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Paper Love and Black Heart. por McMaddy02

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Notas del capitulo:

¡Hola!


Ay… perdónenme de verdad por este gran retraso, especialmente porque la semana pasada aseguré que estaría el capítulo para el domingo, la verdad juraba que sí, pero no alcancé a terminarlo, después se atravesó un congreso… y bueno, aquí estamos.


Tengo varias noticias para ustedes, la primera es que ¡Ya estoy de vacaciones! Lo que significa que habrá menos retrasos, más continuidad <3


También que ya están los dibujos de otros dos personajes de mi AU, cosa que me tiene muy emocionada, con esto vengo a comentarles algo especial: Haré un nuevo libro dedicado especialmente a los Fanart que se han hecho de este Fanfic <3 (Wattpad) subiré allí todos los dibujos que ustedes han hecho con mucho cariñito, obviamente con sus respectivos créditos. En este mismo libro dedicaré 2 capítulos al BloodlineAU con los dibujos de los respectivos personajes, su explicación, nombre y el autor… la cuestión es que estos dos capítulos estarán incompletos, pondré detalles de los personajes hasta que aparezcan en escena, por ahora solo verán los dibujos… o ni eso jaja.


(Les recomiendo visitar el libro porque además incluiré una cronología de sucesos de la historia).


Ahora, en el capítulo anterior mencioné en algún comentario que respondería algunas dudas que se han generado a lo largo de la historia, así que esta es la sección.


1-    ¿Por qué Black Hat envió a Flug con Lady Belle?


No lo hizo, ese fue un juego entre ambos, una partida que jugaron para decidir el futuro de nuestro doctor. Black Hat lo quería de vuelta más que nada por orgullo y una terquedad que poco a poco fue disminuyendo y que al final, cuando se había desvanecido, pudo resignarse a perder, por su parte, Belle buscaba cuidar de él.


2-    ¿Por qué el repentino cambio de actitud en Harmonie?


¡Nuestra querida Harmonie es alcohólica! Es sin duda una chica coqueta, pero el alcohol fue lo que la llevó a comportarse de forma desagradable con Slug aquella noche.


3-    ¿Por qué todos creen que Umbra es hombre?


Este personaje en particular tiene esta característica a petición de la persona en quien está basada, pero algunos de los motivos serían que Dominos Umbra es de apariencia andrógina, no es femenina ni masculina, su voz la he mencionado como “seseante”, esto significa que no tiene un tono ni agudo ni grave, habla con “s”, además de que ella jamás hace una aclaración cuando se le confunde con un hombre, sencillamente porque no le importa.


4-    ¿Quién es Mother Poltergeist, Poker Face y Lady Naga?


Estos personajes no son creación mía en realidad, en esta ocasión ni siquiera sus nombres, aparecieron en el video de Villanos “Videos de Orientación para villanos: Q&A Blackhat Organization responde” en el canal de Cartoon Network LA en Youtube. Son mencionadas por Flug tras preguntarle “¿Por qué los villanos no respetan a las villanas? Él las menciona como villanas temidas, respetadas y reconocidas (incluye a Demencia).


5-    ¿Cómo fue que Demencia llegó a la guarida de los villanitos?


Recordemos que Demencia es una villana que se dedica a ejecutar misiones, por ende, sale constantemente por aquí y por allá, sin mencionar que Maggie es su mejor amiga, se hablará de ello más adelante, pero efectivamente Demencia ya conocía el lugar.


6-    El juego de ajedrez: Nuestra querida Teresa se encargó de realizar una muy acertada explicación de este juego, efectivamente Black y Belle se echaron una partidita de ajedrez para decidir el futuro de todos, aquí va.


“El enroque al rey es anteponer la torre para resguardar al rey, en este caso creo que la Torre seria o el nido o en si el castillo de Belle, aunque se mencionó que Dryadalis lo hizo, supongo que fue más bien porque escapo con Demencia para ayudar a Flug, Belle tomó a Flug que era el rey de BH con ayuda de ya sea un Alfil o un Caballo y los peones (Teresa y los otros villanos). La Reina de Belle era Harmonie, BH en este caso pudo haber tenido de reina a Lady Naga, y el alfil que podría ser Poker Face, porque los alfiles se desplazan por mas lugares en diagonal mientras otras piezas no se interpongan, los caballos no se mueven tanto.
Y en sí, al capturar el Rey del contrario, es Jaque Mate, si se captura al Rey el juego termina, Belle tiene al Rey de BH que es Flug.
Incluso cuando Mother trajo a Flug a ella le dijo "gracias por su participación en esta partida" y pues yo digo que Mother fue un alfil para Belle.”
(Efectivamente Dryadalis fue la torre de Belle Mort con la cual se realizó el enroque, y Mother puede más bien funcionar como un caballo, los villanitos funcionaron en esta ocasión como piezas aleatorias de ambos bandos en diferentes momentos).
 

Detallitos del capítulo:


Viola cornuta o “Molly Sanderson”: Es una exótica flor de ornato, de pétalos negros y corazón amarillo.


EL MAGO DE OZ.


“Ahora sé que tengo un corazón, porque se está rompiendo”


-El Hombre de Hojalata-


 


Sin más que decir, disfruten del capítulo <3


Concierto N°. 3 en fa mayor "L'autunno" (El Otoño).


   I. Allegro.

-Cuide de él... Por favor... -Dejó escapar en un suspiro agobiado y colgó el teléfono.

Black Hat se apoyaba sobre su destrozado escritorio, miraba serio a la nada, reflexionaba. Por primera vez en siglos perdió una batalla, perdió empleados, un poco de su dignidad, pero además de todo aquello, tuvo la desgracia de perder finalmente aquello que siempre supo que no merecía. No era una sorpresa, nada lo era, pudo enviar más empleados, crear una catástrofe masiva que acabara en una extraña guerra entre dos planetas, pudo hacerlo con o sin la oportunidad de ganarle a su contrincante más inteligente, habría sido al menos un esfuerzo mayor... pero de haberlo hecho, habría vuelto a escuchar a esa parte de él que lo llevó a esas circunstancias, por primera vez estaba sumamente harto de sí mismo. Ni siquiera pensaba en su inmortalidad, defenderla incansablemente solo le trajo dolor, quería ignorar el hecho de que pronto le quedarían algunas décadas de vida, le inquietaba, pero por el momento no era lo más importante.

El suceso imperante de ese día fue un acuerdo silencioso, bastó que la dama pooka se disgustara para que ambos, con la inmensa cercanía y conocimiento mutuo que poseían, acordaran un enfrentamiento sin la necesidad de hablarlo, las piezas comenzaron a moverse por sí mismas y el movimiento de su propio rey fue aquel que marcó la pauta.

La mansión se ahogaba en soledad, la mayoría de sus habitantes brillaban por su ausencia ¿Ahora qué? Todo terminó, estaba finalmente solo, padeciendo sus consecuencias, el trabajo de sus empleados podría llevarlo a cabo por otros medios, pero aquello no tenía nada que ver con la rutina laboral, estaba solo en una fría y oscura habitación, más solo de lo que había estado jamás, incluso cuando antes no tuvo a nadie junto a él, no se sintió de esa manera.

Observó con detenimiento la sortija en su dedo ¿Las promesas seguían en pie? O quizá ese objeto ahora poseía valor unilateral, el científico podría estar tan enfadado con él que tal vez ya habría desechado la joya, pero ¿Quién era él para quejarse por ello? Fue irresponsable, no pudo cumplir con el deber que acordaron en esa ceremonia que los unió de por vida, su orgullo y egoísmo lo llevaron a perderlo, la gran pregunta era ¿Tenía solución?

Junto a él, sobre lo que quedaba del escritorio, estaba una bolsa de papel y un par de googles oscuros, tomó ambos objetos entre sus manos, nunca antes habían significado tanto, jamás había deseado verlo con aquella bolsa puesta sobre su lindo rostro. Los estrujó, no cabía duda de que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.

...

La dama conejo escuchó la línea cortarse, permaneció estática largos segundos ¿Había escuchado bien? El demonio dijo... ¿Por favor?

Bajó de su trono, ensimismada, el pooka la veía ir y venir, la mujer pensaba en el extraño comportamiento de su colega, incluso se atrevería a pensar que fue remplazado de nuevo, aunque, si era franca, no consideraba al demonio blanco tan tonto como para volver a intentarlo, pero sin duda era inusual.

Estaba preocupada, en esa ocasión actuó en pos del joven doctor, pero jamás consideró la posibilidad de que el demonio se viese auténticamente afectado por esa situación. Se cuestionaba sus acciones ¿Habría hecho bien? Entró en conflictos maritales ajenos autoproclamándose autoridad sobre esa relación y apoyando a su ruptura por el bien de una de las partes, tal vez pudo pensar en otro remedio.

Ya no había vuelta atrás, todo se llevó a cabo tal y como lo vio en sus visiones, pero no abandonaba la duda, tal vez apresuró sus acciones.

...

En una gran habitación, una herida era limpiada después de ser suturada, algunos puntos fueron colocados sobre una piel azulada de una villana arácnida que se hallaba inconsciente, estable, pero aún dormida.

El aludido doctor se quitó sus guantes estériles y decidió abandonar el sitio tras haber terminado su labor, caminó hasta una ventana con un gran balcón en donde se apreciaba una mesa y cuatro sillas, ese tipo de muebles hechos para exteriores que usualmente nadie usa, incómodo, frio y metálico. En una de las sillas se encontraba una mujer rubia, hermosa como un clavel, miraba el cielo nublado en donde apenas podía vislumbrarse su color verdoso y el brillo de un par de lunas.

-¿Te encuentras mejor? -Preguntó el doctor.

La mujer lo miró saliendo de sus pensamientos, había cambiado su atuendo, se vio en la necesidad de usar un vestido de la dama pooka debido al estado en el que se encontraba el suyo. Admitía sentirse un poco más vulgar de lo normal, el vestido negro era brillante como su estilo habitual, pero era demasiado corto y ajustado para ella. Le dedicó una tenue sonrisa al joven. -Un poco... De verdad quería permanecer ahí, pero creo que fue suficiente sangre por un día.

- ¿Suficiente sangre?

-Digamos que... me vi obligada a dañar a un par de personas antes de llegar aquí.

El científico se sentó frente a ella. - Debo agradecerte por traer a 5.0.5. debiste pasar por momentos riesgosos para ti.

-Descuida, es el trabajo de un héroe. -Respondió airosa- Además, tu oso es muy tierno, es como un panecito dulce que quisiera morder, no podía abandonarlo a su suerte. -Comentó enternecida.

El joven rio. -Te debo una, 5.0.5. es como un hijo para mí... fue una decisión muy estúpida dejarlo atrás... -Dijo, cabizbajo.

-Debió ser difícil, -Se estiró hasta alcanzar la mano del joven que descansaba en la mesa- pero a veces los mayores deben velar por el bienestar de los más jóvenes, estoy segura que el dulce osito entiende lo importante que era para tu nuevo retoño salir de ese sitio tan peligroso para ambos.

Flug parpadeó sorprendido. -Tú... ¿Lo sabes?

- ¿Que estás embarazado? Sí. -Respondió sonriente.

- ¿Slug lo dijo?

-No fue necesario, soy un hada, -Comentó con obviedad- tengo un contacto íntimo con todo lo que tenga vida, algunas cosas puedo controlarlas y otras solo puedo conocerlas mejor que cualquier otra persona.

- ¿No te parece un poco... extraño?

La mujer lo meditó por varios segundos. -Eres... peculiar, no es común que un humano, un hombre, esté embarazado, pero considerando que el sombrero negro es el padre, -Se sostuvo el mentón, pensativa- supongo que era de esperarse.

Rio con ironía. -Parece que soy el único desconcertado por esta situación.

-Pronto tu desconcierto se volverá una experiencia maravillosa, -Habló entusiasmada- lo que llevas en tu interior es hermoso y puro.

