Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Appassionata por Silence Tsepesh de Lenfet

[Reviews - 61]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

Hoy toca capitulo, espero que sea de su agrado. Muhcas gracias  por leer.

Dissonante: Son todos aquellos sonidos que en un determinado contexto generan tensión, o no son agradables al oído

Espiar a alguien irónicamente es más fácil cuando no uso nada extravagante. Con ropa normal parezco… una persona normal. Me quedo esperando en la calle justo frente al edificio de Juilliard.


Ah, qué situación tan complicada. Creo que nunca había odiado tanto la máscara como ayer y hoy. ¿Sin la máscara las cosas con Elián hubieran sido diferentes? No… estoy viendo el punto equivocado en esto. El problema no es que no me conozca, si no que yo soy un hombre.  Eso pasa normalmente cuando besas a un chico heterosexual, sale huyendo a la primera oportunidad. Si Tolya se enterara de lo que hice sin duda me mata.


¿Pero qué puedo hacer? Cuando alguien me gusta, suelo intentarlo, hacer todo lo posible por tener una oportunidad con esa persona, sea chico o chica ¿Qué es el género para el amor? Si me gusta, entonces lo intento. Hasta ahora lo más que ha pasado por eso es que recibí una buena bofetada cuando intente besar a una chica. He perdido muchas “amistades” también por eso. Mi teléfono suena y me hace pegar un brinco, pues estoy mirando a las personas que salen del edificio.


—  ¿Si?— hablando de Tolya.


—  ¿puedo saber porque estas delante de una escuela de música?


—  ammm, hay un buen restaurant aquí, estoy tomando el desayuno ¿no quieres venir?


—  Rhys…


—  ah, bien, metí la pata e intento disculparme con esa persona—  aunque no lo hare, no estoy listo para mostrar mi rostro, Elián no está listo para saber quién soy.  


—  aah, ¿Qué fue lo que hiciste?


—  Nada grave—  respondo. Ah, ahí está—  Tolya debo colgar, todo está bien, no vengas y no me sigas con el GPS—  cuelgo el teléfono. Reprimo mi deseo de bajar del auto e ir hacia él. ¿Qué hago aquí entonces? parece que estoy acosando a mi violinista. En realidad solo quiero ver como esta después de ayer.


Ayer no me quedo de otra más que dejarle ir, primero, porque respeto por completo su opinión, si él no quiere que le bese está bien, pero no podía no besarlo. Sabía que esto podría pasar, y que las cosas se irían por la borda. Me costó un poco que confiara en mí, y apenas que lo hace, salgo con esto. Mi teléfono suena de nuevo.


—  ¿a quién molestaste ahora?


—  Pero que molesto, yo no hago eso—  me siento tonto, ocultándome entre los autos de la calle, aun cuando sé que Elián no me conocerá. Nunca ha visto mi rostro. Vamos, incluso el día de su presentación le salude ¡Estuvimos frente a frente! Y él ni siquiera lo sabe, sus ojos y apenas me miraron ese día.


—  tengo que saber con quién voy a tener que hablar para disculparme en tu nombre, regresa antes de que empeores las cosas.


—  Nada va empeorar—  sonrió—  solo estoy con algo privado—  silencio en el teléfono. Ah, creo que cometí un error al decir eso.


—  bien, te veo en tu casa en dos horas. No llegues tarde—  es su amable forma de decirme que si no llego a esa hora él mismo vendrá por mí. Elián sale caminando del lugar, caminando junto a esa chica morena que toco junto con él ese día. No recuerdo su nombre.  Intento ver su expresión, ver si hay algo diferente en él hoy. ¿Por qué es tan difícil ver algo? no estoy tan lejos, pero no puedo ver demasiado. Aunque esto no sirve de nada, Elián estará molesto conmigo, no con las demás personas, y no parece de las personas que le vaya a contar sobre eso a los demás.


