Los muchachos estaban buscando al resto ya que su pendiente era que esa isla estuviera invadida por más sujetos como los que se habían encontrado antes -Debemos encontrar a los demás... -Dijo el cocinero a paso acelerado seguido de Zoro.
-Quién sabe cuántos de esos tipos haya por aquí... -En eso, se detuvieron tras escuchar un grito que provenía a unos cuantos metros a su izquierda. Aquella voz resultó ser muy familiar -Nami...
-¡Nami-san! –Corrieron a todo lo que daban para ir a ayudar a sus nakamas.
Mientras tanto, Luffy y Nami estaban siendo acorralados por unos hombres de traje. Eran la misma cantidad que Sanji y Zoro enfrentaron. Ya llevaban más de un rato peleando contra ellos, pero pareciera que estaban combatiendo contra unos robots ya que no mostraban signos de cansancio -¡Maldición...! -Luffy se encontraba mal herido gracias a que una de las balas de las cuales estaban hechas por aquel metal de mar había herido su pierna, pero no por eso se rendiría. Por desgracia, la bala estaba adentro de su pierna y esto lo mantenía débil. -Gomu... Gomu... -Flaqueó, Nami intervino para ayudarlo a mantenerse de pie.
-¡Luffy...! -Nami había efectuado la técnica de invisibilidad, pero fue inútil ya que los hombres lograron descubrirlos -Son casi inmunes ¿De dónde habrán salido? No parecen ser de la marina... -Antes de que los hombres se dispusieran por fin a lanzarse contra ellos, una gran ráfaga los derribó -¡Zoro! -Dijo aliviada la navegante al ver a sus compañeros.
-Nami-san, Luffy... -Sanji llegó con ellos y al ver la herida de su capitán dijo -Deben regresar al barco cuanto antes... Nosotros nos encargaremos de ellos...
-Querrás decir que yo me encargaré de todo... -Dijo seco el espadachín -Nami... Llévate a Luffy al barco... Cocinero... Ve a buscar al resto, yo me encargo de esto...
-Zoro... No puedo dejarte con esos sujetos...
-Debes encontrar a Chopper para que pueda curar a Luffy...
-Pero...
-¡Váyanse...! -Sin usar el filo de su espada, provocó una gran ráfaga de viento ocasionando que los presentes se alejaran de la pelea -¡Yo estaré bien!
-De acuerdo... -Sanji ayudó a Nami para llevarse a Luffy en su espalda y comenzaron a correr.
-No podemos dejarlo solo... -Protestó la navegante.
-Yo estaré bien. Debemos regresar y ayudar a Zoro... -Continuó el capitán.
-¡Escuchen! -Gritó con autoridad el cocinero deteniéndose -Nami-san, disculpa por las molestias, pero lleva al capitán al barco y esperen... -Bajó a Luffy de su espalda y se lo entregó a la peli naranja tomando su brazo y posándolo sobre sus hombros -Iré a buscar a Chopper y al resto... Intentaré no tardar para regresar a ayudar al marimo... -Se comenzó a alejar de ellos.
-Sanji-kun, espera...
-Por favor tengan cuidado al regresar. -Dijo esto último desapareciendo entre las hojas. Corrió todo lo que pudo y efectuó un gran salto -Sky walk... -Saltó hasta llegar al cielo y comenzó a buscar al resto. Para su suerte, logró encontrar a los demás y que por cierto estaban juntos, pero el problema era que también peligraban ya que otros sujetos con el mismo conjunto de trajes los estaban atacando -No... -Dio otros saltos mas en el cielo y aterrizó con una gran patada sobre dos de los enemigos.
-¡Sanji! -Exclamó con sorpresa Jinbe.
-¿Se encuentran bien? -Los chicos respondieron con un si -Deben regresar cuanto antes al barco. Luffy se encuentra herido, necesito que regresen para que Chopper lo pueda curar... Yo me encargaré de estos tipos...
-En ese caso yo me quedo a ayudarte... -Respondió el carpintero preparándose para otra pelea.
-Y yo... -Dijo el gioyin haciendo una pose de combate.
-En ese caso... Robin-chan, Ussop, Chopper... -Los chicos asintieron sabiendo la idea que tenía el cocinero -Brook, vete con ellos y no dejes que les pase algo... Y mucho menos que estos hombres los sigan.
-De acuerdo, Sanji-san. -Los chicos comenzaron a agarrar camino de vuelta al barco y corrieron a todo lo que daban.
-Debo regresar con Zoro... También está teniendo una pelea con estos hombres...
