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El hombre de mis sueños por darkmiss

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Habían pasado 5 días más antes de que pudieran dar de alta a Milo, durante esos días, el resto del equipo termino por presentarse, aunque al final todos concordaron de que Camus y Kardia serían los representantes de la comisaria ante los hermanos Krakov, después de ver el miedo que presentó el rubio ante la presencia de Clare y el capitán Lina, además de que ellos ya se han ganado la confianza de ambos hermanos en las anteriores semanas como para formar nuevos lazos de confianza a lo que quedaba de la familia 

Por otra parte, mientras esperaban que Milo saliera del hospital, las personas del caso lograron encontrar un pequeño departamento amueblado para que los Krakov pudieran habitar mientras resolvían el caso. Degel tuvo que hablar con sus jefes, explicando la situación en la que estaba, después de 3 horas en el teléfono, solo pudo esto termina con que se le enviarían las últimas pagas de su trabajo a su cuenta, esto le caía de maravilla al peli azul, sin embargo Camus que fue testigo del conflicto le pidió de que no se preocupara por el dinero, la comisaria se encargaría de los gastos económicos de ambos. Degel no pudo ocultar la alegría de  ya que deseaba enfocarse completamente de la recuperación de Milo al cien por ciento y  eso resolvía una pequeña parte de todos sus problemas. 

Para cuando fue la salida del hospital, Milo vestía una playera con un pantalón de vestir que hacía juego con unas zapatillas, había sido puesto en una silla de ruedas, ya que la enfermera que estuvo a cargo de él, no quería que hiciera esfuerzo alguno, además de que todavía estaba un poco débil por todo el medicamento que esta en su organismo, a un lado de ellos iba caminando Degel con un bolsa que traía algunas cuantas vendas y pomadas para los cicatrices del moreno que le había proporcionado su doctor Kore, así como los días para sus próximas citas para observar la evolución de las cicatrices y ver si requería cambio de medicamento.

En la puerta del hospital Camus los esperaban, se adelantó y ayudo a introducir a Milo en la parte trasera del móvil. Ya cuando Degel se acomodó en el carro, el oficial fue al asiento del conductor y puso en marcha para llevarlos al sitio de donde  estarían viviendo mientras resolvían el caso.

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Después de 30 minutos en medio de giros, algunos semáforos y unas cuantas calles más llegaron a un edificio, en la entrada de este estaba Kardia. Esperándolo, entre Kardia y Degel sacaron a Milo que estaba ausente de todo lo que estaba pasando.

-toma mi brazo y no te separes de mi.- menciona Degel, Milo obedece, los hermanos siguen a los dos oficiales dando con las escaleras de la estructura.

-vamos, tenemos que ir al  cuarto piso al número 45, ahí estarán residiendo durante todo el proceso- dice Camus- vamos a procurar ir a verlos durante todo los días, así como también en la siguiente semana va a venir un compañero que nos ayudara y ayudara a Milo.

Degel afirma y continúan caminada, los oficiales le indican cual es el departamento y le entregan un juego de llaves. El mayor de los Krakov, continúa dejando atrás a los dos hombres de azul. Al llegar al frente de la residencia, Degel abre la puerta y ambos ingresan al departamento.  Kardia y Camus los vieron a distancia, su labor de encaminar a los dos hombres, había sido completada, ahora tenían que regresar a la comisaría.

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Durante toda la semana, y así como habían prometido los dos hombres, los hermanos recibían las visitas momentáneas de Kardia y Camus, a pesar de que no se quedaban por mucho tiempo, especialmente para evitar levantar sospechas, la condición de Milo no cambiaba, todos los días se levantaba y se quedaba en un solo sitio sin mencionar ni una palabra o expresar algún otro gesto aparte de la indiferencia o desconcierto.

Mientras tanto, Degel había tomado el hábito de levantarse temprano antes que el rubio para preparar el desayuno de ambos, el olor de los alimentos hacían despertar a Milo, al menos cuando Milo despertaba completamente Degel terminaba de preparar todo, así como la pequeña mesa que tenía el lugar. Desayunaban en silencio con el único ruido de las cucharas y los platos moverse, Degel observa debes en cuanto a Milo, mientras el rubio no había ningún ruido, ni cuando daba sorbos al jugo o la leche, cuando sentía que Milo lo iba a descubrir, desviaba la vista a algún punto de la pared o el piso.