- ¿Puro? ¿El hijo de un demonio?

Harmonie rio, extendió una mano, en ella creció con lentitud una pequeña flor de pétalos negros y triangulares, su centro era amarillo y diminuto. -Las violas son lúgubres, negras, pero hermosas, finas y delicadas, la oscuridad no siempre significa maldad o podredumbre, puede ser como una dama fina e interesante, la oscuridad es la creadora de las pasiones más fuertes. -La flor se encogió hasta volverse nuevamente un retoño y desaparecer- Puedo apostar que la criatura de tu vientre algún día será una hermosa mujer.

El científico reaccionó estupefacto, se atragantó con sus palabras. - ¿Mujer? -Cuestionó incrédulo.

-Sí, una bella damisela. -Respondió confundida ante la reacción del chico.

-Tiene ocho semanas ¿Cómo puedes saber que será una niña?

-Eso ocurre desde la fecundación, -Se encogió de hombros- está en sus células, -Se rascó la cabeza- aunque quizá ella decida ser algo distinto después, eso no podemos saberlo.

Flug permaneció en silencio, no podía asimilar la información, ya había decidido continuar con el embarazo, sabía lo que se aproximaba, los cambios en su cuerpo y posteriormente tener que criar al producto, pero jamás lo visualizó, por primera vez lo sentía más real y cercano que nunca, ahora sabía que debería criar a una niña, ahora podía imaginarla, existían tantas posibilidades, podría verse como él, quizá como Black Hat, tal vez como ambos. Se acarició el rostro, sus mejillas estaban húmedas, comenzó a llorar en algún momento que jamás notó, algo presionaba su pecho y obligaba a cortarse a su respiración. Sin querer hacerlo, dejó salir un llanto ruidoso y lleno de sentimiento.

El hada se alarmó de inmediato. - ¡Ah! ¿Qué ocurre? ¿Dije algo malo? -Interrogó preocupada.

El joven negó con la cabeza, se limpiaba las lágrimas, intentaba calmarse. -Solo estoy un poco emocional.

La mujer observó con detenimiento la expresión de gran agobio que el chico mostraba, era muy obvio que se trataba de algo más. Quizá estaba siendo muy entrometida, pero quería ayudar. -Sabes, -Inició llamando su atención- fue curioso el momento en el que todos nos enteramos de su relación, la noticia de que Black Hat tenía una pareja y posteriormente un matrimonio, causó mucho revuelo. -Sonrió levemente- Estoy segura de que los héroes nos enteramos un poco después que la comunidad de villanos, pero en cuanto la noticia llegó a nosotros, no faltaron los planes de arremeter en contra tuya, era una forma práctica de vencer a Black Hat, sin embargo, -Sonrió con ironía- resultó más complejo acercarse a ti de lo que era si quiera intercambiar un diálogo con Black Hat, el maldito demonio se encargó muy bien de que fueras intocable, para muchos eso fue sorpresivo, nos dejó claro que hasta él tenía un corazón y protegería lo que amaba por sobre de él mismo. -La mirada de sorpresa del científico la invitó a continuar- Estoy más que segura de que esto también será noticia y considero que deberías tener en cuenta que te será difícil olvidar el tema, ahora solo tengo una duda ¿Por qué esta repentina separación?

Flug suspiró, la flapper tenía razón, pasaría mucho tiempo antes de que el mundo y él mismo, le permitieran olvidarse de todo lo ocurrido. -Black Hat... no quería este embarazo, no tuve otro remedio que escapar antes de que él se encargara de finalizarlo.

- ¿Él no la creó? -Cuestionó confundida.

-Lo que llevo en mi vientre fue, más que un accidente, una imprudencia y producto de nuestra ignorancia. -Respondió con pesar.

- ¿Él te hizo daño?

El doctor rio, no había gracia en ello, pero le sorprendía lo mucho que esa simple pregunta abarcaba. -En todos los aspectos. -Dijo sin más.

Harmonie resopló, comenzó a delinear ansiosa las figuras metálicas que tenía la mesa. -Puedo suponer que no hubo manera de arreglar eso.

-Todo se fue por la borda en un parpadeo.

La heroína hizo una mueca. -Sé que esto es lo último que quieres escuchar, pero tengo el presentimiento de que no ha terminado.

- ¿Qué quieres decir?

-Bueno... conozco a White Hat... -Inició insegura- Aunque hace poco me di cuenta de que no demasiado, pero creo que lo suficiente para entender algunas cosas. -Sus dedos brillaron, sobre la mesa hizo crecer distintas flores de manera distraída- Demonios como ellos no entienden de sentimientos, pero no significa que no los tengan, ¿Alguna vez le preguntaste como se sentía al respecto?

-Intenté hablar con él, pero no era posible.

-White Hat habla hasta por las orejas, -Dijo entre risas- sé que su hermano es diferente a él, puedo suponer que no es un hombre de muchas palabras.

-Es verdad.

-Entonces, sabiendo eso, quizá pudo existir otra manera, la base de toda relación es la comunicación, te lo dice una experta en amores fallidos. -Comentó con desgano.

Flug meditó sus palabras. -Entonces ¿Crees que me equivoqué al marcharme?

-No digo eso, creo que lo que hizo no tiene justificación, no merecía menos que perderte, pero considero que merece una mínima oportunidad de esforzarse por recuperarte, quizá él tenía algo más que decir que no consiguió dejar salir.

El joven frunció el ceño. -No creo que pueda perdonarlo.

-Debes de hacerlo, -Dijo tajante desconcertando al doctor- que lo perdones no quiere decir que lo recibas de vuelta en tu vida y que olvides todo, perdonarlo te quitará un gran peso de encima, tienes tanto de qué preocuparte que no necesitas eso ahora, el rencor puede ser un obstáculo para vivir en plenitud con tu hija. -El doctor no respondió- Aún están casados ¿Cierto?

-Sí. -Contestó dudoso.

-Sé que el matrimonio no es ninguna atadura, pero representa algo muy importante, tal vez... tan solo tal vez no deberías descartar por completo la posibilidad de que algún día todo se resuelva entre ustedes.

-Nada cambiaría, yo lo sé.

-Si Black Hat llegó a amarte significa que lograste cambiar algo en él, eso quiere decir que puede seguir haciéndolo.

Flug no pudo contrariarla, era verdad que el demonio había mostrado una gran variedad de facetas a lo largo de su relación, había cambiado con constancia, también aprendía de sus errores. -No puedo continuar tratando de hacer que él abandone sus viejos hábitos a costa de mi dolor... ¿El matrimonio no debería ser hermoso? Diferente, lleno de comprensión.

La mujer soltó una risilla, la mesa ahora estaba adornada de una gran variedad de flores, tomó de entre ellas la única rosa y la arrancó. -Mi querido doctor, hasta la rosa más bella también tiene espinas, puedes seguir pinchándote los dedos, -Pasó la yema de su dedo índice por una de las afiladas púas, cortándose de inmediato, una gota de sangre escurrió por su blanca piel- o convertirte en el jardinero que las corte. -Las espinas desaparecieron repentinamente del tallo- Cuando decidieron casarse, debieron tomar en cuenta que no todo sería miel sobre hojuelas. Aprender a entenderse también es parte del juego.

El científico no pudo responder, tomó con cuidado la rosa que el hada le entregaba, le estaba dando demasiado que pensar. Respiró profundo, le sonrió tenuemente a la flapper, permaneció mudo y observó el extraño paisaje frente a él. Definitivamente, la joven consiguió mover algo en su interior.

...

Una ruidosa risotada salió despedida de la garganta de un joven de piel morena y ojos rojizos, le sorprendía cómo su acompañante de sombrero blanco era capaz de hacerlo reír tanto, entre anécdotas extrañas y chistes de humor negro, las horas pasaron sin que lo notaran. Ambos se encontraban reposando en un sofá en la oficina del demonio, despreocupados, consiguieron olvidar temporalmente los problemas recién sucedidos.

-Diablos, White, hacía mucho que no reía tanto. -Comentó limpiándose una pequeña lágrima.

El héroe sonrió complacido. -Me alegra que te estés divirtiendo.

El demonio apreció detenidamente la sonrisa dibujada en el rostro del científico, tan natural, auténtica, algo que debía valorar teniendo en cuenta la infrecuencia con la que sucedía. Le gustaba esa expresión, le dejaba ver por completo el atractivo del joven, su realidad carismática que tanto luchaba por ocultar con aquel mal genio que no era otra cosa que un sistema de defensa, entendía que había tenido una vida dura, pero quería hacerle sentir que ya no había motivo alguno para estar a la defensiva. Se sintió atrevido, alzó una mano y se permitió acariciar la mejilla del joven, entrelazó ligeramente la punta de sus dedos con su cabello, le dedicó una sonrisa tenue y una mirada cautivada.

Slug se tensó, el tacto le hizo sentir un ligero escalofrío, los nervios aparecieron. - ¿White? -Llamó, nervioso- White Hat. -Repitió al no obtener respuesta.

-Slug, -Respondió- por favor gusta de mí. -Rogó.

- ¿Uh? -Soltó confundido.

Tomó la mano del doctor y la acercó a sus labios, permaneció así, sintiéndola en su piel mientras cerraba los ojos. - Quisiera ver esos labios sonreír más por mí. -Abrió los ojos, lo miró fijamente- Gusta de mí, por favor, no puedo ser tan mala idea, sé que puedo hacerte feliz.

- ¿Por... Por qué dices eso tan de repente? -Titubeó avergonzado.

-No puedo seguir guardándolo.

Completamente abochornado, Slug se levantó de su sitio con toda la intención de marcharse, ni siquiera estaba pensando, solo no podía con el vergonzoso momento. White aprovechó el instante en que caminó frente a él, tomó al doctor del brazo y tiró de él con fuerza haciéndolo perder el equilibrio terminando por dar un sentón en sus piernas. Slug permaneció estático, sintió al ensombrerado abrazarlo por la espalda, acariciar su pecho lentamente, su rostro sobre su cuello.

-No voy a hacer nada indebido, -Susurró en su oído- lo prometo.

El doctor vaciló, tras varios segundos se decidió a relajarse, descansó su espalda en su jefe, aun sintiéndose un tanto avergonzado. Simplemente era estrechado entre un par de fuertes brazos, no hubo palabras, el demonio buscaba expresar algo sin necesidad de hablarlo, sabía que una sola oración podría tensarlo todo.

Tras varios minutos y pensando que ya era suficiente, White tomó al joven de los hombros y lo empujó de vuelta al sofá, recostándolo, esta vez buscando molestarlo, sin embargo, no fue así, para su sorpresa, Slug no replicó, lo miraba sorprendido con el rostro enrojecido. La sonrisa burlona en el rostro del héroe se borró, dio paso a una expresión sería, las circunstancias habían dado un giro que no sabía si debía aprovechar, se acercó a él con curiosidad.

Slug sentía que su corazón se saldría de su pecho, estaba nervioso por el repentino ataque, no acostumbraba a sentir que la situación no estaba bajo su control, tensó su cuerpo al notar cómo el héroe se aproximaba, prácticamente sobre él, lo miraba inexpresivo, colocó ambos brazos a los costados de su rostro, acorralándolo.

-White... -Llamó, nervioso.

- ¿Dime? -Contestó sin obtener respuesta.

El demonio acortó la distancia, evitó ser demasiado atrevido, acarició suavemente su mejilla contra la del joven, olfateó su cuello, sintió su propia piel erizarse al tacto. Disfrutó por largos segundos del calor ajeno que ahora lo abrigaba, era una sensación agradable para él, más de un individuo pasó por sus brazos, pero podía notar que era diferente, un calor que llegaba más profundo, lo estrujaba por dentro.

