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Amor Asesino por Tina Black

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Notas del capitulo:

Y aquí de nuevo :V

Por fin había acabado su labor por el día de hoy. Regresaron a casa ya exhaustos por la limpieza que tuvieron que hacer durante el resto de la tarde hasta la noche, eso sin contar los pocos clientes que se animaron a comer en el restaurante. Llegaron con mucho cansancio a la casa, el dueño abrió la puerta y se sentó en el escalón de la entrada para quitarse los zapatos, en seguida entró el pequeño quién también hizo lo mismo al sentarse junto a el. –Hoy fue uno de esos días... –Molesto comenzó a masajearse un poco los hombros y se tronó el cuello, el sonido de los huesos al tronar hizo helarle un poco la sangre a Sanji -¿Qué estás mirando?

-Na... ¡Nada! –Dijo apenado y acomodó sus zapatos a la esquina.

-¡Oye es verdad! Estás aquí... Dame un masaje...

-Si... –Se levantó y se colocó atrás de su amo.

-Espera... Quiero estar cómodo, vamos a mi habitación. –El pequeño se enrojeció y antes de decir mas el mayor se le adelantó –Si, a mi habitación.

-Ah, no es necesario, puedo preparar el sofá si gusta y... –Zeff lo tomó del mentón y de una de sus manos logrando que solo se sonrojara mucho mas.

-Eres muy tierno... Quiero hablar de algo contigo... –Pasó su mano del mentón a la mejilla del pequeño con mucha suavidad y con el pulgar comenzó a acariciar sus finos labios. Sanji estaba muy nervioso por lo que fuera a ocurrir. El chef se acercó invadiendo el poco espacio que quedaba entre el y el muchacho, y susurrándole al oído dijo -¿Quieres intentarlo? –Sanji dio un respingo y se encogió al sentir un beso en la oreja soltando un pequeño quejido. La mano de Zeff pasó por la cintura del pequeño y lo empujó hacía el aprisionándolo mas a su pecho –No me haré responsable por lo que ocurra después, así que te aconsejo que no me provoques o si no... –Comenzó a acariciar su cintura con seducción –Se un buen niño y obedece... No querrás verme enojado, ¿o si? –El chico negó con la cabeza –Ahora ven conmigo. –Se levantaron y fueron directamente a la habitación donde le pidió al muchacho que se sentara en la cama, esta cama era de un estilo entre lo occidental y lo asiático ya que tenía una base, pero no tan alta; el hombre cerró con llave y continuó con la charla –Debo admitir que tienes agallas, muchacho... Eso que hiciste en el restaurante... –El pequeño estaba callado mirando con atención y miedo a su amo –Te debo una... Supongo. –Se cercó y se sentó en el suelo frente al niño –Pero te falta fuerza y maña. Si vas a estar conmigo, tendrás que aprender a pelear y yo te voy a enseñar... –Posó su mano sobre su boca para limpiarla un poco y después jugueteó por un momento con sus bigotes –Pero seré estricto, de una vez te lo digo, no usarás tus manos por nada del mundo ¿Escuchaste? Por nada las vas a usar...

-...

-Y para esto, tendremos un trato...

-¿Otro?

-Si, otro.

-...

-Por cada lección que pases, recibirás otras... –El pequeño lo miró con confusión –O bueno, será más bien mi premio por ser un excelente maestro... Cada vez que terminemos de entrenar, te llevaré a esta cama y te haré sentir muy bien –Al ver que el pequeño se asustó con la proposición, no tardó en acariciar de nuevo su cara para intentar calmarlo –Descuida...  Me encargaré de hacértelo cuando estés listo, pero por ahora recibirás cariños, al llegar a la lección cinco, estos cambiaran por besos y caricias, al pasar otras cinco lecciones, se intensificará el asunto... Eso te irá preparando para la verdadera acción... Y después de eso, te haré mío las veces que yo quiera, sin importar en donde y como... Tú serás mío y sólo mío... Y por lo que hiciste por mi, te lo compensaré dándote una muestra de lo que sé hacer –Pasó su mano sobre el delgado cuello del pequeño quien se mostraba aun asustado sintiendo como aquella enorme mano pasaba ahora por su pecho –Quítate tu suéter... –El pequeño dudó por un segundo, pero no le quedó de otra mas que hacerlo –Eso es... Ahora... –Volvió a tocar su pecho y lo empujó lentamente para recostarlo en el colchón; en seguida, Zeff se quitó el abrigo y su corbata y se sentó a la cama contemplando lo que tenía –Ahora, te mostraré mis habilidades como amante... –Se inclinó para darle un beso en la frente. Al recibirlo, Sanji cerró los ojos resignado por lo que iba experimentar, pero no sintió asco. Algo muy extraño para el mismo. Zeff por otra parte comenzó a desabotonar esa camisa de color azul celeste con mucha calma y dedicándole otro beso pero esta vez en la mejilla.

