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De Aristocracia y Otras Estupideces. (New Version) por Menz

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Notas del capitulo:

Hola, regresé.

Cuídense del COVID19, vivas las queremos!

 

!Accio cap. 31!

Capítulo XXXI

Calma al fin… ¿no?

 

*******   **********

*******CRIS*******

 

-Guillermo, no hay forma en que te dejemos ir solo.- Su madre de verdad parecía enfadada.

-Es mejor que ustedes vayan a casa.

-No. Es mejor que tú vayas al hospital, ¿Cuál es tu afán por ir al frente?

-¡Soy el conde!- Respondió con rabia su padre.- Mi condado ha sufrido bastante, debo ayudar.

-Entonces todos iremos.- Sentenció Angie.

-De acuerdo, vamos. Y luego te llevaremos al hospital. – Dijo ella realmente preocupada. No era nada sensato lo que su padre quería hacer.

-Fausto, desciende lo más cerca al centro por favor.- Pidió el conde mirando por la ventana.

El helicóptero hizo una maniobra para cambiar de dirección. Pudo ver una enorme nube de humo negro mientras se enfilaban sobre la avenida principal, rumbo al Palacio de Gobierno.

Había muchas personas en las calles. Notó a oficiales de Tomás recostados contra el suelo, con las manos detrás de sus nucas, visiblemente sometidos.

-Parece que ganamos.

-No hubiera sido posible sin la ayuda de civiles. Mientras Alejandra y Espadas atacaban el Palacio, la gente contuvo la embestida de las fuerzas de la Corona.

-Fue bastante arriesgado involucrar a civiles.- Observó su padre.- Pero funcionó.

-La estrategia se le ocurrió a su hijo.

-¿A Memo?

-Si. Se había pensado en convocar a civiles, pero él tuvo la idea de atraer a las fuerzas de Tomas hacia un flanco mientras Alejandra y Espadas atacaban el Palacio y nosotros nos enfocábamos en sacarlos de ahí con vida. Dijo que así lo hacía en sus videojuegos.

-Dejaré que siga jugando esas cosas.

-Sujétense, vamos a aterrizar.- Se colocó el cinturón de seguridad y espero a que las hélices estuvieran detenidas para poder bajar.

Estaban a unas cuantas calles de donde debía estar Alejandra.  La gente alrededor corrió hacia ellos en cuanto los vieron. Algunos tenían sangre en el rostro. Pero sorprendentemente no vio heridos de gravedad.

-Nos fuimos sobre ellos.- Decía un chico a Guillermo.- Éramos tantos que no supieron para donde mirar. Por cierto, ¿se encuentra bien?

-Señor, podemos atenderlo.- Un par de paramédicos se acercaron al conde.

-Sí, revisen sus heridas.- Los animó la condesa.

-Estoy bien.

-Por favor.- Insistió su madre.

-Bien.- Aceptó el conde.

-¡Cris!- Lisa y Nat llegaron corriendo.- ¿Estás bien?

-Sí, solo quiero saber dónde está Alejandra.

- Un poco más allá, en el Palacio de Gobierno.- Sin esperar nada, corrió hacia la castaña.

-¡Vamos contigo!

Escuchaba a las chicas corriendo detrás de ella. La gente la señalaba. A todos les había caído de sorpresa verla atravesando las barricadas con rapidez.

Cuando llegó al Palacio, se detuvo en seco.  El lugar estaba destruido. Solo una pared seguía en pie. Lo demás era solo escombros. El aire estaba cargado de polvo y  todos ahí estaban cubiertos de él.

Dio un par de pasos intentando enfocar la vista. Varios metros al frente, una figura alta y esbelta llamó su atención.

-¡Tráiganme a Tomás!- ¡Thanos!

-¡Alejandra!

 

********   ********

*********ALE********

Volteó apenas escuchó su nombre. Entre el polvo, pudo ver a alguien acercándose a toda velocidad. Extendió los brazos y sujetó con fuerza a Cristina cuando la chica se estrelló contra ella.

