Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

YOU GIVE ME FEVER por Adid

[Reviews - 21]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Juro que no era mi intención tardar tanto en actualizar esta historia, pero simplemente no había sido capaz de continuarla (no sé si fue falta de inspiración o qué).

 

>.<

Stan reaccionó finalmente para tomar conciencia de la posición en la que se encontraban. Él aún tirado en el sucio suelo de ese callejón oscuro con Bill muy cerca de él ofreciéndole su mano para ayudarlo a levantarse.

Sacudió la cabeza tratando de despejarse y asimilar lo que acababa de ocurrir. Se había encontrado con algún idiota que lo había asaltado, tomándolo por sorpresa, lo cual provocó que no se pudiera defender correctamente. El hombre había estado a punto de… ¿de qué? ¿Hasta dónde hubiera llegado ese degenerado si Bill no hubiera aparecido? No quería pensar en eso, era muy humillante, especialmente si se tomaba en cuenta que había sido poco lo que había podido hacer para tratar de evitarlo.

Se levantó lo más dignamente que pudo tratando de no mostrarse tan adolorido como se sentía y sin aceptar la mano que Bill seguía ofreciéndole. El rubio se enderezó a su vez sin mostrarse molesto por el rechazo del otro.

Stan no sabía a dónde mirar. De verdad se sentía humillado de que alguien, especialmente Bill, hubiera tenido que ir a su rescate. Aún no entendía cómo pudo dejarse tomar ventaja de esa manera, él no era ningún debilucho, ese siempre había sido su (casi único) orgullo.  Sin embargo no había podido con un borracho en la calle con quien, más humillante aún, Bill no había tenido ningún problema.

-Sí, como sea.

Fue lo único que comentó ante la anterior pregunta del otro sobre su estado. Se sacudió la ropa tratando de quitarse la suciedad que había adquirido al caer al piso, aunque la acción fue más que otra cosa para tener algo que hacer. Bill se mantenía en silencio, simplemente observándolo.

Stan no sabía qué cara tendría Bill en ese momento, ya que por alguna razón no se atrevía a mirarlo. Seguramente temeroso de encontrar lástima. Recordó la expresión que tenía el rubio cuando estaba peleando con el  otro hombre, jamás lo había visto de aquella forma, tan diferente a la expresión despreocupada y burlona que portaba todo el tiempo. No podía negar que lo había asustado un poco pero la verdad es que también la había encontrado algo… interesante. Por un momento se preguntó qué otras cosas estaría escondiendo ese chico. Pero no tenía ánimos en ese momento de pensar en eso, lo único que quería era llegar a casa y poder descansar por fin.

-Un simple gracias es suficiente, ¿sabes?- Finalmente habló Bill, su tono no tenía reproche, parecía un simple comentario.

-No tendría por qué, nadie pidió tu ayuda Cipher.

Quizás eso no había sonado muy amablemente que digamos, pero no se retractó. Solamente quería salir de ahí y terminar por fin con toda esa bochornosa situación.

-Oh, he vuelto a ser Cipher. –Contestó el otro torciendo ligeramente la boca.

Por un momento Stan no supo a qué se refería, pero entonces recordó que lo había llamado por su nombre de pila cuando le había pedido que se detuviera. No pudo evitar sonrojarse un poco al darse cuenta de eso, más aún al recordar el rostro de Bill en ese momento, pero no logró explicarse por qué.

Stan no contestó, aún negándose a mirarlo a la cara.

-¿Gracias, Bill?... ¿Me salvaste, Bill?... ¿Eres mi héroe, Bill?... ¿Estoy en una deuda eterna contigo, Bill? …cualquiera sirve.

Sugirió Bill con tono ligero, como tratando de aliviar la tensión. Stan rodó los ojos, no pensaba decir nada de eso.

- El hombre malo casi me arrebata la virginidad que he estado guardando para ti…

Eso finalmente hiso que Stan le dirigiera una mirada con enojo encontrando en su rostro su usual gesto de feliz despreocupación. Ahí estaba el Bill Cipher que conocía. Casi sintió como si se hubiera roto un encanto.

