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Historias para Halloween por Anul Kazama

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Notas del capitulo:

Saint Seiya obra de Masami Kurumada

Saint Seiya: The Lost Canvas obra de Shiori Teshigori

MAGI: The Labyrinth of Magic es obra de Shinobu Ohtaka

Personajes en orden de aparición: Kasa de Lymnades, Zeros de Sapo, Asgard de Tauro, Camus de Acuario, Celintha, Teneo, Dégel de Acuario, Kardia de Escorpión, Sage, Manigoldo de Cáncer, Sinbad y Judal

Inspirado en Yuki onna o mejor conocida como La Mujer de las Nieves

Bien, aprovechando la lluvia y el frio que se siente, conozco la historia indicada… esta se desarrolla en las nevada pero hermosas montañas de Siberia. Un sitio hermoso pero mortal para aquellos que se arriesguen, para llegar a él hay que pasar por un bosque congelado, aunque parezca imposible, los pinos parecen hechos de hielo cuando las tormentas de nieve azotan el lugar.

Lo curioso, es que cuando las tormentas se calman, los pinos vuelven a ser verdes cubiertos por una capa de nieve, cerca de este bosque hay una pequeña aldea, la cual no se mueve durante las tormentas, todos se quedan en casa. Cuando las nevadas pasan, solo un valiente se arriesga y sale.

Pero contrario a lo que pudieran pensar, quien sale a asegurarse que la tormenta termino, es una mujer. Sale a la calle para dar una vuelta por la villa y cerciorarse de que todo esté bien, pero si ve huellas, regresa de inmediato tocando de puerta en puerta y solo salen las mujeres, ¿Por qué?, la respuesta es simple: el doncel de las nieves.

El doncel de las nieves, un espíritu que vive en el bosque cercano y el causante no solo de las tormentas de nieve, sino también de la desaparición y muerte de los hombres de la villa ya fueran locales o foráneos que se adentraban sin saber de su existencia. ¿Pero quién es el?, se dice que tiempo atrás, el doncel fue un hermoso joven, llamado Dégel, con una penetrante pero bella mirada; eso le valió para tener muchos pretendientes desde jóvenes hasta viejos pero él los rechazaba amablemente.

Un día, el bello joven desapareció, todos se unieron a buscarlo por días, semanas, meses hasta que un niño fue quien hizo el macabro descubrimiento: el doncel yacía completamente desnudo, con huellas de tortura y señas de haber sido abusado; nadie podía entender como ocurrió semejante crimen, pues la aldea era muy tranquila pero no tardaron en entender que posiblemente, alguien le declaro su amor y como siempre, lo rechazo… esa persona no lo acepto. La gente lo lamento y lo enterraron correctamente para que pudiera descansar en paz.

Pero como ocurre con aquellos cuyas vidas fueron terminadas involuntariamente y de la forma más vil, nada puede descansar en paz. Después del funeral, nadie visitaba su tumba, excepto el niño que había encontrado su cuerpo, le dejaban ofrendas de flores y dulces al mismo tiempo que le contaban sus anécdotas hasta que sufrió el mismo destino Dégel….

Luego de que el niño fuera encontrado y sepultado, dos hombres se retiraron en silencio para dirigirse a su cabaña donde se rieron a carcajadas

 - Niño tonto… no debió meterse donde no debía - sentándose frente a la chimenea

 - Ya basta - hablo su compañero - el único crimen de ese niño era visitar la tumba de Dégel

 - Exacto… ese maldito provocador - acariciándose levemente - pero obtuvo lo que quería al final…

Su compañero solo esbozo una sonrisa cuando miro por la ventana, vio la silueta de algo, no pudo distinguirla por la nieve que caía en ese momento pero decidió no prestar más atención. Días después, un chico caminaba con dificultad, la nieve no facilitaba su andar pero debía seguir. Finalmente vislumbro la aldea, eso le hizo respirar de alivio, por fin un sitio donde poder descansar y comer.

