Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Appassionata por Silence Tsepesh de Lenfet

[Reviews - 61]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, un poco tarde pero el capitulo aqui esta, espero que les guste. Muchas gracias por leer.

 

Peu á Peu= Poco a poco.

 

---------------------------->Portada<-------------------------------

Estar en casa de mis padres sabiendo que me espera una plática con mi padre sobre la metida de pata que tuve me pone nervioso. Siempre ha  sido así, mis padres son algo snobs, admito que yo también lo soy, he crecido siempre intentando encajar y destacar entre los miembros de la sociedad de la que se rodean mis padres. Un selecto grupo de personas  de clase alta y medio alta que hacen fiestas y reuniones con frecuencia.


—  ¿tienes mucho esperando, cariño?


—  No mucho—  mi mamá me besa la mejilla, estoy seguro de que me dejo una marca de su labial rosa en donde me beso.


—  tu padre no tarda en llegar, esperaremos a que llegue.


—  si… oye, tengo algo que hacer más tarde, no me quedare mucho.


—  qué pena. Quería ir contigo al teatro esta noche—  recuerdo la presentación de ayer. ¿Qué obra harán hoy? Conozco los títulos de las obras de Shakespeare, algunas conozco el punto principal, pero no puedo decir que sea un conocedor de las obras.


—  será en otra ocasión—  murmuro. Mi mamá me observa unos momentos.


—  ¿Qué has hecho estos días?— umm, parece que cambio de pregunta en el último momento. ¿No quiere mencionar lo que paso?


—  descansar, como me pidió Naomi.


—  Elián, sobre eso…— escuchamos la puerta cerrarse, y unos momentos más, mi padre entra a la sala donde estamos. Si me parezco a mi mamá en apariencia, en el físico me parezco más a mi padre, los dos somos de complexión media, y de hombros anchos. Tenemos casi la misma estatura,  pasando el 1.70. Mi madre se levanta a recibirlo, le besa y le pregunta cómo ha ido todo. Mi padre se encarga de la publicidad y mercadotecnia de una empresa de alimentos. Entro a la cocina mientras están ahí. No me molesta verles expresar su amor, pero no estoy listo para enfrentar a mi padre.


— Hasta que por fin decides venir— su voz suena a mis espaldas. Me giro, forzando una sonrisa. 


—  estaba ocupado.


—  ¿haciendo qué? No tienes otra cosa que hacer más que tocar el violín—  aprieto los puños. Lo sé, se que solo tengo que hacer eso. Mi meta siempre llegar a Juilliard, lo logre, ingrese en la orquesta y tuve mi propio solo. Arruine todo eso.


—  ¿Por qué no comemos antes de hablar?— mi mamá pone la mano en el brazo de mi padre. Siempre han sido así las cosas. Suspiro, moviendo una silla para sentarme. A pesar de que mis padres son snobs,  nunca han tenido sirvientas. Solo viene una chica a hacer el aseo por las tardes, pero solo eso. No se queda, ni cocina.


— Está bien— mi padre me imita y se sienta. No decimos nada. Ya siento un vacio y el estomago se me retuerce de forma desagradable.  La comida de mamá es muy buena, pero me cuesta comer. Solo ella habla mientras comemos, supongo que en intento de aligerar el ambiente, o solo yo siento así el ambiente. Así que los cotilleos sobre las amistades y otras personas que frecuentan mis padres nos acompañan durante la comida.


—  Elián…— inicia mi padre. Apenas ha terminado de comer, deja la servilleta a un lado. Aparto el plato, aun sin terminar e intento sostenerle la mirada—  ¿tienes alguna excusa para lo que paso?— siento que se me cae el alma a los pies. Sabía que quería hablar sobre esto, pero que me esté diciendo eso desde el comienzo…


— No—  no está molesto, y no es para nada un regaño, más bien es un reclamo. Le escucho suspirar.


—  fue toda una calamidad. ¿Estás enfermo?— niego con la cabeza.


— Tampoco estaba nervioso—  añado antes de que me diga algo más—  me sobrepase, ensaye mucho antes de la presentación, y…


—  No puedes descuidarte de esa manera—  me interrumpe.