-¡Cristi!- Sentía un nudo en la garganta.- ¿Estás bien? ¿Cómo están los demás?

Pero la chica no le contestó. Solo la jaló hacia su rostro y la besó. Se olvidó de todo. Solo sentía un cosquilleo hermoso provocado por esos labios suaves y húmedos. Sus piernas temblaron y en su estómago sentía algo cayendo en picada.

-Juum…- Alguien carraspeó. Natalia señalaba discretamente a su alrededor. Varias personas las observaban.

-¿Estás bien?- Le susurró Cris, pegando su frente a la suya. Asintió, cerrando los ojos y disfrutando de ese momento de paz.- ¿Los tienes?

-No. No hay signos de ninguno de los dos.

-Huyeron al bunker. Está del lado oeste, bajo 6 metros de tierra. No se le ha dado mantenimiento desde mi abuelo, así que su seguridad debe ser mínima.  General, ordene un perímetro alrededor del centro, el bunker está conectado a varios pasillos subterráneos que recorren estas calles. ¿Tiene un mapa?

-¡Mapa!- En fracción de segundos, Cris tenía mapa y lápiz en sus manos.

-Todo esto.- Hizo una circunferencia y marcó los puntos donde estaban las salidas del laberinto bajo tierra.- Envíe hombres a custodiar estos lugares. Los atraparemos como ratas.

-¡Ya escucharon!- Espadas empezó a organizar a sus hombres.

-¿Cómo están tu madre y Angie?

-Están bien. A unas calles de aquí, con papá.

-¿Papá? Debieron ir al hospital. Pedí que los llevaran.

-Bueno, es un terco.- Cristina estaba ya estudiando el mapa con detenimiento.-No creo que conozcan bien los pasillos. Desde hace décadas que no se utilizan.

-¿Por dónde crees que huyeron?

-Bueno, no es tan difícil pasar desapercibido aquí. Apenas hay buena visibilidad y todos lucen igual…

-¿Crees que simplemente corrieron?- Miró hacia todas partes.- ¿Crees que intenten ir a la capital?

-No creo, ahí correrían más peligro.

-¿Han visto a Nico?- Preguntó Lisa.

-Iba con ustedes.

-A él no lo he visto.- Recordó Cris.

-Traía un radio, ¿no?- Nat tomó su radio.- Nico, ¿me escuchas? Nico, responde. Nico, Nico, ¡Nicolás!

-¡Suéltenme!- A unos metros de ellas, el Ministro Braga  era escoltado por dos soldados.- ¡¿No saben quién soy?!

-Sí.- Respondió uno de los hombres mientras lo esposaba a una camioneta.

-¡Usted!- Se acercó al Ministro.- ¿Dónde está Tomás?

-Púdranse.- Braga escupió al suelo.

-¡Escuche bien, hombrecillo miserable!-Cristina lo sujetó del cuello de la camisa.- Creo que aún no ha entendido cómo están las cosas. Si se niega a colaborar le ordenaré a uno de mis hombres que lo fusile, ¡así que hable!- La azabache le dio una bofetada a Braga y uno de los soldados le puso una pistola en la cabeza.

-Cuando ordene, vizcondesa.

-Yo no sé nada…

-Entonces no me sirve. ¡Dispara!

-¡NO! ¡ESPEREN! ¡POR FAVOR! Solo les escuché decir que huirían por aire, ¡solo eso sé, lo juro! - El hombre sollozaba. Un mal olor llegó hasta su nariz. Observó el pantalón mojado de Braga. Cristina le hizo una señal al soldado, quien retiró el arma de la cabeza del Ministro.

-Solo le diré una cosa más.- Cristina observó al hombre con dureza.- Castilnovo siempre gana.

-Eres tan sexy… - carraspeó.- ¿Queda algún avión o helicóptero disponible?

