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De Aristocracia y Otras Estupideces. (New Version) por Menz

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Notas del capitulo:

¡Accio cap el que sigue!

Capítulo 32

A CASA



********* ********

******CRIS********

 

Estaba de pie en la puerta del gimnasio, observando a su madre hacer algunos movimientos de esgrima. Admiraba la pasión con la que su progenitora había adoptado ese deporte desde su juventud. A pesar de los años, Sofía seguía en forma y se tomaba un par de horas a la semana para practicar. No sabía cómo lograba tener el tiempo. Aunque siempre andaba en compromisos, nunca había dejado a un lado lo que amaba,

 

-¿Quieres acompañarme?- Se sobresaltó al escuchar la voz de su mamá.

 

-Claro.- Se apresuró a ponerse el traje y la careta.- Espero no haber olvidado esto.

 

-Es como andar en bicicleta.

 

-Lo dices porque eres campeona nacional.

 

-Es como contigo y los caballos.- Se quedó en silencio un momento, intentando parar los ataques de su madre.

 

-¿Crees que funcione?- Preguntó al fin. Sofía no respondió de inmediato, pero sabía que entendía perfectamente de lo que estaba hablando.

 

-Sinceramente, no lo sé. Me sorprendió muchísimo la actitud de tu papá. Es la primera vez que se toma esa postura en esta familia… no estoy segura de lo que pasará.

 

-No quiero que arriesgue al ducado.

 

-Creí que estarías feliz por la noticia. Prácticamente el nuevo gobierno ha hecho oficial tu relación con Alejandra… ¿o no van  en serio?

 

-Sí, vamos… muy en serio en realidad.- Intentó no sonrojarse al recordar el bello anillo que su novia le había entregado.

 

-¿Entonces?

 

-No sé. Creo que estoy nerviosa…

 

-Se han pasado los últimos meses defendiendo su relación y ahora no sabes cómo sentirte por la calma de tu padre.

 

-Es que me preocupo demasiado.

 

- ¿Alejandra qué opina?

 

-¿Ella? Seguro está en la cocina platicando con doña Cuqui y comiendo el postre de la cena. Creo que no se ha tomado demasiado tiempo para pensar las cosas.

 

-No puedes renunciar, lo sabes.

 

-La verdad es que… me hacía algo de ilusión apartarme de todo.- Su mamá detuvo sus movimientos y se quedó de pie frente a ella.

 

-Tu vida ha sido extraordinaria. No muchas personas nacen en una familia como esta. No todos tienen el privilegio del poder. Sobre todo, no hay muchas personas que tengan la entereza moral para ostentar ese poder. Te contaré algo: Cuando Guillermo tomó la decisión de casarse conmigo, me sentí aliviada, eso es verdad. Pero también temí por ti. Tú serías su primogénita y sabía que ya no nos pertenecerías del todo. Estarías llamada a un futuro grandioso. Naciste para estar en este sitio. Puedes decir que fue obra del destino, de Dios o del universo… pero tu padre y yo sabemos que debes ser tú.

 

-¿Mi papá de verdad cree eso?- Sentía picor en los ojos.- Alejandra, Memo y Sofi… ellos sí son sus hijos.

 

-¿Aún sigues con eso en tu cabeza?- Su madre le sonrió de manera dulce y le besó la frente.- Si Guillermo pudiera elegir a su sucesor, te elegiría a ti sin dudarlo un segundo, así como hace muchos años eligió ser tu padre.

 

-¿De verdad crees que me elegiría?

 

-Él ha cambiado el mundo por ti, ¿y aún lo dudas?

 

-Es solo que… yo siempre supe que un día yo estaría en frente de todo, pero nunca lo había sentido tan real. Es como si fuera algo ya en mi… y cuando lo hago consciente y entiendo la magnitud de todo, da miedo.

 

-Imagina un gobernante sin miedo… eso sería un desastre. Para gobernar debes conocer perfectamente a tu pueblo y pensar bien tus decisiones, consciente de que ellas afectarán la vida de millones de personas. Debes gobernar con la cabeza, no con el estómago. Y regresando a tu pregunta original…- Su mamá pensó un momento.- haremos que funcione. Porque la otra opción sería que terminaras con Alejandra.

 

-Esa no es una opción.- Dijo totalmente firme.

 

-Entonces esto tiene que funcionar. 

 

****** ******

-Hay opiniones encontradas.- Dijo Luciano enseñándoles unas estadísticas.-Nadie esperaba que usted manifestara satisfacción por la relación.

 

-¿Esperaban que fuera un romance de verano o qué?- Escupió Ale. 

 

-Bueno, hacer oficial la relación de un futuro monarca siempre causa furor. La gente empieza a especular sobre lo que pasará.

 

-Los analistas políticos han visto las modificaciones a la ley, como preparativos para un futuro con Cristina y Alejandra.- Se metió Álvaro.

 

-Eso es lo que son. Estoy asegurando la línea sucesoria.

