Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amor Inmortal por LevitaHatake

[Reviews - 14]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bien, aquí esta el tercer capítulo. Algo corto para lo que acostumbro...
Pero  para este fanfic (por el momento) pretendo realizar los capítulos así de cortos o sencillos.

 

Espero les guste

 

 

Había pasado casi una semana desde que Law empezó con su condicionamiento físico; el pre-adolescente avanzo con más éxito de lo esperado, por lo tanto se decidió que empezaría a entrenar con la espada de una vez por todas.
En su primer día de entrenamiento, como Corazon le había señalado, el muchachito fue hacia aquella zona apartada del campamento central, donde un circulo se formaba en el suelo para dar lugar a duelos de representación y entrenamiento.
Al llegar se encontró con un montón de jóvenes que tenía aproximadamente su edad.  

 

 

—Hey, niño… ¿Cómo te llamas?—pregunto la chica de cabello negro largo a la que Law había visto pelear hace días.

 

 

Law la miro con cierta indiferencia lo que provoco que la chiquilla se ofendiera en sobremanera.

 

 

— ¡Hey, no seas grosero…!—y la muchachita le dio una fuerte palmada en la cabeza.

 

 

A continuación Law le dedico una mirada furiosa que causo que la niña se intimidara bastante y estuviera a punto de llorar.

 

 

— ¿Qué sucede aquí?—el sujeto llamado Diamante había llegado al lugar y dirigió sus ojos azules con intriga hacia la niña de cabello negro y después hacia Law—. Baby, ¿Por qué estas así?

 

 

— ¡Ese niño la hizo llorar…!—intervino un chico grandulón y robusto que había sido el oponente de la niña en aquel primer combate que observo Law.

 

 

— ¡¿Qué!? ¡Yo no hice nada…!—reclamo Law inmediatamente observando completamente molesto al niño regordete que lo acusaba— ¡Fue ella la que me golpeó, yo solo reaccione molesto, no la toque o…!

 

 

— ¡Bueno, ya basta…!—exclamo Diamante haciendo un ademán con sus largos brazos—. Baby, deja de llorar y prepárate para entrenar, te quiero ver de buen humor, por favor.

 

 

 

Y en cuanto el mayor dijo la palabra ‘por favor’, la chica dejo de gimotear y esbozo una sonrisa radiante. Law noto el cambio tan drástico de emociones de la niña, se preguntó qué clase de problema tendría la chiquilla para que tan solo con un par de palabras sus ánimos cambiaran tanto y tan rápido.

 

 

 

—Bien, tú eres el nuevo…—y el hombre de cabello castaño y labios gruesos se inclinó hacia Law— ¿Cuál era tu nombre?

 

—Law.

 

 

—De acuerdo, Law…—y se dirigió hacia una pequeña estructura de madera que sostenía varios tipos de espadas de diferentes tipos y materiales. Agarró una pequeña imitación de espada hecha de madera que era la predilecta para los novatos—. Comenzarás con movimientos verticales, así…—Diamante recreo brevemente el sencillo movimiento—. Toma, repetirás estos movimientos cincuenta veces. ¿Ves a esos muñecos de paja al fondo del campo? Ve por allá y empieza con eso… Cuando termines las repeticiones, quiero que los golpees con el mismo tipo de movimiento hasta que yo vaya de regreso contigo, ¿entendiste?

 

 

—Sí…—y Law, con la ‘espada’ de madera entre sus manos, fue a comenzar su ejercicio.

 

 

 

 

Mientras tanto, Corazon se encontraba ayudando a su hermano a confirmar su próxima ruta. El par de hermanos de cabello rubio se encontraban observando un gran mapa donde ya habían marcado algunas cuantas zonas, lugares que ya habían recorrido y en donde ya habían prestado sus servicios y ganado una buena cantidad de oro y bienes.
Ambos se encontraban dentro de la tienda de Doflamingo.

