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Paper Love and Black Heart. por McMaddy02

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Notas del capitulo:

¡Hola de nuevo!


Como mencioné en capítulos anteriores, algunos capítulos de esta “saga” no tendrán datitos curiosos, este es uno :3 (es temporal).


Aunque si hay algo que mencionar. Ya sabemos que Demencia es el personaje principal de las referencias (Demencia Referencia como dijeron en los comentarios jaja) la cuestión es que caí en la cuenta de algo que podría ser problemático. Aquí tengo lectores de habla hispana que provienen de varios países, la cosa es que la mayoría de las referencias son de películas y series, estas películas y series suelen doblarse en castellano y español latino, en español latino son dobladas especialmente por actores de doblaje mexicanos que muchas veces hacen uso de modismos de nuestro país (soy orgullosamente mexicana jaja), es el caso de Pepe Toño Macías (La voz de Flug, James Mememes, Deadpool, etc) que hace muchísimo uso de expresiones mexicanas. A lo que quiero llegar es que posiblemente quien sea de Latinoamérica esté familiarizado con los modismos mexicanos y haya visto las películas en español latino, pero el caso de quien es de España o quienes simplemente no conozcan como acostumbramos a expresarnos, no entienda las referencias, especialmente las que son simplemente diálogos, por el hecho de haber visto las películas o series en otro idioma. Aquí todas las referencias vienen en su idioma original, una traducción del idioma original o en español latino, lo menciono para que lo tomen en cuenta y puedan entenderlas.


No los entretengo más, disfruten del capítulo <3


Los personajes son propiedad de Alan Ituriel.

El poderoso encuentro tomaba cada vez una forma más agresiva. Tras dar por hecho que obtendría la victoria, el demonio retrocedió, su rostro se volvió aterrador, alargó sus dientes nuevamente, retomó una vez más aquella figura monstruosa y gigantesca.


La villana se preparó, no sería sencillo, pero al menos ya tenía otro objetivo, admitía que jamás lo vencería sola, el orgullo le dolía, necesitaba a Black Hat.


El héroe la atacó, a pesar de la forma de su cuerpo la mujer lo esquivaba con habilidad, de vez en cuando recibía ataques por su parte. Demencia buscaba la oportunidad, llegar a él no sería fácil, necesitaba que estuviese lo más inmóvil posible, pero la ciempiés tenía problemas para contenerlo.


En otro lugar Rouge continuaba sobrevolando, bastante entretenido, el héroe a sus pies se encontraba hastiado.


- ¿No piensas bajar, cobarde?


-Nop. -Respondió juguetón.


-Bien, estoy harto. -Anunció el héroe, importándole poco acabar con sus fuerzas, comenzó a disparar con mayor velocidad poniendo en aprietos al goblin.


-Hey amigo, tranquilo. -Dijo esquivando los rayos con dificultad.


Inevitablemente uno lo alcanzó, derribándolo y destruyendo su capa negra que lo ayudaba a volar. El héroe se posó junto a él, con una sonrisa triunfante apuntó su mano para disparar.


-No debo matarte, pero evitaré que te levantes.


Repentinamente algo lo envolvió, eran un grupo de murciélagos, lo atacaban sin descanso. Una joven vampiresa aterrizo junto al goblin y le extendió una mano.


-Hola, cielo. -Saludó Ailyn Valdoom.


- ¡Colmillos! Pensé que no vendrías. -Contestó incorporándose.


-Tuve que fugarme de casa, además no podía salir en un día tan soleado, debía esperar.


-Ahora sí estamos completos.


-Por el momento... el problema es que ahora nos hace falta Él y... alguien más, las tres mocosas súper poderosas y los niños del barrio vienen en camino.


-Eso... es una mala noticia...


El demonio blanco no cedía, aceptaba que esa transformación lo volvía lento, pero al menos solo bastaba un pequeño golpe para recuperar su ventaja. Chienne se veía cada vez más en apuros.


-Esto jamás va a progresar. -Murmuró Flug.


Algo chocó de repente con su pierna, cuando el doctor bajo la vista se topó con el pequeño oso azul, llevaba empujando una pelota metálica.


-Oh... no es bueno que estés aquí, 5.0.5. -Levantó al pequeño animal y lo guardó en su bolsillo- ¿Qué llevas ahí? -Tomó el objeto- La granada criogénica...  -El científico sonrió, era un arma perfecta para ese momento, justo lo que necesitaban- ¡Lady Chienne! ¡Apártese! -Gritó y lanzó el arma.