 

-Creo que ante lo insólito de la situación, es comprensible lo que estamos viendo. No debemos preocuparnos, solo esperar.- Opinó su madre.- ¿Tú que dices?- La mujer miró a Angie.

 

-Hay que recordarle a la gente el enorme aplomo, liderazgo y visión que posee Cristina. Con quien comparta su vida, es lo que menos debería importarles. Y sé muy bien que las amigas de Carlota están lanzando su veneno. Ya las pondré en su lugar cuando me las encuentre.

 

Su padre miraba la pantalla frente a ellos con el entrecejo fruncido. Esos días habían servido para medir la aceptación de su relación con la castaña. No faltaba mucho para la proclamación oficial de Castilnovo como Gran Ducado y la coronación de su papá.

 

-¿Alguna nación ha manifestado algo al respecto?- Preguntó Guillermo frotándose las sienes.

 

-No, pero la noticia es mundial. Hay infinidad de medios sensacionalistas que sacan notas diariamente con relatos o teorías sobre la relación de las chicas. Se están llenando los bolsillos.- Dijo Álvaro con desdén.

 

-¿Y nuestros líderes políticos que opinan?

 

-También se encuentran divididos. Esto es una moneda al aire. Recomiendo que por el momento no sean vistas en público.

 

-¿Quieres que nos escondamos como ratas?- Ale estaba molesta.- ¡Tenemos una relación, no matamos a nadie!

 

-Álvaro, cita aquí a los líderes para dialogar con ellos sobre el tema. Luciano, quiero que muevas la opinión pública a nuestro favor. Y ustedes….- su padre las miró.- es mejor que tengan perfil bajo por un par de semanas.

 

-No creo que esto se les olvide en un par de semanas.- Dijo ella.. Todo eso la incomodaba bastante.- Es como si quisieran que sintiera vergüenza de estar con Alejandra.

 

-Sabíamos que no sería fácil.- Dijo Guillermo con seriedad. 

 

-Te arriesgaste mucho al darnos tu respaldo público.

 

-La política está llena de riesgos. Esto pasará.- No sabía si eso era verdad o su papá solo lo decía para tranquilizarse él mismo.- Creo que será mejor que se vayan del ducado algunos días. Ale, sería buen momento para ir por tu madre.- Guillermo se paró de su sitio para servirse un vaso de agua.

 

-Pero… ¿crees que podamos entrar y salir sin problemas?

 

-Tengo buena relación con el nuevo gobierno interino, no debería haber ningún problema. Haré algunas llamadas para avisar que un avión nuestro entrará a su territorio. Igualmente quiero informarles que me retiraré de los negocios.

 

-¡¿Qué?!- Guillermo sonrió cansadamente.

 

-Un San Román gobernante, jamás podrá estar de nuevo como cabeza de la empresa. sería humanamente imposible responder ante los dos cargos.

 

-¡Pero, ¿qué estás diciendo?!- Se metió Álvaro.- ¡Y no me digas que dejarás a Ricardo como presidente del consejo! ¡Tirará tu trabajo por la borda!

 

-De hecho…- Su papá tomó un sorbo de agua.- pienso nombrarte a ti.

 

-¡¿A mi?!

 

-Ambos sabemos que podrías hacerlo mejor que nadie. Estás plenamente capacitado para guiar a la empresa, la conoces tan bien como yo.

 

-Pero soy tu mano derecha, ¿quien evitará que esos políticos tontos te golpeen?

 

-Tendré que arreglármelas sobre el ring. Te necesito en la empresa, cuidando de ella hasta que uno de mis hijos asuma el mando.

 

-Guillermo, estoy de acuerdo con que Álvaro es la persona ideal para cuidar nuestro patrimonio, pero necesitamos a alguien con su sagacidad política para afrontar lo que viene.- Intervino su madre.- No hay nadie como él para el arte de la diplomacia.

 

-Lo sé. Pero no podemos dejar a la empresa a la deriva.

 

-Entonces déjame ayudarte con mis consejos hasta que encuentres a alguien más para llevar tu agenda política.

 

-Recurriré a ti para lo estrictamente necesario, señor presidente.- Su papá le estrechó la mano a Álvaro.

 

Ella sonrió al ver la expresión del hombre. Si había alguien que merecía la absoluta confianza de la familia, era él.

 

*********  **********

Era tarde ya y no podía dormir. Alejandra estaba hecha bolita junto a ella, durmiendo como si no lo hubiera hecho en semanas. Necesitaba algo fresco, así que decidió bajar a la cocina.

Todo lo que había pasado la inquietaba muchísimo. Tomó algunos hielos y agua y caminó de vuelta a la recámara de la castaña. La luz saliendo bajo la puerta del despacho captó su atención. Cuando asomó la cabeza por la puerta, pudo ver a su padre de espaldas, mirando por las grandes ventanas.

 

-Papá, ¿estás bien?

 

-Si, ¿que haces despierta?

 

-No podía dormir.- Notó entonces las ojeras en la cara de Guillermo.- ¿Desde cuando no puedes tú?

