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De Aristocracia y Otras Estupideces. (New Version) por Menz

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Notas del capitulo:

!Hola!

 

Aquí les traigo otro capítulo de esta historia

¡Accio cap 32!

 

 

 

Cap XXXII

¡Pues no mi ciela!

 

******CRIS******

-¿De qué estás hablando?- Su padre le dirigía una mirada amenazadora. Pero no le importó.

-No estoy dispuesta a terminar mi relación con Alejandra, ni ahora ni en el futuro. Así que es mejor que no sea parte de la línea de sucesión. Renuncio.- Dijo sin titubeos. Guillermo rio con nerviosismo antes de adoptar una expresión seria.

-No permitiré eso.- Su padre de verdad estaba perturbado.

-Con todo respeto, papá… es mi decisión.

-¿Esto es un chantaje?- Su papa caminó por el despacho.- ¿Es un berrinche? ¡¿Una broma?!

-No.- Apretó la mandíbula, lista para lo que sea.

-¡Pues no! ¡No! ¡Y no! ¡No permitiré que hagas esto! ¡NADIE DE ESTA FAMILIA HA RENUNCIADO Y TÚ NO SERÁS LA PRIMERA!

-No puedes obligarme.

-¡¿Qué dijiste?!- Guillermo caminó hasta ella.- ¡ES TÚ RESPONSABILIDAD SEÑORITA! ¡NO PUEDES DECIRME QUE RENUNCIAS SOLO PORQUE LAS COSAS NO SON COMO QUIERES!

-¡¿Y QUÉ QUIERES QUE HAGA?! ¡¿QUE HAGA A UN LADO LO QUE MAS AMO?! ¡TODA LA VIDA ME EXIGISTE MÁS QUE A CUALQUIERA! ¡ERA UNA NIÑA Y TÚ ME PEDÍAS ACTUAR COMO UNA ADULTA! ¡ME PEDÍAS HACER MÁS QUE CUALQUIERA! ¡SABER MÁS QUE CUALQUIERA! ¡NUNCA ME QUEJÉ! ¡NUNCA ME NEGUÉ A TRABAJAR POR CASTILNOVO!

-¡TE DI TODO! ¡TUVISTE TODO LO QUE QUERÍAS!

-¡A COSTA DE MI VIDA! ¡SIEMPRE TE OBEDECÍ Y ME SENTÍ ORGULLOSA DE SER TU HIJA! ¡PERO AHORA NO CEDERÉ! ¡AHORA ELIJO YO! ¡Y ELIJO A ALEJANDRA!

-¡¿Qué pasa?!- Su madre había entrado.- ¡Sus gritos se oyen hasta el otro condado!

-¡Pasa que nuestra hija es una insolente!- Se quejó Guillermo. Su madre la miró en busca de una explicación.

-Le dije que renuncio como su heredera.

-¡¿Qué?!- Miró hacia la puerta. Ahí estaban Alejandra, Angie y Memo.

-Por favor, ¡salgan! Esto es entre Cristina y nosotros.

-Espera, espera, espera…- Ale se acercó.- ¿Qué pasa?- Le susurró.

-Si ella se queda, nosotros también.- Dijo Memo sentándose en una de las sillas.

-Luego te cuento.- Dijo tratando de que solo su castaña la escuchara. Estaba haciendo un gran esfuerzo por no llorar.

-¿Qué le hiciste?- Alejandra encaró a su padre.

-¡¿Qué le hice?! ¡Salgan de aquí!

-¡Dime que le hiciste!- Sujetó a Alejandra pues aprecia que se arrojaría contra quien sea.

-¡Ten cuidado con tus modos!

-¿Por qué no nos calmamos todos?- Sofía trataba de controlar a Guillermo.

-No sé por qué todos están aquí, ¡fuera!

- No me iré hasta que me digas qué ocurre, papá.

-¡¿Papá?!- Angie y Memo reaccionaron igual.

-¿No escuchaste? ¡Ella renunció!- Soltó su padre, furioso.

-¡Ella no renunciaría por nada!

