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De Aristocracia y Otras Estupideces. (New Version) por Menz

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Notas del capitulo:

Muchas gracias por leer la segunda versión de esta historia. Este será el capítulo final, ya que es momento de que más historias lleguen.

 

¡Accio cap final!

*****CRIS*****

 

Estaba algo cansada después de todo lo que había hecho aquel día. Desde temprano había estado ocupada y en ese momento se encontraba reunida con sus padres, representantes de la Cámara y los funcionarios del Gran Ducado. Los temas a tratar eran la fecha de su investidura como Heredera, los requisitos y protocolos a seguir y su relación con Alejandra.

Lo primero ya estaba acordado, ya todos sabían lo que se haría y solo faltaba ajustar un par de detalles de logística y organización para el evento.

Pero lo último…

 

- Creo que lo que su Alteza debe entender es que no somos sus enemigos.-Empezó a decir un funcionario.-Nuestra labor es ayudar a la Familia Ducal en su relación con el pueblo. Es más bien que estamos preocupados por la reacción de la gente.

 

- Hemos visto ya algunas reacciones, -dijo  ella.- ¿lo recuerdan? Las personas vitorearon a Alejandra en el balcón.

 

- Con todo respeto para los presentes, me gustaría hacer la siguiente observación.-Dijo el presidente de la Cámara.-Aquí hay diversas situaciones que debemos considerar. La titularidad del gobierno yace en el Gran Duque por mandato legislativo, no por mandato divino. Es por eso que don Guillermo juró ante la Constitución, frente a los representantes del pueblo. Estamos todos de acuerdo que estamos en un estado laico, ¿es así? Ese es un punto favorable ante esto. Siguiendo con esa línea, en meses pasados se han legislado una serie de modificaciones para que el sucesor legítimo sea el descendiente directo más cercano al Gran Duque o Duquesa, en su caso. Dicho Heredero debe tener un linaje reconocido únicamente ante la ley, es decir que no será necesario que un sucesor sea producto de un matrimonio religioso, sino solamente civil. 

 

- Pero aquí ya está hablando usted de matrimonio.-Intervino un funcionario.- La princesa aún no está en edad para un matrimonio, ni siquiera para un compromiso.-Intercambió miradas con sus padres.

 

- Caballeros, señoras...-se hizo escuchar.- para poder llegar a un buen resultado debo ser totalmente honesta con ustedes. Sí existe un compromiso.

 

- ¿Cómo?-Los presentes se movieron inquietos en sus lugares. 

 

- Quiero informarles que en algunos años haré el anuncio oficial y en algún momento del futuro, Alejandra se sentará a mi lado así como mi madre se sienta ahora junto a mi padre.

 

- Pero… Señor.-El funcionario miró a Guillermo.

 

- Respaldo la decisión de mi hija. Creo que en esta nación no hay lugar para la discriminación, mucho menos en el Palacio de Gobierno. La princesa es libre de casarse con quien ella elija y es mi deseo que los que ahora están sentados con nosotros apoyen esta decisión. Sé que trabajando juntos lograremos que Castilnovo acepte el compromiso.

 

- Tendremos que hacer encuestas previas… muchos arreglos previos.

 

- Hay tiempo.-Retomó la palabra.- En un par de semanas Alejandra se irá a NY y solo volverá hasta concluir su semestre ahí, justo un par de días antes de mi investidura. Además, nuestra intención es anunciar el compromiso hasta varios años más adelante.

 

- Legalmente tendríamos que modificar un par de leyes más para asegurar el tema de la sucesión de su descendencia, si la hubiera claro… cosa que será muy obvia para los perspicaces. Tal vez tenga usted que hablar ante ellos.

 

- No me asusta hacerlo.

 

- Yo todavía tengo mis dudas sobre la opinión pública.-Habló otro funcionario.

 

- Esto me resulta indignante.-Se metió su madre. Sofía se puso de pie antes de volver a hablar.- ¿Ya se les olvidó? Mi familia y yo éramos rehenes de Tomás. No sabía si mis pequeños estaban bien, no sabía si nos dejarían salir vivos de ahí o qué tan graves eran las heridas de Guillermo. Pero, ¿saben cuál era mi único consuelo? Saber que Alejandra seguía libre. Tenía la seguridad de que iría por nosotros... y lo hizo de forma espectacular, quiero decirles. La cara de Tomás de Aragón cuando escuchó su voz es algo que no olvido. Y estoy segura que los Castilnovenses tampoco han olvidado esa noche.

 

- Sin Alejandra no estaríamos aquí, señores.-Remató ella.- Ni nosotros, ni ustedes y mucho menos el ducado. Seguiríamos atados a un rey que solo nos quería para mantener su trono y que nos despreciaba tanto que nos utilizó como cloaca para sus porquerías. Si aún así hay resistencia de algunos grupos, trabajaremos duro para erradicarla. Pero tengan algo claro: mi noviazgo y mi compromiso están fuera de discusión.

 

****** *******

******ALE*****

 

- Entonces Soco le dijo: “si no vas a consumir mejor vete''. ¡El pobre hombre no se había dado cuenta de que ella lo había escuchado todo!-Sebastián soltó una carcajada.

 

- Ya estaba harta de verlo sentado aquí todos los días, solo haciéndose el menso.-Aclaró la mujer.

 

- ¿Y tú qué hiciste?-Le preguntó a su tío.

 

- Reirme.

 

- A Sebastián le encanta verme regañando gente.-Doña Soco parecía muy orgullosa de aquello.

 

- Es que te sale muy bien, estoy pensando en dejar que tu des los sermones los domingos.

 

- ¿Para que te quedes haciendo tus crucigramas? ¡Ni hablar! Tú a tú trabajo y yo al mio. Por cierto, ¿van a consumir?-La anciana les tomó el pelo.