-¿y cómo te has sentido este tiempo, no quieres algo Milo?-le pregunta Degel, Milo encoge los hombros y sigue comiendo sus alimentos. Al terminar con ellos, el rubio se levanta, los deja en el fregador y se encierra en la habitación donde duerme. Degel ve como sus intentos de hablar con Milo se fueron al desagüe nuevamente, pierde el apetito, y deja los platos y va al baño, se refresca el rostro antes de ir por Milo.

Va a la habitación donde Milo se encerró, abre la puerta, lo ve observando sentado a un lado de una ventana que daba dirección a la calle, camina y se sienta al frente, toma una de manos colocadas en las piernas, entrelaza los dedos, y deja caer la cabeza en las piernas de Milo sin que este le dijera algo por la cercanía que tenía con él.  

*Porque no me quieres hablar, no ves que yo también sufrí mucho por ti* piensa Degel.

-vamos, tienes que bañarte y yo cambiar tus vendas.

Por un momento pudo ver un ceño fruncido y eso alegro momentáneamente a Degel. El peli azul se levanta seguido de Milo rompiendo el contacto de las manos, ambos fueron al baño que era la puerta siguiente a la habitación, mientras Milo se despoja de toda la ropa, Degel iba por un par de toallas y prepara el agua que cae de la regadera, se quita la ropa quedando solamente en calzoncillos.

El mayor aprecia todas y cada una del marcas y cicatrices, y las ahora pequeños hematomas que cubrían el cuerpo de Milo; el lugar donde más moretones y marcas  tenía el rubio era la cintura y espaldas, solo podía agradecer que poco a poco estas iban desapareciendo, aun cuando todavía las cicatrices tomarían más tiempo, sin embargo las marcas que durarían por el resto de sus vidas eran las mentales y no tenía ni la más mínima idea de como curarlas.

Coloca a Milo bajo el agua, le enjuaga el cabello así como el resto del cuerpo, le talla con el jabón con cuidado las cicatrices y evita la zona de la entrepierna que pudo ver que era la zona donde ponía tenso al menor, cuando termina todo esto, deja a Milo que se lave las zonas que él se prohíbe tocar, Milo lo hace, así que termina de bañarse. Degel cierra las llaves, toma una toalla envolviendo la intimidad del menor con ella, mientras que con la otra comienza a secar el cabello.

-ya está- deja la toalla que uso en el fregadero- tu ropa está en los cajones y te vistes Milo, no quiero que estés solo con la toalla, en un momento voy a colocarte las vendas, así que te apresuras a cambiarte.

-si- responde Milo de forma monótona.

Ahora era turno de bañarse. Sale envuelto con la toalla que uso para secar la cabellera de Milo, va hacia donde tenía guarda su ropa, toma un par de calzoncillos y un juego de prensas, se viste pues tenía que apresurarse antes de que llegaran los oficiales, como también tenía que pensar que darle de comer y cenar a Milo el día de hoy. Para cuando termina de asearse y  arreglarse, Milo lo esperaba sentado en la cama y vestido con un juego de camiseta y un short holgados, Degel saca la medicina del rubio, le coloca ungüento en las cicatrices de las muñecas y tobillos para posteriormente envolverlas con vendas, luego va con las marcas de quemaduras y moretones de los brazos y las piernas, para dar concluida su labor.

Como el departamento tenía una cama matrimonio, así que por las noches, los dos comparten el lecho, ambos en su lado, Milo le da la espalda y cierra los ojos, Degel un poco más quisquilloso para dormir, se coloca ropa de noche, toma el lado de la cama y se acuerda, al apagarse las luces de la habitación y ver como el rubio esta muy relajado en el sueño, llora en silencio, evitando que Milo escuchara sus gemidos.

-así es como te sentías milo, así es como te sentías cuando no te hacia caso.

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Pasaron los días, finalmente Camus acompañado de Saga van al departamento de los hermanos, Degel abre la puerta dándoles la bienvenida.

-Hola Degel, espero que no te hayamos llegado en mal tiempo,

-no al contrario- le miente- pasen, Milo está en la recamara, termino de bañarse.