-¡Lo hizo por ti!- Todos se  quedaron quietos un momento. La castaña giró para mirarla de frente.

-¿Qué está pasando?- No pudo contestar nada. Corrió hasta la puerta. No quería llorar frente a todos.

-¡Cristi, espera!

-¿Por qué Alejandra te dijo “papá”?- Escuchó que cuestionaba su hermanito

 

******* ******

******ALE******

-¡Cristi!- Golpeaba con insistencia la puerta de la habitación de la chica.- Por favor, abre.- Intentó forzar la perilla pero tenía el seguro puesto.- ¡Cristi, Cristi, Cristi!

La puerta se abrió.

La azabache estaba de pie frente a ella, con rastro de lágrimas en sus mejillas.  Entró a la alcoba y esperó a que Cristina hablara.

-Tuve que hacerlo.- Susurró la chica, cabizbaja.

-¿Porqué? ¿Qué pasó?

-Papá está preocupado por el futuro. Sabe que si tú y yo continuamos la relación… si no tengo hijos… o si los tengo, ellos no tendrían derecho a heredar ningún título.

-¿Y eso qué?

- Para que una monarquía hereditaria funcione, debe tener herederos. Para que mis hijos tengan derechos, deben ser legítimos ante el Estado y ante la iglesia. A papá le preocupa qué pasará cuando llegue el momento de dejar descendencia.

-Pero nunca había puesto ninguna objeción.

-Ahora todo el mundo sabe de nosotras, además que ahora todo es más complicado.

-Entiendo.- Dijo mientras cruzaba los brazos y se rascaba la barbilla. – Pero no tienen que pelear. No tienes que renunciar.

-Alejandra, no estoy lista para terminar contigo. Tal vez nunca lo esté.  Y no quiero hacerlo.

-Tú eres genial. No tengo la suficiente inteligencia para pensar o imaginar lo que será de esta tierra con todo lo que planeas hacer en ella.- Su novia sonrió algo apenada por los halagos. – Pero tampoco estoy dispuesta a terminar contigo.

-Te amo.- La azabache pegó la frente a la suya.

-También te amo. ¿Ya estás más tranquila?

-Si. Es solo que no sé qué hacer.

- Pues… ¿en serio renunciarías?

-Sin dudarlo.

- No te mentiré, mi ego se infla un poco. Pero mi conciencia me hace sentir mal. No es justo. Para nadie. Menos para ti. Intentemos encontrar una solución. Ven.- Tomó la mano de su novia y la condujo nuevamente hasta el despacho.

Cuando entraron, todos seguían ahí. Memo y Angie la miraban sin parpadear, como si examinaran cada centímetro de su rostro.

-¡Pero claro!- Su tía la abrazó.- ¡Mira nada más esa pinta!- La mujer le pellizcó las mejillas.- Tony era apuesto, pero Guillermo lo es más.

-Les hemos contado quien eres.- Le aclaró Sofía. Su padre estaba de espaldas, mirando un mueble de madera donde había muchas fotos de sus abuelos.

-¡Y tú!- Angie se paró frente a Cristina.-  ¡Claro que eres mi sobrina!- Casi pudo escuchar los huesos de Cris crujiendo cuando la mujer la abrazó.- Nada ha cambiado en esta familia.

-Eh…- Memo se había acercado a ella.- esto es raro.

-¡Abrázalo!- Angie la empujó hacia el chico.  Pero fue Memo quien lo hizo primero.

-Me alegra saber que somos hermanos.- Le dijo el chico.

-¡Vamos a abrazarnos todos!- Sintió a Angie y a Cristina rodearlos.- ¡Guillermo! ¡Ven aquí!- Su papá los observaba ceñudo.

-Queremos encontrar una solución.- Dijo firme mirando los ojos de su papá. Se apartó del abrazo grupal y caminó hacia él.- Esto no tiene que ser una ruptura familiar.

-Yo solo quiero lo mejor para ustedes, pero tengo que pensar en el futuro del Ducado.

-Creo que como familia podemos encontrar una solución.- Intervino Sofía.- Pero debemos hablar con calma.