—  cariño, supimos lo de Darlene. Nos llamó cuando supo lo que paso, dijo que no le contestabas y que no estabas en tu departamento—  hago una mueca dirigida  a la mesa.  A ellos no les agradaba mucho Darlene. Entiendo porque no están más molestos por lo del concierto.


—  ¿fue por eso que estabas mal?


—  no… quizá. Ensaye mucho, me doy cuenta ahora. Estaba molesto con eso, bien, no molesto. Sorprendido. Me molesto que me lo dijera antes de la presentación—  suelto. No lo había pensado antes, pero es verdad ¿Qué le costaba esperar un día más?


—  Eso—  apoya mi madre. Mi padre no dice nada.


—  no fue nada que no pudiéramos remediar. Hable con Naomi—  le miro. Ay, no, no…— su petición no tiene sentido.


—  padre…


—  accedió a que regreses a la orquesta.


—  ¿Qué?— ¿solo así? Me quedo helado.  Mi padre siempre hace eso, actúa por si solo sin consultar—  no, no ¿Cómo puedo volver?


—  ¿Tienes algún problema?— ¿problema? muchos, para ser sinceros. Mis manos aun tiemblan si pienso en tocar el violín, no puedo tocarlo de esta forma.


—  Creo que Naomi tenía razón—  mi padre arquea una ceja.


—  ¿tienes algo más que decir, Elián?


—  yo… no me siento capaz de tocar por ahora, me excedí, mis brazos aún no están muy bien...—  balbuceo—  quizá deba buscar otras cosas, distraerme…— los dos me miran. Oh, no, rayos, no debí mencionar la palabra distraer.


—  ¿estás pensando en dejarlo?


—  ¡No! solo…


—  no estés perdiendo el tiempo,  en una semana darás una presentación privada, en una reunión. No habrá orquesta, tú y algunas personas más tocaran.


—  ¿¡Qué?! Pero…


—  ¿Puedes hacerlo?— el tono de mi padre es severo, es una pregunta final,  no hay más discusión ni tiempo para debatir.


—  S-sí— balbuceo.


— Bien, como dije, aun podemos remediarlo—  el estómago se me retuerce de nuevo, es doloroso, incomodo. ¿Tocar en una reunión privada? Ni siquiera me sentí así cuando tuve mi primera presentación. ¿Quiénes estarán ahí?  ¿Podré hacerlo?


—  ¿no es maravilloso, Elián?— mi madre junta sus manos, emocionada.


—  si…— me levanto, tambaleándome un poco—  tengo que… irme. Voy a, tengo que hacer algo.


—  ¿Elián?


— Les llamo después—  digo, saliendo apresuradamente. Mi madre me llama, pero no me detengo. Si me hubiera dicho eso en otras circunstancias, lo haría sin dudar, sería tan feliz de poder hacer una presentación delante de personas importantes. Ahora casi me da un ataque de pánico. 


Conduzco de regreso a casa,  intentando ir despacio. Dejo el auto en el lugar de siempre y me dirijo a central park. ¿Siempre he sido así? ¿Siempre he estado tan presionado? Si es así, a penas lo he notado, cuando he visto con que tranquilidad y facilidad alguien mas hace lo que le gusta.


¿Es esta la diferencia entre nosotros? ¿Cómo hacemos las cosas? ellos no lo hacen por obligación, hay placer puro en sus expresiones cuando actúan, lo hacen solo por la pasión a la actuación. ¿Y yo? ¿Cuándo fue la última vez que toque el violín para disfrutar su música y no porque alguien más me lo pidió?  


—  ¿Elián?— me detengo, volteando a donde escuche que me llamaban. Luka camina hacia mí, cargando un par de maletas de aspecto pesado—  ¿A dónde vas? Dime que estas dirigiendo a donde haremos el show hoy.


—  pues sí.


—  estupendo, ayúdame con esto—  me pasa una de las maletas. Esta pesada, y hace que me duelan los dedos cuando la cargo siguiendo a Luka. Finalmente veo a los demás, ya está montado el supuesto escenario, que no es más que una estructura que hace de telón.


— Oh, Luka, llegas tarde—  Tabita es la primera que nos ve.  Sergio no está aquí hoy, y tampoco Solange—  dame eso, necesito la ropa—  se pone a revisar las maletas, sacando vestidos y un montón de prendas mas que no distingo bien.  


