La noche llegó, Steve y Tony estaban en la sala, sentados en el sofá, abrazados mientras veían una película que Rogers trataba de entender.
-¿Entonces esa chica está matando zombies? –dijo el capitán acariciando el cabello de Tony ya que éste tenía su cabeza recargada en las piernas del rubio. –Pero ¿Acaso los zombies no están muertos?
-No estás entendiendo el concepto, cap... –se fastidió Tony.
-Lo que digo es... ¿Cómo vas a matar algo que ya está muerto? –se confundió más el rubio. –No tiene sentido...
-Mejor veamos otra cosa... –Tony le cambió de canal a una serie; una policíaca.
Pasaron otro rato viendo la serie cuando Rogers habló de nuevo. –Que rápido resuelven los crímenes... ni un día se tardaron en atrapar al culpable.
Un tic en el rostro de Tony se hizo presente, "Por eso prefiero ver la tv con el mapache" pensó. –Paletita... hazle un favor a la nación y deja ver en paz la tv.
-Pero es que algunas cosas no tienen sentido. –se quejó.
-Tampoco tiene sentido Tokyo Ghoul :re comparado con el manga. –se cruzó de brazos el castaño. –Al menos para mí.
-No sé de qué estás hablando. –y el capitán como si fuera novedad no lo entendió.
-Olvídalo... –suspiró Tony. –Por cierto... ¿Dónde están todos? –miró a sus alrededores.
-No lo sé. –se encogió de hombros el rubio.
-¿Estás pensado lo mismo que yo? –el más bajo se reincorporó y se sentó sobre las piernas de su amante, abrazándolo por el cuello.
El Capitán sin pensarlo comenzó a besar el cuello de Tony. –Si te refieres a hacer el amor, si... –lo miró a los ojos y acto seguido devoró los labios del menor.
-Aquí y ahora, Steve... –sintió como el rubio lo recostaba en el sofá y se acomodaba entre sus piernas. –Quiero liberar a la capianaconda... –le sonrió.
-Tony... –le dijo suavemente.
Los dos héroes estaban haciendo de las suyas en la sala cuando la I.A. habló, pero fue ignorada olímpicamente. –Señor, tengo un mensaje del Doctor Strange, me pidió que lo disculpara por haber mandado a los vengadores a otra dimensión y haberlos dejado olvidados allá. –y los gemidos no se hicieron esperar. –Señor... los vengadores acaban de llegar les recomiendo que se vayan a la habitación... –ninguno le hizo caso.
Las puertas del ascensor se abrieron dejando entrar al resto del equipo, todos estaban cubiertos de la asquerosa sustancia viscosa, caminaron a la sala y lo primero que vieron y escucharon fueron los gemidos de Tony y los gruñidos de Steve en el sofá mientras el castaño abrazaba con sus piernas a Rogers por la cadera, además de escucharlos decir "muchas" cosas.
-¡En el sofá no! –gritó Clint alterado. –¡Ahí nos sentamos!
-Los midgardianos son tan cochinos... –se burló Thor.
-Ustedes nunca pierden el tiempo... –se enojó Wanda.
-Que galán, Steve. –habló Bucky con una sonrisa. –Y tú Tony... que atrevido. –le guiñó el ojo, acción que no le gustó al Capitán.
-¿Ya puedo abrir los ojos? –preguntó Banner tapándoselos con las manos.
De repente Natasha tomó varias fotos encandilando a Steve y a Tony. –¿Creen que reciba buen dinero por estas fotos? –sonrió con malicia la pelirroja.
Steve se avergonzó. –L-lo sentimos... ahora... ¿Pueden retirarse para que Tony y yo nos vistamos? –sonrió con nerviosismo.
-Pensé que nos pedirías que nos fuéramos para que ustedes terminaran... –dijo Bucky con algo de burla.
-¡Esta es mi Torre! –gritó Tony enojado. –¡Y si se me pega la gana tener sexo en la sala lo haré!
-¡Tony! –los colores se le subieron más a la cabeza al capitán.
Los demás miembros del equipo se fueron riéndose y algo estupefactos por lo que presenciaron y, antes de que Bucky saliera de la sala en dirección a su cuarto se detuvo. –Ya pueden terminar... solo no hagan tanto ruido. –se fue.
-Mi especialidad es el ruido... –Tony lo vio como un reto.
-Ay Dios... –suspiró Steve, esta iba a ser una larga noche.
FIN