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Paper Love and Black Heart. por McMaddy02

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Notas del capitulo:

Hola hola…

 

¿Qué decían? ¿Qué me tardaría otro mes? Pues nooo jaja afortunadamente tengo una preciosa amiga que me estuvo metiendo presión para escribir este capítulo jaja (gracias Fany) además de que esta semana estuvo más relajada.

 

Espero que pueda seguir siendo así.

 

En el capítulo anterior muchos dieron al clavo en lo que sucedería en este capítulo, de hecho, no respondí muchos comentarios para evitar dar spoiler, pero wow que buenos son para ver los pequeños detalles y las pistas que dejo en cada capítulo.

 

Hay una enooorme posibilidad de que este capítulo les de ideas de lo que se aproxima, hay algunos detallitos por ahí que habrá que resaltar. Yo comenté desde el principio que esta historia sería larga, así que pues… no habrá solo un antagonista jijiji.

 

Como dato curioso está un juego mencionado que proviene de la edad media “La Soule”, se trata de un juego de pelota que se jugaba antiguamente en algunas regiones francesas, podemos recordar que en esa época no existían pelotas como las de ahora, así que se jugaba con bolas de madera, cuero o incluso estómagos de animal rellenos, consistía en llevar el balón por grandes extensiones de terreno hasta un punto determinado. Lo curioso de este juego es que estaba prohibido por la iglesia y las autoridades de esa época (básicamente la autoridad era la iglesia), los jugadores eran castigados por practicarlo, aun así, seguía siendo muy jugado.

 

Ahora el momento esperado…

 

(Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Alan Ituriel y Maxwell Atoms)

La habitación se encontraba en total penumbra, las cortinas gruesas de terciopelo rojo dejaban entrever muy levemente la luz del sol que recién se había asomado pocos minutos atrás. Sentado en medio de la enorme cama, semidesnudo y preocupado mordía la manga de la camisa roja que llevaba puesta como única prenda, su cabello castaño se hallaba suelto y enmarañado y bajo sus preciosos ojos verdes se marcaban tenues ojeras. Flug se sentía ansioso principalmente por la terrible necesidad de orinar que tenía, pero las indicaciones fueron claras; no bajar de la cama, no pronunciar una sola palabra, no usar su teléfono móvil, no dormir en ningún momento y si tenía que orinar debía usar el jarrón sobre la cómoda. A penas cayó la noche del día anterior, Black Hat le dio aquellas indicaciones y muchas más que para él no tenían mucho sentido, no comprendía el objetivo, el demonio había sido bastante discreto respecto a lo que haría esa misma noche, estando ambos a poco de dormir, Black le arrebató su ropa, lo encerró en la habitación e hizo énfasis en que nadie supiera que él estaba ahí, lo único que sabía es que regresaría por la mañana y que iría junto con Belle a “Jugar”, no tenía sentido.

 

Sostuvo en sus manos un pequeño magnetófono, bastante viejo, pero muy bien conservado. Antes de marcharse, el demonio le ordenó usarlo, debía marcar un número en el teléfono de disco de la habitación, sin pronunciar una sola palabra, reproducir el audio del aparato a penas contestasen. Al otro lado de la línea Dryadalis contestó el teléfono, tan solo el sonido de un tintineo fue suficiente para que el pooka comprendiera un mensaje hasta ahora indescifrable para el doctor, posteriormente la dama contestó, escuchó una única frase grabada con la voz de Black Hat, a la cual siguió el juego perfectamente; “La invito a jugar la Soule esta noche”. Era como si todos lo supieran, como si conocieran un mensaje oculto, alguna palabra secreta o una estrategia muy bien planeada, excepto él. Pensar que el gran villano iría inocentemente a jugar pelota en una noche estrellada era una completa idiotez, allí había gato encerrado.