 

- Llevo casi 30 años comiendo aquí, no vas a correrme por ocuparte una mesa, ¿verdad?

 

- Solo porque Alejandrita me cae muy bien.-Doña Soco le hizo un guiño.

 

- Cristina no debe tardar en llegar…

 

- ¡¿Vendrá la niña Cristina?! ¡Y yo con estas fachas! ¡Tato! ¡Tato!-La mujer llamó a gritos a su ayudante, quien asomó la cabeza.-Prepara algo delicioso, algo con mucha clase… eh, ¿qué tenemos?

 

- Tacos, tortas… ¡lo de siempre, doña!

 

- ¡Sebastián, ¿porqué no me dijiste que vendría la princesa?!

 

- No pasa nada, Soco. Prepara una pizza de esas tan ricas que haces.

 

- ¡¿Pizza?! ¡¿Cómo voy a darle pizza a la niña?!

 

- Ella ama la pizza.-Se apresuró a decir ella para evitar que a la mujer le diera un infarto o que matara al pobre Tato.

 

- ¿En serio?

 

- Se lo juro por el extinto planeta Vegeta.

 

- ¿Por el qué?

 

- Una de sus locuras.-Intervino el cura.- Cristina es una chica sencilla. Estará encantada de comer lo que sea que tengas.

 

- ¡Tato, enciende el horno!-Doña Soco corrió hacia el interior del local.

 

- Tío, creí que le habías dicho.

 

- Es más divertido así.

 

- Eres muy malo.-Dijo riendo mientras todos corrían para hacer la pizza.

 

- Soco y yo somos dos viejos que se entretienen con estas cosas. Estamos en un pueblo tranquilo, sin estas anécdotas la vida sería muy monótona.

 

- ¡Tato, la masa!

 

- Pero puede pasarle algo.

 

- Esa mujer nos sepultará a todos. Mírala, tiene como 200 años y sigue dando lata.

 

En ese momento una luces llamaron su atención. Al otro extremo del centro, una camioneta negra avanzaba por la calle. Las personas que estaban sentadas en las banquitas del parque y los niños que jugaban en los columpios se apresuraron a seguir al vehículo.

 

Ella se puso de pie y caminó hacia el límite de la terraza de la plazuela, donde al fin se detuvo la camioneta. Abrió la puerta y se topó con esa mirada gris que tanto amaba.

 

- Hola, mi amor.- Acercó sus labios al rostro de Cristina, quien no dudó en plantarle un beso en la boca.

 

- ¿Llegué tarde?

 

- Justo a tiempo.

 

- ¡Princesa!-La gente había llegado hasta ellas.

 

Cristina se dedicó a abrazar a los niños y a saludar a los mayores. Hacía mucho tiempo que no acudía al pueblo, donde antes era común verla con su familia los domingos. Después de varios minutos de charla, con cortesía se despidieron de todos y caminaron hasta la mesa donde Sebastián las esperaba tomando un enorme vaso de té frío.

 

Doña Soco no tardó en llegar para atender las solicitudes de la azabache. La mujer estaba encantada como siempre con la presencia de Cris en su local.

 

- Usted siempre tan amable.-Agradeció Cristina.

 

- De haberme informado antes le hubiera preparado un platillo digno, mi niña.

 

- Pero, ¿qué dice? Usted siempre me ha consentido con sus deliciosos postres. Son los mejores que he probado aquí y en cualquier parte del mundo.

 

No supo como doña Soco aguantó la emoción que se le veía en la cara completamente roja. Poco tiempo después, su mesa estaba llena de comida.

 

- Me encanta el efecto que tus halagos tienen sobre doña Soco.-dijo  ella mientras mordía un pedazo de la deliciosa pizza.

 

- A mi también.-Sebastián estaba más feliz que nadie ahí.

 

- Veo que ya tenían mucha hambre, intenté darme prisa. Perdón.

 

- Nosotros siempre tenemos hambre, no es culpa tuya.

 

- ¿Y qué tal van las cosas? Alejandra me dijo que estabas en reunión por el asunto de su relación.

 

- Sí… yo creo que vamos bien. Es algo nuevo para todos, pero confío en que el pueblo nos aceptará y que no se pondrá en riesgo al ducado.

 

- Mis feligreses me han dicho que están felices contigo y con Alejandra. Las ven como unas guardianas de Castilnovo y les tranquiliza saber que esta tierra está en manos suyas. También hay que reconocer el buen trabajo de Guillermo y lo que todos vimos que pasó con el Aragón ese. Castilnovo en verdad estuvo en llamas esos días.

 

- Yo creo que todo irá fenomenal.-Dijo ella buscando otro pedazo.

 

- Por cierto padre, necesitaré que me ayude en la inauguración del centro comunitario.

 

- ¿Cuándo será?

 

- Un día antes de la partida de Ale.

 

******** *********

******CRIS******

 

Los días pasaban rápidamente y Castilnovo ya se había acoplado a un nuevo ritmo. Ella estaba fuera de casa casi todas las mañanas, cumpliendo con los deberes de su agenda y supervisando que en el ducado todo marchara bien. 

 

Mientras ella no estaba, Alejandra pasaba el tiempo practicando con su guitarra y dedicada en cuerpo y alma a la música. Era extraño, pero no sentía que la mudanza de Ale fuera algo que la entristeciera. Al contrario, estaba feliz por su castaña, por verla vivir esa experiencia y por el prometedor futuro juntas. Quería que Alejandra tuviera todo el tiempo y las facilidades necesarias para disfrutar de su carrera y hacer todo lo que le apeteciera en la música. Por eso intentaría retrasar el anuncio de su compromiso lo más posible, pues el día en que hiciera eso, Alejandra tendría que renunciar a varias cosas.

