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Paper Love and Black Heart. por McMaddy02

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Notas del capitulo:

Holaaa de nuevo…


Soy terrible, de verdad lamento el largo retraso, pero ha habido inusuales acontecimientos en estos días y fue complicado darle lo que yo quería a este capítulo.


Espero puedan disculparme, este fin volveré a actualizar, tuve que darme un respiro de la escuela por cuestiones que se salieron de mis manos, pero solo serán unos días así que tengo tiempo para escribir como es debido.


¡Continuamos con esta saga!


Pero antes, una serie de datos importantes, en realidad va a parecer clase de biología jaja


*Inhala*


Membranas extraembrionarias: Estas son unas envolturas de protección para el producto (embrión) durante la gestación, serían; Corion, amnios, saco vitelino y alantoides.


Embrión: Es el óvulo fecundado, o la etapa inicial del desarrollo de un ser vivo, en los seres humanos el término aplica solo hasta la semana 8, después sería llamado “feto”.


Ecografía: Imagen obtenida en un estudio de ultrasonido, también puede nombrársele así a dicho estudio.


Biometría hemática (Esta palabra no la utilicé como tal, pero es el estudio de sangre realizado aquí): Este estudio hace un conteo de células sanguíneas en relación al volumen sanguíneo. Podría sonar extraño, pero tenemos una cierta cantidad de cada célula por microlitro de sangre, cm3 o decilitro. Una baja o un aumento puede significar una patología.


Aclaración de un error intencional jaja: Solo el ultrasonido transvaginal puede mostrar al embrión a partir de la sexta semana, pero aquí usé un ultrasonido común porque… bueno, Flug no tiene vagina XD


Glándula: Estructura capaz de sintetizar (crear) sustancias, como las hormonas, por ejemplo.


Anestésico: Sustancia que tiene la capacidad de provocar la pérdida de sensibilidad.


Célula germinal: En este caso se habla de las células que inician la vida, las cuales serían el ovulo y el espermatozoide. Aunque en este caso me quiero referir a lo que inició la vida, independientemente de que tipo de célula es.


Unicelular: Una sola célula, un ejemplo serían las bacterias o algunos parásitos como los protozoarios.


Haploide: Mmm este es difícil de simplificar, les explico (aunque quizá ya lo sepan), nosotros tenemos 2 juegos de cromosomas, 23 pares, esto quiere decir que tenemos 23 tipos de cromosomas diferentes, pero son 2 de cada uno, en total tenemos 46, cada célula de nuestro cuerpo posee 46 cromosomas o 23 pares, lo que las hace células “diploides”. Cuando se habla de una célula haploide, se refiere a que tiene solo un juego de cromosomas (23 cromosomas totales, sin par), el ejemplo perfecto son las células germinales (ovulo y espermatozoide), que al unirse en la fecundación suman los 46 cromosomas que tendrá cada célula del cuerpo… ¿Si me di a entender? Jaja


Cópula: Unión sexual de dos individuos jaja me da risa ponerles este porque es obvio que ya lo saben, pero por si las dudas.


Corion: Membrana exterior que envuelve al embrión y da origen a la placenta.


Pluricelular: Organismo que se constituye de dos o más células.


Vaso sanguíneo: Estructuras que conducen la sangre en el organismo, son las venas, arterias, capilares, vénulas, arteriolas…


Cordón umbilical: Ok, en este caso no se refiere a uno como tal, el cordón originalmente está conformado de dos arterias y una vena, pero funciona para lo que mencionaré: alimentar, intercambio de oxígeno y eliminación de desechos.


Anticoagulante: Sustancia que inhibe la coagulación de la sangre (costras, trombos y demás)


Anemia: Es una afección al organismo provocada por la falta de glóbulos rojos sanos, sin ellos no hay transporte de oxígeno y nutrientes a las células.


Plaquetas: Son fragmentos citoplasmáticos, parte del contenido de la sangre y son indispensables para la coagulación de la sangre, sirven para generar un tapón en las heridas y evitar que la sangre siga corriendo.


Hemolítico: en este caso me referí a una sustancia que provoca hemólisis, la cual es la destrucción de los glóbulos rojos (puede conducir a anemia).


Uff… perdón por la engorrosa explicación, pero ahora si me aventé un discurso con terminología médica y quiero que no quede dudas.


Ahora sí, a continuar con lo nuestro <3


“Las cuatro estaciones”


Antonio Vivaldi.


Concierto N°. 4 en fa menor L'inverno (El Invierno).


   I. Allegro non molto.


(Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Alan Ituriel)

Sonidos guturales retumbaban por las paredes del baño, producto de la combinación del miedo, el asco y las hormonas. El joven doctor se hallaba de rodillas frente al retrete, vomitaba sin parar mientras sostenía un pañuelo lleno de sangre sobre su vientre.


Las nítidas imágenes sobre la pantalla de la máquina de ultrasonido, confirmaron todos sus temores, miedos que había considerado irracionales poco antes, era una circunstancia comúnmente imposible, ahora era su realidad. Cometió el error de pensar que su naturaleza seguiría siendo ordinaria al lado de un oscuro demonio con poderes abrumadoramente inmensos, finalmente su ser no podría permanecer intacto mucho tiempo. En el monitor se reflejó la silueta de lo que podría ser una membrana extraembrionaria, pequeña, evidente, semejante a un globo lleno de agua, mostraba claramente al diminuto embrión en su interior, resguardado entre el líquido. No cabía duda, no podía ser nada más, todo concordaba a la perfección con sus nuevas sospechas.