-¡¿Dónde estás?!- Los gritos de Nat llamaron su atención.

-¿Qué pasa?

-¡Nico!- Lisa le gritaba al radio. ¿Qué pasaba?

-Banco central.- Escuchó salir del aparato.

-¡Hombre caído!- Gritó Nat. ¡¿Hombre caído?! Corrió hacia su amigo.

-¡Una ambulancia!- Pedía Lisa.

Giró una esquina. A varios metros, había dos cuerpos en el suelo. Fueron infinitos esos segundos hasta llegar a ellos.

-¡Nico!- Se arrodilló junto al chico.

-¡Una ambulancia!- Volvió a pedir Lisa.

-Tranquilo, estarás bien.- Nico tenía un cuchillo clavado en el abdomen.

-¡Idiota, no te atrevas a morirte!- Nat rasgó su ropa y la colocó con cuidado sobre la herida.

-Está muerto.- Escuchó que decía alguien tras revisar al otro hombre en el suelo.

-… emboscaron…- dijo Nico respirando con dificultad.

-¿Quiénes?

-Tomás… Alb… uno más.… helicóptero…- Nico señaló a Cris.- hermanos… van por ellos… Él les dijo…- Entonces reconoció al que había muerto. Era uno de los amigos de Cindy, de los que sabían de su escondite en la iglesia de Sebastián.

-¡Aquí!- La ambulancia había llegado. Dos paramédicos saltaron de ella.

-¡Si mi amigo se muere, te mataré!- Nat amenazaba a uno de ellos. Cruzó la mirada con Cris.

-Corre.- Dijo la chica, al tiempo que ella también salía a toda velocidad hacia el centro.

-Necesitamos llegar al pueblo.- Sus hermanos eran la garantía que necesitaba Tomás para salir de ahí con vida.

-¡Llámale a Álvaro!

-Cortamos las comunicaciones telefónicas.- Tomó su radio.- Alejandra a base… Álvaro, ¿me escuchas?…- La radio empezó a emitir un sonido intermitente. ¡La batería!

Pudo ver el centro. Se escucharon disparos.

-¡Por ahí está papá!- Cris aceleró hacia donde se habían escuchado los disparos. El costado le dolía muchísimo.

-¡A un lado!- Empujaban a todos. El sonido inconfundible de unas hélices las hizo mirar hacia arriba. El helicóptero que habían utilizado para rescatar a su familia, estaba volando.

-¡Son ellos!- A la distancia, distinguió la sonrisa maquiavélica de Tomás.

Más disparos. Se tiraron al suelo, mientras las balas rebotaban en los edificios y el helicóptero iba alejándose.

-¡General, síganlos!- Guillermo estaba detrás de un tanque

-¡A la orden!

-¡Van por los enanos!- Se apresuró a gritarle al conde.- ¡Sabe dónde están!

-¡¿Qué?!- Sofía miró horrorizada el helicóptero.

-¡Hay que avisarles!- Angie también estaba muy asustada.

-General…- Su padre veía fijamente el helicóptero alejándose.- Derríbelos.- Dijo sin titubeos.

-¡Sargento!- Le gritó Espadas a uno de los hombres ahí, que inmediatamente se metió al tanque de guerra.- ¡Fuego!

Se tapó los oídos cuando el estruendo hizo vibrar todo ahí. Una bola de fuego se formó en el cielo…

El helicóptero había caído.

 

******** ************

-¿Así está bien?- Le preguntó Sofi con preocupación.

-Te quedó perfecto.- Su hermanita había barrido un costado de la calle, con una escoba que le doblaba el tamaño.

Habían pasado unos días desde su levantamiento en armas y era momento de limpiar. Estiró los brazos y sintió tronar su espalda. Llevaban varias horas en las calles, tratando de poner orden al caos causado en el centro.