 

Por el momento no tenía ninguna prisa y ella también tenía mucho que hacer en la equitación. Estaba casi todo listo para los campeonatos. Sus caballos estaban al 100% para enfrentarse a las mejores amazonas del mundo, con la seguridad de que las vencería a todas.

 

Era media mañana cuando entró a los terrenos del Palacio. Se quitó las zapatillas y se colocó los zapatos cómodos que siempre tenía ocultos en el asiento trasero.

 

- Pero ¿qué...?-Escuchó a Fausto.

 

Miró al frente. Una moto daba vueltas alrededor del jardín y de las fuentes, con Memo conduciendo. Alejandra y Sofi estaban de pie en las escaleras, haciéndole señas al chico.

Cuando la camioneta se detuvo y ella bajó, pudo ver el alivio en la cara de Ale y sus hermanos.

 

- Uuff, no pasa nada, es Cris.-Dijo su hermanita.

 

- Nos acabas de dar un susto terrible.-Alejandra se tocaba el corazón.- Creí que era uno de tus padres.

 

- ¿Me puedes explicar porqué Memo está sobre una motocicleta?-Preguntó con los brazos cruzados.

 

- ¿Eehh?

 

- Alejandra…

 

- Estoy pensando qué decirte.

 

- Tú, baja de ahí. Apenas tienes 13 años.

 

- Ya cumpliré 14...-Le echó una mirada asesina a su hermano, que de inmediato se bajó.

 

****** ******

 

- Ahora entiendo por qué los enanos están felices de quedarse en casa contigo.- Dijo entrando a su habitación, con su castaña detrás de ella.

 

- Soy una buena niñera.

 

- ¿Y a Sofi también la dejas subir sola a la moto?

 

- Sofi es más de autos.

 

- ¡¿Qué?!

 

- ¡Es broma! No soy tan irresponsable. Vamos Cris, no nos acuses. Memo está feliz y lo hace muy bien. Sabes que no dejaría que se lastimara.

 

- Lo sé… solo, ¡bueno, me sorprendí al verlo! Es mi hermanito, siempre lo veré como el bebé  que babeaba todo. Ahora es tan grande, cada día más alto, tan seguro… estoy orgullosa, pero…

 

- Es tu pequeño hermano.

 

- Sí. Supongo que lo mismo sentiré cuando Sofi empiece a romper corazones.

 

- Pues espero que ella los rompa. Por que si alguien se lo rompe a ella, yo le romperé la cara a ese infeliz.

 

-Tú te pondrás más loca que yo.

 

- Mejor cuéntame cómo te fue en el desayuno.

 

- Perfecto. El sindicato de maestros por fin le hará llegar sus recomendaciones al nuevo ministro de educación. ¿Y aquí cómo van los preparativos de tu gran fiesta?

 

- En un rato deben llegar los que colocarán el escenario y estuve probando lo que doña Cuqui hará de comer… delicioso.

 

- ¿Confirmaron todos los invitados?

 

- ¿Confirmar? ¡Es una party loca! No es una aburrida cena de ministros.

 

- Los ministros no son aburridos.-dijo mientras se cambiaba de ropa.

 

- Claro que lo son. Nat dijo que traería a uno de sus amigos Djs en un rato más para que instale todas sus cosas.

 

- Solo asegúrate de que el volumen no rompa los cristales del Palacio o papá nos matará.

 

- Él dijo que estaría bien una fiesta.

 

- Él nunca te ha visto en fiestas…-Le llegó un mensaje. No lo abrió pues sabía perfectamente lo que diría.- También quiero decirte que te tengo una sorpresa.

 

-¿Bailarinas?

 

- Haces muchos chistes de eso últimamente. ¿Hay algo que quieras decirme?-Miró feo a su novia, quien negó rápidamente con la cabeza.

 

- ¡Solo es un juego! Dime qué cosa tienes para mi. ¿Un auto volador? ¿Tenis que se ajustan solos?

 

- Algo mejor.

 

- ¿Emma Watson saliendo de un pastel enorme?

 

- Estoy a punto de cancelar todo... Acompáñame a ver si doña Cuqui hizo el pedido especial de mi mamá.

 

- ¿Qué pedido?

 

- Crema de aceitunas.- Dijo lo primero que se le ocurrió, aunque seguro eso era algo que su madre jamás comería.

 

- ¿Crema de aceitunas?-Ale puso cara de asco.- Suena horrible.

 

- Sabes que mi mamá tiene gustos extraños.-Salió de su habitación en dirección a la puerta principal.

 

- ¡¿Por qué corres tanto?!-Escuchaba los pasos acelerados de su castaña bajando las escaleras. 

 

- ¡Alejandra!-exclamó Mimí cuando se toparon con ella.

 

- Pero, ¿qué?

 

- ¡Tarada!-Ale desapareció de su vista cuando un cuerpo chocó contra ella.

 

- ¡Me rompiste las costillas!-Su novia y Lalo daban vueltas por el suelo, dándose manotazos.

 

- Hola, Cristina.-La saludó Vic.- ¡Oh, perdón! Princesa… disculpe, no sé cuales son las cortesías adecuadas.

 

- Cristina está bien.-Dijo ella abrazando a Mimí.- Somos familia. ¿Fue cómodo el viaje? ¿Quieren acostarse un rato?

 

- Estamos bien. Es más nuestra emoción que el cansancio. Este lugar es enorme.-Mimí miraba alrededor.

 

- Buenas tardes.-Su padre había llegado. Podía ver una afectuosa sonrisa en su rostro, que sólo desapareció cuando vió a Ale tirada en el suelo.- ¿Qué haces ahí?-Preguntó Guillermo con expresión resignada.

 

********  ********

******ALE*******

 

- Uno, dos, ¡tres!-Corrió a la alberca y saltó al agua.

