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Paper Love and Black Heart. por McMaddy02

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Notas del capitulo:

Hola.


Aquí estamos de vuelta.


En realidad, estamos de vuelta a medias jaja. Resulta que me iré de viaje por varios días, de hecho, mi retraso se debe a los preparativos de este viaje, lamentablemente no son vacaciones, me voy a liberar tortugas jaja algo por mi servicio social. A lo que voy es que apenas tuve tiempo de traer el capítulo, no pude revisar notificaciones, pero en cuanto vuelva lo haré, me pesa un poco porque posiblemente no podré leerlas todas debido a las fallas de la plataforma, pero me concentraré en leer todas las del capítulo anterior y este.


Tengo algunas explicaciones, no hay esta vez datos curiosos, aunque sí algunos del fanfic.


Hice un comentario acerca del caso “Clemencia”. Quiero aclarar que no creo que hayan sido quejas ni nada similar, es solo que noté una ligera baja de ánimos en torno al tema. La realidad es esta, creo que me alejé mucho de la versión original de este personaje, hice algo completamente diferente a la conocida Clemencia, es por esto que decidí hacer ese cambio. Me había gustado el nombre de Prudence porque Prudencia no es digamos mi favorito, pero jaja después dejó de gustarme la idea, especialmente porque también comencé a pensar en la marca de condones XD sentí que ahora me alejé demasiado, incluso al punto de ver que ya no encajaba, así que decidí darle un ligero cambio al nombre. Sé que he mostrado versiones poco convencionales de estos personajes, pero Harmonie se alejó demasiado de la original, así que por respeto al personaje no podrá ser Clemencia.


En el caso 6.0.6… yo si quiero al Team completo, ya se habrán dado cuenta que sí habrá uno. He visto muchas versiones de este AU, la mayoría coinciden en White, Slug y Clemencia, pero he visto muchos 6.0.6. diferentes; Morados, lilas, rosas, rojos, incluso varios tonos de azul. Así que elegí el color que me pareció más lógico tomando en cuenta que son “opuestos”.


TENEMOS NUEVOS HAT jajaja <3


Me emociona mucho esto, ya están en el libro de galería de arte (Wattpad) el diseño oficial de otros personajes.


Al primero curiosamente ya lo conocen y han leído fragmentos de él. Es un personaje que tiene un papel crucial en esta historia, todos son importantes, pero este en especial es una pieza clave, sin ella no sucede nada. Es hermosa y fue diseñada por NagemZcat, pueden encontrar sus redes en Twitter y darle mucho muuuucho amor por favor.


El segundo levantará bajas pasiones jajaja, un individuo con una historia tensa en el futuro, amo su cara de amargado, me encantó. Fue diseñado por Yahika Tsukimo, pueden encontrar sus redes en Facebook, Tumblr y Twitter. Animen a esta artista, he notado que últimamente pierde la fe en su talento y eso no lo podemos permitir, es increíble lo que hace y debe creerlo.


 


Nuevamente tenemos un capítulo musical, otro personaje nos va a cantar jaja a ver qué tal sale, creo que Belle siendo una chica mala tuvo éxito, espero que esto les guste también, me entusiasmé mucho escribiendo esa parte.


La canción es The Silent de Tragic Tantrum. Se las recomiendo, la primera vez que la escuché me enamoró y después terminó de encantarme cuando Daria cohen hizo una animación con ella, la amé. Les dejo la letra en inglés.


Sin más que decir disfruten <3


Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Alan Ituriel y su equipo de trabajo ;)


 


The Silent


 


Oh god


It's so so quiet here


The silence is slipping into my head


When monsters are loud


They're really quite delightful


It's the silent ones that kill you


So please do watch out


 


We had a monster ball


And they all came out to play


They were dressed to the nines


In their scary monster ways


We had guzzard tea


And lizard skin


And baby legs and rolled around


Merrily and spilled our fluids


 


God it was so fun!


At the end of the night


We bowed and said: Good eating!


And they spilled into the night


Slithering and creeping


 


I closed my door and hit the lights


And sighed into the frightful night


The chandeliers were creaking


Ah oooh! My little tom's were peeking!


 


Oh God, what's that?


Could it be my little black cat?


Could it be my shadow playing tricks?


Could it be my flighty candlesticks?


 


It's time my body go to bed


But who to tend to my dear head?


The night will soothe it's deadly ways


Into the realm of the insane


 


I lift my covers up


And I close my little eyes


And I listen to the night


With its silent screams and cries


I went to sleep and woke to find


I was being eaten


Which wouldn't be so bad


 


Except


I never gave permission


Those silent little demons


And their silent little ways


Its the silent ones that kill you


Its the little ones that rage


 


The big ones will hound you


The loud ones will pound you


But the germs get in you


And eat you inside out


 


Inside out


Inside out


They'll eat you inside out


Which wouldn't be so bad


Except they eat you Inside out


Inside out


Inside out


They'll eat you inside out


Which wouldn't be so bad


Except they eat you Inside out


 


Which wouldn't be so bad


Except they don't ask for permission


They just get inside you


And set upon their mission


Or better than that


They'll get into your veins


And seep into your bloodstream


Which causes lots of pain


 


Or better than that


They'll make you go insane


If the little bugger slimes


Reach into your brain


Or better than that


In your soul they'll lurk


A place to worship


You've become their church


 


Allellujia


Inside out


Inside out


They'll eat you inside out


Which wouldn't be so bad


Except they eat you inside out


No it wouldn't be so bad


 


Except they eat you inside out


Inside out


Inside out


They'll eat you inside out


Which wouldn't be so bad


But then they leave you inside out


Inside out

El desayuno, el pacífico desayuno con una luz tenue que entra por las ventanas, la mesa rebosante de alimentos suculentos, con la energía a tope, feliz de pasarla en familia.


- ¿Quién es un Black Cat bonito? ¡Tú lo eres!


-No le digas así, Demencia, me da escalofríos.


En el comedor del gran castillo de la reina pooka, la familia que ahora lo habitaba empezaba el día con su habitual reunión a desayunar, siempre a la misma hora. La chica demente mimaba a un gato negro de ojos rojos sobre la mesa, el animal recibía los cariños de mala gana. Frente a ella, un joven de ojos verdes comía a prisa pan dulce, acariciaba orgulloso su linda barriga de tres meses de embarazo. En cambio, la dama conejo observaba molesta al animal negro, le dedicaba una mirada de fastidio.


Tres semanas habían transcurrido, sabía que el villano ensombrerado era minucioso para llevar a cabo sus planes, pero aquello había tardado demasiado, se le veía demasiado cómodo recibiendo diariamente las atenciones y cariños del doctor, dormía junto a él, en ocasiones sobre él, en íntima cercanía con su retoño, parecía apreciarlo demasiado ahora, había desarrollado un extraño instinto protector.


-Oh, pero es que es un lindo gatito negro, le queda bien... ¿Por qué no le has puesto un nombre? –Cuestionó la chica.


El doctor lo meditó. –No lo sé, -Se encogió de hombros- No vi la necesidad… -Suspiró resignado- Déjale el apodo, en realidad me recuerda un poco a él, es igual de mimado y caprichoso. –Le dio otra mordida a un esponjoso panqué.


La joven lo miró con burla. –Tal vez deberías dejar de comer ese tipo de cosas.


- ¿Uh? ¿Por qué?


-Te estás poniendo gordo. –Contestó sin más.


Flug se ruborizó, reaccionó avergonzado y ofendido. - ¡No estoy…! –Miró a la mujer- ¿Es verdad? –Preguntó angustiado.


Belle desvió la mirada con una sonrisa nerviosa. –Bueno… es normal que subas algunos kilos con el embarazo…


El doctor observó su plato de comida con algo de pena, realmente se había encargado de comer todo lo que su encaprichado cuerpo le pedía, cada golosina que sus antojos le solicitaban, jamás pensó en las repercusiones. Dejó el pan que estuvo comiendo y sencillamente acabó de beber su taza de café.