El doctor estaba a la expectativa, su mente continuaba en blanco, su piel cosquilleaba por el aliento del héroe, permaneció estático al sentir la mano del mismo acariciarle el abdomen, acomodarse entre sus piernas. Le daba la impresión de sentir algo de temor en sus acciones, era común considerando que no solía permitirlo frecuentemente, pero no era desagradable, correspondió las caricias con un tímido abrazó, él no era una persona cohibida, sin embargo, no podía reaccionar de otro modo en ese momento.

White agradeció la aceptación del científico, pero lo último que quería en ese momento era provocarle una incomodidad, causar otro arrebato, sentía la necesidad de continuar el cortejo lento que se había prometido a sí mismo. Alejó su rostro para mirarle de frente y depositó un suave beso en su mejilla, sonrió ladino y se incorporó.

-Será mejor que volvamos a la rutina. -Murmuró.

Aquel rápido retorno a la realidad dejó descolocado al chico, se levantó en silencio, pensativo y con las mejillas ruborizadas, observaba a su jefe reacomodarse el saco con calma, regresar a su postura habitual como si nada. Tratando de enfriar la situación, se dispuso a regresar a su puesto, debía verificar si había noticia alguna de Harmonie, caminó a la salida, pero antes de atravesar la puerta hizo un rápido análisis de lo sucedido, sintió por un instante que las cosas no podían quedar así, por orgullo. Caminó de vuelta, con decisión, hasta quedar frente al demonio.

White apreció confundido la mirada determinada del doctor, esa expresión seria y hasta un tanto llena de molestia.

Slug tomó con brusquedad la corbata de su jefe, tiró de ella obligándolo a acercarse, sin pensarlo dos veces plantó un fugaz beso en sus labios, casi como una venganza extraña ante la pequeña vergüenza por la que acababa de pasar. Así como llegó, se fue, soltó sin cuidado al demonio y salió de la oficina azotando la puerta.

-Uh... ¿Slugy Baby? -Balbuceó confundido y abochornado mientras lo veía marcharse.

Slug caminó a prisa hasta su laboratorio, no se relajó hasta cerrar la engorrosa puerta metálica y asegurarse de estar solo, se recargó en un muro y resopló. -Ugh... maldito demonio... -Soltó, sentía sus entrañas removerse, su pecho estrujase, estaba consciente de lo que acababa de ocurrir y todas las puertas que había abierto con ese diminuto beso que se dispuso a dar, nadie robaba su tranquilidad y se salía con la suya- Demonio encantador... estúpido de mierda...

...

La noche cayó, o al menos así lo creían, era difícil saberlo cuando el cielo se tapizaba en una extraña neblina verdosa y había un par de estáticas lunas.

-¡De ninguna manera! -Soltó molesta la chica rubia- No puedo pasar ni un minuto más aquí, mucho menos una noche.

-Querida, no tienes opción, -Respondió Belle con autoridad- no puedo enviar a Umbra de vuelta a casa en este estado justo ahora.

-Volveré sola.

- ¿Volando? -Se burló- Tampoco permitiré que regreses sola.

El doctor veía con temor la acalorada discusión, parecía que el hada no tenía una noción clara de la persona con quien hablaba, era bastante impertinente y descuidada al dirigirse hacia ella. No era el único preocupado, Demencia y Umbra apreciaban con sorpresa a ambas mujeres discutir.

-Me estás pidiendo pasar una noche con el enemigo. -Replicó la joven.

- ¿El enemigo? -Repitió- Te sorprendería lo lejos que esa palabra ha quedado de nosotras el día de hoy...

- ¿Qué quieres decir?

La dama rio. -Linda ¿Has pensado ya en lo que va a ocurrir cuando regreses a la tierra?

- ¿Uh?

La villana se acomodó en su trono, cruzó las piernas y la miró con indiferencia. - ¿Olvidas que asesinaste a alguien? Tus autoridades no estarán contentas con eso.

Harmonie rio sarcástica. -Asesiné a una villana. -Respondió con obviedad- Los héroes tenemos permitido asesinar villanos si es necesario.

-Corregiré tu argumento, cariño: Los héroes tienen permitido asesinar a algunos villanos. -El hada no respondió- La asociación de héroes tiene una lista negra, encabezada por Black Hat, por supuesto, en dónde suelen escribirse los nombres de los villanos más buscados, sus recompensas por captura o asesinato, sin embargo, -Sonrió- no todos están allí, solo los reconocidos como potencialmente peligrosos para la sociedad.

-Es evidente que ella era peligrosa, era una empleada del sombrero. -Respondió.

-No. -Habló Flug, sorprendido y alarmado al percatarse de lo complicado de las circunstancias- No es evidente, ellos no lo saben.

-En efecto. -Dijo Belle- Lord Black Hat es un villano innato, no pierde ningún detalle, jamás enviaría a un empleado de la lista negra a realizar una tarea para la cual no quiere interrupciones de la asociación de héroes.

-Lady Naga no está en la lista porque solo era usada para misiones secretas. -Completó Demencia.

-Lo que quiere decir que cometiste un delito. -Comentó Umbra.

-No, debe haber un error... -Dijo nerviosa.

-No hay ninguno, así funciona la ley de tu mundo, tapar el pozo cuando el niño ya se ha ahogado es una característica de los héroes. -Se burló- Bienvenida a nuestro mundo, colega, utiliza este tiempo en mi castillo para pensar en lo que harás de ti en cuanto pises tu planeta.

Harmonie sintió sus ojos humedecerse, si lo que decían era cierto, entonces cometió el peor de los errores, no tenía salida, iría a la cárcel o se convertiría en una fugitiva de la ley, no sabía qué hacer. -Ustedes... -Apretó los puños, los miró con rabia- ¡Ustedes son los culpables!

-Sí. -Dijo Belle con indiferencia.

El hada se aproximó enfurecida hasta la dama conejo. -Haré que se arrepientan.

Demencia se interpuso entre ambas mujeres. -No te atrevas a acercarte. -Amenazó.

La rubia sintió como alguien tocaba suavemente su hombro, el pooka la sostuvo con cuidado. -Será mejor que se tranquilice, señorita.

Inesperadamente, Harmonie tomó el brazo entero de espíritu, con fuerza descomunal lo levantó sobre ella y lo lanzó sobre la chica lagartija, arrastrándolos a ambos. -No me subestimes. -Le dijo a la conquistadora y se marchó furiosa del lugar.

Demencia abrazaba al espíritu en el suelo, estaba desconcertada, jamás pensó que eso sucedería. - ¡Oye! -Gritó molesta.

-Demencia, -Reprendió la mujer- déjala, es mejor permitir que se tranquilice.

-Diablos... es muy fuerte. -Comentó Umbra con asombro.

-Tanto como Demencia, -Aclaró Flug- después de todo no es humana, pero tampoco es una heroína de combate, no controla su fuerza y sé de buena fuente que no le gusta mostrarla.

-Que desperdicio. -Bufó el Alebrije.

-Quizá, pero de saber pelear como tú, esto no habría acabado bien justo ahora.

-La señorita Harmonie de Paix necesita tranquilizarse y ustedes descansar, -Comentó Belle levantándose de su trono- aquí hay dos heridos y un embarazado, quiero que vayan a dormir en este instante, en este hogar las reglas las impongo yo y no quiero un solo titubeo, los quiero a todos temprano por la mañana en el comedor ¿Estamos claros?

-Uh... sí, -Contestó Flug seguido del asentimiento del resto- como usted diga. -Sonrió tenue, la mujer no era una gobernante por nada.

El científico se dispuso a instalarse en su habitación, entró en el lugar empujando una de las grandes puertas de madera, su adorado experimento ya lo esperaba dentro, acurrucado en la gigantesca cama. Debía admitir que había una gran diferencia entre un castillo y una mansión, definitivamente podía comparar una de las salas más grandes de su antiguo hogar con el tamaño de su actual recámara, eso le hacía pensar que a Black Hat no le agradaban del todo los espacios gigantescos, estaba seguro de que podía tener algo más grande si él lo quisiera. Se recostó en la enorme cama con pabellón blanco, mullida y suave, suspiró con gran tranquilidad, de una forma en la que denotaba que no lo había hecho en mucho tiempo. Pensaba en una conversación pasada, aquella que había tenido con el hada, en su cabeza comenzaba a crecer la idea de que conceder un perdón le haría tener una paz mayor, pero estaba inseguro, sentía que debió considerar demasiadas cosas antes de tanta catástrofe, como el simple hecho de que no estaba preparado para el dolor al inicio de esa relación ¿Cómo pudo buscar un matrimonio sin estar dispuesto a enfrentar las dificultades que conllevaba? Claramente los problemas en los que estaba eran mucho mayores a los de un matrimonio común, pero debía saberlo, tener en cuenta la mínima posibilidad de que todo podía irse por la borda, debió aprender a hablar, a comunicarse con quien ahora compartía una sortija, quizá, tan solo quizá, eso les habría ahorrado muchas molestias y no se encontrarían en esa situación justo ahora. "Perdonar, pero no olvidar" esa era la clave justo ahora, tal vez no sería tan difícil, tal vez con ello su vida volvería a dar un giro inesperado muy pronto.

En otra parte, una chica arácnida se escabullía entre los pasillos del castillo, un movimiento arriesgado teniendo en cuenta las órdenes de la dueña de la vivienda, se ocultaba de los guardias y trataba de ignorar las extrañas pinturas colgadas en los muros, eran cuadros de rostros extraños, algunos horribles, parecían pinturas de seres de diferentes mundos, sentía que la miraban. Llegó a una habitación, se pegó a la puerta intentando escuchar algo dentro, podía oír un murmullo y el sonido tintineante de una botella de cristal. Temerosa, abrió el portón encontrando al hada destapando una botella de licor que debió sacar de algún rincón sin permiso.

La joven rubia miró a la villana con desdén. - ¿Qué quieres? -Cuestionó molesta.

-Yo... Uh... Solo quería ver que estuvieras bien. -Respondió tímida.

-Estoy de maravilla. -Dijo sarcástica y le dio un gran trago al líquido cristalino- Ugh... Esto es ginebra, que asco.

-Bueno, no te veías muy bien hace un rato. -Se rascó la cabeza, nerviosa.

El hada bufó. -Por supuesto que no estoy bien, araña ¡Mi vida terminó! Ahora iré a la cárcel solo por salvar a un montón de villanos que bien podrían estar jugando a las muñecas ahora mismo, -Volvió a beber- niños...

-Esto no es tan malo, no puede serlo, sé que White Hat puede ayudarte.

La chica rio. -En mi mundo el demonio ensombrerado no es quien manda, -Explicó- no puede hacer nada por mí.

La villana cerró la puerta detrás de ella, se acercó hasta la joven, apenada y con ligero remordimiento. -Quizá no tengas que ir a la cárcel, tal vez podrías unírtenos. -Sugirió ganándose una mirada ofendida- Uh... Bien, supongo que no es la mejor de mis ideas. -Resopló- Mira, lamento todo esto, -Se sentó junto a ella- nos salvaste a más de uno y tu recompensa no es la mejor, lo siento, de verdad.

La heroína le miró, observó la venda sobre su pecho. -A ti solo te hice daño... lo lamento, de no haber sido por ti, la cuchilla me habría atravesado. -Bebió nuevamente de la botella.

Umbra sonrió. -Descuida, te causamos muchos problemas, no podía dejarte a tu suerte contra Poker Face. -Desvío la mirada, pensativa y sonriente- ¿Qué tal si me lo compensas con un trago de eso?

Harmonie rio levemente, le entregó la botella. -Es asquerosa, pero es lo único que hay.

-Nada peor que el aguardiente casero. -Dio un gran trago, admiró esa expresión de desasosiego con detenimiento.

La rubia le devolvió la mirada, no pudo evitar sentirse incómoda. -Estás mirándome como en la cueva, no vas a comerme ¿Cierto?