La gente se le quedo mirando pero igual lo saludaban, a pesar de que su rostro yacía escondido por su bufanda, gorro y unos lentes que protegían sus ojos de la nieve, el joven respondía igual a las personas. Llego a la posada, donde todos se sobresaltaron un poco al ver al forastero cubierto de nieve, quien se acercó a la barra

 - Ah, buenas tardes, viajero - hablo el barman - un camino difícil después de una nevada

 - Si - respondió el joven mientras se quitaba su bufanda - no pensé que aquí fuera más difícil

 - ¿Ha estado en otros lugares como este? - viéndolo quitarse su abrigo

 - Sí, pero ninguno tan nevado como este sitio. Dígame, ¿tiene cuartos disponibles?

 - Claro y también agua caliente por si quiere darse un baño - sonriendo - le serviré café mientras se quita lo que le falte

 - Gracias

El joven se quitó sus lentes, dejando ver unos bellos ojos azul marino, el dueño lo vio de reojo mientras servía el café, cuando se disponía a servir la bebida en la taza, la jarra termino hecha añicos en el suelo mientras el hombre tenía una expresión de sorpresa en su rostro, al igual a los que les llamo la atención el sonido de la ruptura de la jarra.

 - ¿Pasa algo?

El joven extrañado, miraba a las personas luego de que él se quitara el gorro, el barman salió de su insomnio

 - Disculpe joven… lo que pasa es que… se parece a un chico que vivía aquí, pero viéndolo bien, son diferentes

 - Oh, entiendo - sacudiendo su gorro - ¿Qué le paso? - el mayor asintió

 - Lo llevare a su cuarto, sígame - guiando al joven - mi nombre es Asgard

 - Camus, mucho gusto

Cuando desaparecieron de la vista de los demás y subían las escaleras, el mayor procedió a contarle la historia

 - Dégel…

 - ¿Perdón?

 - Dégel, era el nombre del joven que le mencione allá abajo - Camus asintió - él vivía en este pueblo, era uno de los más asediados por varones pero a todos los rechazaba. Un día desapareció misteriosamente, todos lo buscamos pero cuando lo hicimos

 - Entiendo… ¿nunca se supo quién lo mato?

 - No y lo malo, es que el único niño que visitaba su tumba, también fue asesinado

 - Debió ser duro para todos

 - Lo fue y como con Dégel, tampoco descubrimos al asesino

Camus solo asintió mientras continuaba siguiendo a Asgard hasta que llegaron a un cuarto el cual terminaba de ser aseado, al momento de abrir la puerta se haya una jovencita de pelo azul corto

 - Señor Asgard

 - Celintha, perdón pensé que…

 - No, ya termine - sonriendo - ¿tenemos un huésped?

 - Si, su nombre es Camus - el joven reverencio

 - Mucho gusto - sonrió el joven

 - Soy Celintha - sonrió - trabajo aquí con mi tío, cualquier cosa el tiempo que estés aquí pídelo

 - Gracias, ¿tiene algo de cenar? - sonrojado

 - Claro, en seguida le subo un plato de asado, aún hay agua caliente por si quiere asearse

 - Bien, lo dejaremos solo. Cualquier cosa avise

Camus agradeció el gesto, al principio pensó en dejarse caer en la cama pero opto por darse un baño, cuando termino, vio que Celintha había dejado el plato con comida, la cual estaba deliciosa. El joven suspiro, cuando se asomó por la ventana, ahí pudo distinguir una figura algo borrosa, abrió su ventana para poder distinguirla mejor pero aun así, no podía verse

 - ¿Qué extraño? - pensó el joven para después tomar sus tratos y llevarlos abajo

Mientras tanto, en el primer piso, Asgard discutía con Kasa, mientras Celintha terminaba de recoger los vasos y trastos sucios

 - Vamos Asgard, es cierto lo que dicen, ¿ese chico se parece a Dégel?

 - Eso no es de tu incumbencia Kasa - viendo a Zeros entendiendo como se enteró - así que déjalo en paz

 - Señor Asgard

Como un espejismo, Kasa pudo ver al joven que sostenía la bandeja y que lo miraba seriamente, el sujeto de piel pálida vio con lujuria al chico; si tenía un leve parecido con Dégel pero este niño era un poco más atractivo

 - ¿Pasa algo señor? - la voz de Camus lo saco de su insomnio

 - No, no pasa nada - intervino Asgard - el caballero ya se va

 - Con permiso

Kasa se fue con una sonrisa burlona, la cual incomodo tanto a Camus como a Celintha, una vez fuera, Zeros lo esperaba

 - ¿Y bien?