El desayuno acabó, como era habitual, cada individuo continuó con su rutina, a excepción de la reina pooka. La mujer aprovechó la distracción del doctor y piso con fuerza la cola del gato evitando así que saliera junto a él, una vez en soledad, la dama lo miró interrogante.


- ¿No cree que esto ha durado mucho, lord Black Cat? -Se burló.


El demonio se destransformó, hizo una mueca de fastidio. -Me agradaba cuando no tenía un estúpido nombre... -Murmuró- Lo sé, -Admitió- no es una sorpresa, sospechaba que no pasaría pronto.


- ¿Pasar? ¿Pasar qué? -Cuestionó confundida- Supongo que se siente cómodo en estas circunstancias, pero debe actuar antes de que él se entere de que su preciada mascota es el marido del que viene huyendo.


Black soltó una risotada sarcástica. - ¿A caso cree que me siento bien de hacerme pasar por un estúpido animal?


-Esa es la impresión que me da cuando los sorprendo durmiendo junto a Flug, cuando le da golosinas y lo acaricia la mayor parte del tiempo. -Enarcó una ceja, el demonio no parecía poder dar más que pretextos, se notaba que le estaba gustando.


-Eso... es aparte, una ventaja extra... -Se excusó- Solo estoy esperando una señal.


- ¿Y cuál es?


-Una que me garantice que mi presencia no le hará daño a él... Y a la bebé...


...


-Lo estropeaste. -Sentenció la mujer.


-Has dicho eso durante tres semanas. -Respondió enojado.


El demonio blanco recargaba la cabeza sobre la gran mesa del comedor, su cara estaba completamente escondida entre sus brazos, tenía un aire de desolación. La joven lolita lo miraba con decepción, le parecía una escena patética.


Tras el atrevimiento del ensombrerado, aquel en donde logró cumplir su capricho de hacer firmar al hada un contrato, su querido doctor no le había vuelto a dirigir la palabra, cuando recibía una orden laboral, se limitaba a asentir, se había vuelto dulce con el trato a su nueva compañera de trabajo, pero se portaba distante con su jefe. El arrepentimiento llegó muy rápido, su acción, que antes le había parecido un modo de reafirmar su autoridad y hacer su parecer, ahora le provocaba una sensación de agobio, arrastraba la cola entre las patas ante la mirada indiferente del científico. Su intromisión fue de cierto modo muy exitosa, la joven Prudence había adquirido habilidades sorprendentes de combate tras un entrenamiento intenso, dirigido por White, la chica tuvo que atravesar duros momentos que la alejaron de su zona de confort, pero, al sentirse hostigada por su nuevo jefe, consiguió fortaleza y, por supuesto, el valor para enfrentarlo y negarse a tratarlo con respeto.


-Y sigues sin hacer nada al respecto, tarado.


A la joven le parecía cómica la forma en que ocurrieron las cosas, el enorme intento de su jefe para tener control sobre ella y, sobre todo, distanciarla del científico, la había acercado más a él. Pasaba su tiempo libre charlando con el joven, curiosamente se habían vuelto muy cercanos, aquello le brindó la posibilidad de entender a qué se debía su disgusto. Intentó hacer algo durante semanas, recalcándole los hechos al ensombrerado en cada oportunidad que tenía, su cobardía comenzaba a exasperarla.


En esa mañana el doctor tomó su plato de comida y se marchó, completamente negado a compartir la mesa con el ensombrerado.


-No quiere hablarme. -Lloriqueó.


-Nada volverá a la normalidad por arte de magia, si no quiere hablarte, entonces intenta algo más ¡Actúa, héroe de pacotilla!


-No me grites... -Dramatizó.


La joven resopló hastiada. -Está decepcionado de ti, te comportaste como un idiota, acéptalo.


White extendió los brazos sobre la mesa, restregando el rostro. -E be bupobe e ebo aber. -Balbuceó.


- ¿Ah? -Cuestionó confundida.


El demonio levantó la cabeza, la miró con angustia, mostraba un puchero infantil. - ¿Qué se supone que debo hacer? -Repitió con más claridad.


-Dejar de ser un idiota. -Respondió sonriente.


- ¿Algo más sencillo?


-Solo acércate a hablar con él, -Dijo con obviedad- sé que es terco, pero no existe otra manera. -Se encogió de hombros- Además eres lo suficientemente irritante como para hacerlo sentir obligado a escucharte.


-A veces eres muy cruel. -Refunfuñó.


...


Despertó en un cuarto oscuro, una oscuridad tan profunda que no podía ver sus límites, era probable que no se tratara de una habitación, no podía ver nada más que a sí mismo, fue de manera repentina, quizá no había despertado, quizá jamás estuvo dormido, fue como simplemente darse cuenta que ya estaba ahí.


El joven de mirada verde podía ver como él mismo era la única luz en el lugar, como si su cuerpo brillara, así le parecía al ser capaz de mirarse en medio de esa sombra infinita. El silencio era agobiante, su corazón aceleraba su ritmo cuando la desesperación nacía al notar que no podía hablar, no estaba seguro si se trataba de su voz o sus oídos, no había ruido.


Caminó cuidadoso, buscaba algo, lo que fuese, parecía un sitio desolado. Abrazaba su vientre, lo acariciaba, sentía la necesidad de protegerse, de cuidar a la cría que llevaba en el vientre, comenzaba a sentir miedo, pero no temía por él.


Repentinamente el sonido dulce de una flauta transversal lo hizo parar, un silbido suave. El doctor buscó a su alrededor la procedencia del sonido, hasta que un pequeño brillo, como una estela, llamó su atención, era como si una línea de luz se dibujara siguiendo el ritmo de la música, la luz se tornó roja y dejó de parecer un brillo, ahora se veía más como una neblina rojiza. La música resonó por varios segundos, hasta que paró en seco deteniendo la estela de neblina roja consigo, poco a poco se disipó hasta desaparecer.


Flug se sentía confundido y alarmado, pegó un brinco del susto cuando nuevamente hubo música en el lugar, pero en esta ocasión era el sonido de varios instrumentos, no había ninguna luz o neblina. Algo brilló a su espalda, se giró con velocidad topándose con una inmensa luz, trató de fijar bien la vista hasta que consiguió vislumbrar cuatro luces frente a él, ovaladas, blancas. Los focos blancos parpadearon de repente, justo debajo, se dibujó una media luna blanca, era una enorme sonrisa en un rostro de cuatro ojos. Solo había siluetas, dos colores, blanco y negro únicamente. El terror lo invadió, era un gigantesco rostro extraño lo que se formaba frente a él, un ser descomunal.


-Oh, Dios, es tan tranquilo aquí… -Dijo con claridad una voz femenina, aparentemente de una mujer adulta, habló melodiosa, casi como si cantara, parecía recitar- El silencio se me cae en la cabeza. –Continuó.


Aquel extraño individuo redujo su tamaño rápidamente. Líneas blancas sobre ese fondo negro dibujaban una silueta femenina, de larga cabellera, llevaba un vestido largo y ampón, un sombrero de ala ancha en la cabeza y sus cuatro ojos brillaban junto a su sonrisa de dientes afilados. El científico caminó en reversa, receloso, no estaba seguro de cómo reaccionar, tampoco podía hablar aún.


