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Un Príncipe Enamorado por Emmyllie

[Reviews - 35]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del capitulo:

Muchísimas, pero muchísimas gracias por sus hermosos e inspiradores reviews a:

VidelFujoshi

C Lehnsherr

Nishikata

Se puede acaso ser más dulce que ustedes?? Son amor del bueno chicas!! Me inspiran y motivan a dar todo de mí en cada capítulo ^-^ Si este fic es lo que es es gracias a su apoyo <3

 

Aquí la canción que se menciona ^-^

https://www.youtube.com/watch?v=b3oiLSvEgAw

Espero les guste!! <3

Capítulo 6: Formando Lazos

Era el segundo período del día y tocaba laboratorio. Como cada viernes, el profesor dejaba a cargo a su mejor alumno para reemplazarlo. La asistencia era obligatoria y, aunque todavía se sentía algo agotado, Vegeta no tuvo más remedio que ir, obligado claro por un muy alegre Kakarotto que se negó terminantemente a que faltara. Como él estaba a cargo de impartir la clase, pues era el mejor promedio en biología, fue imposible evitar que lo arrastrara hasta el salón, más aún sabiendo que era su último deber del día y después de eso irían a relajarse un rato a la cafetería para decidir qué hacer esa noche, sólo para salir un poco de la estresante rutina escolar.

Por alguna razón al príncipe le llamaba mucho la atención tener al de cabellos alborotados a cargo, ya que su aire jovial e infantil contrastaba mucho con la seriedad que se obligaba a mantener para explicar la materia; esto hacía que su lado más atractivo saliera a flote, despertando sensaciones poco explicables en el inexperto corazón del saiyajin de estátus real. Notaba como todas sus compañeras prácticamente babeaban mirándolo, lo cual le divertía demasiado, pues sabía que Kakarotto sólo las veía como personas sin importancia que coexistían con él en un mismo planeta. Y no comprendía por qué exactamente, pero saber esto le causaba una satisfacción enorme, haciendo incluso que no pudiera evitar sonreír maliciosamente de vez en cuando.

–El informe completo sobre división celular se entrega a más tardar a finales del próximo mes, pero tendrán que traerme un avance todos los viernes hasta que se cumpla el plazo límite– explicaba Goku, proyectando una diapositiva en la pizarra con la rúbrica de la tarea que debían hacer. –Los avances de la investigación se evaluarán con puntos acumulativos, que les servirán para subir el puntaje de su calificación final– el azabache apagó el data y lo desconectó de su portátil, justo cuando el reloj marcaba las doce, dando fin al laboratorio. –Cualquier duda que tengan, me la hacen saber; todos saben dónde encontrarme– sonrió encantador, apoyándose distraídamente en el pupitre donde su compañero estaba sentado. –Nos vemos la próxima semana, chicos. Pueden irse.

El ruido típico de mochilas cerrándose, sillas moviéndose y conversaciones siendo retomadas, se escuchó apenas Goku terminó de hablar. Vegeta cerró el cuaderno tras un suspiro hastiado, levantándose y guardándolo dentro de su mochila. Miró hasta donde su compañero de cuarto estaba, frunciendo el ceño al observar a un trío de chicas acercándosele para preguntarle estupideces sobre algo que de seguro ya sabían, pero que usaban como pretexto para obtener aunque fuera un poco de su completa atención.

