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43. su Imperfecto Compañero (26) por dayanstyle

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Yesung no estaba seguro qué lo había poseído para salir a correr a la mitad de la noche. No había sido capaz de dormir y había paseado por la casa entera maniáticamente porque estaba demasiado tranquila. ¿No era eso irónico?

Ahora estaba aquí, viendo a su pareja, viendo el miedo en los ojos de Ryeowook. Sabía que podía cambiar y dejar que el vampiro supiera quién era, pero Yesung no estaba seguro de qué decir después de eso, se apoyó en sus patas traseras viendo a Ryeowook verlo.

Sentía el calor y el frío de sus emociones recorrer sus venas al ver a su pareja. Habían pasado meses desde que realmente había visto al hombre, y no estaba seguro de que lo que sentía ahora fuera correcto.

—¿Eres tú, Yesung? Porque si no lo eres entonces te daré una justa advertencia que mi sabor es como de mierda.

La esquina de los labios de Yesung se elevó mientras veía a su pareja tratar de escaparse de esa manera. Si había creído que su pecho dolía antes, no era nada comparado al ver los ojos negros-media noche de su pareja. Cada célula en Yesung quería alcanzarlo, tocarlo, sostenerlo. No estaba seguro si lo quería a pesar de todo, pero negar que ver a su pareja no se sentía bien sería una mentira.

—¡Y espero por Dios que te cause indigestión y gases!

 

Yesung se carcajeó interiormente mientras estiraba las patas delanteras frente a él y entonces apoyó la cabeza en el suave pelo de sus patas.

 

—Está bien, relájate. Entonces o eres Yesung o eres un lobo muy flojo. Aunque voy a creer lo primero. — Ryeowook dio un vacilante paso, acercándose, sus ojos fijos en la cara de Yesung mientras pasaba su mano frente a él—. Solo asiente o haz algo, por favor.

Yesung levantó la cabeza lo suficiente para asentir y entonces la bajó. Quería preguntarle a su pareja por qué no había corrido a casa. Si Ryeowook no estaba seguro de qué lobo era, no debería de estar ahí afuera tratando de razonar con él.

Iba a tener una larga conversación con el otro hombre acerca de su seguridad. Sin saber quién era el lobo que estaba frente a él, Ryeowook no debería de estar tratando de decir ni una maldita palabra. Él ya debería de estar en la casa.

Incluso aunque estaba dolido por lo que su pareja le había hecho, Yesung no podía refutar el hecho de que se sentía realmente bien estar cerca de Ryeowook. Solo el estar cerca de su pareja le había dado el confort que había perdido. La inquietud que había sentido antes desapareció cuando Yesung vio al nervioso vampiro.

Qué infiernos de contradicción considerando lo que Ryeowook trató de hacerle.

—No estoy seguro de por qué estás aquí. — Ryeowook lentamente bajó al suelo, doblando las piernas frente a él y con las manos en el regazo—. Pero me alegra que estés aquí. ¿Eso significa que me escucharás ahora?

Yesung no había visto al vampiro desde que lo lanzó de la casa cuando Ryeowook se encadenó en su cama hace dos meses. El dolor aun era demasiado fresco a pesar de todo ese tiempo, y Yesung no podía tratar con eso.

Habían pasado dos meses.

 

Una arruga se formó en la esquina de los ojos de Yesung mientras veía a su pareja flaco, gris, poco saludable. En  donde había habido delgados músculos ahora no había nada, solo esa piel hundida. Ryeowook era pálido por naturaleza, pero los oscuros círculos bajo los ojos de su pareja le daban una apariencia ceniza. Su hermoso cabello negro humo estaba seco y caía como hojas muertas en el otoño.

Mataba a Yesung verlo de esa manera. Sentía sus emociones en conflicto, solo que no sabía qué debería de hacer. ¿Debería de darle una oportunidad? Su orgullo le decía que era imposible que confiara en el vampiro de nuevo.

Pero su corazón le decía que le diera a su pareja una oportunidad, darle a Ryeowook el beneficio de la duda y otra oportunidad. Yesung estaba nervioso acerca de dejar que su pareja entrara, darle al hombre su corazón completamente.