Dominos dejó escapar una risotada. -Oh vaya, claro que no... no literalmente, pero eres muy bonita.

La flapper se ruborizó. -Vaya, pero que niño más atrevido.

- ¿Por qué sigues diciendo eso? ¿Qué edad tienes? -Cuestionó confundida.

-Detesto esa pregunta, pero la dejaré pasar por esta vez... Tengo veintinueve.

La araña parpadeó atónita. -Luces mucho más joven... pero tan solo eres algunos años mayor que yo.

- ¿Cuál es tu edad?

-Veintiuno.

La flapper rio. -Niño.

...

La noche había alcanzado su punto más profundo, el joven científico de mirada verde dormía plácidamente, un sueño lamentablemente efímero. Un inquietante sonido le arrebató su descanso, una brisa fresca acarició su piel, con los ojos cerrados pensaba que tal vez había dejado la ventana abierta, era una sensación molesta que quería calmar, abrió los ojos con dificultad y se incorporó con desgano, la pesada cortina del ventanal se movía con furia, caminó a paso lento hasta allí encontrando una extraña sorpresa, la enorme ventana se encontraba cerrada. Permaneció en su sitio tratando de razonarlo, era probable que el sueño le estuviera haciendo una mala jugada. Otra brisa repentina acarició su espalda, se giró rápidamente solo alcanzando a percibir un ligero movimiento en las sábanas. Se aproximó, miró a su alrededor, algo no estaba en orden.

- ¿Te gustan las estrellas? -Murmuró una voz suave en su oído.

Flug pegó un brinco, miró a todas partes sin ver nada, aquella pequeña voz le había causado repelús.

Un golpeteo en la puerta de la habitación lo hizo saltar de nuevo.

- ¿Flug? -Llamó alguien del otro lado.

El doctor suspiró. -Me estoy volviendo loco. -Dijo para sí.

Caminó hasta la puerta, se había quedado dormido con la ropa del día anterior, bostezó con pesadez y abrió el portón. Su cansancio se esfumó de inmediato, la villana arácnida sostenía a duras penas a la rubia flapper, la mirada del hada denotaba que no estaba del todo consciente, llevaba una botella en la mano y olía fuertemente a alcohol.

-Flug... -Llamó Umbra con entera preocupación.

-Demonios ¿Qué ocurrió? -Cuestionó dejándolos entrar.

-Uh bueno... -Rio nerviosa.

- ¿De dónde sacaron esa botella?

-Yo... No tengo idea, ella la tenía... Pero no era una, tenía más, -Explicó con apuro- estábamos charlando y siguió bebiendo, ni siquiera me di cuenta cuando fue que terminó las botellas.

-Ugh... Umbra ¡Harmonie de Paix es alcohólica! No puedes permitirle ni siquiera una. -Reprendió molesto.

- ¡No tenía idea!

-Ya cállense... -Habló la mujer- que voz tan molesta tienen. -Soltó el agarre de la villana, todo se veía borroso, apenas podía identificar con quien hablaba, no pensaba claro- Pero mira a quién tenemos aquí, -Se burló- a la rareza de la naturaleza.

-Uh... Harmonie, estás muy ebria...

- ¡Tonterías! -Gritó, se acercó apuntándole con un dedo- No te cansas de humillarme ¿Cierto?

- ¿De qué está hablando?

-Solo mírate, -Continuó- un nerd con la cara destrozada ¿Por qué no metes eso en una bolsa de papel? -Apuntó a su rostro- Qué estupidez ¡Mírame a mí! Soy una maldita diosa, hermosa... Y tú con esa cara te casaste con un estúpido demonio millonario... -Se tambaleó- El mío me abrió las piernas un centenar de veces y me botó por alguien como tú.

-Está hablando de White Hat. -Contestó con una risa nerviosa.

- ¡Sí! ¡Ese imbécil! -Soltó- Mi mejor prospecto... ahora se revuelca con otro ñoño... Tengo casi treinta años... -Inesperadamente comenzó a llorar- ¡Voy a morir sola! -Lloriqueó y se abrazó a la araña.

Ambos se miraron incómodos, era un escenario patético, muy triste para la joven. Umbra sintió repentinamente cómo el hada dejaba caer todo su peso, ahora cerraba los ojos y respiraba pesado.

-Me cae mejor cuando está sobria. -Comentó Flug.

-Creo que se quedó dormida.

-Deberían quedarse aquí, no quisiera que Belle los atrapara en el camino a su habitación.

La araña cargó en brazos a la chica y la llevó a un sofá en una esquina, se sentó en el mueble permitiendo que la joven se recostara en sus piernas, le acomodó el cabello con los dedos.

- ¿Así estarás bien?

-Más que bien... -Dijo sonriente.

El doctor viró los ojos, entendía el mensaje. -De acuerdo... -Se giró de vuelta a su cama.

Una pequeña figura femenina posaba airosa sobre el colchón, era poco visible, tan solo la silueta de una joven de capa y falda, con un par de delgadas trenzas en su cabeza, su mirada resplandecía junto con su sonrisa amplia y tétrica, en sus manos llevaba un arma reluciente, una larga hoz.

- ¡¿Pero qué rayos?! -Exclamó asustado.

- ¿Qué ocurre? -Preguntó Umbra.

El doctor la miró fugazmente, pero al devolver la vista al frente aquella silueta había desaparecido. Su corazón latía rápido por la escalofriante escena. Se talló el rostro, ya no había nada a su alrededor. -Ugh nada... Solo estoy demasiado cansado...

...

A la mañana siguiente, el doctor abría nuevamente los ojos, pese a todo, se sentía fresco como una lechuga, dormir, descansar y comer le había sentado bien, desde el día anterior no había devuelto la comida ni una sola vez, era una buena señal. Se incorporó estirándose, acarició suavemente su abdomen, sonrió tenue.

-Buenos días... -Susurró.

A su costado dormía 5.0.5. Estaba hundido por completo en sus sueños, sonreía al dormir y roncaba ligeramente.

-A ti también. -Le murmuró, acarició con suavidad su cabeza haciéndolo removerse en su sitio.

Caminó con disposición hasta el baño, de paso apreció con un poco de risa al par de chicas recostadas en el sofá. Harmonie reposaba por completo sobre la villana arácnida, ambas profundamente dormidas, no iba a despertarlas, iba a ser gracioso cuando notaran las circunstancias.

Entró al baño, otro enorme cuarto, demasiado para él, antiguo, con una enorme tina de porcelana ligeramente amarillenta, varios espejos en los muros, un lavabo amplio y un tapiz anticuado de colores claros.

Se dispuso a tomar un largo baño, usó todo el tiempo que quiso, tenía tanto sin poder relajarse en una ducha. Se recostó en el piso de la gran bañera, se permitió abrir los ojos bajo el agua, veía las luces del candelabro. Se preguntó cuánto tiempo podría ver aquellas luces, cuánto tiempo duraría aquella paz, últimamente todo lucía efímero, disfrutaría de la quietud tanto como se le permitiese, pero estaría listo para el final de ella, nada volvería a tomarlo por sorpresa.

Un estruendo y la discusión del par de chicas, le dio a entender que no tomaron de la mejor manera aquel despertar, salió del agua con una sonrisa divertida, imaginaba que probablemente encontraría a la araña con una mejilla roja al salir del baño.

En efecto, en la habitación Umbra se acariciaba el rostro, tenía un puchero en los labios, lo miraba molesta.

-Pudiste despertarme antes. -Recriminó.

Flug rio. -Se veían muy cómodas, no quise molestar.

-Idiota... -Murmuró fastidiada y salió de la recámara.

El doctor sonrió divertido mientras la veía marcharse, se quitó la toalla de la cintura y decidió vestirse para un importante desayuno con la reina de aquel planeta, otra cosa más de la cual preocuparse ¿Cómo sería la rutina a partir de ese momento? Ahora habitaba en el castillo de una despiadada conquistadora, ni siquiera sabía cuál era su posición en ese sitio, pero estaba dispuesto a ganarse un lugar, debía hacerlo por él y por lo que albergaba en su vientre.

Más tarde, Flug tomaba asiento en la gran mesa, un comedor absurdamente grande de metal negro, un fino mantel tejido de color púrpura cubría el mueble y se adornaba de charolas de comida y platos elegantes. El hada y la araña estaban sentadas una frente a la otra, notoriamente incómodas, la rubia miraba con asco su plato de comida.

- ¿Ocurre algo? -Se atrevió a preguntar.

-Ugh... no como carne... -Respondió asqueada.

-Entonces puedes pedir algo de fruta si así lo deseas. -Respondió la dama conejo entrando finalmente en el lugar, Demencia le seguía los pasos- Buen día a todos, agradezco su puntualidad. -Saludó y se sentó a la cabeza de la mesa, junto al doctor.

Flug le dedicó una sonrisa y desvío la mirada a su compañera de trabajo, la joven lagartija, sentada frente a él, mostraba una extraña expresión, estaba demasiado callada para ser normal. Entornó la vista, la chica tenía una serie de chupetones adornando su cuello, de color intenso, incluso lucían dolorosos, de igual manera, la mujer pooka llevaba curiosamente una gruesa gargantilla, evidentemente habían pasado una noche entretenida.

Percatándose de su mirada, Demencia se ruborizó. - ¿No vas a comer, tonto? -Cuestionó avergonzada.

- ¿Tú lo harás? -Preguntó sonriente- Parece que ya has comido demasiado. -Se burló.

- ¿Has dormido bien, Flug? -Preguntó Belle, irrumpiendo en la futura discusión justo cuando la joven estuvo por replicar.

El doctor asintió. -Como hace mucho no lo hacía...

La mujer le miró con tenue compasión, lejos de ser una buena noticia, era algo bastante triste, le alegraba ser un pequeño salvavidas en ese momento, pero no borraba el hecho de que el joven estuvo ahogándose por un tiempo. Observó a las jóvenes. - ¿Y qué me dicen ustedes? ¿Se encuentran mejor?

Demencia y 5.0.5. asintieron con la boca llena, Umbra se dio pequeños golpes sobre la venda antes de dar un gesto aprobatorio, pero el hada no respondió.

- ¿Señorita Paix? -Insistió la dama.

-Estoy bien. -Respondió tajante- Quiero irme de aquí cuanto antes.

La villana hizo un gesto de fastidio, rápidamente volvió a su dulce sonrisa habitual. -Podrás marcharte en cuanto termines tus alimentos, ya todo está listo.

...

En otro lujoso sitio, en un ambiente ameno y tranquilo, un demonio de sombrero blanco servía un par de platos de comida, su acompañante miraba la mesa, cabizbajo, en completo silencio. El día inició de manera común, una rutina tranquila, con la excepción de que joven doctor no había pronunciado palabra alguna desde que se encontraron en ese comedor minutos antes. White podía admitir estar intranquilo, le preocupaba que los sucesos acelerados del día anterior hubiesen afectado el progreso de su relación, no esperaba todo lo ocurrido, al principio lo tomó de la mejor forma, incluso se sintió entusiasmado, pero los ánimos bajaron esa mañana, ahora estaba incómodo. Puso el enorme plato de huevos fritos frente al chico, se sentó a su lado, ambos comenzaron a comer en silencio.

Slug no desviaba la mirada de su desayuno, sabía que el ambiente estaba tenso a causa suya, no podía reaccionar, estaba nervioso, sentía la necesidad de remediarlo. -Te ves bien hoy. -Dijo finalmente con toda la calma que pudo guardar.

El héroe parpadeó desconcertado, se atragantó con sus palabras, era un comentario agradable, cosa bastante extraña e inesperada viniendo de parte del científico. -Uh... ¿Te encuentras bien?

El moreno enarcó una ceja, viró los ojos. -Te estoy haciendo un cumplido, estúpido.

-Sí, te encuentras bien... -Murmuró- Tú luces encantador, como siempre. -Halagó sonriente.