-Deja de darte aires, no fue la gran cosa. Tenía todo bajo control antes de que llegaras

Le aseguró Stan mirándolo finalmente con el ceño fruncido, tratando de sonar convincente.

-¡Oh, claro! ¡Se notaba!-

Bill tenía ahora un gran tono de sarcasmo que provocó que el ceño de Stan se acentuara  más.

-¡Es en serio! No necesito que me anden defendiendo, soy más que capaz de cuidarme solo. Fui campeón de boxeo en la secundaria ¿sabes?

Le aseguró con orgullo, eso era verdad y una de las pocas cosas que podía presumir. La única ocasión en la que había sido mejor que Ford en algo.

-Supongo que en esos torneos no participan borrachos del doble de tu tamaño.

Apuntó a su vez Bill con una sonrisa que se podía distinguir en su tono. El comentario provocó que Stan entrecerrara los ojos con fastidio, Bill estaba exagerando; el hombre no era tan grande. Iba a darle una respuesta mordaz pero se dio cuenta que no tenía ganas ni ánimo para hacerlo. Suspiró tratando de serenarse.

-No estoy de humor para esto.

Comentó y se decidió a seguir con su camino, adelantando  a Bill quien solamente se quedó donde estaba observándolo comenzar a alejarse sin quitar la pequeña sonrisa de su rostro.

Stan no se había alejado demasiado cuando se detuvo a la mitad de un paso y permaneció quieto unos segundos antes de comenzar a darse la vuelta lentamente y mirar a Bill como si se acabara de dar cuenta de que estaba ahí.

-¿De dónde demonios saliste?

 Le preguntó entonces. Con el torrente de emociones provocado por los hechos de hace unos momentos no se había percatado de ese detalle. Bill tuvo la decencia de contraer un poco su sonrisa como si lo hubieran descubierto haciendo una travesura.

-¿Acaso me venías siguiendo?

Bill no contestó, solo soltó un ligero –eeemmmhh- mirando hacia arriba como si se negara a ver a Stan. El castaño  no necesitó más confirmación que esa.

-¡Eres un jodido enfermo!

Le espetó lleno de indignación. Bill le regresó la mirada aún con una sonrisa de culpa en el rostro, casi retrocedió cuando vio al otro avanzar hacia él con paso decidido, pero en su lugar solo levantó las manos como si temiera que el otro lo atacara.

-Oye, tranquilo.- intentó calmarlo.- no es lo que tú crees.

-¿No? ¿Y qué es entonces?- Stan se cruzó de brazos cuando llego a su altura, inclinándose un poco hacia él, en espera de su explicación. Bill pareció tragar saliva pero Stan no sabía si de verdad se había puesto nervioso o solo estaba jugando como siempre.

-Pues verás… - Bill hiso una pausa como si no estuviera seguro de cómo comenzar- … me aburrí muy pronto en aquel pub chafa en el que nos encontramos así que me largué… apenas había comenzado a conducir cuando te vi caminando solo por las calles (lo cual me sorprendió, considerando lo mamá gallina que suele ser Stanford contigo no creí que te hubiera dejado ir tan solito)… así que pensé que sería una buena oportunidad para ofrecer llevarte y con suerte aceptaras ir conmigo a algún otro lado. Pero entonces te vi meterte en este callejón y por un momento pensé (con gran decepción) en seguirme de largo por la calle.

-Al llegar a la esquina del callejón, sin embargo, vi que el tipo ese se te acercaba muy sospechosamente así que me detuve a echar un vistazo para asegurarme que estuvieras bien, cuando vi al idiota atacarte no lo pensé dos veces y vine a ayudarte.

Bill dio su explicación de manera rápida sin bajar las manos y con una sonrisa nerviosa que desapareció al explicar la parte final para inyectarle seriedad al asunto. Stan lo escuchó sin decir una palabra ni dejar  de entrecerrar los ojos con sospecha.