Él ya había destruido a Yesung una vez antes.

 

—Sé que no me crees cuando digo que no lo hice intencionalmente. — Ryeowook, tomó una ramita de hierba girándola entre sus dedos mientras veía a Yesung—. Sé que estaba asustado y no sabía hacia donde dirigirme cuando lo hice. Pero eso nunca significa que quise que mis hermanos fueran contra ti con intención de dañarte. Sé que todo eso se oye totalmente jodido, pero tienes que creerme, Yesung, por favor.

Yesung levantó la cabeza cuando Pa salió al porche con su escopeta en las manos y un oso a su lado. —¿Todo está bien, Ryeowook?

—¿Lo está? — Ryeowook preguntó mientras veía a Yesung, casi con un brillo de esperanza en sus oscuros y hundidos ojos.

Yesung cambió e inclinó la cabeza hacia el hombre en el porche. —Él está bien.

El viejo oso los vio por un gran momento, mientras trataba de darle a Yesung una silente advertencia antes de regresar al interior de la casa. Yesung bajó su mirada hacia su pareja para ver a Ryeowook ruborizado profundamente viendo el cuerpo desnudo de Yesung. El color rosa de sus mejillas se veía pálido con el tono gris de su piel.

Pero no dejó de notarlo, y su pene se llenó ante la mirada de deseo de Ryeowook. —Una oportunidad más, Ryeowook. Traicióname de nuevo, y no habrá nada en la tierra que pueda detenerme  de…

—Yesung no tenía en su corazón la conclusión de la amenaza. Nunca querría lastimar a  Ryeowook ni siquiera si fuera infeliz. Era un honor de shifter cuidar de su pareja, protegerlo y alimentarlo. La amenaza se sentía como caliente ceniza en su lengua.

—Lo prometo. — Ryeowook se puso de pie, retorciéndose las manos frente a él. Su pareja se veía como si quisiera tocar a Yesung, pero no tenía el valor. En su lugar solo siguió parado, bajando la vista viendo la hierba en su mano.

Sabiendo que no podía resistirse, Yesung lo alcanzó, tomando con su pulgar e índice el mentón de Ryeowook,   levantándolo.

—Regresaré mañana en la noche, así podremos hablar, Ryeowook.

—Yesung necesitaba tomarse su tiempo para pensar en qué decir. No esperaba correr hacia Ryeowook esta noche, pero ahora que lo había    hecho, había perdido las palabras.

Y esa era la primera vez para él.

 

Ryeowook asintió, moviendo la cabeza rápidamente. —Aceptaré cualquier cosa que quieras darme ahora.

Yesung soltó su mentón y estudió a su pareja. El vampiro se mordía el labio inferior mientras sus ojos iban hacia la ingle de Yesung y entonces alejó la mirada, como si no estuviera seguro de que se le permitiera ver eso.

Contuvo el gruñido en su pecho, demandando que su pene no se levantara ante la sensual expresión de su pareja. Yesung sabía que Ryeowook no estaba seduciéndolo a propósito y eso hacía todo eso más tentador.

—Mañana.

 

Ryeowook asintió de nuevo rápidamente.

—Ahora ve a casa y deja de hacer caminatas solo tan tarde en el bosque. —Su tono era de malestar, dejándole saber al vampiro lo mucho que desaprobaba lo que Ryeowook había hecho.

—No lo haré, lo prometo. — Ryeowook seguía ahí nervioso.

—Ve, Ryeowook —Yesung dijo un poco más amable.

 

Ryeowook se giró pero Yesung podía decir que era lo último que el hombre quería hacer, cruzar el patio y subir los escalones del porche. Se detuvo en la puerta, dándole a Yesung una larga y anhelante mirada antes de entrar.

Yesung suspiró. Ryeowook parecía estar cerca de llorar. El vampiro parecía estarse preguntando si vería a Yesung de nuevo. Eso no era una treta. Yesung tenía la total intención de regresar. Solo no estaba seguro de lo que diría cuando llegara.

 

Cambiando a su forma de lobo Timber, Yesung regresó a su casa.

