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Amor Asesino por Tina Black

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Notas del capitulo:

Y aquí con un capítulo mas.

Eran aproximadamente las seis y media de la mañana, casi no había demasiado movimiento de personas andando en la calle. Desde lejos, se dejaba ver alguien haciendo algo de caminata y quien iba de camino al parque del Rey Pingüino hasta que de pronto… -¡¡Corre de una maldita vez, mocoso!! –Gritó a lo lejos Zeff quien estaba comenzando a agarrar velocidad para alcanzar al pequeño quien estaba en su tercer día de entrenamiento. Sabía perfectamente que no debía voltear a ver para encontrar la cara de ira por parte de su dueño -¡Mas te vale correr rápido! –Sanji comenzó a correr a todo lo que daba logrando recorrer todo el parque y gran parte de la colonia, pero aun así fue alcanzado por Zeff quien le dio una pequeña tunda.

-¡Agh! –Gritó con mucha pena mientras iba disminuyendo la velocidad.

-Te alcancé otra vez, debes ser más rápido. –Dijo victorioso el chef.

-Hay otras formas para entrenar, señor… -Pero antes de continuar, el rubio se le acercó con malicia mientras mostraba una pícara sonrisa, algo que hizo que se sonrojara Sanji –Bueno… Yo…

-Dime mocoso, ¿por qué eres tan tímido? –Colocó su dedo índice sobre la nariz del pequeño.

-…

-Sea como sea, debes agarrar mas carácter… Aunque… -Tomó con suavidad la mejilla del pequeño y se quedó perdido por un momento ya que cada rasgo le hacía recordar a alguien muy especial –No pensé que el destino me trajera este tipo de sorpresas… -Comentó de la nada dejando algo confundido a Sanji quien se estaba comenzando a perder también al sentir el calor de la mano de Zeff.

-Señor Zeff… -Llamó la atención del mayor con aquella tranquila voz y tomó su mano –Yo… ¿Puedo preguntarle algo?

-Depende.

-…

-Puedes hacerme las preguntas que quieras, pero no te aseguro responder todas.

-Bueno, es que… Ya que viviré con usted, quiero conocerlo. Deseo ayudarlo…

-Otra persona en tu situación viviría con temor… Pero tú lo ves con mucha calma.

-Sí, lo sé…

-¿Entonces? ¿Por qué no me tienes miedo? Sabes que en cualquier momento puedo hacerte algo cruel…

-Por qué usted me salvó de algo mucho peor… -Dijo sin temor el pequeño dejando algo sorprendido al chef –Además… Usted ha sido muy amable conmigo desde que nos conocimos… Y mi pregunta es… ¿Por qué salvó a un extraño?

-…

-La verdad estoy muy agradecido con usted y daré mi mayor esfuerzo para poder ayudarlo y estar a su lado.

-Niño… -Acarició la cabeza del pequeño con mucha familiaridad logrando que Sanji se sonrojara un poco –Es hora de volver a casa. Hoy tenemos mucho trabajo por hacer. –Comenzó a caminar dejando un poco atrás a Sanji.

-Supongo que no me lo dirá…

-No. –Resignado se dispuso a seguir a su ahora maestro.

 

 

[…]

Reiju se encontraba paseándose por los pasillos de la mansión con unos libros en sus manos. Pasó por unos amplios ventanales que daban vista al jardín y fijó su vista a una fuente de un aspecto sobrio. Se recargó en el ancho borde –Espero haber hecho lo correcto… Sanji… -Agachó un poco la cabeza en señal de preocupación por el destino de su hermano. En esos momentos se escucharon unos pasos por el pasillo, se trataba de Judge quien acababa de salir de su estudio y llevaba algunos documentos en sus manos, encontró a Reiju quien aun no se despegaba del ventanal.

-Hija. ¿Qué haces? –Habló con templanza a su hija mayor.

-Sólo estaba viendo que había a fuera… -Respondió algo seria -¿Y tú?

-Estaba viendo algunos documentos y voy a ver al abogado para cambiar el testamento…

-¿No es demasiado pronto para hacer eso?