Sigo caminando por la calle, por la calle frente a la que va Elián, un poco más atrás solo por si acaso, esto de seguir a alguien vuelve a uno un poco paranoico y me hace sentir como si fuera una persona enferma. ¡Pero no tengo nada sobre Elián! No sé dónde vive, ni su número de teléfono, y si quiero hablar con él no puedo depender de que se presente o no al parque o que nos encontremos por coincidencia en la calle.  No voy a quedarme tampoco delante de su casa, ni comenzare a mandarle notas y esas cosas. Solo… ah, ¿es tan malo que le siga para saber dónde vive?  La chica morena se despide, cruzando la calle en mi dirección mientras Elián da vuelta. Ah, no puede ser ¿¡Porque tenía que cambiar a rojo justo ahora ese maldito semáforo?! Corro cuando está en verde, y para mi suerte Elián no camina muy rápido, le encuentro a una calle de donde estaba. Le sigo unas calles más y le veo entrar en un edificio departamental. 


—  ah, aquí es…— murmuro, mirando hacia los pisos de arriba. En algún lugar de este edificio vive Elián. Bueno, no voy a entrar hoy, pero saber esto ya es algo productivo. Aún tengo como una hora para volver a mi casa, y deje el auto frente a la escuela.  Ah, es una suerte que no quede tan lejos.  ¿Qué hare? No puedo solo disculparme, porque sonaría muy falso, y lo menos que quiere escuchar es un lo siento. ¿Una explicación?  Eso es lo que debería decirle, pero Elián no la aceptara, dudo que lo haga, él simplemente no va querer escucharme.


—  Finalmente llegas—  Roseline está sentada en mi sofá, con las piernas cruzadas y una expresión aburrida. Me recuerda a esa escena donde los padres descubren a su hijo adolecente llegado a las tres de la mañana. 


—  ¿no puedo llegar cuando quiera a mi propia casa?


—  claro que  puedes. Pero mamá me envió y llevo un buen rato esperándote. ¿Acaso crees que tengo todo el día?— refunfuña.


—  ¿Qué me envió ahora?


— No lo sé… ah, gracias, querido—  le dice a Tolya cuando entra con una copa de, seguramente, vino. Roseline le da un sorbo—  ¿Qué? ¿Esperabas que me quedara sin nada? sé que tienes toda una alacena de estos, todos regalos.


—  eso no te da derecho a abrirlos.


—  se lo sugerí yo. No puedes ser tan irresponsable—  suspiro, sentándome.


—  ¿De nuevo con eso? ustedes dos en serio parecen ser todo menos mi manager y… lo que sea que seas tú.


—  hey.


—  ¿Qué hiciste ahora?— eso ya suena muy repetitivo. Me levanto, aunque casi acabo de sentarme y me  paso a la cocina. Tengo hambre, no he comido nada desde un desayuno ligero muy temprano. Saco un paquete de papas fritas y una soda. Cuando me giro, los dos están ahí.  Les miro mientras abro primero la soda y le doy un trago del envase.


—  Bese a un chico—  digo, serio. Ellos se miran entre sí, una mirada muy significativa.


—  te dije que no estuvieras molestando a los demás, rayos Rhys ¿alguna vez piensas en tu carrera?


—  él no sabe quién soy. Nadie lo sabe…—


—  ah, entonces tiene que ver con las cosas que tomaste en mi taller el otro día—  suspiro y me pongo a explicarle sobre Solange.  Ella sabe un poco porque ella es quien me ha hecho la ropa para poder andar en la calle de esa forma sin sacar algo de los teatros, y bueno, Tolya lo sabe muy bien.


—  eres inteligente, Rhys. Pero ese chico debió pasarla mal. No debiste aprovecharte, él ni siquiera sabe quién eres, no eres más que un desconocido para él. 


— lo sé.


—  creo que ya eres mayor para saber lo que haces, deja de comportante como si no lo fueras. Deja al chico en paz, y pon en orden tus cosas.


—  Tolya… no lo entiendes.


—  siempre te la pasas molestando a las personas que llaman tu atención, no es la primera vez que tengo que resolver un asunto de esa clase. El violinista no es tan importante como para entrar en acción.


—  Ah, te equivocas—  le sonrió, comiéndome una papa frita—  Elián es tan importante, que no puedo dejarlo así— los dos me miran, no me entienden, y yo sonrió más porque la respuesta es algo tan sencillo…—  me gusta demasiado.


—  ¿Qué?


—  puedes decir incluso que estoy enamorado de él. Quiero tener una relación seria.


—  eh… ¿y pretendes ser así cuando él ni siquiera conoce tu nombre?— esa es una buena pregunta.


