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Dimensión Espejo por Whitekaat

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Notas del capitulo:

Espero de verdad y de corazón que les esté gustando este fic.

PD: cualquier pregunta, comentario, sugerencia, amenaza es bien recibida.

Saludos.

 

CAPÍTULO IV

RESIRACIÓN

 

— Creí que te había dicho que te mantuvieses alejado de Niké— su voz era más severa que la vez anterior y Saga agradecía de cierta forma que esa mirada verdosa no estuviese enfocada en él en ese momento. — Esto no es un juego, espero que ahora que lo has visto con tus propios ojos te mantengas alejado, todo el que lucha por la diosa de la victoria termina pereciendo, lo hicieron otros y lo haré yo en algún momento — continuó hablando el mayor.

— Pero… volveré a ese lugar aunque no lo desee, incluso podría aparecer cerca de mí y si no tengo como defenderme…— no pudo seguir hablando no cuando la mirada de Aioria chocó contra la suyo como si estuviese clavándole un puñal con ellos.

— Si, tienes razón, seguirás apareciendo en la dimensión espejo, lo harás una y otra vez pero no lucharas, si debes correr por tu vida lo harás, si debes escapar lo harás, la gente que muere en la dimensión desaparece, no deja un cuerpo que velar, no deja un vestigio para entregar a su familia, y si decides luchar ese será tu destino, aprende a dejar tu egoísmo, y piensa en tu familia— ahora las manos del más alto estaban sobre sus hombros apretándolos con algo de fuerza.

— No te dejes engañar por esa cálida sonrisa de Niké, ella sólo se aprovecha de tus debilidades y te ofrece una oportunidad a través de ese deseo, pero en realidad es tu sentencia de muerte — el agarré del moreno se suavizo para volver a girarse y seguir caminando.

— ¿Qué fue lo que deseó, profesor? — Sí, Aioria le causaba temor, pero su curiosidad siempre era mayor, la necesidad de información aplacaba cualquier mirada de ira que el otro le pudiese dedicar.

— Era un profesor recién egresado, con un trabajo de suplente que no me dejaba cubrir mis gastos, por aquellos días mi cansancio era demasiado, apenas dormía por las noches, apenas tenía tiempo para comer,  era tanto mi agotamiento que realmente no entendía lo que pasaba cuando apareció ella, creí que dormía y sin pensarlo mucho deseé no cansarme nunca, algo realmente estúpido, pero para ella un deseo es un deseo y lo cumplió, cuando me di cuenta de que todo era real ya era muy tarde para mí — relató el castaño mientras caminaba delante de él.

Saga a lo lejos podía escuchar el sonido de ambulancias, pero quizás preguntar más ya sería tentar demasiado a su suerte, así que todo el camino de regreso fue silencioso, incómodamente silencioso.

 

 

***°***°**°°***°***°**

 

Se estaba volviendo una tipo de manía, hasta suspirar se estaba haciendo tedioso, pero agradecía que ya fuese viernes después de la conversación del día lunes con su profesor no habían entablado ninguna conversación más, otro suspiro,, aún le quedaban dos estaciones para llegar a su casa más tarde de lo que le gustaría, pero promesas eran promesas, quizás la carpeta que tenía Saga dentro de su mochila tal vez valdría la pena, tal vez había valido la pena gastar su dinero en comida, pasar su tiempo con su “nueva amiga” y evitar que en su rostro se notara la impaciencia por leer lo que fuese que estuviese dentro de esas hojas.

Al llegar a su casa apenas saludando a su madre y padre subió hasta su cuarto y sacó con rapidez la carpeta de color verde de su mochila y comenzó a leerlo.

Nombre: Aioria Mégalos Kalonimos, veinticinco años, egresado en docencia y especialización en educación física y deportes, soltero, dirección, especificaciones de sueldo, horarios de trabajo, aptitudes, lugares donde había trabajado antes, datos tomados durante la entrevista al puesto, serio, reservado, proyecta confianza, educado, responsable, actitudes de liderazgo, padres fallecidos, hermano mayor desaparecido hace dos años y luego de aquello sólo datos que no parecían ser relevantes para Saga.

Saga recordó lo ocurrido la última vez que estuvo en la dimensión y su charla con los otros dos sujetos, el como Aioria interrumpió al otro cuando iba a nombrar a otra persona, recordó también la charla con su profesor ese día, y como terminabas los hombres que perecían en batalla, estaba claro cuál era el paradero de ese hermano, ya no estaba, ni en ese mundo, ni en el otro, un escalofrío le recorrió la piel, si, ahora recién comenzaba a tomar el peso de las palabas del castaño, tomaba el peso de estar metido en una especie de juego entre dioses, guerreros y titanes para evitar la aparente destrucción del mundo.