-muchas gracias- responde la persona que acompaña al oficial- me llamo Saga  Taylor, soy el psicólogo de la unidad, y seré yo quien ayude a Milo a pasar todo este proceso, además de comenzar a introducirlo a la sociedad

-no creo que sea necesario doctor.-inquiere Degel- todavía es muy pronto para un proceso como esto.

-al contario, Milo esta pasando por un periodo de adaptación y asimilación, después de todos estos años en cautiverio, su mente debe estar lleno de problemas y preguntas sin resolver. 

-si usted lo cree,  la puerta es la primera a la derecha, no tiene seguro así que puede pasar.

-muchas gracias

Saga  va al cuarto, le abre y lo primero que ve es el meticuloso orden que tenía la habitación, sin embargo en medio de todo ese orden esta Milo lo ve vistiendo un pantalón deportivo sin calcetas o zapatos, una playera holgada, sin prestarle atención a su presencia. Saga camina hasta quedar al frente del rubio.

-Hola Milo, soy el doctor Saga Taylor, soy amigo de Camus y vengo ayudarte.

Saga espera con paciencia a que este le dijera algo y que comenzara a lanzar alguna negativa por su presencia, más todo lo contrario, este se encogió los hombros y siguió observando a través de la ventana, esto de indico que Milo ignoraba a las personas de su alrededor e incluso podía jurar que si él hubiera venido con bata y gafete, en ligar de un pantalón de vestir, zapatos y camisa, Milo ignoraría su presencia.

-¿y dime Milo como te has sentido estos días fuera del hospital?

-bueno- murmura Milo- supongo que bien.

-¿Por qué supones?- pregunta desconcertado por la respuesta del rubio

-porque- dice Milo para luego cerrar la boca, hace un gesto como si quisiera hablar, pero utiliza toda la fuerza de voluntad para no hablar de más, Saga ve eso, y toma nota mental de todos los gestos y ademanes que hace Milo.

-vamos Milo- dice Saga con paciencia- di lo que tienen en mente.

-porque él va venir.

-¿él?, pero si tu estas lejos de él, él no te puede hacer daño, él no está, ya estas a salvo.

-pero…

-vamos Milo,no tienes porque preocuparte, estas a salvo, ahora puedes ser libre de todo esto

-pero, no se como sentirme.

-¿porque?

-porque…no se cómo sentirme, una parte de mí, me dice que él vendrá, que pronto vendrá, pero una vocecita me dice, que no, que ahora estamos libres de él, que ya no va haber comida mohosa, el tener que tomar agua de los charcos, que no tendré que hacerme del baño en un rincón porque ahora estoy afuera, que ya no estoy en ese cuarto oscuro como antes.

Saga escucha con atención todas las  palabras de Milo tenía guardadas en su interior, por un instante puede pensar que todo eso era la presión que el rubio fue victima y esto era el primer pensamiento que ha tenido, olvidando por un instante de su agresor, se sienta en el suelo y de la bolsa que traía consigo, saca unas hojas de papel blancas con unos lápices. Aquello capto la atención de Milo, ve las hojas así como los lápices al frente de él.

-vamos Milo, tómalos, son para ti.

Milo baja de la cama y toma asiento en el suelo,  toma el primer lápiz y comienza a rayar la primera hoja.

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Durante todo ese tiempo, Degel y Camus esperan con paciencia a que Saga vuelve, mientras Camus está sentado en uno de los sillones, el peli azul no paraba de pasear de un lado a otros por toda la habitación debes en cuanto desviaba la vista a la entrada del cuarto, luego iba hacia donde había la mesa donde tenia varias hojas y las examinada, después se levantada y se coloca al frente de alguna ventana para ver al exterior.

Camus ve todo esto en silencio, no puede dejar de lado su preocupación por la salud del mayor de los Krakov, pues si bien, su principal prioridad es la seguridad de Milo, el bienestar de Degel era igual de importante para todo el caso, pues si Degel cae, Milo también. Podía jurar que había perdido peso y que tenía unas notorias ojeras, y aunque por ahora no había  alguna enfermedad que aquejara al peliazul, en poco tiempo podría enfermar y eso podía poner en peligro el caso.

La puerta del cuarto se abre, tanto Camus como Degel van hacia allá, Saga iba saliendo y cierra la puerta detrás de el, apenas pudieron ver como Milo estaba muy entretenido con algo como para poder cuestionarse algo o percatarse de la ausencia del psicólogo.

