Noveno día en que el gran Capitán América estaba de misión, las cosas en el complejo de los vengadores eran extrañas y tensas, todos sabían la razón a excepción de los dos castaños involucrados, y a pesar de que ambos les preguntaban a sus compañeros, simplemente los ignoraban o los mandaban al carajo, sin duda era extraño para ese para de castaños que no sabían nada, sin embargo pensaron que era normal o que estaban estresados, en otras palabras no le tomaron importancia.
Dentro del taller se encontraba Stark y Barnes, hablando sobre cualquier cosa que se les ocurría, haciendo comentarios sobre el otro, sobre sus compañeros, o como muchas personas hacen, criticar a los demás.
-Cambiando de tema Anthoska. –comenzó Barnes que estaba sentado en el sofá color café que se encuentra en el taller, no se perdía ningún movimiento del contrario, no vaya a ser que por un descuido el menor se mate como hace un par de días en donde casi se mata por menso, claro que no lo permitiría, Bucky cuidaría de Tony con su vida si fuese necesario de lo contrario Steve lo mataría y vendría siendo lo mismo. –¿Ya lo terminaste?
-Así es, ya está listo. –Tony que estaba con el soplete y con la máscara puesta para protegerse el rostro trabajando en lo que parecía un hermano para Dummy (Nota: creo que así se llamaba el robot, si no es así por favor háganmelo saber), en cuanto escuchó al soldado se detuvo y levantó la protección para contestar. –Será una gran sorpresa.
-Por cierto, recibí una llamada de Steve. –el mayor se encogió de hombros.
-¿Por qué te llamó a ti y no a mí? –se confundió el ingeniero.
-Me dijo que intentó llamarte pero que no entraba la llamada.
-Pero no lo escuché, ¿Qué habrá pasado? –se levantó de donde se encontraba dejando el soplete en la mesa de herramientas junto con la máscara para después tomar su botella con agua y comenzar a tomarla despreocupado.
-Señor. –Le llamó V.I.E.R.N.E.S –Yo puedo contestar a su pregunta.
-Bien, te escuchamos. –contestó el millonario.
-El Capitán Rogers si intentó marcarle pero su celular no ha estado cargado desde hace dos días.
-Oh… no me di cuenta. –dejó la botella en la mesa. –Como sea ¿Qué te dijo?
-Me dijo que hoy en la tarde regresaba y que te extrañaba mucho, me pidió que te dijera te amo. –finalizó Bucky como si nada.
-…Okay… -el millonario se confundió pero después solo rio bajito por lo anterior dicho.
-¿De qué te ríes? –se extrañó de la nada.
-Olvídalo… me acordé de un chiste… -dijo con una sonrisa juguetona, se encaminó de nuevo a su trabajo.
-Ya veo, en fin me dormiré un rato… -se levantó del sillón y caminó hacia la salida. –¿No importa que me vaya a mi habitación a descansar? –preguntó cordial.
-No te preocupes, nos vemos al rato. –continuó trabajando.
-Y no te preocupes, lo tendré listo para cuando llegue.
Los demás vengadores ya estaban enterados de que el Capitán América regresaba de su misión, sabían que llegaría cansado y abrazaría al filántropo como lo más valioso, sin siquiera estar enterado de que el millonario andaba acostándose con su mejor amigo, claro que no, no es justo, nadie se merece algo así.
Todos estaban en la sala a excepción de James que estaba dormido en su cuarto y de Tony que se encontraba en el taller, los vengadores estaban esperando que el líder del equipo llegara para hablar con él, ¿Cómo carajos iban a decirle algo como eso?
Pasaron algunas horas y para matar el tiempo veían la televisión, dieron las 5 de la tarde y con eso se escuchó las puertas del ascensor abrirse en el piso, de inmediato apagaron la televisión y esperaron a que la persona que había llegado entrara a la sala. Se comenzaron a escuchar los pasos dirigiéndose a donde se encontraba el equipo. Rogers por fin había llegado.
-Hola chicos. –saludó Steve, venía algo cansado y con la ropa un poco malgastada, se detuvo a la entrada de la sala observando a sus compañeros con una sonrisa pero al ver el rostro serio de los demás, sabía que algo andaba mal. –¿Qué sucede?
-Steve… -comenzó Nat. –¿Podrías tomar asiento? –una vez preguntado el Capitán obedeció y se dirigió hacia uno de los sillones individuales para sentarse, algo andaba mal y al rubio líder no le agradaba para nada.
-¿Algo pasó en mi ausencia? –cada vez más el Capitán sentía que se le revolvían las tripas de tanta tensión.
-Verás, se trata sobre Stark. –Dijo Clint con una mirada seria y cruzado de brazos.
-Oh por Dios, ¿¡Le pasó algo!? –preguntó desesperado y levantándose de su asiento.
-No le pasó nada, cálmate Steve. –Intentó Bruce agitando levemente las manos en clara señal para que Steve se relajara.
-Entonces ¿De qué se trata todo esto? –ya estaba más calmado y volvió a tomar asiento.
-Tony te está engañado… -Soltó Thor sin delicadeza, ya no se lo podía aguantar.
-¿Q-qué? –tartamudeó el Capitán, sin duda la noticia le cayó como agua helada.
-Tenemos nuestras razones para creerlo. –Confirmó Wanda.
-¿Con quién? –preguntó enojado Rogers.
-Con Barnes… -finalizó Natasha con un semblante triste. –Lo siento amigo.
-¿¡Por qué creen eso!? Estoy seguro que Tony no me sería infiel y mucho menos con Bucky… -su voz sonaba triste y algo quebrada, el Capitán no lo podía creer.