Justo después de saber la verdad, el mundo cayó sobre él, la desesperación se apoderó de su mente, sintió de inmediato una terrible angustia, no solo por la extrañeza de la situación, también por la necesidad de remediarlo lo más pronto posible. No podía decírselo a Black Hat, lo condenaría. No lo pensó, rápidamente tomó un par de jeringas, las rellenó de un anestésico local y tomó un bisturí, algo que aparentaba ser una idea excelente pese al hecho de que no se trataría para nada de una herida simple, abriría sus entrañas para deshacerse de un castigo inminente. Tan solo tocar su piel lo frenó, provocó un pequeño corte, bastante escandaloso, a decir verdad, la sangre fluyó rápido, no había dolor gracias a los fármacos, pero la imagen en su mente de ir aún más profundo le resultó aterradora, no podría penetrar más sin correr un gran riesgo, podría desmayarse del impacto o el dolor y terminar desangrándose por un descuido, definitivamente no podría hacerlo él mismo. Cerró el corte con un par de puntadas y la angustia lo envió directo al baño, con un estómago revuelto e inmensas ganas de devolver lo que había en él.


-Ugh… ¿Por qué me pasa esto a mí? –Se preguntó abrumado.


Se puso de pie con dificultad, apoyado en el lavamanos se miró al espejo, el paño en su vientre estaba húmedo, la herida se lastimó por el esfuerzo y lo hizo sangrar, su rostro estaba pálido, sus ojos llorosos, no estaba bien.


En vista de no poder encontrar una solución por sí mismo, decidió tomar medidas más drásticas, buscar el apoyo recientemente ofrecido de alguien con tanto conocimiento como él. Caminó a hurtadillas hasta volver a su laboratorio, no debía dejar que nadie lo viese así. Tomó su móvil y marcó un número, la persona al otro lado de la línea no tardó en responder.


-Slug... -Llamó- acepto tu ayuda y tus condiciones.


...


En la recámara más elegante de la mansión, el lord se aflojaba la corbata. Estaba harto de todo su día, su saco y sombrero estaban polvorientos, su cuerpo entero se sentía sucio. Supervisar la obra fue exasperante, incómodo, un desorden molesto a la vista. Finalmente, el trabajo del día fue rápido y productivo, las reparaciones más grandes ya habían sido realizadas con éxito, pero aún quedaban varios días de fastidiosa construcción, especialmente por todo lo que debían tapizar y alfombrar.


Se desvistió, dobló cuidadosamente cada una de sus prendas y las depositó en un cesto, entró en su gran baño y abrió la llave de la tina. Si de algo podía enorgullecerse era de su pulcritud, aquellas cosas demoniacas relacionadas a los fluidos extraños e insectos no eran más que una imagen, simple apariencia, le gustaba el orden y limpieza, eso incluía su aseo personal, especialmente teniendo conciencia de que compartía la cama con alguien más, cuestión de educación.


Un largo y cálido baño lo dejó listo para esperar a su ocupado acompañante, varias horas sin saber nada de él. La intromisión de su hermano los dejó con una agobiante carga de trabajo, suponía que el doctor querría desvelarse, para su sorpresa, el joven entró un instante después a la habitación.


-Buenas noches, señor. -Saludó con una sonrisa.


El demonio no respondió, solo se hizo a un lado en la cama, una señal de invitarlo a acompañarlo, sin embargo, el joven no se movió de su sitio.


-Disculpe, vengo a decirle que no dormiré aquí esta noche.


Black reaccionó sorprendido. - ¿Qué quieres decir?


-Lo lamento, señor, tengo mucho trabajo, no conseguí acabar todos los pendientes de hoy y...


-Lo terminarás mañana. -Interrumpió.


Flug se mordió el labio, nervioso. -Quisiera terminar hoy, no quiero pasar otro día dejándole la supervisión de la obra solo a usted. -Se excusó.


El ensombrerado arqueó una ceja, dudoso, no quería negarse a dejarle ese trabajo al chico, detestaba hacerlo, pero esa noche tenía... planes. -Como quieras, -Respondió resignado- pero antes... acércate. -Ordenó.


El científico resopló, imaginaba lo que quería. Estaba acostumbrado, ya había perdido la cuenta de los momentos que habían pasado en intimidad, no le disgustaba, por el contrario, era una rutina que adoraba, admitía que ambos eran bastante intensos en ese aspecto de su relación, no podían pasar un solo día sin tener las manos del otro encima. El problema en ese momento era el hecho de que, de permitírselo, estaría dándole cabida a su jefe para admirar su terrible herida con puntadas en su abdomen y eso lo haría hacer preguntas, sin mencionar que eso lo pondría más nervioso y quizá terminaría vomitando o al menos quedando del mismo color pálido del que tanto trabajo le costó deshacerse.


-Preferiría que nos abstuviéramos por esta noche. -Habló nervioso.


El villano parpadeó atónito, un incómodo silencio inundó la habitación. No pudo evitar tener la vergonzosa sensación de que estaba evitándolo por lo sucedido anteriormente. - ¿Es por... el tema de los hijos y esas tonterías?


Flug reaccionó alarmado, notando su poco tacto y la posibilidad de haber hecho sentir rechazado a su pareja, pudo ocurrírsele algo mejor. - ¡No! Para nada, señor, no quise... -Contestó casi a gritos- Ugh es solo que estoy cansado y un poco sucio, no quisiera hacerlo en este estado, no se trata de ningún capricho, lo juro.


El villano se puso de pie, se acercó, lo besó tomándolo por las mejillas, de forma suave, un mensaje implícito de mera comprensión, de cualquier manera, no podía obligarlo a nada... O al menos no quería. -Ve a trabajar. -Ordenó, regresó a la cama.


El doctor no desperdició la oportunidad, salió de la habitación con una sonrisa.


Black permaneció sentado en la cama, no tenía necesidad de dormir, ahora no quería hacerlo, los planes cambiaron, esperaría a que el joven terminara o al menos cambiara de opinión.