 

-Desde hace algunos días. Esto de organizar todo el nuevo sistema es algo agotador.

 

-Déjame ayudarte.

 

-Ya lo haces. Estuve revisando los avances que hiciste en todo lo que te encargué. Estoy impresionado. Lograste reunir a muchas personas competentes y sus propuestas me parecen maravillosas.

 

-Solo estoy haciendo lo que me enseñaste.- Su papá la observó un momento antes de volver a hablar.

 

-Si no tuvieras que sucederme, ¿qué cosa harías?

 

-Si no tuviera que estar al frente de la empresa ni del ducado… me dedicaría por completo al salto ecuestre.

 

-¿Salto? Creí que dirías que fundarías tu propia empresa o algo así.

 

-Prefiero los deportes, la libertad. Tú, ¿que hubieras elegido?

 

-Cuando estuve a punto de dejar todo esto, iba a ser asistente de bailarina.- Bromeó su padre.- La verdad, nunca pensé en qué hacer. Recuerdo que Antonio me decía que invirtieramos en autos. Él los amaba…Eso fue hace mucho tiempo. Pero tú puedes hacerlo, ¿sabes?

 

-¿Qué?

 

-Saltar. Haz lo que te gusta, quiero que lo hagas.

 

-El otro día creí que lo decías solo para hacernos sentir mejor.

 

-De verdad quiero que esta familia no sea esclava de las responsabilidades. 

 

-En ese caso, ¿qué te gustaría hacer a ti?

 

-Estoy pensando en la navegación.

 

-¿Navegación?- No se imaginaba a su padre en un barco.

 

-Sí, creo que sería divertido pasear por el mar, disfrutar del aire.

 

-Papá, quiero preguntarte algo y quiero que seas sincero. ¿De verdad le darías legitimidad a mi matrimonio con Alejandra?

 

-Bueno… si es el caso, sí.

 

-Te lo pregunto porque quiero que tomes esa posibilidad en serio. Antes de que Alejandra llegara a nuestras vidas, tenías pensado comprometerme antes de cumplir los veinte años. Yo… quiero que sepas que un compromiso con ella es algo probable. Quiero saber si estás dispuesto a darnos tu respaldo en eso también.

 

-Les dije que sí y lo haré. Cuando llegue el momento, tendrán mi apoyo.- ¿Cuando llegue...?

 

-Ese momento llegó, papá.- Guillermo de verdad parecía sorprendido.- Me lo ha pedido y he aceptado. Quiero que tengas conocimiento de ello, para que lo hagas presente en tus negociaciones políticas. Antes estaba dispuesta a aceptar al candidato que tú eligieras para mi… ahora he hecho mi elección.

 

-Estoy feliz por ustedes.- Dijo su padre acercándose a ella.- Lo que les dije fue sincero. Tendrán todo mi apoyo. 



********* *********

*****ALE*****

 

Miraba por la ventanilla del avión, esperando a que Cristina volviera a su lugar. ¡Estaba feliz! Estaban camino a su ciudad natal, listas para pasar unos días de tranquilidad y lo mejor era que al volver a casa llevarían a su madre con ellas.

 

-¡Esto es genial!.- La azabache había vuelto. Llevaba dos vasos con limonada.- ¡Todo va viento en popa!

 

-Mejor no invoques la mala suerte.

 

-¿Mala suerte?

 

-Sí, a veces siento que todo irá bien y luego todo se va a la mierda en unos segundos. Es como una mala broma. Como si nuestras vidas estuvieran en manos de una escritora sádica y culera.

 

-No seas boba. Yo se que esto no es una mala broma. Haremos que las cosas funcionen para todos.

 

-Por cierto, Álvaro me envió mensajes.

 

-¿A ti? ¿No sabe que nunca los abres?

 

-Supongo que no se ha dado cuenta. Ese hombre nunca descansa.

 

-Y ahora menos. Pero es algo bueno, nadie lo haría mejor que él. Y… ¿te has fijado que cuando Angie no está, tampoco él?

 

-¿De qué hablas?

 

-¡Piensa! El otro día, tía salió de casa y papá andaba buscando a Álvaro por todas partes.

 

-¿Cuando?

 

-El día de la reunión con los nuevos directores y jefes de departamento.

 

-¡Pero tía si estaba! ¿No?

 

-Llegó después de que le marqué. Pero no atendió mis primeras llamadas.

 

-¿Crees que estén haciendo chaca chaca?

 

-¿Que?- Cris la miró raro.

 

-¿Que si crees que estén dándole duro contra el muro?

 

-¡Alejandra!- Su novia puso cara de asco.- ¿Podrías ser un poco más elegante?

 

-El sexo no es elegante.

 

-Tía es una dama.

 

-¿Y eso qué? No me vayas a decir que crees que tía nunca ha tenido sexo… amor, tú lo has tenido y eres mucho menor que ella.