 

La fiesta había empezado. La zona de la alberca había sido la elegida para montarlo todo. La cabina del Dj estaba algunos metros más allá, a salvo del agua, mientras que los invitados estaban todos en trajes de baño, bebiendo cócteles y comiendo deliciosos bocadillos. En la enorme alberca podían verse pelotas y globos, además de algunas personas acostadas en inflables. Lisa flotaba de muertito por toda la piscina, mientras Nat se alcoholizaba y Nico permanecía sentado en la orilla con los pies dentro del agua. Su amigo aún no podía nadar pues corría el riesgo de destriparse.

 

- ¡Te gané!-Dijo Lalo saliendo del fondo.

 

- Claro que no, idiota.-Ella estaba varios metros adelante.

 

- Seguro tu practicas todos los días. Yo no tengo alberca.

 

- Llorón.

 

Cristina caminaba por la orilla, llevando una copa en la mano. La miró detenidamente, sonriendo ante la belleza de su novia. Sus movimientos elegantes y sensuales la estaban haciendo desear estar a solas con ella en ese momento.

 

- ¿La sostienes?-Su chica se inclinó para darle a sujetar su copa. Cuando hizo eso, el tatuaje en su abdomen quedó frente a sus ojos. Le pareció jodidamente sexy.

 

- ¿Estabas con papá?

 

- Sí, quería discutir unas cosas conmigo.

 

- ¿Problemas?-Cris clavó sus hermosos ojos grises en los suyos.

 

- Ninguno. ¿Quieres?-Bebió un sorbo de la margarita y resopló al sentir ardor en su garganta.

 

En pocos minutos llegaron más personas y aquello se puso mejor. Los que estaban alrededor de la alberca no dejaban de bailar. Pudo ver a Valeria y a Darío dándose algunos besos y a Enrique y a Nadia escabullirse entre los arbustos. 

Algo lejos, en la parte de los jardines, los mayores estaban compartiendo una noche de charla. Su tío Sebastián había llegado para saludar a los visitantes y junto al resto de su familia estaban todos risa y risa. 

 

La hacía muy feliz la llegada de Lalo y los abuelos, ya que por cuestiones de tiempo, ella no hubiera podido pasar a despedirse de ellos. Cristina había tenido una idea genial al invitarlos a pasar unos días en Castilnovo. 

 

- ¡Hey, chiflando y aplaudiendo!-Gritó Lalo a Memo, que estaba a punto de darle un beso a Mariana. La chica se sonrojó ante la repentina atención de todos hacia ella, pero entonces sonrió y empujó a Memo a la alberca, para luego saltar ella también.

 

- Anda, yo ahogo a Lalo.-Le dijo Cristina a su hermano para que siguiera en lo suyo con su novia, mientras ella se colgaba de Lalo para sumergirlo.

 

- ¿Y qué pensaste cuando te clavó el cuchillo?-Le preguntó a Nico una amiga de Valeria.

 

- Que si ese era el final, al menos había peleado con todas mis fuerzas contra esos tres infelices.-Respondió su amigo de forma dramática. 

 

- ¡Oh, mi vida!-La chica le acarició el cabello con dulzura.- Eres muy valiente, ¿tienes novia?

 

Sonrió ante el ligue infalible de Nico y nadó hacia Cristi para abrazarla. La azabache golpeaba una pelota para lanzarla hacia los jugadores al otro lado de la alberca.

 

- Hola, guapa.

 

- Hola. 

 

- Me gustaría invitarte a salir, ¿me das tu número?

 

- Tengo novia.-Cris le siguió el juego.

 

- ¿Y? No soy celosa.

 

- Pero ella sí y es esgrimista. Y si eso no funciona, atropella gente con su auto… o su moto… o su caballo.

 

- ¡Corsario! Mi bebé de cuatro patas. Tienes que llevarlo a tu competencia en EU, así podría verlo.

 

- Pero no salto con él.

 

- ¿Y eso qué?

 

- Solo llevaremos a los caballos de competencia.

 

- No seas mala.

 

- Lo intentaré. ¡Lisa!-Su amiga chocó con Cristi, pues seguía deambulando por el agua y hacía movimientos con las manos como si invocara a los espíritus chocarreros.- ¿Qué hace?

 

- No me preguntes.

 

- Siempre te haces amiga de los más raros del lugar.-Cristina observaba a Lalo y a Nat que tenían un ataque de risa juntos, mientras Nico tenía cautivas a tres chicas con sus relatos heroicos

 

- Te voy a extrañar.-La azabache se sorprendió por aquella repentina confesión. 

 

- No te daré tiempo para ello.  En cuanto me empieces a echar de menos, volaré hasta ti.

 

- ¿Podrás?

 

- ¿Cómo me llamo?-Dijo su novia, retadora.

 

- Cristina San Román.

 

********* ***********

 

 La música seguía sonando aún bien pasada la media noche. Su fiesta se había prolongado por horas y lo que había comenzado como una tardeada, se había convertido en una noche de antro… en el Palacio. 

Cristina y ella bailaban y brincaban en la pista y ninguno de sus amigos se había marchado. 

 

- ¡¿Quién me tocó las nalgas?!-gritó Lalo mientras era cargado por la marea de personas y pasado de mano a mano. 

 

- Yo.-Dijo una chica.

 

- Hazlo de nuevo.

 

Ya todos se habían puesto más ropa que los trajes de baño que traían horas antes, pues se habían trasladado a la pista. En los muros de la propiedad podían verse a los guardias vigilando y patrullando el perímetro, pues Guillermo no quería que ningún paparazzi sacara fotos de esa noche. En varias ocasiones vio a Beny y a Milo retándose con pasos de baile y a Fausto haciéndoles señas para que se calmaran.

 

- No nos vemos así cuando nos besamos, ¿verdad?-Preguntó a su novia y le indicó que mirara a su costado. Nat y Lisa se lamían la cara.

