Ruki aceleró el paso considerablemente al sentir el motor del auto detrás de él, pero antes de que pudiera cruzar la calle, Reita le estacionó en frente y le abrió la puerta.
- No seas ridículo Ruki, sube – le dijo mirándolo seriamente
- Déjame en paz – exclamó el vocalista preparándose para cruzar pero una horda de adolescentes que venía de frente lo distrajo
- ¿Posibles fans? Sube de una vez, ¿quieres?
Ruki miró a ambos lados y se subió molesto, cerrando la puerta rápidamente, Reita sonrió complacido y aceleró nuevamente.
- No lo tomes como un triunfo personal, no me quedaba otra – refutó Ruki mirando molesto por la ventana
- Admítelo, te morías de ganas de subirte de nuevo – bromeó el bajista y le acarició la cabeza
Esta vez fue directo a la casa de Ruki, sin hacer trampas, lo cual sorprendió un poco al vocalista. Pero Reita había prometido que iría lento para no asustar a su adorado cantante, así que simplemente estacionó y le abrió la puerta dulcemente desde adentro. Ruki no dijo nada y se bajó lentamente, cerrando al salir, pero cuando estuviese frente a la puerta del edificio y sintiera como el auto de Reita se ponía en marcha nuevamente, se volteó apresurado y corrió hacia él, apoyándose en la ventanilla abierta del bajista.
- ¿Qué ocurre? – preguntó este confundido
- ¿Quieres subir? – habló agitadamente el otro mientras lo miraba avergonzado
Reita sonrió y detuvo el auto, bajándose y rodeando la cintura del vocalista, robándole un largo beso que el otro no evadió antes de entrar en el edificio.
Aoi acariciaba mecánicamente su guitarra, adorándola con la vista y con sus manos que pasaban suavemente por cada cuerda haciéndola sonar delicadamente. Kai estaba frente a él, con unas cuantas partituras en sus manos, leyéndolas sin leer, entretenido en sus propios pensamientos. Uruha estaba junto a Aoi, fumando un cigarrillo mientras sus dedos bailaban en el aire, representando los acordes de una canción que seguramente estaba en su cabeza. Los tres ensimismados, en su propio mundo, sin darse cuenta realmente que estaban juntos, creyéndose a solas hasta que alguno soltara una palabra al aire, generalmente Kai.
- Tengo ganas de salir – dijo haciendo puchero mientras Aoi le esbozaba una sonrisa
- Me leíste la mente, ¿no Uruha? – comentó juguetón
- Oh, sí, sería lo ideal – respondió vago mientras seguía con la mirada perdida
- Hay que llamar a los otros dos – agregó Kai casi decepcionado de la situación
- Yo lo hago – soltó Uruha rápidamente y se levantó del sillón, yendo hasta su celular
Una voz cansada, casi molesta le respondió del otro lado.
- ¿Sabes que hora es?
- Desde cuando te importa eso, vamos a salir y ustedes dos tienen que venir
- Ruki está durmiendo
- Pues despiértalo… un momento, ¿estás con él? Más te vale que no le hayas hecho nada degenerado o yo te—
- Tranquilízate, no me dejó ni rozarlo, es muy temperamental – se rió – tendré que despertarlo, en un rato estoy por allá… hum… ¿dónde estas?
- En la casa de Kai, pero no los esperaremos aquí, ve directamente al bar
- Está bien, iremos en un rato
Uruha y Reita cortaron el teléfono casi al mismo tiempo, el bajista volvió a acostarse y sacudió suavemente a Ruki para despertarlo, éste gruñó y volvió a darse vuelta, el bajista revoleó los ojos y lo sacudió con más fuerza, despertándolo finalmente.