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Amor Asesino por Tina Black

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Notas del capitulo:

Un capítulo mas :P

Zeff salió temprano de su hogar ya que se había quedado de ver con la persona con la que habló por teléfono anoche, necesitaba de su ayuda, así que optaron por verse en el parque. Para se mas específicos en un pequeño quiosco decorado al estilo corintio con una cúpula en el techo. En el interior tenía una mesita para cuatro personas. Escogieron ese lugar ya que estaba solo durante la mañana y era perfecto para que nada ni nadie los interrumpiera. Zeff llegó a la hora acordada. Al llegar vio a su amigo sentado y recargado plácidamente en el asiento del quiosco –Siempre tan puntual... –Dijo el cocinero al ver su reloj –Son las diez en punto...

-Sabes que yo siempre llego 15 minutos antes de la hora acordada... –Comentó sacando en esos momentos un puro del bolsillo de su abrigo.

-Bien... –Fue por fin a sentarse quedando frente a frente –Cuando supe de tu trabajo como director de una escuela no lo podía creer... Para alguien tan serio y rudo como tu, debes ser el terror de los profesores. –Dijo con una sonrisa irónica.

-Es mucho mejor que seguir en el trabajo de plomería...

-Aun cuando perdiste tu mano, continuaste por otros diez años mas. En verdad fuiste el mejor asesino, Mr 0... –Dijo recordando sus años de juventud en los que hizo equipo con uno de los mas grandes asesinos de ese entonces. Uno de los mas temidos y quien formó un equipo con otros jóvenes asesinos quienes lo siguieron hasta el día de su retiro. A excepción de una persona quien aun está a sus órdenes, pero eso es algo que hablaremos mas adelante. Mientras, nos enfocaremos en la urgente charla de estos dos hombres.

-Esos fueron otros tiempos... ¿Qué era eso de lo que me querías contar?

-¿Por dónde comenzar? –Se rascó un poco la sien y bajó por un momento la mirada dejando algo curioso a Crocodile.

-¿Qué sucede?

-Na-Na... Nada... –Levantó su cabeza, pero viendo a otro lado cruzándose de brazos y soltando un profundo suspiro –Prométeme que lo que te voy a contar no se lo vayas a decir a nadie... ¡A nadie!

-¡Está bien, está bien! Puedes confiar en mi... –Dijo algo divertido al ver la conducta de su amigo auien aun no encontraba las palabras para comenzar a narrar su historia.

-Aaaaahh... –Se asomo un pequeño rubor en sus mejillas, Crocodile al notar esto no evitó soltar una risa la cual tuvo que controlar por un momento.

-Tómate tu tiempo, yo espero...

[...]

Era por fin de mañana, los rayos del sol iluminaban el jardín de la confortable casa en la que ahora solo habitaba un joven rubio quien aun se encontraba dormido, y al escuchar el trinar de los pájaros esperando por su alpiste, abrió lentamente los ojos y lo primero que vio fue su ropa del día anterior limpia y doblada junto con una camisa grande de color morado y un short de color negro. Se levantó y se sentó sobre su colcha mientras veía con un poco de extrañeza todo esto. Arriba de la ropa se encontraba una pequeña nota, la tomó y leyó lo que contenía:

 

 

Pequeña sabandija. Cuando leas esto, quiero que te pongas a limpiar el piso de los pasillos y después, podrás ir a lavar los trastes que están en el lavadero. Espero un buen trabajo o ya verás. Vuelvo en seguida. Y ni si quiera se te ocurra escapar.

Pd. Te dejé algo en la mesa.

 

 

Sanji no esperaba este pequeño gesto por parte de su dueño, pero tampoco se quería hacer ilusión alguna de poder entablar una amistad con ese robusto hombre de bigote exagerado. Se levantó por fin de su cama, y sin querer tomó su ropa, se puso sus sandalias y salió de la habitación sin prisa alguna y se dirigió al baño para tomar una buena ducha.

Una vez que terminó de bañarse y vestirse, salió del cuarto de baño y fue a la cocina donde encontró en la mesa un plato tapado por una charola de plástico. Se acercó y levantó el plástico para encontrarse con una gran sorpresa; se trataba de un delicioso desayuno el cual consistía de unos 3 panqueques aun inflados y acompañados por una rica fruta picada y un jugo de naranja, fue tal su sorpresa que sonrió por la alegría ya que nunca antes alguien había hecho algo así para el. Se sentía apreciado, aunque sabía que el mayor lo hacía por qué llevaba una regla primordial en darle de comer a alguien a sus horas sin importar de quien se trataba. Era un compromiso forzado que debía seguir su dueño. Pero eso no fue obstáculo para que se sentara a comer ese delicioso plato. Una vez que terminó de comer, retiró los trastes de la mesa y los llevó al lavadero en donde se encontraba otra cantidad de utensilios, los que usos Zeff para desayunar y los que utilizó para preparar el desayuno.