Flug desvió su camino, aquella fue la mentira más grande que había dicho en mucho tiempo y, de hecho, estaba por hacer algo de lo que podía arrepentirse. No fue a su laboratorio, no había razón, el trabajo fue terminado horas antes, se dedicó a terminarlo a fin de no levantar sospechas por la mañana; caminó hasta su habitación, los rondines de los Hatbots fueron cambiados de ruta, no debía ser grabado; se colocó frente a la ventana, una joven araña le indicó un camino de salida alguna vez, su cuarto era el único con ventana al patio trasero; de su bolsillo extrajo su rayo interdimensional, ahora pensaba que debió darle un mejor alcance dentro de una misma dimensión, podría haber sido un magnífico transporte, pero debido a su poca capacidad, en ese momento solo era una puerta de salida, lo apuntó fuera de la ventana, lo más lejos que pudo, en cuanto los portales se abrieron salió sin pensarlo. La noche era fresca, pero la riesgosa situación lo hacía sudar, miró a sus espaldas, la gran mansión se alzaba tras de sí y nadie en ella tenía conocimiento de lo que hacía, nadie lo sospechaba, estaba solo en esto, no tenía idea de hasta dónde podría llegar aquello. Cruzó la calle, las farolas alumbraban a duras penas las amplias banquetas, caminó por una larga calle desolada, a sus costados había, en su mayoría, casas abandonadas. Frenó en una esquina, no pasó mucho cuando un automóvil blanco de vidrios polarizados, bastante moderno, se detuvo junto a él y abrió sus puertas sin ninguna ayuda, Flug tragó pesado, entró en el vehículo.


...


Plácidamente dormida, Demencia se removía en su rosada cama. El pequeño pooka yacía recostado en una cuna de madera, de apariencia sencilla, igualmente dormido. Repentinamente un pequeño brillo violáceo se despidió de él. El cambio de iluminación en la habitación logró despertar a la joven, se levantó un tanto alarmada por la peculiar circunstancia. El cuerpo vaporoso del espíritu creció ligeramente, tan solo unos centímetros, pero lo suficiente para ser un poco notorio. Demencia reaccionó emocionada.


- ¡Dryadalis! -Exclamó descuidadamente, asomada sobre la cuna, logrando despertar al pequeño conejo- Oh... Lo siento. -Se disculpó apenada.


Se reacomodó su pequeño pijama rosada de tirantes, levantó al pooka de la cuna. Aprovechándose de haberlo despertado accidentalmente, correría a mostrarle el valioso acontecimiento al científico, curiosamente era el único que le había mostrado apoyo para cuidar al espíritu, al menos debía mantenerlo informado del progreso. Lady Belle ya había mencionado lo que ocurriría; el pooka crecería con el paso de los días y aquello aumentaría el ritmo si recibía el trato adecuado, aparentemente estaba haciéndolo bien.


Salió de su habitación, directo al laboratorio, no recordaba haber escuchado al joven ir a su habitación o a la de Black a dormir, significaba que seguía trabajando. Caminaba por los pasillos, una pequeña tropa de Hatbutlers pasó a su lado, vigilando como siempre, abruptamente los robots frenaron su paso. La joven ladeo la cabeza, desconcertada, se acercó con cuidado, las máquinas tenían los ojos brillando estáticamente, pasmados.


-Hey... -Llamó, no hubo respuesta- yo no los rompí. -Aseguró, nerviosa.


La luz en sus ojos parpadeó repetidas veces, tras detenerse siguieron su curso, pero no era normal, cambiaron su dirección habitual. Demencia estaba confundida, pensaba en algún extraño error que aún tuviera el sistema después de lo ocurrido, tratando de restarle importancia, siguió su curso.


El laboratorio estaba vacío, las luces encendidas, pero no parecía que el doctor trabajara en algo, imaginaba que estaba fuera buscando algún recurso que le hiciera falta, volvería en cualquier momento. Vagó por el sitio con su conejo en brazos, le gustaba curiosear entre los juguetes del científico. La pantalla del ordenador principal mostraba una ventana parpadeante, se acercó intrigada a indagar, dejó al espíritu en el suelo, era del sistema de seguridad, marcaba un extraño error por una modificación reciente, tecleó un poco, pero no consiguió repararlo, no conocía tan bien el sistema.


El conejo negro dio pequeños saltos por todo el lugar, olfateaba lo que estaba a su paso. La esquina de una hoja de papel sobresalía por uno de los gabinetes cercanos al suelo, el animal no dudó en comenzar a mordisquearlo.


- ¡No! -Llamó la joven- Deja eso ahora, Dryadalis. -Reprendió, lo tomó de vuelta en sus brazos, observó el trozo mordisqueado de aquella hoja atrapada en el cajón mal cerrado, abrió la gaveta y verificó el contenido- Esto es... -Soltó extrañada.


La hoja solo mostraba una imagen, un fondo negro con algunas manchas grisáceas y blancas, algunas figuras distorsionadas que para su sorpresa podía identificar levemente, conocía ese tipo de imágenes, las había visto antes en internet, en alguna de sus novelas y series que acostumbraba a ver, quizá en alguna película también.


- ¿Cómo se llama...? -Dijo para sí, tratando de recordar- ¡Ecografía! -Soltó finalmente.


Había visto una como aquella en alguno de sus programas, sabía que las usaban para ver al respectivo bebé durante el embarazo, en todas sus etapas, la pregunta era ¿Por qué había una ahí? La chica caminó por el laboratorio con la imagen en su mano, observándola pensativa, instintivamente miró al escritorio, allí estaba una caja de regalo, aquella que el sombrero blanco había mandado. Una idea abrumadora llegó a su cabeza loca, abrió los ojos con sorpresa, sintió un hueco formarse en su estómago, volvió a ver la fotografía, no podía saber si había un útero allí, pero era posible ver un diminuto punto en medio de una burbuja. La joven salió rápido del laboratorio, rebuscó al científico por la mansión, en el camino se topó con varios Hatbots con los mismos fallos de antes. Estuvo a punto de ir a la habitación del demonio, a un paso de dar por hecho que, si era así, Black Hat ya lo sabía, pero una imagen fugaz la detuvo, la habitación del doctor estaba entreabierta, entró cautelosa con la esperanza de ver al chico, la recámara estaba vacía, sin embargo, la bata blanca del joven yacía en su cama, no estaba trabajando y dudaba mucho de que se hubiese ido a dormir con su jefe. No estaba segura de qué pensar, no parecía haber rastro de él en la mansión, pero de ser así, significaría que estaba fuera y eso tampoco era posible, Black Hat les había prohibido salir de la mansión sin autorización, estaría firmando su sentencia de muerte, además, no podía irse sin ser visto, a menos que violara los sistemas de seguridad...