-Por ahora voy a tener dos veces por semana, joven Krakov- se dirige hacia Degel- le pedí a Milo que dibujara algunas cosas de su interés, le deje algunas hojas para que se entretenga, no haya a tirarlas y procure colocarlas de acuerdo al orden que las uso, si él requiere más, por favor de proporcionárselas, esto lo va hacer durante toda la semana hasta que de la tercera sección, entendido joven.- Degel afirma con la cabeza

-¿creo que pueda verlo doctor?- pregunta Degel.

-claro, pero no haya a hacer alguna pregunta, esta por ahora tranquilo como para perturbarlo, no vaya hacer preguntas hasta mañana, ¿entendido?

-si doctor.

Degel no espero más y fue a la habitación, ingresa procurando no hacer mucho escándalo al interior de cuarto.

-¿Cómo esta el chico Saga?- pregunta Camus después de ver desaparecer a Degel al cruzar la puerta.

-todavía tiene algunos síntomas de ausencia exterior, sin embargo por ahora podemos descartar algunos síndromes, como el de Estocolmo, pues a pesar de todos estos años en cautiverio, el chico muestra miedo más que alivio y cooperación con el ignoto, no tiene esa relación de empatía que pudo haberse desarrollado en este lapso de tiempo. Por lo que eso es una gran ventaja para el caso y pueda dar todo testimonio sin que tengamos que preocuparnos a que lo  este encubriendo.

-eso es un alivio, el capitán esta un poco nervioso por eso, sin embargo...

-¿pasa algo?

-si, me gustaría que hablaras con Degel también.

-¿con el mayor?

-si, aunque no lo creas durante todo este tiempo que estuviste adentro, no dejaba de moverse de un lado a otro, movía las manos de forma nerviosa como también no dejaba de ver a dirección de la puerta, y aunque Degel pareciera que no tiene importancia en el caso, es una pieza clave para el bienestar de Milo y el caso.

-ya veo, bueno si quieres puedo venir mañana, por ahora tengo algunas citas con algunos pacientes y no puedo posponerlas.

-esta bien Saga, vámonos y volvemos mañana.

Los dos hombres se despiden de Degel y Milo, informándoles que volverán mañana a visitarlos, ambos salen del departamento dejándolos en el lugar.

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Para el día siguiente, Saga volvió a ir al departamento de los hermanos Krakov, como Camus tenía que quedarse con Clare y el capitán, Kardia lo acompaño a visitarlos, esta vez a diferencia del día anterior, Degel recientemente iba llegado luego de ir a comprar algunas cosas para la comida y cena de ambos hermanos, mientras Milo seguía en el cuarto descansando.

Saga trato de comenzar la charla con él y explicar la preocupación de todo el personal del caso tenía por su salud, y  lo que le implicada a él el seguir en un ambiente muy tensó como ahora sin recibir ayuda alguna, sin embargo toda explicación era evadida por el peli largo negándose a comenzar un tratamiento con el psicólogo. No fue hasta la intervención de Kardia que evito que las cosas se tornaran más violentas, aunque claro siempre con el peculiar modo de hablar del oficial.

-escúchame bien niño, vas a tomar el maldito tratamiento, esto no solo es para tu bien, sino también para Milo, no puedes descuidar tu salud, Milo te necesita más que nunca, así que vas a tomarlo, o te mando arrestar por negligencia y Milo lo enviamos a un hospital psiquiátrico, tu escoges.

Con resignación acepto la ayuda, Saga le hizo una serie de preguntas a Degel y él las fue respondiendo, el psicólogo se percataba de la negativa algunas veces o las desviaciones que hacia el joven al hablar de temas específicos, como la seguridad de Milo, su relación con el o los pocos días que estuvieron viviendo juntos.  A diferencia de Milo, Saga termino recetando algunas pastillas de SSRI*, con la recomendación de tener siempre a la mano una pequeña botella de agua para evitar la deshidratación.

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-el joven Degel sufre de depresión -Saga hablaba con Kardia y Camus, luego de que los dos anteriores regresaran a la comisaria.- le di unas pastillas que le ayudaran, sin embargo con él tendré que trabajar  para lograr salir de su estado, pues a diferencia de su hermano tiene un trastorno mucho más pesado, además de que él nunca se percató de sus síntomas, por lo que será más complicado tratar con él, además de la gran negativa que tiene con lo que está pasando. Y aunque las pastitas le van ayudar, es muy joven para que se haga dependiente de alguna droga para estar bien.

