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Entre cielo y tormenta por Joker96

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Notas del capitulo:

Pensé que sería buena idea actualizar hoy por ser mi cumpleaños, así que aquí tienen :)

Flashback

 

Avery POV

 

Muchos dicen que el negro es un color que entristece, sin vida, sin ánimo alguno. Tal vez por eso las personas se vestía de negro para los funerales.

 

— Lo siento mucho James. — ya había escuchado esas palabras muchas veces hoy. — Violetter03; era una gran mujer, seguro está en un mejor lugar.

 

— Gracias Marcus. — dijo mi padre estrechando su mano con ese hombre de mediana edad y complexión robusta.

 

El tal Marcus me sonrió con pena y se limitó a acariciar mi cabello. ¿Tan difícil era comunicarse con una niña de diez años?

 

— ¿Por qué no vas con tus primos Avery?, Aquí todo está muy silencioso, te aburrirás. — me ofreció mi papá acariciando mi cabeza.

 

— No, aquí me quedo. — respondí con firmeza. — No quiero dejar a mamá. — dije mirando a la ataúd de caoba que estaba frente a nosotros.

 

¿En serio mi mamá estaba ahí?

 

Mi papá no insistió más, creo que sabía que sería inútil.

 

Miré a mi alrededor y pude ver el color negro en la vestimenta de todos, parecía, por sus caras, que el negro no estaba solo en su ropa. No quería llorar, mi mamá me había dicho que solo se iba a ir a otro lugar, pero que pensaría en mí siempre y me cuidaría desde donde iba a estar. Mis abuelos maternos estaban muy tristes, cuando los habíamos ido a recoger del aeropuerto mi abuela Rose no dejo de abrazarme y de llorar en mi hombro. Intenté animarla, pero no funcionó, mi papá me dijo que ella tenía que llorar para liberarse de su dolor.

 

Casi al instante pude visualizar a Camila entre las personas que estaban presentes, sonreí al verla. Ella también me sonrió, pero de manera triste. Si algo no quería es que ella me sonriera también de esa manera. Ya bastante tenía con los demás.

 

Ella, junto con toda su familia caminaron hacia donde estábamos mi padre y yo.

 

— Avery, cariño. — la mamá de Camila se arrodilló frente a mí y me abrazo.

 

No sabía que lo necesitaba tanto hasta que sentí sus brazos rodeando mi cuerpo. ¿que tenían los abrazos de las madres que eran tan especiales?

 

— Hola señora García. — murmuré sobre su hombro. Ella me brindo una sonrisa encantadora.

 

Cuando se separó, Camila se puso frente a mí.

 

— Lo siento. — fue lo que dijo para después abrazarme también. Sus brazos se habían enganchado a mi cuello y su cara estaba apoyada en mi hombro. Yo la abrase por la espalda.

 

Mire a mi papá hablar con Roberto, el papá de Camila, quien tenía a Antonio el hermano menor de Camila dormido en brazos.

 

Termine sentada junto a Camila, pero todavía frente al ataúd. La morena estaba muy callada y rara vez me veía, la mayor parte del tiempo su mirada estaba enfocada en el suelo.

 

— Que bueno que viniste, todos los adultos solo hablaban con mi papá o con mis abuelos. — ella seguía sin mirarme. — Todos están muy tristes.

 

— ¿Y tú no? — me pregunto viéndome finalmente.

 

— Algo. — me encogí de hombros.

 

Camila frunció el ceño.

 

— Ya no la vas a ver. — dijo, como si yo no estuviera enterada de aquello.

 

Solo negué con la cabeza.

 

Una de sus manos se unió a la mía y la apretó. Cerré los ojos con fuerza tratando de evitar que las lágrimas brotarán.

 

— No.— susurré.

 

— Siempre estás ahí cuando lloró, por eso estoy aquí. — sin poder evitarlo un sollozo se escapó de mis labios.— Yo te cuido.— eso era lo que yo siempre le decía a ella.