—  pues… primero debo hablar con él. Por eso iré al parque, necesito saber si ira a la presentación y…


—  de eso nada. Hoy hay ensayo general, no puedes faltar—  ¿Qué? No, no puede ser. Aún es temprano para ir al parque y sin duda Tolya no me dejara ir. No quisiera esperar tanto, o sea, hay tantas cosas que puede pensar alguien en dos días, ¿y si no estoy yo para aclarar esos pensamientos? Será más difícil tratar con Elián.  


—  Ya sabrás como arreglarlo—  me dice Roseline—  a mí me parece una idea genial ¿no crees? Es algo como de novela.


—  creo que no estamos en la misma señal de pensamientos, rose. Que mal…— no me queda de otra más que ir al ensayo, acompañado de Roseline y de Tolya. Esto de los ensayos me mantiene muy ocupado, siempre ha sido así y no me había importado hasta ahora. Deseo poder aclarar las cosas. Ojala al menos le hubiera pedido su teléfono antes de que besarle.  Pero no lo hice, y ahora debo pagar las consecuencias de eso.  


Necesito un plan. Mientras espero a que los demás actores terminen sus diálogos, me centro en las butacas, donde solo unas pocas personas están viendo el ensayo. El director y algunos miembros del staff, mis invitados y los de otros actores también, y lo más importante, otros productores. No todos los directores dejan el paso a estas personas, pero a veces, el productor es tan famoso que es imposible decirle que no.


—  Rhys…— el director acaba de gritar que es suficiente por hoy, en unos días será el estreno y solo nos quedan unos cuantos ensayos antes de comenzar con la temporada.


—  ¿a un chico le gusta más que le lleven flores o un café y pastel en una cafetería?


—  No quiero saber eso, amigo—  ni siquiera me fije a quien le hablaba. Konrad  Becket, mi amigo y productor, no de esta obra claro, pero igual está aquí.  No me sorprende que este aquí.


—  en realidad hablaba para mí mismo. ¿Querías hablar conmigo?


—  solo saludar. Sigues negándote a participar en una de mis obras—  me rio tan fuerte que algunas personas voltean a verme.


—  ¡No son tus obras! No eres el autor, tu solo las haces famosas—  él sonríe. Konrad es alto, de piel clara y cabello oscuro siempre peinado impecablemente hacia atrás, siempre le he visto con ropa formal, trajes caros y sacos elegantes. Su rostro parece siempre estar pensando algo importante, quizá debido sus rasgos afilados—  además, no me interesan las obras modernas.


—  hay todo un mundo más allá de Shakespeare.


—  Si, si… ¿tienes nuevo proyecto?— pregunto, más por cortesía. ¿Podría encontrar a Elián si voy ahora al parque? Aun no sé qué decirle, espero que tantos años de improvisar y de hablar tanto me ayuden.


—  pues si…


—  Konrad… ¿aun buscas talentos?— él arquea una ceja y me dice que si moviendo la cabeza. Sonrió—  mira, hazme un favor, ve con este chico, obsérvale y dime qué te parece—  le digo, mientras le tomo el bolígrafo que lleva en el bolsillo del saco y escribo en una de sus tarjetas


—  ¿Por qué tendría que hacerlo?


—  Quizá me den ganas de actuar en algo más moderno—  él me mira, con una sonrisa petulante.


—  bien. Hablare con él y eso. Vendré cuando lo haga, sabes que soy alguien ocupado. Y Rhys, espero que de verdad cumplas con lo que me dices.


—  Ya veremos—  me dirijo a los vestuarios. Uh, ya es algo tarde. Supongo que tendré que dejarlo para mañana. Espero poder resolver esto pronto, porque cuando comiencen las funciones, tendré muchísimo menos tiempo.


 


Elián no está con los demás al otro día, no es difícil saber que está evitándome.  Y justo por eso, estoy esperando delante de su escuela, como Solange. Es un poco difícil ver con la máscara, pues tengo muy poca visión periférica.


—  ¡Elián!— llamo en cuanto le veo. No me escucha, y dios, que bueno que es así, porque pienso que hubiera regresado apenas me vio. Me quedo un poco atrás, esperando a que este lejos de las puertas y solo pueda caminar para evitarme.  Hoy viene solo, con una camisa negra y su estuche de violín—  disculpa—  le digo, usando un tono más serio. 


—  si… ah…— Elián se detiene apenas me ve. Casi puedo jurar que se pone pálido—  ¿Qué haces aquí?


