Reita terminaba de cambiarse en la habitación de Ruki mientras éste cantaba ‘Saraba’ arreglándose en el baño. El ambiente en la casa era perfecto, el olor a incienso se esparcía por cada cuarto, la voz de Ruki llenándolo todo y la tranquilidad con que Sabuchan dormía en la sala lo volvían un momento único. El bajista hasta se lamentó de tener que dejar esa casa cuando Ruki salió del baño; bajaron juntos y se dirigieron al auto de Reita que los llevaría a la sala de ensayo, ya que habían rechazado ir en la camioneta del grupo para poder tener un poco más de privacidad.
La forma en que se besaron antes de poner en marcha el vehículo arrancó un gemido ahogado de la boca de Ruki. El bajista disfrutaba del contacto y lo atraía hacia sí sujetándolo de los brazos con fuerza, apreciando la falta de resistencia del otro. Hasta que finalmente Ruki se separó y lo regañó para que encendiera el auto.
- Vamos a llegar tarde – dijo mirándolo seriamente
- Hace un momento no te quejabas – sonrió Reita mientras se ponía en marcha hasta la sala de ensayos
Cuando llegaron, el resto apenas había puesto un pie en el lugar, así que el vocalista no pudo renegar que hubieran llegado tarde. Entraron juntos y tomaron cada uno sus instrumentos, dispuestos a no perder el tiempo. Las dos horas pasaron rápido y aprovechadas al máximo por los cinco integrantes que se tiraron cansados en el sillón y se encendieron un cigarrillo cada uno casi simultáneamente.
- Eto… ¿salimos? – preguntó Reita tímidamente
- Olvídalo, otra noche de juerga y todos ustedes van a parar a un hospital – comentó Kai pitando su cigarrillo
- No seas aguafiestas Kai – se quejó Uruha pellizcándole los brazos
- No soy aguafiestas… ¡basta Uruha! – exclamó tomándolo de las muñecas y alejándolo de él, pero Uruha estiró la cabeza y le mordió la punta de la nariz, haciendo que Kai gritara de sorpresa y dolor, tapándose la zona afectada
- No seas dramático, fue sólo un mordisco – comentó Uruha esquivando un golpe del baterista que parecía no poder controlar la risa
- Basta de juegos – anunció Aoi serio poniéndose de pie – somos una banda seria por favor… – todos se quedaron terriblemente callados mirándolo con interés – además, si vas a hacerlo, tienes que hacerlo bien Uruha
Y diciendo esto se abalanzó sobre Kai y el baterista desapareció de la vista del resto, debajo del cuerpo de Aoi. Cuando se separaron Kai lo miraba con odio y varias marquitas rojas brillaban en todo su rostro. El guitarrista moreno le sacó la lengua y salió corriendo mientras el baterista iba tras él con desesperación.
- Pobre Kai – musitó Ruki dándole una última pitada a su cigarrillo
- Mejor no hables o te hago lo mismo – comentó Reita rodeándolo los hombros y acercándolo a él
- Ni lo sueñes – dijo el vocalista haciéndole un gesto vulgar con el dedo mayor
Reita sonrió lascivamente y le rodeó el dedo con la boca, a lo que Ruki se alejó asqueado, empujándolo de golpe contra Uruha. El guitarrista quedó aplastado por el cuerpo del bajista en el sillón, hasta que escucharon los gritos de Aoi en el pasillo y decidieron levantarse a ver que pasaba. Cuando llegaron simplemente se echaron a reír, ignorando al pobre Aoi que pedía auxilio desde debajo del cuerpo de Kai que sentado a horcajadas sobre él y con un marcador indeleble en su mano amenazaba con quitarle la cara bonita al guitarrista. Finalmente, y después de un largo forcejeo que los dejó a los dos llenos de marcas negras, hicieron las paces y debido a la excitación del momento, se dirigieron al bar sin dudarlo.