-Estoy de acuerdo.- Dijo la azabache acercándose también y extendiendo la mano hacia su padre. Guillermo la estrechó y esbozó una sonrisa.

-Entonces tomen asiento. Memo… Angie… ¿qué hacen?- Los dos ya se habían sentado.

-Dijeron que lo solucionaríamos como una familia.- Dijo Memo sin la mínima intención de salir de ahí. Su papá iba a decir algo pero solo negó con la cabeza y tomó su lugar detrás de su escritorio.

-Bien.- Sofía empezó a hablar.- Como sabemos, la tarea encomendada a esta familia ahora toma dimensiones  insólitas. Por lo tanto, es normal la preocupación de Guillermo sobre el futuro del Ducado.

- Sé que ustedes se aman y sé que no es agradable lo que estoy pidiendo que consideren.- Su padre parecía más tranquilo.- Pero lo que quiero es que Castilnovo no se tambalee por ninguna crisis política debido a su relación… o al futuro que tengan pensado para ustedes.

-Yo creo que se están adelantando a las cosas. Ni siquiera hemos terminado la universidad. Das las cosas por hecho pero, ¿viste todo lo que pasó en solo un par de meses? ¿Cómo sabes lo que vendrá en diez o veinte años?

-Precisamente mi trabajo es pensar a futuro. Es prever lo que podría pasar ahora o cuando yo falte. Nunca he dudado de la capacidad de Cristina para hacer lo que debe. Pero ahora…

-Ahora necesitas asegurar su descendencia, ¿no?- Se metió Angie.- ¿De eso se trata esto? Entonces, ¿por qué no simplemente se cambia la ley?

-¿Eso se puede?- Quiso saber ella.

- Tradicionalmente, la coronación la hace un miembro de la iglesia.

-Sí, sí, por todo eso de que Dios elige a los gobernantes.- Dijo su tía dando manotazos al aire.- Guillermo, estamos en una nueva era. La gente sabe que no Dios nos elige, sabe que no somos omnipotentes. La edad media acabó hace 500 años.

-Por eso dije tradicionalmente.

-Castilnovo es una nueva nación, apenas está naciendo.- Tomó la palabra ella.- ¿Por qué no ir más allá? Que cambiemos unas cosas no quiere decir que no creamos en Dios, ¿no?

-Yo digo que si Cristina y Alejandra tienen hijos, deberían tener derecho a gobernar.- Se metió Memo.

-Si queremos ser justos, ¿quién dice que debe gobernar el primogénito?- Lanzó Cris.- ¿Por qué no tienen los mismos derechos Memo o Sofi?

-Porque debe haber un orden.- Explicó su padre.- La línea sucesoria debe ser clara o todo sería un caos. Nuestra familia es unida, pero ¿se imaginan que futuras generaciones no lo sean? ¿Saben las batallas que se librarían si no hay claridad en la ley? Precisamente porque es una nueva nación, debemos dejar los cimientos sólidos. El heredero debe ser el primogénito.

-Entonces le correspondería a Alejandra.- Dijo la azabache sonriendo.

-Zafo.

-¿Es necesario que se nombre al heredero ahora?- Se metió Sofía.- Tu temor es que la gente rechace la relación de las chicas, pero ni siquiera sabemos lo que opinan. ¿Y si les da lo mismo? Podríamos dejar el nombramiento para después.  Podría establecerse en la ley, que el título de Heredero se otorgará cuando el sucesor cumpla los 21 años.

-¡Exacto! Así se tendrá más tiempo para dejar todo en orden.- Angie empezó a hacer cálculos mentales. Guillermo se mantuvo en silencio, observándolas.- ¡Vamos hermano! No seas tan rígido con todo. No seas como nuestro padre.

-Estoy de acuerdo en que la ley debe ser clara, pero también debemos mantenernos como un estado laico, independientemente de las creencias religiosas de esta familia.- Dijo Memo, haciendo que todos lo miraran.- He estado leyendo.

-¿Qué propones?- Lo animó su madre.