-Es mejor estar prevenidos…

-Sé que esto lo harás ya que mi hermano no está más con nosotros…

-Ese error no es tu hermano. –Respondió seco mirando con autoridad a Reiju –No quiero que se le vuelva a mencionar mas en nuestras vidas…

-Si, padre… -Cerró los ojos demostrando dolor y culpa por el destino de Sanji –Lamento haberte hecho enojar.

-Lo dejaré pasar por esta ocasión, además eres mi princesa. –Dijo con una sonrisa –Bien, te dejo. Quedé de verme con el abogado en la cafetería. Se portan bien. No hagan destrozos… -Siguió su camino no sin antes decir –Hija… -La chica le prestó atención –Les encargo revisar el siguiente encargo que tenemos.

-Sí, padre. Con cuidado. –De nuevo se quedó sola y decidió ir a su habitación a revisar el encargo que tenía ahora junto con su familia.

 

 

[…]

-¡No, espera! –Shanks se encontraba teniendo una discusión con uno de los meseros el cual ya estaba harto de tener que soportar la llegada de cada maleante al restaurante -¡Por favor piénsalo un poco! ¡En especial que no hay una buena temporada de trabajo…!

-¡Mi respuesta es no! ¡No pienso tolerar un segundo mas en este lugar! ¡No voy a dejar que algún pelafustán venga y me haga daño! ¡Sigo sin comprender por qué este restaurante siempre es invadido por cada mal viviente!–Decía el sujeto caminando en dirección a la salida. Sanji estaba viendo todo desde la cocina.

-¿Es cierto? –Preguntó el pequeño esperando la respuesta de alguno de los cocineros.

-Ah, si… Pasa todo el tiempo. –Respondió Patty mientras pelaba algunas patatas –De todos lo restaurante de Tomoeda, este es un imán de maleantes y eso que tiene la mejor clientela, pero estamos muy bajos en trabajadores.

-Creo que de nuevo pondremos el letrero… Y pensar que habíamos cumplido un mes sin renuncias… -Comentó con familiaridad Carne –Y lo que aun te falta por ver, pequeño.

-Sanji… -Apareció Zeff con el letrero en sus manos y se lo dio a Sanji –Ve a poner el letrero en la entrada.

-Si, señor. –Sanji salió de la cocina y fue a la entrada al mismo tiempo que el sujeto salió ofendido del restaurante.

-Te lo advierto niño. No vivirás por mucho tiempo si sigues trabajando para estos idiotas. –Dijo con desprecio provocando que la cólera de Sanji se hiciera presente.

-¡Eres un mal agradecido! ¡Lo menos que puedes hacer es largarte sin hacer tu teatro barato! –Le respondió con aquella carita fruncida.

-Sanji… -El resto de los meseros y los cocineros estaban sorprendidos por el repentino cambio de humor del muchacho.

-No sabes lo que dices niño idiota… Es un milagro que este basurero siga en pie… -En eso comenzó a reír con sarna, pero aquella burla se silenciaria al recibir el letrero en su cara.

-¡Ese niño está loco! –Dijo Patty con una graciosa cara mostrando asombro.

-Bien. Si es esa tu actitud, en ese caso puedes irte… -Dijo Shanks acercándose con el ceño fruncido antes de que iniciara un pleito–Pero voy a decirte algo, no vamos a permitir que le faltes al respeto a este restaurante y mucho menos al jefe… Ahora vete. –El sujeto se fue echando chispas dejando por fin en paz al resto de los presentes –No pensé que fueras de carácter fuerte, Sanji… -Dijo ahora con una sonrisa –Creo que te adaptaras fácilmente aquí. ¿Eh? –Los muchachos levantaron la vista al prestar por fin atención la presencia de la peli negra -¡Ah…! Tú… -Se sonrojó un poco y saludó con pena a la chica –Ah, disculpa por todo el escándalo que ocasionamos.