 

Después no pude parar de llorar y en ningún momento Camila dejó de abrazarme. Me di cuenta de que yo también necesitaba liberar mi dolor. Eso, y saber que tenía a alguien sujetándome fuerte.

 

Sabía que Camila nunca me iba a soltar, por la misma razón de que yo tampoco lo haría con ella.

 

Fin del Flashback



Camila POV

 

Era sábado y la fiesta en la playa sería en unas horas, pero como acostumbrábamos Avery y yo, ella había pasado la mañana en mi casa.

 

— ¿Viste que curvas Camila? — preguntó Avery sin apartar su vista de la pantalla.

 

— Si las vi. — mentí, estaba más concentrada leyendo.

 

— ¡Por dios me va a dar algo! — exclamó.

 

— Deja de hablar y concéntrate, te están ganando. — le pedí, viendo como mi hermano movía el mando de la consola con destreza.

 

— Solo le estoy dando algo de ventaja, si no, no hay diversión. — respondió con altanería.

 

— ¡Eso no es cierto! — reclamo Tony.

 

— Lo que pare tu llanto gusano.

 

Mi hermano fulminó a la castaña con la mirada y volvió su atención al juego. Todavía iba adelante.

 

— ¿Entonces chocaste en esa curva a propósito? — le pregunté a Avery elevando una ceja.

 

— Claro. — mintió. — Es el efecto dramático.

 

— Pues tú efecto dramático se está volviendo repetitivo. — reclamo Tony, logrando que mi amiga soltara un gruñido en protesta, y yo una carcajada limpia.

 

Al final, mi hermano se mofo de Avery por unos buenos veinte minutos, mientras la castaña seguía insistiendo que lo había dejado ganar.

 

Para desgracia de Avery, la victoria de mi hermano no había acabado. Ambos habían apostado y Tony no había tardado en reclamar su premio. Justo por eso ahora estábamos en el auto de Avery, en camino a la heladería más cercana.

 

— Voy a pedir un helado de yogurt de zarzamora. — dijo Tony con emoción.

 

— Yo voy a pedir…

 

— Helado de fresa. — dijeron Avery y Tony a la vez.

 

— Siempre pides lo mismo. — apuntó Avery sin apartar su vista del camino.

 

— Perdón no sabía qué pedir lo mismo siempre, era ilegal. — me crucé de brazos, ofendida.

 

— No es ilegal, es aburrido. — dijo mi hermano.

 

Avery río.

 

— Váyanse a perder. — dije subiendo el volumen del estéreo, dispuesta a ignorar sus burlas hacia mi persona.

 

Cuando llegamos a la heladería Tony corrió hasta el mostrador, era un niño de once años después de todo.

 

— Apartaré una mesa, tú ve con Tony y pide por mí. — le dije a Avery mientras ella solo asintió.

 

Esta era nuestra heladería favorita, cuando Avery y yo éramos más jóvenes veníamos aquí casi siempre después de clases.

 

Escogí una mesa algo apartada del ventanal del lugar, ya que sabía que el sol le molestaba a Avery por sus ojos algo sensibles. Y mientras esperaba saqué mi celular para distraerme.

 

— Hola. — escuché a alguien decir al lado mío.

 

Cuando elevé mi mirada me topé con un chico rubio, como de mi edad y sin nada malo a mi parecer.

 

— Hola. — le respondí con una sonrisa.

 

— Lo siento, por lo general no hago cosas como esta. Pero te vi aquí sola y eres muy bonita, no pude evitarlo. — vi como se sacudía el cabello algo nervioso. — Me gustaría saber tu nombre.

 

El chico era muy tierno, y además muy apuesto.

 

— Camila. — le dije.

 

—Camila. — repitió, como si lo estuviera saboreando. — Es un nombre muy hermoso, no me extraña que lo tengas.