Comenzó a lavar cada objeto sin prisa alguna, era algo que no le molestaba hacer. Comenzó a recordar los días en los que cocinaba  a escondidas de su familia, sabía que estaba mal hacer alguna otra cosa que no fuera todo lo que estaba relacionado con la realeza –Creo que es mejor así... –Dijo cabizbajo intentando no revivir los feos momentos por los que pasó con sus hermanos y su padre. De pronto volvió en si y dijo –No es momento para llorar... –Dijo con decisión –Haré mi mejor esfuerzo para ver feliz al señor Zeff. Quien lo diría... –Recordó la noche del restaurante cuando estaban platicando –Ese hombre en verdad es interesante...

[...]

-¡¡Achuu...!! –Estornudó el mencionado interrumpiendo su relato –Espero no enfermarme...

-¡Ha ha ha ha...! ¡El gran Pierna Roja se convirtió en la madre de un pequeño! –Crocodile aun estaba impresionado por lo que su compañero le acaba de contar –Fue muy dulce de tu parte rescatar a ese niño... Aunque hay algo que no logro entender... –Se crispó por un instante el chef -¿Por qué ayudaste a un mocoso que apenas conociste antier?

-Bueno... –Desvió por la mirada –Es que...

-¡Aaaah! Ya entiendo...

-¡¿Qué?! –Preguntó nervioso.

-No te sabía esas mañas, Zeff... Ahora ya veo por qué eres muy exigente a la hora de querer disfrutar de la compañía de una dama...

-¡Deja de pensar esas cosas de mi! ¡Lo hice por qué...! –Detuvo sus palabras en seco y prefirió callar.

-¿Por qué? –Preguntó curioso el gran hombre.

-No lo entenderías... –Dijo molesto.

-Mmmm... ¿Entonces ese niño viene de una familia adinerada, no es así? –Comentó Crocodile cambiando un poco el tema.

-Así es... No me dijo como fue que llegó a ese lugar...

-A propósito... ¿Cómo se llama?

-Sanji... Vinsmoke Sanji

Por fin cuadró todo para Crocodile –Zeff... –El mencionado lo miró fijamente –Será mejor que olvides lo que ocurrió... En nuestro mundo no tenemos derecho a entablar lazos con alguien mas si sabes a lo que me refiero... Y si te vas a hacer cargo de ese niño, hazlo por qué en verdad te nazca, no por...

-¡Ya lo sé! –Dijo molesto el rubio.

-Bien, bien... Ya no te enojes, exagerado... Ahora con respecto a lo que me pediste...

-¿Entonces harás eso por mi?

-Tráeme mañana las boletas de ese niño... Según yo, los niños que tienen educación en casa terminan antes que los que estudian en una escuela. Veré que puedo hacer por el para acomodarlo en un grupo. Por ahora, debes ir a comprarle el uniforme y los útiles.

-De acuerdo... De todos modos iba a ir a comprarle algo de ropa, no puedo dejar que se siga poniendo la mía...

-Normalmente uno no complacería su propiedad... ¿Quieres que te acompañe?

-Mmm... –Se levantaron de la mesa y tomaron el camino del parque.

-Eso lo tomaré como un si... No has cambiado nada Zeff.

-¿Y cómo es el ritmo de aprendizaje de tu escuela?

-Es tranquilo, es una escuela pública. Una de mis chicas trabaja conmigo. Otros que son jubilados les ofrecí el trabajo y aceptaron sin pensarlo más de dos veces. A veces es bueno contar con un titulo, no sabes cuando llegará el momento en que te pueda respaldar.

-Supongo que me encontraré con viejos amigos

-Pronto acabará el periodo escolar y el siguiente año comenzará en abril. Tendrás suficiente tiempo para que se acomoden.  Esta es la dirección de la escuela... –Sacó de su abrigo un papelito el cual estaba ahí dibujado el croquis –Sólo diles que vienes de parte mía y los pasaran a mi oficina.

-Mañana abriré el restaurante, le pediré a mis muchachos que se hagan cargo para poder tener libre mañana...

-¿Alguien mas sabe de tu travesura? –Dijo con picardía el director.

-¡No lo digas de esa forma! ¡Y no! ¡Nadie lo sabe, solo tu!

-Me siento halagado al ser el primero en compartir tu secreto.

-Ah, cállate...

-Bien vamos a comprar ropa para tu niño...