 

- Espero que no.-Cristi no pudo evitar soltar una carcajada cuando Lisa tomó el rostro de Nat, lo giró hacia un lado y se lanzó a morderle la oreja.

 

- ¿Crees que estén muy ebrias?

 

- ¿Ebrias? Amor, las he visto hacer cosas peores sobrias. Esto es como su día de campo.

 

- Tienes razón, mis amigos son los más raros. Aunque, ¿qué te parece si les hacemos la competencia?

 

- ¿Me morderás la oreja?

 

- Te morderé lo que tú quieras.

 

- Bueno.-Su chica no tardó ni un segundo en prenderse de su boca. Sintió sus manos rodear su cuello y su cuerpo cálido pegado al suyo. Sentía un ligero sabor a tequila en los labios de su azabache. Sin pensarlo demasiado, acarició la cintura de su novia y se pegó más a ella. Su lengua recorría la boca de su novia. Un escalofrío bajó por su abdomen…

 

- Cristi…- Susurró. La chica se despegó de ella un momento para mirarla a los ojos.

 

- Corre.- Crsitina tomó su mano y la guió a toda prisa al interior del Palacio.

 

Escuchaba la risita de su chica mientras se abría paso entre las personas y subía los escalones de la entrada. En cuanto cruzaron la puerta la tomó de la cintura y la pegó a la pared. Buscó sus labios nuevamente y comenzó a devorarlos. Chocaban con los muebles del recibidor mientras caminaban a ciegas pues las luces estaban al mínimo dentro de la residencia.

Ella solo seguía la dirección que Cristina le indicaba con su cuerpo. Escuchó una puerta abriéndose y su novia la jaló al interior para luego poner el seguro.

 

- ¿Aquí?

 

- La habitación está lejos.-Respondió la azabache con agitación.

 

Ya no preguntó nada más. Volvió a lo que hacía sin importarle que estuvieran en el despacho del duque.

 

********* **********

*******CRIS********

 

Se estiró sobre la cama sin tener ganas reales de abrir los ojos, pero el sonido de un teléfono estaba logrando hacerla despertar. Con mucho pesar se estiró hasta el buró del otro lado, subiéndose sobre el cuerpo cálido que seguía hecho bolita debajo de las cobijas.

 

Esos cuatro días habían sido muy cansados. Después de la fiesta de despedida, su atención se había volcado por completo a los últimos preparativos de la inauguración del centro comunitario. Después de muchos meses en construcción y de altibajos en Castilnovo, el día anterior se había realizado la apertura oficial del centro.

Ella quería utilizarlo para catapultar el sur de la ciudad y borrar para siempre esa brecha histórica entre ambos extremos de la urbe. Quería que en cada zona y colonia, se sintiera la misma prosperidad y que todo el ducado fuera sinónimo de riqueza. 

 

Alejandra se movió para abrazarla, pero continuó con los ojos cerrados. En unas horas más, su castaña se marcharía a NY y empezaría un nuevo capítulo para ellas. Aunque seguramente la extrañaría mucho, no se mortificaba por esos días sin verse. A fin de cuentas podrían estar en contacto todo el tiempo y habían acordado que en unas semanas más, cuando las competencias ecuestres empezaran en EU, se verían y ella pasaría un fin de semana en Nueva York. 

Además de todo eso, Alejadra volvería a casa a tiempo para asistir a su investidura como Heredera. Eso era algo que también la emocionaba mucho. Una vez que asumiera su nuevo título, las leyes del ducado la facultaban para hacer muchas cosas más de las que podía hacer hasta el momento.

Le dio golpecitos a la espalda de la castaña pero Alejandra seguía sin reaccionar. Esos días, su novia había aprovechado cada oportunidad para hacer el amor pues según ella, tenía que “acumular muchos recuerdos cachondos” antes de marcharse.

 

Toc-toc

 

Saltó de la cama y corrió para recoger la ropa del suelo.

 

- ¡Un momento!-¿Dónde carajo estaba su bata? Intentando estar lo más presentable posible, abrió la puerta. Bernardo se dirigió a ella con su habitual elegancia.

 

- Buenos días, Princesa. El duque solicita su presencia en el despacho.

 

- ¿Antes del desayuno?-El hombre la miró un momento antes de responder de la mejor manera posible.

 

- El desayuno se sirvió hace más de una hora.-¡¿Tan tarde era?!

 

- Claro, ahora bajo. Gracias.-Cerró la puerta.- ¡Alejandra! ¡Amor , despierta!-Se metió al baño a darse una ducha rápida pues su padre la mataría si se presentaba con esas fachas de “sexo duro contra el muro”.

 

- ¿Dónde estás?-Escuchó la voz somnolienta de su novia.

 

- ¡Aquí!

 

- Vuelve a la cama.

 

- Ni se te ocurra volver a dormirte. Papá me espera y tú debes bajar para estar con la familia antes de que salga tu vuelo. Mimí debe estar esperándote. ¿Me escuchaste? ¡Alejandra!

 

- Aquí estoy.-Dio un salto cuando la puerta de la ducha se abrió y la castaña se unió a ella bajo el chorro de agua.- Perdón, es que siento que necesito dormir por varios días seguidos.

 

- Eso te pasa por querer una vez más… y otra vez.

 

- Es que cada día estás más hermosa.

 

- ¿De verdad lo crees?

 

- Es como despertar y sentir de nuevo ese revoloteo de mariposas en mi estómago.-Alejandra le dio un beso.- Te amo. 

 

- Y yo te amo a ti.-Abrazó a su novia dejando que el agua caliente le cayera en la cabeza.- Gracias por todo lo que has hecho por mi y por todo lo que haces día a día. Soy la persona más afortunada del mundo por tenerte.

 

- La verdad sí.-Escuchó la risita de Ale.- No importa lo que pase, haremos que esto funcione siempre.