 - Carne fresca

Ambos sonrieron con malicia, dentro de la posada

 - Joven, no es que me incumba pero, ¿vas a quedarte mucho tiempo?

 - Cuatro días, antes de llegar me dijeron que no era muy seguro continuar por las nevadas

 - Y es verdad, aun así, algo más, ¿eres doncel? - el joven asintió- entonces ten cuidado, de preferencia que nadie se entere. En este lugar hay muchos hombres casaderos, algunos son unos pervertidos. Si quieres salir, avísame, mi otro sobrino llega pasado mañana. Descuida es de confianza

 - Gracias

Asgard solo asintió, esa noche, todos dormían plácidamente. Excepto por el vigía, quien hacia su trabajo cuando distinguió una silueta acercársele

 - ¿Quién anda ahí? - alzando su lámpara - dije que quien es

Pero no recibió respuesta, cuando se acercó un poco más pudo ver que era un pequeño zorro hurgando en la basura, el sujeto molesto tomo un pedazo de madera para lanzárselo al animalito, el cual ignoro

 - Estúpido animal

Le arrojo más y más pedazos, pero el animal quien se había percatado de su presencia, no se movía de su lugar. El sujeto encontró una piedra, la cual arrojo y esta vez le dio al zorro quien chillo por el dolor

 - No debió hacerle eso

El hombre se volteo pero no había nadie, fijo su vista al zorro quien seguía viéndolo, tomo otra piedra

 - Basta - se escuchó la voz

 - Me importa un bledo

Pero la piedra se sintió más pesada y fría el hombre miro su mano, la cual vio con horror como se volvía hielo. Sin saber porque, vio al zorro quien lo observaba sentado

 - Maldito ani… - al sentir una mano en su hombro

 - Le dije basta

El hombre se volteo para descubrir una mirada fría, dejándose caer de sentón descubriendo a un joven de cabello largo y vestido con un kimono blanco

 - ¿Qui-quién eres? - el hombre estaba asustado

 - Tranquilo - hincándose frente a él

 - Aléjate - pero no se movió al descubrir que sus piernas eran hielo - déjame

Pero el joven tomo el rostro del hombre entre sus manos, al sentir el helado tacto, el hombre comenzó a sentir como toda su sangre se congelaba

 - Bésame - susurro el joven

Al día siguiente, todo el pueblo era un caos, las personas estaban reunidas viendo al vigía en el suelo hecho una estatua de hielo y con una expresión de terror en el rostro.

 - ¿Qué paso?

 - Es ese demonio… - susurro un hombre - ataco de nuevo, viene por…

 - ¡Silencio!, apareció el alcalde - quien se acercó al cuerpo - esto es malo, ¿alguien vio algo? - nadie respondió - maldición

 - Señor, ¿qué hacemos? - apareció el alguacil - debemos…

 - No haremos nada, solo reforzar la seguridad

En el bar, Camus desayunaba tranquilamente, pese a que quiso ver qué pasaba afuera, Asgard le recomendó que no saliera, pues al ser un foráneo podría ser acusado. Solo Celintha le hacía compañía, cuando el dueño abrió la puerta

 - Tío, ¿Qué paso? - el mayor suspiro

 - Entiendo si quiere que me retire - hablo Camus

 - No, de todas formas se enterara - el mayor se sentó y la menor le sirvió café - anoche, el vigía del pueblo murió congelado

 - ¿Qué? - la menor asustada

 - Bueno, no tiene nada de raro - expreso Camus - tal vez

 - No murió de hipotermia causada por el frio - tomando la caja - fue congelado - Camus arqueo la ceja - vera… desde antes que usted llegara, han pasado cosas raras o mejor dicho, han ocurrido muchas muertes fuera o dentro de la villa.