 

Se acercó a la orilla de la cama con la intención de bajar, según el ensombrerado las ordenes terminaban en cuanto saliera el sol, pero debía admitir que lo peculiar de la situación le causó el suficiente temor como para dudar de hacerlo o no antes de su llegada. Poner un solo pie sobre la alfombra fue realmente un gran paso, buscó a tientas por todas partes las llaves de la habitación, el lugar no estaba iluminado jamás, aunque tampoco se atrevería a encender las luces, quien sabe con qué podría toparse. Cuando finalmente pudo encontrarlas abrió la puerta con cuidado, observó con detenimiento el pasillo antes de salir, caminó a hurtadillas hasta su habitación, no parecía haber ninguna novedad, de hecho, todo estaba bastante tranquilo sin la presencia de Demencia. Entró a su habitación, lo único extraño fue ver su cama limpia y ordenada en medio de su habitual desorden, abrió varios cajones hasta dar con una pequeña pistola blanca de empuñadura y boca azul, se trataba de un arma de rayos laser que guardaba para emergencias, era una de las tantas armas ocultas por toda la mansión, no era su favorita, pero era práctica, daba disparos certeros que no provocaban un caos. El sonido de un tintineo ligero lo puso alerta, escaneó la habitación con la mirada en busca de su origen, aquello volvió a escucharse segundos después, apuntó el arma de un lado a otro, pero no parecía haber nada. Repentinamente algo saltó sobre su cabeza, Flug sintió como se enroscaba en su cabello, sacudió asustado a lo que sea que tenía encima y lo vio caer sobre la cama, disparó varias veces intentando atinar a aquella pequeña cosa que se movía con agilidad por toda la habitación, hasta que en un descuido el doctor rompió una pata del tocador provocando que este cayese al suelo aplastando por fin al intruso, rebuscó entre el desastre hasta encontrar revuelto en vidrios rotos un diminuto robot, una pequeña esfera con patas de araña, de un metal rojo y con lo que parecía ser una cámara, lo examinó cuidadosamente, el objeto cabía perfectamente en la palma de su mano.

 

-Pero que… -Pronunció extrañado.

 

Al escuchar su voz el aparato reaccionó encendiendo una luz roja, un sonido chirriante e intermitente se desprendía de él. Alarmado, el doctor lo arrojó al suelo y lo aplastó con lo primero que encontró, arremetió varias veces con un pesado libro hasta que dejó de sonar. Al ver su interior lo reconoció de inmediato, sabía lo que era, él mismo los construía e utilizaba constantemente, se trataba de un microbot, un minúsculo robot diseñado habitualmente para tareas simples, pero en su caso los utilizaba como artefacto de espionaje y sabotaje, acostumbraba a construirlos lo suficientemente hábiles como para desmantelar armamento enemigo completo, aunque aquel robot no era de su propiedad, efectivamente era el tipo de tecnología que solía usar, las incógnitas eran ¿A quién pertenecía? Y ¿Por qué estaba ahí?

 

En ese momento no podía resolver todas sus dudas, pero la aparición de ese pequeño espía respondía el por qué debía guardar silencio y permanecer en la habitación, si era así, significaba que debía haber más de uno por toda la mansión, debía encontrarlos o la seguridad de la organización se vería en riesgo.

 

Con sumo cuidado logró llegar a su laboratorio, tomó su laptop maldiciendo por lo bajo el hecho de que la mayoría de sus artefactos y Hatbots funcionaban a base de comandos de voz, ahora tenía que hacer algunos cambios a distancia en su configuración para poder controlarlos sin la necesidad de hablar. Al cabo de varios minutos tuvo a su disposición a un equipo de MicroHatbots rastreadores y Hatbotlers a control remoto, dio la orden de localizar cualquier aparato electrónico que no fuera propiedad de la organización. Conforme pasaban los minutos, los bots depositaban frente a él a mas microbots como el que había destrozado, en un monitor se mostraba la ubicación donde fue localizado cada uno; la cocina, la recepción, el baño, un par en su laboratorio, adheridos a la puerta de entrada, unidos a la línea telefónica y al enrutador. La mansión entera estaba plagada de ellos, pero aparentemente no solo se ocupaban de reaccionar a su voz, parecía ser que lo estaban espiando, alguien logró finalmente infiltrarse en la mansión, la red de la organización e incluso desactivar el sistema de seguridad, pero ¿Quién? ¿Cómo?