 

-¿Podemos hablar de otra cosa? No quiero pensar en la vida sexual de Angie.

 

-¿Y si mejor hablamos de nuestra vida sexual?- Acercó los labios a la oreja de su chica.

 

-Ale… tranquila.- Cris se estremeció.

 

-Faltan un par de horas para llegar, ¿qué te parece si nos encerramos en la habitación?

 

-¡Eres una coqueta!

 

-Di que sí, ¿que te cuesta?- La azabache empezó a reír.

 

-Mejor después, ya que estemos en tu casa.

 

-¿Por qué no ahora?

 

-Estoy un poco nerviosa.- Admitió la chica, sonrojada.

 

-Nerviosa, ¿por qué?

 

-Bueno… vamos a tu casa… a conocer a tu otra familia, eso da nervios.

 

-¡Amor pero si ya tienes trato con ellos!  ¡Mimí te manda más besos que a mi!

 

-¿Recuerdas cómo te sentías tú el día en que llegaste al palacio? Es diferente conocerlos en persona, estar ahí frente a ellos.

 

-Serás la gobernante de cinco millones de personas… ¿te ponen nerviosa dos ancianos?

 

-Son tus abuelos… claro que me ponen nerviosa.

 

-¿Qué te parece si te relajas?- Tomó la mano de su novia y la guió hasta la habitación.

 

-No quiero hacerlo ahora.- Repitió Cristina.

 

-No lo haremos. Solo quiero que te sientas bien.- La azabache se tumbó en la cama y ella se puso a revisar el menú del televisor, buscando algo.- ¿Quieres alcohol?

 

-No quiero llegar ebria a la comida. Además, te dije que no volveríamos a beber después de aquel incidente, ¿recuerdas?

 

-Eso hará entristecer a Lalo.

 

-¿Porqué?

 

-¡Es la noche de las máscaras! ¡Es la fiesta más grande de mi ciudad!

 

-Sí y ahora pasarás esa fiesta con tu prometida, ¿qué más quieres?- Sonrió al mirar a su novia, que parecía muy cómoda en el colchón.

 

-Sobre eso… - Se acercó a su chica.- No te había visto el anillo hasta ahora.- Observó la joya en el dedo de Cris.

 

-Solo quiero ser discreta. Hace apenas unos días, el ducado esperaba verme con un hombre. Ahora saben que estoy enamorada de una chica que también es mi prima. No quiero que seamos el desayuno de la prensa.

 

-¿Crees que se pueda más?  Diario aparecemos en las noticias…

 

-Y así será siempre, amor. ¿Lo soportaras?

 

-Por ti soportaría las llamas del infierno,

 

-¿Soportarías hacer a un lado tu carrera en la música?- No se esperaba esa pregunta. Se quedó callada, pues realmente no sabía qué responder.- ¿No habías pensado en eso?

 

-La verdad no. Con todo lo que pasó ni siquiera he respondido la oferta de Juilliard.

 

-Deberías hacerlo… Yo sí he pensado en lo que será de tu vida junto a mi. No estoy dispuesta a verte sacrificando tus sueños. Quiero que vivas todo eso que traes en esa cabeza loca.

 

-Pero eso ya no es posible, ¿o sí?

 

-Todo es posible. Ya escuchaste a papá. Incluso nosotros tenemos derecho a tener una vida aparte de nuestras responsabilidades.

 

-Es raro que él diga algo así.

 

-He notado que se comporta diferente cuando recuerda a tu madre. Es como si regresara a ser el tipo que fue junto a ella. 

 

-Nunca los vi juntos… a mis padres. Por eso quiero una familia contigo. Quiero eso que nunca tuve de pequeña.

 

-La tendremos.- Su chica se acercó a besarla.

 

-Entonces, ¿te parece bien si me voy a Juilliard?

 

-Me parece estupendo. Yo también ya sé lo que haré aparte de ser una diosa.- Bromeó la chica.

 

********* **********

 

-¡Odio esa escena!- En la pantalla estaban Harry y Voldemort lanzando sus hechizos finales.

 

-¿Porqué? Harry lo vence.

 

-Pero, ¿porqué papelitos? ¡Odio ver morir a Voldemort convertido en papelitos! ¿Su cuerpo era como de una piñata o qué?

 

-¿Y cómo querías que muriera?

 

-¡Como en los libros! ¡Derrotado con un expelliarmus! ¡En el Gran Comedor! ¡Con su cadáver tirado frente a todos, humillado como un simple mortal!- Su chica parecía no entender.- ¿No leiste los libros?

 

-Solo llegué al Cáliz de Fuego.

 

-¡¿Qué?! ¿Me estás diciendo que esta relación está basada en mentiras?

 

-No tenía mucho tiempo libre.- Cris empezó a reír.

 

-¡Deshonrada tú! ¡Deshonrada tu vaca!

 

-No exageres.

 

-Llegando a casa leerás los libros que faltan y quiero un ensayo de cada uno. 

 

Toc toc.

 

-¡Adelante!- Una azafata abrió la puerta.