La mujer apenas consiguió hacerse a un lado, la bomba explotó a los pies del demonio, todo a su alrededor se envolvió un hielo sólido, logró envolver sus piernas, inmovilizándolas. En medio de la sorpresa, Chienne consiguió sostener las extremidades superiores del héroe, las sujetaba tratando de resistirse a la poderosa fuerza que ejercía.


- ¡Ahora niña! -Gritó la mujer.


Demencia se abalanzó sobre el demonio, trepo por él y se introdujo en su saco. White gruñó enfadado.


-Maldición ¡Apresúrate! No puedo sostenerlo más.


La joven salió finalmente, mostraba contenta la pequeña caja en su mano, intentó bajar, pero el ensombrerado logró escapar del agarre de la villana sacudiéndose a la chica y haciéndola caer de bruces al suelo. La caja salió despedida, dio un par de rebotes abriéndose y desperdigando las perlas alrededor del jardín.


-Ugh, rayos... -Se quejó.


Flug observó las perlas rebotar, una de ellas cayó justo frente a sus pies, no estaba seguro de lo que iba a hacer, pero recordó la imagen en su sueño, las perlas estaban abiertas. Sin pensarlo dos veces pisó aquella perla, haciéndola trizas. De los trozos emergió un humo negro, poco a poco definió una silueta, a un ente de traje negro.


- ¿Lord Orco? -Preguntó extrañado el joven.


El individuo se sostenía la cabeza, desorientado, visualizó su alrededor y se fijó en el doctor. -Flug. -Dijo alegre- ¿Qué ocurre aquí?


-Pues verá... -Señaló con la barbilla al ensombrerado blanco.


Orco esbozó una sonrisa, aunque su gesto era más de molestia que de alegría, respiró profundo. -Parece que es momento de ajustar cuentas.


- ¿Señor?


-No te preocupes, yo me encargo. -Dijo alejándose de él.


-Pero mira a quien tenemos aquí. -Inició la mujer- Otra desgracia del mundo de la villanía.


-Guarde su arrogancia para después, madame, -Contestó el demonio- ahora debemos ocuparnos de algo más importante.


Demencia buscaba incansablemente las perlas perdidas, presenció la acción del doctor, ya sabía lo que debía hacer. Flug hacia exactamente lo mismo, era su labor mientras el demonio blanco era distraído, ahora sabia a donde habían ido los grandes villanos.


La chica lagartija divisó a lo lejos una de las pequeñas perlas, esquivando la gran batalla logró llegar hasta ella, la tomó en sus manos y presionó hasta romperla. Nuevamente aquel humo oscuro se hizo presente, un ente rojizo con pinzas en lugar de manos emergió de ella.


-Él. -Llamó con sorpresa.


El diablo rojo la ignoró, de su boca desprendió un rayo blanco que dio directo sobre el héroe destrozando una de sus extremidades, este gruñó enfadado. -Basura blanca, vas a arrepentirte de haberme engañado. -Soltó engrosando su voz.


-Creo que hay otras cosas de las que debes hacerte cargo, -Respondió- tres lindas niñas necesitan tu atención.


Él miró a su espalda, las tres niñitas súper poderosas se acercaban a gran velocidad. El diablo rojo bufó. -Arreglaremos nuestro asunto después. -Advirtió y se dirigió a donde las niñas.


Los dos subordinados no eran los únicos que buscaban las perlas, la mujer ciempiés se cuidaba de los ataques mientras buscaba las pequeñas esferas. Entre los movimientos una de ellas llegó a sus pies, en cuanto tuvo oportunidad la rompió. Otro ser se hizo presente, una mujer de cabello rojizo, piel morena y ojos verdes, se irguió enfadada y confundida.


-Vaya, vaya, pero miren a quien tenemos aquí, -Dijo burlona- la última vez que te vi eras un pequeño fantasma púrpura, querida Wuya.


-Chienne... -Saludó- sucedieron muchas cosas...


- ¿Qué te parece si nos echas una mano?


-Querida bruja. -Saludó Orco.


-Se ve que se divierten, además... -Miró fijo al demonio- alguien aquí me debe más que una explicación.


White estaba en problemas, detener a cada uno había sido un reto, retenerlos a todos juntos era imposible, entre más perlas abrieran, más enemigos conseguía, quizá sí podría vencerlos a todos, ni él mismo conocía el límite de sus capacidades, pero debía asegurarse de que no dieran con su hermano, si era así entonces estaba perdido.