Ryeowook vio a su pareja correr alejándose a través del frondoso bosque. Dolía como el infierno ver a Yesung irse. Confiaba en la palabra del lobo de que regresaría, pero estando las cosas tan tensas entre ellos no estaba tan seguro.

—¿Cómo te fue? —Pa preguntó desde el marco de la cocina.

«¿Cómo me fue?» La confusión lo rodeó con esa pregunta. Su pareja dijo que regresaría. —Se supone que hablaremos mañana en la noche. —Eso hizo que el corazón de Ryeowook se acelerara y su cabeza girara. No estaba seguro de lo que Ryeowook podría decir. El lobo dijo que podía darle otra oportunidad a Ryeowook, pero no era tan tonto para creer que mañana todo sería dulces y rayos de sol.

Le tomaría un tiempo a Yesung volver a confiar en él, asumiendo que milagrosamente eso incluso pudiera suceder.

—Es un inicio. —Pa entró a la sala, su gran presencia se detuvo al lado de Ryeowook en la ventana—. Solo no lo presiones. Deja que suceda naturalmente, Ryeowook.

Ese parecía un perfecto consejo. —Pero tengo una tendencia natural a joder las cosas. ¿Qué si sucede de   nuevo?r13; Ryeowook podía sentir la ansiedad construyéndose en su interior mientras veía el patio vacío —un patio en el que había estado su espléndida desnuda pareja.

Era la primera vez que Ryeowook había visto desnudo a su pareja, y la vista se quedó grabada en fuego en su memoria. Yesung no era tan definido como los hombres de la casa Moon. No era robusto ni velludo como los osos.

Yesung era un magnífico espécimen. Su abdomen plano, marcado, los pectorales musculosos como deben de ser los de un hombre. El recuerdo del rastro feliz de vello tenía a Ryeowook duro como roca al imaginar seguir con su lengua ese rastro para ver a dónde lo guiaba.

Pero había visto a dónde lo guiaba, y su pene comenzaba a estar imposiblemente duro. Yesung tenía un grueso y largo eje, ¡y ni siquiera estaba duro! Su cuerpo se estremeció al pensar en el lobo tomándolo.

—Solo sé tú mismo —dijo Pa colocando su gran mano en el hombro de Ryeowook —. Muéstrale a Yesung el verdadero Ryeowook, y sé que te amará incluso más de lo que lo hacemos nosotros.

¿Este hombre está loco? Si Ryeowook se mostraba a Yesung cómo era realmente el hombre podría lanzar a Ryeowook el primer día. Era un desastre caminando. Ryeowook nunca pensaba antes de hablar y nunca pensaba antes de hacer algo hasta que alguien le gritaba que lo había hecho mal. No había manera de que permitiera que Yesung viera ese lado de él.

Tenía que ser todo lo opuesto de lo que era.

 

—Lo haré. —La mentira sabía amarga en su lengua, pero Ryeowook sabía que Pa estaría toda la noche discutiendo con él si le decía la verdad. Era un completo torpe idiota la mayoría del tiempo.

Infiernos, había tirado todas las cosas de la despensa, dos veces, cuando vio el programa acerca de la diabetes y el colesterol elevado. Ryeowook había temido que todos los osos pudieran morir por un coma diabético o un ataque al corazón como    decían ahí.

Nunca se le ocurrió pensar que los ocupantes de la casa eran shifters y que las reglas para ellos eran diferentes. Nunca se le ocurrió que los shifters tenían vidas inusualmente largas y que la naturaleza los había construido diferentes a los humanos.

Y ese era su problema. Ryeowook  nunca pensaba antes de actuar.

 

—Me iré a la cama. No quiero que salgas solo, Ryeowook.

 

¿Qué pensaba todo el mundo, que no podía cuidar de si mismo? Había cuidado de si mismo por ciento veinte años antes de los osos o de Yesung. Podía arruinarlo en ocasiones, pero él había logrado no matarse… ni mucho menos.

Comenzó a subir las escaleras cuando sonó el teléfono. Eran las cinco de la mañana. ¿Quién podría llamar tan tarde… o tan temprano? Curioso, Ryeowook tomó el teléfono, lo llevó a su oreja. Hubo un momento de silencio en que nadie dijo nada.

