El domingo habia amanecido soleado y Hanamichi se había despertado tarde ya llegando al mediodía, porque no había podido dormir hasta muy tarde en la madrugada. Amorzó y se dispuso a distraerse con videojuegos hasta que llegara la hora de salir rumbo al duelo.
Habían pasado un par de horas cuando sonó el timbre, y al abrir la puerta vio a su amigo Yohei parado algo pensativo.
-Hola Yohei, pasa -le dijo el pelirrojo.
-No, no es necesario, mira la hora Hana, ya casi es tiempo de salir hacia la cancha.
Hanamichi se fijó en el reloj y vio que faltaba apenas 15 minutos para la hora acordada. Fue a prepararse rápidamente y salieron de la casa; a pesar de estar soleado el aire se sentía muy frío.
Al cabo un momento llegaron a la cancha pública dónde encontraron a Kiminobu Kogure sentado en uno de los bancos. A lo lejos vieron llegar a Ryota junto con Mitsui, pero aún no había señales Rukawa.
-Ese zorro apestoso debió haberse acobardado -comenzó a quejarse Hana.
-Aún faltan un par de minutos, no te desesperes -le contestó su amigo.
El pelirrojo resopló como un niño impaciente y no contestó. No pasó mucho tiempo para que vieran llegar a Kaede. Sin decir nada el moreno se paró en medio de la cancha y miró fijamente a Sakuragi. No hicieron falta palabras, el pelirrojo tomo el balón, lo hizo botar lentamente acercándose a su contrincante y así comenzaron.
Ambos daban lo mejor de sí tomando ventaja de lo que cada uno tenía cómo capacidad. Se notaba una diferencia de habilidad ya que Rukawa burlaba al pelirrojo en varios momentos, pero asimismo el mono tenía una ventaja en resistencia, la que comenzó a notarse luego de pasada una hora, donde comenzaron a igualarse en tantos.
En ese momento, Akagi llegó a observarlos junto al resto del equipo.
Se los veía totalmente embravecidos, dominados por quién sabe qué. Yohei los observaba atentamente, notando claramente dos cosas, una de ellas por parte del moreno que había quebrado esa inexpresion de su rostro; aparte de estar rojo y sudado por el esfuerzo había un fuego en su mirada, siempre fija en su rival mas que en el balón. No se veía sólo enojo.
Por otro lado se sorprendió al notar que su amigo estaba serio como jamás lo había visto concentrado y no decía ni una palabra, pero no se lo veía enojado, sino tranquilo.
El duelo seguía ya muy parejo debido al cansancio del moreno, bastante más de una hora había pasado cuando una figura muy alta se apareció sin que los dos contrincantes lo notarán: Akira Sendoh se había parado algo alejado de ellos para observarlos.
Hanamichi sentia el cansancio pero aun asi seguia con energia, no se dejaria ganar por Rukawa.
-"Cansate, cansate zorro... maldicion... no me dejare ganar! Cansate! Asi podré contigo..." seguia dando lo mejor de si para burlar a Kaede, pero no le surtia el efecto deseado "eres exelente zorro... nunca lo dire en voz alta pero lo eres..."
Sus intentos comenzaron a ser algo erraticos, y de a momentos no podia no admirar a su rival, poniendolo en una situacion incomoda, donde se sentia algo idiotizado, y para ser completamente sinceros, esa mirada penetrante y azul lo estaba perturbando cada vez que la cruzaba.
Por su parte, Rukawa se estaba esforzando casi rayando la obsesion.
-"Como demonios puede ser tan resistente maldita sea" pensaba el moreno "es una maquina... recien ahora esta cansandose y yo hace un rato no soporto mas..."
Kaede estaba sintiendo que colapsaba tanto su cuerpo como su mente, debido a las emociones de tener a ese mono escandaloso tan cerca, y durante tanto rato, instigandolo y peleando por no perder. Sentia un fuego cada vez que chocaban y que ese muchacho irradiaba un aura fuertisima, y sus ojos almendrados atraian su mirada irremediablemente sin entender porque.
Todo paso en un segundo. Hanamichi se adelanto sobre Rukawa para hacer una clavada. El moreno recibio el impacto del avance queriendo saltar a la vez, y en vez de hacerse de pie hacia atras, cayo de espaldas. El pelirrojo tropezo y a su vez cayo tambien sobre su rival, quitandole el aire. El balon fue a dar contra los bancos.
Sakuragi comenzo a levantarse con dificultad, sobandose las rodillas, y cuando vio hacia el suelo, Rukawa lo miraba parpadeando.
-¡Que esperas zorro, levantate! -le grito.
Kaede solo lanzo un suspiro y penetro con su mirada al mono, como jamas lo habia hecho, dandole una sensacion de impotencia y culpa, y cerro los ojos quedando inmovil. El pelirrojo sintio que no podia moverse, no supo por que quedo clavado en el suelo, mientras sus compañeros corrian a auxiliar a Rukawa.
-Muevete Hana! -sintio que Yohei le pegaba un manotazo para que reaccionara.
Entre Kiminobu y Akagi lo levantaron y lo llevaron a los bancos. Le echaron agua a la cara y nada. De golpe se dieron cuenta de un leve ronquido. Se habia quedado dormido.
-Esta exhausto -dijo Kogure -Sakuragi lo llevo al limite...
Hana seguia sin acercarse mucho.
-¿Que hacemos con el? -continuo Kimi.
-Parece estar bien -dijo Akagi -aunque deberia estar en su casa descansando ¿Alguien sabe donde vive?
Todos se miraron, parecia que nadie sabia su domicilio.
-Yo si se donde vive -dijo una voz.
Akira Sendoh estaba detras de ellos, con el balon bajo el brazo.
-Tu?
-Si, yo soy su vecino, no se preocupen vive en la casa detras de la mia, puedo llevarlo -sonrio como siempre hacia.
-¿Asi como esta tu solo? -le pregunto Ryota.
- No hay problema, puedo con el y sera mejor que lo lleve solo ya que sus padres me conocen bien, y no se preocuparan de mas -contesto y sonrio mas ampliamente.
Lo miraron con curiosidad y decidieron dejarselo a el.
Luego de irse Sendoh con Rukawa cargado en su espalda, los chicos se fueron a sus casas. Hanamichi se había quedado un momento más mirando por dónde se fue el puercoespín. Yohei lo observó y le dijo:
-Vamos Hana hay que volver.
El pelirrojo no contestó y comenzó a caminar con su amigo pensando en que no recordaba cuántos tantos habían hecho cada uno, pero si la manera en que Rukawa lo miró antes de desmayarse.
Yohei no tenía ánimos de hablar en este momento tampoco, se quedó meditando sobre el comportamiento de Akira Sendoh diciéndose que había algo más detrás de ese ofrecimiento, una intención de ese muchacho hacia Kaede, y a su vez notó un cambio en el pelirrojo que prefirió no analizar en ese momento.