Les lanzó una mirada fulminante, gruñendo por lo bajo. Y sin más abandonó el aula, seguro que, de quedarse, el trío de mujeres vulgares esas no sobrevivirían para contarlo.

~~~

–Compremos algo y reunámonos en la habitación en desuso del cuarto piso– propuso Bulma, mientras caminaban tranquilos a través de las verdes inmediaciones de la escuela. –Podríamos invitar a Goten y Trunks también, de seguro se llevarán excelente.

Kyabe miró a Vegeta, notándolo algo retraído. Desde que se encontraron afuera del aulario, cargaba una cara de pocos amigos impresionante. De hecho le sorprendía bastante que hubiera accedido a estar con alguien más a parte de él, pero al recordar lo persuasivo que llegaba a ser Kakarotto, no pudo más que bufar por lo bajo, sintiéndose horriblemente celoso con la estúpida conexión que se hacía cada día más evidente entre esos dos.

–Me gusta la idea– apoyó Goku, sonriendo entusiasmado. –¿Qué opinas tú, Vegeta?

–Como sea– le respondió cortante, cruzándose de brazos estoico. –Hagan lo que quieran.

Bulma frunció los labios en un moín exasperado, atreviéndose a darle un golpe suave en el brazo para demostrar su enojo. El príncipe la miró con ojos asesinos, levantando una mano, formando una pequeña esfera de ki con la que le apuntó, sonriendo con maldad.

Por inercia la chica retrocedió, ocultándose asustada detrás de Goku.

Al ser hija del Doctor Brief, quien a parte de ser el fundador de la escuela, era también el más grande científico del mundo, la joven de cabellos azules estaba en conocimiento de que tanto Vegeta como Kyabe eran saiyajines. Al prácticamente criarse con Goku, quien pertenecía a dicha raza también, no había sido ninguna sorpresa para ella la noticia. Así fue que el príncipe y su súbdito se enteraron de que el Doctor Brief había diseñado una máquina especializada para potenciar el entrenamiento de la especie, la cual por supuesto el de cabello alborotado ya había utilizado más de una vez. Esa era la razón por la que tenía tan alto nivel de pelea y, por supuesto, el príncipe no desperdiciaría la oportunidad de probarla también. Ya había hablado con el hombre y éste le había asegurado que fabricaría una cámara de gravedad a su medida, para así ayudarlo a ejercitar su poder y al mismo tiempo favorecer el control sobre el mismo.

–No seas vulgar, mujer– escupió Vegeta, disfrutando del temor en sus ojos. –Y jamás vuelvas a tocarme, a menos que quieras que eso sea lo último que hagas antes de morir.

–¡Eres una bestia!– le gritó Bulma, pasando del miedo a la furia rápidamente. –¿Por qué no actúas más como Goku? ¡Él sí es un saiyajin noble y gentil! No como tú, que eres un…

-Señorita Bulma– la interrumpió Kyabe, sujetándola del brazo. –Le pido por favor que no se refiera de esa forma tan despectiva al príncipe Vegeta. De lo contrario, me veré obligado a aplicar medidas drásticas y créame… ni usted ni yo queremos que eso suceda.

La chica quedó en shock, al ver como aquél muchacho tan adorable, pasaba de la dulzura máxima en sus ojos a una amenaza que, de concretarse, sabía que sería letal.

Vegeta sonrió alagado, dedicándole a su soldado una mirada tan genuinamente agradecida, que hasta Goku se sintió celoso y enojado al no ser él el blanco de la misma.

–Creo que los tres deberían calmarse– habló el de cabello alborotado, tratando de mitigar esa sensación tan desagradable en su pecho con una sonrisa suave. –Vamos a comer y ahí terminamos de planificar algún buen panorama, ¿están de acuerdo?

Todos asintieron, unos más resignados que otros, dirigiéndose a la cafetería a almorzar.

~~~

Ya los cuatro ubicados en una mesa, continuaron hablando sobre qué harían en la noche. En eso, alguien se acercó con cierta vergüenza, mirando en especial al saiyajin menor.

–Hola– saludó, mostrando una sonrisa tímida. –Kyabe, ¿terminaste los ejercicios?

El aludido asintió, dejando su soda en la bandeja y abriendo su mochila, para sacar su cuaderno de álgebra y entregárselo al recién llegado.

–Ahí están, Tarble– le sonrió, ruborizándose imperceptiblemente. –Si quieres los revisas.

