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Silver moon por KeikoHikari

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Notas del capitulo:

En el próximo capítulo desvelaré el tatuaje de Louis, ¡no os lo perdáis!

(disculpad si hay alguna falta)

-          ¿Qué? – Estaba absorto, jamás llegué a pensar que me fuera a proponer semejante idea.

-          ¿No te gusta? Sé que no estás enamorado de mí, y puede que no sea tu tipo ideal; eso no me importa. Solo quiero que sigamos manteniendo la misma relación que hasta ahora, pero quiero que vivas conmigo. – Sonaba como si quisiera tenerme vigilado siempre.

-          Es algo difícil de responder Álex, yo ahora mismo estoy viviendo en otro lado… - Louis me empezó a llamar desde fuera.

-          Oliver, este chico te conoce… - Detrás de él entró Aaron, ¡no había cambiado nada! Yo me lancé con los brazos abiertos a por él.

-          ¡Aaron, te echaba de menos! – exclamé mientras le abrazaba. Su perfume seguía siendo el mismo.

-          Este muchacho me estaba riñendo por fumar ahí fuera. Malditos ecologistas – murmuró mientras suspiraba.

-          ¡Oli! ¡Oli! Tenía tantas ganas de verte… Te he llamado como un millón de veces, ¿por qué no me coges las llamadas?

-          ¿Mi teléfono? Ni siquiera me acuerdo de cuándo lo perdí, siento no haber podido decírtelo antes. Antes de irme me compraré otro, ¡así podemos seguir en contacto!

-          ¿Te vas a volver a ir? – preguntó con los ojos tristones.

-          Oliver ahora vive con nosotros, y todavía tenemos que resolver unos asuntos que le conciernen. Me disculpo por tener que llevármelo por más tiempo – argumentó Louis agachando su cabeza. Tras volver a incorporarse, salió por donde había entrado

-          ¿Asuntos? ¿Qué asuntos, Oliver?

-          Son cosas sobre trabajo, Álex. – Realmente aquello no había sido una mentira.

-          Cuando tengas una respuesta, avísame. Sabes dónde vivo – soltó antes de marcharse. No parecía muy feliz.

-          Tenemos tantas cosas de las que hablar… - dijo Aaron. Antes de que me diera tiempo siquiera a responderle escuché una gran explosión que provino de fuera.

-          Quédate aquí y escóndete. Voy a salir a ver qué ha pasado – murmuré dejándole atrás. Su cara me expresaba todo el miedo que sentía.

Toda la calle estaba llena de humo. No conseguía ver a Louis, y tampoco conseguía ver de dónde había venido esa explosión. Comencé a llamarle, me estaba poniendo nervioso, no obtenía ninguna respuesta. Me senté en el suelo y comencé a toser, fue entonces cuando vi los zapatos del presidente.

-          ¡Louis! ¿¡Me escuchas!? – grité acercándome a él a gatas. De repente noté una gran ráfaga de viento que disipó toda la humareda

-          No deberías de haber salido, tenemos compañía, y no precisamente buena. – Me cogió del brazo y me posicionó detrás de él. Estaba despeinado, su camisa ahora era gris y tenía pequeños agujeros.

-          Así que era cierto, aquí tenemos al descendiente de nuestra querida Valentina – dijo una voz de hombre afeminada.

Delante de mí había un varón que sería un poco más joven que Louis, delgado y alto, con una larga melena grisácea hasta su cintura. Quedé petrificado al ver quién había a su lado, el chico que una vez casi me quita la vida. No podía quitarle los ojos de encima, estaba estupefacto. Louis me ocultó más con ayuda de su brazo. Se sacudió y remangó la camisa, se quitó la corbata y sacó de su bolsillo el mechero y el tabaco para encenderse un cigarro. ¿Cómo podía fumar en una situación así?

-          ¿Te alegras de verme otra vez? – preguntó el chico que tenía la estrella en el cuello. Yo no podía ni responder, mis músculos no me obedecían. – Vamos Louis, deja al chico salir, queremos verle. – Aquel chico realizó un rápido movimiento hacia adelante y Louis tan solo levantando una mano le desvió.

-          ¿Eso es lo único que sabes hacer? – preguntó mi presidente con una sonrisa muy pícara en sus labios. Al joven no pareció sentirle muy bien aquella respuesta.

-          Espera, aún no. Y dime Louis, ¿cómo has estado?

-          Al parecer mejor que tú, envejeces por días, Tian – respondió con una leve risa.

-          Tu sentido del humor no ha cambiado – respondió el hombre de pelo largo.

Se abalanzó a nosotros con gran rapidez, Louis no se movió, pero parecía muy concentrado. Noté un resplandor a mi lado y como una mano iba hacia mi cara, pero con una patada lo lanzó hacia otro lado.

-          Eres rápido – comentó el peli plata que ahora estaba a dos pasos de mí. Era bastante más alto que yo. Caí de rodillas al suelo, estaba demasiado asustado, mis piernas me flaqueaban. – Oh, por fin te veo, podría aventurarme a decir que incluso te pareces a ella. – Alzó su mano hacia mi cara, insistía en tocarme, pero Louis le propinó un potente puñetazo en el hombro que le envió lo suficientemente lejos para que no me tocara.

-          No le pongas tus sucias manos encima – murmuró el presidente. Escupió el cigarro y se desabrochó un botón de la camisa. Volvió a ponerse delante de mí; en su espalda a través de la camisa pude ver rastros de muchos colores, <su tatuaje>

-          ¿Quieres bailar? Sería todo un placer…

-          Acepto la invitación – contestó.

Louis se arrojó a él como un león a su presa. De sus manos apareció un destello verde que intentaron impactar en aquel sujeto de pelo largo llamado Tian, pero no tuvo éxito. Este le propinó un golpe seco en la espalda que le hizo impactar contra el suelo en segundos. Yo acababa de verle caer y sentía que no podía hacer nada. Noté que alguien se posicionó detrás de mí. Giré mi cabeza lentamente, y allí estaba aquel tipo de la estrella, con una sonrisa tenebrosa en su boca mirándome como si fuera una rata. Mis brazos temblaban sin control, quería alejarme de allí pero no conseguía moverme. Sin quitar aquella sonrisa, se acercaba más y más a mí, como si me consumiera con su mirada. En aquel instante algo cayó del cielo justo encima de aquel tipo. Sentí de inmediato un aura que ya conocía. Del impacto creó un gran agujero en la carretera. Al asomarme reconocí enseguida aquella espalda que emanaba un brillo de color azul y un gran pájaro se posaba en ella. Nea. Tenía amarrado al chico por el cuello y encerrado entre el suelo y él. Se quedó por unos segundos en aquella posición hasta que salió del agujero sin soltar al chico. La mirada de Nea era puro odio, las venas de sus bíceps estaba demasiado marcadas, sus ojos brillaban más de lo normal y el brillo azul cada vez era más intenso. Parecía que Yanya le estaba alimentando con poder. Apretaba con fuerza al chico, aquel no mostraba símbolos de estar respirando. Ver a Nea en aquella posición me puso más nervioso aún, era la primera vez que le veía así. 

Notas finales:

No olvidéis el RW! :D


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