Reita y Ruki aparecieron un rato más tarde, disimulando el sueño que ambos llevaban encima, se sentaron junto al resto en los sillones que siempre usaban y se sirvieron de las botellas de las mesas. El bajista se sentó deliberadamente junto a Uruha, lo que molestó a Aoi considerablemente, pero lo ocultó bebiendo de su trago. El guitarrista estaba tranquilamente fumando su cigarrillo y se cambió de posición para quedar más cerca de Reita y poder escucharlo sin que este levantara demasiado la voz.
- Me porté bien Uruha, confía en mí – dijo sonriendo
- Me parece perfecto – respondió pitando el cigarrillo
- No sé cuanto podré aguantar, el muy desgraciado no me deja ni mirarlo – murmuró cansado – creo que voy a explotar
- Ruki no es ningún santo, está jugando contigo, para ver cuánto eres capaz de soportar antes de hacer algo de lo que te arrepientas
- Maldito – masculló mirando como el vocalista charlaba con Kai – de todos modos pienso ganar en esto, estoy muy decidido a tenerlo, no me importa si tengo que esperar a que él cumpla treinta
- No tendrás que esperar tanto, despreocúpate – se rió Uruha y le palmeó la cabeza
- Tengo un plan – sonrió de forma perversa mientras le servía cerveza a Ruki
- No te servirá, podrá no acordarse ni su nombre de lo borracho que va a estar pero no te dejará ni sacarle una media, no es ningún tonto
Reita puso mala cara y abandonó sus planes igual de rápido que los había comenzado, encendiéndose un cigarrillo y quedándose largo rato mirando al vocalista. Este se sonrojó notablemente al verlo y disimuló bebiendo su cerveza, odiaba parecer un tonto enamorado, arruinaba su imagen de chico rudo.
Salieron del bar demasiado alegres, solo Reita tal vez era el único sobrio, había evitado beber demasiado, casi no había bebido nada, aún vigentes los recuerdos de la noche con Uruha y sobretodo las marcas en los cuerpos de ambos. Rodeo los hombros de Ruki con facilidad, debido a la diferencia de tamaños, y lo pegó contra su pecho, besándole la cabeza. Los guitarristas se subieron muy acaramelados al auto de Reita, al igual que Kai que iba molesto con los demás por dejarlo solo, Ruki se sentó adelante sin siquiera pensarlo y Reita arrancó sonriendo al verlo tan extrañamente mimoso. Decidió primero dejar a Kai en su casa, ya que los otros dos estaban demasiado ocupados como para bajarse ahora, el baterista se despidió molesto y Reita lo animó con un repentino beso en la mejilla. El bajista llegó a la casa de Aoi antes que a la de Uruha, pero dio igual, ya que el guitarrista moreno arrastró al otro hasta el edificio y prácticamente lo asfixio con un beso mientras entraban.
- Creo que ni siquiera llegaran al departamento – dijo riendo mientras miraba a Ruki, pero este no le había prestado atención a sus palabras, estaba más entretenido mirándolo embobado
Reita sonrió juguetón mientras seguía manejando, sin darle mucha importancia a los besos y caricias que el más pequeño le dedicaba con verdadera pasión. Estacionó frente a su propio departamento, dispuesto a no dejar que Ruki fuera al suyo esa noche, lo tomó en brazos y se sorprendió al ver que el vocalista no se resistía, sino que se aferraba más a su cuello, como una novia en su luna de miel. El bajista sonrió sin poder contener su emoción y lo llevó de esa manera hasta entrar en el departamento e ir directo a la habitación, acostándolo en la cama. Ruki se dejó caer, totalmente entregado, reía de forma frenética, como un adolescente desquiciado y el alcohol se olía por su cuerpo. Su risa estruendosa era lo único que se escuchaba en la habitación, ya que Reita estaba muy callado, pensando si debía aprovechar la oportunidad, o no.