El nombrado asintió, aceptando la invitación de Bulma para acompañarlos a almorzar.

Vegeta tenía los ojos fijos en él, analizando meticulosamente sus facciones. No sabía por qué, pero algo en ese chico se le hacía perturbadoramente familiar. «Debe ser un saiyajin también…» Pensó, autoconvenciéndose de que esa repentina curiosidad, radicaba sólo en un llamado natural al ser de la misma especie.

–¿Te gustaría asistir a nuestra reunión en la habitación en desuso del cuarto piso hoy en la noche, Tarble?– le preguntó Bulma sonriendo, mientras sorbía de su jugo. –Irá Goku, Kyabe, el amargadito de Vegeta…– éste gruñó, fulminándola con la mirada en obvia amenaza. –Trunks, Goten y yo. ¡Será genial! ¿Te apuntas?

–Claro…– aceptó el aludido, sonriendo dulcemente. –Me encantaría.

La joven Brief soltó un chillido emocionado, marcando en su móvil el número de sus amigos que aún no invitaba, pero que estaba segura de que asistirían.

Tarble sintió sobre él la mirada de Vegeta, por lo que lo miró también. Ambos reconocieron entre ellos algo familiar, sin embargo fueron incapaces de explicarse qué era o entender por qué estaba ahí. Por alguna razón sentían curiosidad por saber más del otro, por lo que no costó mucho que entablaran conversación. En cuestión de minutos ya hablaban fluidamente, bajo el yugo de una comodidad que parecía su real.