 

 

—Deberíamos ir hacia el Este, hay muchas aldeas y campos que podrían servirnos para recolectar más comida y demás víveres esenciales, además el gran río queda bastante cerca—dijo Corazon mientras señalaba dicho punto cardinal en el amarillento mapa que tenían tendido sobre una mesa gruesa de madera—. Podemos asentar el campamento cerca del río…

 

 

—Sí, será conveniente… Podremos aprovechar al máximo esa ubicación. Bueno, ya está decidido—y Doflamingo estiro sus brazos—. Tengo ganas de meterme a un lago por un largo rato…

 

—Tal vez en el camino encontremos aguas termales entre las montañas, o al menos un pequeño arroyo.

 

 

—Eso espero. Oye por cierto…—y Doflamingo se comenzó a quitar la camisa de algodón de un leve color rosado—. Me dijeron que tú ‘hijo’ por fin comenzó a entrenar con Diamante…

 

 

—Sí… Y no lo digas con ese tono. Espero que le vaya bien…

 

 

—Sí, más le vale. Aún tiene que entrenar su puntería al arco con Gladius entre otras cosas—y el rubio de las extrañas gafas se quitó su distendido pantalón color marrón. 

 

 

—Vaya, no te conformarás con que sea un espadachín, ¿verdad?—soltó Corazon cruzando los brazos y adoptando una actitud algo desconcertada—. No quiero que se sobrecargue de actividades, apenas es un…

 

 

—No digas que es un niño, Rosinante. Baby y Buffalo estan en el mismo rango de edad y ellos saben hacer más que un par de cosas…

 

 

—Bueno, pero ellos…

 

 

—Ya, ya…—corto Doflamingo agitando su mano derecha—. Lo siento, no debí empezar una discusión, olvidémoslo. Quiero lavarme… ¿Podrías decirle a alguien allá afuera que me traiga una cubeta con agua?

 

 

—De acuerdo—y Corazon se dispuso a salir de los aposentos de su hermano—. Nos vemos más tarde entonces…

 

 

 

Al salir de la tienda, a un par de metros de distancia, Corazon se topó con uno de los subordinados más leales a su hermano.

—Vergo… ¿estas ocupado?—llamo el hombre rubio haciendo una señal con la mano.

 

—Iba a hablar con Doffy—respondió el hombre de cabello negro cuyo peinado recordaba a una seta silvestre.

 

 

—Dijo que necesitaba lavarse, me encargo de conseguirle a alguien que le llevase una cubeta con agua…

 

 

—Entonces iré por una, se la llevaré de inmediato…

 

 

 

“En verdad está obsesionado con mi hermano…” observo Corazon mirando la ancha y musculosa espalda de aquel subordinado que iba con prisa a buscar la cubeta con agua para Doflamingo.

 

 

 

 

Un par de semanas después, Law había aprendido un par de movimientos nuevos con su réplica de espada y la noticia de que pronto le darían lecciones para comenzar a usar el arco provoco en él una rara ansiedad; estaba emocionado por aprender a usar otra arma y a la vez intimidado de tener que esforzarse el triple, tendría que darlo todo en su entrenamiento de combate cuerpo a cuerpo, en su adiestramiento con la espada y el arco.
Aquel pequeño ejército había comenzado su viaje hacia el este. Después de desplazarse por ese par de semanas, el grupo se aproximó a una aldea. Doflamingo decidió que se instalarían en las afueras de aquel poblado al menos por un par de días, para así continuar con más energía. 

 

 

— ¿Estás seguro de querer continuar con todas esas actividades?—pregunto Corazon mientras terminaba de desempacar un par de libros de uno de sus grandes baúles.

 

 

—Sí, no te preocupes, puedo con eso… Ya estoy mejorando con la espada—respondió Law. El jovencito se encontraba sentado, observando como el hombre de cabello rubio se encontraba cerrando con seguro su gran baúl de madera.

 

 

—Qué bueno es oír eso… Mi sueño se está volviendo realidad, ¿no es así?—dijo Corazon mientras se tiraba al piso junto a Law.

 

 

—No sé si es por tu ‘sueño’, pero definitivamente me esforzaré para ser fuerte y hábil en todo lo que pueda practicar…

 

 

—Eres un chico muy entregado, creo que te convertirás en uno de los mejores…

 

 

—Rosinante… ¿Estan listos para cenar?—Doflamingo había llegado a las afueras de su tienda de campaña.