-Ah, no te preocupes… -Respondió con mucha amabilidad la chica. En eso, vio el letrero ya roto que traía Sanji en sus manos –De hecho vengo por el trabajo. –Dijo con una sonrisa.

-¡¡¡¡¡¿EEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH…?!!!!! –El resto de los trabajadores hicieron montón rodeando a la chica y mirándola como cual bicho raro.

-¿Ya no tienen lugar? –Dijo abrazando con temor su mochila.

-¡¡TARADOS!! –Entró al pequeño círculo Shanks abogando por la chica -¡¡Deberían ser más amables con ella!!

-Será un gusto tenerte con nosotros. –Dijo Sanji entrando al círculo con un lindo rubor en sus mejillas al ver a la peli negra –Dime, ¿cómo te llama?

-Robin, Nico Robin. –Saludó haciendo una reverencia –¿Y el tuyo?

-Sanji. –Dijo alegre el pequeño.

-Usted es el muchacho que me dio los informes… -Dijo mirando con una sonrisa a Shanks.

-Si, mi nombre es Shanks. –Respondió con el mismo semblante –Si vienes por el trabajo déjame llevarte con el jefe. El te atenderá. –Pero antes de que la llevara al restaurante, apareció Zeffg con una mirada atemorizante.

-No vamos a dejar que una chica se integre. –Dijo con firmeza dejando helados a los trabajadores.

-Pero… ¿Por qué no? –Preguntó atónito Sanji.

-El ambiente de este lugar no es adecuado para las mujeres.

-Pero…

-Dije que no y se acabó. Lamento que hayas tenido que venir hasta acá, niña. –Pero antes de darse la media vuelta, la niña lo confrontó.

-¡Espere! –Zeff se detuvo sin voltear a ver a la chica –conozco perfectamente el ambiente de este lugar y he visto el lado bueno que tiene… Quiero formar parte de este lugar. –Dijo decidida y continuó –Quiero… -Apretó un poco los puños para armarse de valor –Quiero cambiar. –Los muchachos no entendieron la respuesta de la chica, pero Sanji la observó detenidamente  y pudo darse cuenta que aquella muchacha tenía la actitud para poder aguantar el pesado ritmo del trabajo –Sé que no quiere admitir mujeres para hacerlas correr algún peligro y en verdad se lo agradezco, pero quiero trabajar aquí.

-¿Tienes problemas económicos con tu familia? –Preguntó el mayor a lo que recibió un no como respuesta -¿Estás embarazada?

-No.

-¿Jefe como se le ocurre preguntar esas cosas? –Dijo Shanks con extrañeza

-¿Deseas morir? Por qué aquí no hay piedad alguna con mis trabajadores…

-No, pero si quiero ser parte de este trabajo.

-Ven conmigo, mocosa. –Robin caminó hasta Zeff y entraron al restaurante dejando con ello al resto de los chicos asombrados por la escena que acabaron de presenciar -¡¡USTEDES A TRABAJAR!!

-¡Si señor!

-…

-¿Qué te pasa calabaza? –Shanks se acercó a Sanji quien se quedó por un momento callado.

-Ah, nada. Es sólo que me llamó la atención de lo que le respondió al señor Zeff.

-Si, la verdad fue una respuesta bastante extraña. ¿Sabes? Antes si dejábamos que entraran a trabajar mujeres al restaurante –En eso, Sanji recordó el bonito conjunto que le había escogido y como se empezó a reír de el al verlo con una falda y encajes –Pero por las quejas de las trabajadoras y lo expuestas que estaban ante la situación del restaurante, preferimos que lo mejor sería que entraran sólo hombres a trabajar.

-¿Crees que la deje incorporarse con nosotros?

-Mmm… Supongo que sí. –Respondió con confianza el pelirrojo –No te preocupes, si se integra con nosotros prometo que estaré al pendiente de su seguridad.

-En ese caso yo también. –Dijo con decisión el pequeño.

-Así será entonces. –Los dos respondieron finalmente con una sonrisa y entraron al local para seguir con su trabajo.

