Kai se fumaba un cigarrillo en la sala, sentado junto a Ruki, los dos solos, hacía unas horas había mandado a Reita a su casa para que se tranquilizara. El vocalista miraba vagamente sus pies mientras el baterista el acariciaba la nuca distraído, con la cabeza en todo y en nada a la vez, dando vueltas sobre el asunto, apunto de decirle algo cuando el timbre de la casa sonó, despabilándolos y haciendo que Sabuchan comenzara a ladrar.
- Le dije que se tomara su tiempo, seguramente apenas si se dio un baño – murmuraba Kai enfadado
Pero cuando el baterista abrió, no era Reita el del otro lado, sino Aoi que lo miraba de una forma extraña, entre triste y confundida. Kai lo retuvo en la puerta un momento antes de dejarlo entrar.
- Está muy mal, no es el momento--
- Es ahora o nunca Kai, no queremos que esté así por meses, ¿o sí? – le preguntó altanero
- ¿Cómo te enteraste?
- Uruha me lo dijo, aunque hubiese preferido no tener que enterarme por él, creí que confiaban en mí
- Ya no estoy tan seguro – respondió Kai bajando la cabeza
- Olvídalo ahora, déjame pasar – ordenó mirando a Ruki por sobre el hombro de Kai, encontrándose con la turbada mirada del vocalista de lleno y evitándola al instante, sintiendo un molesto dolor en el estómago – vamos, quítate
Aoi entró sin que Kai ofreciera mayor resistencia y se plantó frente a Ruki, arrodillándose para que estuvieran a la misma altura.
- ¿Podemos hablar? – le preguntó delicadamente
Ruki no lo miró y negó con la cabeza, el guitarrista no reiteró la pregunta, se sentó en un sillón apartado del vocalista y encendió un cigarrillo que no tardo en terminar. Kai volvió a tomar su lugar y encendió el televisor para aligerar un poco la tensión que se sentía en el ambiente. Después de unas horas Ruki se levantó y se dirigió a su cuarto sin mirar a nadie, el sonido de la puerta cerrándose le dio la palabra a Kai.
- No lo presiones, no vayas – dijo mientras lo miraba fijamente
- No lo hago… – lanzó un sonoro suspiro – no puedo expresar en palabras la cantidad de cosas que pasaron por mi cabeza cuando me enteré
- Pero Uruha no sabe que él está así por lo que tú le hiciste…
- ¿Pero qué otra cosa podía ser?, recuerdo poco de esa noche, pero sé que estuve a solas con Ruki – cerró los ojos enfadado – mierda, ¿cómo pude hacer algo así?
- Cambias mucho cuando tomas, procura no hacerlo más, Ruki te tiene miedo
Aoi abrió los ojos de golpe, se quedó mirando el piso y volvió a cerrarlos, mascullando una grosería hacia su propia persona. Kai suspiró y le alcanzó otro cigarrillo, no porque el guitarrista no tuviera, sino como una forma de tranquilizarlo.
- ¿Y ahora que hago? – preguntó desolado mientras lo encendía
- Tómalo con calma, yo pienso quedarme aquí hasta que Ruki esté mejor, tienes más posibilidades de solucionar las cosas en paz si yo me quedo aquí…
- Reita quiere matarme, ¿verdad?
Kai asintió y sonrió apenado, Aoi se rascó la cabeza, volviendo a maldecirse. Pasó una hora desde que Ruki había entrado en su habitación y el guitarrista decidió intentarlo de nuevo. Se levantó del sillón y se encaminó a la puerta, el baterista no lo miró pero lanzó un suspiro.
- No lo presiones
- No lo haré – aseguró Aoi entrando en la habitación