 

-Señoritas, estamos a pocos minutos de aterrizar. Será mejor que regresen a sus lugares.

 

-¡Pero no ha terminado la película!

 

-Podemos verla en la televisión de los asientos. Ya vamos, gracias.

 

Y ahí estaba, sentada de nuevo junto a la ventanilla, con lágrimas en los ojos escuchando esa musiquita tan familiar, viendo a Harry, Hermione y Ron en King´s Cross, sonriendo.

 

-Es la mejor saga del mundo.

 

Las llantas del tren de aterrizaje tocaron tierra. El avión avanzaba con cuidado por la pista, buscando el hangar correspondiente para detenerse.

Se apresuró a tomar su maleta y la de Cristina. Por primera vez, su novia no se había excedido en su equipaje. Se sentía orgullosa.

 

-¿Te ayudo con eso?

 

-No amor, yo puedo.- Atravesó la correa de su maleta en su pecho y arrastró la de Cris por la pista hasta el interior del pequeño aeropuerto. Amaba la libertad de ser solo Alejandra García. Esos días no tendría que lidiar con escoltas ni periodistas.

 

-¿Rentaremos un auto?

 

-No.- Se detuvieron en la entrada principal. Silbó.- ¡Taxi!- Un carro amarillo y azul se detuvo. El chofer abrió el maletero y acomodó sus cosas mientras ellas subían.

 

-Buenas tardes señoritas, ¿A dónde les llevo?

 

-A Pedregales, calle 53.

 

-¿Ahí vivías?- Preguntó Cristi mientras observaba a su alrededor con curiosidad.

 

-No. Vamos directo a casa de Lalo. Muero de hambre.

 

-Ya…- Su novia estaba entretenida viendo las calles y apreciando la ciudad. Era verdad que no era muy grande pero era linda. La arquitectura era elegante.

 

-¿Vivías lejos de casa de Lalo?

 

-No. A unas cuantas calles. Mira, en ese parque solíamos jugar.- Le enseñó un bonito y amplio parque con muchos juegos infantiles y árboles. El taxi dobló a la derecha, avanzó dos esquinas y se detuvo enfrente de una casa.

Como hacía siempre, no se detuvo a tocar el timbre, solamente abrió la pequeña reja y entraron a la propiedad. A unos metros de ella se escuchaba el alboroto. La puerta se abrió.

 

-¡Alejandra!

 

******** ******** 

********CRIS*****

Una mujer mayor, de unos 70 años salió de la casa y caminó lo más rápido que podía. Abrazó con ternura a Ale. Su novia correspondió con afecto.

 

-Mira nada más. ¡Que bien te ves!- La anciana le pellizcó las mejillas a su novia.

 

-No tan bien como tú, Mimí.

 

-Bah, yo sigo siendo una abuelita sexy. ¡Oh, pero que chica tan linda!- La mujer la observaba. Ella le sonrió.- ¡En verdad eres muy hermosa, Cristina!- Ahora fue a ella a la que abrazó Mimí.

 

-Mucho gusto.- Estaba algo apenada.

 

-Pasen, pasen. Deben estar cansadas por el viaje.- Siguieron a la mujer al interior de la casa. Se veía linda, limpia y acogedora. Tenía un aire hogareño que le inspiró confianza.- ¿Gustan algo de beber?

 

-Yo quiero agua.- Pidió Ale.- ¿Y tú, amor?

 

-Agua también, gracias.- Se sentó en el sofá de la sala mientras su castaña iba a la cocina para ayudar a Mimí. Escuchó unos pasos fuertes, como si alguien bajara del segundo piso.

 

-¿Ya llegaron?- Preguntó una voz masculina. Vio a un chico trigueño con cara de atolondrado llegar corriendo hasta donde se encontraba ella. Se quedó callado mirándola.

 

-Hola, Lalo.- Saludó.

 

-¡Cristina!- El chico la abrazó.- -¡¿Por qué?!- Exclamó con algo de frustración.- ¡¿Por qué Ale siempre conquista a la más linda?!

 

-¡Cállate idiota!- Su novia había regresado de la cocina, con dos vasos de agua.

 

-¡Enferma!- Lalo se tiró sobre Ale. Hubo mucho escándalo cuando ellos y los vasos cayeron al suelo.- ¡Por fin estás aquí!- Empezó a reír al ver a ese par dándose manotazos en el suelo.

 

-¡Tarado, quítate! ¡Me aplastas!

 

-¡Niños, ya! ¡Eduardo, Alejandra, compórtense!- Un hombre mayor los observaba ceñudo desde la puerta de entrada. Intentó detener su risa al ver la seriedad del recién llegado.

 

-¡Abuelo, Ale llegó!- Exclamó Lalo parándose de un salto y jalando a su novia del cuello de la camisa para que también se pusiera de pie.

 

-¡Me ahorcas!- La castaña empujó al chico.- ¡Y tiraste el agua! ¡Ve por un trapeador!

