Naruto observó a su hijo Eiji con los ojos llorosos mientras este trataba de entender, buscando señales en su actuar que indicara sus motivos, pero no los halló, solo veía a un doncel deprimido con un disfraz ancho de una serie desconocida para su persona.
Para Eiji ver a Naruto con aquellas extraña ropas se le había hecho habitual, pero el doncel últimamente no las usaba tan a menudo, pensó que quizá aquella era una pista y acertó, bajó su atenta mirada vio como su papá se llevaba las manos a su vientre con rostro dolido…
– Eiji estoy embarazado – empezó a decir Naruto, y Eiji juró tener el corazón en la garganta – él bebe es tuyo…tengo cuatro meses – el azabache vio a su padre quien parecía devastado y con la mirada perdida, se sintió tan culpable como nunca se había sentido, pero no había tiempo de ahogarse en penurias, debía actuar, tomó de la mano a su papá quién había empezado a limpiarse las lágrimas que salían a cataratas por sus cerrados ojos azules llenos de dolor.
– d-debemos salir de aquí papá – justo al decir eso el terror de Eiji se materializó en la sala en forma de su odiado padre, el rostro de Sasuke irradiaba ira pura, Eiji en un intento de proteger a su papá se colocó delante de él sirviéndole de escudo entre un enfurecido Sasuke y un temeroso, acongojado y adolorido Naruto.
– Así te quería encontrar pequeña mierda – la voz de Sasuke sonaba ronca y enojada, las palabras eran arrastradas entre sus apretados dientes, Sasuke no se limitó a hablar, en cuanto se aseguró que el arma apuntaba bien disparó y Eiji solo pudo sentir el frio húmedo de una bala atravesándolo antes de poder sentir el agonizante dolor, no era débil, para nada, pero por alguna razón aquella pequeña bala le hizo caer al suelo para su sorpresa, en ocasiones anteriores había resistido disparos en su cuerpo…pero por alguna razón sentía que aquella bala disparada por su padre sería la última que tendría que soportar…
Escuchaba a su papá insultado a su padre mientras trataba de acercarse para comprobar su estado, en medio de la inconsciencia solo podía observar todo con la vista nublada como si de un sueño se tratase, tan lejano y tan ajeno a su persona…escuchó otro disparo y abrió sus ojos, no sabía en qué momento los había cerrado, solo para ver como su papá caía al suelo y ver como su padre con una expresión salida de los propios infiernos llevaba el arma a su sien y se disparaba suicidándose…
…
– Eiji…Eiji hijo despierta – abrió los ojos y se encontró a si mismo tendido en un sofá de la antesala, despertó confundido y desubicado, hacia unos instantes estaba en el suelo tendido en un charco de sangre mirando a un techo difuso y ahora se encontraba mirando también un techo difuso pero en una situación diferente, se sentó en el sofá y miró a su papá que estaba ataviado en un hermoso kimono rojo y negro, muy naturalmente maquillado mientras sus rubios cabellos rebeldes seguían dándole aquel aspecto infantil, desplazó su mirada un poco solo para fijarse en un niño que estaba agarrándole la mano a su papá, aparentaba los diez aunque recién acababa de cumplir los nueve, Takumi Uchiha llevaba puesto un traje blanco con camisa negra y corbata roja, estaba bien peinado y su liso cabello rubio le caía por los costados, su hijo también le devolvía una mirada tan helada como el hielo idéntica a la que él le estaba dedicando, bueno, algo había sacado de él – ya es hora hijo, Sasuke no tardará en llegar – vio a Takumi soltarse de la mano de su abuelo Naruto para salir al pasillo a encontrarse con una bonita niña de cabellos rojos y ojos dorados – esa es la niña que trae loco a Takumi – sonrió Naruto viendo al par de infantes desaparecer por el pasillo, Eiji también los observó irse, al menos Takumi era un niño normal, algo frio y con un coeficiente intelectual elevado…pero era normal.
Caminó junto a su papá rumbo al salón principal, donde estaban reunidos todos los cabecillas de la mafia en la reunión anual de jefes, para Eiji la vida no había cambiado mucho, seguía teniendo el mismo estilo de siempre, sin complicaciones, sin sentimientos trascendentales, pero era el estilo que le gustaba y prefería que siguiera siendo así.
Al acercarse a la mesa que les correspondía notó como su hijo Takumi se separaba de aquella niña con cabellos de fuego, la pequeña regresó a la mesa donde estaba su tío quién la cuidaba en nombre de sus padres fallecidos, toda la familia Uchiha se sentó a la mesa que les correspondía y se dispusieron a esperar a quién faltaba, nada más ni nada menos que Sasuke Uchiha, el cabecilla de la mafia más poderosa del mundo y actual jefe de la familia, dicho personaje entró por la puerta seguido de Karin y Suigetsu, los distintos jefes de la mafia se pusieron de pie para recibirlo con honores y este entró con andares propios de alguien perteneciente a la realeza, besó ligeramente los labios de Naruto al llegar antes de sentarse a la mesa junto a su pequeño esposo, su hijo y su nieto.
Ahí estaba…la gran familia Uchiha en el centro del salón y en el tope del mundo…
Fin…
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