 - ¿Cómo ocurre eso? - Camus intrigado

 - Aquí entras tu Celintha - dándole un sorbo a su café

 - Nadie lo sabe, solo aparecen convertidos en estatuas de hielo, creen que puede tratarse de un espíritu vengativo… porque… - la joven abrió los ojos y miro a Asgard

 - Esto comenzó desde lo ocurrido a Dégel - comento el mayor

 - Un momento, un fantasma matando gente - hablo Camus incrédulo - ¿no se supone que…

 - Sé que suena raro - hablo el mayor - pero, aquí se tiene la creencia de que Dégel busca a su asesino, muchos creen que no logro verlo cuando lo ataco.

 - ¿Y porque dicen que es él?

 - Porque los que han muerto, son todos aquellos que lo pretendían. Pero Dégel no estaba interesado por el momento, en una vida matrimonial, creen que alguno de sus muchos pretendientes no tomo muy bien su negativa

Camus se quedó pensativo cuando se escuchó la voz de una mujer gritando que había otra estatua de hielo. La gente comenzó a ponerse nerviosa, el miedo los invadía. No sabían que hacer o pensar, por lo que se impuso un toque de queda que no todos estaban dispuestos a cumplir, más tarde en el bar

 - Es una tontería, un espíritu vengativo - expreso Kasa

 - Las cosas no pasan por nada - expreso otro - todos esos hombres son los que pretendían a Dégel… si su asesino se entrega, es posible que todo se calme o de lo contrario

 - Ja, solo son mitos, es una casualidad, un fantasma vengativo - tomando su cerveza - que tontería

 - No lo sé, pero yo me voy - dejando dinero sobre la mesa

Al día siguiente

 - Teneo, muchacho que bueno que llegas

 - Hola tío - sonrió el joven - ¿paso algo?, la villa está muy sola

 - Digamos que las estatuas volvieron

El muchacho solo hizo un gesto serio, sabía lo que significaban esas palabras, pues uno de sus amigos fue víctima del Doncel de las nieves como era llamado, aunque otros, a modo de burla lo llamaban el Vengativo Dégel. Poco después le presentaron a Camus, con quien quedo muy impresionado por su parecido con el doncel fallecido y cuya alma esta en pena, pero el joven planteo algo interesante

 - ¿Y cómo era Dégel? - pregunto Camus

 - Es como verte a ti - respondió Teneo - solo que su cabello era más lacio color verdoso y ojos color violetas - sonriendo - fue un amigo muy querido, lo que tenía de hermoso lo tenía de amable, realmente dudo que se haya convertido en un fantasma vengativo

 - ¿Y cómo saben que es Dégel?

 - Porque al principio - inicio Celintha - después de su muerte, muchos vieron una misteriosa figura cerca de donde el cuerpo de Dégel fue encontrado. Al principio no los mataba pero quienes lo veían se volvían locos, diciendo cosas incoherentes pero uno de ellos pronuncio el nombre del doncel

 - ¿Y cuándo empezó a cobrar vidas?

 - Después de que la única persona que visitaba su tumba murió - Camus lo vio de reojo

 - ¿Un familiar?

 - No, un niño que vivía en el orfanato de la villa… fue el quien encontró el cuerpo de Dégel, después de su funeral, por una razón que desconocemos, le llevaba flores o dulces - respondió Asgard - lamentablemente, también fue torturado y asesinado. Muchos creen que por ese motivo, el fantasma de Dégel empezó a matar, ya que de alguna manera ese niño calmaba la furia del doncel. Gabriel… ese era el nombre del pequeño

Camus se dedicó a mirar su taza con chocolate, le parecía triste el hecho que un doncel fuera asesinado por rechazar a alguien y más cuando pregunto la razón: Teneo, le conto que Dégel tenía un amante llamado Kardia, que tuvo que dejar la villa por asuntos de trabajo, pero nunca regreso. El doncel se había hecho la promesa de esperarlo y ese era el motivo por el cual, rechazaba a los varones hasta el fatídico día. Camus se retiró para descansar, pues mañana continuaría su viaje, esa misma noche, dos figuras se dirigían a la posada-bar

 - Date prisa Zeros, según Asgard, ese chico se va mañana y es mejor darle un regalo de despedida

 - Pero puede ser peligroso… y cuando…

 - ¿No creerás que existe ese fantasma o sí?, como quieras si quieres irte, hazlo

Zeros no lo pensó dos veces, para alejarse, mientras Kasa seguía buscando como subir a la ventana del cuarto del doncel. Zeros por su parte iba viendo a todos lados con mucho temor, siempre atento a cualquier ruido cuando escucho una risa infantil

 - ¡¿Quien anda ahí?! - tragando duro - debe ser mí… ¿Qué es esto?

