Cuando el corazón se detuvo.
Era jueves por la noche y un impaciente pelirrojo no podía dormir, solo faltaba un día para salir de ese lugar y regresar a su casa, extrañaba sus cosas pero también extrañaría el particular silencio y ruido del que se había acostumbrado en sus meses de instancia en el hospital, esa semana fue profundamente agotadora, durante los meses de su rehabilitación no solo trabajaba físicamente, si no que se preparaba para los exámenes, era cierto que no había asistido a la escuela en bastante tiempo pero solicitó permiso para presentar los exámenes finales, sobra decir que medio equipo de profesores se negó, así que apelando a sus orgullos, hizo una extraña propuesta, presentar los exámenes para pasar el año de sus materias para no perder el año, lo peculiar es que había propuesto que si sacaba menos de un 80 en cualquiera de sus materias repetiría el año, con felicidad y soberbia muchos maestros aceptaron , sabían a qué tipo de estudiante tenían, y sabían que era imposible presentar exámenes de todas las materias de casi el ciclo completo, por lo cual sin dudarlo se retiraron satisfecho quedando mandar los libros y apuntes de donde vendrían los exámenes.
Al parecer y para todos era algo imposible, lo que no sabían es que si , ese pelirrojo era un problemático, despistado, socarrón, peleonero, y hasta lo tachaban de tonto, lástima que nadie investigo el por qué lo corrieron de su antigua escuela, si había sido por alborotador, solo que esta vez con un profesor, Hana padecía una extraña mezcla de síndromes neurolingüísticas, en pocas palabras tenia memoria semi fotográfica, donde recordaba lo que quería, sufría de dislexia al escribir y no por retrasado, al contrario su cerebro trabajaba más rápido que su cuerpo, su nivel de comprensión era abrumador y tenía una facilidad para las matemáticas, eso si esa peculiaridad hacia que fuera torpe con las lenguas, pero de ahí en fuera era casi un cerebrito, por lo cual al corregir a uno de sus maestro este no lo soporto y tacho al joven de peleonero, mentiroso y holgazán, bueno lo último sí que lo era, nunca se tuvo que esforzar para conseguir buenas calificaciones porque simplemente le aburría, por eso cuando entro a su nueva escuela decidió ser ese chico tonto y vago del que le tachaban.
También su madre tuvo algo que ver con eso, aún recuerda el día cuando lo expulsaron, su madre le dijo que era raro y que nunca encajaría en ningún lugar , que no podía ser mejor que sus maestros, porque no era lo correcto, y cosas así, la verdad solo presto atención a la mitad, y por ende de ahí vine la famosa frase de ser un tensai, realmente si lo era pero esa frase molestaba tanto a su madre que lo hacía a propósito, de igual manera era una burla así sí mismo y hacia los demás por juzgar a un libro solo por su portada, por lo tanto lo tenías después de las terapias repasaba los apuntes y hacia los propios, no quería retrasarse, quería seguirle el paso a kaede, quera alcanzarlo y no podría si se retrasaba en sus estudios, esa semana fue demasiado pesada cada día tomaba varios exámenes y pruebas y el jueves ya había terminado de presentarlos, solo esperaba que su dedicación esta vez le ayudara a cumplir con su objetivo.
Imposible, fueron los argumentos de varios de los maestro, revisaron una y cientos de veces los exámenes, cualquiera hubiera podido alegar que hizo trampa pero cada maestro presento las pruebas el mismo y en un cuarto de hospital supervisándolo era imposible hacer trampa, y aun así nadie los sacaba de su estupor, al parecer solo uno de ellos tenía una cara de satisfacción alguien que si sabía del porqué del comportamiento de ese mono pelirrojo como lo llamaban en deportes.
-Al parecer no hay ningún error, el señor sakuragui aplico y salió con resultados altamente satisfactorios ninguna materia tiene calificación menor a 90.
-pero es imposible.
-que es imposible profesor, acaso usted vio que hiciera trampa o esta insinuando que los exámenes de sus compañeros fueron lo suficiente mente deplorables para que sacaran una calificación como esa?
-como se atreve
-Yo no me atrevo a nada salvo a aclarar lo evidente, muchos de ustedes hicieron un examen mucho más exhaustivo que el que aplicaron en el aula a sus alumnos, al parecer ninguno de ustedes creía que podía pasar y en vez de ayudar trataron de hacer pruebas casi imposibles.
