- ¿Listo?
- Más que listo - arreglando su traje - ¿Qué tal me veo?
- Te vez bien
- ¿Solo bien?
- Bueno, te vez guapo
- Gracias… listo o no aquí voy
Tiempo atrás…
Otro día mas en este clan, por respeto no diré el nombre, pero aquí siento que me reprimen porque no puedo expresarme libremente. Si bien mi intención no es ofender si no entretener a otros y de paso, sacar todo el estrés de mi cuerpo.
Si, lo admito, a veces me paso pero… bueno, supongo que ya no vale la pena seguir. Ahora estoy en el Valle Elfo, en una pequeña tienda de campaña, es lo que hacemos aquellos que somos expulsados, dejamos o no tenemos un clan. Pero no estoy tan solo, mis monturas me acompañan, aunque no son personas, sé que ellas me escuchan y así puedo seguir con mis locas ocurrencias.
Van varias veces que veo a una chica pasar por aquí y llegar a la isla del Árbol de la Vida. Por suerte, puedo entrar desde que ayude a una Dríada herida, no sé porque me dio por seguirla y lo hice. Al llegar, vi su montura, un lobo espectral; me acerco con cuidado al ver que el animal me gruñe, y solo alcanzo a ver dos grabados en su silla: un copo de nieve y unas espadas cruzadas, conozco ese último símbolo.
Decido alejarme al ver que el lobo estaba por atacarme, monto de nuevo mi unicornio, dejando mis cosas y mis otras monturas para ir a Ciudad Crepuscular. Una vez ahí, me dedique a buscar el edificio con el símbolo de las espadas cruzadas, hasta que finalmente di con el: Inmortals, el clan más fuerte de estas tierras. Apenas iba a entrar, cuando escuche lo que parecía era un regaño, no pude entender que decía, pero era algo relacionado con la bestia, después vi a un chico salir de la base. Nuestras miradas se cruzaron por un momento, se le muy enojado por lo que me hago a un lado. Tomo su unicornio y salió
Al tocar la puerta, una chica salió, me vio examinándome de pies a cabeza
- Disculpa, ¿se encuentra su maestro de clan?
- Salió, si me disculpas, estoy ocupada
Dicho eso, la puerta de nuevo se cerró, solo exprese un “wow”. De nuevo la puerta se abrió, saliendo un chico
- Hola - me saludo - ¿se te ofrece algo?
- Sí, pero me dijeron que el maestro del clan salió
- Así es, ¿buscas retarlo?
- No exactamente, veras…
El joven pidió permiso para revisar mi silla y al no ver un grabado en el
- No tienes clan, ¿eres un recién llegado?
- No, si tenía un clan, pero lo deje y borre sus símbolos. Vi a una de sus integrantes ir a la isla del Árbol de la Vida y quería preguntarle si había admisiones.
- Siempre las hay, pero como sabes, el maestro es quien autoriza
- Bueno, vendré en otro momento. Gracias
El joven sonrió y se despidió con una reverencia para luego subir a su unicornio e ir quien sabe a dónde. Di un paseo por la ciudad, meditando si ingresar o no a Inmortals. Decidí por el momento que no, así que me dirigí de nuevo al Valle Elfo para buscar mis cosas y mis monturas. Había encontrado una posada en la ciudad con establos que albergaba a los sin clan, al menos ya tenía un techo donde dormir.
Así pasaron los días, seguía viendo las batallas entre los clanes, Inmortals tiene rivalidad con mi antiguo clan una tribu. Los tres tienen integrantes muy fuertes, por eso no me extraña que el título de Vigilante Crepuscular cambie de dueño constantemente. El tiempo sigue pasando, las luchas entre clanes y tribus parecen no dar tregua, sus integrantes regresan levemente heridos; los más lastimados son los hombres, al menos respetan a las damas o las dejan pelear entre ellas.