-¿Quieres decir que hay más? -Preguntó el carpintero mientras combatía con dos de los hombres.
-Son demasiado fuertes... Dudo mucho que sean marinos -Comentó el pez mientras le propinaba un golpe a uno. Pero en un descuido, no se percató que otro tipo le iba a clavar una daga en su espalda. Sin pensarlo, Sanji corrió para proteger a Jinbe quedando en medio del ataque.
-¡Sanji! -Gritó con desespero el peli azul al ver la trágica escena, pero fue mayor su sorpresa al ver que el sujeto quien corrió con gran velocidad para atacar, un movimiento demasiado rápido como para sin siquiera poder desviar su arma contra su enemigo, al ver a Sanji interponiéndose en su camino dispuesto a ser el escudo de su compañero y sin darle tiempo de poder hacer alguna maniobra contra el hombre, este logró detenerse con gran brutalidad quedando la hoja de la daga a unos milímetros del estómago del cocinero. Era como si no quisiera lastimarlo. Todos quedaron perplejos al ver esa acción, Sanji aprovechó para propinarle una patada lanzándolo lejos y tirando a otros sujetos que se encontraban en su camino como si se tratara de un juego de bolos logrando tirar algunos pinos.
-Gracias. -Dijo aun sorprendido el gioyin -¿Estás bien...?
-Si... Eso creo...
-Ve por Zoro... -Interrumpió el carpintero derribando a los dos sujetos -Nosotros nos encargaremos de ellos... Nos vemos en el barco.
-Pero...
-¡Vete! -Sanji se dispuso a retirarse dejando a sus camaradas e ir en busca del peli verde.
Zoro yacía en el suelo después de haber recibido una fuerte descarga eléctrica proveniente de una extraña varilla que sostenía uno de los hombres –Debemos deshacernos de aquel que impida dejarnos cumplir con nuestro encargo… -El peli verde no entendía muy bien a lo que se estaba refiriendo su atacante –Eres un estorbo para nosotros… -Sacó una pistola de su saco y apuntó a la cabeza de Zoro –Quitó el seguro del arma y antes de jalar del gatillo, fue derribado por una estruendosa patada ocasionando que volara lejos y derribando a unos cuantos en su camino.
-Zoro… -Fue a auxiliar a su nakama ayudándolo a levantarse.
-Debiste volver al barco con el resto… -No recibió respuesta alguna de su camarada quien no dejaba de quitarles la mirada encima a sus extraños enemigos -Creo que lo mejor será…
-¿Escapar?
-No sin antes derribar a unos cuantos…
-No regresé para pelear, sino por ti… -Dijo en un severo tono el cocinero.
-Sabes que puedo con ellos…
-“Ya lo noté” –Prefirió ignorar por ahora al espadachín y encaró a los sujetos diciendo -¿Qué es lo que están buscando? –Pero lo único que recibió como respuesta fue que uno de los hombres sacó un arma mas grande y sin titubeos le disparó con una bala de salva a Zoro. Este cayó al suelo semiinconsciente por el impacto recibido en su pecho -¡¡ZORO!! –Antes de que pudiera ayudar a su camarada, fue aprisionado por unas cuantas cuerdas y arrastrado hacía ellos -¡Suéltenme!
-son ordenes del amo… -Dijo uno de ellos. Esto resultaba ser muy extraño para Sanji, aun no comprendía que era lo que buscaban exactamente aquellos sujetos. De pronto, vio un gran cañonazo aterrizando contra los hombres, esto ayudó para que se liberara por fin de las cuerdas y entre el humo, pudo reconocer una silueta la cual estaba dejando ver a su otro nakama –Franky…
-Llegué justo a tiempo. –Dijo con una sonrisa de lado. Se acercó a Zoro y lo levantó como cual costal -¡Vámonos! –Comenzaron a correr dejando a unos desorientados agentes quienes ya no lograron ver que camino habían tomado.
[…]
Después del gran susto, en cuanto a Sanji, Franky y Zoro llegaron al barco, no dudaron ni un segundo en activar el propulsor saliendo disparados del lugar. Han sido muchas las ocasiones en las que se habían enfrentado a enemigos bastante fuertes, pero esos hombres eran muy diferentes, eran rápidos, inmunes a cualquier ataque y daban escalofríos. Prefirieron no continuar con la batalla, ya que no quisieron arriesgarse de lo que fueran capaces de hacer. Sanji se encontraba afuera del consultorio esperando noticias de Zoro. Mientras esperaba, comenzó a recapitular lo sucedido. En especial el momento en el que uno de esos hombres no quiso herirlo, la precisión con la que se logró detener para no lastimarlo. ¿Quiénes eran esos sujetos? ¿Quién los había mandado? Una cosa era segura, no eran parte de la marina o de alguna otra conocida organización -El amo… -En eso escuchó la puerta abriéndose dejando ver a Chopper quien dio la noticia de que Luffy y Zoro se encontraban fuera de peligro alguno.