-sufre de mucha culpa por el rapto de Milo- menciona Kardia-no me extraña que ese niño caída en alguna drogadicción.

-nadie tiene los mismos síntomas y trastornos, puede que el detonante de toda la depresión que ahora sufre es por la aparición de Milo, pudo a verse desarrollado durante su juventud, pero nunca exploto, el alejamiento que tuvo a causa de la muerte de sus padres, lo mantuvieron ocupado.

-es como si su mente bloqueara todo recuerdo de Milo-observa Camus.- fue un modo para protegerlo, así que al ver a  Milo en ese estado, todas las protecciones que formó cayeron, y ahora tiene que soportar la presión de lo visto y vive, busca una solución para salvaguardar a Milo de todo el mundo

-así es Camus- afirma Saga.- sin embargo lo que ahora está haciendo solo lo está poniendo en una situación muy susceptible para los dos, por lo que las pastillas que le recete lograran calmar sus nervios y al mismo tiempo de truncar todos las conexiones nerviosas, liberándolo de cualquier pensamiento negativo.

-¿hay algún modo de sacar a ese hombre de la situación que se encuentra doc?- pregunta Kardia.

-lamentablemente yo recomendaría que se le deje como esta, es su forma, por así decirlo su duelo, si alguno de nosotros interviene, solo lo ponemos en una situación mucho más complicada a la que esta y buscara cualquier forma de protegerse y proteger a Milo.

-entonces hay que dejarlo así- repite Kardia- Joder este caso esta yendo al carajo.

-no necesariamente oficial Elsetetra - responde Saga.- solo hay que ir cuidado con esos dos, mientras uno sufre de depresión, el otro está adaptándose a un entorno que fue privando, ambos tienen que ir explorando , los seguiré ayudando, pero por ahora es mejor que los dos vayan formando sus propios caminos.- finaliza Saga

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Paso dos semanas después de la conversación que tuvieron los tres hombres, si bien el caso iba a paso lento, las actividades que eran obligados hacer los hermanos Krakov eran muy importantes para todo el caso. Así como lo llevaban  haciendo los días anteriores, las visitas de los dos oficiales se hicieron constantes, más no fueron forzadas, por lo que permitió a los dos hermanos ir abriéndose lentamente con los dos hombres. En un principio, alguna corta charla, donde preguntaban el estado de animo de ambos hermanos era muy bien recibida por estos, a lo que fue poco a poco introduciendo alguna charla sobre sus actividades diarios, aun cuando solo Degel era el que respondía.  Milo todavía se encontraba en el estado de captación, sin embargo los dos oficiales pudieron ver como las heridas y hematomas iban desapareciendo poco a poco y como debes en cuando Milo estaba por mucho más tiempo en grupo en lugar de estar encerrado o la utilización de más palabras más que monosílabos o gestos con los hombros.

Uno de los cambios que ambos oficiales se percataron fue el estado de ánimo de Degel, ahora se le veía un poco más calmado y racional, y aunque solo una vez por semana tenía que entrevistarse con Saga, los avances eran muy favorables y gigantescos para una persona que padece de ese mal. Podían jurar que la labor de Saga estaba rindiendo frutos, y muy pronto ambos hermanos podrás salir adelante por si solos.

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Le tocaba cita con Saga a Milo, las dos personas charlan en la habitación donde dormían los hermanos.  Saga observa con atención los dibujos realizados por la joven víctima.  Era algo que no suele realizar, pero que igualmente funcionaba muy bien, pues tuvo que aplicar un método que él suele utilizar para aquellas víctimas infantiles de abuso o violación, los dibujos que realizaba el rubio, diferenciaban completamente a lo que él podría pensar, pues en un principio tenía la idea, pues a contrario a lo que uno podía pensar que el rubio podía formar algunas formas básicas en sus ilustraciones, por la mente del psicólogo nunca paso a que el chico pudiera dibujar formas y objetos con sumo detalle, a pesar de que estos primeros dibujos solo fueran los cuadros de mosaicos del piso, los nubes del suelo o algún auto estacionado al frente del edificio. Por lo que entre la siguiente incógnita, ¿quién le enseño a Milo dibujar tan bien?

