Clint, Thor y Stephen
-Cuando propuse mi plan, no me refería a esto… -se quejó el arquero, estaba entre enojado y avergonzado. -¿Y por qué no lo hace Thor? ¿Por qué tengo que ser yo?
-Porque yo gané el juego de piedra papel o tijera. –presumió el Dios del Trueno.
-Porque no le iba a quedar a Thor, además él se va encargar de traer a Tony. –comentó el Icono de América. –Y eso es complicado en cierto punto.
-No es complicado, solo lo cargo y lo traigo, no hay problema. –se encogió de hombros el Dios del Trueno.
-¿No podemos hacer esto en un lugar más privado? –cuestionó el arquero.
-¿Por qué? –el Capitán se confundió.
-Pues porque estamos en la sala, Nat y Bruce también están aquí, sin mencionar a Wanda y Bucky que no han parado de reírse de mí. –le reclamó molesto.
-Pero fue tu idea, así que no te quejes Barton. –gritó Bruce sentado desde el sofá, mientras aguantaba carcajearse.
-Con ustedes es imposible aburrirse. –Comentó Bucky, limpiándose las lágrimas de tanto reírse, estaba tirado en el piso, no podía dejar de reír.
-En eso no te contradigo… -de igual manera la bruja escarlata se estaba riendo.
-¿Qué estás haciendo aquí Bucky? –preguntó la espía, si era cierto que el soldado tenía otras intenciones con Stark, ¿Entonces por qué no lo impedía? ¿Por qué no estaba al lado de él?
-En primera. –poco a poco el soldado se calmó, y se levantó del piso para observar a la pelirroja. –Porque quiero ver el espectáculo y estar ahí para Tony cuando esto salga mal, y en segunda porque Clint se ve gracioso vestido así. –volvió a reírse.
-Debo admitir que tienes razón. –la espía también se burló de su amigo.
-¿¡Tú también Nat!? –gritó el arquero.
-Vamos Clint. –animó Wanda. –No todos los días tienes la oportunidad de ver a un vengador disfrazado con una botarga de corazón flechado con una flecha de igual forma. –no aguantó más y se carcajeó del arquero haciendo que éste se ponga rojo de la vergüenza. -¡Te estás poniendo rojo! Así no podemos distinguir donde está tu cara. –y de nuevo comenzó a llorar por la risa. –Te hubiera quedado mejor cupido, con un pañalote.
Clint estaba disfrazado de corazón, sus brazos solo salían del codo hacía adelante, las piernas salían de las rodillas hacia abajo y cubría por completo su cabeza, solo había un hueco para que él que usara la botarga colocara su rostro ahí. Era de un color rojo pasión. La flecha tenía un corazón en la punta y otro al inicio de color rosa intenso, clavada de forma inclinada. -¿Cuándo aprenderé a cerrar la boca? –susurró para sí mismo el portador del disfraz.
-Ya es suficiente. –Habló el rubio líder atrayendo la atención de todos. –Thor, ya ve por Tony…
-Enseguida. –y de inmediato de dirigió al taller del castaño menor.
-No vayas a hacer nada estúpido Steve. –Barnes habló con burla recordando el evento anterior del regalo sorpresa. –Esta vez podrías matarlo de un susto.
-¿No tienes nada mejor que hacer? –preguntó el Capitán.
De inmediato el ambiente se tensó, otra vez comenzaba la rivalidad entre esos dos, los miembros del equipo estaban atentos por sí a esos súper soldados se les ocurría pelearse entre ellos. Pero ahora comprendían una cosa, sabían la razón del porqué siempre Bucky estaba al lado de Stark.
El Dios del Trueno llegó al taller del menor, no se encontraba cerrado con seguridad por lo que le fue fácil adentrarse al lugar, estando ya adentro comenzó a buscar al millonario con la mirada, empezó a recorrer el lugar mientras nombraba al menor.
De inmediato se detuvo al encontrar al menor en el piso junto con Dummy y un montón de vasos vacíos, solo esperaba que por lo menos estuviera vivo o que estuviese dormido. Caminó hacia él y se agachó para tocarlo. –Hey Tony, despierta. –le empujaba lentamente.
-Ay… -se quejó el ingeniero. –Me duele el estómago…
-¿Qué? ¿Por qué? –el rubio se confundió.