-¡Lo juro!-

Aseguró el rubio levantando un poco más las manos y volviendo a sonreír de una manera que pretendía ser conciliadora.

Stan se le quedó mirando un rato sin mostrarse muy convencido con su explicación. Eso, en otras palabras, significaba que efectivamente lo había estado siguiendo. Sin embargo, si no lo hubiera hecho no tenía idea de cómo hubieran terminado las cosas. No podía negar que en el fondo estaba agradecido pero jamás lo admitiría en voz alta. 

Además la verdad era que la explicación también lo había sacado un poco de onda. No era la primera vez que se preguntaba el por qué Bill era tan insistente. No solo eran sus típicos jugueteos idiotas, los cuales siempre se había encargado de rechazar, ahora también le demostraba que podía llegar a ponerse serio e incluso preocuparse por él.

-¿Por qué?- cuestionó quedamente con un tono ligero y cargado de duda. No lograba descifrar al otro por más que lo intentaba.

-¿Eh?- Bill parpadeó como si no entendiera la pregunta

-¿Por qué eres tan… insistente? ¿Por qué preocuparse por alguien como yo?

Preguntó con el mismo tono quedo, su rostro se había vuelto casi inexpresivo pero se alcanzaban a apreciar sus dudas. Bill volvió a adoptar una expresión seria al momento de contestar.

-Porque me gustas.

Dijo simplemente, con un todo igual de ligero y serio, como si fuera lo más normal y obvio del mundo.

Stan sintió un calorcillo en su pecho que se extendió hacia sus mejillas en una reacción que era totalmente impropia de él. Él no era ninguna chiquilla tonta (o chiquillo en este caso) que se emocionara con unas simples palabritas. Y  aún así  no pudo evitar un  ligero temblor.

-Ni siquiera me conoces. – Señalo simplemente, como queriendo refutar aquellas palabras.

-Pero quiero hacerlo.- Le aseguró Bill, quien no abandonaba la expresión seria que había adoptado. - Quiero conocerte, y quiero que me conozcas…

Stan solo dio una respiración profunda como si buscara recobrar el aliento y se enderezó. Desvió la mirada de la del rubio quien parecía haberse quedado esperando una respuesta y llevó una mano hacia la parte trasera de su cabeza como si no estuviera seguro de qué hacer. Tal vez el cansancio había comenzado a hacer verdaderos estragos en él.

No contestó a la confesión recién recibida. La urgencia de llegar a su casa y por fin descansar volvió a él, estaba harto de pensar.

-Vete a casa Bill.

A ninguno de los dos se le escapó que había vuelto a llamar al otro por su nombre. Stan quería con eso inyectar seriedad a sus palabras, sin embargo Bill pareció preferir  tomarlo como algo más.

-Stanley- Casi parecía haber suplica en el tono de Bill, lo cual provocó otro ligero temblor en Stan.

Stan no se había percatado hasta ahora, pero era la primera vez que pasaba tanto tiempo y a solas con el rubio. Y lo más sorprendente de todo era la seriedad con la que ambos se estaban comportando.  Después de todo  esa no era precisamente una característica en ninguno de los dos. Tal vez era por eso que encontraba la situación tan extraña y un tanto aterradora.

¿Qué debería hacer?

 

 

 

(TBC…)

 

 

 

Notas finales:

La verdad es que en un principio esta historia no iba a tener más de 3 caps (quizás 4 a lo mucho) pero realmente quisiera alargarla un poco más por lo que preferí cortar aquí este cap.


Lo malo es que no estoy segura de cuándo podré seguir escribiendo, yo espero no tardar mucho pero prefiero no prometer nada porque aparte debo terminar SVAPR además de otros que tengo empezados XD y pues el tiempo no me alcanza para todo ;m;

Espero que les haya gustado este capitulo. Díganme que opinan, eso me anima muchísimo >u<


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).