Incluso Kyabe se sorprendió ante esa especie de complicidad que nació de la nada entre ellos, provocando en su pecho una abrumadora intriga que, más allá de molestarle, lo dejaba en un estado de expectación total.

~~~

A las nueve de la noche, se reunieron en la famosa habitación en desuso del cuarto piso, la cual, al igual que todos los dormitorios, estaba abastecida con dos camas y un clóset. La única variable era que en una de las paredes tenía una enorme televisión plasma, además de un equipo de música y dos consolas de videojuegos. Más que inutilizado, parecía un cuarto de recreación, al que Bulma tenía acceso esclusivo por obvias razones.

Antes de llegar, compraron provisiones tales como pizza, sushi, frituras, packs de sodas y cervezas. La chica de cabello azul puso música para ambientar y entre todos acomodaron cojines sobre la alfombra que cubría el suelo del cuarto, corriendo las camas y sentándose en un círculo entre estas, con los comestibles y bebidas acomodados estratégicamente en la mesita de noche..

Resultó que los famosos Trunks y Goten eran estudiantes también de último año, con quienes ni Vegeta ni Kyabe habían coincidido nunca. El primero era un joven de cabellos lilas, ojos azules y cuerpo bien tonificado; mientras que el otro era un pelinegro de ojos de igual color, sonrisa encantadora y personalidad casi tan infantil como la de Goku.

Pero lo que más sorprendió tanto al príncipe como a su soldado, fue que eran una pareja más que establecida. Según les habían contado, llevaban más de un año siendo novios y, para incomodidad de Vegeta, eran sumamente abiertos a la hora de demostrar sus sentimientos. No llevaban ni diez minutos allí y ellos ya se habían besado sin pudor alguno, sin contar que a la más mínima oportunidad que tenían se hacían arrumacos.

Los acompañó también un chico llamado Piccoro, quien era jugador al igual que Kakarotto en el equipo de Básquetbol. De lejos se veía que era alguien de carácter tranquilo y daba la impresión de ser la típica persona con criterio suficiente para ser la voz de la razón en momentos críticos.

Y por último estaban Krillin y su novia Lazuli, quien por alguna razón extraña prefería ser llamada Dieciocho. A simple vista eran la típica pareja dispareja, pero si prestabas atención, se notaba a leguas que se amaban con el alma.

Cada uno tomó una bebida según su preferencia. Goku, Vegeta, Tarble y Krillin se sirvieron Coca-Cola; Kyabe, Goten, Dieciocho y Bulma Spritte, mientras que Trunks y piccoro prefirieron una lata de cerveza.

Comenzaron a hablar de trivialidades, buscando sólo conocerse un poco mejor.

–¿Qué actividad extracurricular eligieron?– preguntó Trunks a Vegeta y Kyabe, observándolos con intriga.

–Artes marciales y música– contestó Vegeta sin mucho interés, comiéndose con suma despreocupación un trozo considerable de pizza.

–Igual artes marciales y ajedrez– dijo por su parte el pequeño, bebiendo de su vaso un tanto cohibido.

–¿Qué instrumento escogiste, Vegeta?– inquirió Goten, sonriendo entusiasta.-Yo también tomé música este año y obté por la guitarra, porque me ha gustado tocarla desde niño.

–Eh… la voz, supongo– le respondió, sintiéndose levemente incómodo con tantas miradas sobre él.

 –¡Oh, eso es genial!– se emocionó Bulma, parándose y llendo hasta la televisión. –Podríamos hacer un poco de karaoke, así nos demuestras tus dotes como cantante..

–Apoyo la moción– sonrió Goku, bastante entusiasmado con la idea de oír a Vegeta cantar, ya que era una faceta de él que no conocía y le causaba un interés particular.

–Ni sueñen. No haré eso– se negó terminantemente el príncipe, acabándose de un solo mordizco el pedazo de piza que comía y fulminando a Kakarotto con la mirada por secundar semejante tontería.

–¿Y si yo toco, mientras tú cantas?– lo animó Goten, dedicándole una persuasiva mirada.

Vegeta negó, la incomodidad y la vergüenza elevándose a niveles insoportables.

Durante diez minutos estuvieron fastidiándolo para que aceptara, poniendo en jaque su prácticamente nula paciencia. Hasta que con un gruñido hastiado no pudo más que resignarse a ceder, todo con tal de que dejaran de asediarlo con sus estúpidas caras suplicantes y sus “Por favor, Vegeta, por favor” que estaban a punto de volverlo loco.

–¡Sí!– exclamó eufórica Bulma, mientras Goten tocaba acordes al azar en su guitarra y el saiyajin de élite se sentaba al frente de él, luciendo más que fastidiado.

–¿Conoces Boulevard Of Broken Dreams de Green Day?– quiso saber el novio de Trunks, comenzando a reproducir en su guitarra la introducción de dicho tema musical.

–¿Quién no?– ironizó el mencionado, más resignado que interesado.

Goten sonrió y retomó los acordes de la canción, deslizando hábilmente sus dedos por las metálicas cuerdas. Así fue como todos prestaron completa atención, expectantes a esa inesperada, pero fascinante demostración de talento por parte de sus compañeros.

Llegó el turno de acompañar a la guitarra con la voz y cuando la primera estrofa salió de labios de Vegeta, tanto Goku como Kyabe sintieron que se les revolvía el estómago de la emoción, además del notorio embelesamiento que su perfecta entonación les produjo. Su voz era hermosa, potente y afinada, y más allá de sólo cantar, era capaz de transmitir de manera prolija cada sentimiento que la canción expresaba.

Camino por una carretera solitaria,

la única que alguna vez he conocido;

no sé a dónde va, pero está bajo mis pies...

Y camino solo.

camino por esta calle vacía,

en el bulevard de los sueños rotos,

donde la ciudad duerme,

y soy el único

Y camino solo.

Camino solo…

Fueron tres minutos donde todos observaban hipnotizados como la destreza para tocar guitarra de Goten y la habilidad innata del príncipe saiyajin al cantar les transmitía una paz infinita, emocionándolos casi hasta las lágrimas. Era simplemente una manifestación de talento innegable, la cual ni en sus más locos sueños pensaron presenciar alguna vez.