 

Flug trató de recordar, intentó buscar algún suceso en el cual aquello fuera viable, ni siquiera la fiesta del aniversario se prestó a poner en riesgo la seguridad, por el contrario, se reforzó por completo. Entonces apareció aquel recuerdo, tan solo la tarde del día anterior tuvo aquella desagradable visita por parte de la mujer ciempiés, era la única posibilidad, solo ese día no hubo revisión de rutina, si lo pensaba bien, no existía un motivo válido por el cual la villana se dignara a visitarlos en aquel momento, puso en riesgo su propia integridad, ya no era miembro de la organización y dudaba mucho que solo fuera a despedirse o a amenazarlo, ese fue el momento preciso en el que Chienne tuvo la oportunidad de introducir esa tecnología a la mansión sin ser descubierta en el instante, que torpe fue. Ahora se preguntaba si Black Hat había descubierto algún plan malévolo por parte de la villana, quizá a eso se debía su ausencia.

 

Cuando los bots dejaron de moverse, restauró los sistemas de seguridad y renovó todas las contraseñas, se dirigió a poner en orden lo último que faltaba. Cuando llegó se topó con otra puerta cerrada con llave, temió por lo que podría encontrar dentro, no por lo que pudiera hacerle daño, sino porque uno de sus más grandes tesoros se encontraba ahí. Abrió la puerta, entró con sigilo para encontrar a un gigantesco oso azul durmiendo plácidamente, el gran animal abrió los ojos lentamente, le sonrió al divisarlo, Flug sintió alivio, se acercó a darle un tierno beso en la frente.

 

-Buenos días 5.0.5. –Saludó acariciando el pelaje de su cabeza.

 

El experimento continuó con un gesto amable que rápidamente se tornó avergonzado, se cubrió el rostro.

 

- ¿Qué ocurre?

 

El oso le apuntaba sin mirarlo, el científico se inspeccionó y finalmente cayó en la cuenta de que aún seguía semidesnudo, con una camisa ajena que a duras penas le cubría la entrepierna y que debajo de esta no tenía nada más, se cubrió con ambas manos completamente ruborizado, 5.0.5. lo había visto antes con poca ropa, pero aquello no dejaba nada a la imaginación.

 

-Quizá debería ir a vestirme…

 

 

 

La mujer ciempiés cayó de espaldas al suelo, retrocedió arrastrándose desesperadamente, no podía entender que era lo que estaba sucediendo, se sentía aterrorizada, confundida, nada tenía sentido. Frente a ella se encontraba un joven con un rostro distorsionado, una sonrisa anormalmente amplia y ojos penetrantes, el individuo caminó lentamente, acercándose a ella, a cada paso una energía negra y vaporosa lo envolvía cambiando esa piel pálida humana por una piel grisácea oscura, vistiéndose de saco largo, corbata y sombrero de copa, cambiando su aspecto hasta conformar al que por cientos de años fue el más grande de sus anhelos, pero ahora podía ser la peor de sus pesadillas.

 

-Esto… no puede ser. –Inició nerviosa- Usted no está aquí, usted no puede estar aquí, yo me encargué de eso… Lord Black Hat, no ha salido de la mansión, yo he revisado todo, mis microbots…

 

Todo pintaba terrible para ella, no solo había sido descubierta, todo ese tiempo estuvo llevando a cabo sus planes directamente en contra del villano, cada acción en aquella celda fue recibida por él, las manos de la villana cargaban con toda la responsabilidad y sabía que tendría fuertes consecuencias.

 

- ¿Se refiere a estas cosas? –Lanzó al suelo uno de los pequeños robots, el aparato comenzó a caminar para ser destrozado de un pisotón por el demonio- Me ofende señora Malum, –Dijo conservando su sonrisa- ¿En verdad creyó que no notaría algo como esto? Ha caído bajo usando tecnología tan simple… que ni siquiera es suya.

 

-Debí suponer que no podrían notar la diferencia… era una farsa.

 

-En efecto, la técnica de los cambia pieles es un arte que solo yo soy capaz de dominar a la perfección, –Comentó con arrogancia- pero admito que el sombrero blanco ha conseguido buenos subordinados... es patético que haya tenido que recurrir a él.

