Cuando los ojos re Uruha finalmente se abrieron, Reita suspiró aliviado y le pasó la mano por la frente, el guitarrista lo veía confundido y con los ojos entrecerrados por la molesta luz del sol que lo cegaba. El bajista le sonrió dulcemente, ayudándolo a sentarse, Uruha lo miró nuevamente, casi molesto, pero sacudió la cabeza y se restregó los ojos para ver con más claridad.
- ¿Qué estás haciendo aquí Reita? – preguntó de forma cansada
- Te desmayaste, yo te traje – le devolvió las llaves del departamento – decidí quedarme junto a ti hasta que te despertaras
- Está bien, sólo quería saber – se sujetó la cabeza con ambas manos y lanzó un suspiro
- Te traeré un calmante… – se apresuró Reita casi corriendo al botiquín del baño y volviendo con la pastilla y un vaso de agua
Uruha la tomó sin decir nada y le agradeció vagamente, se quedó mirando las marcas de Reita y sus propias marcas y su rostro se tornó triste, bajando la cabeza al recordar todo lo que había pasado, todo lo que había olvidado por esos gloriosos momentos que duró su sueño. Reita se sentó a su lado y lo abrazó repentinamente y con fuerza.
- Lo siento tanto Uruha, yo nunca quise que esto terminara así… ¿qué puedo hacer para que me perdones?
- Nada – musitó y Reita lo soltó afligido, el guitarrista se corrigió tomándole el mentón – yo te dije que ya te perdoné
- No puedes hacérmela tan fácil, merezco ser tu esclavo por el resto de tu vida por lo que te hice – se lamentó el bajista – Uruha por favor, no lo dejes así, pídeme algo, cualquier cosa…
- Vete a casa, descansa, revisa tus heridas y déjame en paz, no tienes que hacer nada por mí – respondió bastante molesto, no le gustaba la idea de hacer sentir culpable a su amigo
Reita negó con la cabeza y volvió a abrazarlo, casi llorando en el hombro de Uruha, el guitarrista lo abrazó también y cerró los ojos, apoyando su cabeza en el otro y suspirando. El bajista lo soltó lentamente y le tomó los hombros, mirándolo sinceramente, Uruha le esquivo la mirada y volvió a suspirar sonoramente.
- Está bien, te dejaré hacer algo por mí – le dijo suave
- Lo que quieras amor
- No me digas así, me recuerda a cuando estábamos juntos – se molestó
- Lo siento – musitó Reita y volvió a mirarlo - ¿qué quieres que haga?
- No juegues con Ruki – contestó seriamente – tu juego lo está confundiendo, y lo estás lastimando, juega despacio, a Ruki no le gusta que lo apresuren… – lanzó un pequeño resoplo y entristeció la mirada – Él te ama, lo sé, pero lo que haces lo asusta, tienes que ir despacio o sólo conseguirás que huya de ti
- ¿Qué debo hacer? No puedo aguantar más, lo quiero para mí lo más pronto posible – dijo en un tono desesperado
- Con más razón debes esperarlo, sinceramente, Ruki no confía en ti, y ahora menos después de lo que me hiciste, si quieres que confíe, demuéstrale que puedes estar con él sin tener la necesidad de violarlo
Reita no respondió, un maremoto de pensamientos chocaban en su cabeza, sabía que Uruha tenía razón, pero cómo sofrenar el impulso desesperado que nacía de él cada vez que estaba cerca del pequeño vocalista, no había forma de manejarlo.
- ¿Y tú que vas a hacer? – le preguntó tímidamente
- Aoi está desesperado por estar conmigo, él mismo me lo dijo – esbozó una pícara sonrisa – no te preocupes, ya tengo todo resuelto…