— ¿Te vas a morir? —
—Déjame…. —
—Te vas a morir. —
Adorables palabras para dar ánimo a quien se encontraba al borde del suicidio. Ya habían pasado unos días desde el patético intento de Naruto por arreglar las cosas con Sasuke y aunque Shikamaru era alguien que detestaba inmiscuirse en los problemas de los demás, no pudo simplemente hacer vista gorda al deplorable aspecto del rubio.
—¿Quieres venir a mi casa? podemos comer y… hablar. —
— … —
—Si no quieres está bien, no voy a rogarte. Puedo con todo el ramen yo solo —
No iba a negar que no se sentía motivado en compartir con gente. Lo único que quería Naruto en ese momento era estar lejos de todo y de todos. Sus emociones lo llevaban a su lado mas indigno, pero por algún motivo sus pensamientos comenzaban a contradecir sus acciones ¿Por qué debía estar así por alguien a quien no le importaba? Sasuke se había demostrado fresco como una lechuga y el único afectado, había sido él. No era justo. Necesitaba demostrarle que él podía sobrevivir sin su compañía. No importaba cuan triste estuviese, el solo recuerdo de esa gélida mirada fue motivación suficiente para aceptar la invitación y ponerse nuevamente de pie.
—IRÉ. —
— Bien. Llevaré tu mochila. Dudo que puedas cargarla tu mismo. —
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Por otro lado la semana del azabache por otro lado había transcurrido como siempre. Su rutina era la misma y sus conversaciones en grupo ya carecían de interés. En los últimos días no había podido sacar de su cabeza la imagen de Naruto. Había prometido así mismo no sentirse torturado por la manera en la que sus ojos se había cruzado con los foráneos, en como lo ignoró a pesar del dolor que reflejaban. Casi había podido sentir como algo se partía en su interior y en vez de tomar la riendas del asunto, apartó su mirada y huyó como un cobarde. Ahora no le quedaba más que observar de lejos.
—¿Sasuke?—
—Si, emm mañana traeré los detalles de la investigación… —
—¿Te pasa algo? No estamos hablando de la investigación. Como sea, últimamente estas... lejano. —
—No es nada. Solo cansancio —
—Te entiendo, todos est… —
No podía negar que su mente había estado divagando mas de lo normal y aunque sabia cual era la principal razón, no estaba dispuesto a dejar que eso influyera en su vida, así que solo tuvo que restarle importancia a las palabras de la peligrosa y tomar sus cosas para salir del edificio. Ya era hora de regresar a casa.
Lo siguiente simplemente lo petrificó. Le dejo sin habla y con un nudo en el estomago. Naruto caminaba nuevamente hacia su dirección ¿Como podría ser capaz de apartar la mirada dos veces?. Entró en un ligero estado de pánico pensando en cómo podía evadir la situación, pero para su sorpresa, no fue necesario evadir nada. Naruto pasó de él como si no existiera. Siguió su ruta caminando al lado de alguien desconocido, riendo quizás por algo sin sentido; algo que debería estar hablando con él y no con ese forastero. En resumidas cuentas solo le estaba dando una probada de su amarga medicina.
No era nada sorpresivo que su estado de ánimo variara ante dicho acto. Se suponía que el rubio debía estar devastado, completamente desanimado ¿Por que ahora actuaba de esa forma? y mas importante ¿Quien era ese chico con quien lucía tan feliz?.
Su rabia comenzó a aumentar. Podía sentir como la sangre comenzaba a hervir, quemando cada centímetro de sus venas ante la impotencia de no poder hacer nada al respecto. Ahora un sabor amargo se había alojado en su garganta, el juego no debería avanzar de esa forma y eso era algo que le preocupaba, al final de cuentas, no era “divertido” si él era quien perdía.
—Como sea… —
Susurró para si mismo antes de retomar su camino a casa.
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La tarde se había esfumado de una forma ridícula. tal vez se debía a que el rubio tenia mucho que contar con respecto a lo sucedido, aunque la mitad del tiempo se encargó sólo de hacer mención a lo mismo; a como se había sentido cuando lo ignoraron y a lo decidido que estaba a no dejarse ver como un perdedor. Definitivamente no estaría llorando bajo las faldas del Uchiha.
Ahora ya era tiempo de partir. Era tarde así que en un acto de bondad Shikamaru lo acompañó hasta la mitad del camino. La otra mitad se fue caminando lentamente como si no tuviese intención alguna de volver a casa, a donde estaban sus recuerdos.
La noche era fría pero soportable. Las estrellas destacaban gracias a que el cielo se encontraba completamente despejado. Era el momento perfecto para comer sandia en la terraza o sacar a pasear a su pequeño cachorro.
A lo lejos una silueta familiar se hacia presente. Corriendo en su dirección y emitiendo unos peculiares ladridos pudo descubrir de quien se trataba; ese definitivamente era su perro.
— ¿Kurama? ¿Que estas haciendo aqui? —
Le preguntó mientras acariciaba efusivamente su cabeza. Con la mirada buscó a su padre pues no creía que el can hubiese tenido la destreza de escapar de casa, entonces se sorprendió aun más. El azabache caminaba en su dirección sosteniendo la correa de Kurama. Sus muros se alzaron y la defensa del rubio rápidamente subió. Con el entrecejo fruncido, esperó a ver que era lo que Sasuke tenia para decir.
—Llegas tarde a casa… —
— Oh ¿Ahora no vas a ignorarme? —
El silencio calló en medio de los dos. La incomodidad comenzaba a aumentar así como la cólera de ambos. Ahora solo los segundos decidirán quien seria el primero de los dos en ceder o explotar.
—¿Con quien estabas? —
—Vete a la mierda no tengo porque responder… —
—Responde… Naruto ¿Quien era ese tipo?—
La voz de sasuke había cambiado por completo y había dejado a Naruto completamente sorprendido. Nunca había escuchado de los labios del mayor palabras tan cargadas de odio y desesperación; pero aun así, su terquedad pudo mucho mas
— Yo no te pregunto por tus nuevos amigos, no te metas con los míos. —
Sentenció el ojiazul, retomando la marcha de vuelta a casa, siendo detenido a los segundos después por la mano del azabache, la cual con fuerza presionaba el brazos del menor. Sus ojos por primera vez desde su último encuentro se habían cruzado. Ambos, heridos, expresaban lo que con palabras no podían gritar.
— Sabes que puedes hablar conmigo… podemos solucionarlo, Sasuke. Habla conmigo… por favor...—
Como era de esperarse fue Naruto quien decidió romper el hielo. Mas que el dolor que sentía, le dolía ver como los ojos de Sasuke había cambiado tanto como para demostrar esa expresión. Era el rubio quien entendía que no valía la pena dejar que su amistad se pudriera por algo que estaba seguro, podían solucionar.
—Sasuke… por favor. —
—Vete a casa y cuídate… de aquí en adelante las cosas solo pueden empeorar así que te aconsejo que te alejes de él —
Murmuró casi para sí mismo, soltando sin cuidado el brazo del más bajo y entregándole la correa de Kurama , caminando en dirección contraria. Naruto, luego de quedarse unos segundos viendo como la silueta del mayor se perdía en la noche, retorno a su hogar.