-Ya todo está bien. –Los muchachos no tardaron en hacer acto de presencia para poder ir a ver a sus nakamas. Pareciera que no tomaron tan en serio con lo sucedido o mas bien era un tema el cual deberían tocar en otra ocasión, ahora lo importante era el bienestar de su capitán y del espadachín. Llevaron a los chicos a la habitación para que pudieran descansar al fin dejando atrás a un Sanji lleno de preguntas.
[…]
Por otro lado, los hombres estaban esperando indicaciones por medio del Den Den Mushi el cual no tardó en sonar. Descolgaron el comunicador poniéndolo en alta voz –Lo encontramos…
-¿Y lograron capturarlo? –Dijo la voz que salía del pequeño caracol.
-Fallamos, señor.
-No importa… ¿Implantaron el rastreador?
-Si, señor… Uno de ellos resultó herido gracias a esa bala de metal de mar…
-Perfecto, la siguiente isla no está lejos de aquí. Por ahora vamos a divertirnos un poco con ellos y cuando sea el momento indicado… -Hizo una pausa y seguido de un suspiro continuó –Lo llevaran a la base. Por ahora no tenemos prisa alguna.
[…]
Sanji se encontraba preparando un pequeño aperitivo para Luffy y Zoro intentando olvidar por un momento lo que pasó. Cuando dejó por fin lista la comida, salió de la cocina para ir ahora a la bodega por una botella de sake. Al llegar comenzó a buscar una botella que fuera del agrado del marimo; sin embargo, no contaba con toparse con una botella en especial. La sacó del estante y la miró fijamente llegando con ello algunos recuerdos –Yuko-san… Esta botella no se abrirá hasta que sea luna llena. –Dijo mirando con nostalgia la etiqueta –Aun hay algunas cosas que no entiendo, entre esas cosas es de tu partida… Me habría encantado conocerte mejor.
[*****]
Era la quinta noche de su encuentro, pero ahora, Sanji llevaba consigo una botella de sake para su querida amiga –Parece que por fin entendiste el arte de los sueños. -En medio del escenario oscuro siendo cubierto por algunas hojas de cerezo, buscó con la mirada a la dueña de esa bella voz. Cuando volteó a su derecha, encontró a Yuko recargada en un árbol esbozando una dulce sonrisa. -No cabe duda de que eres un chico muy listo...
-¡Yuko-san! -Alegre de encontrar a su amiga. Fue hasta donde se encontraba y le entregó la botella diciendo -Espero te guste. Debí preguntarte cuál es tu licor favorito... -Dijo apenado.
-Descuida. Yo amo el alcohol, y en especial el sake. Ahora, explícame que fue lo que hiciste para que esa botella apareciera en nuestro sueño.
-Bueno, pensé en dormir con ella pensando en ti...
-En verdad eres muy lindo, Sanji-san. -El rubio no pudo evitar sonrojarse y arrojar pequeños corazones alrededor suyo
-¡Yuuuuukooooo-swaaaaaaaan...! Aún sigo pensando que no merezco estar al lado de una dama tan bella como tú, mi querida mariposa. -Sostuvo con gentileza la delgada mano de su amiga -Estoy a sus órdenes, madeimoselle. -Dijo esta vez con ese porte varonil y elegante.
-Si es así... Me gustaría conocer más de ti, Sanji-san.
-Yo también quiero conocerte más, Yuko-san.
-¿Sabes? Ya que este es el mundo de los sueños, podemos transportarnos a cualquier lugar que queramos.
-¿De verdad?
-Si. Podemos transportarnos a algún lugar favorito o inclusive a un recuerdo.
-Si es así, creo que sé a dónde ir. -Dijo con su característica sonrisa -Muy bien. ¿Qué es lo primero que debo hacer?
-Primero relájate. Después piensa en el lugar que mas te gusta estar...
-Mmm... Creo que sé cuál... -Sanji cerró los ojos y respiró muy hondo. Comenzó a recordar en alguna ocasión que quiso darle un poco de ambiente al restaurante. El escenario cambió llevándolos al Baratie -Aquí fue dónde crecí -Mencionó con nostalgia mirando cada detalle del lugar.