—  ¿lo ven? No lo trajo—  la voz de Bastian me hace girar. Me pone incomodo estar con él, siento que no le agrado.


—  Bastian, calla—  Luka le mira mal—  se supone que no debes decir nada—  le miro ¿Qué? ¿Qué cosa no tiene que decir? ¿Es sobre mí? Bueno, es evidente que es sobre mí. Luka me mira, luce apenado.


—  ¿De qué está hablando?— pregunto. Luka le vuelve a dirigir una mala mirada. Bastian pone los ojos en blanco y se aleja de nosotros. Luka suspira.


—  tenemos esta idea de tener música en vivo para las presentaciones, pero ninguno de nosotros sabe tocar un instrumento, así que pensamos en buscar a alguien. Tampoco tenemos idea de quién, y realmente queremos eso.


—  oh…


—  cuando Solange dijo que tocarías, estábamos un poco dudosos, no te ofendas. No pareces la clase de persona que nos ayudaría—  me obligo a mirarle a pesar de la pena que me da escucharle—  luego, vino eso


—  ¿eso?


—  Solange nos dijo que no podías tocar por ahora,  que no te presionáramos, porque tú lo harías cuando estuvieras listo.


—  ¿Qué?— me molesta, ¿Cómo puede saber eso? ¿Cómo puede un desconocido saber tal cosa sobre mí? ¿Qué sabe él si estoy listo o no o si voy a tocar con ellos? No tengo porque hacerlo.   


— Eso dijo Solange— me dice, encogiéndose de hombros. Se inclina sobre la maleta. Me encuentro con la mirada de Moira, que baja la vista a las ropas. Me da escalofríos que alguien pueda ver con tanta claridad a través de mí, ¿Por qué? ¿Soy tan evidente? Solange es un completo extraño, esto me hace caer de nuevo en mi desconfianza inicial. ¿Por qué sabe eso? me molesta el hecho de que es verdad, cualquiera puede decir eso de alguien, pero que sea verdad…


Observo como comienzan a terminar los últimos detalles, y finalmente, comienzan a actuar. ¿Sin Solange? Creí que él siempre venia.  Estoy esperando para reclamarle, pero Solange no llega. Las personas se van acercando, algunas se quedan hasta el final, otras se marchan durante la representación. Estoy tan atento mirando a las personas y a los alrededores, que ni me entero de que obra están haciendo hoy.


Aun me siento incomodo, molesto, pero  ayudo a recoger parte de la escenografía.


— ¿Hacen esto aunque no lleguen los demás?— pregunto, a nadie en particular.  Sergio tampoco vino hoy, así que no es rara mi pregunta.


— Claro, el show debe continuar—  me responde Evania. Sus ojos claros me miran con diversión mientras sujeta su cabello—  todos tenemos una vida aparte de esto, es común que no podamos asistir siempre. Sergio tiene que presentar exámenes, por eso no vino hoy. Tabita a veces también no asiste por eso. Yo  tengo las tardes libres, excepto cuando califico trabajos finales, soy maestra de  literatura.


—  ah, no sabía eso—  es lógico que no vivan de lo que les dan las personas, es tonto haber pensado que así era.     


—  Moira trabaja en una tienda departamental.


— es temporal, estoy ahorrando para pagar mi carrera. Quiero entrar a la escuela de medicina.


—  Dante es columnista en un periódico. Luka es director de auditoría—  le miro, sorprendido. Pensaba que era más joven. El me ve, y me sonríe.


—  Las cuentas se hacen rápido—  me guiña un ojo.


—  Y Bastian es encargado de cocina—  continúa Evania. Me imagino por unos segundos lo que debe ser estar en la misma cocina que Bastian y que algo te salga mal. Me estremezco. Ah, Evania solo dijo a que se dedican, no menciono donde ¿es para mantener la privacidad?  Todos parecen llevarse bien.


—  ¿Y Solange?— pregunto, cuando no dicen nada más.  Todos se comienzan a mirar entre sí, y me ponen nervioso—  ¿pasa algo?


—  no sabemos nada de él. Viene cuando quiere, nunca hemos visto su rostro ni sabemos su nombre. Tampoco donde vive, y no ha dicho a que se dedica—  responde Moira.