-Está bien esperar a que Cristina tenga 21 para hacer oficial su título. Mientras tanto, me parecería justo que si se casa con Alejandra, su matrimonio tenga todas las obligaciones y derechos de cualquier otro matrimonio tradicional. De otra manera sería discriminación y creo que este ducado ha tenido ya suficiente discriminación en todos sus siglos de historia.

-Bien.- Su padre sonreía de una forma algo extraña.- Lo pensaré, ¿de acuerdo? Ahora necesito caminar un poco.

********  *********

-Estoy muy orgullosa de ti.- Le  decía Sofía a su hermanito.

-También yo. ¿Quieres que te regale un auto?- Ofreció su tía.

-Nada de autos por ahora.- Se apresuró a responder Sofía. Memo se desinfló un poco.

-¿Crees que esté bien?- Cristina miraba hacia la puerta principal. Hacía varios minutos que todos habían salido del despacho y su padre se había dirigido al jardín.

-Pues, no tiene por qué estar mal, ¿no?

- ¡Mamá! ¡Mira lo que hice!- La enana llegó corriendo, enseñándoles un pequeño pan.

-¿Tu hiciste eso?- Angie se lo quitó y le dio un pequeño mordisco. Abrió mucho lo ojos.- ¿Tienes más?

-¡Sí! ¡Mi nana  y yo hicimos muchos para después de cenar!

-Creo que iré a saludar a doña Cuqui.- Dijo ella caminando a la cocina.

******** ***********

********CRIS*******

Hacía mucho tiempo que no  tomaba una ducha larga. Se sentía deliciosa la sensación del agua fresca en su cuerpo. Respiró hondo intentando no pensar ni presionarse más. Esperaría a escuchar la decisión de su papá y si había que pelear por algo, lo haría. Eso era lo que sí tenía muy claro. Ya no permitiría que los demás le dijeran como vivir su vida. Si eso le traía conflictos con sus nuevas responsabilidades, pues pobres.

Escuchó que alguien entró a su habitación y no fue difícil saber quién era. A través de la puerta pudo escuchar la canción “Te quiero” (Elefantes ft. Love of Lesbian y Sidonie). La voz de Alejandra retumbó por todas partes. Ella sonreía mientras se envolvía en una toalla, lista para salir.

-Eres el centro de mi corazón. Te quiero, te quiero, como la tierra al sol…- Cantaba la castaña, moviéndose al ritmo de la música.

-Que bien bailas.- Halagó a su chica.

-Lo  sé.- Ale movía las caderas como si fuera Elvis.

-Aunque algo me dice que tus pasos no van muy bien con la canción.

-Yo le pongo ritmo a la vida.- Su novia saltó a la cama.

-¡Quítate los zapatos!

-¡¿Nos casamos?!- Se quedó inmóvil tratando de procesar lo que había escuchado. Alejandra se paró frente a ella.- Estoy harta de que todos opinen y planeen nuestro futuro. No quiero que ellos nos digan cuando o cómo hacer las cosas. Yo te amo y aunque no sé exactamente cómo haremos para llevar esta relación y tus nuevas responsabilidades, no pienso dejarte ni huir. Sé que será difícil y tendremos que ser muy pacientes, pero…– La castaña se arrodilló y empezó a buscar en su celular, cambiando canciones.- No sé cuál elegir…

-¿Por qué no solo lo dices?

-Espera… tiene que ser romántico.- Ya no duele, porque al fin ya te encontré. Hoy te miró y siento mil cosas a la vez… (8) Alejandra sacó un anillo de su bolsillo.- Cristi, ¿te casas conmigo?

-¡Sí!- Se arrojó sobre su novia, buscando sus labios.- ¡Sí, sí, sí!

********** *********

*********ALE********

-¿Y dónde está?- Cris buscaba en el suelo. No. No veía el anillo. Por estar concentradas en los besos, lo habían perdido.

-No debe  estar lejos…- metió la mano bajo la cama, tanteando.- ¡Aquí está!- Lo frotó un poco contra su ropa, puliendo el diamante.

-Es hermoso.- Se lo colocó con cuidado. Le quedaba perfecto.

-Era de mi madre.

-Lo cuidaré muchísimo. 