Un intenso rubor atacó las mejillas del doctor, su tranquilidad cedió por completo, se cubrió el rostro, avergonzado. -Ah no puedo contigo... -Soltó fastidiado.

White rio, le encantaba el esfuerzo, parecía que todo comenzaba a rendir frutos al fin.

-Tienes facilidad de... -Volvió a hablar el joven- de hacer que no tenga idea de qué decir, eso no es común en mí. -Rio con ironía, relajándose- No importa si intento ponerte en jaque, al final consigues superarme. -Habló con sinceridad dejando mudo al demonio, era una realidad, acababa con todas sus barreras. Lo encaró, sonrió ladino y le miró a los ojos.

Anonadado, el ensombrerado esbozó una amplia sonrisa, trató de guardar el exceso de entusiasmo, se levantó de su silla y extendió una mano, invitándole a ponerse de pie también. Slug vaciló, pero finalmente aceptó. White acortó la distancia, la diferencia de altura lo obligaba a mirar hacia abajo, de algún modo eso era agradable, el tener que mirar hacia arriba hacía que el doctor tuviese que abrir sus ojos grandes, le daba una apariencia menos fiera, más humana.

-Quiero besarte. -Sentenció- Quiero probar tus labios enteros esta vez... quiero volver a dejarte sin habla, que sonrías para mí de ese modo una vez más... Quiero demostrarte que esto es honesto, aunque ni siquiera yo sepa de dónde ha nacido... Así, sin más, sin una ocasión especial, ningún motivo más allá de lo que me haces sentir, Slug.

La expresión de molestia que caracterizaba al doctor, desapareció, su rostro jamás se vio más inocente, tomó color, sus ojos se humedecieron, sentía que el corazón iba a escapársele del pecho. Se aferró al saco de su jefe con necesidad, se descubrió a sí mismo tratando de alcanzarle.

Con brusquedad, el demonio lo tomó de la cintura enroscando su brazo en ella, acercándolo, levantándolo un poco, con su mano libre acarició el semblante que contemplaba, lo sostuvo de la nuca, no estaba planeando algo tímido.

Slug cerró los ojos, le daba permiso a continuar, sentía su cálido aliento tan cerca de él, temblaba de ansiedad.

- ¡Slug! -Gritó con notorio apuro una mujer- ¡White Hat! -Volvió a llamar.

Ambos abrieron los ojos de par en par, se miraron extrañados, alarmados, la voz provenía del interior de la mansión.

- ¿Apagaste el sistema de seguridad? -Cuestionó Slug.

-Jamás, algo no está bien.

El doctor extrajo de su bolsillo un arma cargada, debieron detener de forma abrupta el íntimo momento, ya habría tiempo, algo estaba fuera de lugar. Corrió por el pasillo, al final, justo al pie de la escalera, pudo visualizar a una mujer rubia de rodillas en el suelo, se sostenía del barandal, su pierna sangraba, no parecía poder estar de pie.

- ¿Harmonie? -Dijo desconcertado.

- ¡Slug! -Llamó la chica entre un llanto angustiado- Me persiguen, no sabía a dónde ir...

El joven la auxilió rápidamente, en su pierna había una clara herida de bala.

- ¿Quién te persigue?

-La policía. -Respondió White.

- ¿Qué? ¿Por qué?

-Homicidio, posiblemente, Lady Naga no está en la lista negra, vendrán por Harmonie. -Respondió con simpleza.

-Por favor no me entreguen. -Suplicó.

Fuertes golpes retumbaron en la puerta de entrada, el héroe los observó con seriedad, Slug mostraba un gesto dudoso, no parecía poder tomar una decisión en ese momento.

-Llévatela. -Ordenó.

Sin chistar, el joven la cargó en brazos y se adentró en la casa lo más rápido que pudo. El ensombrerado caminó con calma hasta la puerta de entrada, se reacomodó el saco y abrió el portón.

-Caballeros, -Saludó, frente a él se encontraban un par de oficiales de policía, ambos uniformados con chalecos antibalas, casco y estaban armados- ¿Qué los trae por aquí? -Preguntó con una sonrisa tétrica, aquellos ojos pasmados que le gustaba mostrar cuando el momento se ponía entretenido.

Por otro lado, Slug llegaba a su laboratorio con la joven en brazos, dejó que se sentara sobre un escritorio, abrió una serie de gavetas buscando elementos que pudieran ayudarlo, extrajo algunas gasas e instrumentos quirúrgicos. Se agachó a limpiar la herida, no era terrible, pero la bala estaba allí, observó a la chica con preocupación. -Tengo que sacarla. -Advirtió, la flapper asintió- ¿Cómo pasó esto?

-Uh... Belle Mort me envió en una nave, -Inicio, hablaba entre gimoteos llenos de sentimiento- llegamos muy rápido, no tuve tiempo para pensar, apenas pisé la tierra ya habían oficiales esperándome, me pidieron rendirme, traté de explicarles, pero no escucharon, no pude... Slug, no pude rendirme...

-Hiciste bien, tú no has hecho nada malo. -Comenzó a extraer la bala con un par de pinzas arrancando quejidos de dolor- ¿Viniste sola?

-No, el chico araña venía conmigo, me pidió acompañarlo, me negué. -Reaccionó asustada al escuchar una serie de disparos en alguna parte de la mansión- Qué... ¿Qué está pasando?

-No quisieron irse por las buenas, supongo, -Contestó con desinterés- tranquila, White se encarga. -Un golpe seco resonó en una habitación vecina, el joven se incorporó, alerta, miró de vuelta a la mujer- Harmonie ¿Cómo entraste?

-Tu ventana. -Respondió dudosa.

-Fabuloso... -Dijo con fastidio.

La puerta metálica se abrió de repente, un ataque hostil no se hizo esperar, pronto alguien comenzó a disparar desde la entrada. Slug se lanzó y tumbó a la chica tras un escritorio lo más rápido que pudo, recargó su arma e intentó hacer contrafuego, a su vez trataba de cubrirse con el mueble. La joven se abrazaba a sí misma, muy asustada para reaccionar.

- ¡Suelta el arma! -Gritó el uniformado.

-Por su bien... -Dijo alguien a su espalda- debería hacerlo usted.

El hombre se dio la vuelta encontrándose frente a frente con el demonio blanco, mostraba una nada común expresión de molestia, sin pensarlo dos veces comenzó a disparar. White sostuvo el arma desviando los disparos al techo, el tapiz se perforó un sinfín de veces, el individuo intentó forcejear, pero el demonio lo evitaba sin mucho esfuerzo, dobló con un par de dedos la punta del rifle de asalto.

-Qué... ¿Qué eres? -Cuestionó con temor.

-Tu final. -Respondió sin más.

Con un rápido movimiento, el héroe lo tomó de la cabeza, la giró con fuerza y velocidad terminando por romperle el cuello, el sujeto cayó al suelo, inerte.

El científico suspiró tranquilo, se levantó saliendo de su escondite. -Eso estuvo cerca...

- ¿Cómo entró?

Slug miró fugazmente a la joven. -Una visita inesperada me hizo desactivar la seguridad de mi habitación hace un par de días, supongo que olvidé activarla de nuevo.

El llanto desconsolado de la rubia llamó la atención de ambos, se recargaba en el escritorio. -Lo siento... no estoy haciendo nada bien.

Se miraron incómodos, el joven se acercó. -Hey, -Llamó tomándola del rostro, limpió sus lágrimas con los pulgares- hiciste algo muy importante, esto no es culpa tuya, soy responsable... lo voy a arreglar.

-Me pregunto cómo harás eso, -Comentó el ensombrerado- no tenemos autoridad alguna sobre los héroes, la única manera es que ella enfrente cargos por lo que hizo, independientemente de si es responsable o no por ello.

- ¿Y qué quieres? ¿Debo entregarla a la policía? ¿Así nada más?

Se encogió de hombros. -Eres un héroe ¿No?

-No, solo trabajo para ti.

-Entonces ya tienes una respuesta. -Sonrió malicioso.

Slug se rascó la cabeza, pensativo, la joven lo observaba expectante y el demonio parecía estar dejándole la última palabra a él, una curiosa manera de zafarse de la responsabilidad. -Déjala quedarse.

White borró su sonrisa. - ¿Eh?

-Quieres que decida ¿No es así? Deja que viva con nosotros hasta que encontremos un lugar dónde pueda refugiarse de - permanente.

- ¿Seré una fugitiva de por vida? -Cuestionó angustiada.

- ¿Quieres ir a juicio? ¡No tenemos muchas opciones!

- ¿Quieres que viva aquí? ¿Con nosotros? ¿Justo ahora? -Interrogó White con notorio disgusto, recién comenzaba a florecer algo entre ellos, aquello era un obstáculo, ya no gozarían de soledad.

-Sí. -Contestó con firmeza.

-Pero...

- ¡White Hat! -Reprendió.

-Ugh... Bien... -Respondió resignado- ¿Y luego qué?

-Podríamos... -Inició pensativo- Tal vez podríamos buscarle una identidad nueva o algo.

-Claro, y también podría teñir mi cabello de dos colores, ponerme un unicornio en la cabeza y matar villanos con un bate... -Dijo sarcástica- ¿A caso están locos?

-Oye... Eso no suena mal.

-Muchos héroes lo han hecho.

Harmonie se talló el rostro. -Ugh... Olviden eso, solo dejen que me quede hasta que pueda pensar en algo mejor.

- ¡Bien! ¡Está decidido! -Comentó White recuperando los ánimos- Dale una habitación y volvamos al trabajo. -Dijo mientras se marchaba- ¡Y limpien esto! -Gritó a lo lejos.

-Que voluble... -Soltó la chica.

-No tienes idea.

...

En una oscura cueva, nada menos que la boca de un nido de arañas, una mujer de piel azulada reparaba un muro de espesa telaraña, tejía con habilidad las cuerdas blanquecinas hasta cerrar finalmente un gran agujero. Se adentró en el domo blanco que cubría la zona, cenizas por aquí y por allá manchaban el lugar, los restos de una batalla.

- ¡Umbra! -Llamó alguien a lo lejos- Araña ¿Estás Bien?

Spectre se acercaba apurada, su voz alertó al resto, los villanos se acercaron con gesto preocupado hasta dónde la chica arácnida los saludada.

-De maravilla, -Respondió- solo tengo un pequeño... rasguño.

La hechicera rio, se abrió paso entre el grupo. - ¿Rasguño? El payaso te atravesó el pecho. -Dijo molesta- ¿Dónde está el bicho?

-No es un "bicho", es un hada, -Corrigió- se llama Harmonie y les salvó la vida a nuestros amigos. -Explicó- Nos separamos al llegar a la tierra.

-Es una heroína. -Dijo Farfala, fastidiada.

-No por mucho, quizá, -Habló Teresa, sonreía maliciosa- ahora es una prófuga de la justicia, tal vez tengamos una nueva aliada muy pronto.

-Su moralidad es fuerte, no creo que ceda con facilidad, -Comentó la araña- buscará otras alternativas.

-No si la convencemos, -Respondió la bruja- sería una excelente aliada, es ridículamente fuerte, este es su momento de fragilidad ideal.

- ¿Y quién pretendes que la convenza?

Maggie sonrió ampliamente, la miró con las cejas enarcadas. -Su "salvador".

...