-Cuando los monstruos son ruidosos, son realmente encantadores, -Junto a ella se dibujaron dos siluetas más, eran un par de niños con una sonrisa idéntica a la suya, ambos llevaban en su cabeza un sombrero de copa- son los silenciosos los que te matan, así que, por favor, ten cuidado. –Abrazó a los dos niños, depositó un tierno beso sobre la mejilla de cada uno- Tuvimos un baile de monstruos y todos salieron a jugar, estaban vestidos tan lindos en su manera monstruosa de hacerlo. –Los niños se tomaron de las manos y comenzaron a dar pequeños saltitos alrededor de ella, parecía como si la mujer contara un viejo cuento para niños- ¡Teníamos piel de molleja y piel de lagarto! –Gritó- ¡Y piernas de bebé, rodaron alegremente derramando líquidos! –Los niños pararon, la sonrisa de ambos se ensanchó- ¡Dios, fue tan divertido! –Dijeron al unisón, con voces de niños cualquiera, a la par de la mujer, sus formas se distorsionaron, parecieron crecer monstruosamente- Al final de la noche hicimos una reverencia y dijimos ¡Buen provecho! –Ella lo reverenció con gracia- Y se derramaron en la noche, deslizándose y arrastrándose.


Flug reaccionó, salió de su trance, sin pensarlo más pegó carrera echando un último vistazo hacia atrás; uno de los niños se transformó en un ave blanca, mientras que el otro se volvió un pequeño minino negro, ambos se desvanecieron en neblina roja y la mujer comenzó a seguirlo con velocidad.


-Cerré mi puerta y apagué las luces, suspiré en la noche espantosa, los candelabros estaban crujiendo… -Pronunció como un murmullo.


Parecía tenerla tan cerca que casi podía sentir su aliento en su oído, pero no quería mirar de vuelta atrás, solo continuó corriendo. Un crujido estruendoso lo alertó, el suelo comenzaba a quebrarse, pero no pudo hacer nada. Como si fuese cristal todo el suelo se rompió, haciéndole caer a algún lugar.


- ¡Ah, vaya! ¡Mis pequeños estaban espiando! –Dijo observando cómo caía el joven, el par de niños ensombrerados hacían lo mismo al otro lado del agujero, llevaban en sus manos un par de martillos, reían divertidos. Ella se lanzó también en aquél agujero.


Flug calló con dureza en algún sitio, el golpe fue muy doloroso, se sentía aturdido y asustado. Instantáneamente su vientre comenzó a doler, una punzada fuerte.


El entorno había cambiado, los colores se habían invertido, se percibía a sí mismo como una silueta oscura, todo lo demás resplandecía. La mujer cayó frente a él, de pie, como si solo hubiese dado un pequeño salto, su sonrisa seguía ahí. Junto a ella aparecieron de repente el par de niños.


-Oh Dios, ¿qué es eso? ¿Podría ser mi pequeño gato negro? –Acarició con dulzura a uno de los pequeños- ¿Podría ser mi sombra jugando trucos? ¿Podría ser mi frívolo candelabro?


La mujer dio lentos pasos hacia él, Flug optó por retroceder en el suelo, se arrastraba, su vientre punzaba.


-Es hora de que mi cuerpo se vaya a la cama, pero, ¿quién atenderá a mi querida cabeza? –Se sostuvo la cabeza, borró su sonrisa, mostraba ahora una expresión de molestia- ¡La noche calmará sus formas mortales en el reino de los locos! –Gritó- Levanto mis mantas y cierro mis ojitos. –Veloz, retomó su sonrisa y su dulce entonación- Y escucho la noche, con sus silenciosos gritos y llantos ¡Me fui a dormir y desperté para encontrarme que me estaban comiendo! –La silueta de los infantes se volvió neblina una vez más, pero no se disipó, giró alrededor de la mujer, se arremolinó en su vientre, como si entrara en él, ella mostraba gestos de dolor, se dobló agachando la cabeza.


El dolor en el vientre del científico creció, se sostuvo de igual manera el abdomen, era terrible, punzante, creciente.


-Lo cual no sería tan malo ¡Excepto! –Dijo enojada, levantó la cabeza- Nunca les di permiso. –Lo observó fijo, volvió a sonreír- Esos pequeños demonios silenciosos y sus tranquilas formas, son los silenciosos que te matan, son los pequeños los que se enojan… -Se acercó anormalmente rápido, levantó al joven de un tirón, este intentaba doblarse de dolor, la miraba con miedo, ella le sostenía del brazo, le hablaba con ímpetu- Los grandes te perseguirán, los fuertes te golpearán, pero los gérmenes entran en ti y te comen de adentro hacia afuera, –Se colocó frente a él, caminó en su dirección haciéndolo retroceder, en casi completa cercanía, sus rostros estaban demasiado cerca- De adentro hacia afuera, de adentro hacia afuera, te comerán al revés, lo cual no sería tan malo, excepto que te comen al revés, de adentro hacia afuera, de adentro hacia afuera, te comerán al revés, lo cual no sería tan malo, excepto que te comen al revés, lo cual no sería tan malo, excepto que no piden permiso, sólo se meten dentro de ti y se ponen en su misión. -Repetía frenética, cada vez más rápido, con una sonrisa estática, perseguía a Flug obligándolo a caminar en reversa, completamente atemorizado, dando traspiés- O mejor que eso, se meterán en las venas y se filtrarán en tu torrente sanguíneo ¡Lo que causa mucho dolor! –Gritó con expresión de miedo.


Él temblaba, sentía sus piernas doblarse, ya no podía sostenerse más, el dolor se volvió insoportable y el miedo que esa mirada vacía le provocaba le robaba el aliento, sentía una inmensa tristeza en su pecho, como si adoptara los sentimientos de ella. La mujer expresaba completo dolor y desasosiego, hablaba frenética y desesperada, su melodiosa voz se habían vuelto gritos, se acercaba con velocidad, parecía querer advertirle algo. Ya no podía más con la situación.


-O mejor que eso ¡Te harán enloquecer! Si el pequeño insecto es baboso llegará a tu cerebro, o mejor que eso, a tu alma, acecharán un lugar para adorar ¡Te has convertido en su iglesia!


El doctor consiguió gritar al fin, con inmenso temor, un grito que terminó por lastimar su garganta.


Al fin despertó, se incorporó rápidamente, entre gritos, su pecho retumbaba con los latidos de su corazón, sudaba frío y no podía controlar su respiración. Miró a su alrededor, la recámara se hallaba vacía, aún era de día. No podía recordar el momento en el que se quedó dormido, la falta de ocupaciones lo limitaba permanecer en reposo, después del desayuno decidió recostarse por un momento, al parecer el sueño consiguió atraparlo.


El dolor ya no estaba, pero su cabeza continuaba hecha un lío, estaba aturdido por la serie de acontecimientos en ese sueño peculiar, las imágenes regresaban a su mente, demasiado en qué pensar. Recordó a esa mujer, un ser extraño, sus cuatro ojos vacíos y esa sonrisa de dientes afilados serían algo difícil de olvidar, el recuerdo le causaba repelús, pensaba en la desesperación y gigantesca tristeza que expresaba, ese gesto sonriente que de un momento a otro mostró miedo, la voz que hablaba y hablaba sin parar, frenética, pronunciando oraciones escalofriantes.


Podría pensar que todo lo dicho le hubiese causado la mayor impresión, pero un detalle secundario no lo dejaba tranquilo; los niños, gemelos demoniacos de sombrero de copa. Por supuesto que le recordaban a un par de individuos, pero eran niños, tan solo dos pequeños que reían de forma juguetona, eran "sus pequeños".


Se abrazó, acarició su abdomen con movimientos circulares, estaba tocando a otra futura pequeña y demoniaca niña, ¿Sería acaso una advertencia? O tal vez la historia de una experiencia personal... Puede que ambas.


Se levantó de la cama, dispuesto a ocupar su mente en algo, caminó hasta una cómoda en una esquina del cuarto, abrió un cajón y sacó una pequeña caja, miró el enorme y alto techo, sonrió ladino.


-Es momento de hacer feliz a alguien... -Murmuró.


...


-Por favor...


-No.


-Por favor.


-No.


- ¡Por favor!


-Ya te dije que no. -Respondió el ensombrerado blanco.


-Porfi... -Rogó nuevamente la joven peliazul.


- ¡Vas a acabar con mis reservas! -Gritó molesto.


