todo el manejo de la empresa por cuenta propia.

—     Está bien—se limitó a decir el de cabello negro.

—     ¿Todo va bien Shura?

—     Sí.

—     Es que no te apareciste ayer ¿Dónde estabas?

—     Tuve una cita con Afrodita.

El joven lo escuchaba intentando no demostrar lo que en verdad pensaba de eso pero si tenía que recordarle algo.

—     No puedes alejarte de la empresa de esa manera Shura.

—     No era algo personal, se trataba de negocios Mu.

—     Ya habíamos discutido su idea y acordamos que…

—     Se trata de otra idea.

—     Convenimos que cualquier negocio debe ser discutido con los accionistas—le mencionaba el joven.

—     Nos reunimos con posibles inversionistas solamente—y como si nada mencionó algo más— ¿Por qué no me dijiste del nuevo proyecto de Afrodita?

—     ¿Cuál proyecto?

—     El de maquillaje, Naturaleza.

—     ¿Qué?—preguntaba sorprendido.

—     Es una gran idea.

Pero el joven de los cabellos lavanda no sabía exactamente que decir primero, finalmente tomó un respiro y pudo hablar.

—     Shura, esa idea no es de Afrodita, es mía—le dijo con firmeza.

El de Capricornio lo miró directamente de forma un tanto suspicaz, de inmediato se vio abordado por una explicación de su joven asistente, bastante completa de hecho, se escuchaba bien la historia, pero al mismo tiempo era complicada.

—     ¿Puedes probarlo Mu?

—     No, solo tengo mi palabra Shura pero es la verdad, Afrodita robó mi idea.

—     Hablaré con él—fue todo lo que pudo decir.

Sinceramente hubiera preferido no quedar en medio pero no le parecía que fuera buena idea que ambos se vieran en esos momentos, lo mejor, o al menos eso le parecía, era que se supiera ambas partes de la historia pues a pesar de todo no se sentía muy inclinado a decidir en ese momento.

Esa misma tarde el de cabellos oscuros estaba en el departamento del de Piscis y no del mejor humor ciertamente, se le notaba.

—     No pareces muy contento Shura—decía el joven—Tal parece que tienes malas noticias.

—     Tengo que ser directo Afrodita—dijo él tomando un respiro—Mu dice que la idea de Naturaleza es suya y que tú se la robaste.

—     No puedo creer que sea así de envidioso—respondió el otra dándole la espalda.

—     ¿Dices que miente?

—     Digo que jamás le he agradado Shura, y que haría lo que fuera para que saliera de sus vidas.

—     Escucha Afrodita, he trabajado con Mu por años y nunca he tenido problemas, así que…

—     ¿Así que qué?—lo interrumpió el de mirada celeste— ¿Cómo puedes creerle a él y no a mí?—refutaba con tono indignado—Ese chico me odia.

—     Eso no es verdad, no exageres.

—     Claro que es la verdad, me detesta porque salimos juntos.

—     ¿De qué estás hablando?—preguntaba confundido el de Capricornio.

—     Por favor Shura, no me dirás que no te has dado cuenta de nada, Mu está enamorado de ti.

El de ojos verdes no supo ni que decir ante eso, no era posible ¿o sí? Bueno, Mu había sido un gran colaborador en los años anteriores pero de ahí a que lo amara…eso era distinto…no podía ser posible…Solo terminó sintiéndose confundido y sin poder tomar una resolución en todo ese asunto pero no podía terminar ahí algo como eso. Afrodita por su parte sentía que no iba a perder ese encuentro y si para eso necesitaba pasar por encima de ese chico de cabellos lavanda lo haría.

Pero en definitiva sería un momento para que la vida de los involucrados llegara a un punto sin retorno ya que habría decisiones muy importantes que tomar.

 

**********

 

Continuará…

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Solo por comentar:

*Algedi es una estrella de la constelación de Capricornio.

Si nada sucede subo la segunda parte y el final la semana entante, nos leemos.

Atte. Zion no Bara

 


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