-¿Qué hace? –Vio como le descubría el pecho. Zeff comenzó a acariciarlo sin prisa alguna. Aquella mano se sentía fría, pero perfectamente cuidada –Está muy... Frío...

-Lo siento... –Con una sonrisa de lado continuó con su labor, pero esta vez el beso que iba a plantarle, sería cerca de la boca del pequeño –Dime, muchacho... ¿Ya has besado a alguien?

-N-No...

-Entonces seré el primero en tocar esos labios... –Y como fue, lo besó en la boca, algo que hizo a Sanji que se estremeciera por un segundo, pero... Ese beso, no se sentía con mala intención. Por extraño que parezca, fue muy dulce y cálido; esto provocó una especie de descarga en todo el cuerpo del muchacho y sin querer, tocó la mejilla del mayor. Se separó un poco para hablar pero su cara estaba aun muy cerca del menor –Parece que te gustó... Yo te iré enseñando como se hace, pero por ahora... –Le volvió a besar sin perder esa sensación de cariño, o bueno, eso era lo que Sanji realmente comenzaba a sentir mas y más . Llegó un punto en el que se separó para tomar un poco de aire y continuó acariciándole el pecho – Se separó de él y dijo -Ahora son míos... -Pasó su pulgar en la boca de Sanji para tocarla con gran deleite -De aquí en adelante te daré todos los besos que yo quiera... -El pequeño aun se encontraba perdido y su cerebro apenas estaba almacenando todo lo que acababa de ocurrir -Esa es tu recompensa; ahora es momento de que me des mi masaje... -Pero el niño no reaccionaba -Oye... -Lo zarandeó y logrando hacer por fin reaccionar a Sanji.

-¿Ah, si? -Se levantó teniendo aun ese sonrojo.

-Parece que te gustó...

-¡¿De qué habla?! ¡Por supuesto que no...! -Desvió la mirada abajo, pero eso no detuvo al chef y se acercó de nuevo para decirle algo al oído -Agh...

-Voy a hacer que lo admitas aun si debo hacerte cosas muy sucias... -Le depositó mas besos en la mejilla y en su frente para después hacerlo de nuevo en sus labios y lo aprisionó entre sus brazos. Todo esto hizo que Sanji se estremeciera como nunca. Sintió como las manos de Zeff pasaban de arriba a abajo por toda su espalda, recorriéndola desde el cuello hasta mas abajo de la cadera -¿Te gusta? -Plantó otro beso junto con una caricia sobre la cintura del niño.

-No... -Respondió intentando ocultar su emoción al recibir estos cariños con una voz quebrada -De... Detente...

-Estoy seguro de que te gusta... -Le dio el beso en la boca -Anda, puedes hacerlo... Es fácil, sólo déjate llevar...

-Yo... No sé si... Esto... -Pero fue acallado por un beso un tanto mas intenso. Lo dejó para poder admirar esa linda carita que estaba haciendo. El rostro de Sanji se notaba completamente sonrojado y al sentir ese rubor se tapó la cara agarrando la almohada. Acto que hizo que Zeff soltara una gran carcajada. En verdad le pareció muy tierna la forma en cómo reaccionó su esclavo al darle cariñitos -No se ría... -Dijo con la almohada en la cara -Por favor...

-Lo siento... Es que de verdad fue gracioso... -Le costaba trabajo controlar su risa -Eres muy lindo... Ven aquí... -Se acercó para darle un abrazo, pero antes le arrebató con cuidado la almohada -Te prometo que no haré algo que tu no quieras, pero tu cara me dijo que te gustaron los besos así que no me pude resistir y sabiendo que yo fui el primero en darte uno, tenía que hacerlo con provecho...

Sanji se escondió en el pecho de su dueño al igual que poso sus manos sobre este -¿Por qué me salvó? -Al escuchar esa pregunta, no sabía que responder y su cara pasó a mostrar un semblante bastante serio. Tenía la respuesta, pero no sabía cómo decirla y menos así como así –Apenas nos conocemos y... Bueno... -Se separó para encararlo y al ver ese gesto se atemorizo -¡No es que no esté agradecido! ¡En verdad estoy feliz de que usted me salvara de ese hombre y de que...!