Camus  fue el oficial que le tocó llevar al doctor para la sección está sentado en un sillón de una plaza mientras Degel descansaba en otro continuo de dos plazas, había escuchado decirle que la noche anterior no pudo conciliar el sueño por lo que ahora aprovechaba la ausencia de Saga y Milo para dormir, el mientras tanto termina de llevar una serie de cuestionarios para la comisaria, tenía que realizar unas observaciones para ayudar a saga para la recuperación de los hermanos, y mientras  Degel duerme y Saga entretenía a Milo, él podía realizar un careo visual de las condiciones en la que los dos hermanos vivían; por ahora todo estaba bien, veía un orden en las habitaciones, pudo ver lo bien que Milo se había adaptado y Degel tenía muy bien atendido al rubio, por lo que esto era un buen progreso.

La puerta de la habitación se abrió  despertando a Degel, Saga se dirige a ellos por otro lado Milo toma asiento a un lado de Degel, este tomo la mano de Milo y le sonrio. Degel observa a Milo un poco más animado que en otras ocasiones. Mientras saga toma asiento a un lado de Saga

-¿terminaron por hoy?- dice Camus.

-Algo así solo falta hacerle unas preguntas-responde- Degel, ¿sería una molestia si te pregunto algo?

-claro que no oficial, sin embargo tengo que ir a la tienda a comprar unos víveres, si gusta podemos ir hablando por el camino.

-no hay problema- se dirige a Camus.- ¿todavía vas a estar, no?.

El oficial asiente.

-ahora volvemos Camus, te quedas con Milo, volvemos en un momento.

El oficial vuelve asentir, los dos hombres salen del departamento. Camus continúa examinando una serie de papeles, mientras Milo está sentado esperando. Pasan los minutos, un ruido muy cerca de Camus lo hacen despegar la vista de la documentación, sin percatarse Milo se había quedado dormido, a punto de caerse del sillón, Camus se incorpora y procurando el no despertar al rubio, lo vuelve a colocar. Milo se remueve  ahí mismo sin despertarse, Camus toma asiento a un lado, deja caer sobre el respaldo del sillón, el asiento era muy cómodo, además de que podía oler una sutil fragancia a mar, este olor, le gustó, debía ser por algún producto que utilizaban en Milo para su aseo personal y cerró los ojos.

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Saga y Degel caminan por las calles, era cuestión de trasladarse por unas cuadras para dar con la tienda, pero Saga le había pedido tomarse su tiempo, por lo que dan algunas vueltas más antes de dar con esta y volver al departamento.

-te veo mucho mejor Degel, por un momento creí que no seguirías el tratamiento.

-por un instante no quería tomar las pastillas doctor, sin embargo Kardia me dijo que no fuera egoísta

-déjame adivinar, ¿te grito por un largo rato?

-algo así- contesta avergonzado, “este hombre” piensa Saga.

-creí que deseabas volver a escribir, he tenido oportunidad de leer tus trabajos, son muy buenos.- menciona Saga.

-la verdad, nunca disfrute de la lectura, y aunque estudie periodismo, las letras y lo relacionado a las humanidades nunca fueron de mi atracción, siempre preferí los números, sumas, restas, las multiplicaciones, cuando estaba por cursar la licenciatura, yo quería ser contador, sin embargo mis abuelos quisieron que siguiera el trabajo de mi padre.

-ya veo, ¿y de Milo?

-si a mí no me gustaba leer o pintar, Milo era mucho peor, los profesores de dibujo en la primaria, siempre citaban a mis padres cuando Milo se metía en problemas, a él nunca me gustaron las clases que tuvieran relacionadas a los sentimientos, y aunque le gustaba ser amigos, Milo se aburría con mucha facilidad el tener que hacer un dibujo

-ya veo- reflexiona Saga.-será mejor ir a la tienda, ya es algo tarde, Camus debe estar preocupado por nuestra ausencia.

-como quiera doctor.