-Tengo sed de la mala, White. -Lloriqueó.


-No te daré ni una gota más.


-No he bebido nada desde ayer, no puedo más...


-Así será de ahora en adelante, dejarás la bebida. -Sentenció.


La joven hada perseguía al demonio por el pasillo, insistía incansablemente en que cediera y le permitiera tomar alguna de sus viejas botellas de vino. La chica había pasado tres largas semanas en ese hogar, sin posibilidad alguna de salir, se dedicaba a entrenar y el resto de su día lo ocupaba en nada en especial. En algún momento logró descubrir esos viejos tesoros que guardaba su jefe, pero lo que sería solo un trago a una botella, se salió de su control y se convirtió en varias de ellas, eventualmente el ensombrerado la descubrió.


Prudence sentía ansiedad, sus manos sudaban, se aferraba a la falda de su vestido, sentía que necesitaba un trago.


-Si no me das una, tendré que salir de aquí a conseguirla por mi cuenta. -Advirtió molesta.


White paró en seco, giró la cabeza por completo para poder mirarla, sonrió. -Te reto a que lo intentes. -Dijo y continuó caminando con normalidad.


No respondió, solo hizo una mueca de disgusto, le siguió. El par llegó a una habitación en la planta baja, una de las tantas sin uso, abrieron la puerta, el lugar era muy amplio, estaba vacío, el único ventanal en el lugar estaba roto, el cristal se había estrellado en algunas partes y dejaba entrar el viento. Sobre los muros, el tapiz se encontraba desgastado, inclusive el muro tenía grietas, era como si algo lo hubiese golpeado.


-Llegas tarde. -Pronunció alguien en el fondo.


El doctor la esperaba en una esquina del cuarto, se recargaba en la pared, a su lado se encontraban su par de compañeras de entrenamiento; Umbra y Farfala. Las villanas sonrieron y saludaron con la mano.


-Mis disculpas, nuestra pequeña no ha entendido el significado de la palabra "No" -Respondió el demonio.


-Comencemos. -Dijo Slug, ignorándolo.


La chica le sonrió con burla y caminó al centro del cuarto. White hizo una mueca incómoda y optó por recargarse en el muro opuesto.


La araña repitió la acción del hada y se colocó frente a ella. -Primero yo.


Prudence sonrió. Durante todos esos días de entrenamiento la compañía que más disfrutaba era la de su "chico araña", solía ser amable con ella, divertido y comprensivo, le había enseñado mucho, además era bastante fuerte, podía tener un enfrentamiento bastante parejo con él.


-Bien, Pru, quiero verte derribándolo en tiempo record. -Indicó Slug.


-Considéralo hecho. -Contestó la heroína con una sonrisa confiada, cada vez se fiaba más de su fuerza y agilidad, algo que negó por años se convirtió en poco tiempo en una cualidad que adoraba.


Ambas se pusieron en guardia, se miraban con detenimiento esperando el primer movimiento de su contrincante. Umbra inició, propinó una rápida patada que fue bloqueada de inmediato. El resto de los golpes no se hicieron esperar, comenzaron con una lucha coordinada, golpes que iban y venían y eran bloqueados sin esfuerzo en ambas partes. Pese al engorroso atuendo del hada, podía moverse con facilidad, había aprendido a hacerlo, a lucir inocente e incapaz para después mostrar todo lo que tenía.


Umbra detuvo uno de sus golpes, pero no soltó su mano, intentó cargarla sobre ella y tumbarla al suelo. El hada se dejó llevar por el movimiento, sin embargo, justo cuando se encontraba en el aire, se enredó en los brazos de la araña, enroscó sus piernas sobre ellos y usó su peso para llevarlas a ambas al suelo. La villana quedó atrapada en esa llave, se quejó de dolor.


-Gané. -Soltó Pru, victoriosa.


-Bien hecho, nuevo record. -Reconoció el científico- Cada vez eres más rápida.


La joven sonrió contenta, una sonrisa efímera, un gruñido por parte de su jefe la borró de inmediato.


El ensombrerado mostraba un gesto de fastidio, decidió hablar ante la mirada interrogante de la chica. -Tú, -Señaló a Farfala- pelea con ella. -Ordenó- La araña es demasiado amable.


Umbra resopló enfadada, se retiró del centro de la habitación cediéndole el lugar a su compañera. La tríclope se estiró, se acercó lista para la acción.


La heroína no tenía problema con el cambio de ambiente, aunque admitía que la chica rubia era siempre un tanto más agresiva. Se puso en guardia.


Nuevamente, la villana fue la primera en atacar, no esperó ni una pequeña señal, propinó un rápido puñetazo que el hada apenas pudo frenar. Los golpes coordinados comenzaron, Farfala no era tan fuerte como su contrincante, pero era muy hábil esquivando y bloqueando sus ataques, aunque se reconocía más hábil para algo más: Fastidiar a su contrincante. La lolita tenía un pésimo carácter, era muy sencillo hacerla molestar, algo de lo que la arquera se aprovechaba para sacar de ella su lado más feroz.


- ¿Qué pasa, Muñequita? ¿Soy muy rápida para ti? -Preguntó altanera.


-No me provoques. -Advirtió.


La arquera hizo un esfuerzo extra, aumentó la velocidad de sus golpes, consiguió golpear al fin a la chica en el rostro, un ataque certero en la nariz que la hizo retroceder.


-Ugh... -Se quejó, sus ojos lagrimearon de dolor.


- ¿Qué ocurre? ¿Eso te dolió?


-Aquí vamos de nuevo... -Soltó la heroína y volvió al combate.


- ¿No puedes protegerte, Prudence? -Rio burlona- Es irónico ¿No? Ya sabes, mi querido preservativo.


Pru bufó molesta, trató de concentrarse. Tras varios golpes, la villana se agachó, barrió sus pies con una patada logrando tumbarla. La heroína cayó de bruces al suelo.


- ¿Estás bien? Mi paquetito de condones. -Soltó una risotada.


- ¡Has hecho la misma broma durante tres semanas! -Gritó enfadada y avergonzada.


-Es tu culpa por elegir nombrarte como tu cosa favorita. -Respondió sonriente.


El hada gruñó furiosa, se puso de pie. - ¡Exijo otro maldito nombre! -Le gritó al ensombrerado.


-Tú firmaste así el contrato. -Respondió sin más.


Tras la negativa, la chica se abalanzó sobre la arquera, se revolcaron en el suelo. Los espectadores estaban confundidos. El hada se levantó sosteniendo a la villana, la tomaba de la cabeza, amenazante, justo como le mostraron que podía romperle el cuello a alguien.


-Quiero un nuevo nombre... -Exigió, miraba al demonio, amenazante.


- ¿En serio vas a matarla por un nuevo nombre? -Se burló.


Farfala se sostuvo de sus brazos, rio nerviosa. - ¿Ayuda? -Dijo mirando de re ojo a la araña.


- ¡A ti no te han puesto sobre nombres ridículos durante semanas! -Lloriqueó- Sonaba bastante lindo al principio. -Hizo un puchero.


Umbra se preparó, no estaba segura de la seriedad con la que la chica estaba tomando las cosas, pero era verdad que la arquera la había fastidiado bastante, no dudaba que la estuviera volviendo loca.


- ¡Solo dale otro estúpido nombre, blanco! -Gritó la tríclope, exasperada.


-Si quieres otro nombre, tendrás que firmar otro contrato. -Sonrió ampliamente, burlesco.


El hada se mostró sorprendida. -Oh. -Soltó a la rubia haciéndola caer de cara al suelo, caminó hacia su jefe pasando sobre la chica en el camino.


Farfala se quejó al sentir los tacones de la joven incrustarse en su espalda. - ¡Ouch! ¿Y a ti qué te sucede? -Cuestionó enfadada.