 

***** ******

 

Cuando entró al despacho de su padre, vio a su mamá diciéndole algo y a él asintiendo. Los dos tenían ropa casual, pues ese día lo habían reservado para pasarlo todos juntos y poder tener más tiempo con Alejandra.

 

- Disculpen la demora.-Saludó con un beso a cada uno.

 

- ¿Dónde está Alejandra?-Preguntó su madre.

 

- Se fue al jardín con los demás. ¿Querían que estuviera presente también?

 

- Contigo está bien.-Intervino Guillermo.- Queremos manejar esto con mucha discreción.

 

- Es un tema que debemos discutir primero los tres, debido a tu rango y futuras obligaciones. Siéntate.-La invitó su mamá.

 

- Pues… me están asustando.-Miró a uno y luego al otro, en busca de alguna señal.

 

- No es nada grave, pero si algo trascendental para la familia y el ducado.-Empezó su padre.- Antes de empezar quiero decirte que me siento orgulloso de ti y de tu fortaleza. Las últimas semanas demostraste una gran  autoridad y control ante muchas personas. Los embajadores extranjeros nos han hecho llegar invitaciones para visitas oficiales a sus naciones, para entablar lazos comerciales y de amistad, muchos de ellos mencionando tu admirable liderazgo. Tu madre está impresionada.

 

- ¿Apenas?-Guillermo sonrió.

 

- Siempre nos impresionas. 

 

- Solo hice lo que ustedes me han enseñado toda la vida. Sabes que estoy lista para asumir cualquier responsabilidad.

 

- Lo sé… es por eso que tu madre y yo nos atrevimos a retomar algo que habíamos dejado de lado los últimos años.

 

- ¿Qué…?

 

- Hija, sabes cómo fueron las circunstancias de nuestro matrimonio… de cómo Guillermo pidió mi mano. Cuando nos casamos había amor, pero no amor romántico. Ese surgió al pasar de los años, al mismo tiempo que ambos estábamos ocupados con nuestras responsabilidades. Nunca hemos tenido tiempo como pareja, solos.

 

- Cristina, estar al frente de esta tierra es el honor más grande que he tenido en la vida. Pero también debo admitir que he renunciado a mucho por este puesto. Castilnovo me tendrá como su gobernante el suficiente tiempo para dejar todo en marcha, todo perfectamente armado y con el respeto del mundo… para poder entregarte el trono.

 

- ¡¿Qué?!-Se levantó de un salto de su silla.

 

- En algunos años más, abdicaré.

 

- ¡Pero, ¿qué estás diciendo?! ¡¿Abdicar?!

 

- Jamás lo haría si no tuviera fe en que eres totalmente capaz. Confío ciegamente en tus agallas y en la visión que tienes para Castilnovo. 

 

- Pero… pero...

 

- Tranquila, no será de inmediato. Tendrás el tiempo suficiente para prepararte. Pero quiero que estés enterada de nuestros planes. Tú eres la única persona que sabe de esto aparte de tu madre y yo.

 

- No… no sé cómo reaccionar.

 

- ¿Te asusta?

 

- Creo que sí.

 

- Yo estaba aterrado. Pero sentirse así es bueno, evita que cometas estupideces.-Guillermo soltó una carcajada.- Hija, calma. No será mañana. Aún quedan unos años. Por eso quisiera que tu boda con Alejandra se realizara antes. Cris…- Su padre se arrodilló frente a ella y le tomó las manos.- Tengo dos amores en la vida: mi familia y esta tierra. Sé que no hay nadie mejor que tú para cuidar de ella.

 

- Perdón, papá. Pasan cosas tontas por mi cabeza en este momento.

 

- ¿Qué cosas?

 

- Pues creí… tú… yo después…- Su papá se sentó frente a ella.

 

- Hay cosas en las que antes era inflexible. Quería demostrar que el chico rebelde podía hacer más cosas que su padre. En mi juventud algunas personas no tenían fe en que pudiera hacerlo. Mi papá era muy estricto, muy poderoso. Yo sentía que había un largo camino entre él y yo, sentía que tal vez nunca lo alcanzaría.

 

- ¡Pero tú eres excelente!

 

- Lo sé.-dijo su padre sin fingir humildad.- Sé que he dado todo de mi y que mi misión ahora es fortalecer a  Castilnovo antes de pasarte la corona. Y sinceramente, muero de ganas de ver lo grandiosa que serás.

 

- No sé si pueda igualar lo que has conseguido.

 

- No necesitas hacerlo. Sólo guía al ducado hacia donde tu corazón te diga. Haciendo eso no necesitarás pensar si me igualaste o superaste. Cada San Román gobernante tiene sus propias metas que cumplir, a mi me falta una y tú tendrás las propias de acuerdo a los tiempos que el mundo viva. Y yo siempre estaré orgulloso de ti, pase lo que pase.



******* ********

 

La comida familiar que su madre y Angie habían organizado para despedir a Alejandra había terminado. Todos habían pasado el día juntos platicando y riendo, quedando en volver a reunirse en cuanto fuera su investidura y Alejandra estuviera de vuelta.

Sus padres y ella acompañarían a la castaña hasta el aeropuerto, así que las camionetas ya estaban listas para transportarlos.

 

Un par de días antes se  había enviado un comunicado oficial donde se informaba que Alejandra pasaría un semestre fuera de Castilnovo para continuar su preparación profesional y asegurando que regresaría para asistir a la investidura como “invitada especial”.

Aquello había levantado una serie de comentarios sobre lo que el Palacio Castilnovo quería decir con “invitada especial”. El equipo de prensa de su padre había diseñado una estrategia mediática para ir posicionando a Alejandra como la persona con la que posiblemente se casaría, así que a lo largo de ese tiempo las noticias sobre ellas irían tomando ese rumbo para alistar a la opinión pública a favor de su compromiso. Ella confiaba en que Castilnovo, una vez más, demostraría ser un aliado para ellas. 