-Al menos nos han dado algo de paz estos días.- Le dijo a Álvaro haciendo un ademán hacia los reporteros que rondaban por ahí.

-Dale las gracias a Luciano. Tuvo que empeñarles su alma pero logró calmar las aguas unos días. Luego tendremos que dar un comunicado oficial. Supongo que tu padre autorizará confirmar tu relación  con Cristina.

-Pues creo que no tiene más remedio. Muchas personas nos vieron besándonos.- Pensó un momento.- ¡Luciano es muy hábil!

-Creo que tiene un romance con un alto ejecutivo de los medios.- Le susurró Álvaro con una sonrisa pícara.

-Pues como haya sido, agradezco la tregua obtenida. Espero que no se alboroten mucho.

-¿No?- El hombre soltó una carcajada.- Llevan años indagando sobre  la vida amorosa de Cristina. Espera a que se les pase lo misericordiosos y empezarán a acosarles.

A unos metros estaba Cristina platicando con un grupo de personas.  Se quedó viéndola. Sabía que en unos días no las dejarían de perseguir. Pero estaba dispuesta a asumir el dolor de cabeza que eso representaría.

-¡Yo les ayudo!-Álvaro corrió hacia donde estaba Angie.

Ring ring.

Algo vibraba en su bolsillo.

-¿Qué pasó Nat?

-Alguien quiere hablar contigo.- Escuchó como su amiga colocó al altavoz.

-Hey, girl.- Escuchó la voz de Nico.

-Hola, indestructible.

-Estoy pensando que después de esto merezco un título nobiliario.

-¿Y un castillo?

-Con varias doncellas en él.

-¿Cómo estás?

-Los medicamentos me ayudan  bastante con eso del dolor.

-Más tarde iremos a visitarte. Te llevaré helado.

-De chocolate, por favor.

-Claro, Nat puede dártelo en la boca. ¿Te contó que se puso histérica cuando te vio herido?

-Cállate, Alejandra.

-Es verdad, casi me puse celosa.- Le siguió Lisa.

-Nat… ya dame un beso.- La retó Nico.

Ahora verás que te daré!

-¡Espera! ¡No!- Se quejó el chico.

Vas a matarlo!- Eso fue lo último que escuchó antes de que la llamada se cortara. Seguramente Nat estaba usando un bisturí para torturar a su amigo.

-¡Uno, dos, tres!- Angie y Álvaro lideraban a un grupo de hombres que empujaban una de las paredes del ahora destruido Palacio de Gobierno, para que la maquinaria pesada pudiera hacer su trabajo.

Si los cálculos de su padre estaban en lo correcto, podían limpiar y reconstruir todo en unos cuantos meses.

Tomó la mano de Sofi y la hizo correr hacia Cristina para que un volquete pudiera atravesar hacia la otra calle.

-¡Este trabajo me gusta!- Beny tenía un casco de constructor y estaba manejando el vehículo, que estaba cargado de escombros.

Su padre había contratado a una empresa para que se encargara de la limpieza de todo, pero la gente salía diariamente a las calles a ayudar en lo que fuera.  Todos querían ya dejar todo eso atrás. Querían que todo retomara su ritmo. Y es que no solo el condado estaba reorganizándose, en la capital se habían armado numerosas revueltas que habían hecho huir a toda la familia real.

En unos días, su padre acompañado de  todas las asociaciones, actores políticos, abogados y demás, presentaría oficialmente la declaración de independencia de Castilnovo ante todo el condado.

Guillermo había demostrado ser realmente duro de roer. Apenas había hecho caso a las indicaciones médicas y ya se encontraba trabajando. Los demás condes no habían puesto ninguna objeción ante la inminente separación de Castilnovo, después de todo, ¿quién tendría el valor de oponerse después de ver lo que había ocurrido ahí?

-Hey.- Cristi la abrazaba desde atrás.

-Hola.

-¿En qué piensas?

-En que me duele la espalda.