Las rutinas establecidas, cada pieza en su efímero lugar, los días para villanos y héroes transcurrieron con sus respectivas peculiaridades, evidentemente ya nada era como antes, sin embargo, era tranquilo, esa era la nueva normalidad de cada uno. Era admirable la cantidad de ajustes que se llevaron a cabo en tan solo algunos días. En una mansión blanca, una mujer rubia se acostumbraba a una nueva vida secreta, buscando, tan solo en su mente, incansablemente remediar su futuro; en una mansión negra un demonio solitario atendía el teléfono con desgano, miraba de vez en cuando a través de su enorme ventanal, con añoro, como si esperara que repentinamente una imagen sanadora hiciera acto de presencia tras la puerta de la barandilla del jardín; en un gigantesco castillo de paredes esmeralda, un bello doncel almorzaba por segunda vez mientras terminaba un artefacto en un taller improvisado, era su nuevo trabajo otorgado a sí mismo, la costumbre de las ocupaciones lo llevaron a crear obsequios para su hospedero, era su necesidad de sentirse útil y para aquella dama era un pago agradecido y merecido, después de todo estaba dispuesta a cumplir sus caprichos, obtuvo sin quererlo un magnífico empleado y la agradable compañía de un amor joven.

Cada pieza en su sitio, pero aún con aquella imagen que podría permanecer por siempre, el cariño de algunos impulsaba las circunstancias a cambiar, solo por la necesidad de buscar algo mejor para aquellos que tienen un lugar en su corazón. Si todo eso estaba destinado a ser eterno, entonces un grupo de jóvenes irían sin duda en contra del destino, por lealtad y cariño, poco propio para un grupo de villanos.

Una pelota luminosa y rosada, iba y venía en el aire, dos brujos poderosos jugaban con ella en busca de apaciguar su aburrimiento, la seriedad en sus rostros denotaba sus críticos pensamientos.

-Me irrita. -Se atrevió a decir Allister.

- ¿De qué hablas? -Preguntó Maggie.

El mago hizo desaparecer la pequeña pelota, una distracción podría hacer que quemaran nuevamente la alfombra. -Sabes de qué hablo y sé que sientes lo mismo.

-Sé de qué hablas, -Admitió- y muy probablemente sienta lo mismo, pero no es asunto nuestro.

-Bruja, fuimos padrinos de lazo, claramente no hicimos un buen trabajo.

Maggie resopló, era una situación que no la había dejado tranquila durante días, jamás creyó que una situación ajena pudiera provocarle tanto disgusto, pero no se sentía en la posición de remediarlo. -Ellos ya tomaron una decisión ¿Qué podríamos hacer nosotros?

- ¡Algo! -Gritó molesto- Lo que sea ¡Rayos! Excepto estar aquí jugando mientras nuestro amigo embarazado sufre y el señor Black Hat se ahoga en su miseria.

-Ugh... Allister ¿Qué harás? ¿Irás a su mansión y hablaras con él mientras bebes té? No tenemos esas posibilidades.

El joven cambió su expresión de repente, abrió los ojos con sorpresa. -Nosotros no...

-Ay no, conozco esa mirada ¿Qué idea estúpida nubla tu juicio?

-La más estúpida que he tenido. -Contestó sonriente, abrió rápidamente un portal frente a él- Regreso más tarde... espero.

- ¡Hey! ¿A dónde vas? -Cuestionó alarmada.

Allister sonrió airoso. -Al centro de la Tierra. -Dijo antes de irse por el portal y cerrarlo finalmente.

...

Sus dedos se paseaban a velocidad sobre el gran teclado, estaba concentrado, transcribía a un formato digital todas sus importantes anotaciones sobre su nuevo proyecto, algo de mucho cuidado e interés para él, sin fines de lucro, hecho únicamente por satisfacción. Junto al computador ahora se alzaba una gran cápsula de cristal, estaba llena de un líquido verdoso y burbujeante, en su interior flotaba algo pequeño y casi redondo. Slug gozaba de un gran intelecto y habilidad, pero si podía pensar en un defecto, era su incapacidad de olvidarse de una idea, cuando una llegaba a él, no podía zafarse hasta llevarla a cabo, ese era justo el caso.

- ¡Slug! -Llamó una voz detrás de él.

El joven se giró, la rubia flapper le sonreía con un sándwich en las manos.

-Pensé que había sido claro cuando dije que no quería que entrarás sin tocar. -Contestó tomando el plato.

-Se dice gracias, ingrato. -Dijo molesta- Y sí toqué, pero estabas muy concentrado en tu... -Inspeccionó la cápsula- ¿Qué es esto?

-Mi nuevo proyecto. -Respondió entusiasmado, descolocando a la chica- ¿No es fantástico?

-Es una linda... ¿Pelota?

El doctor rio. -Es el embrión de un animal genéticamente alterado.

-Estás creando un animal... -Confirmó dudosa.

-Algo así, debo admitir que no fue idea mia, pero la mejoré, a Flug le encantaría.

Harmonie abrió los ojos sorprendida. -Espera ¿Esto es un 5.0.5.?

Slug asintió. -Será un enorme oso con fuerza descomunal, resistencia y gran intelecto. -Acarició la cápsula- Quitaré algo de su diabético aspecto para darle más fiereza, me molesta que sea tan lindo.

-Sí, el color rojo lo hará muy rudo. -Comentó sarcástica.

-Sigue burlándote, aun así será un éxito. -Dijo, arrogante- Aún debo pensar en un nombre.

- ¿6.0.6.?

-Predecible...

El hada viró los ojos y caminó a la salida. -Como sea, solo venía a darte el sándwich, me voy.

-De hecho, -La detuvo- necesito hablarte de algo.

La joven paró en seco. - ¿Uh?

- ¿Ya has resuelto algo?

Resopló hastiada, su semblante se mostró entristecido. -Si te refieres a lo que haré con el resto de mi miserable y delincuente existencia, no, no lo he resuelto.

-Yo sí... -La chica lo miró expectante- sé que rechazaste esta idea antes, pero creo que un cambio de identidad es una buena opción, de otro modo solo te queda escapar de aquí y no volver.

-Slug... -Inició, seria- soy yo, siempre he sido esta persona ¿En quién me convertiría? No puedo pasar mi vida fingiendo y mucho menos disfrazada.

-No estoy del todo de acuerdo con eso, -Sonrió ladino- no se trataría de fingir si solo muestras aquello que tanto temes mostrar... Además, tú y yo sabemos que no necesitas un disfraz.

La flapper enmudeció, lo observó recelosa mientras él tecleaba algo en su computador, tras varios segundos, en la pantalla se mostraron un par de fotografías; la imagen de una mujer hermosa de cabellos rubios y ojos violetas y un hombre alado de mirada azul con un peculiar cabelló turquesa.

-Fantástico... -Soltó molesta.

-Te presento a Arthur de Paix, alias Blue Shadow, y a Danielle de Paix, alias The Golden Witch. -Habló enérgicamente- Dos villanos franceses sumamente poderosos, actualmente retirados y de paradero desconocido, cuentan las malas lenguas que ambos tuvieron una adorable hija mitad hada y mitad bruja que decidió tomar el camino del bien y mudarse a Hatville.

-Ya cállate, -Ordenó- los conozco...

-Excelente, -Del escritorio tomó un pequeño control con un botón en medio- Basándome en los fabulosos poderes de ambos individuos, llegué a la conclusión de que esa linda hija tenía otras habilidades además del control elemental, como la súper fuerza. -Presionó el botón.

Sobre sus cabezas, un gran bloque de concreto bajaba con lentitud atado a gruesas cadenas.

La heroína enarcó una ceja. -No seas absurdo.

Slug la miró con seriedad. -No olvides que no soy inmortal. -Presionó de vuelta el botón del artefacto.

Harmonie reaccionó alarmada, el enorme bloque se desprendió del agarre de las cadenas. La chica pensó en un sinfín de cosas en tan solo un par de segundos, el espacio era reducido, era notorio que el doctor había puesto mucho esmero en conseguir subir el gigantesco ladrillo, le parecía absurdo y preocupante que pusiera en riesgo su vida solo para probar algo de lo que no estaba seguro, el bloque aplastaría a ambos. Resignada, el hada se preparó, el concreto llegó a sus manos, sintió la terrible presión sobre su cuerpo, cada músculo volverse tenso y resistir, con mucho esfuerzo, consiguió detenerlo y cargarlo sobre su cabeza.

-No puedo... -Se quejó asustada.

-Podrías si dejaras de concentrarte en mantener esa forma.

Harmonie lo miró enfurecida, su melena corta se extendió en largos mechones azules, su par de topacios ahora eran rosados, sin embargo, no dejaba de lucir preciosa, era ahora una bella joya exótica. Harta, hizo caer el bloque a un par de metros de ellos, un espacio afortunadamente vacío, no negaba haber sentido el deseo de arrojárselo al científico.

- ¡Estás demente! -Gritó furiosa.

-Técnicamente estudié para ser un científico loco. -Se encogió de hombros.

- ¡Pudimos morir!

-No, sabía que podías hacer esto, eres tan fuerte como el Alebrije, y puede volverse más que sobrehumano si no utilizas el resto de tus poderes ¡Esto puede servir! Puedes ser una heroína súper fuerte, solo necesitas mantener este aspecto, un cambio de nombre y...

-No soy una trepamuros sádica.

- ¡Tú puedes volar!

Harmonie modificó nuevamente su aspecto, lo observó de forma retadora. -No, Slug. -Respondió tajante- Me voy.

- ¿Qué? No puedes salir de aquí ¿Recuerdas?

-Necesito estar sola.

...

Con inmenso fastidio, el demonio negro colgaba otra llamada. Durante varios días su rutina se redujo a atender su negocio, pese a que ahora llevaba menos ocupaciones, no era una libertad que le alegrara, no dejaba de pensar en ello, en ese asunto al que ya no quería ponerle nombre, jamás podría dejarlo de lado, cada nueva llamada le recordaba lo solo que estaba ahora. El teléfono volvió a sonar, no lo contestó, solo miró al aparato mientras timbraba una y otra vez, se recargó en el escritorio, el nuevo escritorio que tuvo que comprar después de hacer trizas el anterior. Por primera vez en su vida no tenía idea de qué era lo que estaba haciendo, era aquella sensación de no estar llevando a cabo algún deber importante, no lo abandonaba, odiaba esa sensación, pero no tenía paz, todo el día pensaba en ello, toda la noche también, no había dormido ni un minuto desde aquel día.

El timbre de la mansión resonó, otro fastidio, lamentablemente este no tenía una contestadora automática. Bajó el mismo hasta la puerta de entrada, suspiró pesado, reacomodó su ropa, retomó la compostura y sonrió malicioso como siempre. A penas abrió la puerta, su enorme sonrisa fue borrada.

- ¡Hola! –Saludó con inmenso entusiasmo un villano oscuro de traje y corbata, Orco lo miraba sonriente con brazos extendidos.

Black cerró instintivamente la puerta, azotándola en el rostro del recién llegado, su gesto estaba perturbado. Una vez más el timbre volvió a sonar, pero lo que había detrás hizo su semblante desfigurarse.

- ¡Hola! –Saludó contento White Hat, con su enorme sonrisa extraña.

El ensombrerado cerró la puerta una vez más, con tal fuerza que los muros retumbaron. El timbre sonó por tercera vez. Black Hat tomó el pomo de la puerta con duda, no tenía la menor idea de lo que ocurría, la abrió con incomodidad.

- ¡Hola! –Saludaron ambos al unisón.

- ¡¿Qué mierda pasa aquí?! –Gritó colérico y azotó de vuelta la puerta, el ventanal más cercano se fisuró.

El villano se dio la vuelta completamente negado a continuar con lo que sea que ese par de locos demonios estuvieran pensando hacer. Frente a él se dibujó un aro de luz, un portal se formó trayendo a Allister Guesness.

-Hola jefe. –Saludó sonriente.

- ¿A caso deseas terminar con tu miserable existencia? –Preguntó severo.

-De preferencia no. –Respondió nervioso.

-No te desquites con el niño, Blacky.

Black se giró rápidamente, el par de demonios entraba en el sitio atravesando uno de los portales del mago.

- ¿Qué crees que estás haciendo? –Le cuestionó amenazante al joven.

-Woo… ¡Tranquilo Black! Todos aquí somos amigos ¿No? –Dijo Orco tomándolo del hombro.