-Oh vamos, Nerd, debes estar bromeando... -Soltó frustrada.


Recordó de inmediato las fallas de los Hatbots, el claro mensaje de que había preparado el escenario entero para su huida a un sitio desconocido, pero ¿Por qué? El único detalle fuera de lugar era aquella ecografía en sus manos, era lo único que podría darle el impulso de hacer algo estúpido, jamás se sintió tan mal por tener la razón, acertó en un tema complicado, suponía que, debido a lo negado que se encontraba el doctor a aceptar una circunstancia así, lo más probable era que su desaparición fuera para remediarlo. No era tan distraída como para no saber que quizá su paradero era ahora con el sombrero blanco, después de todo aquel científico le había ofrecido ayuda, no sabía qué hacer, dejarlo podría significar un terrible final para él, debía ayudarlo, pero hacerlo podría significar consecuencias para ambos.


Abrió la ventana de la habitación, suspiró profundo, debía buscarlo, aún le quedaba una pequeña pizca de conciencia muy en lo profundo de su ser. No podía llevar al pooka, White era increíblemente fuerte, necesitaba toda su libertad y agilidad. Se adentró de vuelta en la mansión dirigiéndose a donde dormía el experimento azul, abrió la puerta sin cuidado despertándolo al instante.


-5.0.5. Necesito que lo cuides. -Dijo con firmeza mostrando al pequeño conejo.


El oso se talló la cara, adormilado. - ¿Baw?


-No te puedo explicar, tengo poco tiempo, Flug se fue y es probable que esté en peligro. -Dijo, acomodó al pooka entre las almohadas- Black no debe enterarse de esto o los dos estaremos en graves problemas.


5.0.5. Reaccionó alarmado, estaba confundido y ni siquiera sabía si eso era real, a esas horas podría ser un sueño.


-Cuídalo bien. -Ordenó- Y si Black Hat despierta y no hemos regresado ¡Entretenle! ¿Oíste?


La chica salió sin esperar su respuesta, dejándolo desconcertado, temeroso y sin sueño.


...


La mansión blanca ya era visible a través de los vidrios polarizados, el conductor permanecía en silencio mientras encaminaba al joven a su destino.


El doctor se mordía el labio inferior, estaba nervioso, a un paso de arrepentirse, pero dudaba que hubiese vuelta atrás.


El automóvil al fin se detuvo, las puertas se abrieron invitándolo a salir por su cuenta, caminó cuidadoso, atravesó el bonito jardín frontal hasta llegar al portón, alzó la mano con la intención de tocar el timbre, pero la puerta se abrió de repente.


-No lo toques. -Ordenó alguien desde el interior.


Flug retrocedió, el portón se abrió por completo dejando ver al científico de los héroes, no tenía su bolsa en la cabeza, no llevaba si quiera su bata oscura, solo vestía un suéter rojo con cuello alto y pantalones negros. Nunca antes vio su rostro así, transformado, no recordaba esas facciones en él, esos ojos, aun así reaccionó con toda la normalidad que pudo mostrar.


-Buenas noches... -Saludó nervioso.


-Entra. -Contestó tajante.


Todo estaba en penumbra, no parecía haber mucho movimiento dentro de aquella mansión durante las noches.


Repentinamente Slug se giró a mirarlo, lo tomó del brazo obligándolo a extenderlo y de su bolsillo extrajo una jeringa. -No te muevas.


- ¡Espera! ¿Qué piensas hacer? -Preguntó alarmado.


-Tranquilo, -Respondió serio y con gran puntería incrustó la jeringa extrayendo sangre- solo necesito una muestra.


Al obtenerla, la depositó de inmediato en un pequeño tubo con tapa. La piel de flug se erizó ante la brusca acción, sus nervios aumentaron junto al sonido metálico de algo moviéndose en la oscuridad, un androide blanco de apariencia femenina salió sorpresivamente de entre las sombras y tomó el tubo con la muestra que Slug le ofrecía, se retiró rápido volviendo a ocultarse en la oscuridad.


-Vamos. -Invitó y caminó en alguna dirección- Me sorprendió que te comunicaras tan rápido, pensé que dudarías en hacerlo.


El doctor de mirada verde lo siguió aún tembloroso, admiró todo a su alrededor, pensaba que todo sería más luminoso en aquel sitio, de hecho, todo era un extraño deja vu, era como mirar su propio hogar a través de un espejo, la sutil diferencia radicaba en que, aún en total oscuridad, el sitio no daba miedo, cada cuadro, adorno o detalle tenían una apariencia amable y artística, tan parecido y tan distinto al mismo tiempo.


-Dudé en hacerlo, -Confirmó- pero es... una emergencia.


- ¿Emergencia?


-Si... No puedo continuar con esto.


Slug frenó su paso, lo miró desconcertado. -Pensé que esta sería una noticia agradable para los recién casados.


-Lo sería si el señor Black Hat lo deseara... O si ambos lo hiciéramos, en realidad no sé si quiero algo como esto. -Respondió, acongojado.


El héroe estuvo por responder amablemente, pero su semblante se tornó molesto, extrajo con velocidad un arma que colgaba de su cadera y la apuntó al doctor. -Quieto. -Ordenó molesto.


-E... Espera... ¿Qué haces? -Cuestionó asustado.


-Tú no. -Aclaró- Ya, sal de ahí.


Una risa grave y rasposa retumbó por los muros, de entre las sombras apareció un demonio blanco ensombrerado, mostraba una sonrisa amplia y una mirada pasmada, alzaba los brazos en señal de rendición.


-De saber que tendríamos visitas, habría preparado un excelente recibimiento... Me hubiese gustado que me lo informara, doctor Slug. -Contestó mostrando un leve gesto de tristeza fingida.


Flug sentía que estaba en medio de fuego cruzado, no se movió ni siquiera para mirar al demonio, ya se había preguntado en dónde se encontraba el héroe.