-Es que eres una anciana.- Le dijo Sofi burlándose de ella.

-Chicas, Guillermo nos llama.- Les informó Álvaro.

-Ustedes vayan, yo me quedaré.- Angie se colocó bien los lentes protectores y siguió  en lo suyo.

-¡¿Puedo quedarme?!- Sofi parecía feliz con su escoba. – Tía Angie puede cuidarme.- Observaron a Angie, que estaba tratando de cargar una roca ella sola.

-Creo que deberías quedarte para que tú cuides de ella.- Siendo sinceros, sí.

-Es mejor que vayas a casa con nosotras.- Le dijo Cris. La enana parecía devastada por eso.

-Anda, te dejaré ordenar mi cuarto.

-¡¿Puedo llevar la escoba?!-  ¡¿Qué onda con esa niña?!

******** **********

-Le he pedido a Sebastián que dirija los servicios funerarios.- Su papá presentaba aún las señales de los golpes que había recibido, además de que no se había afeitado en varios días, cosa que lo hacía ver mayor. El conde se levantó de su silla y empezó a caminar por el despacho. Decía que eso le ayudaba con el dolor en el cuerpo.

-Estamos organizando todo para mañana en la tarde, en la catedral.- El cura revisaba una lista de nombres.-  Están en la gloria del Señor ahora.

-Y, ¿los otros? – Preguntó.

-Apenas acaben las diligencias forenses serán  entregados a Carlota. Es su familiar más cercano.

-¿Y Valeria y su madre?

-Ellas no han querido saber nada de Tomás.

Toc-toc.

Sofía y Álvaro entraron al despacho. Habían salido a recibir a los abogados.

-Buenas tardes a todos.- Dijo el más viejo,  haciendo una exagerada reverencia.- Don Guillermo, han sido días de incansable trabajo para todos en el buffet, pero ya tenemos los fundamentos legales para constituir el nuevo gobierno, incluyendo en él una fuerte participación ciudadana, tal y como usted lo pidió.

-Bueno, será mejor que me retire.- Sebastián se puso de pie.

-Te acompañamos. – Por nada del mundo se quedaría a escuchar cosas aburridas.

-Cristina, un momento.- Guillermo llamó a su chica.- Quédate a la reunión. Es importante tu presencia también.

-¿Es necesario?- La azabache miró suplicante a su padre.

-Me temo que sí.

-Te espero arriba.- Le dijo animándola con una sonrisa.

-En ese caso seremos solo tú y yo.- Sebastián la esperaba en la puerta. Le rodeó los hombros, abrazándola con afecto.- Hablemos de tu madre.

********  ***********

********CRIS*********

-Estos días nos hemos concentrado únicamente en su encargo, señor.- Empezó su monólogo en abogado viejo.- Tenemos todos los documentos ya. Jaime…- El otro abogado se puso a buscar frenéticamente en su portafolio.

-Sí… señor… don Guillermo.- El abogado de peinado imperturbable se acercó a su padre con varias carpetas en la mano.- Le presento al Gran Ducado de Castilnovo.

-¿Gran Ducado?- Su padre acercó las hojas a su rostro.

-Efectivamente. Castilnovo es lo suficientemente grande y fuerte para ser un Gran Ducado. Además que como forma de organización política, la figura de Gran Ducado nos da más estabilidad en cuanto a los tres poderes que conformarán dicho gobierno. Usted y su descendencia serán titulares del poder ejecutivo, ostentando el título hereditario de Gran Duque o Duquesa.- Los hombres la miraron.

-¿Y los demás poderes…?

-El legislativo estará compuesto de 21 diputados, elegidos mediante voto directo y popular, quienes estarán asesorados en todo momento por tres ciudadanos de sus respectivos distritos, quienes vigilarán que las legislaciones sean por el bien común.  Mientras tanto los jueces y Ministros serán propuestos por usted y serán los diputados y sus asesores civiles quienes los aprueben o no en sus cargos. Por otro lado tenemos el primer borrador de la nueva Constitución. Estamos en espera de que pueda usted revisarla.