-y si sabe eso sabrá que lo último que esperábamos es que pasara.
-así es pero un trato es un trato y el señor sakuragui tiene los conocimientos para ingresar al siguiente año.
-el maestro Anzai tiene razón, el chico obtuvo su calificación legalmente, por favor maestro le puede comunicar a su alumno que estaremos gustosos de verlo aquí terminando las vacaciones.
-con gusto señor director.
Al parecer no podía esperar a darle la noticia a su alumno por lo cual al salir de la sala de maestros tecleo el mensaje y se retiró, ese mono revoltoso seguiría sorprendiéndolos.
Lo hiciste sakuragui nos vemos el próximo año espero ya no causes más problemas.
Felicidades.
Con un bostezo se preparó para dormir cuando el mensaje del su entrenador llego, y una risa salió de su rostro, lo más difícil ya había pasado ahora como arreglar lo que sentía, debía ponerle nombre y hacer algo al respecto, decidió ya no pensar más y se quedó dormido, mañana sería un día ajetreado.
Medio día y él ya está en las afueras del hospital, ese día se había parado más temprano, tenía que arreglar sus cosas y pasar con el doctor por el alta, y a pesar del miedo que tenía por enfrentarse a un mundo que siguió sin él y a la incertidumbre de su actual interacción con cierto zorro, estaba dispuesto a enfrentar lo que viniera, lamentablemente nunca estamos listos para lo que la vida nos prepara y ese día Hana tendría que enfrentar más de un demonio.
-listo para ir a casa
-claro doc. Ya estoy harto de estar aquí, sin ofender enfermera Lucy creo que son a las únicas que extrañare jajaj, gracias por cuidar de mí.
-y de los doctores nadie se acuerda solo de las bellas enfermeras.
-claro que si muchas gracias a usted por cuidar de mí también.
-jajj vamos Hana siéntate necesitamos hablar.
-no me diga que ya se arrepintió de mi alta.
- no, solo son cosas que creo que debes saber
-jajjajaja no se preocupe hare mis ejercicios diarios necesito estar bien y regresar a la duela.
-precisamente de eso debemos hablar.
-de que se trata.
Treinta minutos más tarde se veía u un pelirrojo saliendo de la oficina del doctos, su cara no expresaba nada, paso de largo a las enfermeras que se despedía de él y los paciente que ya lo conocía pero el joven no podía pensar en nada más que en lo que le doctor le acababa de decir, no sabía si reír o llorar, si maldecir o agradecer a los dioses pero en este momento solo podía repetir en su mente las conversación que acaba de tener con su doctor.
- Ya no podrás volver a jugar baloncesto si lo haces no te prometo nada.
- Pero doc. las terapias y la rehabilitación dieron resultado usted lo dijo.
- Tiene razón y si no fuera este tu caso el paciente se hubiera podido reincorporar sin rastro de la lesión pero tu no.
- Pero que está diciendo.
- Hana contrólate necesito que veas esto.
- Que es
- Son varios estudios que te hicimos algo no concordaba contigo y después de enterarme como murió tu padre tuve algunas sospechas.
- De que habla
- Sufres de ciertas condiciones las cuales no te permitirán regresar a jugar. el único ejercicio que podrás hacer en toda tu vida sin riesgo es la natación y aun así con una persona especializada.
- Pero de que se trata mi condición no entiendo nada
- Siéntate te lo explicare.
Decisiones y mas decisiones al parecer así es como la gente madura cuando el mundo se cae y debe tomar decisiones que cambiaran el rumbo de su vida, y la que tomo antes de salir de esa oficina le dolía, pero de algo estaba seguro quería vivir y disfrutar la vida, el básquet se volvió su pasión pero ahora su sueño era otro y por eso debía de vivir.
Una lagrima surco por su mejilla y al mismo momento una sonrisa, que paradójico cuando la vida te quita algo y te da lo que menos buscabas, limpio esa gota de agua salada y levanto la vista, estaba decidido seria valiente y buscaría la felicidad no importa que le rompan 50 veces más el corazón, aunque esta vez quería que esas 50 veces fuera la misma persona, porque no descansaría hasta conquistar su corazón.
Tomo fuertemente su maleta, levanto la vista dispuesto a irse, y fue ahí donde su corazón se detuvo, el sonido de algo cayendo y golpeando el piso.