~~~

–Juguemos algo– sugirió animada Bulma, tras pasado el embobamiento anterior, sorbiendo educadamente de su vaso y estirándose para alcanzar un corte de sushi relleno de camarón y envuelto en queso filadelfia.

–Buena idea– concordó Goten, apoyándose en el hombro de su novio y dándole una mordida al trozo de pizza que recientemente había sacado de la caja. –¿Qué propones?

Los demás asintieron en acuerdo, disfrutando de sus bebidas y alguna que otra fritura.

–Qué les parece… ¿Verdad o reto?– propuso ella, dejando el vaso en el suelo y cambiando de canción con el mando a distancia.

–Que poca originalidad tienes, mujer– se burló Vegeta, rodando los ojos y cruzándose de brazos en gesto aburrido. –Incluso yo sé que ese no es más que un triste juego de niños.

–No lo es, si sabes cómo hacerlo interesante– intervino Trunks, sonriendo juguetón y captando enseguida la atención de todos, al abrir su mochila para sacar de su interior dos botellas de licor, una de vodka y otra de whisky.

–Continúa…– lo instó Piccoro, apoyando la espalda en una de las camas y viéndolo interesado, aunque con cierto recelo oculto en su mirada.

–Es simple; por cada vez que evadamos una pregunta o un reto, deberemos tomar un vaso a tope de vodka o whisky, independientemente de la penitencia que nos obliguen a hacer– explicó Trunks, aún con la sonrisa traviesa trazada en sus labios.-¿Se apuntan?”

–Suena bien– admitió Tarble, luciendo bastante cautivado por la idea.-Cuenta conmigo.

–Conmigo también– habló Goten, besando tiernamente su mejilla. –Eres un genio, amor.

El oji-azul tomó sus labios en un beso suave, rodeando posesivamente su cintura.

–Búsquense un hotel– bromeó Goku, observando de reojo la incomodidad de Vegeta.

Ellos lo miraron y le levantaron los dedos pulgares, sin deshacer el abrazo que los unía.

–Igual me apunto– rió la joven Brief, no perdiendo la oportunidad de sacarles una foto.

–También yo– añadió Kakarotto, acercándose discretamente a su compañero de cuarto.

–De acuerdo, jugaré tu extraño juego– aceptó resignado Piccoro, presintiendo que las cosas se descontrolarían más que un poco apenas comenzaran a jugar.

Krillin y Lazuli aceptaron también, sintiéndolo como una oportunidad para pasar un buen rato en compañía de sus amigos.

–¿Qué dicen ustedes dos?– Preguntó el pelilila, mirando intensamente a Vegeta y Kyabe.

Ambos intercambiaron miradas indecisas, no muy seguros de participar de un juego cuyas reglas eran así de atrevidas e intensas. Con la nula sociabilización del joven príncipe y la impuesta timidez de su pequeño súbdito, no sabían a ciencia cierta qué esperar. Pero la curiosidad le ganó por mucho a sus dudas y terminaron aceptando, sin siquiera imaginar la cantidad de consecuencias futuras que aquello les traería.

Notas finales:

Ufff bueno... no sé qué decir del capítulo. Sólo que no sé qué me fumé para que saliera tan extraño XD

Espero les halla gustado, porque a pesar de haber tenido días fatales... le puse todo el amor para que saliera bien ^^

Aunque no sé...

De pronto pensar en Vegeta cantando me ganó y salió esto XD

No sé ni qué digo, sigo algo fumada jajaja

No es cierto, es sólo que he dormido pésimo estos días por culpa de la uni... pero bueno, gajes del estudiante (?)

 

Toda opinión, sujerencia, etc. que tengan me la hacen saber en un rw ok??

El botoncito no muerde mis amores XD

Gracias por las más de 380 lecturas!! Son lo más ^-^

 

Próxima actualización: viernes 27 de abril :)

Nos vemos entonces ^-^

Ciao!!~


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