El demonio no era el único preocupado, Flug tenía miedo, eran muchos adversarios poderosos contra el héroe y el numero crecería pronto, temía que acabaran con él, si no tenían cuidad podrían matarlo y también a Black Hat, no podía permitirse perderlo, debía encontrarlo pronto. Divisó a la chica lagartija buscando en un matorral cercano, pudo ver como levantaba victoriosa otra perla y la rompía esperanzada, a su vez, presenció como uno de los tentáculos de su enemigo se dirigía directo a ella, quizá en un afán de detenerla, la tomaba por sorpresa.


- ¡Demencia! ¡Cuidado! -Advirtió.


La joven no pudo esquivarlo a tiempo, solo atinó a cubrirse y esperar lo mejor, pero el golpe nunca llegó. Abrió los ojos temerosa encontrando una escena alentadora.


- ¡Bonnivet! -Exclamó encantada, la dama detenía a duras penas el golpe.


-Hola, linda. -Saludó con dificultad.


-Vaya, que fuerte eres...


-Excelente observación, cariño, pero me vendría bien algo de ayuda.


-Oh, sí, cierto.


La joven trepó por aquella extremidad hasta llegar al ensombrerado, se montó y tiró de él haciéndolo retroceder.


La dama soltó al monstruo, miró a su alrededor tratando de entender lo que ocurría, las cosas habían llegado muy lejos. Un individuo en particular la descolocó por completo.


-Flug, querido ¿Me explicarías? -Dijo señalando a la ciempiés, su voz denotaba que no estaba contenta.


-Es... una ayuda de emergencia, -Rio nervioso- no teníamos opción, Grim le prometió liberarla si nos ayudaba, está de nuestro lado.


-Esto no me gusta...


- ¡Enana! -Gritó Chienne- Olvida eso ahora, mueve tu maldito trasero hasta aquí, después ajustamos cuentas.


Belle reaccionó enfadada, accedió y obedeció a regañadientes.


White Hat comenzaba a hartarse, recibía una y otra vez ataques potentes del grupo de villanos, combatían sin piedad, quien más problemas le causaba era la dama pooka, no podía concentrarse en contrarrestar su poder de evaporarse, no lograba tocarla, la chica lagartija tampoco dejaba de molestarlo, seguía prendida de él complicándole la situación. Hastiado dejó de atacar al resto para sostener a la joven, la alzó y lanzo contra Belle, la mujer no podía simplemente esquivarla, no se movió y fue derribada por ella. Ambas rodaron por el suelo, Belle levantó la vista recuperándose, frente a ella estaba una pequeña perla negra.


-Bingo... -Soltó y aplastó la esfera con la palma de la mano haciéndola pedazos.


- ¡Aquí estoy! ¡He vuelto! -Gritó y rio el viejo villano con poderes de fuego, Abuelo- ¡Quiero a ese estulto héroe de sombrero blanco servido con mi tapioca!


-Ay no... -Murmuró Belle- Anciano, mejor ocúpate de tus respectivos asuntos. -Comentó señalando a un grupo de niños que frustraban las batallas de los jóvenes villanos.


-Mira niña verde, alguien debería enseñarte a respetar a los ancianos.


- ¡Solo lárgate! -Ordenó.


El viejo villano reaccionó ofendido, divisó a sus pequeños enemigos y se fue sin más.


-Debiste dejar que se quedara. -Comentó Chienne.


-Oh, vamos, ni siquiera tú lo soportas.


Era un momento decisivo, cinco villanos estaban fuera de la caja de Pandora, lo que significaba que solo restaban dos perlas, en una de ellas estaba Black Hat, en la otra... un misterio. El héroe se quedaba sin opciones, debía evitar a toda costa que trajeran de vuelta a su hermano, se arrepentía de tantos pasos en falso, ahora debía doblar sus esfuerzos.


Flug continuaba buscando, piscaba mientras evitaba que la batalla le hiciera daño. Muy cercana a él, se encontraba la caja de Pandora, abierta por completo, inofensiva, junto a ella reposaba una de las esferas negras, era su oportunidad.


White pudo ver cómo el doctor se acercaba hasta la caja, consiguió divisar la perla, y a su vez su posible final. Desesperado, decidió acabar con todo de inmediato, cambió las proporciones de sus brazos, se volvieron enormes, tomó de un golpe a cada villano frente a él, atrapándolos, ignorando el dolor que le provocaba su resistencia, extendió uno de sus tentáculos hasta el chico, enroscándose en él, evitando que llegara a su objetivo.


- ¡Flug! -Llamó Demencia, alarmada.


- ¡Ah! ¡Suéltame! -Gritó desesperado, era arrastrado poco a poco, veía como se alejaba de la perla e intentaba resistirse, tenía que llegar a ella.


-Tú me has causado muchos problemas... -Habló con voz distorsionada- tú provocaste todo esto, serás mi bocadillo y lo voy a disfrutar.