El sapo vio a sus pies un dulce, al momento de recogerlo, este se hizo ceniza; nuevamente escucho pasos de tras de sí, al voltearse encontró flores, pero no eran unas cualquiera. Al recogerlas y examinarlas recordó donde las había visto: un pequeño niño cortaba unas bellas flores color lilas, pequeñas pero que soltaban un suave aroma; el menor olio una para luego escuchar una rama romperse, al voltearse su gesto cambio a uno de horror, pidió ayuda pero nadie llego, grito de dolor cuando su cuerpo fue profanado para después ver como la blanca nieve se teñía de rojo, mientras la flores fueron pisoteadas.

Luego del recuerdo, Zeros empezó a temblar de miedo pero un viento helado golpeo su espalda, cuando el sujeto se volteo

 - Tu… ¿Cómo?

La figura solo lo miraba en silencio para empezar a avanzar, el hombre quiso correr, pero sus piernas no respondían y como vil cobarde comenzó a arrastrarse

 - ¡No!, ¡aléjate!... ¡vete!

 - No temas… - le hablo la figura

 - ¿Qué es lo que quiere? - esa frase golpeo la mente de Zeros al recordar al pequeño - ¿Por qué recuerdo esto?

 - No temas…

 - ¡Vete!, ¡vete!.... ¡por favor déjeme!... ¿Quién eres tú? - cerrando sus ojos y recordando aquel niño asustado

 - Alguien a quien jamás olvidaras - escucho en su oído - bésame

Pero para sorpresa de Zeros, no se convirtió en una estatua de hielo, simplemente sintió que sus fuerzas lo abandonaban, tratando de recuperar la respiración, el hombre vio a un cachorro de zorro junto al joven que lo tomo en brazos

 - Sabes que hacer

De vuelta en la posada, Kasa sentía un escalofrío cuando el viento golpeo su espalda, era el aire más frio y agresivo que pudo sentir, sentía el dolor en sus dedos pero no le impidió seguir escalando hasta el cuarto del doncel. Cuando finalmente llegó, vio que la ventana estaba abierta

 - Que tonto ese chico - pensó el pálido - como sea, solo se puso en bandeja de plata

El hombre busco con su vista hasta dar con la cama del joven, así que con cuidado cerró la ventana pero para su sorpresa, esta se empezó a congelar

 - ¿Qué diablos?

Kasa trato de separarse pero no podía, sus manos estaban pegados al marco de la ventana a causa del frio

 - Te tardaste… - escucho una voz

 - ¿Quién? - viendo hacia la cama

 - Pensé que vendrías por mí el primer día, pero… te hiciste de esperar, ya pensaba en ir yo a buscarte - riéndose - vaya que eres un provocador

Esa palabra se repetía en su mente cuando, llenándolo de nuevo, nuevamente trato de zafarse

 - No luches… nadie vendrá a ayudarte…

 - Maldito, ¿Qué estás haciendo? - viendo a la cama

 - Aquí estoy

 - Tu…

Kasa vio hacia la puerta y ahí lo vio, su largo cabello verde lleno de ramas, hojas y lodo, su cuerpo desnudo lleno de cortes, moretones y quemaduras, de su entre pierna corría un hilo de sangre mezclado con semen; el hombre no daba crédito a lo que veía, nuevamente trato de despegar sus manos y esta vez aplico más fuerza, arrancándose la piel de sus manos. Ahogo su grito apretando los dientes, hizo lo mismo cuando sintió una mano helada

 - ¿Qué pasa cariño?, no debes temerme…

 - Aléjate… tu estas… - siendo callado por un helado dedo del peliverde

 - ¿Quieres besarme?

Kasa le dio un golpe al rostro de Dégel el cual se convirtió el vapor y aprovecho para escapar, sus manos ardían por la carne expuesta de sus manos, corría sin poder evitar chocar con las paredes, eso hizo que Asgard saliera de su habitación

 - ¿Kasa?