Pero cuando los dragones y otros demonios comienzan a invadir la ciudad, ahí las cosas cambian, tengas o no un clan, todos participan. Ahí todos resultan sumamente agotados y las heridas son de cuidado. Por suerte se algo de medicina, no sé cómo mi viejo clan se las arreglará, en fin, ya no es algo que me concierne.
Los días siguieron su curso, decidí dar un paseo por el Valle Elfo, diviso a miembros del clan Inmortals ir a Montaña Morse, bueno, no es mi incumbencia. Al fin llego a la zona donde acampaba cuando escucho voces. Veo que son tres hombres, uno de ellos el que salió presuroso el día que llegue a la base de Inmortals; creo que no me han visto, así que me acerco despacio cuando sin querer pise una rama. Eso los alerto y el joven gritón casi me da un espadazo de no ser porque desenvaine la mía rápidamente evitando el golpe.
Nuestras miradas se cruzan de nuevo, al mismo tiempo que me llama Luna, lo veo agitado, supongo que es por el susto y por la impresión de confundirme. Finalmente aclaramos el mal entendido, y finalmente supe el nombre del chico gritón; su nombre es Criz, maestro del clan de Inmortals. Al parecer me estaban buscando y antes de presentarme, llego la verdadera Luna.
Luego de ver una escena algo cómica entre Criz y Luna, la pobre chica casi es asfixiada por su compañero de nombre Ramar, he de decir que fue una buena oportunidad para demostrar mis conocimientos médicos, dándole a la chica a respirar mi mezcla de alcohol y otras cosas, si bien ella despertó, Ramar también se vio afectado.
Pobres, iban medio muertos sobre sus monturas, en parte fue por ellos que acepte entrar a Inmortals tenía que ver que mi mezcla no les causara efectos secundarios además de náuseas y vómitos. Finalmente llegamos a Ciudad Crepuscular y de ahí, a la base del clan donde conocí a otros miembros: Kamelot, Serena y DarkDragon, quienes no llegaron solos. Con ellos llegaron el antiguo maestro del clan Kiros y tres de sus miembros. Al parecer, parecer, el y Criz habían hablado de unirse a su clan.
Luego de escuchar como Serena regañaba a Criz por las condiciones de Luna y Ramar, decidí quedarme callado, no fuera ser que el castigado fuera yo. Finalmente entro a la base, es grande, después de dejar mis monturas en los establos, una chica llamada Valentina me mostro mi habitación. Me agrada, más espaciosa que en mi viejo clan, me tumbo sobre la cama realmente este lugar será divertido.
Ha pasado una semana, hasta el momento, he entablado amistad con Serena y Luna. Con la primera comparto mis conocimientos en medicina, es lista aunque constantemente tiene una sombra: su esposo Kamelot, quien me ve con cara de no acercarme mucho a su esposa, quien termina dándole unos buenos coscorrones. Pero con el tiempo, me di cuenta que el chico no es mala persona, es agradable. Con Luna, luego de casi enfermarla, me disculpo luego de darme un coscorrón, me lo merecía.
Ramar, también me disculpo, pero es alguien que parece mantener distancia con todos, excepto con Valentina. Mejor no provocarlo por el momento. Conocí a DarkMiguel, fue quien me recibió el día que trate de entrar al clan y a su esposa Melu, una callada pero amable chica. Los días aquí, me han mostrado que en Inmortals tengo más libertad de expresión, si bien digo puras tonteras, a la mayoría les parecen graciosas a otros… bueno, no voy a estar preocupado si les agrado o no.
Criz por otro lado, es un chico algo serio pero también sabe divertirse. Siempre acosa a la pobre Luna con echarla a la bestia pero Serena sale en su defensa al igual que Paco y Antonina. Pero algo que lo hace enfadar es que nadie alimenta al animalito, a quien Kamelot llama la mascotita. Si bien y hasta donde he visto, todos se esfuerzan por alimentar a la criatura, a veces debemos esperar mucho tiempo. Pero el que más presiona es Criz… algo tiene y me dice, que me hace querer conocerlo.