Epílogo
Algunos meses más tarde
Ya pasaba de media noche cuando escuchó su teléfono sonar. Solía dormir enredado entre cobijas y con Nigou a su lado para soportal las inclemencias del tiempo, por lo que fue bastante difícil para Kuroko desenredarse del capullo en el que solía dormir; sólo logró zafar un brazo, pero fue más que suficiente para tomar su teléfono y arrastrarlo a la calidez de su cama… las noches en Noruega eran bastante frías.
- ¡Tetsu-kun!- la alegre voz de Momoi saltó desde el auricular mucho antes que pudiera decir una palabra- espero no ser muy inoportuna, sólo llamaba para saber cómo estabas
- Momoi-san, descuida- aun entre mantas y cobertores, Kuroko respondía con toda la tranquilidad que le caracterizaba- han sido unos meses difíciles pero me estoy adaptando. Comencé a ir a la escuela aquí hace un par de semanas, es una pena que no tengan equipo de básquetbol, pero seguiré jugando por mi cuenta hasta que pueda asistir a una universidad con buen equipo
- ya veo, parece que te está yendo muy bien, me alegro- la chica dejó de hablar unos segundos, y de pronto la calidez con la que habló en un principio pareció desvanecerse- ¿Sabes? Daiki-kun volvió a preguntar por ti y…
- No voy a regresar- le cortó tajante- No quiero interferir en los sentimientos de Aomine-kun otra vez
- pero… Tetsu-kun, no creo que Daiki-kun en realidad…
- Tú no lo viste en aquel entonces, Momoi-san. Aquella vez que Kagami-kun y yo estábamos sincronizados tan perfectamente en el juego y Aomine-kun se enfadó tanto que terminó empujándolo… su mirada y su imponente presencia de odio fue dirigida hacia mí… realmente creí que iba a golpearme, pero… pero Aomine-kun es tan torpe que creyó que, por conocerme desde hace más tiempo, estaba celoso por mí cuando en realidad el que siempre le gustó fue Kagami-kun- su voz parecía ahogarse entre tantos cobertores, a pesar de ello, el dolor en sus palabras era tanto que podía sentirse aun estando tan lejos- Creí que, si le dejaba seguir con esa mentira, a la larga terminaría enamorándose de mí, pero nunca pasó… no pude ganarle a la deslumbrante presencia de Kagami-kun… después de todo, soy solamente una sombra.
- Daiki-kun realmente te extraña. No hay día que no deje de hablar de ti
- la culpa está hablando por él, sé que están mejor sin mí. Si permanezco lejos de ellos podrán darse cuenta de esa pasión que siempre desbordan cuando se miran o juegan en la misma cancha, cuando discuten o cuando… se besan… - recordaba perfectamente esa vez que los vio en el gimnasio; de alguna manera se percibía que estuvieron esperando para ese momento. Esa vez no fue culpa de su misdirecion el que pasara desapercibido sino fue porque estaban tan perdidos en su mundo que ni siquiera se percataron que estaba ahí. Cuando estaban juntos, parecían estar en su propio mundo ideal… los únicos que no parecían saber lo que sentían el uno por el otro eran ellos mismos- Quizá si algún día aceptan sus sentimientos, podamos ser amigos otra vez… mientras tanto, me quedaré aquí, donde mi sombra no pueda opacar a nadie…