 

-¡Sí, sí!- Lalo corrió y desapareció de su vista.

 

-Alejandra, que gusto tenerte con nosotros.- El abuelo de Lalo abrazó a su novia.

 

-También me da gusto verte. ¿Qué traes ahí?- Ale intentó quitarle al hombre la bolsa que traía en una mano.

 

-¡Quieta! Es para después de comer.- Le enseñó un enorme bote de helado.

 

-¡Yo quiero!

 

-Después. Ahora preséntame.- El hombre la veía.

 

-Vic, ella es Cristina, mi novia, mi vida, mi todo.- Ale la miraba con esa expresión de boba enamorada que solía poner con ella.

 

-Un placer conocerte en persona. Todo eso de las computadoras nunca se comparará con la satisfacción de abrazar a alguien.- El anciano la abrazó paternalmente.

 

-El placer es mío.

 

-¡La comida está lista!- Escucharon la voz de Mimí.

 

-¡Ya vamos!- Respondió Víctor.- Vengan chicas, a comer.- El hombre se adelantó feliz, llevándose el helado.

 

-¡Sí, a comer!- Lalo había regresado con cosas para limpiar el desastre que había provocado.

 

-Nada de a comer. Primero arregla esto.- Exigió Ale.

 

-¡Solo vienes a darme órdenes!

 

-¡Si! ¿Y?

 

-No, nada.- Lalo empezó a limpiar.

 

-Vamos, amor. A comer.- La castaña estiró la mano buscando la suya. Se la tomó y dejó que Ale la guiará hasta la mesa.

 

******** ******** 

 -¿Quieres ensalada?

-Si, por favor.- Su castaña le llenó medio plato.- Gracias.

-Mimí, yo quiero ese pedazo.- Lalo se había sentado ya frente a ella y señalaba un trozo de carne.

-No, ese es de Ale.- El chico miró ceñudo a su abuela y le sacó la lengua a Alejandra.

-¿Quién sigue siendo la consentida?- Preguntó burlona la chica.

-Cállate.

Una vez que todos tuvieron su plato lleno de carne asada, frijoles y ensalada, empezaron a comer. La comida era diferente a lo que estaba acostumbrada. Observaba a todos romper las tortillas y envolver un trocito de carne con ellas. Giró a ver lo que Ale hacía y sonrió cuando sus miradas se cruzaron. Imitó lo que hacía su castaña y ¡que rico estaba eso!

-Cuéntanos Cristina, - habló Mimí.- ¿como va la escuela?

-Va bien, aunque quisiera que fuera mejor.

-¿Qué carrera estudias?-Victor la observaba.

-Comercio internacional y estoy pensando en tomar una maestría en gestión pública… El problema es que casi no tengo tiempo para la escuela.

-A mi me parece una excelente carrera. No te preocupes por el tiempo. Por lo que entiendo, tienes ya bastante experiencia en todo eso de la gobernanza, ¿no?

-Si, mi papá se ha encargado de prepararme bien.

-Nos sorprendió muchísimo saber de la separación de Castilnovo, pero me siento tranquila al ver que están todos bien.- Dijo Mimí con una mano sobre el corazón.

-Nunca había visto a mi abue tan preocupada.- Recordó Lalo.- Yo les decía que ya no vieran las noticias pero no se separaban del televisor.

-¿Y qué esperabas? No teníamos noticias de Alejandra y su familia, no sabíamos si estaba viva.- El anciano miró un poco feo a la castaña.

-Perdón por no avisarles. La verdad no tenía cabeza para nada. Solo pensaba en cómo salir de esa situación.

-Y ahora ¿cómo quedaron las cosas?- Los ojos del hombre se clavaron en ella.- ¿Tú sigues siendo la heredera? ¿O es Alejandra?

-Soy yo.- Dijo con algo de temor.

--Genial.- Aprobó Vic.- Ya me estaba preocupando eso de que te reconocieran.- le dijo a Ale mientras comía como si nada.- No, no, no. Tu lugar está en la música.

-Por cierto, ¿Cómo vas con eso?- Preguntó Mimí interesada. 

-Excelente. En mi nueva universidad los maestros son muy competentes y…

-¿Y?- Preguntaron los tres anfitriones a la vez.

-Bueno…

-Alejandra cursará el siguiente semestre en Juilliard.- Anunció ella con orgullo.

-¡Bravo!

-¡Lalo, trae una botella de vino!- Mientras Lalo iba por la botella, Vic fue a la cocina y volvió con unas copas. - Pues nosotros también tenemos noticias….- El viejo empezó a servir el líquido en las copas.- Hemos estado platicando mucho con tu tío Sebastián y decidimos mudarnos a Castilnovo.

-¡¿Qué?!- Nunca había visto tan feliz a su castaña, quien corrió a abrazar a Mimí.- ¿Cuando?

-Apenas termine la carrera.- Se metió Lalo.- ¿Creías que seguirías viviendo feliz sin mi?

-¡Esto es genial! ¡No se te ocurra reprobar curso!

