Hacía tiempo el Marín estaba buscando el momento ideal para hablar de sus sentimientos con la agente, pero de pronto sentía que ese momento jamás llegaría gracias a la intervención de su compañero.
El viaje fue tranquilo a pesar de que en la gasolinera los habían confundido con una familia de campista y él no pudo corregir el error. Claro que a eso debía sumarle las caricias disimuladas en su pierna que Danny le daba mientras conducía, o cuando se coló en el baño de la gasolinera
- Danno – dijo sorprendido – ¿Qué haces?
- Dame un beso – dijo el rubio – ya no aguanto mas
- Grace nos espe… – dijo Steve cuando sus labios fueron asaltados. Intento separarse pero sintió como un par de brazos lo aferro por el cuello profundizando el beso – Danno… espera – susurro cerrando sus ojos mientras los beso bajaban por su cuello
- ¿No te gusta? – susurro colando sus manos bajo la camisa – no tiene nada de malo. Estamos casados
- Sí, pero… – Steve cerro los ojos – ¡Ay Dios! ¿Cuándo aprendiste a hacer eso? ¡no, mejor no me lo digas! – unos golpes en la puerta los sobresaltaron – ¡Maldición!
- Esta noche terminamos esto – susurro Danno besándolo y saliendo antes que el comandante reaccione
Si ese fin de semana no se volvía loco, no tenía idea como iba a terminar, pero como lo empezó no sería nada cuerdo. Llegaron al lugar donde dejarían el Camaro y empezaron a ascender. Disimuladamente Danny sonreía viendo la interacción entre Steve y su hija. Estaba consiente que no era la mejor manera de estar al lado de su amigo, pero ya no aguantaba más amarlo en secreto y que este lo ignorase siendo solamente eso, amigos. Él no había planeado nada, solo se había aprovechado de la pregunta de la enfermera cuando le pidió su nombre completo
FLASHBACK
Dormitaba cuando entro la enfermera a su habitación y le hizo la revisión de rutina.
- ¿Cómo se siente señor? – dijo la mujer
- Me duele todo – dijo con una media sonrisa
- Es posible que sufra algunas confusiones o lagunas mentales – dijo ella – es normal, no se preocupe. Le hare algunas preguntas como prueba – Danny sonrió – ¿su nombre completo?
Danny lo pensó por un segundo. Como agente policial, sabia de las complicaciones que podían presentarse después de una misión como aquella y sabia que no tendría otra oportunidad para estar al lado del comandante, así que la tomo rogándole a todo ser divino que se dignara a escucharlo, no perder la amistad del pelinegro
- McGarret – dijo sonriendo – Daniel McGarret, antes Williams
- ¿Antes? – dijo la enfermera
- Si – dijo apenado – estoy casado con el capitán de fragata, Steve McGarret, comandante de cinco cero
- Entiendo – dijo ella sonriendo – ¿Hijos?
- Una – dijo él – Grace. Es de mi primer matrimonio.
- ¿Tiempo de casado?
- Tres años
- ¿Trabajo?
- Cinco cero
- ¿Compañeros?
- Tres. Chin Ho, Kono Kalakaua y Lou Grover, sin contar a Steve, claro
- Perfecto – dijo ella sonriendo – le diré a su esposo que ya puede pasar
- Muchas gracias
FIN DEL FLASHBACK
Volvió en si cuando llegaron a lo alto de la montaña y, tanto Steve como Grace reían entre ellos. Adoraba que esos dos se llevaran tan bien. Como buen niño scout, Steve era un perfecto campista, por lo que en cuestión de minutos estuvo la tienda estuvo lista y con la ayuda de Grace recogieron leña
- Ya esta listo – dijo Steve junto la fogata – acércate Danno
- Aquí están los malvaviscos – dijo Danny sentándose delante suyo y acomodándose entre sus brazo, por lo que Steve sonrió nervioso
- Se ven deliciosos – dijo Grace
- Obviamente – dijo Danny poniendo uno al fuego –, los hice yo
- Tú eres un desastre en la cocina – dijo Steve sonriendo
- Claro que no – protesto el rubio –, cocino mejor que tú ¿cierto Grace?