 

 

— ¡Doffy…! Espera un momento…—y Corazon se giró hacia Law— ¿Qué dices? ¿Te animarías a ir a cenar con el resto de la banda, al menos por esta noche?

 

 

Law miro un tanto incomodo a su gran compañero y después de reflexionarlo unos segundos, accedió.

 

—Sí, vamos en un momento, Doffy…

 

 

 

Corazon se puso de pie, puso una mano sobre un delgado hombro de Law y le sonrió.

 

 

—No te preocupes si te pones incomodo o alguien te molesta, regresaremos aquí enseguida, ¿entendido?—declaro el rubio con gran seguridad.

 

 

 

 

Y salieron de la tienda…
En un par de minutos Corazon y Law llegaron cerca de una gran fogata donde varios soldados y demás personas se encontraban comiendo y charlando.
Doflamingo ya estaba comiendo un gran pedazo de carne mientras escuchaba divertido a su subordinado y amigo, Vergo.
Corazon se posiciono a la izquierda de su hermano junto con Law; en unos segundos, un par de platones llenos de vegetales y carne llegaron a sus manos.

 

 

—Vaya, por fin nos honran con su presencia—anunció Doflamingo al notar que el pequeño Law comenzaba a comer—. Ya es un gran avance…

 

 

—No presiones, por favor, Doffy—murmuro Corazon a su hermano mayor con un gesto de ligera molestia—. Solo tengamos una tranquila cena...

 

 

 

Doflamingo lanzo una risa un tanto traviesa y decidió seguir charlando con Vergo.
Corazon también empezó una ligera platica con otros soldados mientras terminaba su comida, dichas charlas superficiales y casi siempre relacionadas a viejas anécdotas fueron bien escuchadas por Law, quien grababa cada detalle, observaba como Corazon platicaba con seguridad y amabilidad con diversos soldados sobre cómo había salido de varios encuentros peligrosos.
También pudo observar que todos los altos mandos del campamento estaban charlando entre ellos.
Los pensamientos de Law se vieron interrumpidos cuando sintió una mano sobre su hombro izquierdo: Doflamingo se había acerco a él por la espalda.

 

 

—Law, ¿podrías acompañarme un rato?—dijo el hombre de gafas extrañas—. Ven…

 

 

El jovencito le miro algo sorprendido y después de unos segundos, opto por seguirle la corriente. Law se puso de pie y se alejó poco a poco de la fogata, siguiendo a Doflamingo, con cierta cautela y volteando a ver repetidamente a Corazon, quien no se había percatado de que ambos se habían alejado debido a que estaba inmerso en una plática.

 

 

 

—Me han dicho que has avanzado bastante en tus lecciones—empezó a decir Doflamingo cuando ya se habían alejado lo suficiente como para que nadie los escuchara—. Me has impresionado, bastante a decir verdad…

 

 

 

Law no supo que contestar a tal declaración, así que solo se mantuvo a la espera de que Doflamingo continuara hablando.

 

 

—Creo que Rosinante tomo una buena decisión después de todo… A este paso para cuando tengas unos dieciséis años serás un excelente soldado. Law, ¿sabes cuántos años tienes?

—Trece.

 

 

 —Vaya, pensé que serías más joven, luces tan… pequeño—confeso el hombre mientras se recargaba sobre un árbol. Doflamingo noto que Law percibió molesto la última palabra—. Lo siento, no quise molestarte… Bueno, quería preguntarte algo muy importante—y Doflamingo cruzo los brazos.

 

 

— ¿Qué es?

 

 

— ¿De dónde vienes? ¿Cómo terminaste solo en aquel bosque?

 

 

 

Law abrió un poco más sus ojos, en expresión de intimidación y temor. Ese par de cuestiones eran algo que ni siquiera le había contado aun a Corazon.
El muchachito comenzó a temblar ligeramente.

 

 

 

—No… No quiero hablar de eso—contesto Law con la voz más firme que podía concebir.

 

 

— ¿Mataron a toda tu familia?—soltó Doflamingo mirándolo directamente a los ojos. El hombre se había puesto de cuclillas para estar a la altura de Law— ¿Huiste de esa clase de  desastre…? ¿O te echaron de tu hogar por falta de recursos? ¿O solo eres un huérfano desde que tienes memoria?