-Me parece estupendo.- Su papá leía con entusiasmo los documentos.- Después de  la firma del acta de Independencia, tendré una reunión con los alcaldes para revisarla juntos, organizar las primeras elecciones y constituir los poderes lo más pronto posible. Álvaro, encárgate de las negociaciones políticas. Cristina, Sofía, necesito que esta familia se ponga a trabajar ya. Ahora más que nunca es nuestra responsabilidad levantar este condado… ducado.

-Bueno, tomando la iniciativa me he contactado con las principales naciones y todas han manifestado su respaldo a nuestra independencia. En cuanto tengamos fecha de la coronación, enviaré las invitaciones a sus jefes de estado.- Dijo Álvaro, visiblemente satisfecho por su trabajo.

-Padre, no tienes de qué preocuparte. Castilnovo siempre ha estado en la vanguardia en servicios para sus ciudadanos.

-Por cierto señor… los títulos para usted y su familia cambiarán. Serán a partir de la firma, la Familia Ducal, sus hijos serán príncipes y a su vez la vizcondesa Cristina se convertirá en Gran Duquesa Heredera.

Se quedó ahí escuchando todo el sustento legal que se había armado. Sus padres y Álvaro revisaban documentos, cuentas bancarias, hacían llamadas. Ella solo estaba imaginando qué nuevos retos tendría con su nuevo título. Pensó en su centro comunitario, al que había hecho a un lado entre tanto enredo. Era hora de retomar eso, junto a todos los demás proyectos que tenía con Alejandra.

-¿Podríamos revisar los detalles luego? Quisiera hablar un momento con mi hija.- Oyó que pedía su papá. Se quedó esperando que todos salieran. Despacio, Guillermo nuevamente tomó asiento detrás de su escritorio.

-¿Qué pasa?- Su papá tardó unos segundos en responder. Eso la hizo sentir nerviosa.

-Todo Castilnovo sabe del beso entre Alejandra y tú.

-Papá… lo siento.- Estaba apenada.- Estoy dispuesta a hacer pública nuestra relación. Sé que será un caos mediático pero podremos manejarlo.

- Lo cierto es que ahora Castilnovo será una nación y tú serás su próxima Jefa de Estado… no sé si sea buena idea admitir que tienen una relación.

-¿Por qué no?- Guillermo suspiró.

-Sabes que también es responsabilidad de todo heredero dejar descendencia…- Se puso de pie.

-No tendremos esta discusión ahora.- Su padre la imitó, levantándose de su silla.

-Eres una chica inteligente. Estoy seguro que muchas veces has pensado esto, ¿me equivoco?- Se quedó callada.- Las dos son mis hijas. Las amo a las dos. Pero no somos una familia común.

-No me importa lo que digan las personas.

- ¿No? Pues debería importarte como su próxima líder.

-Pero esto es mi vida privada… ¡Dijiste que nos apoyabas!

-¡Y lo hago! Pero dime, ¿Qué pasará después? ¿Cómo le darás un heredero legítimo al ducado?

-¡Me casaré con ella!

- ¿Alejandra te ha hablado de matrimonio?

-No exactamente… ¡Ni siquiera tengo veinte!

-Sabes que una unión civil no le daría a tus hijos ningún derecho sobre el trono. Tradicionalmente es necesaria la unión ante la iglesia…

-¡¿Y qué quieres que diga?! ¡¿Que nos besamos por error?! ¡¿Qué sigo en la espera de un hombre para comprometerme?!

-¡Tampoco es fácil para mi! ¡Tengo que pensar en mi familia y en el futuro de mi ducado!

-¡Alejandra y yo podemos ser el futuro de este lugar!- Su padre respiró varias veces para calmarse.

-Solo piénsalo, ¿sí?