El doctor comenzó a disparar su arma, pero era muy simple, no causaba ningún efecto. Una vez más rebuscó en su bolsillo, extrajo al pequeño experimento y de la misma manera lo alejó de él. 5.0.5. corrió alejándose, observó aterrorizado la escena, estaba muy asustado, pero no quería que eso sucediera, miró a su alrededor, todos estaban atrapados u ocupados, se encontró a sí mismo muy cercano a la pequeña caja de madera.


- ¡5.0.5.! -Gritó Demencia- ¡Rómpela! ¡Abre la perla!


El oso azul la observó dudoso, se acercó lo más rápido que pudo, la tomó entre sus manos.


- ¡Hazlo ya! -Volvió a gritar.


El pequeño animal comenzó a golpearla contra el suelo hasta que por fin se rompió. Una energía negra, más feroz que el resto salió rápidamente, pero ningún ente apareció. Las farolas de las calles, recién encendidas, reventaron una a una, los héroes y villanos permanecieron estáticos, expectantes. Los cristales de los vehículos reventaron, el motor comenzó a humera obligando a quien estaba dentro a salir.


- ¿Qué está ocurriendo? -Peguntó Farfala.


Repentinamente un grito femenino resonó, la heroína contra la que la tríclope luchaba se había esfumado. Más de un quejido y grito de terror se escucharon en el sitio, los héroes desaparecían uno a uno. Todos los presentes, incluso White, estaban paralizados.


Énkefalou emprendió el vuelo intentando escapar, la poca luz que la luna les regalaba permitió ver como la mujer era secuestrada por una sombra, ni siquiera tuvo oportunidad de gritar. Tras ver esto, las tres pequeñas súper poderosas huyeron con éxito, el resto de los héroes intentaron lo mismo, algunos sin poder lograrlo.


En medio de todo, una figura se materializó, oscura, erguida, de alto sombrero de copa y bastón, caminó a paso lento aproximándose al demonio blanco y la gran batalla que se encontraba estática. En sus manos cargaba a un hombre, arrojó a C.L. a un lado, se encontraba inconsciente, quizá muerto.


-Black Hat... -Suspiró Flug con alivio.


White Hat los liberó a todos, volvió rápidamente a su forma normal, sonreía con nerviosismo. - ¡Hermanito! -Dijo con alegría fingida.


El villano bajó la mirada, a sus pies descansaba la caja de Pandora, la tomó entre sus manos, se encontraba abierta, pero no vacía, conservaba aún una pequeña perla. -La esperanza es lo último que se pierde... -Comentó para sí- bruja desgraciada... -Soltó con una ligera risa llena de ironía- ¡Vaya White! Aparentemente no eres tan estúpido.


-No vas a liberarla ¿Verdad? -Preguntó preocupado.


El ensombrerado negro cerró la caja, una luz fugaz se desprendió de ella. -No es el tipo de problemas en los que me guste meterme.


White vio una oportunidad, se volvió una sombra e intentó escapar al interior de la mansión, el demonio negro lo siguió de la misma forma. Un intenso tumulto se desprendió del edificio, era una combinación de gruñidos y sonidos irreconocibles.


Nadie en el exterior se movía, no podían ver la batalla, pero el simple sonido les daba a entender que lo mejor era poner tierra de por medio y esperar.


Abruptamente algo atravesó el muro y cayó en el jardín, el demonio blanco aterrizaba de bruces derrapando sobre la tierra, se incorporó con dificultad, estaba sangrando, lleno de heridas profundas.


-Esta es la última vez que haces una estupidez como esta. -Sentenció Black, colérico, saliendo del inmueble- Me daría tanto gusto poder matarte justo ahora, pequeña basura deshonrosa.


-Es una lástima que no puedas... -Contestó arrogante.


Black lo golpeó con fuerza en el rostro. -Pero si puedo dejarte mal herido, idiota. –Expuso sus garras, estaba listo para dejarlo irreconocible, aunque solo fuese temporal.


-Preferiría que no lo hiciera, -Habló alguien desconocido, aproximándose- me gustaría llevármelo en una pieza, ya sé que es estúpido, pero necesito mi salario.


El grupo de villanos se hizo a un lado, reaccionaron con completa desconfianza, debían estar alertas a cualquier acción del desconocido, especialmente después de tener la victoria tan próxima. Un joven de gabardina negra, cubierto por completo, con una bolsa de papel en la cabeza y un par de googles negros, caminaba con un arma en la mano, aunque no la apuntaba.