—¿Yesung?

—Escuché que llamaste a tus hermanos para que te ayudaran con un problema.

 

El corazón de Ryeowook saltó, apenas podía respirar. Cada músculo en él estaba fijo en su lugar. —¿Padre?

—Nunca has podido resolver tus propios problemas, así que iré a encargarme de este por ti. Quédate tranquilo, Ryeowook, el lobo ya no te molestará más.

—¡No! —Pero era demasiado tarde. Su padre ya había colgado. Ryeowook acunó el teléfono contra su pecho mientras se aferraba con la otra mano al borde del mostrador. Sus rodillas estaban débiles y su cuerpo en shock al pensar en su padre en algún lugar cerca de Yesung.

Kim Sang Kyung era muy respetado entre la comunidad de los vampiros. Y era una fuerza para ser reconocida. La comunidad no tenía idea de cuán duro era realmente Sang Kyung. Su padre había pasado muy poco tiempo con Ryeowook mientras crecía y las pocas veces que le prestó atención a Ryeowook lo minimizaba y le decía qué estaba haciéndolo mal.

Ni una vez Ryeowook tuvo algún comentario positivo del hombre. Sus hermanos estaban ocupados tratando de complacer a Sang Kyung, así que ellos se olvidaban de Ryeowook. Él sabía que ellos lo querían, a su propia manera. Pero había crecido en una casa en donde los cuatro hombres que había admirado, que deberían de ser su modelo, le habían quitado su autoestima y la habían lanzado al maldito sanitario.

Colgando rápidamente el teléfono, Ryeowook corrió a la puerta.

¡Tenía que advertirle a Yesung! DongHo le había dicho que el lobo se había mudado. Era un poco lejos, pero Ryeowook haría cualquier cosa, iría a cualquier lado para proteger a su lobo.

Dios, él estaba del otro lado de la moneda ahora. En lugar de correr de Yesung, Ryeowook corría hacia él. Era bueno que Pa le hubiera dado algo de sentido común. Sus dientes crujían con los prejuicios que su padre y hermanos le habían inculcado. Si no fuera por esos bastardos, Ryeowook ahora estaría felizmente emparejado.

Consideró difuminarse, pero no quería terminar en Siberia. Ryeowook no tenía tiempo para eso. Así que decidió correr tan rápido como el infierno y esperar lograr advertirle a Yesung sobre su padre. Sus pulmones ardían para cuando la granja estaba a la vista.

Lleno de miedo de que Yesung pudiera pensar que Ryeowook le había hablado a su padre. Sus antecedentes no estaban exactamente limpios. Corrió al patio delantero. Ryeowook había tomado el riesgo. Si Yesung le decía que se fuera y nunca regresara, al menos el lobo estaría advertido.

Tocó suavemente con los nudillos la puerta del frente, una capa de sudor cubría todo su cuerpo. ¿Qué si Yesung le decía que se jodiera? El lobo le había dado otra oportunidad, una última oportunidad.

¿Qué si decirle a Yesung era hacer algo equivocado? No quería arruinar su última oportunidad con el lobo. Ryeowook estaba desgarrándose con las indecisiones cuando la puerta del frente se abrió. La mandíbula de Yesung se tensó con desaprobación.

—Creo haberte dicho que no dejaras la casa. —El tono era firme y lleno de hielo.

Ryeowook se movía de un pie al otro, preguntándose si tendría el valor de confesar por qué estaba ahí. La expresión de Yesung era oscura, con ira. Eso no podía ser bueno.

—Necesito decirte algo.

 

—¿No podía esperar hasta que regresara? —Yesung se hizo a un lado permitiendo que Ryeowook entrara en la casa. El lobo parecía listo para estrangular a Ryeowook, incluso más de lo habitual. Los ojos de Ryeowook vieron alrededor de la nueva casa de Yesung, todo se veía como si el hombre ya se hubiera acomodado.

 

Le  gustaba la manera en  que  estaba  amueblado. Modesto, pero se veía confortable de esa manera.

—¿Ryeowook?

Ryeowook se giró lentamente, temiendo que lo echara —de nuevo.