-Es tu culpa por vestirte con harapos, -Respondió con burla- podría limpiar mis zapatos en ti sin problemas. -Extendió la mano hacia el ensombrerado, hizo un gesto, pedía algo.


- ¿Uh? -Soltó confundido.


-El contrato. -Exigió.


Slug se acercó rápidamente, la tomó de la muñeca. - ¿Qué crees que haces? -Cuestionó alarmado.


-Estoy solicitando otro contrato. -Dijo con sencillez- Ya estoy en esta casa encarcelada trabajando para este imbécil, dudo que pueda ser peor si firmo otro.


El demonio le miró dudoso, la chica podía ser bastante intimidante. Chasqueó los dedos, la hoja y el bolígrafo aparecieron frente a ella, los tomó con mucha seguridad, firmó nuevamente, podría romper la hoja con la fuerza con la que lo hacía, lucia muy enojada. Los objetos desaparecieron en el aire, el hada sonrió maliciosa, miró a la villana y se sostuvo el puño, chocándolo contra la palma de su mano.


- ¡Ahora sí pedirás clemencia! -Gritó victoriosa.


Las villanas se miraron entre sí, nerviosas al ver cómo la joven lolita se acercaba rápidamente, decidida. La heroína se lanzó con mucha fuerza hacia la tríclope, el movimiento enredado de ambas en el suelo no se hizo esperar.


Los espectadores observaban los movimientos torpes de ambas, la extraña manera en que la peliazul trataba de atrapar a la arquera, estaba mostrando sin duda su lado más salvaje. El hada consiguió someterla, con el rostro contra el suelo y sus brazos hacia atrás, la chica se quejaba, forcejeaba.


- ¡Dilo! –Exigió la heroína.


- ¡No! –Contestó Fárfala.


- ¡Dilo! –Volvió a decir y tiró con más fuerza de sus brazos.


- ¡Suéltame!


- ¡Pide clemencia y lo haré! –Sonrió maliciosa.


- ¡Ah! ¡Ya! De acuerdo ¡Clemencia! –Gritó resignada.


La heroína la soltó, se cruzó de brazos satisfecha.


Fárfala permaneció tendida en el suelo, le dolían los brazos y el orgullo. La araña se acercó apurada, fue una escena escandalosa y a su parecer innecesaria, pero quizá la arquera se lo merecía, no dejó de molestarla durante semanas.


- ¿Clemencia? Pensé que lo odiabas. –Comentó Umbra mientras ayudaba a su compañera a ponerse de pie.


- ¡Lo aborrezco! –Respondió sonriente- Por eso solo firmé como Prudencia, pero vaya que fue divertido hacerla suplicar, –Se encogió de hombros- además ya me he acostumbrado a que me digan “Pru”, sería extraño cambiarlo por completo.


-Bien, Pru, -Interrumpió el científico- creo que podemos concluir el entrenamiento de hoy… -Observó a la rubia masajeándose el brazo, adolorida, claramente no podían continuar.


Prudencia dio un brinquito, contenta. Observó al doctor caminar hacia la salida, el demonio blanco hizo el claro ademán de hablarle, sonreía justo frente a él, sin embargo, el joven pasó de largo ignorándole por completo, el ensombrerado se limitó a borrar su gesto alegre y mirarle mientras se marchaba. La heroína esbozó una mueca, compasiva, se sentía responsable, ella misma sugirió que le hablara, era notorio que White no era el mejor en abordar una conversación de ese tipo, pero el doctor estaba siendo demasiado frío, tal vez tendría que intervenir en ambos lados.


-Har… Pru, -Llamó Umbra sacándola de su trance- Me preguntaba si… quisieras tomar algo conmigo y charlar un rato… -Sugirió apenada.


No era algo extraño, durante semanas se dedicaron a pasar un tiempo juntas más allá de los entrenamientos, por supuesto que se había limitado a charlas casuales o un almuerzo solo por haber demorado en el entrenamiento, pero cada vez tenía más entusiasmo por pasar algunos minutos al lado del hada. La mujer le había llegado a parecer interesante, sus ideas embonaban extrañamente muy bien, la emoción por intercambiar algunas palabras se acrecentaba con el paso de los días, no perdía nada con tratar.


Prudencia sonrió enternecida, realmente era algo que quería, pero el deber llamaba, sabía que en ese momento existía una prioridad. –Me encantaría… pero hay algo muy importante que debo hacer.



- ¡Ya voy! Solo… deja de maullar. –Gritó exasperado.


Flug escuchaba irritado los constantes maullidos del felino negro, el animal lo llamaba insistente desde la gran cama de la recámara. El científico terminaba su ardua tarea lo más rápido que podía a fin de cubrir las necesidades del gato lo antes posible. Sobre una alta escalera metálica y vieja, el joven pegaba sobre el techo pequeñas figuras plásticas, había demorado más de una hora en esa actividad, el techo se encontraba casi cubierto, era demasiado alto, por ende, debía mover la pesada escalera constantemente.


Una energía luminosa y verde atravesó la puerta, el pequeño fantasma con sombrero retomó su forma en medio de la habitación, buscó sonriente al joven doctor hasta apreciar con horror lo que estaba haciendo. Las semanas anteriores, el chico consiguió acercarse más al par de fantasmas, fue algo complicado debido a la rejega actitud de Philip, pero eventualmente lograron congeniar gracias a la niña fantasmagórica, quien, emocionada, buscaba pasar tiempo con su nuevo amigo y su esponjoso gato negro.


- ¡¿Qué estás haciendo?! –Cuestionó alarmado- Baja de ahí antes de que te lastimes, llevas una criatura en el vientre, no lo olvides. –Reprendió.


-Estoy bien, ya casi termino.


-Hasta tu gato sabe que estás en peligro, niño. –Dijo apuntando al animal.


El científico viró los ojos, bajó lentamente de la escalera, después de todo ya había terminado. - ¿Dónde está Emma?


-Jugando por ahí, probablemente. –Respondió molesto, le fastidiaba la manera en la que el doctor evadía las reprimendas relacionadas a su salud.


- ¿Alguien dijo Emma? –Habló una voz infantil.


La niña fantasmagórica entró dramáticamente en la habitación, montaba su guadaña como un caballito de palo, tenía una de sus trenzas en la cara simulando un bigote y hacía los sonidos de un caballo galopando.


Flug rio enternecido, la pequeña tenía una gran imaginación, le gustaba inventarse juegos y personajes que imitaba hasta un día entero o a veces solo duraban unos minutos.


-Hola, comisario, -Saludó siguiéndole el juego- necesito hablar con Emma.


La niña bajó de su caballo, caminó con las piernas arqueadas y se acarició el bigote falso con una mueca de molestia fingida, un segundo después sonrió ampliamente y se quitó la trenza del rostro. - ¡Soy yo! –Exclamó entre risas.


-Grandioso. –Acarició su cabeza, era curioso poder tocarla, aunque fuera un fantasma, no era un tacto común, sentía una energía gélida al estar en contacto con ella o Philip- Quiero mostrarte algo.


- ¿Qué es? –Preguntó curiosa.


El doctor se dispuso a cerrar las cortinas, las puertas, apagó las lámparas. –Cierra los ojos. –Dijo y esperó hasta que la niña no viera nada, finalmente apagó la última lámpara- Puedes abrirlos.


Emma abrió los ojos, su mirada se topó con la imagen más bella que su corazón deseó ver durante siglos, en el techo brillaba su esperanza, su deseo por sentir el amor y la felicidad de su padre una vez más. Decenas de estrellas fluorescentes brillaba en la oscuridad de la habitación, se mezclaban con el techo color verde, le daba un aspecto tan similar a los cielos estrellados y preciosos de ese planeta, de su hogar. La niña sintió sus mejillas remojarse, ni siquiera sabía que aún podía llorar, estaba ensimismada, maravillada, no reaccionaba, observaba fijo el techo, se cubrió la boca, sollozaba ligeramente.