 

No era la primera vez que alguien me lo decía, pero viniendo de él sonó diferente. Sonó mejor.

 

— Gracias. ¿Y cuál es tu nombre?

 

— Brody. — se presentó extendiendo su mano hacia mí.

 

— Mucho gusto Brody. — dije estrechando su mano.

 

— El gusto es todo mío Camila. — ambos sonreímos, sin apartar la vista.

 

Note que sus ojos eran azules, pero a diferencia de Avery, los de él eran más oscuros.

 

— ¿Interrumpimos? — ambos nos dejamos de mirar para poder ver a Avery y a mi hermano frente a nosotros.

 

— ¿Quién eres tú? — preguntó Tony dirigiéndose a Brody. No se veía muy contento.

 

— Avery. — dijo Brody, viendo a mi amiga con algo de asombro.

 

La castaña solo elevo una ceja, sin saber quién era el.

 

— ¿Te conozco? — le preguntó.

 

De un de repente el chico cambió sus facciones. Ahora estaba muy serio.

 

— No. Pero conoces a mi hermana, Amber. — mis ojos miraron al chico con asombro. Esa era la chica que había ido a buscar a Avery a la universidad.

 

— Amber. — murmuró Avery frunciendo el ceño. Ella no la recordaba. — Lo siento no me suena, ¿es pelirroja? — a este punto Brody se veía tenso y yo estaba preocupada de que algo malo surgiera de esto.

 

— Ahora recuerdo que Amber mencionó a una tal Camila. — dijo Brody enfocando su mirada en mí, se veía molesto.

 

— Verás Brody...— intenté explicar.

 

— No me importa lo que sea que quieras decirme. — me corto. — Pero es una lástima que estés con alguien como ella. — dijo señalando a Avery quien se vio ofendida.

 

— Escucha no sé quién eres, pero será mejor que nos dejes en paz. — dijo Avery.

 

— No tienes que preocuparte por eso, yo ya me voy. — sin más Brody dio media vuelta y salió de la heladería a paso firme.

 

— Que chico tan raro. — dijo Tony tomando asiento empezando a degustar su helado.

 

— Si, es muy… oh, espera. — dijo Avery agrandando los ojos. — Amber es la chica que fue a bus…

 

— Si es ella. — dije arrebatándole mi helado de las manos.

 

— Bueno eso explica por qué se veía tan enojado. — dijo riéndose.— Vaya perdedor.— se burló.

 

Después de eso no dije nada más, estaba molesta con ella. Así que me comí mi helado es silencio escuchando a Avery entablar una conversación con mi hermano, mientras yo decidí quedarme callada, casi apretando los labios.

 

Avery POV

 

Cuando íbamos de regreso a la casa de Camila todos estábamos en silencio. Por alguna razón Camila se había sentado en el asiento trasero y no había dicho nada desde que se subió al auto, en cambio Tony estaba lo suficientemente entretenido con su consola portátil como para hablar. Me confirme con el sonido de la radio, que me distraía poco.

 

Una vez estando en la casa, Tony subió a su habitación, no sin antes agradecer por haberlo llevado a la heladería.

 

— Has estado muy seria Mila. ¿Te pasa algo? — me acerque hacia ella, quedando frente a frente.

 

Su mirada parecía responder mi pregunta.

 

— Ya no quiero ir a la fiesta. — dijo cruzándose de brazos.

 

— Está bien. — lo medite. — ¿Y se puede saber por qué?

 

— Por qué será… ¡ah! Puede ser porque te comportarse como una completa idiota con Brody. — dijo elevando y moviendo sus brazos.

 

— ¿Quién es Brody?

 

Camila soltó un gruñido cargado de frustración.

 

— Es el chico que estaba en la heladería. — respondió de mala gana.

 

Y ahora que lo sabía, solo quería entender el porqué eso la molestaba tanto.