¿Por qué su padre tenía que mantener su opinión sin valor justo cuando Yesung había aceptado darle otra oportunidad a Ryeowook? Sang Kyung nunca antes se había interesado, entonces, ¿por qué ahora? —M–Mi padre llamó.

Yesung cerró la puerta del frente, su mirada le dijo a Ryeowook que Yesung no tenía ni idea a dónde iba esa conversación. «Oh, campanas del infierno». Bien podría acostumbrarse a estar solo toda la eternidad porque Yesung iba a subir al techo con esto.

—¿Y?

«Aquí va todo».

 

—Y él dijo que dado que como soy un desastre él se encargaría de mi pequeño problema. — Ryeowook lo soltó rápidamente mientras aun tenía valor—. No en esas palabras —agregó. Su cara ardía mientras lentamente tomaba una temblorosa respiración.

Yesung cruzó el cuarto y tomó asiento en el sofá. Ryeowook no estaba seguro si debería de seguirlo, así que se quedó parado frente a la puerta. Era mejor quedarse ahí en caso de que Yesung le dijera que se fuera al infierno.

—¿No hiciste nada para eso?

 

Ryeowook sacudió la cabeza rápidamente, sus ojos más  abiertos.

r13;No, lo juro. Ni siquiera estoy seguro de cómo consiguió el número. —Se estremeció un poco sintiendo que la mirada de Yesung lo atravesaba. Esto no iba bien. Sin embargo, iba como Ryeowook había esperado. Yesung estaba enojado con él.

 

—Podías haberme llamado para decirme. Te pedí que no salieras de la casa solo. —Yesung apoyó los codos en las rodillas, sus dedos entrelazados juntos mientras estudiaba a Ryeowook.

Ryeowook odiaba la expresión de decepción de Yesung. Eso dolía incluso más que lo que Sang Kyung le hacía. De nuevo. Ryeowook, había tomado la decisión equivocada. Él sólo había pensado que al llegar aquí, podría asegurarse de que Yesung estaba a salvo.

Aparentemente Yesung no estaba de acuerdo con su decisión.

—Te llevaré a tu casa. —Yesung se puso de pie y entonces maldijo cuando los primeros rayos de sol comenzaron a iluminar el mundo exterior. Llegar caminando a casa de Yesung le había tomado más de lo que pensó—. Sube las escaleras, ¡ahora!

Ryeowook confundido subió las escaleras. Sabía que tenía tiempo. Estaba en sus primeros siglos, la luz del sol podría ampollarlo rápidamente, pero los primeros rayos de sol no lo dañarían. Pero por la fuerte voz de mando que Yesung le dio, Ryeowook pensó que no iba a discutir.

Llegó arriba y se preguntó a dónde ir. Había cuatro puertas en el pasillo. Yesung pasó al lado de él y abrió la segunda puerta.

—Aquí.

 

Ryeowook lo siguió. Se encontró en una recámara principal. ¿Era la de Yesung? El cuarto gritaba masculinidad con esos profundos tonos esmeralda y dorados. Yesung fue al armario y sacó unas cortinas oscuras, como si anticipara que Ryeowook llegaría.

—Las colocaré en un segundo. Pero mientras quédate bajo los cobertores.

—Pero…

—Deja de discutir y has lo que digo. —Yesung gruñó mientras colgaba las cortinas. Ryeowook se acurrucó en la cama y entonces se metió bajo los cobertores. Yesung estaba enojado. Eso era muy seguro. Solo que no sabía si el lobo estaba enojado por lo del padre de Ryeowook o porque Ryeowook se tenía que quedar ahí durante el día.

Por la manera en que estaba yendo la vida de Ryeowook, probablemente ambas.

—Listo —dijo Yesung cuando colgó la última de las cortinas—. Ahora duerme algo.

Ryeowook vio al lobo dejar el cuarto, cerrando la puerta detrás de él. Eso no era exactamente lo que había planeado cuando vino corriendo hasta acá, pero maldición si dormir en la cama de su pareja no era lindo. Se acurrucó de lado y cerró los ojos, una sonrisa en su cara por primera vez en meses.

 

 continuara..


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