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EIJI: capitulos extra de "aunque tenga que encerrarte" por valeeop

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Eiji estaba fuera de la habitación de sus padres en la hacienda rusa, muy nervioso como nunca antes lo había estado, una gota de sudor frío bajaba por su sien, no por él calor pues de no ser por la calefacción que ambientaba un poco aquel pasillo haría un frío propio de países nórdicos, tenía puesto un traje idéntico al que su padre llevaba esa noche, ya estaba todo preparado, primero esperó a que su amado papá se fuera a dormir primero, luego le mandó un mensaje a Moegi  quién se encargó de asesinar a una de las piezas claves de Sasuke, este se enteró casi al instante a través de una llamada de la misma Moegi quién dijo que un asesino contratado por enemigos había asesinado a aquel cerdo lameculos del gobierno encargado de cubrir él tráfico de armamento pesado, justo esa noche trescientos misiles iban a ser enviados a un país árabe pero sin la ayuda de este hombre las cosas se iban a dificultar, por ello Sasuke abandonando la maravillosa tentación de dormir abrazado a su amado doncel tuvo que salir echando algunas maldiciones a solucionar él mismo dicho asunto, aquellos misiles de última tecnología no podían quedarse en Moscú demasiado tiempo.

Udon utilizando sus increíbles habilidades se infiltró en él sistema de seguridad de la mansión cambiando todas las cámaras por una grabación de hacía una semana para que los guardias no se enteraran de nada de lo que iba a suceder, Konohamaru por otra parte vigilaría los alrededores para que nadie se acercara a la habitación matrimonial del jefe de la mafia.

Por otra parte el disfraz de Eiji era perfecto, en ese momento agradecía lo que mucho había detestado en el pasado, agradecía el gran parecido que tenía con su odiado padre, con ayuda de estilistas profesionales y dejándose crecer el cabello un par de meses consiguió hacerse el mismo estilo de peinado de Sasuke Uchiha, un flequillo adelante con dos mechones a los lados y el cabello en punta en la parte de atrás, si, llevaba meses dejándose crecer el cabello exclusivamente para ese propósito, también con la ayuda de lentes de contacto color negro ocultaba sus ojos azules fríos como un bloque de hielo, era la viva imagen de Sasuke Uchiha y si creciera un poco más, tan solo los cinco centímetros que le faltaban para llegar a la altura de Sasuke serian prácticamente idénticos.

Por su puesto aquella no era una misión fácil, también tuvieron que hacer otros preparativos, entre ellos darle a alguien tan despistado y a la vez tan avispado como Naruto pastillas para que estuviera en un estado de ensoñación, para ello tuvieron una solución muy simple, la maraña de pastillas molidas fue echada en la salsa de un platillo que Naruto Uchiha no había probado nunca antes, un platillo exótico, así él no podría comparar ni detectar elementos extraños en el platillo, así como lo había hecho según le contaron a Eiji, años antes con el ramen, cuando detectó veneno y por lo tanto un intento fallido de asesinato por parte de los chef de aquel entonces, también tuvieron que burlar al chef David Medina pero eso fue tarea fácil.

Y ahora, después de toda esa preparación y semanas de planeación Eiji Uchiha estaba listo para intentar tener sexo con su papá.

Así es, aquella era una fantasía que había guardado en lo más profundo y recóndito de su mente en la época de su adolescencia y que ahora, incapaz de sacársela de los pensamientos había decidido hacerla realidad.

Abrió la gran puerta de la recamara matrimonial, con cierta duda, temiendo que su amado y muy perceptivo papá se diera cuenta del engaño, se acercó a la cama a pasos silenciosos, como un felino cerrando la puerta tras de sí con cuidado, la penumbra seria su gran aliada por si acaso su disfraz no era perfecto, vio el bulto en la cama cubierto por las suaves y finas sabanas del lecho, se relamió los labios y pasó el dorso de su mano por la silueta que se formaba, desde la cabeza hasta los pies de su papá, empezó con su papel, se quitó el saco y se deshizo de la corbata, enseguida se lanzó sobre el doncel que yacía hasta ese momento dormido haciendo que este despertara, Naruto, ya acostumbrado a la fiereza animal de Sasuke en la cama, se colgó del cuello de su marido y con palabras inexistentes se entregó al placer que aquel hombre podía ofrecerle.