-Dijeron que no iba a dejar que me mate… -Murmuró Allister.

-Dijimos que íbamos a tratar. –Aclaró White.

El mago tragó pesado y retrocedió algunos pasos dejando que los viejos demonios se encargaran.

- ¿Qué creen que hacen aquí? Par de idiotas. –Cuestionó hastiado.

White se cruzó de brazos, sonrió inocente y se inclinó ligeramente hacia adelante. –Venimos a preguntar ¿Qué mierda crees que estás haciendo?

- ¿Qué? –Soltó desconcertado.

-Madre solía decir que eras el idiota más terco que el universo había creado, pero me parece que en esta ocasión no lo estás demostrando.

-Tenemos noticias sobre el fin de cierta relación que yo mismo apadriné. –Comentó Orco- Es algo que no puedo permitir que suceda.

El villano se talló el rostro. –No es su maldito asunto. –Respondió tajante- No hay nada que puedan hacer al respecto.

-Blacky Black, no te desanimes, recuerda que…

- ¡El sol brillará, mañana! –Cantaron los demonios al unisón, abrazando al ensombrerado negro- ¡Puedes apostar a que mañana sale el sol…!

Colérico, Black gruñó con fuerza aumentando su tamaño, deformando su rostro y haciéndolos a un lado con brusquedad. - ¡Largo de aquí! –Gritó con voz monstruosa.

-No. –Contestó White con el mismo tono diabólico, suspiró y puso un semblante un poco más serio- Black… tenemos que hablar de esto, no puedes evadirlo más.

-Estas cosas pasan todo el tiempo, los conflictos son parte de una relación, la diferencia estará en cómo lo resuelvan. –Continuó Orco- Sé que no somos los mejores para hablar de ello, ni tampoco a quienes deseas escuchar, pero tenemos un par de puntos a favor para que puedas creer que realmente nos importa.

Una revoltura de desconcierto, incomodidad y ligera melancolía lo invadió, era una situación sumamente molesta, sin embargo, su interior lo aprobaba, esa sensación vacía y llena de duda que minutos antes lo agobiaba, se apaciguó tenuemente, era un indicio de que era el camino exacto para llevar a cabo aquello que no podía resolver en su cabeza, de algún modo sentía que ese par de fastidiosos demonios tenían una respuesta que necesitaba obtener. Bajó la guardia, volvió a su estado normal, su semblante permaneció impasible, observó a los tres villanos, se dio la vuelta y sin pronunciar palabra comenzó a caminar hacia el interior de la mansión.

Los demonios sonrieron triunfantes y le siguieron el paso, White miró a Allister e hizo una seña aprobatoria con la cabeza. El joven no tenía idea de lo que acababa de ocurrir, los siguió sin chistar.

- ¡Estoy diciendo la verdad! –Gritó Harmonie exasperada- Ella era una asesina empleada de Black Hat.

-Yo te creo, Harmonie, pero la asociación no lo hace, necesitas probar tu inocencia cuanto antes. –Respondió un pequeño individuo.

El hada se encontraba en una pequeña terraza en la cima de un edificio en medio de una zona comercial de la ciudad, frente a ella estaba una heroína peculiar, un pequeño ángel de larga melena pelirroja, llevaba una chaqueta verde, tejanos azules, un par de botas y unos googles adornaban su cabeza, sobre estos flotaba una pequeña aureola, la heroína con apariencia de una niña llevaba consigo una espada violeta, larga y torcida. Aunque esta chica lucía inocente y pequeña, era en realidad una fuerte guerrera de poderes celestiales, hábil voladora, feroz combatiente, con un sentido de la ética muy fuerte, firme justiciera y la mejor amiga de Harmonie de Paix, la conocían como Angelorum.

-No sé cómo... -Respondió entristecida- Tengo miedo, ángel.

El ángel la miró con compasión. -Sé que no te gustará que diga esto, pero sabes que lo correcto es entregarte... podríamos conseguir a alguien que atestigüe.

La rubia se rascó la cabeza frenética, llevaba un pequeño sombrero blanco que terminó usando para abanicarse.

Angelorum observó el entorno bajo el edificio, la gente se aglomeraba para comprar víveres en cada local, repentinamente un grupo de personas comenzó a dispersarse con velocidad. Buscó con la mirada el motivo.

- ¡Ah! Tenemos un problema, -Dijo empuñando su espada- prepárate.

El hada se asomó. -Uh... Maldición... -Murmuró.

Caminando campante y contenta, Dominos Umbra lograba ahuyentar a la multitud. La villana se posó frente al tenderete de un hombre que vendía vegetales, sencillamente le sonrió con una postura firme y las manos en la espalda, el hombre no necesitó más, le entregó nervioso las ganancias del día.

- ¡Está robando! -Exclamó la pelirroja.

-Bueno... Técnicamente no, él le entregó el dinero por su cuenta. -La justificó con una sonrisa nerviosa

Angelorum enarcó las cejas, resopló con molestia y devolvió la vista a las calles. - ¡Hey! ¿A dónde fue?

Harmonie suspiró con alivio ante la desaparición de la araña, no estaba segura del por qué, sencillamente le alteró la idea de tener que enfrentarse, en definitiva, congeniar con el enemigo fue mala idea. La luz del sol, que alumbraba la terraza techada, alcanzó a proyectar una gran sombra a su espalda, la chica volteó rápidamente topándose con un par de largos colmillos enmarcados en piel azul. Instintivamente, Harmonie gritó y le propinó un golpe en la cara. Aquel individuo dio varios pasos en reversa y cayó de sentón al suelo.

-Auch... Esto es un déjá vu... -Se quejó Umbra masajeándose la nariz.

- ¡Me asustaste! ¡¿Qué pasa contigo?! -Gritó molesta.

- ¿Conmigo? Casi me partes la cara. -Respondió enfadada.

El ángel pelirrojo dio un gran salto de su sitio, tomó su arma con decisión y se interpuso entre ellas. -Estás en problemas, insecto. -Pronunció retadora.

Umbra la observó con confusión, se puso de pie, la nariz le sangraba una vez más, sonrió con burla, la diferencia de altura le resultaba graciosa, se presumía como alguien bastante alta, estar frente a un pequeño querubín era curioso. Miró fugazmente a la rubia, la flapper lucía preocupada, movía los labios como si intentara articular palabra.

-Yo te conozco... -Inició la araña- Eres la loca que siempre persigue a Christine con una espada.

- ¿Eh?

-Sí, ya sabes, el súcubo azul de alas pequeñas.

Angelorum viró los ojos, le fastidiaba ese tema, conocía a la persona de quien hablaba, era uno de sus grandes fracasos, el destierro de ese ser era su objetivo, pero era demasiado escurridiza, una importante misión que no conseguía completar.

-Eso no es asunto tuyo. -Contestó tajante- Prepárate, no saldrás ileso de esto. -Sentenció.

-Ángel... -Intentó el hada.

-Quédate detrás, Harmonie. -Ordenó.

La heroína movió velozmente su espada, mostraba toda la intención de lastimar a la villana, sin embargo, esta la esquivó sin mucho esfuerzo, sus manos permanecían atrás y continuaba sonriendo con burla. La implacable guerrera volvió a atacar, cada vez más rápido, comenzaba a poner en apuros a la araña. Al sentirse acorralada, Umbra usó sus cuatro brazos para detener la espada, el poderoso filo irregular del arma consiguió rasguñar una de sus manos, la espesa sangre corrió por el metal, ambas forcejeaban ahora, el ángel era más fuerte de lo que aparentaba.

Harmonie se sentía en una disyuntiva, creía que debía estar ayudando a su amiga, pero no se sentía cómoda de atacar a un conocido que le salvó la vida alguna vez, no sabía qué hacer.

En búsqueda de desequilibrar la situación a su favor, la villana realizó un truco sucio literalmente bajo la manga, abrió la boca generando un sonido seseante, pequeñas arañas negras comenzaron a salir de debajo de su ropa, caminaron por sus brazos hasta invadir el arma y posteriormente a la heroína. Asustada, Angelorum soltó la espada, sacudió desesperadamente los brazos buscando deshacerse de los mortíferos artrópodos.

- ¡Harmonie! -Llamó alarmada, pero ella no se movió.

Umbra rio divertida al observar cómo los arácnidos encajaban los dientes en su piel. En cambio, el hada se veía horrorizada, estaba paralizada.

Angelorum se paralizó por varios segundos, cayó al suelo inconsciente, un efecto bastante rápido. Las arañas que la cubrían se alejaron volviendo a su hospedero. Un silencio absoluto se hizo presente, repentinamente la flapper cayó de rodillas al suelo junto a su amiga.

- ¡¿Qué hiciste?! -Gritó molesta.

-Tranquila, no son venenosas, solo está dormida. -Explicó.

Harmonie se talló el rostro. -La atacaste y no la ayudé... La atacaste y no la ayudé... -Repetía frenética- ¡Mira lo que me hiciste hacer!

- ¿Qué? Yo no tengo la culpa de eso. -Contestó enfadada.

- ¡Soy un maldito desastre! -Exclamó y rompió en llanto.

El estado de ánimo de la heroína definitivamente estaba muy frágil, la mínima situación que se saliera de su control la hacía temblar, ya no tomaba buenas decisiones, ni sabía cómo actuar ante nuevas circunstancias, no estaba siendo ella o al menos lo que acostumbraba ser y eso la asustaba.

Umbra estaba extrañada, confundida, no entendía la actitud extrema de la chica. Sintió ligera compasión, esa que pocas veces un villano logra sentir y que casi podría llamarse lástima.

-Oye... No quise lastimar a tu amiga, solo te vi y pensé en saludar, ella atacó primero, -Se excusó- no tienes por qué llorar, ella estará bien.

-No es eso, -Respondió entre gimoteos- es solo que no sé qué estoy haciendo, todo sale mal últimamente, -Se limpió torpemente las lágrimas, su maquillaje se había corrido- maté a una persona, ahora me persigue la ley, no puedo estar en público ni ir a casa y... Ahora hago esto... ¡Me estoy convirtiendo en una mala persona!

La araña la veía llorar desconsolada, recordó las palabras de la hechicera, ese era justo el momento de fragilidad que debía buscar. Dudaba de su moralidad, se culpaba a sí misma y el mundo no parecía comprender lo que hacía, era el momento perfecto de hacerla caer en esa sombra oscura que pasaba a ser la villanía en un futuro... Sin embargo, podía ver su dolor, lo mucho que le afectaba sentir que no era la heroína que todos esperaban que fuera, hasta ella misma, hacerla dudar en ese momento quizá tendría los resultados deseados para sus amigos, pero ¿Y ella? ¿Cómo quedaría su corazón después de darle un golpe como el que tenía planeado?

-No eres una mala persona...

- ¿Uh? -Paró el llanto.

La villana se sentó en el suelo a su lado, meditó con cuidado las palabras que iba a pronunciar. -La bondad es... muy relativa, -Dijo con ligera inseguridad- algo puede ser muy bueno para alguien y muy negativo para otra persona, esta discusión es la base de las guerras, las actitudes positivas en algunas sociedades pueden ser vetadas en otros lugares y provocar las grandes discrepancias que han llevado a la humanidad a no poder vivir en paz. Todo se trata de construcciones sociales basadas en cultura, religión, política... Es que ¿Quién podría tener el poder de decidir lo que es realmente bueno? Solo un dios. -Jugaba con los dedos, trataba de no echarlo a perder- Lo que hiciste... Harmonie, salvaste a más de una vida, arriesgaste la tuya, eliminaste a un potencial enemigo para tu sociedad... El punto es que, si tú consideras que lo que hiciste fue lo correcto ¿Qué importa lo que la construcción social de las personas a cargo de tus leyes diga? Ellos no pueden decidir realmente lo que es malo o es bueno. -Sonrió ladina al ver la expresión atónita de la chica- Si no les gusta lo que hiciste que les den por culo, tú fuiste una heroína, lo eres y puedes seguir siéndolo a tu manera, no necesitas la aprobación de nadie.

