¿Por qué lo hacía?
Suspiró. Contrayéndose imperceptiblemente por el dolor, o algo más.
Porque lo detestaba. Detestaba al tonto rubio que tenía por hermano, que no podía ver más allá de sí mismo, que no podía controlar su furia, conduciéndolo a catástrofes por las que, en realidad, nunca fue castigado. Y aun así era digno.
Porque lo admiraba. Admiraba al bruto que era su hermano, siempre lo había hecho. Tal vez era su destreza en el campo de batalla o cómo se paraba con los pies firmes, como el rey que estaba destinado a ser, antes de decir algo, aunque fuese estúpido… o sólo era por cómo lo veía a los ojos, con honestidad y le decía hermano.
Porque se sentía seguro con él, pero más débil que nunca.
Y quería estar con él, tanto como deseaba alejarse.
(Quizá y sólo quizá, mentía a sí mismo).
Lo hacía porque lo había traicionado más de una vez, sin conseguir que lo odiara… todo sería más sencillo así. Porque era un secreto a voces que Thor quería desesperadamente volver a confiar en él.
Por todo eso, tal vez más, Loki había cojeado desde los escombros cuando vio al Titán que lo había dominado antes sujetar a su hermano, sin dudar en llamar su atención. Brillante y azul entre sus manos.
Lo hacía porque lo odiaba tanto como lo amaba, por eso se paró con los pies firmes frente a Thanos y estirando el brazo para entregarle aquello que le debía, lo activó para llevárselo con él, sólo para ganar más tiempo.
Quizá sólo lo odiaba un poco, se dijo cuando volteó a ver a Thor, con una sonrisa bailando entre sus labios. O en absoluto, pensó cuando su hermano se levantó a tientas gritando su nombre, pese a estar al borde de la inconsciencia.
Porque detestaba no odiarlo.
Y odiaba amarlo como siempre lo había hecho.
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¿Por qué lo hacía?
Suspiró. Contrayéndose imperceptiblemente por el dolor, o algo más.
Porque lo detestaba. Detestaba al tonto rubio que tenía por hermano, que no podía ver más allá de sí mismo, que no podía controlar su furia, conduciéndolo a catástrofes por las que, en realidad, nunca fue castigado. Y aun así era digno.
Porque lo admiraba. Admiraba al bruto que era su hermano, siempre lo había hecho. Tal vez era su destreza en el campo de batalla o cómo se paraba con los pies firmes, como el rey que estaba destinado a ser, antes de decir algo, aunque fuese estúpido… o sólo era por cómo lo veía a los ojos, con honestidad y le decía hermano.
Porque se sentía seguro con él, pero más débil que nunca.
Y quería estar con él, tanto como deseaba alejarse.
(Quizá y sólo quizá, mentía a sí mismo).
Lo hacía porque lo había traicionado más de una vez, sin conseguir que lo odiara… todo sería más sencillo así. Porque era un secreto a voces que Thor quería desesperadamente volver a confiar en él.
Por todo eso, tal vez más, Loki había cojeado desde los escombros cuando vio al Titán que lo había dominado antes sujetar a su hermano, sin dudar en llamar su atención. Brillante y azul entre sus manos.
Lo hacía porque lo odiaba tanto como lo amaba, por eso se paró con los pies firmes frente a Thanos y estirando el brazo para entregarle aquello que le debía, lo activó para llevárselo con él, sólo para ganar más tiempo.
Quizá sólo lo odiaba un poco, se dijo cuando volteó a ver a Thor, con una sonrisa bailando entre sus labios. O en absoluto, pensó cuando su hermano se levantó a tientas gritando su nombre, pese a estar al borde de la inconsciencia.
Porque detestaba no odiarlo.
Y odiaba amarlo como siempre lo había hecho.