Philip la observó, estático, no podía creer lo que el científico había hecho por esa niña que apenas conocía, estaba seguro que tampoco sabía la magnitud de sus acciones. Emma no podía abandonar el castillo para ver el cielo estrellado, haberle llevado el cielo a su cárcel esmeralda era una manera de liberarla de su prisión.


-Flug… -Pronunció con una voz tenue, tierna, un sollozo de una niña pequeña que no alcanzaba a entender del todo el porqué de hacerla sentir amada.


- ¿Te gusta?


La niña lo miró, hizo un notorio puchero y se lanzó sin pensarlo a abrazar al joven. –Papá te envió para mí… -Soltó.


Flug sintió un repentino nudo en la garganta, devolvió el abrazo con un poco de angustia, habían aflorado todos los sentimientos de tristeza y agobio que la pequeña sentía, era más complejo de lo que imaginaba.


El momento era sumamente precioso y enternecedor, sin embargo, algo lo interrumpió inevitablemente. Flug comenzó a sentir un tenue dolor en el vientre, intentó ignorarlo en vista de las circunstancias, pero se acrecentaba. Alarmado y negado a preocupar a Emma, le hizo a Philip un gesto alarmante, intentaba hacerle entender que la niña debía salir de ahí.


El fantasma le miró desconcertado, balbuceó un poco. –Emma ¿Por qué no vas por tu cámara? Deberías tomar algunas fotos. –Invitó.


La pequeña le miró emocionada. – ¡Es una gran idea! –Exclamó- Ya vuelvo. –Comentó antes de salir corriendo de la recámara.


- ¿A qué se debió…?


En cuanto el fantasmita salió, el doctor se puso de cuclillas en el suelo, se sostenía el vientre y le dedicaba a su acompañante un gesto angustioso, lleno de dolor. –Philip… -Murmuró asustado- Creo que necesito ayuda.


-Niño ¿Qué te sucede? –Cuestionó preocupado.


Flug se sostuvo del pabellón de la cama para intentar ponerse de pie, el dolor era extraño, interno, punzadas en su interior que crecían con el pasar de los segundos. Palideció, sintió su boca secarse.


El gato negro se puso alerta, iba y venía sobre la cama, dio un salto, apurado, se colocó frente a Philip y maulló varias veces, insistía, trataba de hacer que se moviera de su sitio, pero él permanecía quieto, pasmado, evidentemente sin saber qué hacer.


El doctor caminó a la puerta, su única opción era localizar a alguien que llamara a la dama pooka. Dio varios pasos, sus pies parecían de plomo, las piernas le pesaron, su visión se volvió borrosa, no pasó mucho hasta que no pudo ver más, se desplomó en un instante.


La escena pareció lenta, Black Hat observó aquello con un agujero en el estómago. Sin importarle más su disfraz o siquiera el tiempo invertido en ocultar su identidad, se volvió neblina negra hasta retomar su forma natural. En un ágil movimiento consiguió atrapar al chico antes de que llegara al suelo, lo cargó en brazos. Sintió una respiración acelerada en él, su cuerpo estaba caliente y sudoroso. Le alarmaba la rapidez de los sucesos, minutos atrás él estaba bien, sonreía y se apreciaba sano. Observó al fantasma, su semblante era un poema, una combinación de sorpresa y terror. Escuchó a la niña venir de vuelta, dando brinquitos y tarareando una canción.


- ¡Tú! Producto, -Llamó Black- Llévate a la niña de aquí. –Se acercó amenazante- Ni una palabra al respecto ¿Estamos claros?


Philip balbuceó. –Si… ¡Sí! Señor Black Hat señor… -Contestó tartamudo y salió lo más rápido que pudo, atravesando el muro.


El demonio se volvió una sombra con el joven en brazos, abrió la puerta sin cuidado, atravesó cada pasillo sin una pizca de discreción, cada pooka en su camino se hacía a un lado de forma torpe o terminaba en el suelo, trataba de atravesar el laberíntico castillo lo más rápido que podía, su objetivo era solo uno; Llegar al cuadro de Mother Poltergeist con la intención de visitar a la única persona que en verdad podría ayudarle. Ahí estaba, a tan solo unos metros, solo debía girar en un pasillo más y llegaría a él, pero un par de damas sonrientes, que provenían de ese lugar, obstruyeron su camino.


Black no pudo frenar a tiempo, la reina pooka notó su presencia de inmediato y, como un reflejo, intentó defenderse de la embestida. Demencia consiguió hacerse a un lado, pudo ver como el par de individuos chocaban y caían al suelo. Belle dio un rebote en el suelo hasta caer de espaldas, pero el ensombrerado procuró cuidar a toda costa lo que llevaba en sus brazos, cayó bruscamente de espaldas estrechando a Flug entre sus brazos.


-Uh… ¿Ah? ¡Ah! ¡Tú! ¡El coco! –Gritó Demencia apuntando hacia el demonio negro quien se ponía de pie, aparentemente atarantado.


Belle se masajeó la nuca, estaba sentada tratando de entender lo que había ocurrido. Observó con cuidado la imagen frente a ella, reaccionó sorprendida, incluso asustada, al ver al doctor inconsciente en los brazos del lord. Se puso de pie casi de un brinco, se aproximó velozmente.


- ¡¿Qué ocurrió?! –Cuestionó angustiada.


-No tengo idea, solo dijo que le dolía el vientre y se desmayó, -Explicó, serio- voy a llevármelo.


-Aquí podemos ayudarlo.


-No, -Respondió tajante- presiento que no es tan sencillo.


- ¡¿Qué rayos está pasando aquí?! –Preguntó la chica lagartija, desconcertada.


Black siguió su camino. -No tengo tiempo de explicar ¡Muévete, lagartija! el tiempo apremia.


La joven gruñó molesta, lo tomó del hombro con brusquedad y lo obligó a mirarla. –No sé qué crees que estás haciendo, pero no voy a dejar que te lo lleves. –Amenazó.


Los grandes villanos se miraron, anonadados, el demonio le devolvió el gesto enfurecido. –No me estorbes, niña.


-Suéltalo… -Volvió a decir la joven.


La dama pooka podía sentir la tensión en el ambiente, si aquello continuaba podía terminar muy mal, pero no estaba segura de qué hacer, quizá el demonio tenía razón, sin embargo ¿Qué iba a decir la joven si lo defendía a él? Estuvo ocultando la situación, siguiendo el juego a las espaldas de todos los que adoraban al científico.


El ensombrerado hizo el ademán de hacer a Demencia a un lado, intentó tomarla del brazo y alejarla, pero la chica reaccionó rápido y tomó su muñeca, la apretó con todas sus fuerzas, incluso sabiendo que no le haría ningún daño, estaba dispuesta a impedir a toda costa que el villano siguiera su camino.


No pudo evitar sentir un ligero pesar al pensar que tendría que lastimar nuevamente a la chica, no podía detenerse por eso, ni dejar pasar más tiempo.


-Demencia… -Llamó la dama obteniendo la atención de ambos- Creo que debemos dejar que se vaya.


- ¿Qué? ¿Qué demonios acabas de decir? –Cuestionó molesta.


-Él puede ayudarlo, sé con quién va a llevarlo.


La chica soltó al villano, encaró a la mujer. – ¿Llevárselo? No estás hablando en serio, es el cabrón del que viene huyendo. –Despotricó- ¡Yo puedo ayudarlo! Yo también sé quién puede hacer algo.


Belle suspiró. –Él puede cuidarlo. –Insistió, intentaba convencerla.


Demencia se retrajo, ofendida. –Yo también puedo cuidarlo, yo soy quien lo ha hecho durante todo este tiempo ¡Incluso cuando él intentó hacerle daño! –Sintió la impotencia crecer, su instinto le decía que no podía dejarlo ir. Caminó decidida de nuevo hacia el demonio.