—  Pero tu nombre no puede ser Moira…— se me sale. Ella sonríe.


— mi nombre es Jacqueline, el de Dante es Jackson. ¿Lo ves? Aunque no usemos nuestros nombres reales, los sabemos.


—  Solange siempre ha sido cuidadoso, evita esos temas—  dice Dante.


—  Vaya…— al menos no soy el único que no tiene idea de qué  pasa con Solange.


— siempre he pensado que quizá su rostro tenga algo, no sé, a lo mejor sufrió una quemadura o esta deforme.


—  ¡Tabita!— Luka le reclama. Ah, eso… no había pensado realmente porque Solange usaba mascara, y eso es una opción muy posible.


—  yo pienso que está escapando de la ley.  De seguro es un convicto que escapo de prisión—  por la forma en la que lo dice, estoy convencido de que no es la primera vez que tienen esta conversación.


—  ¿¡Un convicto?!— prefiero la idea de que tenga alguna deformidad.


—  solo son habladurías. De seguro a Solange solo no le gusta mostrar el rostro—  Luka usa un tono tranquilo.


—  ¿Y por qué sería?— pregunta Moira, mirándolo y cruzando sus brazos. Evania no dice nada, sigue arreglando sus cosas.


—  es obvio que no quiere que sepamos algo. Posiblemente solo está escondiéndose de su familia, ya saben, por el ruso.            


—  ¿El ruso?—   Bastian me mira, y sonríe. Me dan ganas de retroceder un par de pasos.


—  a veces viene un sujeto, un ruso alto, cuando eso pasa, Solange se marcha con él. Parece una clase de  guardaespaldas. Solo debe ser algún hijo de un millonario perdiendo el tiempo por aquí.  


—  oh… ¿Cómo pueden confiar en él?— todos me mira. Evania ríe.


—  Solange es una buena persona, aunque es un poco extraño, nunca ha hecho nada para que no confiemos en él. Nos ha ayudado, y le he visto ayudar a muchas personas. Le gusta actuar, el drama. No podemos culparlo por eso—  me dice.  Supongo que tiene razón, no tiene nada de malo andar por ahí como él.


Lo que me dijeron se me queda en la cabeza. ¿Solange tendrá algún problema? ¿A lo mejor escapa de alguna presión?  Si es así, a mí también me gustaría estar usando una máscara para poder hacer lo que quiera, cuando quiera y sin que nadie sepa que soy yo, como una doble vida, en la que puedo ser cualquier cosa que quiera. Ah, pero no debo pensar en Solange ahora, no cuando tengo otros asuntos por los cuales preocuparme. Tampoco sé si el grupo se reunirá mañana.  Ah, ¿Qué voy hacer?


 


No sé qué hacer, he pasado toda la mañana dando vueltas por la casa, revisando mis partituras, viendo que podría tocar, algo no complicado para iniciar.  No me decido por ninguna, todas me parecen complicadas, como si de pronto ya no entendiera las notas dibujadas en el papel.   Ah, no puedo creer que esto me esté pasando ahora. ¿Quién diría que sería víctima de uno de esos bloqueos que tanto he escuchado? Jamás volveré a menospreciarlo.


No tengo nada que hacer, y no quiero seguir quebrándome la cabeza con la presentación, así que mejor saldré a comer.  Me dirijo a un restaurant que frecuento mucho, y estoy por entrar cuando me detengo. ¿Está bien que venga aquí?   Estoy haciendo lo mismo de siempre, ¿y qué no se tienen que hacer cosas nuevas cuando tienes un bloqueo? Sea lo que sea que eso signifique, no creo que venir aquí, donde están las mismas preocupaciones de siempre sea una buena idea. Dejo el auto donde está, y sigo caminando por la calle.   


Termino comiendo en un local diferente, no había entrado antes, y no creo que vuelva a hacerlo.


—  ¡Mi preciado violinista!—   me giro a todos lados, pero no veo a Solange, es la única persona que me llama así, además era su voz—  aquí.


—  Ah…— su mano se sujeta el brazo—  ¿no estabas con los demás?


—  hoy no, la mayoría no pudo reunirse.


—  ayer no estabas tampoco.


—  tuve un contratiempo. ¿Estabas comiendo? Que mal, hubiera llegado antes y te hubiera acompañado.