Flug lo observó con cuidado, le parecía muy familiar, se abrió paso entre todos los que lo rodeaban para poder alcanzarlo. - ¿Slug? –Preguntó incrédulo.


El individuo lo miró receloso. - ¿Y tú cómo sabes mi nombre?


El científico esbozó una gran sonrisa. -Soy yo, Flug, del bachillerato.


Slug reaccionó sorprendido. -No te reconocí sin la bolsa, así que terminaste aquí.


- ¿Qué rayos sucede aquí? -Se atrevió a preguntar Demencia.


-Flug, ¿Conoces a este sujeto? -Cuestionó Black.


El doctor se acercó, le retiró discretamente el arma al joven, él se la cedió dudoso, pero no se negó a soltarla, finalmente no tenía intención de atacar.


-Fuimos compañeros del bachillerato, en la escuela de villanos. -Explicó.


- ¿Estuviste en la escuela de villanos? -Soltó White confundido.


-Así es... ahora cállate, no quiero que empeores esto.


El héroe se encogió, él era el jefe, pero su subordinado tendía a ser demasiado autoritario de vez en cuando, en especial en momentos como ese, cuando era su única esperanza.


- ¿Cómo es que terminaste trabajando para este idiota? -Pregunto Black de forma despectiva.


-Paga mejor que usted. -Respondió con simpleza- Ahora, me gustaría que me permitiera llevármelo.


- ¿Viniste a salvarme? -Habló el demonio blanco, entusiasmado.


-No, vine a recoger los restos de mi estúpido jefe, esperé pacientemente a unas calles de aquí hasta que consideré que ya la habías pagado lo suficiente. -Respondió molesto- Solo a ti se te ocurre hacer esto.


Black pateó al demonio en la espalda haciéndolo caer de vuelta al suelo. -Llévatelo de una vez antes de que lo deje peor... o cualquiera de los que están aquí presentes le cobren la mala jugada.


- ¿Lo va a dejar ir así? –Cuestionó Flug.


-No. –Respondió tajante- Lastimosamente no puedo matarlo, así que pagará por todos los daños y a todos los implicados por las molestias causadas.


White rio. - ¿Qué te hace pensar que yo…?


-Yo haré la transferencia. –Interrumpió Slug- Pagará. –Aseguró.


- ¡Oye! No puedes…


- ¡Cállate y acepta! –Reprendió Black.


-Siempre tan tierno, hermanito. -Dijo con dificultad, levantándose- Antes de irme quiero despedirme de mi cuñado.


Flug se ancló del brazo del demonio negro, resguardándose. -No se me acerque.


- ¿Cuñado? ¿Te casaste con tu jefe? -Interrogó Slug, se escuchaba asqueado.


-Es una larga historia... –Dijo apenado.


-Oye hermanito ¿Por qué no me dijiste que te gustaba el arroz con popote? -Se burló.


Black asestó otro duro golpe en el rostro del héroe, furioso y avergonzado.


- ¿Y a ti no? -Preguntó Slug- Siempre pensé que eras...


-Soy... Curioso. -Respondió White limpiándose la sangre- ¿Quiere curiosear conmigo, Doctor Slug?


-Ugh... tantos golpes te están afectando, vámonos de aquí. -El científico tiró de su saco obligándolo a seguirlo- Nos vemos Flug... espero que no muy pronto.


- ¡En ocho meses! -Gritó White mientras era arrastrado.


El grupo de villanos observó la escena en silencio, el par de héroes se alejaban poco a poco.


-Si decides volver ¡Te matamos! –Gritó Demencia con un acento extraño.


- ¿Ocho meses? -Preguntó Flug.


-Ignóralo, tiene aire en la cabeza. -Respondió el demonio, miró a su alrededor- Caballeros, damas... -Saludó- buen trabajo. -Reconoció, no podía decir más, admitía en silencio que sin la ayuda de todos hubiese sido imposible ganar.


-Y gracias. -Completó Flug.


-No hay de qué, cariño. -Respondió Belle- En realidad muchos deberíamos agradecerte a ti... y a los jóvenes.


-De nada... -Dijo Demencia, se masajeó el hombro, estaba muy mal herida.


-Yo si acepto el agradecimiento. -Habló la villana ciempiés, caminó hasta estar frente al demonio.


Black permaneció impasible. -No recuerdo haber autorizado su libertad.


-No necesito su autorización, Grim también puede tomar decisiones independientes, además... no puede decir que no me la he ganado.


En ese momento, un portal de luz verdosa se abrió a las espaldas de la mujer, de allí emergió la encapuchada muerte.


-Mis saludos más cordiales, Lord Black Hat. -Saludó Puro Hueso.


