-Todo éste tiempo y no has podido madurar. – Decía Steve, pero no en tono de queja, sino que con aquel tono que comenzaba a adaptar cada que comenzaría a discutir con Stark. Un tono socarrón que todos sabían que irritaba a Iron-man más que los gritos furiosos. Tal vez por ello el Cap lo hacía, para desde un principio llevarle una ventaja. Y cómo no hacerlo si Tony prácticamente se había quejado como un niño caprichoso: “yo hago todo y él se lleva el crédito.”
-Todos éste tiempo y aún sin novia, ¿Cap? – Había atacado a lo personal directamente. Como no tomándole importancia, sin querer entretenerse en ello. Steve torció la boca y el resto del equipo se hizo el desentendido; lo mejor era dejarlos y sólo intervenir si estaban a punto de avecinarse los golpes.
-No desvíes el tema.
-¿Qué tema? – Enarcó una ceja. – ¿Acaso es un “tema” el que quieras molestarme?
-Es para exigirte que te comportes al margen de la situación. – Le miraba con aquellos ojos serios que ya eran difíciles de creer.
-Tú no tienes por qué exigirme nada. – Se puso frente a él también adoptando su seriedad. Que cuando se trataba de ese caso también ya no era tomada muy en serio. – ¿O qué; me exigirás que sea un aburrido e histérico como tú?
-No todo el que no sea tan inmaduro como tú tiene que ser aburrido ni histérico.
-No. Sólo tú. – Y sonrió gustoso al ver que la molestia comenzaba a manifestarse en Rogers. – Vas mejorando tu guarda-ropa, tu cabello; te relacionas más con la tecnología e ideología…, pero no te relacionas más con personas. Chicas, ya sabes. Pienso que es lo que te falta. Casi todo el tiempo actúas de tal forma que me hace pensar que sólo te hace falta una novia. Entiendo la urgencia de la agente Romanoff por buscarte citas cuando eran compañeros en SHIELD, ha de haber sufrido también mucho tu abstinencia.
-¿Qué es esto? ¿También quieres tomar tu papel de busca-novias? – Le sonrió ladinamente, aunque la molestia seguía ahí.
-Aunque quisiera Rogers. – Le miró de pies a cabeza para luego mirarle de nuevo a los ojos burlonamente. – Dudo que alguien a quien conozca se interese en un viejo anticuado como tú. Sí, tendrás miles de fans. “Oh el Capitán América”, se derretirían, pero con sólo la primera cita; Puff… se desvanece la ilusión y sólo queda el torpe Steve Rogers.
-Hablas como si me conocieras mejor que yo mismo. – Se acercó un paso más. Intimidante. – Y créeme; no me conoces en lo absoluto. Tú también sólo conoces al “Capitán América”, porque somos equipo. Sin embargo no conoces nada mí, así hayas leído todo mi expediente. Así que cierra la boca.
-Tampoco creo que sea tan interesante. – Se encogió de hombros, queriendo disimular la mueca que ahora quería formarse en su rostro al enfadarse. No conoce nada del Cap, ¿y qué? Cómo si le interesara su vida aburrida y virginal… – No quieras impresionarme.
-No busco impresionarte. Y tú tampoco me impresionas a mí con tu pasado lleno de libertinaje.
-Tal vez no te impresione pero lo envidias.
-¿Envidiar qué? – Soltó una risita burlona.
-Mi experiencia. – Le sonrió de la misma forma.
-Tienes unas ideas muy blandas acerca de mí. Pero no me importa. – Volvió a sonreírle, pero de una forma que descolocó a Tony por un momento. Un toque de malicia estaba ahí. Más se desconcertó al escuchar la misma risita de voz de Natasha, así que le miró.
-Steve ha tenido citas incluso desde antes que yo comenzara a molestarle con ello. – Le aclaró la pelirroja volviendo a reír levemente por la ingenuidad de Stark. Era obvio que ni siquiera el siempre formal Capitán pudiese soportar tanto tiempo de “abstinencia”, como había nombrado el millonario. Ella desvió la vista de ellos para continuar en sus propios asuntos.
Tony volvió su mirada a las pupilas azul pálido de Rogers que le continuaba mirando socarronamente y entonces él mismo recuperaba su semblante.
-Oh, sí, unas cuántas citas y ¿eso qué? Uno besito hasta la tercera cita, quizás tomarse de las manos cuando nadie los mira. – Se mofó. Steve le negó con la cabeza riendo levemente.
-Tengo mi propia experiencia. – Le declaró con naturalidad y al parecer ya de muy excelente humor.
-Habladurías. – Bufó. – Quisiera verlo para creerlo. – Entonces Steve se inclinó sólo un poco más, soltó un curioso suspiro antes de hablarle de nuevo.
-Quizá más pronto de lo crees lo descubrirás por ti mismo si tanto lo quieres. – Le dijo tan cerca que sintió perfectamente su aliento cálido chocar en su rostro. Miró la sonrisa pintada en los labios gruesos y rosados y quedó callado, pues Steve se daba media vuelta dando por terminada su charla, y se alejó de ahí. De nuevo una risita de Romanoff llegó hasta sus oídos.
-Lo pedías a gritos, Stark. Ahora te metiste en problemas. Pero con lo mucho que te encantan no creo que sea ningún suplicio para ti. – Concluyó la espía.
Tony dejó de mirarla y dando media vuelta para volver a su trabajo sonrió de la misma forma para que nadie lo mirase. Ya se vería qué tan cierto es lo que decía el Capitán, pues a Tony no le intimidaba en lo más mínimo. Bienvenido era a demostrarle toda la palabrería que le había dicho.