 

-Usted no es tan invencible como cree, –Se atrevió, se levantó de a poco, aún temblaba nerviosa- tiene enemigos fuertes y subordinados débiles, por lo que veo el patético científico resultó ser un soplón.

 

Black Hat rio burlón, estaba tan lejos de ser verdad. –El doctor Flug no ha dicho una sola palabra respecto a usted. –Aseguró, se acercó al muro y tomó una alabarda- Desde el principio supe que esto sucedería, su error fue envolverse en un capricho de adolescente enamorada. –Sin siquiera inmutarse clavó la afilada alabarda en el cráneo de Madra, atravesándolo, la mujer solo se cubrió el rostro reprimiendo una reacción.

 

-Pero ¿Cómo? –Preguntó confundida.

 

-Sin mencionar los constantes ataques a Flug, -Dijo virando los ojos, le parecía una idiotez que la mujer pensara que no lo había notado- usted fue retirada de la lista de subsidiarios de la organización, no tomo circunstancias como esas a la ligera, era evidente que su orgullo la llevaría a intentar sabotear mi organización y arremeter contra el doctor. –Acercó el filo de la alabarda al rostro de la villana dejando un fino rasguño en su mejilla- Estuve siempre un paso adelante. –Sonrió con malicia.

 

Chienne permaneció en silencio, pensaba en sus opciones, ideas absurdas pasaban por su cabeza, quizá sus posibilidades de éxito eran bajas… o nulas, pero tenía que intentar algo. Lo que consideró su acción más patética fue en realidad bastante efectiva, en un segundo consiguió simplemente salir de la celda hacia las mazmorras, buscaba la salida a toda velocidad, ni siquiera miraba atrás, sabía que estaba siendo perseguida, jamás la dejaría, pero al menos le daba tiempo de pensar en algo mejor. Subió las escaleras con los nervios a flor de piel, esa risa pavorosa tan típica del villano resonaba haciendo eco por el lugar, sentía que estaba tras ella, frente a ella, en todas partes. Llegó finalmente a la planta baja de su castillo, las paredes negras se iluminaban, circuitos eléctricos de color rojo se enroscaban formando grecas, su basta tecnología la rodeaba, con una orden atrajo a cada guardia y guerrero que se encontraba dentro del castillo, atacar era su única salida, ni siquiera podría intentar escapar. Cientos de alabarderos se colocaron a su alrededor, la resguardaban atentos, pero ella no podía solo quedarse de brazos cruzados, con un par de espadas alfanje se preparaba para lo que venía, suponía que sería duro, el demonio le dio demasiado tiempo de ventaja.

 

- ¡¿Pero qué ridiculez es esta?! –Preguntó ofendido, Black apareció como una sombra frente a sus guerreros, desconcertando a la villana, esperaba una entrada mucho más espectacular- ¿Le di tanto tiempo para esta estupidez? Es una desgracia –Dijo sosteniéndose el entrecejo- Aparentemente no aprendió nada como subsidiaria de la organización Black Hat.

 

La mujer lo miraba confundida, aquello parecía ser un juego para él o alguna clase de prueba, aunque si lo pensaba bien, realmente era tonto querer enfrentársele con alabardas y espadas. Suspiró resignada, soltó sus armas, sus manos se encendieron como un par de llamas, se abrió paso lentamente entre sus alabarderos hasta quedar frente al demonio, sin previo aviso intentó atacarlo, su mano roja que quemaba como el fuego fue detenida hábilmente por Black, su piel no escocía y no parecía hacer gran esfuerzo ante la fuerza de la villana, era un intento desesperado por salvar su vida, pero no un intento absurdo, aprovechando la cercanía la mujer se lanzó sobre el demonio enroscándose a su alrededor como el artrópodo ponzoñoso que era, cada picuda pata que poseía se encendió y se aferró a él.

 

-Qué mierd… -Gruñó Black tambaleándose por lo repentino de la acción.

 

- ¡Fuego! –Gritó Chienne.