-Yo puedo responder a eso Señor Odison. –Habló V.I.E.R.N.E.S. –Mi señor ha ingerido una cantidad considerable de aceite para autos, lo más recomendable es que lo lleve al hospital a que le laven el estómago antes de que comience su digestión.
-¿Aceite para autos? –el Dios se extrañó por eso. –¿Por qué te tomaste eso Tony?
-V.I.E.R.N.E.S. debiste detenerme… -el castaño se quejó mientras se llevaba las manos a su estómago y se acurrucaba más en el suelo.
-Lo intenté señor.
-Stark… -le reprochó el mayor, quería respuestas.
-Te diré en el camino… ¿que no ves que me estoy intoxicando?
-De acuerdo. –el Dios suspiró y cargó a Tony al estilo nupcial. –¿Hace cuánto te tomaste eso? –comenzó a caminar.
-Como hace media hora.
-¿Y se puede saber por qué cometiste semejante idiotez? –se enojó.
-No pude evitarlo… -se acurrucó en los brazos de su amigo rubio. –No es necesario llevarme al hospital, Stephen se puede encargar de esto aquí en el complejo.
-¿Seguro?
-Sí, Hey querida, ¿Puedes llamar a Strange?
-Como ordene señor.
-Ahora Thor, ¿Serías tan amable de llevarme a mi habitación?
-Está bien. –el mayor se encaminó hacia la habitación del millonario, no fue necesario pasar por la sala, por lo que no se encontró con los demás, no solo eso, si no que con lo ocurrido se le había olvidado lo que el Capitán tenía planeado para el menor, llegó al cuarto del genio y la puerta fue abierta sola, cosa que sacó de onda al Dios, pero lo dejó pasar, se adentró a la habitación del menor y lo recostó en su cama. –Ahora si dime ¿Por qué ingeriste aceite para autos? –era natural que Thor se preocupara por sus compañeros.
-Si… pero te lo diré cuando todos me pregunten lo que pasó, así me evitaré más de un regaño. –se acurrucó el castaño en su cama.
-De acuerdo. –el rubio agarró una de las sillas de la habitación y la colocó cerca de la cama del menor por si sucedía algo. –Me quedaré aquí hasta que Strange venga.
-Gracias Thor.
Mientras tanto en la sala, todos los vengadores que estaban presentes se estaban comenzando a desesperar por la tardanza de Thor y de Tony.
-Pensé que sería fácil para Thor traer a Tony. –se frustró el Capitán.
-Me quiero quitar este estúpido disfraz. –maldijo Clint que se llevó una mano a su disfraz estirándolo. –Entre más pasa el tiempo más avergonzado me pongo, además ni siquiera me puedo sentar.
-Tal vez debería ir a ver. –Propuso el sargento, pero de inmediato sintió la mirada de Steve.
-Tú no vas a ningún lado Buck. –dijo serio el Icono de América, que se encontraba sentado en uno de los sillones individuales.
-¿Tú vas a obligarme? –el castaño le retó.
-Aquí vamos otra vez… -suspiró cansado Bruce por la situación.
-Una cena a que si se pelean gana Steve. –Apostó Natasha divertida, sentada de pierna cruzada al lado de Banner.
-Hecho… -Barton correspondió la apuesta.
-Yo digo que será un empate. –La bruja se unió a la apuesta.
Estaban a punto de llegar a una pelea, cuando un portal fue abierto dejando entrar a un hombre con barba de candado, ojos azules y cabello negro, vestido de azul oscuro y con una capa roja, sin mencionar el tremendo amuleto con forma de ojo que se cargaba como collar. –Buenas noches.
-¿Y tú eres? –preguntó James confundido. –Bonita entrada.
-Gracias, yo soy el Doctor Stephen Strange, también conocido como el Hechicero Supremo o maestro de las artes místicas.
-Vaya… -comentó Clint, a lo que atrajo la atención del presentado. –No es lo que parece, puedo explicarlo. –alborotó sus manos.
-No. Déjalo así… -le contestó serio el hechicero. –En fin, vengo a ver a Anthony.
-¿Para? –Steve rápidamente se puso a la ofensiva.
-Recibí una llamada de su I.A. pidiendo que me apresurara en venir puesto que Anthony se intoxicó con aceite para autos.