 

 

—Yo… Maldita sea… No quiero decírtelo a ti…—admitió Law con frustración mientras evitaba la mirada de Doflamingo.

 

 

— ¿Aun no le has dicho nada sobre ti a mi hermano?

 

 

—No… No he querido alarmarlo con todo eso.

 

 

 

—Vaya… Law, cuando te encontramos estuviste a punto de sufrir algo horrible, ¿lo sabes, verdad? ¿Era la primera vez que experimentaste algo así o…?

 

 

—No, nunca antes me habían atacado de esa manera… Esa fue la primera vez que vi algo como eso…

 

 

—Bien, es un alivio. Pensé que...—y Doflamingo hizo una pausa incomoda—. Creo que esas horribles circunstancias fueron las que hicieron a Rosinante quedarse contigo… Hace años, cuando éramos unos niños y nuestra familia se había destruido, estábamos como tú… Vagando y sobreviviendo. Un día, cuando Rosinante se alejó de mí por un rato para ir a buscar comida, le ocurrió algo similar…

 

 

 

La expresión de Law era una mezcla de asombro, tristeza y terror.
Sus ojos grises reflejaban todo el impacto que experimentaba al enterarse de una anécdota como esa. Sus puños se habían cerrado fuertemente y su corazón había comenzado a latir con más prisa y fuerza.

 

—Por desgracia, no pude salvarlo a tiempo, ya lo habían atacado… Lo único que pude hacer fue matar al bastardo que se había atrevido a hacerle eso a mi hermano—continuo Doflamingo con voz seria y sin dejar de mirar fijamente a Law—. Fue duro… Horrible… Oír como Rosinante sufría… No podía quedarme en paz hasta que hiciera sufrir a ese maldito, aunque sea un poco. Luche demasiado, no fue fácil, fue inevitable salir ileso de eso…—y Doflamingo se quitó sus extrañas gafas y revelo que su mirada estaba afectada: su ojo izquierdo tenía una cicatriz que lo atravesaba verticalmente mientras que su pupila e iris estaban en un estado anormal, estaban en un color grisáceo blanquecino. Al cabo de unos segundos, volvió a ponerse las gafas—. Por esa clase de cosas desagradables e inesperadas… Uno necesita volverse fuerte, ¿no lo crees?

 

 

—Sí. Claro que lo creo… Yo… Me hare fuerte…

 

 

—Quiero que confíes en mí, yo también me preocupo por Rosinante, aunque a veces parece que lo molesto mucho, no quiero que olvides que yo soy su protector principal… Supongo que tú también quieres protegerlo ¿no es así?

 

 

—Por supuesto que sí… Quiero agradecerle lo que ha hecho por mí—declaro Law con mucha convicción y tenacidad—. No permitiré que nada malo le vuelva a pasar…

 

 

 

Doflamingo sonrió satisfecho y poso una mano sobre la cabeza del jovencito para sacudir su oscuro y erizado cabello.

 

 

—Law, ¿tienes un sueño?

 

 

— ¿Sueño…? No había considerado eso… Supongo que no tengo una idea clara de eso…  

—Sí, supongo que todavía eres joven para decidir algo tan importante como eso—resoplo Doflamingo mientras dirigía su vista hacia el cielo nocturno plagado de estrellas—. Luego te platicaré sobre mi sueño… Bien, ya debemos regresar, Rosinante ya ha de estar histérico buscándote…

 

 

 

Para cuando volvieron (como bien supuso Doflamingo) Corazon fue rápidamente hacia Law con una expresión de preocupación extrema.

 

 

 

— ¿Dónde estabas? ¡Perdón por entretenerme charlando por tanto tiempo…! Debiste haberte aburrido bastante…—decía el rubio con voz rápida y avergonzada mientras se arrodillaba para ver de cerca al pequeño adolescente—. Perdón… 

 

 

—No te preocupes, no pasa nada. Estoy bien, solo fui a caminar un poco—le tranquilizo Law.