-Tenía que hacerlo... -Acarició el cabello del muchacho para calmarlo, un gesto que hizo sentir bien a Sanji -No podía ignorar el hecho de que ese idiota te lastimaría, no es mi estilo...

-No imaginé que usted fuera un asesino... -Dijo inseguro.

-Y yo no pensé que te fuera a volver a ver... Ahora menos bla, bla, bla... Y dame mi masaje... -Cambió el tema mostrándose ya impaciente. Se recostó boca abajo -Anda, y quiero un buen trabajo...

-Pero nunca he dado un masaje...

-Pero has visto como se hace uno supongo... Apresúrate, mocoso... -Dijo de mal humor y Sanji no quería verlo enojado, así que intentó recordar cómo le hacían los masajistas privados de su familia y se puso manos a la obra iniciando con poner sus palmas en la espalda del chef y empezó a hacer movimientos fe arriba a abajo con un poco de presión -Puedes sentarte encima de mi... -Sugirió. El pequeño obedeció y se subió sentándose sobre la retaguardia del chef -Ahora si continua...

-Si... -Volvió a masajearlo. Fue descubriendo la estructura de la fornida espalda del mayor, tan bien formada y resistente. No podía evitar el admirar aquella escultural parte -Es tan fuerte... -Dijo entre murmullos.

-¿Qué?

-¡Ah, nada! -Hizo mas presión sobre la bien formada espalda del rubio.

-Ah, eso... Se siente genial... Un poco más de fuerza... Ahora ahí... Si... Eso es... ¿Dices que nunca has dado un masaje?

-Eh, este... No... Ni siquiera recuerdo bien como se hace uno...

-Lo haces bien... Bastante bien... -Con esas suaves manos, Zeff estaba agarrando sin querer el sueño. Y cuando por fin terminó el pequeño, al preguntarle si necesitaba otra cosa, el hombre ya se había quedado dormido.

En seguida se quitó de encima de su amo y se sentó en la orilla de la cama y recapitulando lo sucedido en cuanto a los besos y esas caricias -No pensé que acabaría de esta forma... -Lo miró encontrándose con esa expresión tranquila que no le quitaba lo apuesto haciendo que sonriera un poco el menor -Parece un sueño... Estoy seguro de que el no es malo... Pero... ¿Por qué me salvó? ¿Por qué un hombre tan bueno como él puede ser un asesino? Si el supiera quien soy en realidad... -Se entristeció y miro al suelo -El me odiaría... No quiero que eso pase... No quiero...

 

 

[...]

 

La familia se encontraba desayunando. Judge se encontraba leyendo el periódico y en eso una de las sirvientas llegó con el teléfono en la mano para dárselo a su patrón -Señor Vinsmoke, es el alcalde de Nadin... Quiere darle sus condolencias...

-Dile que me disculpe pero ahora estoy en un asunto con respecto a mi hijo y en cuanto te cuelgue, desconectas la línea telefónica... No quiero recibir más llamadas o mensajes de cualquier otra persona...

-Sí, señor. -Se retiró del lugar.

-Esos tipos ya me tienen harto... –Reclamó el pelirrojo.

-¿Por cuánto tiempo continuaremos con esto? –Dijo Niji al comer su  desayuno.

 -No tenía las expectativas para poder manejar el negocio de la farmacéutica y mucho menos en la empresa de padre... –Dijo Yonji quien estaba recargado en su silla. En cambio, Reiju, no dijo nada –Todos los alcaldes, “amigos” y hasta el primer ministro de Inglaterra han mandado condolencias por la partida de ese inútil...

-Lo sé ellos quieren verme feliz con tal de no perder los lazos con el Germa 66. Su mundo estaría perdido si no fuera por nosotros... Miren esto, aquí dice que el dueño de la compañía de seguros de toda Paris está involucrado en un lavado de dinero... No tardará en pedirnos ayuda...

-¿Tiene tu número privado? –Preguntó el peli azul.

-Ah, creo que si... Reiju, ve investigando al reportero que hizo esta noticia; es claro que no dudo de sus capacidades como buen periodista e investigador y creo en su palabra, pero no creo que le convenga arriesgar su cuello por querer hacer fama y salvar a su país...

-Entendido... –Se levantó de la mesa.