 

— Sigo sin entender qué es lo que te molesta.

 

— ¡Vaya que eres increíble!, ¡Me molesta el hecho de que no sientas ni siquiera un poco de remordimiento, y que aparte te burles de él a sus espaldas! — vaya que Camila se veía alterada.— Dime, ¿cómo te sentirías tu si a tu hermana la tratarán como tú tratas a las chicas con las que te acuestas?, Vamos dime.— exigió.

 

— No tengo hermanas Camila, ¿cómo quieres que responda esa maldita pregunta? — le cuestioné.

 

La verdad, es que sabía perfectamente a qué se refería, pero yo era así. Se supone que Camila lo sabía, era mi mejor amiga después de todo.

 

— Entonces imagina que alguien me tratara a mí de esa forma. — respondió seria. — ¿Te gustaría? — presionó. Yo tensé la mandíbula.

 

Si había algo que con lo que no podría lidiar, seria con el sufrimiento de Camila, si la lastimaban a ella me lastimaban a mí.

 

— No.— respondí al fin, sin ánimo. — Por supuesto que no.

 

En este momento yo también ya sentía cierta tensión.

 

— Ese es mi punto. — murmuró Camila, pasándose una mano por la frente. — Lo que haces está mal Avery, no te importa lo que cualquiera de esas mujeres pueda llegar a sentir por ti. Tu solo te preocupas por ti, por tu placer, en nada más. — a este punto Camila solo miraba el suelo, parecía como si tuviera vergüenza de verme. —  Y lo que yo hice también estuvo mal, no debí… creí que por el hecho de que eras mi amiga podía justificarlo. Cubrir tu comportamiento, pero ya no puedo.— mire como Camila apretaba los ojos para no llorar y eso me partió en dos.— Hieres a la gente Avery, y yo también llegué a hacerlo por ti.— escuchar la pesadez de su voz hizo que quisiera acercarme a ella pero Camila hizo un gesto con las manos para que no lo hiciera.— Brody se veía que era un buen chico, parecía que no podía hacerle daño ni a una mosca… pero su mirada cuando te vio, y cuando me vio a mí de vuelta...— negó con la cabeza.— ...Nunca nadie me había mirado con tal desprecio.

 

Y era justo eso lo que me tenía mal en ese momento, el darme cuenta de que yo misma la estaba lastimando. Camila merecía a alguien de buenos sentimientos, y si bien no era yo, podría al menos intentar serlo.

 

— Siento haberte arrastrado a esto Camila. La mayoría del tiempo no soy consciente de mis actos yo solo… no creí que te arrastraba de esta manera. — ella esquivaba mi mirada, y yo hacía lo posible por encontrar la suya. — Lamento no ser la buena persona y amiga que mereces que esté a tu lado, y también lamento hacer que te sientas así. No fue mi intención hacerte llegar a esto, sabes que lo último que quiero es lastimarte, y el haberlo hecho me mata… pero no dejaré las cosas así Camila, si bien he cometido varios errores, no significa que no pueda arreglarlos.

 

Le di un beso en la mejilla y sentí como se tensaba ante mi tacto, era la primera vez que eso pasaba.

 

— No se puede borrar el pasado Avery.

 

— Por ti haría cualquier cosa. — murmuré, pasando mi pulgar por su mejilla.

 

Me alejé de ella carraspeando y me dirigí a la puerta de la casa, con la intención de irme. Pero antes de eso volteé a verla una última vez, y por primera vez no pude descifrar su mirada, pero le di una última sonrisa y salí de la casa. Cuando llegue y me metí a mi auto decidí que no importará lo que hiciera, no podía dejar que Camila siguiera con esa imagen de parte mía, y sobre todo no podía volver a ver esa mirada indescifrable otra vez.

 

“No puedo decepcionarte, a ti no.”  pensé.

 

 

 

 

Notas finales:

Tengan una buena semana, nos leemos luego :3


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