-Mejor  cuida bien a su retoño.

Toc toc

-¿Quién es?

-Disculpe, señorita. El joven Sergio está buscando a la señorita Alejandra, ¿se encuentra ahí con usted?

-¡Voy!

-¿Ahora que quiere?- Cris frunció el ceño.

-¿Aún no lo perdonas?

-Tiene que hacer más para que lo perdone por completo.

-Destruyó el régimen de su propio padre, ¿qué más quieres que haga el pobre tipo? Iré a ver que quiere.

-Te veo en un momento.- Su chica le sonrió de esa forma tan dulce en la que solía hacerlo. Estaba feliz viendo ese anillo en su dedo.

¿Dónde estaba Sergio? Bajo rápido hasta el recibidor, pero no había nadie. Escuchó voces fuera del palacio.

-Dijo que estaría en el jardín.- Decía Sofía. Ahí estaba Sergio también y algunos guardias de seguridad.

-Pero luego salió con una motocicleta. Fausto lo siguió. ¿Quiere que pregunte dónde están?- Ofreció uno de los Men in Black.

-Si, por favor.

-¿Qué pasa?- Todos parecían ansiosos.

-El Fiscal apareció.

-¡¿Qué?! ¿Dónde?

-Lo tiene Dominique Abad.- Respondió Sergio.- Dice que lo entregará a cambio de clemencia. Dijo que Tomás había ordenado matar a Francisco, pero ella lo mantuvo con vida, prisionero.

-¿Y le crees?- El chico se encogió de hombros.

-Creo que Guillermo debería hablar con ella. Y dijo… ella pidió que vayas a verla.

-¿Para qué?

-No tengo idea.

-Señora, don Guillermo está en la playa. Fausto informa que en un momento volverán a casa.

- Supongo que quería alejarse y pensar un poco.- Dijo Sofía aliviada.- Tendremos que esperarlo. Entren, me gustaría hablar con ustedes.

-¿Podemos pedir algo de comer?- Le susurró Sergio.- Es que muero de hambre.

-Claro. Bernardo… - El mayordomo tenía su típica expresión solemne.- ¿Podrías pedirle a doña Cuqui que nos envíe algo de comer al despacho?

-Enseguida.- Pudo ver el sonrojo del pingüino, caminando hacia la cocina.

-¿Quieren algo de beber?- Ofreció yendo hacia las botellas de alcohol de su padre.

-Whisky.- Pidió su madrastra.

-Igual.- Los dos ya se habían sentado.

-Sergio, estos días no hemos tenido la oportunidad de hablar contigo.- Empezó la mujer.- Toda la familia está agradecida por lo que hiciste.

-No tiene nada que agradecer. Sinceramente… necesitaba hacerlo. Tenía que enmendar las cosas.

-Ten.- Les entregó sus vasos y se sentó también.

-Guillermo y yo estuvimos platicando y queremos preguntarte, ¿qué es lo que quieres hacer ahora?  Tomás ha muerto, ya no hay ninguna amenaza sobre ti.

-Aún tengo que cumplir mi sentencia por lo que hice en Cáliz.

-No es necesario. Eres libre.

-En ese caso…- El chico tomó un sorbo de su whisky.- quiero cumplir mi sentencia y retomar mis estudios.

-Entiendo.- Sofía sonrió.

-Buscaré un lugar propio.- Informó el chico.

-Puedes quedarte aquí.

-Gracias, pero quiero valerme por mi mismo.

-Imaginé que dirías eso.- Se levantó y buscó entre los cajones  de su padre.- Firma esto.

-¿Qué es?-El chico abrió la carpeta.- Pero…

-Eres muy bueno con todo eso de la tecnología y  como sabes ahora seremos una nación. Por lo tanto  necesitamos nuestro propio sistema de comunicaciones.

-Sí, claro pero esto es…-  Sergio pasaba las hojas.- ¿Este sería mi sueldo?

-Sí, ¿te parece bien?

-¡No, no! O sea, esto es… ¿trabajaré con Cindy?- Leía.

-Sí. Ella y su equipo se mudarán para acá.