-Hablando del rey de Roma. -Respondió con desagrado- Tú me debes una explicación.


-No quiero ser impertinente, -Interrumpió Belle- pero considero que efectivamente madame Malum se lo ha ganado.


-No quiero su lástima ni su perdón, -Habló la ciempiés- solo quiero alejarme del mocoso molesto de nariz grande.


El villano no contestó, le dedicó una mirada interrogante a la dama pooka, ella lo observaba con un gesto lleno de seguridad, bufó resignado. -Hagan lo que quieran. -Dijo finalmente.


La parca hizo una reverencia. -Andando, tengo un compromiso de imprevisto.


Ambos individuos se dirigieron al portal. Antes de marcharse, la villana ciempiés echó un último vistazo a todos, miró a Belle y reverenció con la cabeza de una forma casi imperceptible. El portal se cerró.


-Bien, yo me largo, -Habló Maggie- suficientes emociones por hoy.


-Ugh sí, me duele todo... -Continuó Nightmare.


El resto de los villanos se encontraban en la misma sintonía: adoloridos y cansados. Cada uno se marchó después de su respectiva despedida al gran jefe, el doctor se encargó de agradecer personalmente a cada uno, su querido demonio no lo haría, él debía ocuparse de ello. Los jóvenes se despidieron con emoción, habían actuado más que cualquier otro villano poderoso, era un orgullo para ellos.


Poco a poco la mansión quedó vacía, en su destruido interior solo permanecieron sus habitantes y Lady Belle Mort. El estado de la casa era preocupante, su infraestructura estaba muy dañada, todo era un completo desorden y muchos de los muebles del interior fueron reducidos a nada, tenían mucho trabajo por hacer.


El científico vendaba pacientemente a la joven villana, ya había curado varias de sus pequeñas heridas, hecho un par de puntadas en algunas más grandes y ahora intentaba arreglar el daño de su brazo dislocado, no era médico, pero eran conocimientos “básicos” de primeros auxilios, o así lo llamaba él. No era la única en problemas, el experimento continuaba siendo un pequeño oso azul, el rayo encogedor estaba extraviado, Flug debía encontrarlo o construir otro, el animal ahora esperaba sentado en una de las pocas mesillas que permanecían intactas.


- ¿Tú estás bien, cielo? –Preguntó la dama, estaba sentada junto a él en el sofá donde atendían a la joven.


-Sí… solo tengo algunos golpes leves.


-Eso duele. –Se quejó Demencia.


-No estás bien, tendrás que quedarte quieta por un tiempo. –Contestó preocupado- White Hat casi acaba contigo.


-Uh… hablando del rarito, -Inició sonriente- ¿Quién es el hermano mayor?


La dama soltó una risilla. –Excelente pregunta, el señor White fue engendrado primero.


El doctor detuvo su labor, la observó asombrado. - ¿El señor Black Hat es el… hermano menor?


-Así es. –Respondió Black acercándose- Por dos míseros minutos, -Viró los ojos- nosotros somos el claro ejemplo de que echando a perder se aprende.


-Me sorprende que siga siendo tan infantil. –Comentó Belle.


-Me sorprende que no hayamos muerto por su culpa, es un retrasado. –Despotricó el demonio.


-Un retrasado muy fuerte… -Murmuró Flug volviendo a su tarea.


-Doctor, -Llamó- necesito hablar contigo en privado. –Dijo marchándose.


Flug terminó de ajustar la venda, se apreciaba inquieto. –Disculpen, ya regreso.


Ambas mujeres lo vieron irse apurado, Demencia aprovechó la privacidad, en la medida de lo que pudo abrazó a la conquistadora, pegó el rostro a su hombro restregándose como un gatito.


-Pensé que no volvería a verte... -Sollozó la joven.


La dama la miró enternecida, acarició su cabellera. -Linda, después de todo lo que hiciste estoy segura de que no importa lo que suceda, siempre volveremos a estar juntas. -Consoló.


Belle estaba realmente feliz de volver a su lado, estar dentro de la caja fue como tener una siesta ligera, una en donde no tienes ni siquiera oportunidad de soñar, salir fue simplemente como despertar. Sus últimos recuerdos fueron angustiantes, llenos de esa escena tan aterradora que jamás se atrevería a relatar, no sabía cómo ambos subordinados se las habían arreglado para solucionar el problema, pero estaba infinitamente agradecida.


Demencia la estrechó con más fuerza, ruborizada, feliz. - ¿Qué pasará con Dryadalis? -Preguntó preocupada.