—  esperándote, he esperado mucho para poder hablar contigo.


—… ¿de qué?— sonrió, sé que él no puede verme. Le veo incómodo.


—  Mi preciado violinista, no voy a besarte hoy… a menos que me lo pidas—  funciona, Elián se pone rojo hasta las orejas. No parece que sea un adulto. Balbucea algo, y luego se pone a caminar—  ¿Elián?


—  Basta, ya—  dice, solo puedo verle la espalda—  deja de seguirme—  me dice, aun sin verme.


—  ¿Por qué? vamos, Elián—  me pongo a su paso, a su lado—  somos adultos, por favor. Creo que podemos hablar sobre un beso sin ponerse dramáticos.


—  ¿eres homosexual?


—  no me catalogaría así.  Pienso que si alguien te gusta no importa si es una mujer o un hombre.


—  pues… realmente no estoy interesado.


—  ¿Seguro?


—  estoy seguro de que no estoy interesado, si—  suena algo tenso, como si hubiera estado pensando esas palabras desde hace días—  mira… yo no… no soy… no estoy interesado en los chicos ¿entiendes? Y es incomodo que tu…


—  ¿te incomoda que me gustes?


—  somos hombres, claro que es incomodo—  me mira, y veo que eso es verdad.


—  entiendo.


—  no voy hacer un escándalo de eso, pero no sé si sea bueno que sigamos viéndonos, será incomodo y no tengo intenciones seguir ese juego tuyo.


— ¿Juego?— eso es un poco ofensivo, ¿jugar? ¿Cuándo he jugado yo con los sentimientos de alguien? Jamás he hecho tal cosa. Lo peor es que suena a lo que Roseline dijo que pasaría.


—  nos conocemos hace poco tiempo, Solange. No conozco quien eres, dudo que me conozcas. No creo que estés enamorado de mí. No confió en esas intenciones tuyas, porque no hay razón alguna para que… hicieras eso.


— ah, ya veo—  si, tuvo demasiado tiempo para meterse eso en la cabeza—  entonces supongo que no hay motivo para que sigamos siendo amigos y vuelvas al parque a ayudarnos con las representaciones ¿No? después de todo, no siento nada por ti—  Elián me mira, confundido.


—  pues, no.


—  Entonces está bien—  no creo que se note cambio en mi voz, es fácil actuar. Sé que Elián no cambiara de opinión hoy, esta incomodo y lo mejor que puedo hacer ahora es volver a lo que teníamos antes, a ser amigos y fingir que nada paso. Eso es lo que él debe querer también, no me gusta verle esa expresión de preocupación. 


—  eh…


—  no tienes que hacer perder a los demás por eso, Elián. No volverá a pasar—  me doy la vuelta. Tengo que tomar esto con calma, ¿Qué sentido tiene presionarle? Solo le asustare más. Y claro que no voy a dejar las cosas así, lo intentare de nuevo una y otra vez.  No es la primera vez que pasa esto cuando beso a alguien a quien no le gusto. Algunas veces funciono y otras no. también se cuando es momento de rendirme, y ese momento no es pronto.


Elián no va ese día a la presentación, y no me extraña.  Todo pasa normalmente, como si no estuviera en medio de una conquista. ¿Cuánto tiempo debería de darle antes de volver a buscarle? 


Para mi suerte, él es quien hace le primer movimiento. Al siguiente día, Elián esta ya ahí, hablando animadamente con Luka. Cuando me ve llegar, su sonrisa decae, pero aun sigue la conversación.  


—  ¿Qué hay para hoy?— me acerco a tabita, rodeándole con el brazo.  


— Estamos pensando en hacer algo nuevo, creemos que ya ha sido mucho de lo mismo—  oh, qué pena, yo en realidad amo demasiado hacer los papales de Shakespeare. Aunque eso no me impide hacer otros papeles.


—  ¿Cómo qué?


—  comedias.


—  bueno, supongo que está bien. Tengo suerte, en unos días no podre venir, tendrán que ensayar sin mí.