******* ********

Cepillaba con cuidado a Corsario, mirando como el enorme caballo parecía dócil  ante sus caricias.

-Eres como ella.- Susurró.

Debería estar feliz. Al fin todo había acabado. Ahora solo era cuestión de trabajar duro para poner las cosas a funcionar de nuevo. El trabajo duro no le asustaba. Lo que realmente le asustaba era perder a Alejandra. Creyó que cuando llegara el momento de decidir estarían muchos años en el futuro. Creyó tener más tiempo para dejar el terreno listo para ellas.

-Sabía que estarías aquí.- Su madre la miraba desde la puerta del pesebre de Corsario.- Tu padre me informó lo que habían platicado, ¿estás bien?

-No.- Sofía tomó otro cepillo y le ayudó con lo que hacía.

-Sabes que hay cosas que no podemos tener.

-¿Porqué? ¿Por qué no puedo cumplir con mis responsabilidades y estar con ella? Si esta es una nueva nación, ¿por qué no mostrar que hemos avanzado en todos los aspectos? ¿Por qué no me dan más tiempo?- La voz se le quebró.

- Tendrás más tiempo.- Sofía la abrazó.- Solo ten presente que al final de todo tal vez las cosas no salgan como quieres.

-No lo digas.- Suplicó.

******** *********

*********ALE********

-También te falta ahí.- Señaló el desorden que tenía en su mesa de trabajo.

-Cuando sea grande, voy a estudiar música.- dijo Sofi mientras terminaba de limpiar con cuidado su piano.

-He escuchado que eres buena en tus clases, ¿no?

-¡Soy fantástica!- Afirmó la pequeña sin alguna modestia.

-¿En serio estás explotando a la enana?- Cristina las observaba desde la puerta.

-Ale dijo que me pagaría 20 dólares.

-¡¿Yo qué?!

-Eso me parece perfecto.- Cris  hizo una mueca burlona y se cruzó de brazos esperando.

-Escuincla abusiva.- Masculló mientras buscaba dinero en su cartera.

-¡Gracias!- La enana tomó el dinero y salió de ahí, feliz.

-Nunca podrás vencerla.- Rio la azabache, acercándose a ella.

-Y apenas tiene ocho años. No quiero pensar en lo que hará cuando sea adolescente.

-Acabará contigo.

-Espero que papá no la deje salir con algún chamaco mocoso.

-Papá no debería meterse en la vida romántica de nadie, ni en la de sus hijos.- Notó cierto rencor en las palabras de su novia.

-¿Te dijo algo?

-No, nada.

-¿Nada? ¡Nos besamos en público!

-Está más ocupado con otras cosas.

-Pues quien sabe. A ver si uno de estos días no me llama para flagelarme.

-Ya no hablemos de eso. Cuéntame otra cosa.- Pensó.

- Mi tío dice que después de todo esto, podría ir por mi madre.

-Me parece perfecto, ya es hora de que esté donde debe.

-¿Me acompañarías?

-Claro.

-¡Genial! Te enseñaré algo.- Buscó rápidamente en su celular.

-¿Es algo grotesco?

-No.

-¿Segura? ¡Siempre me enseñas cochinadas!

-Es algo inocente. Mira.- Le puso la pantalla frente a sus ojos.- Cada año se celebra la noche de las máscaras. ¡Podríamos ir! Estaría genial tomarnos un par de días para estar en mi departamento. ¡Y traeríamos a mi mamá! ¿Qué dices?

Cristina la miró unos segundos. Se quedó inmóvil esperando. ¿Qué le pasaba a su chica? No pudo reaccionar. En una fracción de segundos, la azabache estaba besándola desesperadamente.

********* ************

***********CRiS********

No quería pensar en nada. Solo quería concentrarse en lo que estaba sucediendo en esa habitación.

Sentía la piel suave de la castaña. Sus manos tibias acariciaban su cuerpo, mientras se movía sobre ella.

