Solo puedo escuchar voces a lo lejos pero no logro distinguirlas bien, mis ojos están vendados por alguna razón me arde todo el cuerpo, pero aun así tengo frio, lo más seguro es que estoy sin ropa, pero porque, solo siento que algo rodea mi cuello, no solo eso hay algo en mis muñecas. Trato de moverme, pero no puedo mi cuerpo no responde, lo intento una vez más pero no hay resultado en eso escucho pasos que se acercan más y más hasta que se detienen, siento como alguien toma mi mentón y finalmente hablo.
-Al fin estas de vuelta en casa mi pequeño conejo. -
Al escuchar esa voz mi cuerpo se tensa, al estar en completa oscuridad me pongo aún más nervioso.
- Quién eres? -
-Shhh~ tranquilo no dejare que nos separen de nuevo. -
- Aléjate...-
-No, al fin te encontré. No te dejare ir nuevamente. -
No entiendo que pasa, acaso ya había visto a esta persona. Onichan ayúdame por favor tengo miedo.
Un tacto recorre mi cuerpo, quema... Quema... Que alguien haga que se detenga. Repito que no, pero parece que me ignora ya que estas caricias prosiguen, mis labios son asaltados por aquella persona. Siento como sus manos se mueven hasta llegar a mi miembro el cual ya se ha puesto erecto y empezó a acariciar la punta, cuando nos separamos por falta de aire solo lograba jadear mientras le suplicaba que se detuviera.
-Para... por...favor. - le rogaba pero eso solo causaba que mi temor aumentara y aquella persona pareciera que le gustaba ya que escuchaba como daba leves suspiros.
-No lo hare. - Dijo con un tono de exitacion, si tuviera mi cosmo tal vez romperia estas esposas pero ya no es asi, ahora solo poseia la poca fuerza de un humano de mi edad, solo era una persona debil. El que siempre debe ser protegido por su hermano mayor, pero ahora el estaba lejos de mi... cierto lo unico que querian era deshacerme de mi.
Sentía como mis lagrimas empapaban la venda, empecé a sollozar lo cual él se detuvo para con las yemas de sus dedos remarcar mis labios. Unos segundos de descanso mientras el bajo a mi pecho para empezar a morder y chupar mis pezones con su boca.
Mi mente empezó a nublarse, no podía pensar en nada más que en las sensaciones que me daba aquella persona. Arque mi espalda ya que en algún momento iba a venirme.
Las sensaciones eran más y más fuertes, empezó a apretar un poco mi virilidad. Solo podía sacar de mi garganta los gemidos, no podría sacar sonido algo más.
Sentí como una especie de descarga eléctrica en mi cuerpo y a los segundos me vine, podía escuchar una leve risa de aquel sujeto.
-Estabas tan ansioso que te viniste rápido, tendremos más noches como esta. -
Este es mi castigo por ser un caballero de athena, el haber tomado la vida de mis enemigos. El ser el mas debil de mis hermanos, lo lamento tanto..