 

De uno de los muros se desplegó un arma con un gran cañón, a la orden de la mujer encendió y disparó un poderoso rayo naranja brillante que los envolvió a ambos, la ciempiés salió despedida un par de metros, ligeramente quemada, agradeció infinitamente su tolerancia al calor, se levantó con dificultad y un aire triunfante al no divisar al villano.

 

-Me parece que olvidó mi fascinación por los rayos laser, mi lord. –Comentó arrogante, sin esperar respuesta, el arma que había utilizado era sin duda la mejor de su arsenal- Limpien esto. –Ordenó dando por finalizado el encuentro.

 

-Que decepción.

 

Chienne se paralizó, frente a ella el demonio del sombrero volvió a hacerse presente, se acercó con una mirada seria y amenazante haciéndola retroceder. Cada alabardero se hizo a un lado, abriéndoles paso, incluso retirándose, la sala se vaciaba poco a poco, abandonando a su líder.

 

-Armas inútiles, subordinados infieles, -Dijo con desdén- una supuesta poderosa gobernante haciendo las rabietas de una niña, mostrándose caprichosa, -La mujer llegó al muro quedando acorralada, Black la sostuvo del rostro y la levantó con fuerza, aprisionándola contra la pared- intentando obtener lo que desea con planes carentes de toda clase, huyendo desesperada y cobardemente y después… subestimándome. –Cargándola de la misma manera, la lanzó lejos, la villana cayó con dureza al suelo- Y aun así se atrevió a pensar que la elegiría a usted.

 

Sin poder evitar mostrarse atormentada, la mujer se arrastró hasta sus pies, sudaba frío. –Usted… usted puede tener un poco de piedad, es poderoso y magnífico, no gastará su energía en alguien como yo, puede dejarme… por favor. –Rogó, su voz se escuchaba entrecortada y temblorosa- No sabe cómo lamento toda molestia que le he provocado, le juro que jamás volverá a verme.

 

-Eso es un hecho. –Contestó sonriente, la mujer disentía- Pude haberla dejado escapar, desechar un desperdicio más sin ninguna utilidad para mi… Pero usted ha acertado en algo… no soy un héroe, solo los héroes perdonan vidas. –Se encogió de hombros- Para su desgracia, usted intentó arrebatarme al individuo con quien planeo contraer nupcias, me es imposible dejar pasar algo como eso.

 

- ¿Casarse? Eso es ridículo. –Soltó imprudentemente, arrepintiéndose de inmediato.

 

-Ridículo es que usted pueda seguir hablando. –Respondió molesto, un crujido en la parte alta del castillo le devolvió la sonrisa- Me complace decir que esta conversación está por finalizar.

 

Chienne miró el techo angustiada, sonrió resignada. –Será todo un honor ser asesinada por usted.

 

-Muy halagador, –Se inclinó para mirarla de cerca- pero lamento informarle que eso no me corresponde.

 

- ¿Qué quiere decir?

 

-Digamos que llegué a un acuerdo con su acreedora. –Se irguió y se alejó varios pasos- Cuidaré bien de sus dominios.

 

La tierra comenzó a temblar, los muros se agrietaron, el techo comenzó a desmoronarse, pero al contrario de caer, algo desprendió y haló de él dejando al descubierto la gran sala.

 

- ¡¿Qué sucede?! –Cuestionó asustada, pero no obtuvo respuesta.

 

-Te dije que no te metieras con el muchacho. –Habló una voz, sonaba inhumana, eran como varias voces hablando al mismo tiempo y generando un eco, muy levemente resonaba entre ellas una voz aguda y conocida- Te advertí que tendrías consecuencias…

 

La villana ciempiés le dirigió a Black una mirada llena de confusión, miedo e indignación.

 

-Quizá olvidó la regla número quinientos treinta y dos, –Dijo el villano en respuesta- un villano de alto calibre no entra en contacto directo, a menos que la situación lo requiera. -Comentó con obviedad- Le informo que la situación no lo requiere…

 

El semblante de la villana se llenó de rabia, su indignación crecía, observó al demonio alejarse, dirigirse a la salida, dejándola sola con extrema indiferencia, como si fuera nada, un peligro mínimo o una molestia insignificante. Del techo una mano oscura y gigante entró al lugar, tomándola y sacándola del establecimiento.