-No tenías por qué saberlo, no es "nuestra visita", es mi invitado, -Explicó con seriedad- ahora regresa a tu madriguera. -Ordenó.


-Olvida que está viviendo bajo mi techo...


-Olvidas que me importa una mierda.


White rio, se acercó al doctor Flug, comenzó a abrazarlo por la espalda, paseando con lentitud sus largos dedos. -Bienvenido. -Susurró en su oído.


Slug viró los ojos, le quitó el seguro al arma. -Ya, muévete.


El demonio blanco suspiró enternecido. -Como usted diga, doctor. -Contestó entre risas y se marchó por donde vino.


A Flug le volvió el alma al cuerpo, su estómago estaba revuelto, su corazón latía con fuerza, aun así, no lo tomaba desprevenido, siempre tuvo en cuenta que podía ocurrir un encuentro de ese tipo, después de todo estaba en su mansión, aunque era muy extraña la relación entre él y su científico, bastante... agresiva.


-Disculpa eso, -Comentó Slug guardando el arma- vamos, acompáñame. -Indicó retomando el rumbo- Decías que no deseas esto.


-Ugh... No lo sé, -Respondió intentando olvidar lo ocurrido- no sé si yo quiero esto, pero sé que Black Hat no lo desea.


-Me parecería más común si fuese al revés, después de todo tu eres el hombre embarazado. -Dijo con ironía.


Llegaron a una puerta metálica que no cuadraba para nada con el aspecto antiguo y elegante del resto del sitio, el joven moreno abrió aquella puerta y bajó los pequeños peldaños metálicos. Flug lo siguió temeroso, admiró el lugar, un poco oscuro para su gusto, pero bastante más ordenado que su propio laboratorio. En el fondo había una camilla preparada, una máquina de ultrasonido un poco más moderna que la suya, instrumentos varios que claramente habían sido colocados para su llegada.


-Siéntate, antes de tomar una decisión apresurada debemos revisarte. -Comentó sacándose los guantes, sus manos se apreciaban oscuras, contorneadas por circuitos rojizos, alteradas como muchas otras partes de su cuerpo. Abrió un gabinete y extrajo una pequeña laptop, tecleó un poco. -Si me permites, grabaré el proceso.


-Uh... Claro. -Contestó inseguro, sentándose en la camilla.


Slug encendió la máquina de ultrasonido, colocó cuidadosamente un gel frío sobre el vientre del joven y comenzó a pasar el transductor. - ¿Puedes aguantar?


-Ugh si… pero apresúrate, bebí tanto como pude antes de venir…


-Bien, ¿Qué sabes de todo esto?


-No mucho… ocurre cada seiscientos años, las espículas inyectan algún anestésico, se implanta un parásito y… sucede independientemente del sexo. –Contestó apático.


- ¿Lord Black Hat te habló de ello? –Seguía preguntando mientras observaba aquellas imágenes que confirmaban las sospechas de todos, tan claro como el agua.


-En realidad fue el señor White Hat, -Se encogió de hombros- el señor Black Hat no fue capaz de darme detalles al respecto.


-Ya veo… las espículas que mencionó White Hat son glandulares, tal y como lo dijo segregan e inyectan un anestésico local natural para que el futuro hospedero del huevo no sienta dolor cuando la célula germinal atraviese activamente sus tejidos y se implante. –Explicó- Es… muy bondadoso para un demonio.


-Parece que sabes mucho. –Dijo admirado.


-Mientras tú tenías intimidad con el demonio negro, yo me encargaba de hacer algo vergonzoso en nombre de la ciencia, –Contestó con claro disgusto- pude tomar algunas muestras y aún continúo estudiándolo… ¿Y este corte?


-Oh, intenté “solucionarlo”, –Dijo avergonzado- pero no me atreví a continuar.


-Pudiste hacerte daño, no hagas estupideces.


Flug permaneció en silencio, con una curiosidad que crecía a cada segundo, necesitaba calmarla. –Tu… ¿Tienes algo con él?


Slug frenó, lo miró desconcertado. - ¿Algo?


-Uh…sí, algo como lo del señor Black Hat y yo.


El doctor continuó su labor, con inusual calma, el villano esperaba una respuesta más agresiva. –No, no hay nada entre nosotros, solo somos jefe y empleado. –Respondió sin más.


-Pero dijiste que…


-Sí, si lo que insinúas es que masturbé al idiota de White para obtener muestras, sí, lo hice, pero no con una doble intención.


- ¿Y él simplemente lo permitió?


-Él lo pidió.


Flug se mostró claramente confundido, su relación era muy extraña y el demonio blanco bastante más impredecible… aunque quizá no más extraña que el estar casado con él.


Slug suspiró resignado, se detuvo para mirarlo, no esperaba tener que hablar de algo tan íntimo con él, pero, después de todo, estaban tratando algo muy íntimo en ese instante, abrirse un poco no le haría daño. –White tiene… un extraño interés por mí, -Inició- no soy idiota, lo veo a cada segundo, pero no lo correspondo.


- ¿Nunca lo has considerado?, digo, supongo que tus intereses deben ser otros, pero al principio yo tampoco me sentía capaz de corresponder…


-No te equivoques, -Interrumpió- a diferencia de ti, yo siempre he tenido muy claros mis intereses, soy homosexual, Flug, –Respondió con sencillez para sorpresa de su acompañante- pero no estoy interesado en White Hat. –Rio levemente- No digo que jamás lo haya considerado, es solo que el idiota de mi jefe es bastante… desinhibido, con todos y todas, no soy capaz de tomarlo en serio, no me gustan los juegos.


El doctor de los villanos lo escuchó con admiración, su valentía y seguridad eran preciosas, claramente el problema jamás radicaría en él. – ¿Y si él fuese diferente?


Slug no respondió, tomaba capturas del ultrasonido, en silencio, con seriedad, dejando que el ambiente se llenara de incomodidad, para él era el fin del tema.