—  ¿Por qué? Si no te gustan…


—  no es por eso, estaré muy ocupado me temo—  ¿Cuánto tiempo será ahora? es difícil saberlo—  pero volveré lo más pronto que pueda—  le palmeo la cabeza. Pronto estamos actuando, me gusta tanto actuar, ya sea aquí o en un teatro lleno, las emociones son las mismas, puedo incluso jurar que amo más estar actuando aquí, porque aquí puedo ver el rostro de las personas, su emoción en los ojos. Es algo que no puedo describir.   


Elián toca maravillosamente bien hoy también, desde melodías alegres que se que son parte de temas más largos y otras tristes y melancólicas.  Es muy notoria la presencia de Elián aquí, incluso me parece que los demás actúan con más empeño que nunca.


—  buena tarde ¿no?— Elián pega un brinco cuando le hablo.


—  sí, si…


— Volviste a la escuela—  no es una pregunta—  ¿Cómo fue?— él me ve, no sé cómo interpretar la manera en  que me ve.


—  ¿Por qué quieres saberlo?— ah,  creo que eso es muy obvio.


—  ¿cambiaria algo el motivo? Qué más da, yo solo quiero saber cómo te fue.


—   mucho mejor. Naomi está contenta con mi regreso y tome mi lugar de vuelta. No hay presentaciones por estos días, y estoy poniéndome al corriente con las clases.


—  Naomi es una mujer muy competente.


—  ¿la conoces?


—  Conozco a muchas personas—  Elián sonríe un poco. Me encanta verle sonreír.


—  ¿Quién eres Solange?


—  solo un pobre loco enamorado de dos cosas: su más grande pasión, y una persona que no sabe lo que siente.


—… creí que habías terminado con eso.


—  ¿no puedo decir cosas sobre la persona que me gusta?


—  Es fácil decir esas cosas cuando nadie puede verte, y nadie sabe quién eres—  me dice, con un tono algo lúgubre.


—  Yo siempre me siento feliz, ¿sabes por qué? porque no espero nada de nadie, esperar siempre duele. La vida es corta, por eso ama la vida. Sé feliz y siempre sonríe. Solo vive para ti y recuerda: antes de hablar, escucha. Antes de escribir, piensa. Antes de herir, siente. Antes de odiar, ama. Antes de rendirte, intenta. Antes de morir, vive—  le recito—  si no haces lo que deseas, puedes arrepentirte, eso lo aprendí de mala manera antes. Nunca vas a complacer a todos Elián.


—  lo sé…


—  entonces no sigas pensando eso, mi preciado violinista. Sé que no crees en mis sentimientos, pero hare que te lleguen. De alguna forma.


—  no. no hagas eso. Eso nunca pasara.


—  nunca digas nunca, mi preciado violinista.


—  estoy seguro que no. deja de hacer esas cosas.


—  Lo siento, pero lo intentare hasta ver que en realidad no pasara—  le digo, serio. Esas son solo palabras, las que importan son las acciones. El amor es eso mismo, no importa quién sea la otra persona. Nadie puede asegurar que no se enamorara nunca de una persona de su mismo sexo.


—  ¡Bien! entonces haz lo que quieras, tu eres quien se cansara de esto porque a mí no me gustan los chicos.


—  aun hay tanto que no quieres ver, Elián. Pero adelante, di y niega cuanto quieras. Solo el tiempo nos dará la respuesta. Y es verdad, prometo dejar de molestarte.


—  ¿en serio?


—  se ver cuándo es una batalla perdida. Y tú, mi preciado violinista, no lo eres. No aun—  estiro la mano para acariciarle la mejilla, pero él retrocede.


—  eres perturbador.


—  hasta mañana, mi preciado violinista—  sonrió, y no le digo que el hecho de que me acaba de decir que le causo algo, que le perturbo. Si tuviera miedo o asco, también lo hubiera notado desde el día que le bese. No hubo insultos, ni palabras de asco o golpes. Elián no es del todo indiferente.  


Me comienzo a marchar. Esto puede tardar un poco, Elián no cederá mientras no se dé cuenta de lo que siente. Sentir algo por alguien de tu mismo sexo es aterrador, hay tanto que pensar… mucho más para alguien como Elián, que parece justo como ese tipo de personas que buscan quedar bien con todos y que la opinión de los demás es muy importante. Y aun con eso, no me importa, eso será lo último de lo que me preocupe.


Primero tengo que hacer que Elián sepa qué siente por mí. Sin eso, no hay nada.  

Notas finales:

Gracias por leer otra de mis romanticas historias.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).