-¿Qué insinuas?- Se ofendió el chico.

-¡No empiecen otra vez!- Los reprendió Victor.

El resto de la tarde fue de maravilla. Brindaron por las buenas noticias y comieron helado. Ella se sentía más relajada. Esa familia la hacía sentir en casa y Mimí no dejaba de contarle historias de la infancia de Alejandra. La anciana irradiaba felicidad recordando aquello.

******** ******** 

*****ALE*******

-Y por favor, nada de hacer destrozos. Han cambiado al comandante Rivero, ya no tengo influencias para sacarlos de la cárcel.- Víctor puso la misma cara agresiva que ponía cuando era general activo.

-Supongo que mañana querrás enseñarle la ciudad a Cristina.- Mimí se metió para que dejaran de reprenderlos.

-Así es. Mañana trataremos de divertirnos antes de ir por mi madre y regresar a casa.

-Después de ir al cementerio, tendré listo un rico desayuno. No quiero que se vayan sin volver a comer todos juntos, como familia.- La mujer le pellizcó los cachetes.

-Yo te veré mañana.- Lalo la abrazó.- Eh… Ale… ¿Podrías invitar a Katty?

-¿Por qué no la invitas tú?- Preguntó con una sonrisa burlona.

-El chiste es que vaya. Si sabe que estaré ahí, no querrá ir.

-Cierto, te odia demasiado. 

-¿Segura que no quieres que las llevemos?

-Segura. Estos días queremos ser unas simples mortales. Caminaremos.

Ya que se pusieron todos de acuerdo sobre lo que harían los siguientes días. Cristina y ella salieron a la calle, rumbo a su departamento. Su chica caminaba junto a ella, en silencio.

-¿Qué pasa?- Le preguntó a su azabache.

-No sé… es que… conoceré tu casa.

-¿Y eso es malo o qué?

-No. Se siente muy bien saber de tu vida. Quiero disfrutar esto. Esta ciudad es muy bonita.- Cristina observaba las calles. Un grupo de skaters pasaron junto a ellas.

-Van a las rampas. Hay muchas por toda la ciudad. Aquí es común hacer todo al aire libre. Hay espacios para acampar, cocinar, jugar, incluso hay teatros y galerías de arte abiertos. Creo que por eso mi madre eligió vivir aquí. Hay mucha libertad.

-Eso va mucho con la personalidad de ambas.- Habían llegado a una avenida con varios edificios enfrente.

-Ahí vivía.- Señaló uno de ellos.

-Es el que compró papá, ¿no? ¿Qué planeas hacer con él?

-No tengo idea.- Las puertas se abrieron automáticamente y caminaron al elevador.

-Se siente bien ser una persona común.- Cris de verdad estaba relajada.

- Podemos escaparnos cada vez que quieras.- Llegaron al cuarto piso.- ¡Rayos!

-¿Qué pasa?

-¡Olvidé las llaves!

-¡¿Qué?!

-¡Bah, es broma!- Las sacó del bolsillo de su mochila. La cerradura sonó cuando hizo girar la llave. Empujó la puerta.

-Adelante.

Cristina fue la primera en entrar. El departamento estaba algo oscuro pues las cortinas impedían el paso de la luz del atardecer. Cerró la puerta detrás de ella y dejó las maletas a un lado. 

La azabache fue hasta un extremo de la sala y corrió las cortinas. La luz entró y Cristi brincó de emoción cuando abrió las puertecillas que daban a un pequeño balcón. Se coló por la abertura. El cabello de Cristi era movido por la brisa. Caminó hasta ella y se situó a su espalda, poniendo las manos en el metal que formaba parte del balcón y aprisionando así a su novia.

- Esto es hermoso.

-Lo es.- Sabía que Cris se refería a la vista de la ciudad. Las calles y casonas se extendían ante ellas. Pero Ale solo podía perderse en la belleza de tener a su novia ahí con ella. Sonreía sintiendo el cabello de su azabache haciéndole cosquillas en el rostro. Abrazó la cintura de Cris y dejó dos besos en su mejilla.- Mi mamá llenaba este balcón con flores, por eso el departamento siempre olía muy bien.

-Que lindo. Enséñame todo.- Jaló a Cristina hacia el interior.

-Aprendí a tocar con este piano.- Rosó la cubierta del instrumento. Era pequeño, perfecto para ese rincón del lugar.- Me sentaba aquí a escuchar a mi mamá todas las tardes.- Se sentaron en el taburete.- Un día me preguntó si quería aprender. Mis pies ni siquiera llegaban al suelo, quedaban colgando. Mi primera lección fue

-“Martinillo”.- Se adelantó Cristi.

-Así es.-Miró a su chica colocar sus dedos sobre las teclas y presionarlas.

-Dime más.

-Cada tarde practicaba sin descanso todo lo que mi mamá me enseñaba. Un día me dijo que me pondría algo más difícil. Sacó unas partituras y empezó a enseñarme solfeo. A ella le gustaba la música, la danza y la pintura. Pero obviamente la danza era lo que más amaba. 