Eiji estaba terriblemente complacido y hecho un manojo de nervios, las manos les temblaban de la emoción pero aún así pudo disimular muy bien su estado, no debía levantar sospechas, se acercó y con una voracidad que el desconocía empezó a comer a besos el cuello de Naruto, era cálido y suave, delicioso y dulce.

Naruto por su parte no entendía porque tenía tanto sueño, últimamente a pesar de tener que cuidar del pequeño Takumi, él bebé no le había hecho pasar noches en vela, al contrario, el pequeño Takumi Uchiha era tan tranquilo como el mismísimo Eiji cuando este mismo era tan solo un bebé.

Eiji tomaba una porción de piel del delicado cuello de Naruto, la mordisqueaba, la lamia y la succionaba degustándola como nunca antes imaginó, de una forma sexual, aquello que tanto había deseado, el rubio, aún en su, para él, extraño estado de ensoñación, miró a aquel hombre que estaba encima de el con la cara enterrada en su cuello, por inercia movió la mano hacia el cabello azabache de este y removió los mechones que cubrían su nuca, la observó con detenimiento liberando jadeos incontrolables por el trabajo que aquella persona estaba realizando sobre su muy delicado cuello, el cual para el era una zona muy erógena, liberó otro jadeo no de placer si no de asombro al ver la pequeña peca que estaba detrás de la oreja de "Sasuke", a pesar de la inamovible penumbra gracias a la pálida piel casi fantasmal pudo identificarla, una peca, casi insignificante, el rubio respiró un par de veces, una pequeña lagrima resbaló por su mejilla justo en el momento en el que Eiji mordió su cuello.

Eiji se acercó pensando que con el mordisco había lastimado a su papá, se acercó al cándido rostro del doncel y mientras con habilidad le sacaba la parte de arriba del pijama lamió, con gula, aquella lagrima que resbalaba por el hermoso rostro, después con mucha ansia unió sus labios con los rosados y acorazonados labios de su papá, los acaricio superficialmente con la lengua, delineándolos con delicadeza, deleitándose con su suavidad, saboreando aquel agradable sabor, quería mas mucho más.

Naruto entreabrió los labios dispuesto a recibir en ellos a su "marido", Eiji no espero más y enseguida juntó sus labios en un fogoso beso, el rubio, gemía bajito sintiendo como aquella juguetona lengua le recorría, notaba como las manos del azabache estaban muy ocupadas terminando de desvestirse y desvestirlo, sin poder evitarlo enredó sus dedos en el cabello azabache de "Sasuke", halándolo ligeramente, atrayéndolo hacia el de forma inconsciente, dejándose, sencillamente dejándose llevar

Para cuando se dio cuenta estaba boca abajo, con el trasero en pompa mientras Eiji frotaba su miembro ya húmedo de pre-semen contra su entrada, escuchaba sus propios jadeos así como los ligeros gruñidos de satisfacción de "Sasuke", eran movimientos pélvicos rítmicos que pronosticaban lo que estaba por venir.

Eiji estaba en el mismísimo paraíso, dejándose llevar por el maravilloso arte del placer y el deseo, jamás había experimentado algo similar con ninguna de las múltiples personas con las cuales se había acostado, aquello era monumentalmente distinto y mejoe, esa gran dulzura con la que su papá lo recibía era algo inimaginable y satisfactorio, aquello no era sexo, aquello ya había pasado esas barreras e iba más allá.