El joven de mirada verde lo observaba con acongojo, el tema era más delicado de lo que creía, solo quedaba cambiarlo. –Dijiste que la célula germinal atravesaba los tejidos, pensé que era algún tipo de parásito ¿Sabes algo más al respecto?


-Lo es, -Aclaró- es un parásito, pero es unicelular… y extrañamente haploide. –Comenzó a limpiar el corte del científico con un algodón lleno de alcohol- El espécimen en cuestión parece introducirse a otro individuo a través de la cópula e implantarse en alguna zona fuera de las vísceras por algún medio activo, genera un útero provisional… para ser más exactos genera un corion con un medio interno normal, un medio para desarrollarse, aún trabajo en ello, no sé aún de qué manera terminará siendo pluricelular, pero ya lo descubriremos. –Comentó con una sonrisa- De hecho, ahora sabemos cómo se alimenta, según las imágenes, parece haber formado un tipo de cordón umbilical adhiriéndose a un vaso sanguíneo del hospedero… de ti, se alimenta por este medio, para esto debe estar segregando algún tipo de anticoagulante, lo cual me trae algunas preocupaciones, –Volvió a su semblante serio- en algunos minutos veremos qué tan viable es esto.


-De desarrollarse ¿Será como Black Hat?


-Quizá sí, aunque en este momento no podemos saberlo a ciencia cierta, el par de demonios tienen una forma homínida, es posible que sus células tengan un desarrollo similar a las de un humano, se ha formado un embrión con una forma bastante normal, igual al embrión humano de seis semanas, de hecho, es exactamente su tiempo de gestación, sus rasgos exactos los veremos mucho más adelante.


-No habrá “más adelante” –Contestó con firmeza, dejando mudo a Slug- quiero pedirte que te deshagas de él.



Corría a toda velocidad, jadeante, el sudor resbalaba por su frente, humedecía su flequillo rosado. Había pasado un poco más de una hora siguiendo el rastro, era lo ventajoso de estar tratando con un héroe, ellos jamás se preocupaban demasiado por cubrir sus huellas, al no ser constantemente perseguidos por la ley eran algo descuidados. Aún llevaba su pijama rosada, sus pies descalzos, no tuvo tiempo de prepararse mejor, cada segundo valía oro.


Demencia tenía miedo, lo admitía, estaba volviendo a las fauces del lobo, ni siquiera sabía si podía hacer algo al respecto, si tal vez la paz que querían construir era autentica y todo eso era solo una pérdida de tiempo, pero no se arriesgaría. Flug no era su problema, nunca lo había sido, siempre fue solo el nerd que trabajaba para su amado, aun así, sentía el impulso de actuar, repentinamente había ganado importancia, ahora se preocupaba por él.


Llegó a la que evidentemente era la mansión del sombrero blanco, el asfalto aún estaba cálido, allí aparcó un auto, el auto que dejó las migas de pan en el camino, ahora solo debía encontrar a Gretel. Atravesó la barandilla y el jardín en un par de saltos logrando pasar inadvertida por cualquier sistema de seguridad, buscó una entrada, una pequeña ventana se encontraba abierta y visible en el segundo piso, escaló con velocidad hasta alcanzarla. El interior de la mansión se apreciaba oscuro a través de los cristales, podría encontrase con cualquier cosa allí dentro, debía ser cuidadosa. Con un leve empujón en la ventana se abrió paso al interior, se decidió a explorar andando por los muros, en silencio y alerta. Un suave rose, un sonido lene como el viento la hizo frenar y ponerse en guardia, su visión era relativamente buena en la oscuridad, no parecía haber nada, pero si aquello era igual a su hogar, en cualquier momento podría aparecer un vigilante, un robot, cualquier cosa que alertara a todo el sitio sobre su presencia.


-Buenas noches, mi lady ¿Qué la trae por aquí?



Su desconcierto era inmenso, su expresión lograba delatar su sorpresa ante aquella fatídica declaración.


- ¿Es porque Black Hat no lo quiere? ¿Ya se lo has cuestionado? –Interrogó Slug, incrédulo.


-Es porque yo mismo no lo quiero. –Dijo tajante.


-Pero…


-Probablemente Black Hat no lo acepte, no quiero que esto nos dañe a ambos y… rayos Slug soy un hombre, no estoy hecho para esto.


El científico se rascó la cabeza, eran puntos difíciles de debatir, en realidad no quería hacerlo, no tenía por qué. –Lo respeto, Flug, pero quizá esto vaya más allá de querer o no.


- ¿Qué quieres decir?


En ese momento, aquel androide blanco entró en la habitación, llegó rápidamente y le entregó una hoja al científico de los héroes. El joven la leyó, su semblante molesto, casi impasible, cambió, se llenó de sorpresiva preocupación. –No imaginaba que quisieras deshacerte de él, bajo otras circunstancias no me negaría, pero…


- ¿Pero?


-Flug, tus recursos plaquetarios son muy bajos, de hecho, tus recursos sanguíneos, estás casi anémico.


- ¿Qué? –Soltó nervioso.


-Probablemente el anticoagulante que el embrión genera no afecta solo al vaso sanguíneo del que se alimenta, en realidad parece ser hemolítico. -Explicó- Lo que quiero decir es que, si intento hacer una operación de ese tipo en el estado en el que estás, podrías desangrarte, el corte en tu vientre sigue sangrando a pesar de ser pequeño, si hiciera una herida más dramática, hay una gigantesca posibilidad de que no salgas de esta, no puedo hacerlo.


- ¡¿Qué?! ¡No! Espera, no puedes estar hablando en serio, tienes que extraerlo, Slug, -Flug comenzó a mostrarse ansioso, su expresión era de completa angustia- no puedo continuar esto.


Slug se talló el rostro, no podía simplemente negarse y dejarlo ir, la situación era más grande que ellos dos, no era tan bondadoso como un héroe, pero tampoco tenía la crudeza necesaria como para abandonarlo a su suerte, además, tenían un acuerdo. –Mira Flug, debes entender que en este instante no puedo ayudarte, -Inició buscando las palabras adecuadas- pero podemos intentarlo después, antes que nada debes estar sano para continuar… con cualquier decisión que tomes, solo ¡Mírate! Dudo que tu mal estado de salud se deba únicamente al embarazo, debes cuidarte; come, duerme, descansa… si no lo haces no puedo hacer nada por ti.