La dama se maldijo a sí misma por lo que estaba por hacer, alcanzó a la joven y la sostuvo del brazo con fuerza. –No, Demencia. –Dijo tajante.


Black aprovechó el momento y siguió su camino, se dirigió rápidamente al cuadro. Tenía presente que Belle le estaba dando una oportunidad que la ponía en riesgo a ella, sabía que las cosas no podrían continuar del mismo modo a partir de ese momento, pero por ahora no importaba, debía actuar ya. Encaró a la dama del cuadro, la mujer fantasmal los recibió con apuro y resignación tras saber a dónde se dirigían en ese momento. El demonio salió del cuadro lo más pronto que pudo, llegó a una habitación vacía y abrió de golpe la puerta de madera vieja, caminó a paso rápido por el pasillo decorado con cuadros con el mismo bosque siniestro, se adentró finalmente en una sala llena de caras jóvenes, confundidas y atemorizadas.


-Black… Black Hat. –Soltó con asombro Maggie Heks.


El ensombrerado no respondió, se abrió paso entre el grupo de chicos, miró de frente al mago Allister, este le sonrió nervioso, pero su semblante cambió al ver a Flug.


-Tú… -Llamó Black- Llévame con mi hermano… ahora. –Ordenó.



- ¡Suéltame! Debo ir por él ¡Se lo ha llevado! –Gritó exasperada.


Belle la soltó finalmente, una vez que consideró que el demonio ya se había alejado lo suficiente. No creía que ella realmente pudiera detenerlo, pero temía por su seguridad al enfrentarlo, además de que ciertamente él podía llevarlo rápidamente a donde pudiesen ayudarlo.


-Demencia, déjalo, no puedes hacer nada.


La joven paró su marcha, la miró estupefacta, en realidad no podía creer su actitud, sus reacciones, no entendía el motivo.


- ¿Por qué parece que esto no es una sorpresa para ti? –Cuestionó.


La dama se sorprendió a sí misma nerviosa por la pregunta. –Yo… -Balbuceó, jamás en su larga vida se sintió tan acorralada.


Demencia abrió los ojos con sorpresa. –Tú lo sabías…


- ¡No es lo que crees! –Respondió con apuro.


- ¡Sabías que estaba aquí! Tú lo dejaste entrar, -Acusó molesta- ¿Desde cuándo?


-Un tiempo… -Contestó resignada.


- ¿Un tiempo? ¿De qué hablas?


-Uh… bueno… -Apretaba nerviosa la falda de su vestido.


- ¡Contéstame, Bonnivet! ¿Desde cuándo está aquí Black…? –Paró su diálogo, se cubrió la boca con sorpresa- ¿Cat?


La mujer se talló el rostro. –Eso no fue idea mía, me sentí obligada, no podía sencillamente sacarlo de aquí ¡Él quería intentarlo!


- ¿Cómo pude ser tan estúpida? –Se preguntó a sí misma, se rascó la cabeza enérgicamente- ¿Intentar qué? ¡Él ya no podía intentar nada! Se comportó como un imbécil, puso en peligro al nerd y no le importó.


-Él está arrepentido, está buscando la manera de hacer algo ¡Merece una oportunidad!


- ¡No de esta manera! Con engaños, con tanta cobardía… -Apagó sus ánimos, mostró un semblante de tristeza- ¿Cómo pudiste traicionarnos así? Confiamos en ti… Yo confié en ti…


-No… no es así… -Sus ojos se humedecieron, sentía frustración, no sabía qué hacer- yo no quise esto, pensé que era lo mejor para Flug… para los dos.


-Jamás se lo preguntaste, cuando él sepa esto… -Bufó estresada- Cuando él sepa esto yo voy a estar de su lado. –Sentenció, firme.


Belle intentó responder, pero ya no sabía qué más podía decir, aquello era ardoroso y difícil. Durante toda su vida se consideró prudente y sabia, ahora se le restregaba en el rostro que había sido todo lo contrario, se equivocó, probablemente tendría feas consecuencias.


Desde el pasillo, se aproximaba un oso azul grande y esponjoso, tenía puesto un mandil rosa y en sus manos llevaba una bandeja de pastelillos. Cuando estuvo cerca de ambas les ofreció la bandeja, esbozaba una tierna sonrisa.


- ¿Baw? –Habló.


La mujer no reaccionó, en cambio, Demencia lo tomó del brazo. –No, no se los merece. -Contestó- Vámonos, oso tonto.


Ambos se fueron por el pasillo, la joven arrastraba al confundido experimento y a su bandeja de panecillos.


La reina pooka solo los observó, cuando desaparecieron de su vista se dejó caer de rodillas al suelo. Miraba a la nada, inexpresiva, sus emociones se aglomeraron en su pecho, no sabía qué hacer o qué pensar, jamás se sintió tan culpable y desconsolada.



La puerta metálica se abrió, los adorables zapatos de tacón de un hada colorida resonaron en cada peldaño. La heroína se adentró en el oscuro laboratorio y miró a su alrededor.


-Llegas en un excelente momento. –Pronunció una voz.


La chica se giró hacia la procedencia de la voz, pudo ver una luz rojiza y un raro vapor desprenderse de ese sitio. Caminó cautelosa.


- ¿Slug? –Llamó dudosa.


- ¡Admira al resultado de la maravillosa ciencia! –Exclamó, su silueta se vislumbró poco a poco a través del vapor- ¡Una maravilla del hombre! ¡El fabuloso e imponente…! –Hizo una pausa dramática- ¡6.0.6.!


El doctor salió de la nube de vapor, extendía los brazos y le mostraba algo a la chica. La joven analizó lo que veía, era un pequeño y esponjoso oso de color rojo, un tono brillante como el de la grosella, sobre su cabeza tenía un clavel, parecía una flor marchita, su cara era pequeña y tierna en comparación a su peludo cuerpo, pero tenía un gesto serio, casi apático.


-Es… tierno… -Dijo dudosa.


-Por ahora, cuando crezca será feroz, –Contestó con seguridad, se veía animado- tal vez le ponga unos brazaletes con púas o algo así.


Slug llevó al animal a lo que parecía ser una cuna, podía admitir sentirse emocionado, era una sensación extraña, una vida orgánica creada por él. Se dirigió de vuelta a la joven, ella tenía un semblante preocupado, ya presentía el tema que se avecinaba, suspiró agobiado y le miró expectante.


Pru lo tomó del hombro. –No pueden seguir así. –Dijo sencillamente.


-Sabía que no tardarías en tocar el tema…


-Slug ¿Por qué lo haces?


-Ya lo sabes, -Se cruzó de brazos, molesto, se recargó en un escritorio- no puedo creer que hiciera las cosas de esa manera, realmente tenía una imagen muy diferente de él y resultó ser como su hermano.


- ¿Y qué hay de malo en ello?


- ¿Uh?


La chica sonrió, dio un brinco y se sentó en el escritorio, a su lado. –En una ocasión me contaste que le pediste ser auténtico, real y honesto ¿No es así?


-Si… -Respondió dudoso.


-Él es el héroe, pero no deja de ser un demonio. –Se encogió de hombros.


-Ugh ¡Lo sé! Pero jamás pensé que podía llegar a ser tan… Black Hat. –Respondió inseguro- Yo esperaba que… ¡Ah! No lo sé, solo esperaba algo distinto… supongo.


Prudencia rio, negó con la cabeza. –“Esperaba, esperaba, esperaba” … -Repitió- ¿De verdad te molestó que me hiciera firmar un contrato? ¿O en realidad se trata de que al fin te diste cuenta de que no lo conoces ni lo aceptas tanto como pensabas?


El científico la miró con molestia. –Estás condenada gracias a él.


- ¡No! –Contestó divertida- Estoy condenada gracias a mí, a mis acciones ¡Fue mi decisión! –Estiró los brazos- Y para ser franca, me dio la oportunidad de ser yo misma… de una extraña forma, pero siento que fue la mejor decisión que he tomado en mucho tiempo. –Suspiró sonriente- Ahora ¿De verdad te molestó que me hiciese firmar? ¿O te molestó que no cumpliera tus expectativas?