Otro escalofrío volvió a él cuando el sonido que hace segundos escuchaba dese la sala de su casa dejó de estar presente, a ese se le sumó otro al escuchar uno de esos rugidos, bastante cerca nuevamente, Saga creyó que realmente no había mucho que él pudiese hacer para escapar de la mala suerte que estaba teniendo, así que prefirió escuchar esta vez las advertencias de su profesor e ignorando a sus padres congelados en la sala, salió de la casa  y miró por donde se encontraba la criatura.

Esta vez el titán era distinto, no parecía tener una forma definida, su cuerpo era de un azul casi transparente donde lo único que se podía ver era una especie de máscara de roca con un rostro, el titán estaba formado de agua, de olas o eso fue lo que vio el menor, el titán se enfocó en él y como si esta vez él fuese su objetivo su cuerpo comenzó a desplazarse por calles y callejones como una poderosa ola, Saga no lo pensó mucho y solo se echó a correr en la dirección contraria.

Pero su condición física no le ayudaba sentía el fuerte olor a sal pisándole los talones, el sonido de olas chocando contra paredes, era como estar siendo perseguido por un enorme océano, el chico  de cabellos azules sólo esperaba ser lo suficientemente rápido antes que la camarería llegara, sólo esperaba que aquellos hombres no durmieran temprano, o no se enterarían jamás que nuevo titán había aparecido.

Pero no pasó, los hombres no llegaron antes de que geminiano fuese tragado por el acuoso  cuerpo del titán. Lo primero que intentó fue nadar en sentido contrario, pero aquello no daba resultado, sentía un mar turbulento a su alrededor con diferentes corrientes arrastrándolo por todos lados, el aire comenzaba a faltar, y el agua comenzaba a colarse hacia su garganta, alcanzó a ver las burbujas de aire escapándose de su boca y como la desesperación comenzó a apoderarse de él, las cosas comenzaban a ponerse oscuras su ojos ya no veían nada, Saga sólo esperaba que al igual que suspirar, perder el conocimiento no se volviese un mal hábito.

 

***°***°***°°***°***°***

 

Primero sintió como una corriente eléctrica por su cuerpo, en sus labios siendo específico, sentía una corriente de aire ajeno se adentraba a sus pulmones, y como unas manos presionan fuertemente su pecho entregándole la fuerza que necesitaba su corazón para seguir bombeando, luego sólo unas poderosas ganas de toser y la necesidad de respirar, con cada tosido sentía que más agua salía de su boca, sentía su cuerpo húmedo, estaba totalmente empapado, una mano desconocida sobaba su espalda mientras él intentaba controlar su respiración.

—  Tranquilo, intenta respirar con normalidad de apoco e intenta no hiperventilarte — la voz masculina estaba a su costado tratando de calmarlo y ayudarlo, Saga en ese momento sólo quería gritarle que no se podía calmar porque estuvo a punto de morir por culpa de un gigantesco monstruo que quería ahogarlo.

Cuando el gemelo logró controlar su respiración  y enfocar bien su visión fue capaz de mirar bien al hombre que estaba a su costado, con aquella misma cara de pocos amigos, con el mismo rostro inamovible, con sus cabellos pegados a su rostro estilando en humedad al igual a como estaba el resto de su cuerpo y ropa, no tenía que ser un genio para saber que otra vez había sido rescatado por aquel caballero.

— Prometo que esta vez sí hui, pero aquella cosa me persiguió— fue lo primero que dijo antes que el otro se atreviese a decir algo, Saga sólo obtuvo un par de ojos cerrándose a modo de respuesta.

— Si, lo noté, ahora ve a casa y trata de que tus padres no te vean o tendrás que explicar por qué estas todo empapado. — El león se levantó del suelo y quitando el agua que corría por su rostro con su mano y Saga por su parte lo imitó.

— Profesor, Aioria— el más bajo dudó en seguir hablando por un momento, pero prefirió seguir—  ¿Cómo piensa volver a su hogar? A esta hora ya no hay como regresar. —

— Saga, esta no es la primera vez que quedo a kilómetros de mi casa sin tener como regresar, caminaré o iré corriendo, por más que lo haga no me cansaré— contestó con simpleza.

— Podría quedarse en mi casa al menos por hoy, usted me ha salvado ya dos veces, es lo menos que puedo hacer por usted y si desea puede levantarse más temprano por la mañana para que nadie lo note — El león vio con una aguda mirada a su alumno, al igual que siempre se veía dudoso pero su mirada llena de decisión, la noche estaba poniéndose fría y a pesar de que fuese inmune a cansarse no era el caso para los resfríos.

— Está bien, pero nadie debe notarlo, espero que seas bueno entrando y escapando de tu habitación sin que nadie lo note — el mayor comenzó a caminar en dirección a la casa de Saga.

El chico que hace poco había comenzado a respirar nuevamente, sentía nuevamente que le faltaba el aliento, si, había sido idea suya pero no creía que el otro aceptara tan fácilmente, las cosas serían muy incomodas cuando llegaran, sólo esperaba que todo resultara bien y que su familia no fuese a enterarse metería a su profesor a su habitación.

 

 


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