-Eso es muy bonito. Ven.- Siguió a su chica, que observaba sonriendo los muebles de la sala. Se acercó a una repisa donde había varias fotografías.- ¿Qué es esto?- Cristi reía a carcajadas.

-Ahm… Lalo y yo. Teníamos 6 años y salimos en una pastorela… Él era una vaca y yo una oveja. ¡Deja de reírte!

-¡No… pue...do!- Su novia tenía un ataque de risa.- ¡Son tan… graciosos!

-¡Ya para!- Le quitó la fotografía a Cristi y la colocó de nuevo en la repisa.

-¡¿Quién está ahí?!- Escuchó una voz detrás de la puerta.- ¡No pueden entrar, es propiedad privada!- Se acercó a la puerta y la abrió.- ¡Llamaré a…! ¡Ale!- Katty la abrazó.- ¡wow! ¿Qué haces aquí?

-Pues… el lugar es mío, ¿no?- Le tomó el pelo a su amiga.

-No seas tonta.- Katty se separó de ella.- No sabía que estabas en la ciudad.

-Llegamos hace algunas horas. 

- Hola, soy Cristina, la novia de Alejandra.- La azabache se acercó.

-¡Ah! Hola, me llamo Katty. Mucho gusto. ¿Es la chica por la que no huiste?- Le preguntó su amiga.

-Sí, es ella.

-Es muy linda.

-Katty, mañana  iremos a la noche de máscaras. ¿Irás?

-¡Claro! Quedé con unos amigos.

-Perfecto, podemos ir todos juntos, ¿no?

-¡Sí! ¿Sabías que este año habrá más show? ¡Los de la compañía de tu madre darán varios espectáculos! 

-¿En serio? No he hablado con ellos desde el funeral.

-Seguro les encantará verte. Bueno, ya tengo que irme, ahora tengo que dar clase de natación. Nos vemos.- Katty le dio unas palmaditas en el hombro y salió apresurada.

-¿Es la chica que le gusta a Lalo?- Le preguntó Cris mientras ella cerraba la puerta.

-Si, 

-¿Y por qué lo odia?

-Verás, Lalo no se distingue por ser un caballero. Y se porta peor cuando está nervioso. Siempre dice cosas inapropiadas. Te darás cuenta mañana.

-Seguro se enojará cuando vea a Lalo.

-Por eso no hay que decirle.- Repartió besitos en el cuello y mejilla de su chica.

-Ale...- Caminaba a ciegas, llevando a Cristi hasta su habitación.- Amor…- Buscó a tientas la perilla y la hizo girar.- Quieta…- Pero ella empujó a Cristina sobre la cama y se subió sobre ella. Cristi empezó a reír.

- ¿Qué pasa?

-Vaya, si que llenaste las paredes.

-Si…- Observó su alrededor.-  es algo que no puedo hacer en el palacio. Papá me ahorcaría.

-No exageres. Papá casi nunca entra a tu cuarto. Empiezo a odiar a Emma Watson… ¡está por todas partes!- Si, habían muchos posters de ella.

-Es mi novia, es lógico que tenga muchas fotografías suyas.

-¿También Jennifer Lawrence es tu novia?- Cris señaló un par de imágenes de Jenn.

-También. Me comparten.- El rostro de la azabache estaba rojo.

-Te voy a enseñar lo que es compartir.- Cristi se le fue encima y empezó a hacerle cosquillas.

-¡No! ¡Cristi! ¡Aaah! ¡Amor! ¡Para! ¡Me rindo!

-¡¿Por qué no le dices a tus novias que vengan a salvarte?!- Más cosquillas.

-¡Tú eres mi única novia! ¡Solo tú!

-¡Repite eso!- ¡Se haría pipí!

-¡Tú eres mi novia!- Cris se detuvo. Respiraba profundamente tratando de reponerse de las cosquillas.

-Bien dicho, bicho.- Cristina montó su pelvis. Le dio un piquito y se abrazó a ella.

-¿Qué te ha parecido la ciudad?- Ya respiraba mejor.

-Es muy linda. Tiene varios edificios históricos, ¿cierto?

-Sí. Sobre todo en la calzada. Es una avenida llena de historia.

-¿Y a qué hora iremos?- Cris la miraba a los ojos. Notaba un brillo hermoso en ellos.

- Lalo viene a las 4pm. Iremos hasta ahí caminando. Así podremos enseñarte varios sitios turísticos. Quiero que estos días no pensemos en nada más que en divertirnos.

-Trato hecho.

 

Notas finales:

Les comparto el blog en el que estoy escribiendo.

 

https://historiadeunmatrimoniobienygay.com/ Es un proyecto en el que mi mujer
y yo hemos estado trabajando. Es para demostrar que estar BIEN
y tener una relación SANA es posible. Ya me cagan las personas tóxicas.

Besos cachondos y

¡Travesura realizada!


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