Slug dudó. –Yo… –Respondió inseguro.


-White es el idiota más idiota del mundo, acepto que manejó sus celos de una forma bastante… White Hat, -Rio- pero White Hat no es el problema, no hay problema en él, él solo fue el demonio en su más pura presentación. Acepto que tiene cosas por las cuales disculparse, pero no puedes molestarte con él solo porque no cumplió tus expectativas, eso solo puede ser culpa tuya, nadie tiene el deber de ser lo que esperas.


El doctor se sintió abrumado, no estaba acostumbrado a ser quien recibiera el sermón, por lo regular él era el sensato, pero en esa ocasión la joven estaba dando en un punto que no había considerado y que, lamentablemente, era muy real.


-Slug ¿Quieres a White Hat? –Preguntó sorpresivamente haciéndolo reaccionar avergonzado- No te preocupes, no respondas. -Dijo burlona- No puedes decir que quieres a nadie si no conoces su peor lado… deben aceptarse en todas sus fases, entenderse y escucharse o… a este ritmo terminarán como Black Hat y Flug.



Un portal luminoso se abrió en una habitación elegante, la oficina de un demonio ensombrerado blanco que revisaba papeleo, ensimismado. La molesta luz le hizo dejar sus ocupaciones. Se puso de pie, alerta, hasta que los individuos que atravesaron la luz le arrancaron una sonrisa amplia.


- ¡Hermanito! –Gritó entusiasmado- ¡Has venido a visitarme!


El ensombrerado negro se adentró apurado en la habitación. - ¡Quítate! –Gruñó empujando a White quien intentaba abrazarlo y caminó a la salida.


El héroe observó con confusión su desesperada actitud, miró al joven mago, estaba parado junto al portal con un gesto preocupado.


Black Hat salió de la oficina y caminó por el pasillo, sus pasos se alejaron y nuevamente se le escuchó regresar. - ¡¿Dónde diablos está el maldito laboratorio en esta casa?! –Se escuchó a lo lejos.


White rio. - ¡Al otro lado! –Contestó.


Los pasos acelerados del villano resonaron de vuelta, caminó en la dirección opuesta pasando frente a la oficina de nueva cuenta.


Allister desapareció el portal, se dejó caer en el suelo, sentado, parecía esperar algo.


- ¿Y tú qué haces? –Cuestionó el demonio.


-Espero… a que todo salga bien…



Black Hat azotó la puerta metálica, de un solo brinco pasó los escalones, no podía perder tiempo, caminó en la oscuridad buscando al dueño del laboratorio.


El par de héroes se puso alerta, no fue difícil identificar al individuo que salía de las sombras, le miraron recelosos hasta que vieron al joven de ojos verdes en sus brazos, inconsciente.


- ¿Qué ocurrió? –Preguntó Slug, se acercó alarmado.


-No tengo la menor idea, por eso estoy aquí, solo sintió dolor y se desmayó. –Respondió irritado. Realmente su desesperación crecía exponencialmente, nadie parecía querer actuar con la misma urgencia que él o al menos así lo apreciaba.


El doctor despejó rápidamente la camilla que había estado usando para los chequeos de Flug, el villano atendió rápido y lo recostó sobre ella.


-Está ardiendo, –Comentó Slug- tendré que administrarle algunos fármacos y hacer una revisión completa, esto no pinta bien…


Black se tensó, cerró los puños con fuerza. –Solo hazlo… -Ordenó.



- ¿Por qué Flug se ha ido? –Preguntó la pequeña.


Emma se encontraba tendida sobre el suelo de la recámara de Flug, miraba con arrobo las estrellas sobre el techo. Pese a las indicaciones del fantasma ensombrerado acerca de alejarse del lugar, la niña insistió en volver. Philip la veía preocupado, asustado por los sucesos recientes, pudo notar algo distinto en el demonio, especialmente su indicación de alejar a la niña, fue un gesto demasiado amistoso de su parte, pero no le daba buena espina, sus pensamientos lo llenaban de temores, especialmente por ver al actual mejor amigo de Emma en esas condiciones.


-Emma, -Llamó Philip- hay algo de lo que debemos hablar…



Pasaron las horas, parecieron eternas para todos en el lugar, nadie pudo respirar tranquilamente hasta que el monitor de electrocardiograma tuvo un sonido regular, el trio miraba atento al joven inconsciente, con algo de miedo y en silencio. El hada se abrazaba incómoda, estaba segura de no ser reconocida, pero no entendía cómo el villano de villanos podía entrar con tanta libertad a esa mansión, aunque el motivo lo ameritaba.


-Flug no está fuera de peligro. –Sentenció Slug rompiendo el silencio, sus acompañantes lo miraron- Corrijo, Flug ya no estará fuera de peligro.


- ¿Qué estás diciéndome? –Cuestionó Black, alarmado y molesto.


-Te explicaré solo porque eres el padre, pero tendré que hablar de esto con Flug cuando consiga despertar. –Advirtió- Han pasado tres meses, los cambios físicos empiezan a notarse, su vientre se ha abultado considerablemente, aunque aún no es lo suficientemente escandaloso, esto quiere decir que su embarazo está en su primer tercio, la primera fase importante. –Explicó tranquilo- Hice una ecografía, el embrión tiene una forma completamente humana, al menos así lo parece, es posible que no se trate de un simple parásito, sufrió una implantación similar a la de algún parásito intestinal humano, pero en algún punto de su desarrollo adquirió características humanas. Tengo un par de hipótesis al respecto, la que consideraría más acertada es la probabilidad de que utilice alguna célula autosómica del hospedero para copiar o quizá extraer un juego cromosómico y completar su carga genética, por medio de algún método intracelular, de este modo utiliza el ADN de la “madre” para emular sus mecanismos celulares, su multiplicación celular y la formación de sus caracteres fenotípicos, así pareciera una auténtica descendencia con la combinación del fenotipo de ambos “padres”…


- ¡Slug! –Interrumpió Prudencia- Creo que hablo por los dos cuando digo que no estamos entendiendo una mierda.


Black viró los ojos, pero no respondió, la joven estaba en lo cierto.


-Ugh bien… -Contestó con fastidio- Esto es un embarazo real, -Dijo apuntando al vientre de Flug- pero mucho más complicado. Un embarazo común es un proceso complejo, que involucra cambios físicos en toda su extensión, esto es algo como eso… sin ser común. Flug está viviendo un embarazo fuera de lugar, es como un embarazo ectópico, está fuera de un útero, sin mencionar que su cuerpo no está diseñado para eso. No solo tendrá dolor, es probable que viva todas las complicaciones que un embarazo normal podría tener remotamente.


Black se talló el rostro, sentía que no podía seguir escuchando algo como eso, todo se complicaba a medida que avanzaba, ni siquiera podía hacer algo al respecto. - ¿Qué se supone que va a ocurrir?


-Bueno… puede que esto ocurra seguido, es probable que haya sido detonado por un sentimiento de impresión, habrá muchas limitantes en su vida a partir de ahora, al menos hasta el final del embarazo.


-No puede ser tan malo… -Sugirió el hada, la situación había logrado agobiarla pese a lo poco que conocía al aludido.


-Hipertensión, fiebre, vómitos, mareos, posibles sangrados… no, no puede ser tan malo. –Respondió sarcástico.


El villano caminó con decisión hasta Flug, le miró por varios segundos hasta que decidió tocarle, paseó su mano por su mejilla, su pecho y se detuvo en su vientre, lo contempló en silencio, lo que había en su mente y en su pecho era indescriptible. Se concentró, podía sentir la tenue energía de lo que allí se albergaba, era mucho más que una simple niña, demasiado para quien la llevaba.


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