Aoi se sorprendió al encontrar a Ruki profundamente dormido, acurrucado en un costado de su cama. El guitarrista lanzó un pequeño suspiro y se sentó al borde de la cama, a su lado, acariciándole la cabeza y amargando la mirada. Deseaba con cada caricia que eso nunca hubiera pasado y poder borrar el dolor que sentía Ruki en su interior, verlo sonreír de nuevo. Cuando se dio cuenta, el vocalista se había despertado y se alejaba violentamente de él hasta la otra punta de la cama. Aoi suspiró y lo miró sonriendo levemente, estirando la mano para alcanzarlo pero Ruki se alejaba cada vez más y no quería que cayera de la cama.
- Tranquilo, no te voy a hacer nada – dijo intentando sonar calmo para darle un poco de confianza a su amigo – sólo quiero hablarte…
Aoi bajó la cabeza, intentando tranquilizarse a él mismo, no podía ver a Ruki de esa manera, como si fuera un pequeño animal asustado. Lanzó un sonoro suspiro y se subió un poco más en la cama, acercándose al vocalista. Este se desesperó para alejarse de él, pero el guitarrista le rodeó la cintura y lo apretó contra su pecho, forzándolo a un abrazo a pesar de las palabras de Kai. El vocalista se retorcía asustado, intentado salvarse, hasta que toda respuesta de su parte se acabó y se dejó sumiso mientras abrazaba él también a Aoi, comenzando a ocultar su cabeza en el cuello del guitarrista. Se separaron después de un rato y Aoi le acarició el rostro, mirándolo a los ojos y haciendo que Ruki lo mirara también.
- Sé que tal vez no sirvan de mucho estas palabras, porque no borraran el dolor que sentiste y que sientes… – comenzó a decir mientras sujetaba el mentón del vocalista para que este no dejara de mirarlo – yo lo siento tanto, si hubiese sido conciente, sabes que nunca te habría hecho tal cosa Ruki, yo te adoro, nunca podría hacerte daño de esa manera… yo… no espero que me perdones…
Aoi soltó el mentón de Ruki y se levantó de la cama, sin mirarlo se dirigió a la puerta, a punto de irse. Sabía que la banda no terminaría, pero sabía que Ruki no podría olvidar tanto sufrimiento por más que Aoi se volviera su esclavo o aceptara recibir el mismo castigo por parte del vocalista. Por más que le diera todo, que quedara en la miseria misma con tal de que su vocalista fuera feliz, a éste le sería imposible perdonarlo. Sabiendo esto abrió la puerta, pero la mano de Ruki tomó la suya delicadamente, apretándolo para que se diera vuelta. El guitarrista no lo hizo, pero cerró la puerta y acercó la mano de Ruki a su boca, besándola para luego, finalmente, voltearse y abrazarlo, desesperado, sumidos en llanto los dos, llevados por la desesperación de sus propias lágrimas, cayendo en la cama de golpe y quedándose ahí, abrazados y unidos de nuevo. El vocalista respiraba lentamente ahora, con la cabeza del guitarrista sobre su pecho y sus manos entrelazadas. Sus respiraciones comenzaban a ser al unísono y cuando menos lo notaron, ambos estaban dormidos.
Kai se despertó de golpe en el sillón y se percató que Aoi no había vuelto a salir de la habitación de Ruki. Entre asustado y enfadado casi corrió hasta la puerta y la abrió levemente primero, preparándose para darle un golpe al guitarrista. Pero al asomar su cabeza se quedó tranquilo y sonrió dulcemente al ver la escena, todo parecía estar saliendo bien por ahora, pero sabía que no duraría. Había mandado a Reita a su casa literalmente y sabía que cuando volviera no dudaría en abalanzarse sobre Aoi para cobrarse su venganza. Kai comenzaba a temer que el trauma de Ruki aumentara si Reita le hacía algo a Aoi, pero se veía tan apacible ahora, durmiendo como si no tuviera ni una sola preocupación en la cabeza, con esa expresión tranquila que solía caracterizarlo antes de que todo esto pasara. El baterista se quedó largo rato mirándolos, feliz de ver a sus amigos juntos, hasta que una serie de fuertes golpes en la puerta lo despabiló.