Estaba agitada. Sudando. No se pudo contener más. Abrazó con fuerza a su novia, presionándose contra ella, dejando  que el orgasmo la invadiera. Sintió como Alejandra se tensaba y ocultaba el rostro  en su cuello, bufando. La respiración acelerada de su castaña le hacía cosquillas en la oreja derecha.

Se quedaron en silencio varios segundos. Ella aún disfrutaba de la sensación en su entrepierna. Acarició  con ternura el cabello de Alejandra. Sentía que habían pasado siglos desde la última vez que hicieron el amor. Estar con Ale era lo mejor de la vida… Empezó a reír.

-¿Qué?- Alejandra tenía la cara roja por tantos besos.

-Te amo.

********  **********

-¿Vas a decirme qué pasa?- Ale la miraba ceñuda mientras se sujetaba las agujetas.

-¿De qué?- Ella se ponía algo de maquillaje para poder bajar a cenar.

-¡Pues no sé! Empezaste a reír sin parar. ¿Te presioné algún botón de encendido?

-Es solo que me di cuenta de que contigo lo tengo todo.

-¿Apenas te diste cuenta? Y todos los meses de relación que tenemos, ¿qué?- Su chica le dio un piquito.

-No refunfuñes. ¡Y sécate bien el cabello! Se darán cuenta que nos acabamos de bañar.

-Pues… nos acabamos de bañar juntas.

-Pero es mejor que papá no sepa.- Dah.

-¿Que no sepa? ¡¿Y el escándalo de hace rato?!

-¡Tú parecías estrella porno!

-Cristi…- Su chica la miró con malicia.- ¿sabes cómo hacen las estrellas porno?- sintió que su cara le ardía.

-Cállate.- Salió rápido de la habitación.

-No respondiste a mi pregunta.

-Se nos hace tarde para cenar.

-Yo creyendo que eras inocente.

-Lo soy. Solo hice un poco de trabajo de investigación.

********** **********

-¡Seré una princesa!- La cena había terminado y todos caminaban fuera del comedor. Sofi estaba fascinada con las noticias.- ¡Ale tú también!

-Puaaajjj.- Vio la cara de fuchi de su castaña.

-Papá, ¿podría hablar contigo en privado?- Era ahora o nunca.

-¿Te quedó alguna duda  de lo que les informé a todos?

-No. Pero antes de que los abogados continúen con los procedimientos legales, me gustaría comentarte algo.- Guillermo se detuvo un momento y le dirigió una mirada fugaz a Alejandra.

-Claro.- Dijo al fin. Lo siguió hasta el despacho. Respiró hondo antes de atravesar la puerta.- ¿Quieres café?

-No, así estoy bien.

-Entonces… ¿Qué sucede?- Su papá se quedó de pie, apoyado en el escritorio. Parecía que no pensaba estar ahí mucho tiempo.

-Es por lo que platicamos hace rato.

-Sobre eso… tal vez tienes razón, me estoy adelantando a las cosas. Podemos preocuparnos por eso luego. Ir un paso a la vez.

-Eso no me gusta. Que uses la frase “podemos preocuparnos”.- Hizo comillas con las manos. – Mi relación con Alejandra no debe ser motivo de preocupación. Debería ser tomada con normalidad, como se tomaría una relación tradicional.  Castilnovo debería dar ese paso.

-Como su padre, eso me gustaría mucho. Pero no se trata solo de Castilnovo, se trata del mundo. Tú serás la cabeza del nuevo gobierno y lo que más necesitamos es estabilidad social y política, dentro y fuera de nuestro territorio.

-Entonces…- Agachó la cabeza y  parpadeó varias veces para espantar las lágrimas.- habrá que hacer un cambio en la línea de sucesión.

Su padre se irguió, con los ojos muy abiertos.

 

 

Notas finales:

Besos cachondos para todes jajajaja

 

!Travesura realizada!


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