Con ambas manos Eiji acarició las caderas de su papá al momento de penetrarlo, entró suave, primero la punta para después proseguir con toda la longitud de su falo, aquella entrada le absorbía a aquel mundo de placer que el tanto deseaba para por fin sentirse completo, escuchó gustoso el gemido que soltó Naruto mientras encorvaba la espalda temblando, Eiji miró el cuerpo desnudo de su papa desde arriba, la bonita piel perfecta y lisa con aquel hermoso tono uniforme que resplandecía por la luz de la luna que recién se filtraba por las cortinas y sin permiso iluminaban la habitación, como si para Naruto la edad no hubiera pasado, unos hombros pequeños, una cintura delgada y unas caderas lo suficientemente anchas como para ser el modelo de la perfección para el cuerpo de un doncel, las esponjosa pompas con ese bronceado natural lanzaban una invitación innegable a morderlas, las contorneadas piernas, largas y esbeltas temblaban ligeramente incapaces de sostenerse.


Su papá era sencillamente perfecto...


Entonces Eiji empezó con el vaivén, fuertemente, dándose cuenta de que el tiempo se agotaba de forma demasiado rápida para su gusto, no quería que el bastardo de su padre llegara y lo cortara en la más pura excitación encontrándolo en plena faena, por lo que la brevedad seria su mejor amiga, solo debía tratar de hacerlo rápido pero no apurarse demasiado, y al mismo tiempo, tratar de guardar en sus memorias de forma permanente aquel acto que no se volvería a repetir, y como tal, quería disfrutarlo al máximo.

Volteó a su papá aún sin salir de él, en la posición del misionero con las piernas del dulce doncel a sus hombros, abrazó el pequeño y delicado cuerpo debajo de el con ternura y ansia enterrando su cabeza en el cuello de Naruto, aspirando su aroma mientras las embestidas se hacían más rápidas y exigentes llegando a lo más profundo de la entrada del pelirrubio, este gemía fuertemente desbordándose en el placer que le estaba siendo otorgado, se aferraba con fuerza a Eiji dejando aruñones en la fuerte y musculosa espalda de su hijo, y Eiji lo disfrutaba, le resultaba enormemente gratificante, durante un ligero momento de lucidez entre la lujuria del sexo y una ensoñación producto de unas pastillas que el desconocía, paseó su mano al terso cuello de "Sasuke" que parecía esculpido en mármol y ahí lo aruñó ligeramente sin que este se diera cuenta.

Estaban en el clímax más puro, Eiji besó a Naruto en los labios y este le correspondió, el rubio se corrió sintiendo como aquel liquido espeso y caliente lo llenaba por completo, el calor del orgasmo le hacía temblar y soltar un fuerte gemido, cerró los ojos un instante dispuesto a volverlos a abrir pero no pudo, el efecto de aquellas pastillas era muy fuerte y le habían vencido, sin querer cayó dormido profundamente en un instante.

Eiji salió de dentro de Naruto con cuidado, rápidamente se vistió y fue al baño para después regresar con una toalla húmeda con la cual limpió el cuerpo de su papá con delicadeza, lo vistió con cuidado y arregló lo que pudo las sabanas de la cama terminando por dejar a su papá tal como lo había encontrado y así dar por finalizada su travesura.


Salió del cuarto quitándose los lentes de contacto negro y terminando de deshacer aquel peinado similar a su padre adoptando su verdadera apariencia, caminó por los pasillos topándose con su fiel secuas Konohamaru a un par de metros de la habitación de sus padres, el ya adulto Konohamaru envió un mensaje a Udon para que restableciera las cámaras trucadas y otro a Moegi avisándole que su misión de distracción había terminado.

Ambos salieron de la hacienda rusa rumbo a Moscú, para las personas de la hacienda, para las cámaras y para los mismos guardias, era como si ellos nunca hubieran estado ahí.












Notas finales:

lo admito...quizá si quiero ver arder él mundo :v


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