-No tienes que hacerlo ahora, termínate con calma tu desayuno, además no nos han llamado...

-Se m fue el apetito, eso es todo... –Recogió su plato y su vaso.

-Oye, oye... Tenemos gente para que haga eso... –Replicó Ichiji.

-No hace daño hacer un poco de quehacer... –Se retiró de la mesa dejando escépticos a los varones.

-Ah, no le hagan caso... Desde que la falla se fue a estado de ese humor... –Dijo Yonji –Y a todo esto... ¿Volverás a retomar la misión de tu cliente? –Volteó a ver a su padre quien se mostraba serio y apretó las hojas del periódico.

-Supongo que no me queda de otra, será cuando ahorré otro poco de dinero... –Llamó a su sirvientes para que levantaran los trastes que utilizó y de paso le preparan el baño –Cuando se me presente otra oportunidad, ¿me acompañaran, verdad?  -Los chicos asintieron con la cabeza y mostrando una sonrisa con descaro –Esos son mis hijos... Bien, iré a trabajar. No quiero otra queja de sus profesores ¿Me oyeron? –Se limpió la boca y se retiró por fin del comedor.

-Claro, padre...

-¿Oigan, hay algo que no entiendo de todo esto? –Dijo el peli verde entre murmullos.

-¿De qué hablas? –Preguntó el pelirrojo con una ceja arqueada.

-Ese día del restaurante, antes de ir para allá, fue a otro lado.

-¿Lo seguiste? –Preguntó el peli azul sacando una barra de chocolate de su pantalón.

-Sí, y no es la primera vez que agarra ese camino las veces que tuvimos que ir a Japón...

-¿Un camino? ¿A qué te refieres? –Quedó mas intrigado Ichiji con lo que acababa de decir su hermano.

-Si... Cuando vamos, ya ven que el dice que va a un bar que está escondido entre algunas calles, pero en Japón son algo estrictos con ese tipo de cosas, y aun si lo quieran, hay una escuela cerca...

-Debe ser un bar clandestino... –Dijo Niji con indiferencia.

-No va a ningún bar, estoy seguro de que se dirige a otro lugar; lo malo es que no quiere decir de se trata en realidad.

-Yonji, ya deberías saberlo mejor que nadie. En esta familia hay secretos y más por nuestro trabajo... Si padre quiere involucrarse en algo mucho mas grande es su problema... –Respondió con naturalidad Ichiji.

-Si, pero...

-Ahora vamos a apurarnos antes de que lleguen esos vejetes a molestar con la tarea...

-Muchachos. –Interrumpió Niji –No se presentaran en estos días para guardar luto por el idiota...

-¿De verdad? ¿Y cómo sabes?

-En la mañana me encontré con el profesor de “música” y me dio la noticia para avisarle a padre y a ustedes, supongo que Reiju ya lo sabe y si no, ya lo sabrá por su cuenta...

-Vaya, hasta que hace algo bueno Sanji...

-Y eso que ya no está con nosotros... ¡Jajajajajaja...!  -Detrás de la pared del comedor se encontraba la peli rosa escuchando la conversación de esos tres mal criados. Su coraje y arrepentimiento habían desaparecido al escuchar la parte de que Judge se iba a un lugar desconocido cuando estuvieron yendo a Japón. Sin mas por hacer prefirió retirarse al fin del lugar y se dirigió a su cuarto.

-<<Sanji... Lo lamento mucho... Debí ser una mejor hermana y advertirte por lo que te iba a ocurrir... Espero y estés bien.>> -Se subió a las escaleras y pasando por la habitación de su hermano menor no pudo sentir mas la culpa y sabía que n estaría tranquila hasta volver a Japón. –Sanji...

 

 

[...]

No podía evitar el mirar con apreciación a su amo quien aun estaba durmiendo como un oso. Se acostó a lado de el y lo primero que hizo fue tocar uno de sus bigotes lo cuales estaban atados por un listón de color verde, un amarre tan mas simple. Se preguntó el por qué esos bigotes. Parecía un pirata,  le dio gracia por el peculiar estilo que llevaba ese hombre. Jugueteó un poco con el mechón de este y pensó -<<¿Este será mi destino? Jamás creí que lo conocería... Pero... >> -Entrecerró los ojos con un un terrible nudo en su pecho -<<No quiero que me odie...>>

Notas finales:

Gracias por leer el capítulo, aunque ya estoy dudando si seguir con la historia :/ Supongo quen o les está gustando.


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