-Los escuchamos tener relaciones en más de una vez, todos lo hicimos. –concluyó Barton, recargado desde una de las paredes de la sala viendo tristemente a su amigo, el arquero estaba completamente seguro que Steve ama a Tony y con esto su mundo se derrumbaría y le costaría trabajo volverlo a armar.
-No puedo creerlo… -Rogers se llevó una mano a su frente, no dejaba de contemplar el suelo. -¿Dónde está Tony? –preguntó si más con un tono que era difícil descifrar.
-Steve… -le llamó Wanda preocupada.
-¿Dónde está?
-Debería estar en el taller. –comentó la espía, y en cuanto terminó de hablar el Icono de América se levantó del sillón y caminó con dirección al taller ignorando olímpicamente a los demás miembros del equipo.
Stark se encontraba en su taller trabajando muy agusto cuando escuchó a V.I.E.R.N.E.S. avisándole que el Capitán se encontraba afuera del taller pidiendo permiso para entrar a lo que el castaño accedió.
-Hola cariño. –comenzó el millonario dejando lo que estaba haciendo para dirigirse hacia su pareja y recibirlo con un abrazo y un beso, pero en cuanto estuvo lo suficientemente cerca del rubio éste se opuso alejándolo con firmeza. –¿Steve?
-Nunca debí confiar en ti. –dijo seco y con odio.
-¿De qué estás hablando? –se confundió el castaño. –No entiendo.
-Hazte el que no sabes Stark, solo eres escoria de la humanidad, una persona que ni siquiera debería de existir… no sé cómo me rayos me pude enamorar de alguien como tú. –el coraje se notaba en cada palabra que decía, el Capitán no iba a permitir que nadie se burlara de él de esa manera, no señor.
La voz del castaño comenzaba a quebrarse y sus ojos a humedecerse, su respiración se estaba volviendo agitada y sentía que en cualquier momento caería de rodillas al suelo. –St-steve… -No lo soportó más y las lágrimas comenzaron a fluir por su rostro rápidamente. -¿Por qué dices eso? No hi-hice nada como pa-para que me hables así….
-¿Oh no hiciste nada? –preguntó con sarcasmo. -¿Por qué no te vas acostar con el primer tipo que veas? De seguro solo te gusta eso, ¡pareces una piruja!
-¡Ya cállate! –el menor no iba a seguir soportando que el rubio le insultara de esa manera y a pesar de que las lágrimas nunca cesaron se controló para terminar de hablar. -¡Yo jamás te sería infiel! Dejé mi lado playboy desde que me enamoré de ti, me esforcé por ti y…, Eres… ¡eres un idiota! ¿Sabes qué? ¡Terminamos!
-¡Bien! –afirmó enojado el rubio. -¡Ni quién quiera estar con alguien como tú!
-¡Vete a la mierda Rogers! –el menor soltó con ira y se encaminó a la salida del taller, se fue con dirección a su cuarto.
El rubio se quedó de pie, claramente estaba frustrado y más que nada enojado, pero aun así, se arrepintió de decirle todo aquello al ingeniero, a pesar de lo que hizo no merecía que le hablara así, pero ya era tarde, lo hecho, hecho esta.
La noche llegó y con esto la cena también, todos estaban reunidos con excepción de Tony que se encontraba encerrado en su habitación, la tensión que se notaba era fuerte, el líder de los vengadores traía una cara de pocos amigos, así que los demás sacaron por conclusión que Steve y Tony ya habían hablado, y por cómo se veía la situación no había terminado nada bien.
El Soldado de Invierno hizo su aparición, atrayendo la atención de todos, caminó hacia su lugar con disposición para comer. –Siento llegar tarde chicos, pero tuve que arreglar unas cosas. Que bueno que regresaste bien Steve, Tony te extrañó demasiado, además él… -alguien le interrumpió.
-Maldito hipócrita… -las palabras sonaron con veneno, fueron dichas por Wanda que estaba más que enojada.
-… -James pareció reflexionar aquello, mirándola con esos ojos curiosos queriendo encontrar una razón para haberle dicho así. –¿Te hice algo?
-¿Y todavía lo preguntas? –Natasha usó el sarcasmo muy fríamente.
-No entiendo… -Afirmó Barnes que estaba sentado en su lugar, confundido por la situación.
-¿¡Por qué no te vas a revolcar con Stark!? –Steve ya no lo soportó más y explotó lleno de furia, se sentía traicionado. -¿Cómo rayos pudiste hacerme esto Bucky?
-¿¡Qué!? –se exaltó el Soldado. –¿Acaso crees que Tony te fue infiel conmigo? ¿¡En serio!? –estaba a punto de golpear el rostro de su mejor amigo.
-Te escuchamos tener sexo con él Barnes. –Añadió el Dios del Trueno.
-¡Espérense! ¡Carajo! –gritó enojado el castaño. –Eso jamás pasó…
-Explícate… -suspiró Bruce cansado por la situación.
-Primero ustedes díganme ¿por qué causa, razón, motivo o circunstancia creen eso? –el sargento ya estaba más calmado.
-Como ya mencionamos, los escuchamos. –Afirmó Barton que hasta el momento se había quedado callado.
-¿Y a qué hora? Si nunca hicimos nada…
-De acuerdo. –comenzó a Bruce. –Te describiré la situación a ver si así lo recuerdas… -Rápidamente el Soldado de Invierno le prestó atención al científico y el Capitán también se dispuso a escuchar ya que quería saber cómo se dieron las cosas, mientras los otros solo tenían una mirada de decepción y de enojo.