-¿Intoxicación con aceite para autos? –cuestionó Banner preocupado. -¿Y cómo es que…?
-Lo atenderé primero, supongo que debe de estar en su habitación. –finalizó y de inmediato desapareció dejando a todos atónitos.
-¿Es eso cierto V.I.E.R.N.E.S.? –preguntó Wanda que de igual manera estaba nerviosa.
-Así es. –contestó.
-¿Y por qué no nos dijiste? –esta vez preguntó Barnes, su voz sonaba ansiosa y temía por la salud del menor.
-El señor Odison se encargó de mi señor.
No se dijo nada más y todos los presentes se fueron rápidamente a la habitación del ingeniero, pero por accidente Nat empujó a Clint porque le estorbaba e iba muy lento haciendo que este cayera al piso sin poder levantarse y pidiendo ayuda para que lo auxiliaran para poder pararse, sin embargo fue ignorado y lo dejaron ahí tirado con el disfraz puesto maldiciendo, cuando llegaron se dieron cuenta de que Thor estaba esperando afuera.
-¿Qué pasó Thor? ¿Cómo está Tony? –preguntó Bruce preocupado.
-Sé lo que les explicó Strange. –y de ahí todos se dispusieron a esperar.
Minutos después la puerta de la habitación del castaño fue abierta, dejando entrar a todos, y ahí se encontraba Tony sonriéndoles como si nada hubiera pasado, estando a un lado de él, el hechicero.
-¿Esto no fue un intento de suicidio verdad? –se apresuró en preguntar Bruce.
-Eh… no lo fue. –se confundió el castaño menor por semejante acusación.
-¿Entonces? –cuestionó Steve quien se encontraba feliz de que su canelita estuviera bien, no lo pensó más y se acercó al menor para abrazarlo, James no se interpuso, esta vez, lo dejaría pasar solo por la situación.
-Lo que pasa es que… -se llevó una de sus manos a su cabeza, señal de que no sabía por dónde empezar. –Le estaba enseñando a Dummy a preparar malteadas y vaya que las hace muy sabrosas, tenía todos los ingredientes cerca para que las hiciera pero no me percaté de que el aceite estaba cerca de Dummy… -se rio bajito. –así que cuando me distraje para continuar con mi trabajo, él siguió preparando las malteadas de chocolate con su ingrediente secreto. –se burló. –Cuando posé de nuevo mis ojos en Dummy, ya había preparado como 10 vasos grandes de malteada, no quería herir sus sentimientos por lo que me tomé todas.
-¿Sabías que tenían aceite para autos? –preguntó incrédula Natasha.
-Pues… cuando iba por el quinto vaso me di cuenta porque V.I.E.R.N.E.S. me dijo.
-¿Y por qué continuaste bebiéndolas si lo sabías? –esta vez fue James quien le preguntó, ¿a quién se le ocurría continuar tomando las malteadas con aceite para autos sabiendo su contenido? Oh sí, solo al gran Anthony Edward Stark se le ocurriría semejante babosada.
-No pude evitarlo. –se encogió de hombros. –Estaban muy buenas… -se rio el castaño menor. –Y se me antoja otra.
Todos estaban estupefactos por lo que acababan de escuchar, ¿cómo era posible que alguien hiciera eso? Y para el colmo ya conocían a alguien, ¿No es grandioso? A veces se preguntaban cómo es que el millonario logró sobrevivir todo este tiempo, ah sí, con comida rápida a cada hora. Observaron al menor que solo se estaba riendo por la situación, y era obvio que lo iban a regañar.
-Gracias Stephen, ¿qué haría sin ti? –alagó el millonario.
-Sin mí, lo más probable es que ya estarías muerto. –se burló el hechicero.
-Debo admitir que lo hiciste muy rápido. –comentó Bruce.
-Soy el hechicero supremo, ¿Qué esperaban? –presumió. –ahora si me permiten, me retiro. –abrió otro portal y desapareció al instante.
-Gran sujeto… -comentó Tony, de inmediato se percató de las miradas que estaban sobre él, sabía lo que venía, así que se preparó mentalmente para lo que sucedería; un regaño horrible.
-Los maldigo a todos. –dijo Clint que seguía tirado en el suelo de la sala con el disfraz puesto, nadie se había acordado de él. –Yo y mi gran bocota…