 

- ¡Yo soy una poderosa villana! ¡Una villana! –Gritaba molesta.

 

-Encapricharte te ha llevado hasta aquí. –Volvió a hablar aquel ser desconocido.

 

Desde fuera del castillo, un ser gigantesco, oscuro y vaporoso sostenía a Chienne, era como una gran sombra, en su silueta podía distinguirse una melena corta y grandes orejas de conejo, sus ojos y boca no tenían un fondo, solo se apreciaba una ligera luz violácea viniendo de su interior, sonreía abiertamente.

 

- ¿Quién eres? ¿Qué vas a hacerme? –Preguntó desesperada.

 

- ¿No me reconoces, cariño?, haré lo que mereces, alimaña ponzoñosa.

 

-Belle Mort… –Dijo atónita- ¡No! No quiero ¡Suéltame! –Intentaba zafarse del agarre, encajaba sus garras al rojo vivo, sabía lo que se aproximaba.

 

-No te preocupes, yo también lo voy a lamentar.

 

La dama pooka acercó a Chienne hasta su rostro, la villana ciempiés se retorcía, gritaba desesperada tratando de alejarse, Belle abrió la boca y sin titubear, sin una pizca de arrepentimiento, mordió la mitad de su torso, sintió el crujir en sus dientes y la espesa sangre escurrirle por la barbilla, tiró de ella hasta partirla en dos, la perra había dejado de gritar al fin, continuó devorándola hasta no dejar rastro, se relamió los labios. Belle Mort disminuyó poco a poco su tamaño, el humo negro que la conformaba se desvanecía, lentamente retomó su figura delicada, pequeña y su piel aguamarina, chasqueó los dedos, Dryadalis apareció en el instante entregándole un pañuelo de tela que la mujer tomó para limpiarse finamente los labios llenos de sangre.

 

-Lady Belle Mort. –Saludó Black aproximándose, tenía esa sonrisa maliciosa tan típica de él.

 

-Ha sido un aperitivo poco refinado, pero no fue tan malo como pensaba. –Comentó con ligero desagrado- Lo saludo mi lord, lamento mis modales.

 

-Me sorprende que aceptara volver a “jugar” junto a mí. –Dijo sin sarcasmo, en realidad era una sorpresa, la dama tenía siglos sin participar en ese tipo de situaciones, el demonio dudaba que aceptara, especialmente por lo que Chienne había representado para ella en la antigüedad.

 

-A mí me sorprende que usted se prestara a pasar por semejante humillación por alguien más. –Se burló.

 

Black viró los ojos. –Ugh… Hubiera preferido que no viera eso.

 

Humillante era una palabra demasiado simple para describir lo que realmente había pasado, los maltratos y heridas eran poca cosa, eran parte del gran arte de ser un cambia pieles, era necesario pasar por cosas como esas para ser lo suficientemente convincente, pero en esa ocasión tuvo que permitir algo que iba más allá de lo acostumbrado, algo vergonzoso que quería olvidar, fue más que detestable, aunque había algo que debía admitir… Agradecía haberlo soportado él.

 

-Tuve una visión, pero no fue la única, -Caminaban alejándose del castillo en ruinas, a sus espaldas todo se desmoronaba, cada soldado que pasaba junto a ellos se alejaba temeroso- Hay algo que debe saber.

 

El demonio paró, le dedicó una mirada interrogante.

 

-Usted debe saber ya que mis visiones no se adentran en el futuro más de un año, pero debo decir que en ocasiones excepcionales he tenido visiones mucho más a futuro, el problema es que son borrosas, casi pueden confundirse con un producto de mi imaginación, -Inició, captaba por completo el interés de Black- hace siglos tuve una visión muy interesante, lo vi a usted compartiendo su vida con alguien y como se imaginará, ese alguien era Flug, -El demonio se mostraba asombrado ante la declaración- aunque por bastante tiempo descarté esa posibilidad, me parecía absurdo. –Se encogió de hombros- Aquella visión fue el motivo por el que quise alejar a Chienne de usted, lamentablemente pensó que era en su contra, y bueno aquí estamos, que haya aceptado apoyarlo no fue por simple gusto.