Los dos hombres fueron rápidamente a comprar los víveres que necesitaba Degel, regresaron por donde fueron hasta llegar al departamento. Ingresar, lo primero que ven a los dos hombres que habían dejado dormidos, Milo tenía la cabeza recargaba sobre el hombro del policía, mientras él solo tenía la cabeza recargada sobre la coronilla del rubio. Saga se adelanta, por un instante ve a Camus y a Milo, sacude el hombro del oficial. Camus es el primero en despertarse y le sigue Milo,  Saga les dio espacio, mientras ambos hombres se incorporan del sillón.

-volvieron- bosteza Camus-nos quedamos dormidos.

-no hay problema, será mejor regresar a la comisaría.- dice Saga.

-¿ya termino la sección?-cuestiona Milo.

-sí-responde el doctor.- pero recuerda lo que te dije, sigue dibujando, continua así hasta que volvamos a vernos Milo.

-si doctor.

Los dos hombres de oficio se despidieron de los hermanos, por otro lado, desde que llegaron de las compras Degel fue directo a la cocina, escucho la voces del psicólogo y del oficial despidiéndose de ambos, regreso con la esperanza de despedirse de ambos aun cuando ya no estaban en el departamento. Milo tomó varias hojas y siguió dibujando sobre la mesilla de la sala, Degel se acercó y mira por arriba del hombro, el rubio tenía muy aferrado un lápiz, hacia trazos de arriba abajo, gira la hoja y continua con sus trazos, Degel suspira y regresa a la cocina.

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Kardia miro la luz encendida en la sala de psiquiatría, era muy extraño a que muy altas horas de la noche el sitio estuviera iluminado, fue a la zona y descubrió a Saga en el lugar, al escuchar el sonido de la puerta abrirse, el doctor lo ve ingresar, mientras él está sentado en el escritorio que usa se encuentra rodeado de diversos dibujos realizados por Milo, Kardia no le toma mucha importancia por lo que da directo al frente del psicólogo.

-le imaginaba ya lejos de aquí doc, ¿acaso pasa algo?

-nada Kardia, solo estoy terminado los reportes de los hermanos Krakov, pero hay algo que quiero hablar contigo Kardia.

-¿y encontró algo?

-se puede decir que si, sin embargo hay algo que me preocupa más que el caso.

- ¿y eso es?

-déjame terminar este informe y ahora te dijo.

-vale doc.

Kardia permitió a que Saga terminara de realizar su informe, este al concluirlo lo archiva en la gaveta de todos sus casos y se dirige a Kardia, entre todas las hojas regadas en el escritorio saca cinco dibujos en específicos, se los extiende al oficial.

-¿es que lo que ves aquí, Kardia?

-además de ser los dibujos más horrendos que he visto, nada.

El peliazul se los retiro y los coloca sobre el escritorio, todas ellas tenían algo en común, ellas además de que la mayoría era un fondo negro, representaban las figuras con diferentes tonos de blanco.**

-estos dibujos se lo pedí a Milo que los dibujara, le hice unas preguntas y que dibujara lo que siente con respecto a ello.

-pero hay algo más, ¿verdad?- Saga asiente.

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Era de noche, por lo que nuevamente los dos hermanos iban preparándose a dormir, Degel apaga la luz antes de acostarse y acomodarse a su lado de la cama, y como ha pasado en otras ocasiones, Milo le daba la espalda, cierra los ojos  esperando a que llegara el sueño, pero el movimiento del colchón  le hace abrir nuevamente. Ve las sombras de todo el cuarto, sin embargo lo que le llamo mucho la atención fue la cercanía que Milo había tomado que incluso se dio la vuelta para tenerlo al frente de él.

-¿pasa algo Milo?, ¿quieres un poco de agua?, ¿o vas a ir al baño?- Milo niega con la cabeza, se acerca un poco más

-tengo miedo Degel.- dice Milo en voz baja, Degel se queda congelado por la confesión del rubio, era la primera vez que le habla de eso.

-saldremos de esta Milo.

-lo sé, solo prométeme nunca dejarme.

-lo prometo Milo, nunca nos volveremos a separar.

Continuara… 

*Los SSRI, ISRS, o también conocidos como Inhibidor selectivo de la receptación de Serotonina son el primer medicamento que se le receta a las personas que sufren de depresión, al ser los primeros medicamentos, tienen menor efecto secundarios a lo que provocan  boca seca, náuseas, nerviosismo, insomnio, problemas sexuales y dolor de cabeza.

**Prometo describir en el próximo capítulo los  dibujos de Milo. 


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