-Ugh no ¿Y si jamás puedes hacerlo? –Cuestionó entre lágrimas- ¿Qué se supone que haré?


-Continuar con ello hasta el final, cuidarte para no morir en el intento y sobre todo… contárselo a Black Hat.


-No puedo hacer eso.


- ¿Y qué pensabas? Viniste aquí para que te practicara un aborto muy invasivo, ibas a regresar a casa con una enorme herida en el vientre, probablemente más de un día después ¿Qué pensabas decirle a Black Hat? –Habló enojado y exasperado- De cualquier modo, tendrás que hablarlo con él tarde o temprano ¡No tienes opción!


Flug rompió en llanto, finalmente sus nervios lograron envolverlo, esta vez no era simple impotencia, pese a la ayuda del doctor no podía evitar sentirse abandonado, sentía que lo peor vendría cuando tuviese que hablarlo con quien más amaba en ese mundo. Se abrazó a sí mismo, se acarició el vientre, sintiendo como el simple tacto le generaba agobio, aquello ponía en riesgo su vida de cualquier modo en que lo mirara, lo que en ese momento aparentaba ser más seguro para él era continuar, solo quedaba la aprobación del padre o… no tenía idea de que hacer en otro caso.


-Rayos, hombre… -Dijo el héroe- yo…


Tres pequeños toques a la puerta metálica del laboratorio irrumpieron el momento.


El científico de los héroes se acercó dudoso, abrió la puerta con precaución. Tras ella estaba una imagen difícil de procesar.


-Lamento la interrupción, caballeros, pero esta dama desea hablar con nuestro invitado. –Habló amablemente el demonio de sombrero blanco.


Erguido frente al doctor, con una sonrisa notoriamente incómoda, forzándose a verse en calma, era mordisqueado en uno de sus brazos por la joven Alebrije. La villana se colgaba del brazo del demonio, mordiéndolo con fuerza, mientras el otro simplemente lo permitía en un afán de no hacer más grande el problema.


La chica visualizó de reojo al sorprendido científico de ojos verdes, reaccionó alarmada y se desprendió del brazo de White para ir en su dirección. – ¡No se atrevan a hacerle daño! –Gritó interponiéndose ágilmente entre ellos.


- ¡Demencia! –Llamó Flug, sorprendido.


-Oye, tranquilízate, -Dijo Slug- solo estábamos…


- ¡No te atrevas a decirme que me calme! –Contestó colérica- Advertí que los mataría si regresaban. –Levantó un gigantesco anaquel metálico, amenazando con lanzarlo.


El joven moreno sacó el arma de su bolsillo y la apuntó. –Baja eso. –Ordenó.


-En realidad él fue quien vino aquí. –Aclaró White, sonriente.


- ¡Demencia, cálmate! –Intentó Flug- Vine aquí a pedir su ayuda.


- ¿Ayuda para qué? ¿No conoces el Misoprostol?


Flug parpadeó atónito. –Espera… ¿Cómo sabes lo de…?


La joven lanzó el anaquel a un costado de ellos, provocando un gran estruendo, el muro en su camino se agrietó, los anaqueles cercanos cayeron tras el impacto.


- ¿Te parezco estúpida?


-Bueno…


- ¡Había demasiadas pistas! El obsequio, la nota, desapareciste en medio de la noche ¡Vi el ultrasonido! –Se sostuvo el entrecejo- Yo misma te di esa idea, conozco a Black y te conozco a ti, no tardé mucho en saber qué harías algo como esto.


- ¿Y vienes a impedirlo? No comprendo.


-Vengo a salvarte el trasero de este par de idiotas.


-No quieren hacerme daño, si quisieran no estaríamos teniendo esta conversación.


-Eso es cierto. –Confirmó Slug.


- ¿Entonces voy a ser tío? –Preguntó White entusiasmado.


- ¡Cállense! –Gritó exasperada- Nos vamos.


La chica tomó al doctor por el cuello de la camisa y comenzó a arrastrarlo hasta el pasillo. Los otros dos individuos permanecieron estáticos apreciando la escena, repentinamente Slug sacó una libreta, escribió en ella y fue tras ellos.


-Sé que no quieres nada de nosotros, -Inició mientras intentaba seguirlos- pero debe descansar y comer bien, su salud es delicada, -Explicó- debe tomar esto, una pastilla al día, son suplementos. –Extendió la nota.


La furiosa villana frenó su paso en seco, el villano casi cae de bruces ante el repentino movimiento, sostenía el brazo de la chica intentando que no lo lastimara más, ni siquiera intentaría resistirse, era en vano. Demencia le arrebató la nota al héroe y siguió caminando hasta la salida.


Un auto llegó con velocidad a la entrada de la mansión, a petición del demonio blanco, no permitiría que regresaran a pie en medio de la noche. La chica estaba exhausta, aun así, podría regresar caminando sin problemas, el inconveniente real era el estado físico del joven, aceptó la cortesía a regañadientes solo por él.


En cuanto entraron al auto ni una palabra más se cruzó entre ellos, era un silencio incómodo. Flug se sentía un tanto culpable y avergonzado por todo, seguramente sus anfitriones lo habrían entendido sin problemas, pero Demencia se veía más que molesta, un enojo muy distinto al de otras ocasiones, ni siquiera lo miraba, tenía la vista puesta en la ventana, los brazos cruzados y el ceño fruncido, parecía indignada.


Llegaron de vuelta a la mansión oscura, ambos entraron por donde salieron, en silencio como antes. En cuanto entraron en la habitación del doctor, la joven intentó irse sin reparo.


-Espera, -Llamó el doctor, apurado- ¿Le hablarás de esto a Black Hat?