-¡Deja de decirlo así! –Crocodile respondió abrazando son su brazo el cuello del chef.

-Ya, no seas tan gruñón. Lo podrías asustar si ve esa cara tuya.

-¡Crocodile!

[...]

Sanji se encontraba limpiando el piso, era sorprendente que le supiera algo de limpieza viniendo de una familia que tenía mucha servidumbre, a Sanji no le gustaba abusar del trabajo de sus sirvientes. El era responsable de limpiar su habitación y de lo que dejaba al cocinar –Listo. –Dijo un poco exhausto, pero feliz de haber cumplido con su trabajo –Creo que es momento de descansar un poco... ¿Pero? ¿A dónde habrá ido el señor Zeff? –Justo en eso, se escuchó la puerta abrirse dejando ver a un rubio cargando con algunas bolsas, el pequeño vio esto y fue corriendo a ayudarlo. Se dirigieron a la sala dejando las cosas en el sillón.

-¡Aahmm! –Fue lo primero que exclamó el mayor al sentarse en su sofá –Ya vine...

-Bienvenido. –Respondió el rubio al quedar frente suyo. –En seguida le traeré agua.

-Gracias... –Sanji regresó con el vaso con agua y se lo dio al mayor –En un momento iré a ver que hiciste... –Se bebió el agua y esperó unos minutos para recuperar sus energías. Se levantó y fue a la cocina encontrando una pila de platos limpios –Vaya... Hiciste un buen trabajo. Aun falta algo... –Salió de la sala para ir a ver el piso de los pasillos –Se ve reluciente. No brilla en su totalidad, pero está limpio... Huele a flores.

-¡Ah, lamento no ponerle cera! No soy muy bueno para este tipo de cosas... –Dijo apenado el muchacho al agachar la mirada –Yo... No lo hice bien... ¿Verdad? –De pronto sintió aquellos toscos dedos tocar su mentón obligándolo a levantar la mirada. Antes de darse cuenta, la frente de Zeff estaba pegada a la suya.

-Hiciste un excelente trabajo, mocoso... Así que te daré una recompensa. Pero tu decides, ¿será a mi modo o a tu modo? –Sanji se sorprendió un poco al escuchar las palabras de su captor -¿Y bien?

-Quiero que sea a tu modo. –Dijo sin preocupación alguna. Fue algo que dejó mas sorprendido a Zeff, pensó que tal vez escogería lo segundo y como deseo era que lo dejara ir, pero no contaba con eso -¿Qué vamos a hacer?

-Bu... Bue-Bueno... Yo... –Revolvió un poco su cabeza para regresar a su imponente postura –De acuerdo... –Lo cargó como a una doncella en peligro y lo llevó al sofá de la sala lo sentó –Mmm... –Quiso asustarlo un poco tocando con suavidad el delgado brazo del pequeño para después posar sus labios sobre su cuello.

-¡Jajajaja...! Me haces cosquillas... –Dijo divertido el muchacho quien se dio cuenta que aquel hombre que aparentaba ser cruel con el, no tenía esas intenciones contra el. Al escuchar este comentario, el orgullo de macho de Zeff se desvaneció y prefirió separarse del niño.

-Suficiente... –Se alejó del pequeño y fue hasta donde se encontraban las bolsas –Pensé que eras un miedoso, pero ya veo que no... –Sacó de las bolsas una caja larga y de color blanco y le hizo un ademán al muchacho para que se acercara, este se levantó y se sentó en el tapete recargando sus brazos en la mesita de estar –Toma... –Le entregó la caja –Es para ti...

Sanji un poco apenado levantó la tapa de la caja para encontrarse con unas camisas de su talla -¡Ah, muchas gracias! –Exclamó al sacar una de las camisas de la caja –Se lo agradezco mucho. ¿Puedo probármelas?

-Claro... También te traje esto... –En seguida le dio el resto del as bolsas. En una contenía un juego de pantalones y shorts, en otra ropa interior y por último en una caja había un par de zapatos casuales y en otra un par de tenis los dos de color negro.

-En verdad se lo agradezco mucho... –Decía un feliz niño al ver cada uno de los regalos que le había dado su dueño –Prometo hacer mi mayor esfuerzo y pagárselo.

-Podrías pagármelo aho... –No pudo terminar de decirlo ya que fue interrumpido por un gran abrazo por parte de un feliz y agradecido Sanji.

-¡Muchas, muchas gracias! –Se separó del mayor -¿Puedo echar la ropa a la lavadora?

-Claro... –Dijo carraspeando un poco, antes de que el pequeño se retirara, el mayor dijo –Hay un cesto de ropa sucia en el cuarto de lavado, ve a echar unas camisas que están ahí... Al ver el buen trabajo que hiciste, no es necesario decirte como separar y poner tanto de jabón...