- Ambos son buenos – dijo la niña sonriendo
- Solo lo dice porque no quiere romperte el corazón – afirmo el rubio
- Probémoslo – dijo Steve poniendo también uno al fuego – y lo decidimos
- Se supone que tu amor es incondicional – protesto Danny haciendo un puchero
- Este ya esta listo – dijo Steve mordiendo uno –, si, esta muy bueno
- ¿Lo dudaste? – dijo Danny
- Claro que no – sonrió Steve – solo bromeaba contigo. Prueba – dijo colocándole uno en la boca
- Están deliciosos Danno – dijo Grace
Cantaron canciones entre risas y Danny conto cuentos a los que Steve le daba toques de terror, que mas allá de provocarle miedo a Grace le causaba risas por las reacciones de su padre. Cerca a la media noche el sueño la venció, por lo que se despidió y se fue acostar a la tienda
- Creo que también es hora que nosotros durmamos – dijo Steve
- Aun es temprano – dijo este acercándose mas a él – para nosotros
- ¿Qué quieres hacer? – dijo Steve sonriendo
- Ver las estrellas entre tus brazos – dijo el rubio – es una gran idea. ¿Alguna vez te haz arrepentido de haberme conocido?
- Claro que no – dijo Steve – tú y Grace son lo mejor que me ha pasado en mucho, mucho tiempo
- ¿Lo dices enserio? – dijo Danny incorporándose para mirarlo de frente
- Si Danno – susurro Steve
- Te amo Steve – dijo el detective – se que te lo he dicho millones de veces, pero no bastan – dijo acariciándole el rostro –. Y sentir que me correspondes de esta manera... que realmente somos una familia – sonrió bajando el rostro – debo verme como un bobo…
- Nada de eso – dijo Steve levantándole el rostro suavemente – jamás me cansare de escucharte
No supo que fue aquello lo impulso a acercarse y con la mayor de las delicadezas tomar entre sus dedos la barbilla del detective y besarlo lentamente. No recordaba haber sentido nada como lo que estaba experimentando en ese momento. Era una explosión de sensaciones que se incrementaron cuando necesito mayor cercanía y rodeó la cintura del detective con un brazo, mientras su otra mano se colaba bajo la polera del rubio, quien sonreía y lanzaba suspiros dentro del beso
- Lo siento, Danno – dijo separándose
- Steve – dijo este sonriendo – no tienes porque disculparte. No hemos hecho nada de malo. Somos una pareja joven – le beso el cuello – enamorada, en un lugar hermoso, es lógico que tengamos intimidad
- Grace se puede… – susurro Steve empezando a quitarle la camisa al detective
- Prometo no gritar – dijo Danny sonriendo
- Yo no prometo tener autocontrol – dijo Steve
- Nunca lo has tenido – dijo el rubio ayudándole a quitarse el pantalón – no es nada nuevo
- Contigo es difícil – sonrió el castaño
- Entonces termina – sugirió Danny – de perderlo
Ambos sabían que debían tener cuidado para no incomodar a la niña que dormía plácidamente en la tienda. Esa seria una noche que Danny guardaría eternamente en su memoria. Se prometió a si mismo detener aquella locura. No obligar a Steve a nada más. Desaparecer de su vida para siempre. Sabía que aquella era una mentira que no podría sostener para siempre, y cuando el seal descubriese la verdad no lo querría volver a ver en su vida. Así que tomo la decisión
Volvieron a casa al día siguiente, después de dejar a Grace en casa de Rachel, se fueron a la suya
- Debo ir a la oficina – dijo Steve entrando a la recamara – ¿vienes?
- Te espero – dijo el rubio
- ¿Estas bien? – pregunto intrigado Steve
- ¿Me abrazas antes? – susurro Danny
- Ven aquí hermoso – dijo Steve abrazándolo contra su pecho
- Te amo Steve – dijo Danny – promete no olvidarlo nunca
- Claro que no – dijo este – descansa. Traeré la cena
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