Así que por ese aspecto estaba tranquila y quería disfrutar de su relación sin preocuparse demasiado por el futuro… aunque no le había dicho a Alejandra los planes de sus padres, pues había decidido respetar sus deseos de mantener el tema en secreto. Ella no estaba segura de si eso afectaría el ánimo de su chica.

 

- ¡Ale!-Sofí se colgó de la castaña.- Te voy a extrañar.- Dijo la pequeña sollozando.

 

- ¿Por qué estás triste? Volveré pronto. Y puedes pedirle a tía Angie que te lleve a visitarme cuando acompañe a Álvaro a NY en unas semanas.-Le susurró Ale a su hermanita.

 

- ¿Verdad que son novios?-Preguntó bajito la enana.

 

- Sí. Pero yo que tú, les preguntaría a los dos, fuerte.

 

- Alejandra, ¿por qué eres mala?-Sonrió al escuchar los consejos diabólicos de su novia.

 

- Solo pórtate bien.-Su castaña abrazó a Sofi y le dio muchos besos en el rostro.

 

- Envíame los videojuegos que te pedí.-Recordó Memo.

 

- Sí, sí. “Ver que sean los de última generación”, ya sé.-El chico también abrazó a Alejandra.

 

- Me inscribiré para competir en la carrera de motocicletas.-Ella miraba hacia otro lado fingiendo que no escuchaba eso. 

 

- Si alguno se te atraviesa, lo atropellas.

 

- Ujuuuum.-Carraspeó.

 

- ¡Entonces! ¡Nueva York! Nos veremos en unas semanas.-Dijo entusiasmada Angie.

 

- Seguro la pasaremos bien.-Álvaro le revolvió el cabello castaño.

 

- No olvides avisarle a Drew que llegaste. Y más vale que le devuelvan a mi tío la botella que le robaron.-Lalo se metió.

 

- Robamos los tres.-Se defendió Ale.- No arruines las cosas con Katty y cuida mucho a los viejos en su viaje de mañana.-Su amigo la abrazó.

 

- Nos veremos pronto. Convence a Cristina de que me de inmunidad diplomática cuando me mude para aquí.-escuchó decir “bajito” a Lalo.

 

- Nada de hacer tonterías.-Suplicó Víctor.

 

- Sería como pedirle que no respirara.-Dijo acertadamente Sebastián.- Solo asegúrate de volver en una pieza. Tu madre está orgullosa, lo sé.-El anciano abrazó paternalmente a Ale.

 

- Gracias, tío. Mantente fuerte.

 

- Come bien eh, compra cosas nutritivas.-Pidió Mimí, como siempre preocupada por la chica.

 

Ya debían marcharse o llegarían tarde. Sus padres subieron a una camioneta, mientras Alejandra y ella iban en la otra. Durante el trayecto, se la pasó besando a su castaña, haciéndole mimos y asegurándole que pronto volverían a verse. 

 

Debía admitir que llegado el momento, tenía un poco de pesar por su partida por más que intentará estar feliz. Admiraba el talento y las aptitudes musicales de Alejandra y estaba segura de que aprovecharía y disfrutaría mucho esos meses en NY, pero también la extrañaría. 

 

Echaría mucho de menos sentirla acostada junto a ella cada noche, o escuchar su risa por todo el Palacio. Pero con aquella oportunidad en Juilliard, se le inflaba el pecho de orgullo por estar a lado de esa chica .

 

El vehículo se detuvo.

 

- Esto de ser tu novia sí tiene sus ventajas.-Le tomó el pelo su castaña al bajar de la camioneta. Estaban a un costado del avión, al que ya estaban abordando el resto de los pasajeros.- Me ahorraste la espera de dos horas antes de despegar.

 

- Es solo por esta ocasión.-Observó a los periodistas varios metros a la distancia. Se había colocado una valla metálica para evitar que pasaran y varios agentes los vigilaban.

 

-¿Tenían que venir ellos?-Alejandra no estaba muy feliz por tenerlos ahí. Al menos la camioneta de sus padres se estacionó estratégicamente para bloquear las cámaras y poder tener algo de privacidad antes del vuelo.

 

- Papá quiere que se acostumbren a verte junto a mi… como el futuro, conmigo.

 

- Si es por eso, posaré para ellos.-Dijo resignada su chica. Sus padres se acercaron a ellas. Podía escuchar a los reporteros del otro lado del vehículo, pidiendo que posaran para una fotografía.

 

- Diviértete mucho y aprende todo lo que puedas.-Su madre besó la mejilla de Ale con afecto maternal.- Si tienes algún problema, llama enseguida. De igual forma, Milo tiene contacto con las agencias de seguridad de NY, FBI…

 

- Estaré bien.-Alejandra parecía agobiada por aquello.

 

- Llama todos los días.-Dijo su mamá antes de abrazar una última vez a la castaña.- Nos vemos en unas semanas.

 

****** *********

*******ALE*****

 

- Alejandra…-Era el turno de su papá. El hombre la sujetó de los hombros y empezó a hablar para darle un último consejo. - Quiero que disfrutes mucho esto. La música es la mejor herencia que tu madre pudo haberte dejado, honra su memoria siendo la mejor. 

 

- Lo haré.

 

- Aquí está tu hogar, nunca lo olvides.-Abrazó a su padre. En un segundo pudo ver todo lo que había vivido sin él y con él. Agradeció haber tenido el valor de conocerlo y de superar el rencor que le tuvo alguna vez.

 

- Gracias por tanto.

 

- Señor, -Fausto se acercó.- las maletas y Milo ya están a bordo.