—  ¿Con la máscara?— pregunto, sonriendo. El ladea la cabeza.


—  tienes razón… ¿paso algo?— ¿de qué me está hablando? Le miro, sin decir nada—  tienes esa mirada de nuevo, como cuando te conocí—  de nuevo está diciendo cosas como estas. Solo han pasado unos pocos días, ¿Cómo puede conocerme más que yo mismo?


—  tengo que tocar en una presentación la siguiente semana, mi padre me la arreglo, no puedo negarme.


—  siempre puedes negarte.


—  no quiero hablar de eso. Dime ¿Por qué llevas una máscara?— no me responde, ¿no me escucho? Esa mascara empieza a ser molesta.


—  ¿Te sentirías mejor si hablamos de mí?— ¿sentirme mejor? Observo la máscara, hoy es la  misma que traía el día que deje el violín.


—  eres… extraño. Ayer fui a central park y ayude con la obra—  solo recogí y monte un poco el escenario—  me di cuenta que ellos tampoco saben de ti.  ¿Acaso sufriste algún accidente?— le oigo reír.


—  Se encuentra frente al gran misterio... Al que hace temblar a la humanidad desde su origen: ¡lo desconocido!— dice, elevando su mano con dramatismo, incluso su tono es algo dramático, serio.


—  eso no me responde.


—  no tengo el rostro con marcas o deforme. Tengo un rostro normal.


—  ¿entonces?


—  ¿Te imaginas quizá que llevo otra careta y que esto... esto... mi cara es una máscara?— vuelve a recitar. Le miro, arqueando una ceja.


—  ¿mas Shakespeare?


—  eso es del fantasma de la opera.


—  Oh—  no lo recordaba—  ¿entonces te consideras un ángel de la música? ¿Tocas el violín? ¿Por eso dijiste que sabias sobre violines?


—  oh, no. era demasiado mayor para cuando quise tocar el violín. Toco un poco el piano, pero mi pasión es el teatro.


—  nunca se es mayor cuando algo te gusta.


—  mi preciado violinista, ¿Cuántos violinistas que alcanzan el éxito conoces que hayan empezado mayores? Es una cuestión mística,  los violinistas famosos iniciaron desde  pequeños. Es más fácil, el cuerpo se adapta a la postura y eso. Es molesto cuando dejas pasar la edad.


—  ¿Cuántos años tienes?— Solange se queda callado otra vez, luego su rostro gira hacia mí.


—  treinta.


—  oh…


—  mi preciado violinista, ¿Por qué no traes tu violín? aunque no vayas a tocarlo, debes reiniciar poco a poco, y que mejor forma que trayéndolo contigo.


—  ¿poco a poco?


—  para tu presentación. Debes tocar ¿no? quizá pueda escucharte uno de estos días.


—  lo traeré, pero no garantizo nada.


—  Tienes que relajarte, disfruta—  me dice, apoyando sus manos en mis hombros—  es música, la música se hizo para disfrutarse, no para preocuparse por ella.


—  es fácil decirlo.


—  y hacerlo también. Ya lo veras. Ahora, deberías descansar, luces cansado.


—  ¿Cómo puedes…? Olvídalo. Hoy no supe donde se reunirían los demás—  no admito que no lo pregunte la noche anterior.


—  oh, umm… mañana en central park. Donde nos conocimos. Me gusta ese lugar—  siento como el calor sube a mis mejillas, y no entiendo porque.


— bien. ¿Por la tarde?


—  oh, rayos… ¿después de las seis? Tengo que hacer algo, y posiblemente me tenga ocupado hasta esa hora.


—  oh… supongo que está bien. Me tengo que ir…— no sé qué más decir, así que me alejo por la calle en dirección a mi auto. 


—  No olvides tu violín—  me grita. Hago una seña con la mano para que vea que le escuche. No sé qué es lo que pretende, ni mucho menos porque le hago tanto caso. ¿Por qué hago lo que me pide?   ¿Desde cuándo confió en alguien con mascara?  


Solange me da tranquilidad ¿es eso posible? ¿Puede una persona dar tranquilidad? Bueno, nunca espere que tuviera que toparme con alguien que se oculta para sentirme tranquilo.  

Notas finales:

Gracias por leer. 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).