-Es tarea de la familia levantar un ducado totalmente independiente. Tenemos el dinero para hacerlo, nos hacen falta las personas. Cristina y Alejandra están a cargo de encontrar gente para algunos puestos, sobre todo en cuanto a áreas de nuevas tecnologías.

-Entonces, ¿aceptas?

-¡Claro! ¡Tengo montones de ideas! Le llamaré a Cindy… con ella discutiré estas cosas, ¿no?

-Si. Te daré una lista de las personas que pensamos podrían aportar mucho.- Buscó en la lap de su padre.- También te pasaré el plan de trabajo que ella me envió. Y toma.- Le arrojó unas llaves.

-¿De qué es?

-Supongo que no querrás regresar a casa de tus abuelos. Son las llaves de un departamento en la ciudad.

****** ********

-De verdad muchas gracias. No los defraudaré.- Estaban saliendo ya del despacho. Cristina se había unido a la charla minutos atrás.

-Eso espero.- La azabache le extendió la mano a Sergio. El chico la estrechó.

-Te acompaño a la puerta.- Ofreció ella.

-Me apretó muy fuerte.- Dijo bajito Sergio mientras se sobaba la mano.

-Te odiará unas semanas más y luego se le pasará.

- Y… ¿habrá alguna reunión con el equipo?

-Claro. Estudia bien el plan, platícalo con Cindy. Mi tío quiere una reunión con los encargados de los departamentos la siguiente semana. Ven preparado.

-Seremos el país mejor conectado del mundo.

El rugido de una motocicleta los hizo mirar hacia la entrada de la propiedad. Guillermo había regresado. Se veía bastante rudo así.

-Hola.- Saludó su padre.

-Hola.

-Le he informado a Sergio sobre sus nuevas responsabilidades.

-Eso es perfecto. Estoy seguro de que lo harás muy bien.

-Muchas gracias, Guillermo. Tu familia y tú me dieron una nueva oportunidad. No la merecía, pero lo hicieron.

-No es nada.- Su padre bajó de la moto y se quitó el casco.

-También vine porque Dominique está en la Fiscalía, dice que quiere negociar contigo su libertad.

-¿Libertad? La enviaré al paredón.

-Verás…- ¿Cómo le decía?-  quiere que la perdones a cambio de liberar a Francisco.

-¡¿Qué?!

*********  **********

Estaban en la Fiscalía. Caminaba deprisa junto a su padre, que daba enormes zancadas hasta el cuarto de interrogatorios donde tenían a la mujer. A pesar de las objeciones de todos, su padre había ordenado que se mantuvieran en el palacio. Milagrosamente había accedido a que ella fuera. Todo por saber lo que la francesa quería decirle.

-¿Qué ha dicho?- Preguntó su papá nada más encontrarse con los investigadores.

--No ha querido revelar la ubicación del Fiscal, pero asegura que está con vida.

-¿Y su guarida?

-La hemos revisado por completo, no hay señales de Francisco.

-Quiero entrar.- Dijo, sorprendiendo a todos. Guillermo la miró un momento, como poniendo en una balanza los pros y contras de permitir eso. Al final asintió.

-Señores, quiero que todos salgan de aquí y no quiero que se grabe la conversación  con Alejandra.- Los hombres se apresuraron a desconectar todo antes de salir.

- ¿Por qué hiciste eso?

-Precaución. Te estaré observando desde aquí.

Respiró hondo varias veces antes de entrar a la habitación. En ella solo había una mesa y dos sillas, una frente a la otra. Del lado derecho estaba el típico espejo de doble vista, detrás del cual estaba segura que su padre analizaría cada palabra que se dijera.

-¡Ahí estás! Creí que no vendrías.

-¿Por qué no hacerlo?- Se sentó frente a la mujer. Dominique tenía las manos sobre la mesa, con esposas en las muñecas, bien asegurada a la parte de abajo del mueble.- Me dijeron que quería decirme algo.

-Sin rodeos…- La mujer sonrió encantada.- Quería verte de cerca otra vez. Hace muchos años que no tenía enfrente los ojos de un San Román.