 

- Claro.-Su papá la apartó un poco de él.- Sé que no estás muy feliz por llevar seguridad, pero es necesario. Eres mi hija… y luego me dirás suegro, así que…

 

- Después de todo, si te sentarás en un trono.-Giró el rostro al escuchar a Cristina. Guillermo se hizo a un lado para dejarlas hablar.

 

- Si tú estarás a mi lado, será pan comido.-Su chica la abrazó fuerte.

 

- No quiero estar triste. Esta no es una despedida.

 

- No lo es.

 

- Muy pronto estaremos juntas de nuevo, para hacer más locuras.

 

- Gana todas las competencias, quiero gritar tu nombre por todo EU.

 

- Estoy segura de que serás una porra muy escandalosa. Te amo.- Cristina buscó sus labios y le dio un tierno beso.

 

- También te amo. Te estaré esperando.

 

Los cuatro rodearon la camioneta para dirigirse al avión. Al fin las cámaras podían capturar varias fotografías suyas. Se escuchaban las preguntas de los reporteros, lanzadas con la esperanza de que respondieran alguna.

 

Los duques se quedaron de pie unos metros atrás y ellas caminaron juntas hasta el avión. Sentía la mano de Cris rozar la suya, aunque no tenían permitido tocarse frente a la prensa.

 

- ¡Alejandra, ¿cómo te sientes?!

 

- ¡¿Mantendrán una relación a distancia?!

 

- ¡Princesa, ¿viajará pronto a NY?!

 

- ¡¿Ven un futuro juntas?!

 

- ¡¿Creen que su absurda relación durará?!-Se percató de que Cristina había volteado a ver a la persona que había lanzado esa pregunta. Era Fiorella. 

 

La mirada gris se clavó en la mirada verde. 

 

Pudo ver un brillo travieso en aquellos ojos que amaba. Ella asintió y con decisión, tomó la mano de Cristina. Caminaron hacia la prensa. Los pocos segundos que tardaron en pararse frente a las cámaras, les soltaron como un millón de preguntas más. Ella solo mantenía su mano unida a la de su novia, sin saber exactamente lo que quería hacer la azabache.

 

- Buenas tardes a todos. Quiero darles las gracias por estar aquí y por transmitirles esta noticia a nuestros ciudadanos. Mi familia y yo estamos orgullosos de Alejandra, del lugar que se ha ganado en tan prestigiada escuela. Le deseamos mucho éxito, y conociendo su talento, estoy segura de que logrará alcanzar cualquier meta.  Ahora para responder a sus preguntas, sí está en mis planes viajar a EU en las próximas semanas, por motivos de mi participación en las competencias ecuestres y por supuesto, para visitar a Alejandra... Ya que estamos muy  enamoradas.- Su azabache le sonrió. Podía ver el ligero sonrojo en sus mejillas. Sintió como la chica se colgaba más de su brazo, pegándose a su cuerpo. Las preguntas y flashes se volcaron como avalancha sobre ellas. 

 

- ¡¿Cómo inició su romance?!

 

- ¡¿Qué opina su padre?!

 

- ¡¿Hay planes de boda?!

 

- Cristina es la persona más leal, inteligente, decidida y bella que conozco. Cuando le conté sobre Juilliard se emocionó más que nadie y me impulsó de inmediato para seguir mis sueños… aunque mi sueño más grande es ella. La amé desde la primera vez que miré su sonrisa. Por eso cuando vuelva de NY, ya no volveremos a separarnos.

 

- ¡¿Qué significa eso?!

 

Ella no podía apartar los ojos de su novia, que tampoco le quitaba la vista de encima, sonriéndole bastante sonrojada ya. 

 

- Se ha dicho mucho sobre nosotras durante las últimas semanas y ahora yo quiero dejar claro algo: El amor de Alejandra ha cambiado por completo mi vida. Su presencia me ha fortalecido y dado claridad. Su valentía nos libró a todos de un futuro desastroso y libró a mi familia de un destino fatal. Me siento honrada por tenerla a mi lado, ya que es una persona extraordinaria.  Nos paramos aquí frente a las cámaras para expresarles a quienes nos ven que estamos orgullosas de nuestro noviazgo, que nos sentimos felices y que nos amamos con locura. 




******* ¿  F    I    N  ?  *********

********         *********            *********        

 

- ¡Hola! Alejandra y yo queremos agradecerte por acompañarnos durante todos estos años, por tu paciencia y lealtad hacia nosotras, ¿verdad, mi amor? ¡Alejandra, ¿dónde estás?!

 

- ¡Aquí! Perdón por llegar tarde, pasé a buscar algo a la cocina, ¿quieres un pan?

 

- Acabamos de comer.

 

- Es el postre, ¿en qué te quedaste?

 

- En las gracias.

 

- ¡Ah sí! ¡Gracias!

 

- ¿Y lo demás?

 

- ¿No lo dijiste ya?

 

- Quedamos en que tú dirías esa parte. 

 

- Bueno…- mordida al pan.- Nuestra historia no termina aquí, aún hay más cosas que queremos compartir contigo, varios momentos increíbles y románticos.

 

- Muy románticos, ¿cómo lo haces? A veces eres tan tú y luego me sorprendes.

 

- Es que soy genial, te lo dije cuando nos conocimos.

 

- Para saber qué es lo ha pasado con Alejandra y conmigo pondremos a tu disposición material adicional, o sea cuatro capítulos extras y una recopilación de datos curiosos sobre nuestra historia. Solo tienes que acceder a  aquí https://bit.ly/35OkR26

 

- Nosotras siempre estaremos aquí para ti. Cada vez que quieras, puedes visitarnos en Castilnovo. Y recuerda que el amor es la magia más poderosa del universo.

 

- ¡Hasta la próxima!

 

- ¿Quieres un pan?



Notas finales:

Para adquirir el material adicional, da click aquí https://bit.ly/35OkR26

Travesura realizada


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