Las últimas lagrimas se deslizaron por las mejillas de la joven, la inteligencia de la villana la descolocó por completo, podría esperar palabras de aliento de cualquiera excepto de ella, un enemigo, pero ahí estaban y valían más que el oro, certeras y claras como el agua.

-Qué... ¿Qué debería hacer?

Umbra se sostuvo el mentón, pensativa. -Sé la heroína que siempre has querido ser, no la que todos esperan que seas, sigue tus instintos.

Harmonie sonrió al fin, impulsivamente abrazó a la araña con fuerza, se puso de pie e hizo el ademán de irse volando, pero se detuvo a observar con preocupación a su amiga inconsciente en el suelo.

-Yo la cuidaré hasta que despierte, -Dijo la araña- descuida, no me verá. Haz lo que tengas que hacer.

El hada asintió y emprendió el vuelo, la villana la vio hasta que se alejó por completo. Estaba feliz de haberle ayudado, pero no podía evitar sentir que había fallado en la pequeña misión que le habían encomendado, simplemente, en ese momento, no pudo ser una villana.

...

-Sencillamente estuve forcejeando con una parte de mí que me dediqué a fortalecer durante siglos... -Comentó Black Hat con seriedad.

-Tu terquedad afectó tu relación ¿Y ahora no quieres usarla para recuperarla? -Cuestionó White.

El gran señor de la mansión se encontraba sentado en su silla en la oficina, estaba rodeado por sus acompañantes; Orco lo miraba de frente, White escuchaba atento sentado en el filo del escritorio y el joven mago se limitó a permanecer junto a la puerta, lejos, recargado en el muro. El pequeño grupo había hablado por largo rato del mismo asunto, el demonio había expresado claramente su sentir, algo sorprendente considerando su gran orgullo, después de una pelea interna, decidió ceder, contar lo que lo aquejaba, cómo su incapacidad de decir lo que sentía lo llevó a crear una tormenta sobre su campo de flores, por primera vez, aunque de forma implícita, admitió sus miedos.

Black viró los ojos. -No hay nada qué recuperar, esto ya no tiene arreglo.

-Lo dices porque crees que no eres merecedor de él, -Inició Orco- y tal vez justo ahora sea cierto, pero no significa que siempre lo haya sido, puedes recuperar lo que hubo. -Continuo, sonrió dulcemente- El matrimonio es así, tiene sus dificultades, Sis y yo hemos sido muy felices, sin embargo, hubo muchas cosas a las que tuvimos que habituarnos mutuamente, no fue sencillo considerando que ella es humana, pero hasta tuvimos un hijo y todo ha sido maravilloso.

-No estoy listo para eso. -Contestó tajante.

-Nunca se está listo, Black, -Rio el demonio- yo fui feliz con la idea de ser padre, hasta que Orquito llegó, -Se encogió de hombros- ahí me di cuenta que nunca estuve listo, pero fue maravilloso conocer lo que había creado, ese hijo es una parte de mí y de la mujer que amo.

-Seguro podrás apreciar el enorme poder que tendrá el ser que Flug está gestando en su vientre. -Completó el ensombrerado blanco.

-No lo dudo, -Respondió para sorpresa de todos- no hay nada que aprecie más que a alguien con el potencial de ser como yo... -Comentó arrogante- Pero estoy... preocupado por algunas cosas que sé que no puedo controlar. -Admitió con dificultad- White, idiota, dejaremos de ser inmortales.

-Y es parte del ciclo de la vida, Blacky, inevitable y necesario.

-Y no sé qué ocurrirá con Flug durante o... después.

White lo meditó con cuidado, era algo en lo que no había pensado. -Bueno, madre Capelina siempre mostró entereza y mucha fortaleza.

-Madre Capelina era un ser adimensional con más poder que nosotros dos juntos, incluso que el idiota de nuestro padre. -Comentó fastidiado- Flug en cambio es un humano común.

-Hay una probabilidad de que algo desastroso ocurra, aunque la realidad es que eso sucede en el embarazo de cualquier ser vivo, -Explicó Orco- esa es una razón mayor por la cual deberías estar presente.

-Además, Slug me ha hablado de los riesgos de esa interrupción, Flug está muy débil para lograrlo.

-Flug no quiere estar cerca de mí... Por eso se marchó.

-Flug tiene miedo del Black Hat que le mostraste recientemente, -Aclaró White- no quiere decir que haya dejado de amarte o algo similar, no quiere decir que no tenga arreglo.

Black Hat gruñó frustrado. -No estamos llegando a ningún lado.

-Lo que creo es que Flug y tú deben convencerse de que el dolor es parte del amor y que pasará tarde o temprano, eso va arreglarlo todo. -Comento Orco con seguridad.

-Difiero... -Dijo Allister a lo lejos, los tres demonios lo miraron con atención- el amor no duele, duele su ausencia y las expectativas que creamos alrededor de él.

- ¿Eh? -Soltó confundido el demonio hablador.

El mago caminó tímidamente hasta el escritorio. -Nos han enseñado erróneamente que el amor duele, que el sufrimiento es parte de amar, una manera muy estúpida de romantizar los errores que suelen cometerse durante una relación, ya saben, -Se encogió de hombros- los celos, la violencia... La realidad es que lo único que duele es la ausencia del amor, cuando deja de demostrarse o comenzamos a lastimar a alguien más. -Respiró profundo- Usted golpeó a Flug ¿No es así?

Black asintió con una mueca incómoda.

-Bien, pues hace un par de horas yo podría tacharlo a usted del culpable de esta ruptura... Hasta que escuché su versión. -Sonrió- Es verdad que el haber lastimado a Flug física y emocionalmente será algo que deba remediar ¡Y vaya que será difícil! Pero no es el único que debe hacer algo al respecto, todo esto le dolió a Flug porque él siempre tuvo demasiadas expectativas sobre usted, siempre creyó que se volvería un príncipe azul, jamás se concentró en pensar que eso podía no suceder y que ser lo que es es sencillamente eso... ser Black Hat, en cambio usted siempre se creyó desmerecedor de Flug, no se sentó a pensar que si él estaba a su lado era por un motivo importante: Lo amaba, sin mencionar que no fue capaz de hablarle de sus pequeñas... inseguridades. Si tal vez ambos hubieran comenzado por amar lo que tenían enfrente sin esperar ningún resultado bueno o malo, las cosas habrían resultado diferente.

-Parece que sabes mucho de esto. -Dijo White con asombro.

Allister rio. -Les contaré algo... Durante muchos años odié al amor de mi vida, la maldita bruja se esmeraba por ser insoportable conmigo, -Sonrió con melancolía- la verdad es que no tardé mucho en darme cuenta que adoraba de ella incluso su irritante forma de ser, podría verse como cualquiera, ser hombre o mujer, y siempre adoraría esa fastidiosa actitud... Eso es amor, simplemente adorar incluso lo peor del otro, puedo decir que en eso erró Flug, una relación es de dos personas, no hay un culpable, ambos tienen algo que remediar inevitablemente.

Black Hat estaba estupefacto, alguien tan joven, con tan poca experiencia, fue capaz de mover más en él que el par de vejestorios que tenía enfrente. -Niño... ¿Qué debería hacer?

-Búsquelo, nunca me sentí más idiota que todo el tiempo que pasé sin intentar traer de vuelta a mi Maggie. -Dijo con seguridad- Destroce su orgullo por primera vez, sea honesto, la comunicación será la clave ¿Cómo podría saber Flug que algo está mal si usted no se lo dice? Necesita ir tras él y decírselo todo.

-Vaya, hasta yo he aprendido algo con eso. -Se burló Orco- Después de todo no parece que necesitaras nuestra ayuda.

-Con todo respeto, -Dijo nervioso- francamente dudo que hubiese conseguido pasar de la puerta yo solo... No se ofenda, lord Black Hat.

Black no respondió, estaba ensimismado, quiso una respuesta a sus problemas, ahora la tenía. Sin lugar a dudas tenía que dejar de subestimar a esa clase de subsidiarios, después de todo el chico era humano, mortal, debía saber un poco más de esos temas. Ya tenía las herramientas, el resultado dependería de cómo las usara.

-Señor Black Hat ¿Alguna vez leyó "El mago de Oz"? -Preguntó Allister, el demonio arqueó una ceja en respuesta- Supongo que sí. -Rio nervioso- Usted me recuerda al Hombre de Hojalata.

El ensombrerado negro parpadeó sorprendido, los otros presentes se miraron nerviosos.

Sorpresivamente, Black Hat entendió el mensaje sin requerir explicaciones, sonrió con ironía. -"Ahora sé que tengo corazón, porque se está rompiendo..." -Citó.

-Y ahora todos lo entendemos. -Respondió Allister.

...

Un ser volador se desplazaba por los cielos a gran velocidad, llegó a la mansión del sombrero blanco y entró por la misma ventana por la que se marchó, no había seguridad allí y tampoco tenía ganas de esperar a que alguien abriera la puerta. Caminó libremente por el inmueble, ya se había acostumbrado al lugar, abrió la puerta metálica del laboratorio y una vez más entró sin consultar.

- ¡Slug! -Llamó.

El aludido reparaba algo sobre una mesa metálica, se quitó la bolsa de la cabeza y la miro expectante, en otras circunstancias la habría reprendido, pero se apreciaba una mirada determinada en ella que no podía dejar pasar desapercibida.

-Slug, -Volvió a hablar, respiró profundo- quiero cambiar de identidad, quiero ser una nueva heroína, -Dijo decidida- ayúdame... por favor.

El doctor sonrió satisfecho. - ¡Vaya! ¿Y ahora qué bicho te picó?

Harmonie rio. -Uno muy grande y azul.

...

Cayó la noche, Black Hat volvía a estar solo en la mansión, sus visitantes se marcharon a voluntad, justo cuando pensaron que lo suyo estaba hecho. El demonio permaneció en su gran silla desde entonces, el teléfono estaba descolgado, solo se dedicó a pensar. Entre los miles de pensamientos que durante horas pasaron por su cabeza, una idea un tanto descabellada no dejó de insistir, realmente podría funcionar, no tenía tantas opciones considerando que lo que buscaba recuperar se encontraba en otro planeta, y no uno cualquiera, el planeta de una poderosa y terca conquistadora con miles de tropas a su cargo.

Decidido, se levantó de su silla, salió de su oficina en alguna dirección, bajó y bajó por la mansión, bajó hasta un sitio en el que nadie entraba por miedo a no salir con vida, el sótano. El gigantesco sitio estaba atiborrado de objetos cubiertos por mantas, miles de cosas de alto valor que no tenían lugar en la mansión, todo tenía un olor a humedad y polvo, algunas gruesas telarañas se enroscaban por el techo, y el sonido de quien sabe qué cosa retumbaba haciendo eco por aquí y por allá, sonidos escalofriantes de alguna alimaña paranormal. El villano dio pasos despreocupados entre cada cosa, pateó sin cuidado algo que podría confundirse con una rata, aunque las comunes no tenían tantos ojos. Un gran objeto rectangular, cubierto como todo lo demás, lo hizo parar, tiró de la manta grisácea para revelarlo al fin, despidió de repente una luz intensa color verde.

-Me estaba esperando. -Pronunció con ligera sorpresa.

Frente a él, una dama fantasmal de ojos oscuros y cabello verde, encendido como una llama, posaba sonriente dentro de un cuadro de paisaje tenebroso, sostenía su candil y asentía ante el comentario del ensombrerado, extendió una mano, como una silenciosa invitación.

-Mother Poltergeist... -Llamó, pocos podían pronunciar su nombre con tanta libertad- no hay tiempo que perder.


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