 

 

[…]

-¡Aaaah…! ¡Que feliz estoy! –Yuko se encontraba en su habitación tratando de escoger el conjunto indicado de ropa para comenzar su día. Y cual feliz estaba al saber que el yo alterno de Sanji estaba habitando en la ciudad de Tomoeda –Espero que también nos encontremos en este mundo… -Sacó un vestido de color rosa pastel del armario y posó con el frente al espejo –Me pregunto cómo será su vida aquí… Espero que sea tranquila…

-¡Yuko-san! –Watanuki le llamó desde debajo de las escaleras -¡¿Qué vas a querer de almorzar?!

-¡Takoyaki y sake!

-¡¡Eso no es un almuerzo y luego beber en la mañana!!

-¡Hay que comenzar muy bien el día! –Respondió con canturreo  desde su habitación al terminarse de poner su bonito vestido de color rosa el cual le llegaba debajo de la rodilla y tenía un ligero escote. –Espero nos veamos pronto, mi querido Sanji-san.

Mientras que Watanuki se encontraba en la cocina preparando todo para el almuerzo dejando ver un ligero entre cejo fruncido al saber de la existencia de Sanji –Yo espero y no lo vea…

-Watanuki… -Le llamó Mokona con aquel tono de alegría, Watanuki sólo lo ignoró -¡Oye Watanuki! ¡Watanuki!

-¡¿Qué quieres?!

-Se está quemando la salsa…

-¡¿Qué?! –Fue a la pequeña olla y apagó de inmediato la estufa. Tomó sin cuidado la olla y la colocó en el lavabo -¡¿Por qué no me lo dijiste?!

-Te hablé pero estabas muy distraído.

-¡Pudiste haberme dicho que se estaba quemando y ya! –Y así inició la mañana de Kimihiro.

 

[…]

Sanji y el resto estaba pegado frente a la puerta intentando escuchar algo de lo que hablaba Zeff con Robin, pero no lograban escuchar algo. -¿Qué crees que le esté diciendo? –Preguntó preocupado a Shanks.

-No lo sé… A veces el jefe está lleno de sorpresas… -De pronto se abrió la puerta dejando caer a los chicos -¡Ah, jefe!

-¿Qué hacen aquí? –Dijo mirándolos con frialdad.

-Este… Este…

-Saben muy bien que odio… -Comenzó una gran lluvia de patadas contra los pobres cocineros y meseros, claro a excepción de Sanji -¡Qué me estén espiando!

-Lo sentimos… -Dijeron todos haciendo una pequeña reverencia mientras se sobaban la cara.

-No quiero volver a verlos haciendo una tontería de esas… Y tú… -Miró con enfado a Robin –Te quiero ver mañana puntual. Sanji… -Llamó al pequeño –Llévala a los vestidores y dale  cinco juegos del uniforme.

-Si.

-Usarás pantalones, mocosa. ¿Tienes alguna objeción?

-No, señor. –Respondió con tranquilidad la chica.

-Bien… No tarden. Sanji…

-¿Si?

-¿Puedes venir un momento? –El pequeño se acercó y comenzaron a hablar en secreto -¡Ustedes regresen a trabajar!

-¡Si señor! –Corrieron de vuelta a sus puestos dejando solos a Zeff, Sanji y Robin quien estaba alejada de ellos.

-Escúchame… -LE llamó entre susurros con aquella mirada amenazante –Por andar de metiche te espera un castigo llegando a la casa. –Esto hizo que Sanji palideciera –Ahora ve y lleva tu nueva compañera a escoger su talla de uniforme. –El pequeño se alejó temeroso yendo con Robin –Niña… -La joven volteó a ver a su nuevo jefe –Si te faltan al respeto no dudes en avisarme.

-Si… Señor. –Asintió la peli negra. Y por fin se fueron en dirección a los vestidores.

-Esto quiero verlo. –Dijo el chef imaginando por lo que pasará de ahora en adelante después de haber integrado a su esclavo y a ahora a una chica.

Notas finales:

Nos vemos en el qiguiente capítulo :3


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