-No cambió mucho cuando vine... -Dijo en un susurro.
-¿Eh?
-Ah, nada... -Dijo con naturalidad -Es un lindo lugar... ¿Y ese piano?
-Lo tuvimos por poco tiempo... -Se acercaron a un piano de cola de un llamativo color negro, pero con un ligero tono azul índigo el cual se dejaba ver gracias a la luz del lugar -Lo tuvimos por un año mas o menos... -Se sentó en el banco el cual por mera suerte era para para que se pudieran sentar dos personas -¿Gustas acompañarme? -Dijo con una sonrisa invitando a la chica a que sentara junto a él.
-Será un placer, Sanji-san. -Se sentó por fin y observó detenidamente las teclas del instrumento haciéndole recordar los momentos que pasó junto con el Mago Clow -¿Sabes? Yo conocí a alguien que también tocaba este instrumento...
-¿Un amigo tuyo? -Preguntó al comenzar a juguetear un poco con las teclas -Vaya... Es real... -Se mostraba sorprendido ya que llegó a pensar que tal vez como se trataba de un sueño, habría cosas que no podrían funcionar estando en el.
-Ah, era un dolor de cabeza... -Dijo al comenzar a tocar una tecla -Cada vez que se ponía a tocar el piano, también le hacía compañía y lo molestaba tocando justamente esta tecla.
-Veo que se llevaban bien.
-No siempre... Nos llevábamos mas o menos como tú con Roronoa.
-¿Entonces también era un completo fastidio? Ah, pobre de mi querida Yuko-san.
-Sin embargo... -Dejó de hacer sonar aquella tecla y mostró una mirada perdida -Era un gran mago...
-¿Lo amabas?
-¿Te gustaría saberlo?
-¡Eh, eh, eh...! Bueno yo... -Dijo desviando un poco la mirada -¿Qué...? ¿Qué te parece si toco una canción? -Estaba dispuesto a cambiar el tema con tal de que su amiga no se deprimiera.
Sanji - Moulin Rouge (Lyrics) (Sub. español) - YouTube
Dio inicio a la música, aunque los años hayan pasado, Sanji aun podía ejecutar muy bien algunos instrumentos y entre esos el piano era uno. Mientras que Yuko no perdía de vista cada gesto que hacía su compañero al momento en el que estaba cantando, sobre todo escuchar esa varonil voz llena de inspiración total.
[*****]
-Yuko-san... -No apartaba su vista en la botella que tenía entre sus manos -Me habría gustado conocerte mas... –Dejó la botella en su lugar y tomó otra. Se dio media vuelta para dirigirse a la salida.
Después de un rato de haber terminado de cocinar, llamó a la tripulación para que vinieran a comer. Decidió llevar los platos de Zoro y Luffy a la habitación. Al entrar al cuarto, se encontró con un alegre capitán jugando cartas con Chopper, el marimo estaba recostado y descansando -Traje su comida... -El peli negro miró con ilusión el platillo que llevaba Sanji. Alargó su brazo para tomar el plato.
-¡Muchas gracias, Sanji!
-Si, si... Marimo... -Llamó a su nakama quien solo se limitó a abrir los ojos con pesadez -Ya es hora de comer... -Dijo en un tono frio.
-Pensé que jamás llegarías... -Dijo en un tono despectivo hacia su camarada.
-Si quieres te doy las sobras...
-No soy tu...
-¿Qué dijiste, marimo de...? -Pero antes de que comenzara otra pelea, el reno interfirió para calmarlos.
-¡Chicos ya basta! No es momento para pelear... ¿No fue suficiente con lo que sucedió hoy? -Los chicos se seguían mirando con desprecio hasta que por fin se ignoraron por completo.
-Chopper... Tu comida espera en la cocina...
-Si... Gracias, en seguida voy.
-Bien, me voy. Si necesitan algo no duden en echarme un grito.
-Sí, yo si necesito algo... -Dijo el espadachín tragando el bocado de su comida.
-Es verdad. -Regresó con el peli verde para dejarle en una mesa que estaba al lado de el un vaso y la botella de sake -Aquí tienes.
-En realidad no te iba a pedir eso...
-¿Entonces qué sucede? -Preguntó indiferente. El espadachín hizo un esfuerzo por levantarse de la hamaca y una vez que quedó de pie le pidió al cocinero que hablaran a solas. Sanji sólo asintió con la mirada y salieron por fin de la habitación dejando algo confundidos a Luffy y a Chopper.