-Sé del romance que tuvo con mi padre.

-Sí… bueno. Fue más que un romance.- Dominique frunció el ceño.- Al final no terminamos muy bien.

-Porque quiso engañarlo con un embarazo, ¿no?

-El muy cínico. Habíamos tenido una relación por muchos años.

-Una aventura.- Presionó ella.

-Le di los mejores años de mi vida. Yo pude casarme con cualquier hombre de la realeza europea, pero siempre lo preferí a él.

-¿Y yo que tengo que ver?

-Por un breve momento de verdad creí que Antonio era tu padre.

-Él es mi padre.

-No, no, no. Verás, el día de la gala te estuve observando. Sí, admito que tienes cosas de él en ti. Esa rebeldía, tu afán por ir siempre contra el sistema, tu cinismo…  pero él fue muy claro conmigo hace muchos años. Era incapaz de tener hijos.

-O tal vez lo dijo para liberarse de usted, ya que solo buscaba un matrimonio ventajoso.

-¡Me lo merecía!  Viajaba hasta aquí solo para estar con él. Nunca fue capaz de presentarme como su pareja a pesar de que rechacé a muchos hombres dispuestos a hacerme su esposa.

-Le repito, ¿yo que tengo que ver en esto? Antonio murió hace años, si tiene algo que reclamarle, vaya al cementerio. ¡Ah perdón! ¡Está usted arrestada! ¿Por querer vengarse de él quiso secuestrarnos?

-Tomás necesitaba información del condado y sabía que sería imposible obtenerla por las buenas. Yo solo quería un poco de caos, hacer que Guillermo se sintiera en el infierno, tal y como me sentí yo después de que Antonio me echó de su vida. Después de todo, no hubiera sido capaz de mantener la cordura si sabía que sus hijas estaban siendo torturadas.- Observó fijamente a la mujer, conteniendo el impulso que tuvo de mirar hacia el espejo.- Eres más parecida a Guillermo que a Antonio… Ese es el secreto, ¿verdad?

-Aquí no hay ningún secreto. Solo nos interesa saber dónde está Francisco.

-Quiero que me dejen en libertad.

-Ni en un millón de años.

-Entonces no me quedará más remedio. En mi juicio diré frente a todos que tu verdadero padre es Guillermo.- La puerta se abrió.

-¡Guillermo! ¡Habías tardado mucho en entrar!- El hombre se apoyó sobre la mesa y acercó el rostro hacia Dominique.

- Tienes diez segundos para decirme donde está Francisco.

-Tal vez esté muerto. Está atado, sin comida.

-¿Dónde está?- Repitió su padre.

-Firma mi libertad.

-Dime dónde está y ordenaré que te trasladen a una prisión de mínima seguridad. Si no lo haces, veré que te pudras en un agujero lleno de ratas.

- ¡Mi libertad dije!

-¡Debiste pensar eso antes de atentar contra mi familia!- Su padre le dio un puñetazo a la mesa.- ¡¿Dónde está?!- La mujer se quedó callada.- Vete al infierno.- Guillermo caminó a la salida. Ella lo siguió.

-¡Se lo diré a todos! ¡Les diré que Alejandra es tu hija! ¡¿Cómo crees que reaccione la gente?!- La francesa reía a carcajadas. Su papá giró el rostro.

-Puedes decírselo a quien quieras.

Corrió detrás de su papá, pues su respuesta la había tomado por sorpresa. Guillermo estaba parado frente a un enorme mapa. Pensando.

-¿De verdad no te importa que diga eso?

-La gente te tendrá en sus manos si le das importancia a lo que sabe sobre ti. Si le restas importancia, les quitas ese poder. Ahora debemos encontrar a Francisco.

-Puede estar en cualquier sitio.- Ella también se puso a mirar el mapa.

-Si… Castilnovo es grande. Veamos… el ataque fue en Cáliz… La familia de Dominique tenía una propiedad cerca.

-¿Crees que esté por ahí?

-Ella hace mucho que vendió esa casa y no había regresado a Castilnovo desde hace años.

-¿Vino al funeral de Antonio?