 - ¡Asgard, ayúdame!, ¡está aquí, mira lo que me hizo! - mostrando sus manos

 - ¿Quién está aquí?, ¿Qué te paso?

 - Él está aquí, Dégel… Dégel está…

Asgard pudo ver una expresión de terror en el rostro del pálido, detrás del cantinero estaba su tormento, Dégel con una sonrisa maquiavélica, conforme avanzaba, el pasillo iba congelándose

 - ¡Kasa espera!

Asgard solo pudo ver al sujeto correr, si bien él no podía ver al fantasma si pudo sentir un frío, al ver que Kasa salió del cuarto de Camus, se dirigió a la habitación para encontrarla vacía, eso no le gusto. Por su parte, Kasa salía corriendo al mismo tiempo que sentía sus pies volviéndose hielo y trataban de pegarse al suelo

 - AUXILIO… AYUDA

 - Nadie te escucha

 - NO - viendo a Dégel acercarse

 - Nadie me dice no

Finalmente los pies de Kasa se quedaron pegados a la nieve, de nuevo uso su fuerza para romper sus propios pies, los cuales, a pesar de ser hielo sangraban. Siguió arrastrándose en la nieve para llegar al cuerpo descuartizado de Zeros

 - ¿Qué?

De nuevo alzo su vista al escuchar una risa infantil, para su horror vio a un niño con las manos llenas de sangre, Kasa retrocedió para chocar con las piernas de Dégel, quien se inclinó frente a él

 - ¿Me deseas? - pregunto el joven

 - Dégel, por favor… perdóname… lo siento… NO QUISE MATARTE

 - Sshh… - colocando un dedo sobre sus labios - bésame

La mano de Dégel se deslizo hacia el pecho de Kasa quien comenzó a asfixiarse al mismo tiempo que su cuerpo de iba volviendo hielo, por su parte, el pequeño niño abrazo al adulto del cuello

 - Vamos a jugar… para siempre - mirando a su derecha

Finalmente, el criminal había recibido su castigo y el único testigo estaba atónito al ver a los dos fantasmas ponerse de pie, Asgard retrocedió cuando Dégel puso su mirada en él, sonrió y coloco su dedo en sus labios en señal de silencio para luego ver un aire nevado acercársele.

El mayor abrió sus ojos, miro a ambos lados para descubrirse en la habitación de Camus, se levantó casi de golpe cuando vio al doncel sentado en una silla vistiendo un kimono blanco

 - Camus… ¿Qué? - el doncel sonrió

 - Descuide, no le haré daño ni a su familia, todos fueron muy amables conmigo - sonriendo - no podía irme sin pagar mi estancia - señalando un saco con dinero

 - No entiendo… anoche

 - Véalo usted mismo

Asgard se levando hacia la ventana mientras Camus lo seguía con la mirada, el mayor no podía creer lo que veía: Zeros completamente mutilado, mientras Kasa yacía desnudo sin piernas y diciendo cosas incoherentes. Cuando dirigió su vista hacia la silla vio al niño

 - ¿Quién… eres…

 - Le mostrare…

Así Asgard pudo ver la verdad: Dégel regresaba del peñasco donde se había despedido de Kardia con la esperanza de que este regresara, pero no. Cuando iba por el sendero que lo conducía a la aldea, se topó con Kasa quien de nuevo le profeso sus sentimientos, pero el doncel lo rechazo amablemente, fue cuando el varón le repitió que nadie lo rechazaba después de “provocarlo”. Dégel quiso seguir su camino, pero para su sorpresa el hombre no venía solo, Zeros y otros bloquearon su camino, el joven quiso huir pero fue sujetado y golpeado hasta ser derribado al suelo.

