#Chiste 11
Naruto Santa se entró por la chimenea con su enorme saco de regalos para la familia Uchiha.
—¿Qué raro ttebayo? —susurró pensativo—. Según mi lista aquí debería haber un niño llamado Sasuke.
—Ya crecí —respondió la voz masculina del azabache saliendo de detrás del árbol.
—¡Pero aún apareces en mi lista de niños buenos! —reclamó mirándolo escandalizado.
—Será porque nunca me cumpliste mi deseo… —susurró acercándose como si lo acechara.
—¿Y cuál era ese deseo?
—Cierto zorrito rubio —susurró besando los labios del Uzumaki.
—Teme —llamó con una sonrisa zorruna—. Tienes fantasías muy raras.
—Pero si te queda muy bien ese traje —replicó abrazándolo.
—Pero… —comenzó a hablar— Cómo quieres que me tome el hecho de que dijeras “Quiero hacerle el amor a Santa Claus” —preguntó con las cejas alzadas.
—Que quiero verte con un lindo traje —respondió con simpleza.
—Como yo lo veo, lo primero que pensé fue “el bastardo quiere follarse a un viejo gordo” —explicó el rubio sonriendo con diversión—. A ti te gustan mayores de esos que se llaman señores. De esos que dicen “te parto” y antes del orgasmo les da un infarto.
—Bien, “Santa Claus” quiero mi regalo y bien envuelto —susurró antes de atar las manos de su esposo y castigarlo por lo que dijo.
—¡Te pondré en la lista de mal portados! —gritó siendo embestido por el azabache.
—Y yo te la pondré donde no te da el Sol —replicó.
#Chiste #12
Suigetsu y Sasuke se encontraban hablando tranquilamente sin saber que eran espiados por el celoso novio de Sasuke, Naruto.
—¿Qué tal te fue el otro día con tu rubio? —preguntó con una media sonrisa el de dientes filosos.
—Pude conseguir lo que quería —respondió el otro secamente.
—¿Fue tu primera vez? —cuestionó el de cabello blanco.
—Naruto cree que sí, pero en realidad ya lo había hecho varias veces antes —contestó—. Él cree que porque no me gusta mucho innovar no hago ese tipo de cosas a sus espaldas.
Escondido cerca de donde estaban ellos conversando Naruto oía todo mientras crujía los dientes de molestia por lo oído.
—Aun así, aceptaste el del zorrito a pesar de no ser de tu gusto —comentó Suigetsu con burla.
—Es que a mí me gustan gruesas —dijo Sasuke mientras Naruto se palpaba ligeramente su entrepierna “Tampoco es que la tenga tan fina”.
—Y por lo que sé cuándo son negras te encantan —afirmó el de ojos violeta.
—Es que cuando son negros son paquete completo; negros, gruesos y enormes, mientras que el de Naruto no lo es —explicó Sasuke mientras jugaba tranquilamente con su celular.
—¡Maldito bastardo infiel! —gritó Uzumaki dejándose ver—. ¿Me eres infiel sólo por no tenerla grande y negra? Ah, pero bien que gritaste mientras te hacía el amor en ese baño público.
—¿Lo hicieron? —preguntó Suigetsu riendo descontroladamente.
—¿No es eso de lo que estaban hablando? —cuestionó el rubio con duda por la pregunta del otro.
—Dobe —llamó un muy enojado Sasuke—. Estábamos hablando del protector de celular.
—Entonces… —susurró bajito— tú hablabas de…
—Sí, Dobe —asintió mirándolo con una expresión que daba miedo—. Yo hablaba de que el otro día fuimos a comprar un protector juntos y creías que era la primera vez que iba por uno.
—¿No te gustó el bonito de color naranja que te regalé? —interrogó encogiéndose de miedo.
—Prefiero los de color negro —respondió simplemente—. Pero como te encanta meterte en asuntos ajenos creo que hoy probaremos eso del sadomasoquismo que tanto querías —afirmó con una sonrisa perversa el de ojos negros.
—Sasuke —llamó retrocediendo—. No estarás pensando en usar el látigo ¿o sí?
—¿Tú qué crees?
Y esa noche Sasuke se encargó de castigar a Naruto por oír conversaciones ajenas.