-No. Desde que Tony la corrió del palacete, ella se marchó a Francia. Espera…- Su papá deslizó el dedo buscando la ubicación de la propiedad.- eso tendría sentido.

******** *********

-¿Y está bien?- Su padre hablaba por teléfono.- Perfecto.- Colgó.- Lo encontraron, vivo.

-¡Qué maravilla!- Estaban terminando de cenar. Después de regresar de la Fiscalía, Guillermo se había encerrado en su despacho sin decir qué estaba haciendo

-Deberíamos celebrar con un rico postre.- Dijo Angie.

-Eso estaría bien, Pero antes, quisiera hablar con Alejandra y con Cristina. ¿Me acompañan?- Lo pensó un momento, ¡ella quería seguir comiendo!

-Ale… -Su novia la apuraba.

-Guárdame postre.- Le dijo a Sofi.

Caminó detrás de su chica y de su padre. Guillermo salió del palacio, ¿a dónde iba? El jardín estaba bellamente iluminado y el agua de las fuentes hacia un sonido relajante. Caminaron más allá. Iban al lugar favorito de su padre. Cuando los alcanzó, Guillermo estaba de pie frente a la cripta de su abuelo.

-Fue un hombre muy estricto conmigo.- Empezó a hablar.- Aún más de lo que yo he sido contigo.- Dijo mirando a Cristina.

-Nunca has hablado mucho de él.

-Tuvimos una relación algo complicada. Cuando él era el conde, Castilnovo estaba atravesando por cambios muy importantes en cuanto a infraestructura y tecnología.  Es lo que intenté continuar cuando me llegó el turno. En mi juventud, tenía muchos sueños para este lugar, bastantes locos en realidad. Tenía una libreta donde apuntaba todo lo que se me ocurría, claro que era un chiquillo que no tenía ni idea de cómo se manejaba la política ni el gobierno de un sitio como este. Con el paso del tiempo perdí eso. Me volví como mi padre.

-Yo creo que lo has hecho muy bien.- Le concedió Cristina.- Aunque… me sorprendió que buscaras independizar Castilnovo.- Guillermo pensó un poco antes de responder.

-La Corona sabía sobre el ataque en Cáliz. Sabía de los planes de Tomás y lo dejaron continuar. Ustedes pudieron haber muerto ese día. Cuando hable con Fernando, me aseguró que cuando subiera al trono buscaría justicia para lo que pasó. Por eso me mantuve leal hasta el último momento en que él hizo a un lado el honor y aceptó mantener en silencio la porquería que su padre y Tomás habían hecho. Entonces supe que mi querido condado no podía seguir formando parte de un sistema podrido. Me porté como un imbécil con ustedes.

-No digas eso.

-Cuando estuve con tu madre, creí que ella sería mi compañera en este viaje.- Ahora su papá la miró a ella.- Sus ideas liberales me escandalizaban un poco, pero me animaban a querer cambiarlo todo. Ella ya no está pero sí estás tú. Yo… quiero volver a ser ese chiquillo loco y necesito que me ayuden.

-¿Cómo?

- Evolucionemos. Hagamos de Castilnovo un lugar único en la tierra. Las cosas en esta familia cambiarán, ya que también tenemos derecho a tener una vida a pesar de nuestras responsabilidades. Dejaremos de comportarnos como los inalcanzables, ¡nuestro trabajo está ahí, en las ciudades, junto a las demás personas! Por eso necesito que trabajen desde ya en todos los proyectos que se les ocurran para potenciar más el ducado. No quiero que esperen a mi muerte, quiero ver lo que pueden lograr juntas… y quiero que el mundo las vea. Un amor como el de ustedes, que se ha resistido a morir a pesar de todo, merece la pena. Estoy orgulloso de su fortaleza. Por eso he ordenado a los abogados que redacten un nuevo manuscrito de sucesión… si las cosas van bien y me hacen abuelo, esos niños tendrán todos los derechos sobre los títulos de esta familia.

 

 

 

 

Notas finales:

 

Les envío besos cachondos, gracias por leerme.

¡Travesura realizada!


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