Se rascó la nuca con un gesto incómodo. –Bueno… -Juntó ambas manos, en ellas apareció una pequeña mota de humo negro, poco a poco tomó la forma de un diminuto conejo.


-Eso es…


-Sí… es una forma temporal, volverá a la normalidad en un par de semanas, su cuerpo, pero sus recuerdos… lastimosamente solo podré ayudarle a recuperar algo de ello, aquello que yo conozca. -Lo bajó al suelo, el pequeño pooka dio varios saltos por el alrededor- Lamento decir que no será el pooka que conociste.


La joven bajó la mirada, le dolía escucharlo, comenzaba a formar un lazo con él, ahora cualquier esfuerzo relacionado se había perdido, a pesar de ello, le quedaba el gusto de verlo con vida, ya podría intentar retomar algo después.


- ¿Por qué se ve así?


-Es mi culpa, -Se encogió de hombros- no tengo tanto poder como para traerlos de vuelta en su forma más fuerte, deben adquirirla lentamente. Mientras tanto tendré que cuidar a una manada de pequeños conejos que se evaporan por todo mi castillo.


La chica rio, se agachó hasta que pudo tocarlo, el pequeño animal parecía olfatearla. -Cumplí mi promesa, conejo.


...


-Tendremos que arreglar todo esto. -Comentó Black, tocaba una grieta en una de las paredes de su desordenada oficina- Estúpido White...


-Podemos enviar a alguien a que destruya su mansión. -Bromeó Flug.


-No es una mala idea...


-Me hubiera gustado que me hablara de él antes, nos habríamos ahorrado muchas molestias. -Comentó enojado.


Black le miró, el joven se apreciaba agobiado, se abrazaba a sí mismo. El demonio se acercó, se colocó frente a él. Sorpresivamente Flug lo abrazó, se lanzó sobre él estrechándolo con fuerza, se aferraba a su saco, pegó su rostro a su pecho, no lo miraba.


-Usted... no sabe lo que sentí... -Habló con voz quebrada, trataba de contener el llanto- Pensé que era el final de todo... de verdad sentí que no volvería a verlo otra vez, sentí mucho miedo... impotencia, sentí...


El demonio no sabía qué hacer, correspondió el abrazo, no tenía palabras ante esa reacción, el joven sollozaba en su pecho, se aferraba con necesidad.


-Flug... -Pronunció.


- ¡No vuelva a hacerlo! -Exigió- no quiero que vuelva a ocultarme nada... se lo ruego...


-Por tu seguridad, hay cosas de las que no puedo hablarte. -Explicó.


El doctor levantó la mirada, se veía molesto, lloraba de impotencia. Se alejó, le dio la espalda.


-Flug... -Llamó Black, se acercó- no todo está en mis manos...


También detestaba la situación, pero no mentía, había temas que no debían tocarse.


- ¿Quién está en la caja? -Preguntó de repente.


Black parpadeó atónito. -No es un asunto que...


- ¿Que me incumba? ¿No es mi asunto? -Cuestionó enojado.


El demonio nunca lo había visto tan molesto, exigía demasiado, pero una parte de él sabía que tenía razón. Gruñó resignado. -Eres un llorón. -Despotricó- En la caja está un ser fuera de tú entendimiento. Tan bondadoso como para otorgarle un don magnifico a tres artistas... pero tan despiadado que maldijo a una simple sastre por una insignificancia. -Explicó- Y es todo lo que puedo decirte al respecto ¿De acuerdo? Ahora deja de llorar y respóndeme algo... ¿Cuánto y dónde te tocó? -Preguntó amenazante.


Flug reaccionó atónito, no volvió a pensar en eso hasta ese momento, era un cambio de tema radical, estaba seguro de que se pondría furioso en cuanto le hablara del tema. -Señor... -Inició nervioso- debe entender que no tenía idea de que no se trataba de usted...


Black Hat lo tomó bruscamente de los hombros, le quitó la bata a tirones, rápidamente desabrochó su pantalón y comenzaba a arrancarle la camisa.


El doctor se dejaba a hacer, estaba desconcertado y ligeramente asustado. -Je...Jefe, ¿Qué hace?


- ¡Voy a recuperar lo que es mío! Hueles a ese maldito bastardo. -Gritó colérico. Desató el cabello del chico, se dedicó a acariciarlo, a tocar su piel, era como si intentará marcar su territorio.


-Mgh... espere... -Balbuceó mientras era atacado, el villano había pasado a morderlo- Le juro que él y yo no...


-No me importa, no soporto pensar que estuvo cerca de ti.