 

 

—Qué alivio…

 

 

 

El ambiente en la fogata se relajó bastante, algunos comenzaron a servirse bebidas embriagantes y ahí fue cuando Corazon decidió que era suficiente por hoy.

 

 

—Bueno, creo que ya tenemos que irnos a nuestra tienda—dijo el hombre de cabello rubio mientras buscaba con la vista a su hermano—. No logro ver a Doffy… Bueno, como sea, ya es tarde. Vamos, Law.

Al llegar a su tienda, Corazon noto que Law se encontraba más calmado de lo acostumbrado, así que al acostarse le pregunto:

 

 

—Law, ¿te sientes bien? ¿No te sientes enfermo o…?

 

 

—No, estoy bien, en serio… Es solo que… Recordé algo.

 

 

Corazon se conmociono al oír la última frase, Law había evitado tocar cualquier tema de su pasado. El rubio trago saliva y pensó por varios segundos como continuar o preguntar sobre aquel tema.

 

 

—Recordaba a mi familia… El último día en que estuve con ellos—continuo Law con voz tranquila mientras miraba el techo de la tienda que ya estaba desprovista de la iluminación de las linternas de velas. Solo un delgado rayo de luz de luna lograba colarse a través de un agujero de aquella carpa.  

 

 

— ¿Quieres…? ¿Quieres hablar de eso…?—pregunto Corazon con un tono tan vacilante y delicado.

 

 

—Sí… Perdón por no decírtelo antes... Verás, un día saquearon mi pueblo, un simple grupo de barbaros y saqueadores, arrasaron con todo—conto Law manteniendo su voz en calma—. El lugar donde vivía era un lugar lleno de buenos recursos, era un pueblo donde existían diversas fuentes de trabajo y comercio… Desafortunadamente todas esas cosas atrajeron a esa clase de gente y la gente de ese pueblo no tenía la fuerza suficiente para defenderlas…

 

Y Law se detuvo unos segundos. Las manos del jovencito se cerraron con fuerza, cerrándolas en puños que se aferraron a la sabana que lo cubría.

 

 

—Yo alcance a huir de aquel desastre, pero… Muchas veces… Muchas veces deseé haberme quedado con mi familia…—y en esta última frase la voz de Law se tornó melancólica.

 

 

 

Corazon se levantó de su sitio e inmediatamente fue hacia Law para abrazarlo con fuerza.
La piel del jovencito se erizo al sentir los fuertes brazos de Corazon alrededor de su delgado cuerpo; pudo percibir los fuertes latidos del hombre rubio y como su respiración se alteraba.

 

 

— ¿Estás bien…?—pregunto el mayor con un claro temblor en su voz.

 

 

—Sí, estoy bien… Pero tú no—y Law se apartó de él. Tal y como se había imaginado, aquel hombre rubio se había conmocionado al saber un poco de su historia—. Corazón, cálmate...

 

 

—Lo siento, es solo que… Pensar que tuviste que pasar por algo así… Lo siento tanto, Law.

 

 

 

El muchachito observo el acongojado rostro de su compañero, apenas lograba apreciarlo en aquella gracias a aquella iluminación lunar.

 Recordó la trágica anécdota que Doflamingo le había relatado sobre el pasado de aquel hombre que se apenaba tanto al enterarse de la historia sobre cómo había perdido a su familia. Le resultaba demasiado complejo y a la vez tan admirable la manera en que un hombre pudiera sentir tanta compasión por otros después de haber pasado por un suceso horrible en su niñez… Era algo que Law no comprendía bien; hasta hace semanas el jovencito tenía una concepción más egoísta, simple y desapegada del mundo y las personas.

 

 

 

—Vamos a dormir. Tienes que descansar… No quiero que sigas sintiéndote mal—dijo Law con algo de incomodidad.

 

—Sí… Sí… Lo siento…

 

 

Y volvieron a sus respectivos lugares. Para cuando Law se recostó, dijo suavemente:

 

 

—Corazon… Gracias.

 

 

Notas finales:

Bien, hasta aquí por ahora. Espero les haya agradado.


Gracias por leer y muchisimas gracias a quienes dejan comentarios c:


 


Hasta la próxima


 


Atte. Levita Hatake


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).