 

- ¿Por qué no me habló de esto antes? –Preguntó molesto.

 

-Porque habría querido evitarlo, lo conozco lo suficiente. -Le sonrió con complicidad- Esto, mi lord, es el destino, espero que sepa apreciar su valor… con todo lo que se aproxima.

 

- ¿Qué quiere decir?

 

- ¿No tiene usted otro compromiso? –Desvió el tema, el villano la miró con recelo.

 

Black Hat chasqueó los dedos, un portal de brillo verde se abrió frente a ellos, un segundo después un individuo lo atravesó, se trataba de un ser encapuchado, cubierto de pies a cabeza, portaba una hoz, muy levemente mostraba algo de su pálido rostro.

 

-Mi señor Black Hat. –Saludó con una reverencia.

 

-Grim. –Respondió el ensombrerado.

 

-Oh querida Parca que gusto verlo de nuevo. –Dijo Belle, contenta.

 

-El gusto es todo mío, Lady Belle. –Se inclinó y besó la mano de la mujer- Pero llámeme Puro Hueso, no hacen falta las formalidades.

 

- ¿Tienes lo que te ordené? –Interrumpió Black.

 

-Si mi lord. –Contestó sacando una esfera transparente para hámster, dentro se apreciaba una diminuta figura magenta- Tal como lo pidió.

 

El demonio tomó la pelota, la rodó un par de veces entre sus manos, se divertía. Dentro de ella se tambaleaba, tropezaba y rodaba el pequeño espíritu de una mujer ciempiés de piel magenta, un alma recién llegada a las puertas del inframundo y que el gran lord había solicitado traer ante él por Puro Hueso. Black sacudió la esfera, la mujer cayó de nuevo, lo miraba con odio y pronunciaba cosas que no podía escuchar, le devolvió el objeto al encapuchado.

 

-Ya sabes que hacer.

 

- ¿Está seguro? Considero que es muy cruel.

 

-De eso se trata, –Se sostuvo el entrecejo- convivir con ese niño de enorme nariz te está afectando.

 

-De acuerdo… -Dijo resignado- Me despido. –Hizo otra reverencia.

 

Puro Hueso abrió un nuevo portal con su hoz y lo atravesó, dejándolos. Llegó a una sala de muros azules y muebles en diversos tonos de verde, sobre el sofá se encontraba un niño de gran nariz, con gorra roja y camisa a rayas, el infante lo visualizó y sonrió bobamente.

 

- ¡Puro Hueso! –Gritó emocionado.

 

El huesudo inspeccionó la esfera en sus manos, la mujer lo observaba confundida. –Lo lamento, pero tengo órdenes. –Le dijo sintiendo compasión por ella- Billy, te tengo un regalo.

 

El aludido brincó contento recibiendo la esfera transparente, no podía abrirse ni romperse tal como Black Hat lo había especificado, lo que la convertía en un perfecto juguete para el niño.

 

- ¿Qué rayos pasa? –Preguntó con fastidio una niña rubia de vestido rosa.

 

-Billy tiene un nuevo juguete.

 

- ¿Es lo que Lord Black Hat te pidió?

 

-Justamente…

 

El niño paseaba la pelota de un lado a otro, reía de manera irritante.

 

-Que cruel es…

Notas finales:

Lo malo de crear a un antagonista que todo el mundo detesta (hasta tu) es darle un buen final XD la verdad yo detesté a Chienne hasta la médula, ya quería matarla jajaja pero no me decidía que final darle. Tengo un pequeño trauma con el personaje de Billy de Las Sombrías Aventuras de Billy y Mandy, siempre lo detesté, adoraba a Mandy pero nunca soporté a Billy, así queee… tener que ser su juguete me pareció un adecuado castigo.

 

Ya hubo un antagonista que fue completamente odiado, ahora falta uno que no puedan odiar…


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