La Alebrije se giró con un gesto ofendido. –Oh claro que sí, le diré que ambos lo desobedecimos y salimos en medio de la noche para ver a su peor enemigo. –Contestó con sarcasmo.


-Uh… ¿Por qué entraste a mi laboratorio?


-Quería mostrarte algo importante… -Respondió con tristeza- ya no importa, encontré tu estúpida ecografía. –Dijo mientras la sacaba del bolsillo del pijama, se la mostró al joven casi impactándola en su rostro, la arrugó y se la lanzó en la cabeza- Me voy a dormir.


El doctor solo la dejó ir, estaba apenado, algo entristecido por haber provocado eso, en realidad tenía muchos motivos para sentirse mal. Estaba presente esa terrible noticia; no podía deshacerse de aquello que lo aquejaba. Algo mucho más grande que él lo perseguía, algo con lo que no podía cargar, ni siquiera era capaz de hacerse realmente a la idea de que sería… ¿Padre? ¿Madre? Como fuera, engendraría al hijo de la maldad encarnada, le era imposible aceptar algo como eso, lamentablemente tenía tan solo una oportunidad de escapar, ahora tenía la importante misión de cuidar en extremo su salud únicamente para estar listo para remediarlo. No lo hablaría con Black Hat, tenía en cuenta que todo lo que Slug le decía era cierto, era decisión de ambos, él estaba en su derecho de saberlo, pero no quería hablarlo, el demonio no entendía razones cuando estaba realmente molesto y sabía que en cuanto tocaran el tema se volvería loco, él lo dejó muy claro, no quería un hijo.


Se dejó caer sobre la cama, se acurrucó, dormiría aislado esa noche, lo necesitaba.



En la mansión blanca, el doctor Slug dirigía el reordenamiento de su laboratorio, sencillos robots de color blanco levantaban los anaqueles, aspiraban la suciedad, todo el desastre provocado por la joven chica lagartija.


-Bien jugado, doctor. –Comentó de repente el demonio blanco, acercándose sonriente, con ese gesto pasmado.


-No sé de qué hablas. –Respondió tajante.


White rio. –Oh vamos, Slugy baby, el cuento del “terrible estado de salud” del doctor Flug funcionó excelente para convencerle de no interrumpir el embarazo.


El científico se acercó hasta él en silencio, levantó el brazo y le plantó con dureza una hoja de papel en el rostro, eran los resultados de la prueba de sangre. El héroe los observó dudoso.


-No fue ningún cuento, idiota, Flug realmente se encuentra muy mal.


White parpadeó confundido.


-Está prácticamente anémico, su estado de salud se deteriora gracias al embrión, no está listo para una cirugía como la que él me pidió, si lo hubiera hecho hubiese muerto, -Explicó- de hecho… no estoy seguro de que continuar con el embarazo sea buena idea, parece ser como una enfermedad degenerativa.


- ¿Qué quieres decir? –Preguntó serio.


-Digo que tan solo en el segundo mes ya está bastante mal de salud, no quiero pensar lo que va a suceder en nueve meses. –Su tono era de angustia- Debes entender que nuestro cuerpo, humano y masculino, no está hecho para pasar por esto.


-Dices que es malo interrumpirlo y malo continuarlo, entonces ¿Qué sugieres?


-La única solución que podría haber es que Flug cuide en extremo de sí mismo y aun así… es jugar a la ruleta rusa, es azaroso, quizá… ninguno sobreviva a esto.



Por la mañana, el demonio negro cerraba con fastidio el grueso y engorroso libro que estuvo leyendo durante toda la noche, no fue capaz de cerrar los ojos y dormir, había un par de cosas que lo mantenían distraído, sin sueño.


Aquella charla diminuta y posiblemente insignificante que tuvo con el científico logró hacer que no conciliara el sueño, de hecho, era un tema que constantemente no lo dejaba dormir incluso antes de esa conversación. El doctor era mortal, ese tema fue tocado en medio de una absurda conversación respecto a tener o no tener descendencia. Se mantenía firme en su decisión de no desear engendrar un hijo, no le apetecía, adoraba su inmortalidad… aunque quizá ya no del todo, ser inmortal significaba que dentro de algunas décadas se vería obligado a perder a Flug, inevitablemente, ni él mismo tenía tanto poder como para cambiar las normas del universo, si no nacías longevo o inmortal no había muchas opciones para cambiarlo, ni él mismo podía obligar a la muerte, solo una maldición o bendición de contados individuos eran capaces de cumplirlo, entre ellos cierta mujer a la que no recurriría jamás. ¿Realmente lo aquejaría perderlo? Sí, ya no podría negarlo jamás, si él se iba, su corazón se marcharía con él, ¿Y qué había de volverse mortal? Si moría con él ¿Sería igual a no perderlo?


-Que complicado… -Dijo para sí.


No había muchas maneras de morir para él y, de hacerlo, una gran estructura formada durante siglos se desvanecería por siempre, no habría nadie para dirigir su legado, ahora pensaba que quizá el no tener descendencia no fue su decisión más inteligente, quizá.


Se levantó de la cama, posterior a realizar toda su rutina matutina salió de su habitación. Caminando por el pasillo llegó a su mente la posibilidad de encontrar a su doctor en su recámara, al joven le gustaba no molestar, tal vez habría dormido allí solo para no incomodarle durante la madrugada. En efecto, ahí estaba, plácidamente dormido, aún con la ropa del día anterior puesta, sus profundas ojeras mostraban lo poco que durmió esa noche, quizá lo dejaría dormir un poco más.


Dio un par de pasos, aproximándose, pero sus pies se toparon con algo, aquello rodó por el suelo hasta la ventana. Black se inclinó a recoger el objeto, era una arrugada hoja de papel, convertida en una pelota, la desenrolló solo por curiosidad, podría ser cualquier cosa. Tras revelar su contenido, no pudo creer lo que veían sus ojos, una imagen que pudiera ser indescifrable para muchos, pero para él, que había visto el mundo en todas sus fases, no era algo nuevo, solo algo que le erizaba la piel y le hacía hervir la sangre.


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