Le llenaba de rabia pensar en todo lo que pasaron juntos, era una molestia que opacaba por mucho el gusto de saber todo lo que el científico hizo para recuperarle, sus celos no lo dejaban disfrutar aquello, aunque apreciaba enormemente esa valentía, el joven se había enfrentado a un ser que realmente pudo haberlo asesinado sin esfuerzo alguno, solo por él, ese chico era el único que realmente lo daba todo solo por estar a su lado... Simplemente no lo merecía, pero lo deseaba con todas sus fuerzas.


Lo besó en los labios con inmensa necesidad, quería devorarlo, quería quitarle el sabor de los labios ajenos, no sabía lo que había sucedido, pero conociendo a su hermano, era imposible que se resistiera a al menos tocar a ese lindo chico, a esa cara de un ser que no rompe un plato.


El doctor se colgó de su cuello, el demonio no era el único con esa necesidad, hubiera querido continuar molesto, era un asunto que le importaba arreglar, pero aquel era un reencuentro después de un suceso preocupante, se arrepentiría de frenarlo, después de todo, ahora le quedaba claro que todo podría suceder, no había certeza alguna de una victoria fácil por parte del villano, si algún día no volvía a recuperarlo… o él mismo era obligado a alejarse, seguramente se arrepentiría de no permitir aquel beso. Jamás llegó hasta el final con White Hat, aun así, quería borrar de su cuerpo el tacto ajeno, le molestaba la idea de haber sido “infiel”, si es que así podía llamarse. Disfrutaba del sabor de su saliva, del aroma de su aliento, esa lengua bífida que le gustaba acariciar a la suya. A su parecer, ambos encajaban muy bien, se sentía completo y tranquilo en sus brazos, todo malestar desaparecía cuando era tocado por él, lo amaba tanto... se amaban tanto, todo volvió a su lugar.


...


En otra parte, un sitio poco frecuentado, muy similar a una enorme fábrica y bodega, llena de máquinas con grueso engranaje y repisas atiborradas de relojes de arena, la encapuchada muerte caminaba entre los pasillos a lado del demonio de sombrero blanco, un hombre anciano de barba gris que cargaba a un pequeño bebé los seguía muy de cerca.


-Padre Tiempo, me alegra que nos recibiera. –Comentó Puro Hueso.


El anciano hizo una mueca de disgusto. –Si hubieses venido solo tú jamás lo habría hecho, lo hago por Lord White Hat, en los pasillos del tiempo siempre será recibida la familia Hat.


El demonio rio. –No debe preocuparse, será rápido, solo necesito verificar algo.


- ¿Está seguro que es buena idea que el científico de la bolsa espere en la entrada? –Preguntó Grim.


-No es muy sociable. –Explicó- Además es parcialmente inofensivo, es mejor que permanezca lejos.


El grupo se dirigió a un lugar recóndito en todo el almacén, una zona sombría y aparentemente poco frecuentada, se trataba de un gran portón de madera de color violáceo, grecas de diversas formas adornaban todo su contorno, no tenía perilla o alguna manija para abrirse y en la parte superior del marco se mostraba la silueta de un sombrero de copa. El ensombrerado puso tan solo un dedo sobre la madera y aquella puerta se abrió por sí misma, en su interior había otro almacén un poco más pequeño, también se alzaban varias repisas con largas filas de relojes de arena en colores cobrizos, cada uno llevaba un nombre en su base con el apellido “Hat”, cada reloj se encontraba vacío en su parte superior, la arena de cada uno había caído por completo, al menos en su mayoría. Un pequeño pedestal en el fondo mostraba dos relojes en particular, ambos tenían la misma cantidad de arena tanto en la parte superior como en la inferior, arena estática, en ninguno caía, sin embargo, uno de ellos brillaba de forma intermitente. El héroe pasó la mano por las placas, revelando los nombres de entre el polvo, en una podía apreciarse el nombre “Floppy Hat” mientras que en la otra simplemente llevaba el apellido “Hat”, aquella que resplandecía.


White bufó con disgusto al leer la placa. –Lo decepcionante de compartir tu reloj de vida… -Murmuró para sí.


- ¿Esto es lo que quería ver? –Interrogó Padre Tiempo.


El héroe levantó el reloj. –En efecto, solo quería corroborar algo. –Sonrió con malicia.


-No quisiera molestar, -Habló Grim- pero ¿Por qué su reloj brilla?


-El motivo es muy simple, -Inició, dejó el reloj en su sitio- se prepara para un suceso extraordinario.


- ¿Suceso extraordinario? ¿Qué significa?


-Significa, mi querido Grim, -Se reacomodó el saco, dio un par de pasos hasta la salida y se giró a mirarlo nuevamente- que pronto la arena comenzará a caer.


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