-¡Si!

Se retiró por fin de la sala dejando a un Zeff completamente atónito. No esperaba esa conducta por parte del muchacho, pareciera como en verdad estuviera feliz de vivir con el. Se levantó de su lugar y fue directo a la cocina a prepararse un poco de café -¿Qué habrá pasado para que ese mocoso llegara con Teach? Ni siquiera su familia ha reclamado por él ni nada... Y por lo visto eso no le preocupa. –Recordó la forma en como Judge trataba al resto de los chicos con total atención, pero en cuanto a Sanji, desde que llegaron al restaurante, no querían esperarlo, la forma en cómo su padre le gritó, era como si no lo amara. Pero... ¿Tratar de esa forma a su propio hijo? –Ese idiota, parece que no ha cambiado en nada... Era de esperarse que hiciera como si no nos conociéramos... Eres en verdad un completo cretino... ¿Estará bien? –Dijo al ver su reflejo en el café.

[...]

-En verdad es un gran golpe para mi al perder a uno de mis queridos hijos quien apenas comenzaba a vivir... –Judge se encontraba dando un discurso en medio del jardín de su mansión, apenas habían llegado al fin a Francia junto con la trágica noticia de haber perdido al cuarto hijo de la familia Vinsmoke. Todos los conocidos y amigos de Judge estaban presentes en el funeral el cual estaba adornado por flores de color blanco y unas cintas negras en cada rincón del jardín junto con una foto de Sanji enmarcada de madera de color negro –Es una terrible perdida... Primero mi amada esposa y ahora mi hijo, apreció bastante que nos estén acompañando hoy en este dia... Será algo que jamás podré superar... –Todo este acontecimiento lo veían desde la habitación del ya no presente joven los buitres de sus hermanos quienes estaban buscando algunas cosas de valor que les podría servir.

-Ese idiota solo pensaba en leer y leer... –Dijo Yonji mientras tenía en sus manos un libro de cuentos –Si que es un nerd...

-No salía de su tonta idea de ser cocinero... En verdad es un fracaso total para el Germa... –Comentó Niji al romper uno de los libros, página por página –Si no son de cocina o cuentos tontos, son de biología marina...

-La verdad m tiene sin cuidado la partida de ese inútil... –Comentó Ichiji mientras veía el show desde la ventana comiendo unos chocolates que Sanji tenía guardados en una cajita de aluminio –Debo admitir que tiene buen gusto para los dulces... –Dijo al arrojar en su boca una bolita de chocolate.

-¡Oye dame eso! –Reclamó Niji al arrebatarle la cajita –Estos son mis favoritos y te los estás acabando, idiota... –Y así comenzó una pelea entre le pelirrojo y el peli azul provocando un caos en la habitación de su desaparecido hermano pequeño.

-¡Oigan! –En eso escucharon una voz familiar, se trataba de Reiju quien estaba viendo el espectáculo de sus inmaduros hermanos –Padre nos quiere en la ceremonia, ahora... –Dijo firme la peli rosa.

-¿Para qué nos quieren si solo se trata de...? –Pero antes de que dijera algo mas Yonji fue callado por una patada por parte de su hermana mayor.

-Por qué si no lo hacemos comenzaran a sospechar de todo esto.

-Reiju tiene razón... –Dijo Ichiji –Unos saben lo que en verdad pasó, pero gran parte de los que están aquí en verdad creen en toda esta gran farsa. Debemos ser cuidadosos si no queremos que esto se revele, sería nuestro fin y el de padre... –El resto de los hermanos asintieron mientras que Reiju los veía con algo de rencor -¿Qué sucede, hermana? Desde que regresamos a París has estado muy seria, ni siquiera nos has hablado hasta ahora...

-Nada... –Se dio la media vuelta y se retiró del lugar –No se tarden. –Dijo en un tono seco y frio.

-Rayos, cada dia es mas extraña Reiju... –Comentó el peli verde al acomodarse su quijada.

-Deberías ir con el médico a que te reponga esa boca de gorila... –Dijo con burla el peli azul.

-¡¿Qué dijiste, cabeza de banana?!

-¡Lo que oíste!

-¡¡Ya cállense y vayan de una maldita vez!! –Se sobre saltaron al ver a su colérica hermana con una mirada imponente. Tomó a cada uno de las orejas y los llevó a rastras por toda la mansión hasta salir al jardín llevando en su mano derecha a Ichiji y en su mano izquierda a Niji y Yonji donde los esperaban un montón de personas de mucho dinero y poder.

Notas finales:

Gracias por leer. Pronto subiré mas contenido :D


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