Pov Simba.
Ya han pasado nueve años desde que decidí irme con Peter y Drake, son unos chicos grandiosos, algo idiotas pero se les perdona.
Se preguntarán ¿siguen viviendo en las calles? así es, pero no nos va tan mal como creen aunque ya la humanidad esté casi al total de la perdición. Los tres somos unos de los más grandes ladrones de Heorot, sólo robamos comida y ropa, no le hacemos mal a nadie, somos por decirlo así... ladrones pacíficos, ya sé ya sé suena ridículo pero allá ustedes si no me creen.
Nuestro hogar está citado en los terrenos abandonados de la ciudad, viviendas que fueron dejadas por sus anteriores dueños al darse cuenta de los extraños sucesos que empezaron a ocurrir hace ya bastante tiempo, por lo que huyeron a la ciudad del Sur donde todo es más tranquilo, Bertsha. No todos pudieron escapar de la ciudad, muchos murieron en manos de los esqueletos y los fantasmas,
Peter, Drake y yo fuimos de los afortunados en salvarnos, fue horrible, como no tienen idea. Sólo teníamos once años, éramos unos niños simplemente. Ahora somos hombres, actualmente tenemos veinte años y andamos con muchísimo cuidado.
Es 23 de julio del año 3021 y justo ahora me dirijo hacia un callejón en el cual el estúpido de Drake nos citó a mi y a Peter para decirnos algo importante, como sea una de sus bromas le parto la cara.
—Sabe bien que los policías andan las 24 horas del día en constante movimiento y nos hace salir a un callejón en plena luz del día —mascullé fastidiado mientras caminaba por las calles de Heorot disimuladamente y sin hacer contacto visual con nadie.
Al llegar noté que el callejón estaba vacío, que hijo de puta, pensé.
—Mira Drake, sal de donde estés, no es divertido —le hablé a la nada.
En éso sentí que me tomaban fuertemente del cuello con el brazo por atrás , me alarmé y como pude agarré al desconocido por el brazo y lo tiré al suelo y cuando estuve a punto de golpearlo me fijé que era el idiota de Drake.
—¿Qué coño te pasa imbécil? —lo ayudé a levantarse, soltó un quejido—¿acaso querías que te matara? ¿por qué hiciste éso?
—Mira no me hables en ése tono jovencito, respeta, soy mayor que tú —se limpió la ropa, que a decir verdad segía igual de sucia que la mía— sólo quería asustarte.
—Somos de la misma edad —puse los ojos en blanco, no sabía cuantas veces debía decirle lo mismo para que entendiera.
—En fin —me ignoró—, te cité a ti y a Peter aquí porque les tengo una propuesta.
—¿Y en dónde está Peter?
—Me lo encontré en el camino y aprovechamos para robar algunas provisiones que nos ayudarán en lo que tengo planeado —sonrió— y lo mandé al bosque a esperarnos.
—¿De qué hablas? Explícate de una vez.
Se acercó mucho a mi y quedamos cara a cara a lo que él susurró:
—Es sobre el espejo de Helgafell.
—¿Qué?
—Vamos a descubrir lo que pasa con ése espejo, iremos como de excursión. Será divertido, ¿no crees? —movió sus cejas de arriba abajo con una expresión graciosa que a mi no me la daba.
—¿Te volviste loco? —lo observé incrédulo—. No sabía que tenías tendencias suicidas.
—¡Oye!
—Lo que provocó ése espejo ha sido un caos total, muchos han muerto, ¿quieres que seamos más del montón? somos simples mortales, vagabundos, ladrones —dije seriamente.
—Eres un aguafiestas, por lo menos Peter aceptó —bufó.
—Porque eres su hermano, no te dejaría solo.
—Simba —me miró neutro—. ¿No quieres que ésto se detenga? ¿quieres seguir viviendo en ésta miseria? ¿en serio... no quieres descubrir como detenerlo?
—Drake yo—
—Vamos —alargó la palabra— ¿te imaginas lo feliz que seríamos si todo acabara? Por favor—me suplicó.
Y una vez más, acepté. Ellos ahora son mi familia y debíamos apoyarnos.
Después de éso nos dirijimos al bosque el cual tenía un letrero amarillo con grandes letras negras que decía “PROHIBIDO EL PASO”, no me extrañó. Al seguir caminando vizualizamos a Peter recostado en un árbol con dos bolsos a su lado, nos acercamos y notó nuestra presencia.
—Hasta que al fin llegan, me iba a pudrir aquí —se levantó.
—Cállate, ya lo estás —dijo Drake, a lo que reímos juntos.
Íbamos a acampar ahí, no era gran cosa, vivimos en las calles desde hace años y el bosque era todo menos peligroso y aterrador, sin contar a los espíritus por supuesto. Al caer la noche hicimos una fogata para calentarnos, Peter y Drake habían robado bastante comida para unos cuantos días, decidimos investigar en la madrugada ya que somos expertos a ésas horas.
Todo iban bien hasta que escuchamos ruidos provenientes cerca de la entrada del bosque.
—¿Qué fue éso? —pregunté alzando una ceja.
—No lo sé, tal vez sean policías vigilando la zona —habló Peter.
—Debemos movernos entonces —dijo Drake tomando las cosas y apagando la fogata con un poco de agua.
Nos movimos silenciosa y sigilosamente para no ser descubiertos, pero notamos una sombra y nos pusimos en posición de defensa, vimos que se acercaba más y cuando observamos bien de qué o más bien, de quien se trataba nos miramos entre los tres. La persona nos miró asustada, a lo que rápidamente la tranquilizamos.
—Hey, calma. No te haremos daño —dije acercándome.
—¿Cómo te llamas? —preguntó Peter.
La persona titubeó unos segundos pero al final respondió.
—Me llamo...