– Eiji ¿Qué dijeron los padres de Tai? – preguntó Naruto con la mirada baja, habían pasado dos días desde aquel suicidio de motivos poco claros, ya el cuerpo del albino había sido enviado a china a petición del jefe de la mafia de dicho país, Eiji miró a su papá quien arrullaba a un somnoliento Takumi.
– no les sorprendió mucho lo que sucedió – dijo Eiji tomando un sorbo de café, miró a sus alrededores sumiéndose durante unos instantes en sus propios pensamientos, el sol estaba por todo lo alto, señalando que era casi medio dia, aún así su resplandor no era potente, sino más bien una suave calidez que abrazaba el jardín que los rodeaba, si, estaban en uno de los múltiples jardines de la hacienda rusa.
– ¿algo así ya había sucedido antes? – preguntó Naruto a su hijo con un deje de preocupación y tristeza, Eiji se limitó a asentir mirándolo.
– …era producto de los acosos a los que Tai se veía sometido – aclaró Eiji – pero su padre dijo que siempre habían sido intentos de suicidios vagos y lentos, como cortarse ligeramente las venas o tomar algunas pastillas – mencionó recordando el tiempo que habló con el capo Huang – dijo que era como si en realidad no deseara morir, jamás había intentado algo con un arma… – se sumieron durante unos instantes en silencio, Eiji observaba como su papá acariciaba las mejillas del bebé que acababa de quedarse dormido en sus brazos, acurrucado a él, aferrado a sus ropas, queriendo no separarse – papá… – lo llamó y entonces Naruto pasó la atención de su nieto a su hijo.
– dime Eiji – ambos compartían miradas de seriedad.
– creo que ya lo comprendí – dijo el azabache menor de ojos azules, Naruto le miró con curiosidad tratando de comprender el trasfondo de sus palabras, sabiendo esto Eiji prosiguió – me he comprendido a mí mismo por primera vez desde que tengo conciencia…
– lo siento no entiendo a qué te refieres dattebayo – Naruto le prestaba suma atención, Eiji sonrió.
– yo no soy normal papá – ante aquella afirmación Naruto tembló – ni padre ni yo somos normales, nos falta un tornillo – aquello lo dijo con cierta burla, un gesto impropio de su seria personalidad – somos narcisistas, psicópatas e indolentes, no podemos apiadarnos de nadie y tampoco podemos amar a nadie más que a nosotros mismos – Eiji sonrió – aunque tal parece que para mi padre tú fuiste una gran excepción a la regla y terminó perdidamente enamorado de ti – Naruto se sonrojó por lo que había dicho Eiji, el rubio quería hablar pero las palabras no le salían, aquellas declaraciones le habían tomado por sorpresa – tú también fuiste la excepción a mi regla…
– Te enamoraste de mi… – murmuró Naruto sintiendo como mil espadas atravesaban su corazón, Eiji negó con la cabeza mientras una pequeña sonrisa de dibujaba en sus labios.
– siempre pensé que si – dijo Eiji mirando la taza de café vacía – por eso fui capaz de cometer aquella “travesura”…como sabrás mi manera de ver lo bueno y lo malo es distinto al no sentir empatía – Naruto le miró como diciendo “lo sé” de una manera silenciosa y comprensiva, el rubio sabia esto, por eso no podía culpar tanto a Eiji por la terrible “travesura” que había cometido, lo había perdonado rápido y lo sabía, no era culpa de su hijo – para mí el sexo es solo sexo y nunca le vi un trasfondo mas allá, por eso no le vi nada de malo a hacerlo contigo, pensé que era normal, ahora después de consultar con mis secuaces me di cuenta de que no era así y que te había hecho mucho daño…lo siento mucho papá – Naruto negó con la cabeza.
– por más que quise Eiji no me pude enojar contigo – dijo Naruto sintiendo como sus ojos se aguaban y la voz le empezaba a temblar, estaba conmovido – soy consciente de quién eres y tus limitaciones, me resultaba vergonzoso hablar con mi hijo de las relaciones, debí hablarte al respecto para que pudieras juzgar lo que se considera bueno o malo…es mi culpa.
– no lo es – murmuró Eiji acercándose para sentarse a un lado de su papá, la servidumbre cercana se había retirado – me enseñaste bien – dijo el joven varón acariciando con dulzura la espalda de su papá – en fin… – prosiguió – así como tú fuiste la excepción para mi padre y te convertiste su amor así mismo fuiste la excepción para mí y te convertiste en mi adorado papá – Naruto miró a Eiji a los ojos y este le devolvió la mirada – eres la única persona a la que puedo querer, mi mente torcida contigo tuvo un sobre cupo por lo que no hay espacio para nadie mas – Eiji se echó en el espaldar de su silla mirando al cielo, era gris y el sol se distinguía entre las tupidas nubes – no poder sentir el amor, ni la amistad, ni el compañerismo, y la verdad tampoco me hacen falta – Eiji volvió a mirar a Naruto – como eres la única persona a la que quiero me confundí, creí que te amaba pero no es así.
– Eiji…
– si estuviera enamorado de ti mis celos hacia padre hubieran sido insoportables…uno de los dos hubiera terminado muerto – Naruto cerró los ojos con resignación aferrándose al pequeño Takumi quién dormía en sus brazos – mi tipo de amor es distinto “quiero a papá solo para mi” se limita a eso.
– Eres un consentido Eiji – dijo Naruto con una ligera sonrisa dispuesto a seguir escuchando cada una de las declaraciones dadas por su hijo.
– lo se…y me encanta serlo – el asentimiento de Eiji ante la afirmación de Naruto no se hizo esperar – debido a este tipo de amor que te tengo si hubiera tenido un hermano o hermana menor…posiblemente no hubieran sobrevivido, te seré sincero, si hubiera tenido un hermano menor a la mínima que tuviera oportunidad lo hubiera matado, mi tipo de amor se parece mucho al de padre en ese aspecto… – Naruto tragó grueso mirando al suelo, Eiji notó esto – por lo que veo estabas consciente de esta parte…
– Así es – dijo Naruto con decisión y tristeza en su mirada – por eso desistí de tener más hijos…
– lo lamento…
– ¿por qué te disculpas? – preguntó Naruto viendo a su hijo bajar la cabeza.
– Te tuviste que sacrificar por mi – Eiji levantó la cabeza y miró a su papá con cierto deje de tristeza, no podía sentir empatía, pero Naruto era la excepción – estoy seguro que hubieras querido tener más hijos…
– no te lo voy a negar…siempre quise tener una casa repleta de niños – murmuró Naruto recordando deseos pasados – pero después de todo lo que paso y de decidir quedarme con Sasuke por voluntad propia supe a qué consecuencias debía atenerme – Naruto sonrió – es fácil notar que tu padre no es alguien muy normal, aquello podría ser hereditario y la verdad yo estaba dispuesto a asumirlo – se miraron en silencio con una sonrisa, el ambiente tenso se había disipado por completo, ambos estaban satisfechos con los resultados de esa charla.
– papa…
– dime Eiji…
– soy feliz como soy y la verdad no necesito nada mas.
– eso me alegra – dijo Naruto sintiendo como se liberaba de un enorme peso…
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