Con horror Asgard pudo ser testigo de cómo Dégel fue ultrajado, golpeado y humillado pese a sus suplicas, para finalmente, ser estrangulado por Kasa. Luego siguió la visión del niño, en realidad, el pequeño había presenciado todo y fue una suerte que solo Dégel le viera y susurrarle: “corre”, el niño lo obedeció y llego con el sheriff de la villa pero este no le creyó pese a las suplicas del menor. La escena cambio luego de encontrar el cuerpo de Dégel al mismo tiempo que le pedía perdón ante su tumba. Eso explicaba porque era el único que lo visitaba, era su forma de reparar un error que no había cometido

Asgard comenzó a llorar y más cuando vio al pequeño recogiendo las flores favoritas que Dégel solía cortar. Vio como el pequeño estaba tan absorto en su labor que no vio a Zeros detrás suyo, como con Dégel, sintió el temor para después escuchar que no solo el doncel se dio de su presencia el día del asesinato, Zeros lo había visto y ahora era su oportunidad de callar al intruso; para mala suerte del niño, Zeros lo atrapo de inmediato, para quitarle su inocencia y finalmente su vida.

 - BASTA

 - Descuide señor Asgard, ya termino - viendo a Camus de nuevo

 - Entonces… tú eres….

 - Todos creen que mi nombre era Gabriel, pero ya no lo era…

 - Conocías a Dégel

 - El visitaba con frecuencia el orfanato, nos hicimos amigos - sonrió - él me decía Camus y adopte ese nombre

 - Lamento lo que te paso… ¿ahora me mataras?

 - No, usted y los suyos fueron amables conmigo. Usted decide si cuenta o no la verdad, de igual modo, Dégel ahora descansa en paz

 - ¿Y tú?

 - Yo, terminare lo que empezó… Dégel no acabo con los que ayudaron a que le robaron la vida

 - Entiendo… yo… no tiene caso ya que te diga

 - Lo sé - poniéndose de pie - gracias. Y solo puede contar esta historia dos veces, si lo hace a la tercera, regresare y no tendré piedad - el mayor asintió

Una ventisca inundo el cuarto, Asgard vio la silla congelada, donde Camus estaba sentado, dio un suspiro para salir de su bar-posada, enterándose que la muerte de Zeros, se la adjudicaron a locura que ahora Kasa manifestaba. Asgard solo le conto a su familia la verdad, y ellos por alguna razón le creyeron y más cuando un día, en el cementerio; Asgard, Teneo y Celintha dejaban flores y dulces en las tumbas de Dégel y Camus, cuyo nombre yacía grabado en su nueva lapida.

Al volver, pudieron escuchar los gritos del sheriff quien al verlos, les suplico ayuda pero la familia se quedó quieta, para ver con incredulidad a Camus, con paso elegante y sin dejar huellas, llegar al hombre, inclinarse ante él y por medio de un beso, robarle la vida.

Tiempo actual

 - Y así fue como nació la leyenda del Doncel de las Nieves… - Sage le dio un sorbo a su café

 - Entonces, usted…

 - Si, conozco a Asgard… soy la última persona a la cual podía compartir la historia de Dégel y Camus

 - ¿Y no se le aparecen? - Judal curioso

 - No… aunque… vi al jovencito, después de que Asgard me contara el relato

 - Eso no me lo dijiste, anciano - hablo Manigoldo

 - Bueno, hay cosas que es mejor sacarlas en el momento adecuado

 - ¿Y qué paso con Camus? - hablo Sinbad - ¿no le

 - No estaría aquí si me hubiera matado - sonriendo - no, el joven me permitió compartir su historia cuantas veces quiera. Camus aun continua su labor vengando a Dégel, ya que el acepto convertirse en un demonio, si quieren llamarlo así

 - Es decir, ¿Qué solo mata a los violadores? - expreso Manigoldo - eso no tiene sentido viejo, en estos tiempos, ya no debe quedar ninguno

 - Digamos que a Camus, le gusta jugar con sus presas y… aplicar, por justos pagan pecadores

El tono frio de Sage hizo estremecer a los presentes, Judal se aferró a Sinbad, quien lo abrazo protectoramente.

 - ¿Quieren que me detenga?

 - No - Judal entusiasmado - si tiene más historias dígalas por favor

 - De acuerdo, díganme, ¿les gustan los animales?

Notas finales:

Como dato extra, use el nombre de Gabriel, porque según el fandom y otros dicen que si es verdad, era el nombre que tenía Camus antes de ser elegido Caballero Dorado de Acuario y que lo cambio al obtener la armadura.


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